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Meditación para la gratitud Rebekah Borucki Preparación/acerca de esta meditación «La mejor manera de conseguir lo que quieres es amar lo que tienes.» No sé de quién es esta cita sobre la gratitud y la abundancia, pero es una de mis preferidas. La descubrí en un inspirador meme de Instagram y la guardé en el móvil. Me recuerda dar las gracias por lo que tengo, sobre todo si deseo tener más. Tardé mucho tiempo en aceptar que quería más. Y tardé todavía más en sentirme cómoda diciéndolo en voz alta. Me daba miedo parecer codiciosa, y aceptar mi deseo de tener más me exigió una introspección detenida... sobre todo a través de la meditación. Mi vida actual se caracteriza por la abundancia. Tengo todo lo que necesito y más: un marido que me ama, hijos sanos, un trabajo que adoro y una tribu de amigas increíbles que me apoyan y me inspiran. También cuento con muchas comodidades materiales de las que disfruto inmensamente. Y , aun así, todavía quiero más: más amor, más experiencias, más personas nuevas e interesantes en mi vida... y sí, también más dinero. ¿Te sientes culpable cuando pides más? En La ley de la divina compensación, Marianne Williamson nos dice que el sentimiento de culpa que surge cuando deseamos tener más se debe a que creemos en la carencia. Creemos que, para tener más, debemos arrebatar algo a otra persona. Nada más alejado de la realidad. En el Universo no hay carencia, solo abundancia. El Universo quiere que tengamos más porque tener más nos permite dar más. Cuando compartimos lo que tenemos, todos salimos ganando. Cuanto más compartimos, más abundancia creamos. La única advertencia que debo hacerte es la que ya te he hecho: la abundancia no sucede sin más. Las bendiciones del Universo llegan con facilidad, pero antes tenemos que enviar el mensaje de que estamos preparados para recibirlas. Tenemos que amar lo que ya tenemos para que se nos envíe más. Expresar gratitud es indicativo de abundancia. Entonces ¿cómo demostramos que estamos preparados para recibir más? Escribir un diario de gratitud es una manera de recordarte todas las bendiciones que hay en tu vida, pero también es importante que envíes el mensaje al exterior. Puedes hacerlo durante la meditación. ¿Cuándo? Mi momento preferido para practicar esta meditación de gratitud es a primera hora de la mañana o por la noche antes de acostarme. Empezar el día con gratitud te hará empezar con buen pie. Y terminar la jornada con gratitud te preparará para una noche de sueño reparador y repleto de sueños agradables. ¿Dónde? Practícala en tu lugar preferido para meditar o donde te sientas a gusto. Es una meditación ligera y alegre, por lo que puedes sentirte a salvo en cualquier sitio donde la practiques. La meditación para la gratitud también puede servir como un refuerzo en mitad de la jornada, si necesitas un extra de energía o de autoconfianza. ¿Postura? Esta es la primera vez que te propongo la postura del héroe, porque me parece que encaja perfectamente con el tono de celebración que tiene esta meditación. Repasa las instrucciones detalladas en el capítulo 2. Es posible que necesites un apoyo, un cojín, una manta o una banqueta si es la primera vez que adoptas esta postura. Por supuesto, si la postura del héroe te resulta incómoda, puedes adoptar la postura fácil o la postura para meditar sentado en una silla. Apoya las manos en los muslos, cerca de la ingle o sobre las rodillas, con las palmas hacia arriba. Si te resulta cómodo, cierra los ojos, y sonríe mientras repites los mantras. Tienes 4 minutos para homenajearte Siéntate en la postura del héroe, con la espalda erguida, los hombros hacia atrás y el pecho abierto, y prepárate para 4 minutos de homenaje al milagro que eres tú. Entrégate completamente a un amor radical hacia ti mismo. ¡Te lo mereces! 1. Empieza centrando la atención en la respiración. Observa las inhalaciones y exhalaciones, y cómo los pulmones se llenan y se vacían. Fíjate bien en cómo la respiración entra y sale del cuerpo. Nota las sensaciones que te produce al entrar por la nariz, bajar por la garganta y llegar a los pulmones y al abdomen. Permite que la respiración llegue hasta el coxis. Siente cómo conecta con la superficie debajo de ti. Sigue a la respiración en el camino inverso hasta que el aire salga por la boca. Relaja la mandíbula. 2. Ahora que ya conoces los chakras principales en tu cuerpo, visualiza cómo se van iluminando uno a uno a medida que la respiración los atraviesa. Imagina que los brillantes colores de cada chakra se expanden y se vuelven más luminosos. La respiración (la fuerza vital) es como un interruptor energético que enciende los chakras y abre un camino despejado para que la sabiduría, el conocimiento y el amor del Universo puedan recorrer tu cuerpo. La respiración llevará los mantras hasta el último rincón de tu cuerpo, pero sobre todo por el canal central que ocupan los siete chakras principales. Fíjate en los sutiles cambios de energía que suceden en tu cuerpo cuando repites los mantras. Te darás cuenta de que tienes la espalda más erguida y de que sientes tu cuerpo más ligero tras cada ciclo de respiración. Los siguientes mantras son más efectivos si se pronuncian en voz alta. ¡Y acuérdate de sonreír! Asegúrate de que el Universo no pueda rechazar la invitación a tu fiesta de gratitud y amor. 3. Cierra los ojos y repite cada mantra en las exhalaciones de tres ciclos de respiración. Abre los ojos cuando termines cada ciclo para leer el mantra siguiente. Acuérdate de sonreír mientras los repites. Así les infundirás más alegría. Mantra 1 Soy muy feliz, tengo muy buena salud y me siento bendecido. Mantra 2 Soy fiel en las pequeñas cosas. Doy gracias por lo que es. Mantra 3 Tengo todo lo que necesito para tener éxito. Estoy en disposición de salir al mundo. Expresa gratitud por tu práctica de meditación... 4. Acaba la meditación con tres respiraciones profundas y poniendo las manos en Anjali Mudra (como cuando rezamos), con los pulgares apoyados suavemente sobre el esternón (el centro del corazón). Llena todo el cuerpo con cada inhalación. Suelta un «ah» grande y audible con cada exhalación. 5. Ahora estás cargado energéticamente con sentimientos de gratitud. Estás lleno de bendiciones y listo para recibir aún más. Inhala una última vez. Después exhala y di: «Gracias, gracias, gracias», para sellar la meditación.
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