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Meditación para la autoconfianza Rebekah Borucki Preparación/acerca de esta meditación En cuanto aceptes que eres amor divino y que estás plenamente conectado con tu propósito, te resultará mucho más fácil expresarte con libertad. La duda alimenta el miedo. El conocimiento inspira seguridad en uno mismo. La autoconfianza es un maravilloso efecto secundario de la constatación de tu propósito, combinada con la dedicación a expresar dicho propósito. Te han asignado una misión muy importante y debes cumplirla. Para ello, necesitarás cierta seguridad en ti mismo. Un aviso: compartir tu propósito con los demás no siempre hará que te sientas bien. Habrá ocasiones en que puede resultar aterrador. La autoconfianza no se manifiesta únicamente si no hay miedo. Puedes sentir miedo y, aun así, expresarte con seguridad. Al estar respaldado por el poder divino que te ha asignado tu misión, puedes tener miedo sin que eso te impida desempeñar el papel de influyente difusor de luz. El Universo quiere que compartas tu propósito, quiere que tengas éxito. Si sofocas tu voz, niegas el amor divino y la luz sanadora a todo el mundo. Maya Angelou dijo una vez: «Cuando recibas, da. Cuando aprendas, enseña». Te han bendecido con un propósito y con una voz para expresarlo. Tienes un importante trabajo por delante, así que aprovecha esta meditación que será tu apoyo para hacerlo bien. ¿Cuándo? Practica la meditación para la autoconfianza cuando tengas dificultades para expresarte con libertad. Puedes empezar el día con esta meditación o usarla en momentos en que necesites un refuerzo para mantenerte firme: una reunión de trabajo importante, una cena familiar o una discusión relevante con un ser querido o con la pareja. ¿Dónde? Si has leído los capítulos en orden, has llegado a la mitad de las 27 meditaciones que contiene este libro y espero que, a estas alturas, ya hayas encontrado tu lugar preferido para meditar. Es importante que, además de encontrar tiempo para meditar a diario, también reserves un espacio físico donde hacerlo. Ese espacio puede ser una habitación dedicada a ello, la despensa o el asiento del coche. En mi caso, el cuarto de la plancha es mi lugar para meditar. Es importante que te sientas seguro y que puedas meditar sin interrupciones en el lugar que escojas. ¿Postura? Siéntate con la espalda bien erguida, en la postura fácil. Además de sentirte fuerte en esa postura, también debes parecerlo. Si necesitas ayuda para que la postura te resulte cómoda al tiempo que mantienes la alineación correcta, repasa las indicaciones que encontrarás en el capítulo 2. Apoya las manos en las rodillas o los muslos, adoptando el Kubera Mudra, es decir, colocando las yemas de los dedos anular y meñique en el centro de cada palma y conectando las yemas de los otros tres dedos. Este mudra alimentará la seguridad en ti mismo y facilitará que los mantras se graven en tu subconsciente. Mantén los ojos abiertos para leer cada paso de la meditación y ciérralos, si es posible, mientras recitas los mantras. Kubera Mudra. También conocido como mudra de la prosperidad, se hace colocando las puntas de los dedos meñique y anular doblados sobre la palma de la mano, al tiempo que se juntan las puntas de los dedos pulgar, índice y corazón. Utiliza este mudra en meditaciones sobre la abundancia, la riqueza y la autoconfianza. Tienes 4 minutos para expresarte con valor El Universo te ha concedido un propósito y una perspectiva, además de una voz única para expresarlos ante el mundo. Tu misión es honrar esa voz compartiéndola libremente, tanto para tu propia felicidad como para la de quienes te rodean. Sé plenamente consciente de que compartir tu voz es una expresión de gratitud hacia el Universo y una extensión del amor que Dios siente por el mundo. 1. Adopta la postura fácil con los ojos cerrados (o la mirada desenfocada) y las manos en el Kubera Mudra y respira profundamente. Con cada inspiración llena de aire todo el cuerpo, hasta el coxis, y permite que las exhalaciones vacíen hasta el último gramo de aire. Haz una breve pausa al final de cada exhalación antes de volver a inspirar. Practica esta respiración durante un mínimo de diez ciclos completos. Después abre los ojos y lee los mantras. Ya empiezas a sentir cómo ha aumentado la energía en tu cuerpo. Una vibración en forma de cosquilleo te recorre los brazos y las piernas en ambas direcciones, y la sientes en los dedos de las manos y de los pies. Con cada inspiración infundes más fuerza vital en tu cuerpo. Está atrayendo el poder del Universo para que alimente energéticamente las semillas de valor que ya había en tu interior. Tu cuerpo físico está preparado para recibir la intención plena de los mantras. 2. Lee el primer mantra. A continuación cierra los ojos y repítelo en silencio o en voz alta en las exhalaciones de cinco ciclos de respiraciones. Cuando hayas terminado, lee el siguiente mantra y repítelo durante otros cinco ciclos de respiración. Mantra 1 Honro mi propósito diciendo mi verdad. Mantra 2 Decir mi verdad es una expresión de amor hacia mí mismo y hacia los demás. 3. Sigue inhalando y exhalando profundamente. La energía fluye libremente en tu interior y a tu alrededor. Fíjate en que ahora estás en una posición más erguida, tienes el pecho abierto y todo tu cuerpo parece estar más alerta. 4. Sella la experiencia repitiendo un último mantra en las exhalaciones de tres ciclos de respiraciones completos: «Amo a mi persona. Amo lo que tengo que decir».
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