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15 Conciencia de Cristo - bryan garcia godinez

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La existencia del 
conocimiento humano 
de Jesucristo
DIPLOMADO DE TEOLOGÍA
Naturalezas
• Cristo tiene dos naturalezas 
perfectas también posee dos 
modos de conocer, uno infinito y 
divino -común a toda la 
Trinidad-, y otro humano.
• La afirmación de un 
conocimiento humano en Cristo 
es patente en todo el Nuevo 
Testamento.
Iglesia 
• La Iglesia, siguiendo la revelación 
divina, ha defendido siempre la 
integridad de la naturaleza humana 
de Cristo, que tiene un alma 
racional y una inteligencia humana. 
• Esta inteligencia humana no puede 
estar privada de la actividad que le 
es propia: el conocer por sí misma; 
de lo contrario sería vana e 
imperfecta.
CV II
El Hijo de Dios «trabajó con manos 
de hombre, pensó con inteligencia de 
hombre, obró con voluntad de 
hombre, amó con corazón de hombre» 
(GS, 22).
Alcance 
• Como es lógico, los Evangelios 
no distinguen los diversos modos 
de conocimiento, aunque 
sugieran algunas cosas. 
• El Magisterio de la Iglesia, 
aunque ha definido la existencia 
de un conocimiento humano en 
Cristo, no ha determinado la 
especie y el alcance de esos 
diversos modos de conocer. 
El conocimiento experimental o adquirido de Jesucristo
Por conocimiento adquirido se designan aquellos conocimientos que 
el hombre alcanza por sus propias fuerzas partiendo de los sentidos y 
de la experiencia. 
El intelecto humano, apoyándose en los datos de la experiencia 
sensible, tiene la capacidad de conocer lo que son las cosas, no solo 
sus apariencias, y conocer sus causas, sus relaciones con otras, etc.
Crecer
• Este es el modo de conocimiento del que 
habla san Lucas de Jesús niño: «crecía en 
sabiduría, edad y gracia» (Lc 2, 52). 
• Jesús adquiría aquellos conocimientos de 
forma semejante a los demás hombres: 
con sus experiencias y con la aplicación 
de la mente a esas vivencias, y contando 
también con los conocimientos de los 
demás, preguntándoles (cf. Mc 6, 38), 
empezando por las enseñanzas que 
recibiría de María y de José.
Realismo 
• Aceptar la existencia de este 
conocimiento adquirido en Cristo -y, 
por tanto, progresivo-, es 
consecuencia del realismo con que 
se acepta la encarnación del Verbo.
• Este conocimiento adquirido tendría 
un alcance limitado, pues su 
inteligencia humana se desenvolvía 
en las concretas condiciones 
históricas de su existencia, y su 
experiencia era limitada en el 
espacio y en el tiempo. 
Cristo tuvo también 
el conocimiento de 
los bienaventurados
Visión beatífica
Se llama visión beatífica al conocimiento 
íntimo e inmediato de Dios que es 
propio de los bienaventurados del cielo, 
y que les hace semejantes a Él porque lo 
ven «tal cual es» (1 Jn 3, 2), claramente 
«cara a cara» (1 Cor 13, 12), y en su luz 
ven la luz (cf. Sal 35/36, 10).
Nuevo 
Testamento 
La afirmación de la existencia de esta 
forma de conocimiento en Cristo 
durante su vida terrena se fundamenta 
en aquellos textos del NT en los que 
se dice que Él ve a Dios: «Nadie ha 
visto al Padre, sino aquel que procede 
de Dios, ese ha visto al Padre» (Jn 6, 
46). 
Nuevo Testamento 
Jesús se presenta como 
testigo de lo que ve en Dios; 
por ejemplo cuando dice: 
«Aquel que me ha enviado es 
veraz y yo enseño al mundo 
lo que le he oído [...] Yo digo 
lo que veo en el Padre» (Jn 8, 
26.38).
Fe
Jesús no tenía fe, en el 
sentido de adhesión a lo 
que no se ve y que 
aceptamos por la 
autoridad de quien nos lo 
dice: tenía el 
conocimiento de la visión 
inmediata de Dios.
Magisterio
• Cristo con la visión bienaventurada conocía no solo la divinidad sino también 
todas las cosas, ya que todas tienen relación con su misión en la tierra, pues Él ha 
sido constituido en Redentor de todos. 
• El Magisterio de la Iglesia alguna vez ha dicho que es cierta la sentencia que 
establece que Jesús «desde el principio lo conoció todo en el Verbo, lo pasado, lo 
presente y lo futuro»
¿Tuvo Cristo 
también un 
conocimiento 
infuso o 
profético?
• Conocimiento infuso es aquel que no se 
adquiere por el trabajo de la razón, sino 
que proviene directamente de Dios por 
la comunicación de algunas ideas a la 
mente humana.
• No hay que confundirlo con el de visión 
beatífica por la que se ve 
inmediatamente a Dios en sí mismo. Un 
ejemplo de ciencia infusa es el 
conocimiento profético.
¿Cómo podría 
Jesucristo adquirir y 
progresar en 
conocimientos por 
ciencia adquirida,
si ya lo sabía todo 
por ciencia de 
visión?
Tenemos que sostener que 
Jesús durante su vida terrena 
era bienaventurado por un lado, 
y por eso gozaba de visión y 
posesión de la divinidad, y por 
otro lado, en otro aspecto, 
todavía no había alcanzado esa 
bienaventuranza perfecta, era 
viator o peregrino hacia la 
gloria, y por eso podía 
progresar en los conocimientos 
y merecer.
Conocimientos
• Los teólogos han afirmado que se 
trata de dos conocimientos 
situados a niveles distintos y de 
características diversas, de modo 
que un conocimiento no impedía 
el otro. 
• Como dos faros que iluminan la 
misma carretera, la iluminación de 
cada uno no se opone a la del otro.
Verdad
• Jesucristo está «lleno de gracia y de 
verdad» (Jn 1,14); en Él «están 
escondidos todos los tesoros de la 
sabiduría y de la ciencia» (Col 2, 3).
• De ahí que la Tradición de la Iglesia 
haya insistido en la plenitud de 
conocimiento en Cristo que excluye 
todo error e ignorancia.
En Cristo no se da 
el error
Distingamos
Error es considerar falso lo que es 
verdadero o viceversa
Ignorancia es desconocer algo 
que debería conocerse: es, pues, 
la carencia de una perfección 
debida
La nesciencia es desconocer algo 
que no tiene por qué saberse
Errores
La crítica histórica, el 
protestantismo liberal y el 
modernismo, han sostenido que 
Jesús padeció error en cuanto a la 
fecha del fin del mundo y en 
cuanto a la naturaleza de su 
mesianismo.
Verdad
• La existencia de un error en Cristo implicaría que no es Dios y que no 
es la Verdad. 
• El error iría contra su misión de maestro de todos los hombres.
• La mayor parte de los teólogos afirma que «pertenece a la fe» no solo 
que Cristo no se equivocó, sino que era infalible; que era imposible 
que errase.
Cristo no tuvo ignorancia
Fin del mundo
• La mayoría de los Padres afirmó 
que Cristo no ignoraba cuándo 
llegaría el fin del mundo, sino 
que no quería, ni debía, 
revelarlo. 
• Catecismo de la Iglesia Católica 
dice: «Lo que reconoce ignorar 
en este campo (cf. Mc 13, 32), 
declara en otro lugar no tener 
misión de revelarlo (cf. Hch 1, 
7)» (CEC, 474).
¿Cristo tenía 
conciencia de ser 
el Hijo de Dios?
Conciencia 
La Escritura nos muestra que esa 
conciencia de Jesús acerca de ser el 
Hijo de Dios fue siempre rectilínea y 
clara, desde sus primeras palabras 
cuando tenía doce años: «¿Por qué me 
buscabais? ¿No sabíais que yo debía 
estar en la casa de mi Padre?» (Lc 2, 49).
La unidad 
psicológica de 
Cristo: el «Yo» 
de Cristo
Otro foco de atención de algunos 
teólogos del siglo XX ha sido si en 
Cristo hay un único «yo» 
(considerado como centro de la 
autoconciencia o de la personalidad 
psicológica), o hay un «yo» 
humano distinto del «yo» propio 
del Hijo de Dios.
El Yo
• En los Evangelios nunca aparece un 
yo humano de Jesús y otro yo del 
Hijo de Dios: nunca se siente y se 
muestra como un hombre distinto del 
Hijo de Dios. 
• Por el contrario, en la Escritura 
aparece un único «yo», que expresa 
su unidad psicológica, que se sigue de 
la unidad ontológica de su persona: Él 
es y se sabe un solo sujeto, el Hijo de 
Dios eterno que es también hombre.
Textos
• «Yo soy» utilizada por Jesús, que recuerda la 
respuesta dada por Dios a Moisés: «Yo soy el que 
soy [...] Así responderás a los hijos de Israel: ‘Yo 
soy’ me manda a vosotros» (Ex 3, 14)
• «Si no creyereis que Yo soy, moriréis en vuestros 
pecados» (Jn 8, 24)
• «Cuando levantéis en alto al Hijodel hombre, 
entonces conoceréis que Yo soy» (Jn 8, 28)

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