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05- Protecting Our Mate - Skye Alder - Familia Solis Flores

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Protecting Our Mate 
Skye Alder 
(Ash Mountain Pack 05) 
 
 
 
 
 
 
 
Traducción de Fans para Fans, sin fines de lucro 
Traducción no oficial, puede presentar errores 
Apoya a los autores adquiriendo sus libros 
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Sinopsis 
Raven Fuller está aterrorizada. Anoche llegó a casa y se 
encontró con que su acosador la estaba esperando en su 
habitación y entró en pánico, haciendo una maleta y huyendo. 
Conduce hasta que no puede mantener los ojos abiertos por más 
tiempo. Al ver una cabaña abandonada en el bosque, decide 
quedarse allí un par de horas y descansar los ojos. 
Kai Cook y Easton Wright siempre han sido los mejores 
amigos. Son los mejores cazadores de la manada y 
probablemente sea porque siempre parecen saber lo que el otro 
está pensando. Salen a cazar cuando la huelen. Su compañera. 
Al principio están confundidos. Nadie ha oído hablar nunca de 
que los cambiaformas se apareen con la misma chica, pero sus 
lobos están seguros de que ella es para ellos. 
Cuando se enteran de que su compañera está huyendo de 
alguien, de repente agradecen ser dos. Puede que lo necesiten si 
quieren proteger a su compañera. 
*Advertencia: Esta historia de cambiaformas es muy 
caliente. Es una lectura corta y rápida, pero créeme, no le 
falta vapor ni romance. 
 
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Capítulo 1 
Raven 
Mis ojos no dejan de mirar el espejo retrovisor mientras 
avanzo por la autopista. No creo que alguien me siga, pero este 
último mes he estado paranoica y el hábito de estar 
constantemente atenta a mi entorno es difícil de quitar. Estaba 
harta de mirar siempre por encima del hombro. 
Todo empezó hace dos meses, cuando un tal Brock vino a 
una de mis clases de yoga. Me observó durante toda la clase y 
tenía una extraña intensidad. Cuando me invitó a salir después 
de la clase, lo rechacé suavemente. Ya me habían invitado a salir 
antes y sabía que no era mala de ver, pero nunca había salido 
con uno de mis alumnos y, aunque lo hubiera hecho, Brock no 
me atraía. 
Me imaginé que eso sería el fin pero en lugar de eso, volvió 
casi todos los días y me invitó a salir de nuevo. Eso duró una 
semana y media antes de que finalmente me enojara y le dijera 
sin rodeos que no estaba interesada. Las cosas se intensificaron 
entonces y empecé a verlo siguiéndome a casa desde el gimnasio. 
Intenté no darle importancia, pero Seattle es un lugar muy 
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grande, así que cuando empezó a aparecer en todos los sitios a 
los que iba, me puse nerviosa. Acudí a la policía después del 
primer mes, pero no parecían dispuestos a tomárselo en serio. 
Un agente incluso me dijo que debería sentirme halagada. 
Imbécil. 
Cuando llegué a casa ayer y encontré a Brock en mi 
habitación, me entró el pánico. Llamé a mis compañeras de piso 
a gritos y amenacé con llamar a la policía, y finalmente se 
marchó, con su mirada haciéndome saber que esto no había 
terminado. Entonces hice las maletas, pues necesitaba alejarme 
de él. Ni siquiera me sentía segura en mi propia casa ya. Aquella 
noche me subí al coche y me dirigí al este, pensando que me 
dirigiría a Chicago o a algún otro lugar y trataría de encontrar 
un nuevo trabajo y un lugar allí. El gimnasio en el que trabajaba 
sabía lo de Brock y me dijeron que me darían una brillante 
recomendación aunque no hubiera avisado con dos semanas de 
antelación. 
Llevo casi veinticuatro horas seguidas conduciendo, 
demasiado asustada para parar a por otra cosa que no sea la 
gasolina hasta que pueda poner un par de estados entre mi 
acosador y yo. Sin embargo, ahora me pesan los ojos y sé que 
tengo que encontrar un lugar apartado para parar y pasar la 
noche. Empieza a nevar cuando veo la pequeña señal de Ash 
Mountain. El camino es poco más que de tierra y pongo el 
intermitente, pensando que será lo suficientemente pequeño 
como para poder esconderme aquí durante la noche. Conduzco 
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por la calle principal, tratando de encontrar un motel o algo así, 
pero no parece haber ninguno. Tal vez haya más adelante, 
pienso mientras sigo conduciendo. 
La carretera no tiene salida y suspiro mientras apoyo la 
cabeza en el volante. Me planteo dormir en el coche, pero la nieve 
está empezando a caer con fuerza y ya hace casi cero grados. No 
quiero pagar la gasolina para que el coche funcione toda la noche 
y sé que si lo apago, me congelaré antes de la mañana. 
Suelto otro suspiro y me froto los ojos antes de volver a 
poner el coche en marcha. Avanzo un metro y es entonces 
cuando los faros rebotan en la cabaña. Está bastante alejada de 
la carretera y no puedo distinguir mucho, pero parece que está 
abandonada. Sin embargo, hay una chimenea y apuesto a que 
podría encender un fuego y dormir allí esta noche. Estaría 
caliente y me ahorraría dinero, y si puedo esconder mi coche lo 
suficientemente bien, nadie sabrá que estoy allí. 
Dirijo el coche hacia el arcén de la carretera y estaciono 
detrás de un grupo de árboles. Espero que la nieve cubra el color 
rojo brillante y tal vez nadie conduzca hasta aquí. Todo lo demás 
estaba a un par de kilómetros atrás en la calle principal de todos 
modos y no habría razón para conducir todo el camino de vuelta 
aquí. Agarro la bolsa de lona con parte de mi ropa del asiento 
trasero y me abrigo con la parka, metiéndome el pelo negro en 
la capucha y tirando de las manoplas antes de abrir la puerta de 
un empujón y empezar a caminar hacia la cabaña. 
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No llego ni a quince metros cuando me doy cuenta de mi 
error. La cabaña está mucho más lejos de lo que pensaba y el 
viento y la nieve dificultan la visión. Tengo los pies y la cara 
helados y ya estoy temblando. Empiezo a trotar, esperando que 
eso me ayude a calentarme y a llegar más rápido a la cabaña. Mi 
aliento sale en bocanadas blancas de humo y empiezo a 
marearme, recordando que hoy sólo tenía una bolsa de patatas 
fritas para comer. Debería haberme detenido a comer, pero sólo 
quería alejarme de Brock todo lo posible. 
Puedes hacerlo, estás muy cerca ahora, intento decirme a 
mí misma mientras entrecierro los ojos a través de las ráfagas 
hacia la cabaña. Me castañetean los dientes y los puntos negros 
bailan delante de mis ojos mientras sigo abriéndome paso a 
través de la nieve. 
Sólo un poco más. 
 
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Capítulo 2 
Easton 
Me deslizo por el bosque, asegurándome de mantener a mi 
amigo Kai en mi línea de visión mientras nos movemos 
silenciosamente entre los árboles. Hemos estado cazando toda 
la tarde y estábamos a punto de dirigirnos a casa cuando 
divisamos al ciervo. Sin siquiera mirar a Kai supe que íbamos a 
cazar una última vez antes de dirigirnos a casa. La nieve empieza 
a caer con fuerza y ayuda a silenciar nuestros pasos. Mi pelaje 
me mantiene caliente mientras avanzo entre los árboles, 
siguiendo al ciervo. 
Kai y yo vivimos juntos en una casa no muy lejos de aquí. 
Siempre hemos estado unidos, somos los mejores amigos desde 
el día en que nacimos. Tenemos una fuerte conexión y puedo 
saber lo que está pensando sin siquiera mirarlo. Él puede hacer 
lo mismo conmigo y esa es una de las razones por las que somos 
el mejor equipo de caza de la manada. Sabemos sin mirar dónde 
está el otro y cuál es su próximo movimiento. 
Me detengo detrás de unos arbustos, manteniendo al ciervo 
en la mira mientras espero que Kai se acerque. La nieve está 
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empezando a caer más rápido y sé que tenemos que llegar a casa 
pronto, antes de que se convierta en una ventisca. Estoy seguro 
de que todos los demás miembros de la manada están en casa 
con sus compañeros y familias. Los celos me golpean cuando 
pienso en volver a una casa vacía. Me gustaría tener una 
compañera con la que acurrucarme en esta noche de nieve. 
Kai y yo somos los últimos de nuestros amigos en encontrar 
a nuestras parejas y se está volviendo frustrante. Me alegro 
mucho de que mis amigos hayan encontrado a las suyas, de que 
sean felices y estén establecidos, perome gustaría tener eso 
también. Sé que Kai se siente igual y agradezco que al menos 
tenga un amigo con el que volver a casa. Al menos no estoy solo 
en la búsqueda de mi compañera. He estado pensando en probar 
otra manada. Tal vez tendría más suerte en encontrar a mi 
compañera si fuera a buscarla en lugar de esperar a que la 
madre naturaleza me la traiga. 
Sin embargo, cada vez que pienso en dejar Ash Mountain, 
algo me detiene. No puedo dejar a Kai ni al resto de la manada 
y, por alguna razón, parece que estoy destinado a estar aquí. Mi 
lobo deja escapar un pequeño gemido al pensar en dejar a 
nuestros amigos, a nuestra familia. Él también quiere encontrar 
a su compañera, más que nada, pero por alguna razón, cree que 
la encontraremos aquí. Siempre confío en mi lobo y si él piensa 
que ella vendrá a nosotros, entonces le creo. 
Veo al lobo de Kai a través de los árboles. Está agachado, 
merodeando entre la nieve y los arbustos, con los ojos clavados 
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en el ciervo. Lo observo, mi lobo se tensa, listo para correr 
cuando, de repente, el viento cambia y el olor más dulce que he 
conocido sopla hacia mí. Es tenue y se mezcla con el aire frío, 
pero mi lobo lo reconoce enseguida. 
COMPAÑERA. 
Giro, mi lobo deja escapar un aullido mientras salgo por el 
bosque, corriendo tan rápido como puedo entre los árboles. Oigo 
a Kai detrás de mí y me pregunto si debería parar y decirle que 
voy a buscar a mi compañera, pero mi lobo me detiene. Por 
alguna razón quiere que Kai esté allí y confío en él. Corremos a 
través de la oscura noche nevada, nuestra vista y olfato de 
cambiaformas nos ayudan a guiarnos directamente hacia ella. 
Estamos cerca del límite de nuestra tierra y la nieve nos 
rodea cuando doblamos la esquina y la vemos. Es una chica 
pequeña, abrigada con sus ropas de invierno, por lo que no 
puedo ver mucho de ella. Lleva una bolsa de lona en una mano 
y avanza lentamente por el bosque. Me pregunto hacia dónde se 
dirige, pero mi lobo gime, queriendo reclamarla. 
Mi lobo mira al lobo de Kai y los dos salimos al mismo 
tiempo, dirigiéndonos hacia la pequeña chica. A medida que nos 
acercamos, me doy cuenta de que sus labios carnosos son de un 
color azulado y de que está temblando tanto que sus dientes 
repiquetean. Está abrigada, pero hay una ventisca y estoy 
seguro de que sigue congelada, a pesar de las capas. 
Kai y yo nos detenemos junto a mi compañera y lo oigo 
gruñirme. Mi lobo devuelve el gruñido, queriendo ser el único 
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cerca de nuestra compañera. Mis ojos lo miran y él me gruñe de 
nuevo. COMPAÑERA, le gruño y me sorprendo cuando lo dice al 
mismo tiempo. Volvemos a mirar a la chica al mismo tiempo y 
veo que pone los ojos en blanco. Cambiamos al mismo tiempo, 
extendiendo las manos y atrapándola mientras se desmaya 
frente a nosotros. 
Kai y yo rodeamos a la chica con los brazos, aprisionándola 
entre nosotros para mantenerla caliente. Nos quedamos allí, 
desnudos, mientras nos miramos por encima de la cabeza de la 
chica. 
—¿Qué quieres decir con compañera? —pregunto. 
—Es mi compañera —me dice Kai, sonando muy seguro. 
—No, ella es mi compañera —le respondo con un gruñido, 
mi lobo empujando a la superficie. 
—¿Cómo es posible? 
—Debes haber cometido un error —intento decirle. 
—No lo hice. Tal vez el error lo hayas cometido tú —me 
devuelve el gruñido y puedo ver su propio lobo empujando hacia 
delante. 
No sé qué está pasando, pero sé que no me he equivocado. 
Esta chica es mi compañera. 
—Llevémosla a casa antes de que se muera de frío aquí 
fuera. Podemos resolver esto en casa —le digo mientras levanto 
a la chica en mis brazos. 
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Kai gruñe cuando lo dejo para que lleve su bolsa, pero lo 
ignoro mientras empiezo a correr por el bosque hacia nuestra 
casa. 
 
12 
 
Capítulo 3 
Kai 
Camino detrás de Easton y de mi compañera. Quiero 
discutir con Easton, pero estoy más preocupado por llevar a mi 
compañera a un lugar cálido. Nuestra cabaña no está lejos de 
aquí y deberíamos llegar en unos minutos. La calentaremos y 
luego averiguaremos qué diablos está pasando. Mi lobo aúlla 
dentro de mí, queriendo frotarnos contra nuestra compañera y 
cubrirnos de su olor. 
Es extraño, pero no me siento tan amenazado de que Easton 
piense que mi compañera es suya. Normalmente, los 
cambiaformas son muy territoriales con respecto a sus 
predestinadas y habrían arrancado la garganta a cualquiera que 
amenazara con llevarse o hacer daño a su compañera. Cuando 
Easton dijo que ella era suya, no me sentí amenazado, sólo 
confundido. Cuando Easton dijo que era suya, esperaba que mi 
lobo se hiciera cargo, que lo atacara, pero en cambio ni siquiera 
mostró los dientes. Claro, había empujado hacia adelante, pero 
estaba más concentrado en reclamar a nuestra compañera que 
en luchar contra Easton. 
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¿Nuestra compañera? 
Alejo ese pensamiento mientras sigo a Easton hacia la casa 
y me dirijo a su dormitorio. Lo habíamos discutido cuando nos 
mudamos por primera vez y él ganó el dormitorio principal. 
Observo cómo la acuesta en la cama y dejo su bolsa de viaje 
junto a la cómoda antes de ir a buscarle más mantas a mi 
habitación. Me pongo unos pantalones de pijama para que no se 
despierte con dos hombres desnudos sobre ella antes de volver 
a entrar en el dormitorio y esperar a que Easton le quite los 
zapatos y la chaqueta a nuestra compañera antes de tomar la 
primera manta y echársela por encima. 
Trabajamos juntos para cubrirla, pero una vez que 
terminamos puedo ver que sigue temblando y que sus labios aún 
tienen un tono azulado. Easton se aleja y se pone los pantalones 
del pijama antes de acercarse a la cama. Vuelvo a mirar a Easton 
y lo veo mordiéndose el labio mientras mira fijamente a la chica. 
—Tenemos que meternos en la cama con ella para calentarla 
—dice y veo cómo retira las mantas y se desliza a un lado de ella. 
Espero que mi lobo se oponga al ver a Easton presionado 
contra mi compañera, pero no hay nada. Sólo quiere que yo 
también me meta en la cama. Frunzo el ceño mientras me meto 
en su otro lado. Me acurruco contra ella, mi cuerpo de 
cambiante desprende suficiente calor como para que pronto 
entre en calor. Easton le rodea la cintura con el brazo y la 
acurrucamos entre nosotros. Lo observo, tratando de leer lo que 
está pensando, cómo se siente con todo esto. 
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Levanta la vista, sus ojos se encuentran con los míos y veo 
que está tan confundido como yo. También me doy cuenta de 
que no parece amenazado o molesto por el hecho de que yo diga 
que ella también es mi compañera. Mi lobo parece estar de 
acuerdo con que los dos nos apareemos con esta chica y, si soy 
sincero, yo también me hago a la idea. 
—Deberíamos hablar con Slate —susurra Easton, 
acercándose a nuestra compañera. 
Asiento con la cabeza, pensando que si alguien sabe lo que 
está pasando aquí, sería el Alfa. Me doy la vuelta, agarro mi 
móvil de la mesilla y pulso el número del alfa. Se hace tarde y 
cuando Slate finalmente contesta el teléfono, parece que lo 
hemos despertado. 
—¿Easton? 
—Hola, Slate. Es Kai. Ha pasado algo. 
—¿Están los dos bien? —pregunta y entonces puedo oír la 
preocupación en su voz. 
Levanto la vista cuando Easton me da un codazo y asiento 
con la cabeza mientras pongo el teléfono en altavoz para que él 
también pueda escuchar. 
—Hemos encontrado a nuestra compañera. 
—¿Qué? ¡Eso es genial, hombre! ¡Enhorabuena! Tendremos 
que esperar a que deje de nevar para que Grier y yo vayamos a 
conocerlas. 
—No, quiero decir que hemos encontrado a nuestra 
compañera. Es decir, es la misma chica —lo corrige Easton. 
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El silencio acompaña a esa afirmación y me doy cuenta de 
que lo hemos impactado. 
—¿Has oído hablar de esto antes? —le pregunto. 
—No, no lo he oído. ¿Están seguros? ¿Están seguros de que 
los dos están destinados a ella? 
—Quiero decir, nunca me he apareado antes, pero tanto milobo como el de Easton parecían pensar que ella estaba 
destinada a nosotros. 
—Sí, tan pronto como su olor nos llegó, ambos salimos hacia 
ella. Mi lobo estaba como loco, no paraba de decir compañera y 
me empujaba a ir más rápido para llegar a ella —asiento aunque 
Slate no puede verme. 
—Así fue para mí también. 
Slate se queda en silencio un rato y yo observo a nuestra 
chica mientras duerme. Todavía está pálida, pero sus labios 
están volviendo a la normalidad. Es realmente hermosa, con 
rasgos delicados y pequeñas curvas. Easton se levanta y le quita 
un poco de pelo negro de la frente mientras yo sostengo el 
teléfono entre nosotros y espero a que Slate diga algo. 
—Nunca había oído hablar de ello, pero si sus lobos creen 
que es de los dos, entonces puede que lo sea. Ustedes dos 
siempre han estado muy unidos. Tal vez por eso su conexión 
siempre fue tan fuerte. Si no estuvieran destinados a 
compartirla, creo que uno de ustedes ya habría matado al otro. 
Quiero decir, yo mataría a cualquiera que intentara tocar a 
Grier. ¿Ustedes se sienten así? 
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—No —contestamos Easton y yo inmediatamente. 
—Entonces digo que traten de compartirla. Intenten 
marcarla y reclamarla a la vez y vean cómo se sienten todos en 
ese caso. 
Levanto la vista y veo a Easton asintiendo con la cabeza, y 
me alegro mucho de que siga en la misma línea que yo. La 
excitación me recorre al pensar en compartir esta hermosa chica 
con mi mejor amigo. Nunca me lo había planteado antes, pero 
parece que ahora mismo tenemos a nuestra compañera. Puedo 
ver el brillo de la excitación en los ojos de Easton y mi lobo se 
calma dentro de mí cuando ambos acordamos tratar de 
compartirla. 
Ahora, sólo necesitamos que se despierte para intentar 
explicarle todo esto. 
 
17 
 
Capítulo 4 
Raven 
Abro los ojos parpadeando, esforzándome por ver en la 
penumbra. Estoy en un dormitorio y busco en mi cerebro, 
tratando de recordar cómo llegué aquí. Me dirigí a esa cabaña 
abandonada, pero no recuerdo haber llegado hasta allí y, desde 
luego, no recuerdo haber encendido el fuego. Me siento en la 
cama grande y estiro las manos por encima de la cabeza. Mis 
músculos protestan, agarrotados por haber estado sentados en 
el coche durante tanto tiempo, y anhelo hacerme con mi esterilla 
de yoga y trabajar los pliegues. 
Me deshago de las mantas y me bajo de la cama alta. Mis 
zapatos y mi abrigo están encima de la cómoda y veo mi teléfono 
y las llaves del coche junto a mi bolsa de viaje. Miro alrededor de 
la habitación y veo un cuarto de baño a un lado, y mi cuerpo 
anhela asearse después de los últimos dos días. Estoy a punto 
de dirigirme hacia allí cuando oigo un portazo en el pasillo y dos 
pares de pies dirigiéndose hacia mí. 
Miro alrededor de la habitación, preguntándome qué debo 
hacer. ¿Debo esconderme? Estoy a punto de meterme debajo de 
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la cama cuando me doy cuenta de que si quienes se dirigen hacia 
aquí querían hacerme daño, podrían haberlo hecho anoche 
mientras dormía. Me habrán salvado y me habrán traído a casa. 
Me mantengo firme, mi cuerpo se tensa cuando la puerta se 
abre. 
Jadeo cuando los dos tipos más sexys se amontonan en la 
puerta. Intentan pasar al mismo tiempo y rebotan el uno contra 
el otro. Me río cuando cada uno lanza una mirada al otro al 
mismo tiempo y me devuelven la mirada al oír el sonido. Me 
sonríen y mi cuerpo empieza a sentir un cosquilleo. Intento 
echarle la culpa al hecho de haberme congelado anoche o a mi 
estómago vacío. Probablemente por eso me desmayé anoche, 
pero tengo la sensación de que hay una razón diferente para que 
mi cuerpo se sienta como si estuviera enchufado a un toma 
corriente. 
—Hola —digo mientras mis ojos recorren sus grandes 
formas. 
—Hola, cariño. ¿Cómo te sientes? —pregunta el de la 
izquierda. 
Tiene el pelo castaño y los ojos azul claro. Es unos dos 
centímetros más bajo que el de la derecha, pero es igual de 
ancho. Me mira, esos penetrantes ojos azules me evalúan 
mientras estoy ante ellos. 
—Sí, quizá deberías volver a acostarte. Todavía estás un 
poco pálida —dice el de la derecha y observo cómo da un paso 
hacia mí, llevándome de nuevo a la cama. 
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Lo asimilo, tratando de detectar las diferencias entre él y su 
amigo. Este chico tiene el pelo más oscuro, casi negro como el 
mío pero no del todo. Sus ojos son verdes como un pino y me 
recuerdan a la Navidad. Me sonríe y no puedo evitar devolverle 
la sonrisa. Hay algo muy reconfortante en ambos y me siento a 
gusto con ellos. Es una gran diferencia respecto a cómo me he 
sentido con los hombres en los últimos dos meses. 
Mi estómago retumba y, de repente, todos nos ponemos en 
movimiento. El que me ha subido a la cama me levanta y me 
acuna contra su pecho mientras sigue a su amigo por un pasillo. 
Mis pezones se endurecen cuando me veo empujada más cerca 
del que me lleva y aprieto las piernas. Oigo que los dos inhalan 
profundamente y sueltan gemidos al mismo tiempo. El sonido 
me recorre y se instala entre mis piernas, provocando que una 
palpitación se inicie en mi núcleo. 
—¿Qué quieres comer? —me pregunta el de pelo castaño 
mientras abre la nevera y mete la cabeza dentro. 
—Lo que tengas está bien —digo mientras el otro me deja en 
una silla. 
Se mueve para ayudar a su amigo y yo me remuevo en la 
silla. 
—Puedo ayudar —ofrezco, —O puedo volver a mi coche y 
comprar algo de camino a la salida de la ciudad. 
—¡No! —gritan los dos mientras se levantan de mirar en la 
nevera. 
Me sobresalto en mi silla y miro alrededor de la cabaña. 
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—Anoche nevó bastante. Tendrás que esperar a que las 
calles estén despejadas —dice el de pelo más oscuro mientras 
saca unos huevos y bacon. 
Miro alrededor de la cabaña mientras preparan el desayuno. 
Su casa es bonita, con techos altos y cómodas alfombras que 
cubren el suelo de madera. Es una casa de estilo rancho de una 
sola planta con mucho espacio. Me doy la vuelta para observar 
a los dos hombres y mis piernas se vuelven a apretar al verlos 
moverse juntos y con confianza por la cocina. Trabajan bien 
juntos y, de repente, me los imagino trabajando juntos en darme 
placer en lugar de en darme el desayuno. 
Imagino dos pares de manos frotándose a lo largo de mi 
cuerpo, tocándome en lugares que nadie más ha tocado antes. 
Miro fijamente sus manos, preguntándome cómo se sentirían 
ahuecando mis pechos mientras el otro me besa por el cuello, 
hundiendo sus dientes en mi hombro. Me estremezco al pensar 
en ello. 
Nunca pensé que me gustara el morder, pero mientras 
observo a los dos hombres, de repente es lo único que imagino 
que me hacen. 
 
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Capítulo 5 
Easton 
Kai y yo preparamos el desayuno de nuestra compañera, 
trabajando juntos como un equipo para cuidar de nuestra chica. 
Saco el último huevo de la sartén mientras Kai unta la tostada y 
le sirve a nuestra compañera una taza de café. Llevamos todo a 
la mesa y nos sentamos a ambos lados de ella. 
—Por cierto, soy Raven —dice en voz baja y me doy cuenta 
de que nunca llegamos a presentarnos. 
No nos importa, ella será nuestra de cualquier manera pero 
ella aún no lo sabe. 
—Soy Easton y él es Kai —digo antes de pasarle una taza de 
café. 
—Encantado de conoceros —dice en voz baja. 
Kai le pasa un plato repleto de comida y me dan ganas de 
reír cuando veo que sus ojos se abren de par en par al asimilar 
la pequeña montaña de comida. Se lame los labios y yo gimo, 
dando un sorbo a mi propio café para intentar ocultar mi 
reacción ante ella. Levanto la vista para ver a Kai sonriendo y le 
lanzo una mirada. 
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—Come —le dice, y veo cómo ella toma el tenedor y lo hace. 
Se mete la comida en la boca como si no hubiera comido en 
días y me anoto alimentarla a menudo. Mi lobo la observa, 
encantado de que podamos mantenerla. Puedo sentir la energía 
feliz que también irradia Kai. 
—¿De dónde eres? —le pregunta Kai mientrasseguimos 
comiendo. 
Sus ojos se apartan de nosotros y se tensa. Miro a Kai y veo 
que él también ha captado su cambio de actitud. Mi lobo se pone 
en guardia dentro de mí, listo para pelear. 
—Um, estaba viviendo en Seattle pero me voy a mudar. 
¿Creen que las carreteras ya están limpias? —pregunta, 
estirando el cuello para ver por la ventana delantera. 
—Todavía no —dice Kai rápidamente. 
Mi lobo se mueve dentro de mí, no le gusta que nuestra 
compañera siga hablando de dejarnos. 
—¿A dónde te vas a mudar? —pregunta Kai, manteniendo 
la conversación. 
—A algún lugar del este. Todavía no lo he decidido. 
—¿Simplemente un día decidiste mudarte? —pregunto. 
Los pelos de la nuca se me erizan y mi lobo gime en mi 
interior. Me doy cuenta de que Kai también empieza a ponerse 
ansioso y mantengo la mirada fija en Raven. 
—Es que... tenía que alejarme. 
Se mete otro bocado de comida en la boca, negándose a 
mirar nuestros ojos mientras termina su desayuno. 
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—Puedo ir andando a la ciudad. Anoche estuve buscando 
un motel o algo así, pero no encontré nada —empieza a divagar. 
—Les prometo que me marcharé pronto. 
—No, te quedarás aquí con nosotros —le respondo 
rápidamente y alzo la vista para ver a Kai lanzarme una mirada 
de 'tranquilo'. 
No sé cómo no está enloqueciendo. Mi lobo se está volviendo 
loco ante la idea de que nuestra compañera nos deje. 
—¿Sabe... sabe alguien más que estoy aquí? —pregunta 
Raven. 
Parece asustada, pero no de estar sola en una cabaña y que 
nadie sepa que está aquí. Es más bien que tiene miedo de que 
alguien la encuentre. Kai aprieta los dientes y me doy cuenta de 
que ha llegado a la misma conclusión que yo y su lobo intenta 
liberarse. Estoy justo ahí con él y quisiera contarle todo a ella. 
Que somos cambiaformas y que ella es nuestra compañera, que 
está a salvo aquí con nosotros y que la protegeremos hasta 
nuestro último aliento. 
—¿De qué huyes, com-Raven? —corrijo en el último 
momento. 
Ella me mira con curiosidad, metiendo el último bocado de 
huevos en su boca y masticando mientras me evalúa. Mi lobo y 
yo nos sentamos más erguidos, acicalándonos mientras ella nos 
mira. Se traga el bocado, toma el café y se bebe la mitad. 
—Tenía que irme. 
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Kai y yo gruñimos cuando ella vuelve a evadir la pregunta. 
No nos gusta que nuestra compañera nos oculte cosas, pero 
sabemos que no podemos obligarla. 
Después de todo, tenemos nuestros propios secretos. 
 
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Capítulo 6 
Kai 
Raven insiste en ayudar con los platos y tanto Easton como 
yo gruñimos mientras nos cernimos sobre ella. Ella lava 
mientras yo seco y Easton guarda todo y pronto terminamos. 
Easton y yo nos quedamos en la cocina, esperando a ver qué 
hace ella a continuación. Queremos pasar el mayor tiempo 
posible con nuestra compañera y sé que ambos estamos 
pensando en cuándo y cómo decirle lo que somos. 
—¿Les importa si me estiro y me doy una ducha? Creo que 
he estado demasiado tiempo sentada —dice mientras echa los 
hombros hacia atrás. 
—Adelante, cariño. Siéntete como en casa —le digo y ella nos 
sonríe antes de dirigirse de nuevo al pasillo. 
Easton y yo la seguimos y nos quedamos en el pasillo 
mientras ella saca una esterilla del fondo de su mochila y la 
extiende en el suelo del dormitorio. Agarro una escoba del 
armario del pasillo y hago como si barriera mientras veo a Raven 
respirar profundamente un par de veces antes de doblarse hacia 
delante por la cintura. Se agacha, se toca los dedos de los pies y 
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respira profundamente un par de veces. Se me hace agua la boca 
mientras miro su culo, sus ajustados pantalones de yoga que se 
amoldan perfectamente a su trasero. 
Easton gime a mi lado y puedo decir que también está 
disfrutando de la vista. Raven abre las piernas, se dobla de 
nuevo hacia delante y nos mira desde entre sus piernas abiertas. 
Se ríe cuando nos ve en el pasillo, fingiendo limpiar mientras nos 
quedamos mirándola. Easton y yo sonreímos ante el alegre 
sonido y ella se levanta para mirarnos, estirando los brazos y 
balanceándose sobre una pierna. 
—¿Hacen yoga? —pregunta mientras se coloca en el otro 
lado. 
—No —dice Easton con una sonrisa. 
Ella le devuelve la sonrisa antes de ponerse sobre las manos 
y las rodillas, curvando su espalda hacia arriba y hacia abajo y 
gimiendo mientras los músculos se estiran. Easton y yo 
gemimos con ella mientras la vemos moverse en sus posturas. 
Me imagino arrodillado detrás de ella, follando con ella mientras 
Easton le chupa las tetas, con su mano frotando entre sus 
piernas mientras yo bombeo dentro de ella. Quiero pasar mis 
manos por su espalda y agarrar sus caderas mientras la penetro. 
Quiero mirarla mientras la reclamo y ver nuestras marcas en 
ella, la de Easton y la mía. 
Parpadeo y veo que Raven ha terminado y está enrollando 
su esterilla, colocándola junto a su bolsa en la cómoda. Mi lobo 
27 
 
se revuelca sobre su espalda, encantado de que sus cosas ahora 
estén mezcladas con las nuestras. 
—Creo que voy a tomar esa ducha ahora —dice Raven, 
sacando algo de ropa limpia de su bolsa. 
—De acuerdo, hay algo de champú y otras cosas ahí. Usa lo 
que quieras —le dice Easton y ella sonríe antes de desaparecer 
en el baño. 
Los dos nos quedamos en el dormitorio, ninguno de los dos 
quiere estar lejos de ella. Lo hablamos anoche y me mudaré a 
esta habitación con ellos. Todas mis pertenencias siguen en la 
puerta de al lado y esperaré a que Raven tenga todas sus cosas 
instaladas antes de trasladar las mías. Quiero asegurarme de 
que tenga suficiente espacio para todas sus pertenencias. 
—Tenemos que decirle que somos cambiaformas —
murmura Easton. 
Asiento con la cabeza, con los ojos fijos en la puerta del 
baño. Oigo a Raven tararear algo mientras se ducha y eso me 
hace sonreír. Miro para ver que Easton también sonríe y ambos 
nos quedamos escuchando mientras ella tararea cualquier 
canción que suene en esa bonita cabeza suya. 
—¿De qué crees que está huyendo? —me pregunta Easton 
mientras el agua se cierra. 
—No lo sé, pero tenemos que averiguarlo. Tenemos que 
saber de qué la estamos protegiendo. 
Easton asiente y entonces fingimos estar ocupados cuando 
oímos que la puerta del baño empieza a abrirse. Se ha puesto 
28 
 
unos leggings negros ajustados y una vieja camiseta de un grupo 
de rock. Sonríe cuando nos ve a los dos todavía de pie y me 
acerco a ella, tomando su mano en la mía y llevándola a la cama. 
La levanto y luego Easton y yo nos ponemos delante de ella. 
—Tenemos que decirte algo —empiezo. 
Ella mira entre nosotros con curiosidad y cada uno de 
nosotros se acerca y toma una de sus manos en cada una de las 
nuestras. 
—¿Has oído hablar alguna vez de los cambiaformas? —le 
pregunta Easton. 
—Um, no. ¿Qué es un cambiaformas? 
—Es una persona que puede transformarse en un animal —
le digo. 
—Somos cambiaformas —termina Easton. 
Miramos fijamente a Raven y observamos cómo mira entre 
nosotros, con los ojos muy abiertos. 
—¿Qué clase de animal son? —pregunta después de que 
todos nos hayamos quedado mirándonos durante unos minutos. 
—Lobos —le dice Easton. 
—Todo este pueblo es de cambiaformas. Bueno, hay un par 
de humanos y un cambiante de oso, pero el resto son 
cambiantes de lobo. 
—¿Por qué dejan que los humanos se queden aquí? Me 
parece que eso sería peligroso para ustedes. Si tratan de 
mantener su existencia en secreto, al menos. 
29 
 
—A los humanos se les permite quedarse y saber de 
nosotros porque son compañeros —digo, observando su cara 
para comprobar su reacción. 
—¿Compañeros? —pregunta, y observo cómo un rubor 
rosado se extiende por su pecho. 
Su mano se levanta y se frota contra su cuello y su hombro 
y mi lobo enseña los dientes, queriendo marcarla y reclamarla 
como nuestra. 
—Los cambiaformas tienen compañeros. Están 
predestinados y una vez que un cambiaformas encuentra al 
suyo, nunca habrá otropara ellos. Tú eres nuestra compañera, 
de Easton, y la mía, y te amaremos y protegeremos hasta el día 
de nuestra muerte —le digo. 
—¿Por eso siento un cosquilleo? —pregunta y mi lobo aúlla. 
Le sonrío, encantado de que tenga esa reacción ante 
nosotros. 
—Sí —dice Easton con una suave sonrisa. 
—Una vez que te mordamos, será más fuerte. Estaremos 
más conectados —le digo y observo cómo su mano vuelve a 
apretar su cuello. 
—¿Puedo ver el cambio? ¿Puedo ver a sus lobos? —
pregunta, mirando entre los dos. 
Asentimos con la cabeza y ambos soltamos su mano de mala 
gana para poder quitarnos la ropa y cambiar para ella. Nos 
observa con ojos muy abiertos mientras nos desnudamos ante 
ella y luego, juntos, empezamos a cambiar. Nuestros dientes y 
30 
 
uñas crecen mientras perdemos la piel y el pelaje crece en su 
lugar. 
Pronto nos encontramos ante ella en nuestras formas de 
lobo y Raven nos mira con la boca abierta. Mira a un lado y a 
otro un par de veces antes de que se le forme una línea de ceño 
entre las cejas. 
—Estaban allí anoche. Antes de que me desmayara. 
Recuerdo que había dos lobos allí y eran ustedes, ¿verdad? —
pregunta mientras se acerca a acariciarnos. 
Nuestros lobos prácticamente ronronean cuando nos 
rozamos con ella, asintiendo con la cabeza para responder a su 
pregunta. Nos sentamos ante ella y dejamos que nos pase los 
dedos por el pelaje. Miro a Easton y veo que él y su lobo están 
igual de contentos en este momento. 
Ahora, sólo tenemos que convencerla de que se quede con 
nosotros. 
 
31 
 
Capítulo 7 
Raven 
Mi cuerpo se enciende cuando ambos empiezan a 
desnudarse y trato de apartar la vista para darles algo de 
intimidad, pero no parece que intenten ser discretos. Los 
cuerpos de ambos son magníficos. Parecen tallados en mármol 
y me dan ganas de alargar la mano y pasar los dedos por todos 
los surcos, crestas y músculos. Trabajando en gimnasios, he 
visto muchos cuerpos tonificados, pero tengo que decir que Kai 
y Easton son de lejos los mejores que he visto. 
Todas mis partes femeninas se encienden cuando se ponen 
delante de mí completamente desnudos y observo con asombro 
cómo empiezan a cambiar lentamente. En un abrir y cerrar de 
ojos, están de pie ante mí, no como los tipos ridículamente 
calientes que estaba mirando, sino como dos lobos gigantes. Un 
recuerdo de la noche anterior me asalta el cerebro y me acuerdo 
de los lobos en el bosque antes de desmayarme. 
—Estaban allí anoche. Antes de que me desmayara. 
Recuerdo que había dos lobos allí y eran ustedes, ¿verdad? —
pregunto mientras extiendo la mano para tocarlos. 
32 
 
Asienten, acercándose a mí y frotando su suave pelaje 
contra mis piernas. Se sientan ante mí y me dejan seguir 
pasando las manos por su pelaje mientras apoyan la cabeza en 
mis piernas. Sus lobos son hermosos, con un pelaje grueso y 
oscuro. Son altos y grandes por todas partes y me pregunto si 
son del mismo tamaño que un lobo normal. Lo dudo. No me 
imagino a ningún animal tan grande. Empiezan a retroceder y 
pronto vuelven a estar desnudos ante mí. 
—Te hemos contado nuestro secreto. Ahora es el momento 
de que nos digas de qué estás huyendo. No podemos mantenerte 
a salvo si no sabemos cuál es la amenaza —me dice Kai mientras 
se acomoda sobre la cama y toma asiento a mi lado. 
Easton hace lo mismo al otro lado y observan cómo me 
retuerzo las manos en el regazo y respiro profundamente. Lo 
suelto lentamente, decidiendo confiar en ellos. 
—Había un tipo en Seattle. Venía a algunas de mis clases de 
yoga y siempre me invitaba a salir. 
Me sobresalto cuando los dos hombres gruñen y sus brazos 
se tensan alrededor de mis hombros. Me aclaro la garganta y me 
apresuro a terminar la historia. 
—Siempre lo rechazaba, pero entonces empezó a aparecer 
en todos los sitios a los que iba. Intenté presentar una orden de 
alejamiento contra él, pero la policía no se lo tomó en serio. Hace 
dos días llegué a casa y lo encontré en mi habitación y no pude 
soportarlo más. Hacía mucho tiempo que no me sentía segura 
allí, pero esa fue la gota que colmó el vaso. Tomé mi auto y me 
33 
 
fui. Anoche intenté esconderme. Ni siquiera quería parar, pero 
estaba muy cansada —digo y noto las lágrimas en mis mejillas. 
Me apresuro a apartar las lágrimas mientras Easton y Kai 
me acurrucan entre ellos. Me frotan la espalda, murmurando 
palabras reconfortantes en mis oídos mientras me envuelven con 
sus cuerpos. Por fin, FINALMENTE, me siento segura y quiero 
hundirme en ellos y no salir nunca. 
—Te protegeremos —me asegura Easton y Kai asiente a mi 
otro lado. 
—Nunca estarás más segura que cuando estés con nosotros 
—dice Kai. 
—Eres nuestra compañera, Raven, y nunca dejaremos que 
nadie ni nada te haga daño —promete Easton. 
La duda se instala en mis entrañas. Estos hombres me 
hacen sentir cosas que nunca he sentido en mi vida, pero no 
tengo experiencia con los hombres y dudo que pueda manejar a 
un tipo, y mucho menos a dos. Dos cambiaformas, además. 
—No estoy segura de querer deshacerme de un tipo saltando 
a la cama con dos nuevos —digo en voz baja. 
—No es así —objeta Kai. 
—¿Cómo puedo confiar en esto? —pregunto. 
—Te lo demostraremos. No queremos asfixiarte, Raven. 
Como tus compañeros, nunca haríamos nada para hacerte 
daño. Sólo queremos mantenerte a salvo. Danos un poco de 
tiempo y déjanos demostrártelo —suplica Easton. 
34 
 
Miro entre los dos, notando la sinceridad en sus rostros. 
Realmente no creo que me hagan daño o que intenten acosarme 
como hizo Brock, pero sigo estando un poco nerviosa. 
—¿Qué dices, Raven? Déjanos demostrar lo buenos que 
seremos contigo —dice Kai, mientras se inclina más hacia mí. 
Levanto la vista hacia sus ojos y siento que me derrito. 
Puedo darles unos días, decido. 
—De acuerdo —asiento, —tienen dos días. 
Si no me enamoro de ellos antes de que pasen los dos días, 
al menos habré tenido un par de días para pasar desapercibida 
sin preocuparme de que Brock me encuentre. 
 
35 
 
Capítulo 5 
Easton 
Mi lobo se queja, queriendo clavarle los dientes en la piel y 
marcarla como nuestra, pero lo contengo. Tenemos que 
demostrarle que podemos ser buenos compañeros, que no 
vamos a intentar forzarla a nada como ese imbécil que la 
acosaba. Si logramos demostrarle que ella siempre será lo más 
preciado e importante para nosotros, entonces se quedará aquí 
y la tendremos para el resto de nuestras vidas. 
—¿Qué te gustaría hacer hoy? —le pregunta Kai. 
—Podemos enseñarte la ciudad —le ofrezco. 
La nieve ha dejado de caer esta mañana, pero sigue 
haciendo un frío de mil demonios y me preocupa que ella esté 
fuera hoy después de haber pasado tanto tiempo en el frío de 
anoche. Al menos, si vamos a la ciudad, podríamos entrar en las 
tiendas calientes. 
—¡No! No quiero ir a ningún sitio —dice Raven con los ojos 
llenos de miedo e inquietud. 
Sé que todavía le tiene miedo a ese tipo, le preocupa que la 
encuentre y mi lobo gruñe. No le gusta que nuestra compañera 
36 
 
tenga miedo y quiere dar caza a la amenaza y matarla. Miro 
hacia Kai y lo veo apretar los dientes. Estoy segura de que su 
lobo siente lo mismo que el mío. 
—Te protegeremos —le dice Kai con suavidad y yo asiento. 
—No tienes que volver a tener miedo —le prometo. 
—Todavía... prefiero quedarme aquí hoy. Si les parece bien. 
—Por supuesto, todo lo que quieras, Raven —le digo, 
arropándola a mi lado. 
Kai se encuentra con mis ojos por encima de su cabeza y 
compartimos una mirada, jurando el uno al otro mantener a 
nuestra compañera a salvo. Pase lo que pase. 
—¿Por qué no nos vestimos y luego podemos jugar a las 
cartas o algo así y conocernos un poco mejor? —sugiero. 
—De acuerdo —dice, y Kai y yo vemos cómo se desliza fuera 
de la cama y se dirige al pasillo. 
Me dirijo a mi vestidor y me pongo un pantalón de chándal 
y una camiseta de manga larga, y veo que Kai se dirige a su 
antiguahabitación para hacer lo mismo. Pasamos el resto del 
día en la mesa de la cocina, jugando a las cartas y a los juegos 
de mesa, hablando y riendo entre nosotros. Mi lobo se acurruca 
dentro de mí, rodando sobre su espalda y sonriendo cada vez 
que nuestra compañera deja caer un poco más sus muros con 
nosotros, cada vez que se ríe y sonríe a uno de nosotros. 
Todo mi cuerpo se ha sentido como si estuviera en llamas 
todo el día, la necesidad de reclamar a mi compañera 
presionando sobre mí. Puedo ver que el cuerpo de Raven 
37 
 
también reacciona ante nosotros. Su cara está sonrojada y sus 
pezones son picos rígidos que se clavan en su fina camiseta. No 
deja de cruzar y descruzar las piernas y la he visto mirarnos a 
Kai y a mí durante todo el día. Me doy cuenta de que nos desea 
y de que Kai y yo la deseamos. 
Comimos sándwiches y sopa para el almuerzo, pero Kai y yo 
queremos cuidar a nuestra compañera y mimarla, así que 
planeamos una cena romántica. Colocamos a Raven en el sofá 
frente a la chimenea con un libro mientras Kai y yo trabajamos 
en la cocina. Ambos levantamos la vista para ver cómo está, 
sonriendo cada vez que la vemos acurrucada en nuestra casa. 
Puedo sentir la paz y la satisfacción que desprende Kai en 
oleadas y eso me hace sentir más cómodo. 
Siempre había soñado con cómo sería cuando finalmente 
encontrara a mi compañera y, aunque nunca se me pasó por la 
cabeza que también fuera compañera de Kai, me alegro de que 
el resto sea como lo había imaginado. Siento que mi vida 
finalmente tiene un propósito. Protegeré y cuidaré a Raven hasta 
que muera y sé que Kai siente lo mismo. 
Terminamos la cena, un plato de pollo italiano que es uno 
de nuestros favoritos, y me dirijo al salón, llevando a nuestra 
compañera a la cocina y a la mesa. La acomodo en la misma silla 
que esta mañana y Kai pone la comida en la mesa. Nos sentamos 
cada uno a un lado de ella, igual que esta mañana, y espero a 
que Raven dé el primer bocado antes de tomar el tenedor y 
comer. 
38 
 
Raven elogia nuestra comida y Kai y yo nos animamos, 
encantados con sus elogios. Nuestros lobos aúllan, contentos de 
haber hecho feliz a nuestra compañera. Comemos y hablamos, 
y me alegro de que siga existiendo la misma conexión que hemos 
formado esta tarde. Raven se siente cómoda entre nosotros, más 
abierta y eso hace que mi lobo se relaje dentro de mí. 
Terminamos de cenar y al igual que esta mañana, Raven nos 
ayuda a limpiar y la veo bostezar. Mis ojos se encuentran con 
los de Kai y él rodea su cintura con el brazo. 
—Vamos a terminar los platos. Necesitas descansar —dice 
mientras la llevamos de vuelta al dormitorio. 
—Estoy bien —insiste ella, pero veo que sus ojos se cierran. 
—Has tenido un par de días muy largos y estoy seguro de 
que no has dormido muy bien desde que ocurrió lo del acosador. 
Necesitas recuperarte. Deja que te cuidemos, Raven —le digo 
mientras la subo a nuestra cama. 
Tengo suerte de tener una cama tan grande o no podríamos 
caber los tres juntos en ella. Kai y yo la arropamos y nos 
aseguramos de que esté bien acomodada antes de darle un beso 
en la frente y volver a la cocina. Terminamos de limpiar y nos 
apoyamos en la encimera, ambos mirando con nostalgia el 
pasillo. Todavía es pronto, pero Kai y yo no queremos estar en 
ningún otro sitio que en esa cama con nuestra compañera. 
Nos giramos como uno solo, sin necesidad de palabras, 
mientras nos dirigimos al pasillo y a nuestro dormitorio. Nos 
quitamos la ropa y nos metemos en la cama con ella. Le rodeo la 
39 
 
cintura con los brazos y sonrío cuando siento que me acaricia el 
cuello con la nariz. Su cálido aliento se abanica sobre mi piel y 
mi polla se endurece entre nosotros. Kai se coloca frente a su 
espalda y le rodea la cintura con el brazo antes de enterrar la 
cara en su hombro, respirando su dulce aroma. 
Raven se mueve entre nosotros, sus muslos se abren y mi 
muslo se desliza entre ellos. Mi erección se frota contra sus 
suaves curvas y cuando oigo a Kai soltar un gemido, sé que está 
igual de excitado. Mis dedos rozan su piel mientras observo sus 
delicadas facciones. Su pelo negro es una nube que se extiende 
por la almohada y la espalda. Siento que vuelve a moverse contra 
nosotros y me paralizo, con mi mano agarrando su cadera 
cuando la oigo soltar un gemido. 
Mis ojos vuelan hacia Kai y lo veo sonreír mientras la 
observa. Las caderas de ella vuelven a balancearse y la sonrisa 
cae, sustituida por una mirada de dolor cuando se da cuenta de 
que nunca la hemos marcado. Los cambiaformas no pueden 
correrse hasta que marcan a su compañera y nosotros no lo 
hemos hecho. Sentir su roce contra nosotros sólo será una 
tortura hasta que la hayamos mordido. Kai me mira, 
conteniendo un gemido cuando ella empieza a moverse contra 
nosotros de forma más constante. Sus ojos parecen doloridos y 
estoy segura de que los míos también lo están, pero ambos 
sabemos que nunca le negaríamos nada a nuestra compañera. 
Nuestros cuerpos se tensan y ambos nos quedamos quietos 
como una piedra mientras nuestra compañera utiliza nuestros 
40 
 
cuerpos para su placer. Ella sigue dormida, con el rostro 
tranquilo y los ojos cerrados mientras se mece contra nosotros. 
Mi polla se desliza entre sus piernas, mi piel desnuda rozando 
sus finos pantalones de yoga. Noto sus duros pezones a través 
de la camiseta, presionando mi pecho, y contengo un gemido 
cuando ella suelta una exclamación. 
Mi lobo se pasea dentro de mí, desesperado por salir y 
reclamar a nuestra compañera. La polla de Kai se acomoda en 
la hendidura de su culo y se muerde el labio inferior mientras 
ella se mueve contra nosotros. Mis ojos se cierran con fuerza 
cuando la oigo gemir nuestros nombres. La humedad se extiende 
por la punta de mi polla y retrocedo para que Kai pueda empujar 
hacia delante y sentir también su humedad contra él. Maldice 
en voz baja cuando siente la tela húmeda contra él y yo sonrío. 
Él me devuelve la sonrisa y ambos la abrazamos más fuerte 
mientras ella suspira entre nosotros. 
Le beso la frente y Kai le besa el hombro mientras acunamos 
todo nuestro mundo entre nosotros. 
 
41 
 
Capítulo 9 
Kai 
Easton y yo no mencionamos lo de anoche a Raven mientras 
la envolvemos en su abrigo. Le ponemos mi jersey y el gorro de 
Easton en la cabeza antes de dejarla salir. Sé que los dos 
estamos nerviosos por si se resfría, sobre todo después de haber 
estado en la ventisca. 
Esta mañana la hemos despertado con el desayuno en la 
cama y luego la hemos dejado ducharse antes de pedirle que nos 
acompañe a la ciudad. Queríamos presumir de nuestra 
compañera y demostrarle que siempre la cuidaríamos y la 
mantendríamos a salvo. Nos costó un poco convencerla, pero 
finalmente aceptó salir de casa con nosotros. 
Todavía se muestra nerviosa al salir en público, pero le 
prometimos que sólo iríamos a la tienda y a la panadería y luego 
volveríamos directamente a casa. Una vez que la hemos 
abrigado, la conducimos fuera de la casa y bajamos a la ciudad. 
La mayoría de los cambiantes tienen coches o algún tipo de 
transporte, pero Easton y yo nunca vimos el sentido. 
42 
 
Simplemente dejamos que nuestros lobos corran si alguna vez 
tenemos que dejar Ash Mountain. 
Tenemos a Raven entre nosotros, haciendo guardia mientras 
nos dirigimos al pueblo. Mi lobo se queja dentro de mí. No 
reclamar a Raven como nuestra compañera me está matando y 
mi lobo odia que no lleve nuestra marca. Miro a Easton y veo 
que él y su lobo sienten lo mismo. Espero que mostrar a nuestra 
compañera a la manada ayude a enfriar algo de esta incesante 
necesidad. 
Llevamos a Raven a la tienda y tomamos una cesta mientras 
empezamos a caminar por los pasillos. Observamos la cara de 
Raven y cada vez que se queda mirando algo durante más de 
unos segundos, uno de nosotros se acerca y lo deja caer en la 
cesta. Ella sonríe cuando se da cuentade lo que estamos 
haciendo y nosotros nos limitamos a observarla. Sigue 
haciéndolo mientras caminamos por otro pasillo y quiero reírme 
de cómo nos está poniendo a prueba. Miro a Easton y puedo ver 
cómo la observa. Ya la ama y mi lobo y yo estamos de acuerdo. 
Puedo sentir cómo se me hincha el corazón en el pecho mientras 
observo a Raven. 
Nuestra compañera se detiene frente a una pequeña sección 
y, al principio, creo que está comprobando las pruebas de 
embarazo y mi lobo y yo queremos aullar. No puedo esperar a 
ver a nuestra compañera hinchada y redonda con nuestros 
cachorros. Luego me fijo mejor y veo que no son las pruebas de 
embarazo lo que está mirando. Son los condones. 
43 
 
Gruño y siento que Easton se tensa a mi lado. Raven nos 
mira con los ojos muy abiertos y me inclino hacia ella. 
—Puedes tener todo lo que quieras en esta tienda, pero eso 
no, Raven. Cuando te tomemos no habrá nada que nos separe, 
nada que nos impida plantar a nuestros bebés en tu vientre. 
Raven aspira profundamente, sus pupilas se dilatan 
mientras me mira fijamente. Easton la agarra por el codo y la 
aleja del pasillo y de los condones. Echo una última mirada sucia 
a la selección de condones antes de seguirlos. El almacén no es 
grande y pronto terminamos de comprar. Nos dirigimos a la 
entrada para pagar y estoy agarrando las bolsas cuando Raven 
jadea. 
Easton y yo estamos a su lado en un instante y agarro su 
codo al ver lo pálida que está. Sus ojos grises nos miran, 
suplicando algo y Easton y yo nos abalanzamos sobre ella. 
—¿Qué pasa? ¿Qué pasa? —pregunto mientras me agarro a 
su cintura, protegiéndola con mi cuerpo. 
—Brock —susurra, sus ojos volando hacia la puerta 
principal. 
Easton gruñe y mi lobo enseña los dientes, no le gusta el 
nombre de otro hombre en los labios de nuestra pareja. 
—¿Quién es Brock? —exijo, haciendo que se encuentre con 
mis ojos una vez más. 
—El tipo de Seattle. El acosador —dice, tragando saliva 
mientras mira alrededor de la tienda. 
44 
 
Mis ojos se encuentran con los de Easton y puedo ver la 
preocupación en su cara también. Me hace un gesto con la 
cabeza y yo miro hacia la puerta principal, dispuesto a salir y 
patear algunos culos. Mi lobo empuja hacia delante, queriendo 
arrancarle la garganta a ese tipo y miro a mi alrededor para 
asegurarme de que no hay ningún visitante en la ciudad por hoy. 
—¿Podemos salir de aquí? ¿Por favor? —suplica Raven y yo 
suspiro, volviendo a mirar a Clark, el dependiente de la tienda 
esta mañana. 
—Vamos a salir por la parte de atrás —le digo y él asiente, 
captando que algo está pasando. 
Levanto a Raven en brazos mientras Easton toma las bolsas 
y nos sigue. Salimos por la puerta trasera y sostengo a Raven 
cerca mientras me dirijo a casa. Corremos por el bosque, 
utilizando los árboles como cobertura. Llegamos a casa y 
acomodo a Raven en el dormitorio, acurrucándola contra mí 
mientras Easton guarda la compra. Lo oigo hablar por teléfono, 
contándoles a Slate y a Finn lo que ha pasado. Estoy seguro de 
que estarán atentos a cualquier turista en la zona. Nos ayudarán 
a mantener alejado al acosador. 
Acerco a Raven a mí, envolviéndola fuertemente en mis 
brazos mientras se estremece. Le acaricio el pelo mientras 
intento reconfortarla, prometiéndole una y otra vez que la 
mantendremos a salvo, que nadie podrá hacerle daño ni 
arrebatárnosla. Easton termina con Slate y Finn, entra en el 
dormitorio y se acurruca al otro lado de Raven. Ella se acomoda 
45 
 
contra nosotros y yo alzo la vista para encontrarme con los ojos 
de Easton por encima de su cabeza. 
Lo veo en sus ojos. Ahora que tenemos a nuestra 
compañera, no vamos a dejar que nadie nos la quite. 
 
46 
 
Capítulo 10 
Raven 
Me acosté con mis chicos durante un rato y Brock pareció 
desaparecer de mi mente. Algo en tenerlos a los dos envueltos a 
mi alrededor hace que todo lo demás se me vaya de la cabeza. 
Luego se levantaron para prepararme algo de comer. En 
cuanto dejé de estar en sus brazos, todo volvió a la normalidad. 
Ahora estoy paseando por su camarote, mordiéndome el labio 
inferior mientras me pregunto qué debo hacer ahora. Lo más 
inteligente sería irme. Ahora que Brock está aquí, es sólo 
cuestión de tiempo que me encuentre. Sin embargo, la idea de 
dejar a Easton y a Kai me desgarra por dentro y mi mano se frota 
distraídamente sobre mi corazón. 
Ambos me han dicho que aquí estaré más segura, que 
pueden protegerme, y yo les creo. Luego pienso en la posibilidad 
de que los dos resulten heridos mientras intentan protegerme y 
me dan ganas de llorar. No quiero que les pase nada. 
—¿En qué estás pensando? —pregunta Easton mientras 
apoya sus manos en mis hombros, deteniendo mi paso. 
47 
 
—Creo que debería irme —suelto y siento que sus manos se 
tensan en mis hombros. 
—No. Ya hemos hablado de esto, Raven. Estás más segura 
aquí con nosotros. Te protegeremos y te mantendremos a salvo 
—me dice y veo que Kai asiente mientras se pone a mi otro lado. 
—¿Y si salen lastimados? ¿Y si él los hiere cuando están 
tratando de protegerme? —expreso mi peor temor. 
—Ese es nuestro trabajo como tus compañeros y moriríamos 
felizmente para mantenerte a salvo —dice Kai. 
Me atraen hacia sus brazos, prometiendo que quieren cuidar 
de mí y me derrito en ellos. Cenamos en silencio y me doy cuenta 
de que ambos siguen preocupados por mí. Limpiamos y 
fregamos los platos en silencio y dejo que me ayuden a entrar en 
el dormitorio. Mi cuerpo empieza a cosquillear y me dan ganas 
de reír. ¿Cómo puedo excitarme en medio de todo esto? Me quito 
los pantalones y me quito el sujetador, dejándolos caer junto a 
mi bolsa de viaje en la cómoda. 
Kai me lleva a la cama y veo cómo se quitan la ropa. Mi cara 
se sonroja al recordar que esta mañana me he despertado con 
sus cuerpos desnudos rodeándome. Mi cuerpo había sentido un 
cosquilleo entonces, pero por alguna razón, lo siento más fuerte 
ahora. Se desnudan y se deslizan en la cama a ambos lados de 
mí. Enseguida me abrazan y pronto estoy acurrucada entre 
ellos. Mi cuerpo empieza a reaccionar, el calor inunda mi 
torrente sanguíneo mientras me muevo contra ellos. 
48 
 
Los dos se congelan a ambos lados de mí mientras me froto 
contra ellos. No sé cuándo me he vuelto tan atrevida, pero siento 
que estoy destinada a hacer esto. El cosquilleo se extiende por 
todo mi cuerpo y pronto me pierdo en las sensaciones. Mis dedos 
se deslizan por debajo de la camiseta, recorriendo mi piel 
mientras balanceo mis caderas contra sus erecciones. Mis ojos 
se cierran cuando los siento palpitar contra mí y abro más las 
piernas, dejando que se deslicen entre mis muslos. 
Sin embargo, el roce con ellos no es suficiente. Ni siquiera 
estoy segura de lo que necesito ni de cómo pedirlo. Kai y Easton 
se quedan perfectamente quietos mientras me muevo contra 
ellos y suelto un gemido mientras abro los ojos y los miro. 
—Más —gimo. —Necesito más —les ruego. 
Los ojos de ambos se han oscurecido de lujuria y puedo 
sentir lo mucho que me desean. Se miran el uno al otro y luego 
vuelven a mirarme con expresiones de dolor. 
—Prometimos que no te tomaríamos hasta que aceptaras ser 
nuestra compañera. No podemos acostarnos contigo hasta que 
lleves nuestra marca —dice Easton. 
—Pero eso no significa que no podamos cuidarte de otra 
manera —susurra Kai mientras sus labios se encuentran con los 
míos. 
Es nuestro primer beso, MI primer beso, y es perfecto. Oigo 
a Easton gruñir antes de que sus labios se posen en mi cuello y 
siento que me lame hasta el hombro. Kai gime contra mis labios, 
con su lengua arrastrando mi labio inferior. Mis dedos se 
49 
 
introducen en su pelo y agarro los largos mechones mientras 
Easton me besa los pechos y se lleva una punta dura a la boca. 
Su lengua da vueltas alrededor del capullo antes de que sus 
dientes muerdan mi pezón y yo jadee en la boca de Kai. 
Kaiaprovecha la oportunidad para introducir su lengua en 
mi boca y yo gimo mientras mi lengua se lanza a acariciar la 
suya. Entonces me pierdo en ellos. Easton usa su lengua y sus 
dientes en mis pezones, sus manos recorren mis curvas hasta 
que parece tenerme memorizada. Los dedos de Kai me agarran 
por el pelo y me sujetan para poder saquear mi boca. Gimo, 
ahogándome en su sabor mientras el placer estalla en cada 
centímetro de mi cuerpo. 
Easton me besa más abajo, sobre mi estómago, antes de 
separar mis piernas con los hombros. Jadeo en la boca de Kai 
cuando siento que me arrancan las bragas y me alejo para mirar 
a Easton por debajo de mi cuerpo. Me sonríe como un lobo antes 
de bajar la cabeza y separar mis pliegues. Kai y yo vemos cómo 
Easton utiliza dos de sus dedos para mantenerme abierta y los 
tres gemimos a la vez cuando se inclina hacia delante y me lame 
a fondo. 
Se me cierran los ojos cuando caigo de nuevo en la cama y 
Kai baja sobre mí, sus dedos jugueteando con mis pezones 
mientras su boca se posa en la mía una vez más. Easton me 
lame, con su mano apretando mi muslo mientras me mantiene 
abierta para él. Mi mente se queda en blanco, concentrándose 
sólo en lo que mis dos hombres me están haciendo. Kai se aparta 
50 
 
cuando estoy jadeando y gimo cuando se inclina y se lleva a la 
boca uno de mis sensibles pezones. 
La mano de Kai se desliza hacia abajo para unirse a la de 
Easton entre mis piernas y casi salgo disparada de la cama 
cuando empieza a frotarme el clítoris. La lengua de Easton se 
centra entonces en mi abertura y me folla con ella mientras gimo 
y me retuerzo bajo ellos. No sé cómo parecen estar tan 
sincronizados o cómo parecen saber exactamente lo que necesito 
de ellos, pero me encanta. 
Mi cuerpo empieza a tensarse y mi espalda se inclina sobre 
la cama cuando siento que un orgasmo empieza a recorrerme. 
Grito sus nombres mientras me corro, mi coño se agita alrededor 
de la lengua de Easton mientras Kai me chupa los pezones y me 
frota el clítoris. Prolongan así mi orgasmo y siento que mis jugos 
salen de mí. Easton lo lame con su lengua mientras Kai se lleva 
sus propios dedos a la boca y los lame hasta dejarlos limpios. 
Miro hacia abajo y veo que Easton sigue cerniéndose sobre 
mi sexo palpitante. Mis pezones están rojos y húmedos por las 
bocas de ambos y mis muslos siguen temblando. Incluso 
después de ese orgasmo, mi cuerpo sigue cosquilleando y miro 
a ambos mientras me devuelven la mirada con ojos llenos de 
lujuria. 
—Necesito más. 
 
51 
 
Capítulo 11 
Easton 
Si antes no amaba a esta chica, ahora definitivamente sí. 
Sus jugos siguen cubriendo mi cara, su sabor en mi boca. Acabo 
de verla correrse y todavía quiere más. No, lo necesita. La luna 
llena es mañana por la noche y ya me estoy preguntando lo 
insaciable que será entonces cuando se produzca la llamada de 
apareamiento. Probablemente es algo bueno que seamos dos. 
Me apoyo en el reposacabezas y extiendo la mano, agarrando 
sus caderas y tirando de ella sobre mí. Kai alcanza su camisa y 
se la quita antes de que mis labios se encuentren con los suyos. 
Es nuestro primer beso y me pierdo en su sabor, en cómo sus 
labios se sienten suaves pero firmes contra los míos. Siento que 
Raven empieza a mecerse encima de mí y mi polla palpita 
cuando sus jugos empiezan a cubrirme desde la raíz hasta la 
punta. Ella gime, apartando su boca, y miro hacia abajo para 
ver que Kai está arrodillado entre mis piernas, detrás de ella. 
Sus manos la rodean, jugueteando con sus tetas, y yo gimo al 
verlo. Raven echa la cabeza hacia atrás mientras me cabalga y 
Kai le acaricia las tetas. 
52 
 
—Fóllame. Por favor —suplica, abriendo los ojos para 
mirarme. 
—No. No te tomaremos hasta que lleves nuestras marcas. 
Hasta que aceptes ser nuestra para siempre —le digo de nuevo, 
pero esta vez es mucho más difícil. 
—Lo necesito. Necesito sentirte dentro de mí —suplica, y sus 
ojos se abren de par en par al mirar los míos. 
No sé qué decir y mis ojos se fijan en los de Kai por encima 
de su hombro. Me sonríe y sé que lo que va a decir me va a 
encantar o lo voy a odiar absolutamente. 
—Ven aquí, Raven —dice, ayudándola a ponerse de rodillas 
para que se siente a horcajadas sobre mi cintura. 
Mi polla apunta directamente a su abertura y lanzo una 
mirada de advertencia a Kai mientras intento quedarme quieto. 
—Muy bien, Raven. Vas a tomar su punta, ¿de acuerdo? 
Sólo la punta —subraya y Raven sacude la cabeza 
frenéticamente, sus caderas ya empiezan a moverse, ávidas de 
mi polla. 
—Easton va a mantenerte firme para que no tomes más. 
Mis manos se extienden, agarrándola con fuerza mientras 
se hunde en mí. Gimo, mi boca se abre mientras veo la punta de 
mi polla desaparecer entre sus brillantes pliegues. Raven gime 
por encima de mí y se me hace agua la boca, deseando 
inclinarme hacia delante y morderla. Kai me sonríe mientras se 
acerca a ella, deslizando su mano entre sus piernas y 
encontrando ese sensible botón. 
53 
 
—¡Oh! —exclama Raven por encima de mí cuando él empieza 
a rodear su clítoris. 
La otra mano de Kai sube, ahuecando uno de sus pechos 
antes de que sus dedos jueguen con su pezón. Siento que Raven 
se aprieta a mi alrededor y me inclino hacia delante, llevándome 
su otro pezón a la boca. Kai y yo trabajamos juntos para que 
nuestra compañera se corra y nos vemos recompensados un 
minuto después cuando ella se tensa entre nosotros, gritando 
mientras su coño palpita a mi alrededor. Sus jugos corren por 
mi polla y me cubren y mi lobo me grita que la marque ya. Puedo 
sentir cómo empuja hacia delante y estoy a punto de ceder 
cuando Raven se aparta de mí. 
Kai la atrae hacia su regazo y ella gime mientras se hunde 
en la punta de su erección. Sacudo la cabeza, tratando de 
empujar mi lobo hacia abajo mientras me inclino hacia adelante 
y chupo su pezón en mi boca, usando mi otra mano para frotar 
su dulce coño. Raven no tarda en correrse de nuevo y miro hacia 
abajo para ver la polla de Kai brillando con su crema. Mi lobo y 
yo estamos ávidos y la separo de él, acomodándola de nuevo 
sobre mí mientras Kai desliza sus manos hasta su núcleo. 
La compartimos así de un lado a otro hasta que ella queda 
finalmente satisfecha. Somos un desastre jadeante y sudoroso 
cuando nos desplomamos de nuevo sobre el colchón y juro que 
ella está a punto de desmayarse. La abrazamos entre nosotros y 
veo que Kai vuelve a sonreír. 
54 
 
—Mira lo que has hecho. Mira el desastre que has hecho —
dice Kai y Raven mira nuestras erecciones, cubiertas de su 
crema. 
—¡Oh! Soy tan egoísta. Déjenme ocuparme de los dos —dice, 
extendiendo su mano para envolver nuestras longitudes. 
—No, está bien —digo, moviéndola suavemente entre 
nosotros para que ambos podamos abrazarla. 
—¿Qué? —pregunta ella, con la voz adormecida. 
—Los cambiaformas no pueden correrse hasta que han 
marcado a su compañera y ya prometimos que te daríamos 
tiempo. No te preocupes por nosotros, Raven —le digo mientras 
se acurruca a mi lado. 
—Sí. Además, nos encantó compartirte así. Si eso fuera todo 
lo que hiciéramos el resto de nuestras vidas, moriría feliz —le 
dice Kai y ella sonríe, inclinándose para darnos un beso de 
buenas noches a cada uno. 
La acurrucamos entre nosotros, cubriéndonos con el 
edredón mientras nuestra compañera se queda dormida. 
 
55 
 
Capítulo 12 
Kai 
Es de madrugada cuando me despierto. Tardo un segundo 
en saber qué me ha despertado, pero cuando lo hago, mis ojos 
se dirigen a Easton. Está tenso a mi lado y los dos esperamos, 
escuchando otro sonido. En cuanto los escalones del porche 
chirrían, salimos de la cama. 
Easton suelta un aullido, alertando a la manada mientras 
levanto a Raven y la llevo al baño. Parpadea con ojos soñolientos 
hacia mí, pero cuando ve mi mirada se tensa. 
—Hay alguien aquí —le digo, dejándola en la bañera. 
—¿Brock? —pregunta, conla voz temblorosa mientras sus 
ojos se dirigen a la puerta. 
—No lo sé, pero vamos a averiguarlo. Quiero que cierres esta 
puerta después de mí y que no dejes entrar a nadie hasta que 
volvamos a por ti —le digo mientras miro para ver a Easton salir 
del dormitorio. 
—Ten cuidado —dice y noto cómo tiembla. 
Mi lobo gruñe, queriendo destruir a cualquiera que le cause 
tanta angustia a mi compañera. Odio tener que dejarla, pero 
56 
 
tengo que ayudar a Easton a comprobarlo. Tengo que 
asegurarme de que mi compañera está protegida. Vuelvo a 
comprobar que está a salvo allí antes de deslizarme por el pasillo 
hacia la puerta principal. Easton está agachado y me espera en 
el salón y ambos miramos hacia la puerta principal cuando el 
pomo empieza a girar. 
Ya puedo oler que no se trata de un cambiaformas ni de un 
miembro del pueblo. En el fondo, sé que se trata de su acosador 
y una parte de mí se alegra de que podamos acabar con esto y 
no tener que volver a preocuparnos por ese imbécil. 
Easton y yo cambiamos cuando la puerta se abre con un 
chirrido y, cuando el hombre entra, se encuentra con dos lobos 
esperándolo. Veo primero la pistola en su mano y me abalanzo 
sobre él, enseñándole los dientes. Retrocede, y un rollo de cinta 
adhesiva se le cae del bolsillo mientras corre. Easton y yo lo 
perseguimos y oigo los aullidos de nuestra manada cuando 
también se acercan a nosotros. 
El tipo grita, tanteando el arma mientras nos abalanzamos 
sobre él de nuevo, esta vez mis dientes hundiéndose en su 
cuello. Muerdo cuando el arma se dispara y me tenso, 
preocupado por Easton. Gruñe a mi lado y sé que está bien. 
Siento que el tipo se queda sin fuerzas y lo dejo caer, mirando 
cómo su sangre se extiende en la blanca nieve. Sus ojos sin vida 
miran al cielo y yo alzo la vista cuando el resto de la manada 
irrumpe entre los árboles. 
57 
 
Slate echa un vistazo al cuerpo que tenemos delante antes 
de hacer una señal a todos los demás. La gente empieza a 
cambiar y pronto estamos todos de pie en la nieve. 
—¿Su compañera? —pregunta Slate de inmediato y ambos 
giramos para mirar hacia la casa. 
—Vayan —dice Slate. 
—Sí, nos encargaremos de él —dice Finn, asintiendo al 
acosador de Raven. —Vayan a cuidar de su compañera. 
No necesitamos que nos lo digan dos veces. Easton y yo nos 
damos la vuelta, cambiando mientras corremos hacia la casa y 
entramos. Cierro la puerta de golpe tras de mí, corriendo por el 
pasillo tras Kai. Llamamos a la puerta, esperando 
impacientemente a que Raven nos abra. Finalmente, la puerta 
se abre y nuestra compañera se queda de pie con lágrimas en la 
cara. 
—Está bien —le decimos mientras la acunamos entre 
nosotros, secando sus lágrimas. 
—Se acabó —le dice Kai mientras la llevamos de vuelta a la 
cama. 
 
58 
 
Capítulo 13 
Raven 
El miedo se apodera de mí mientras me acurruco en el baño, 
mis oídos se esfuerzan por escuchar algo en el dormitorio o en 
el pasillo. Mi respiración es superficial mientras espero que 
alguien vuelva a buscarme. Por favor, que sean Kai y Easton, 
rezo. No sé qué haría si les pasara algo a alguno de ellos. Estaría 
destrozada. Se me llenan los ojos de lágrimas al pensar en que 
uno de ellos o los dos no vuelvan. 
Entonces me doy cuenta de lo mucho que han llegado a 
significar para mí en tan poco tiempo. Me gusta la forma en que 
me cuidan, cómo siempre me revisan y se aseguran de que tenga 
todo lo que necesito. Me encanta cómo me hacen sentir, como si 
estuviera protegida y segura y como si fuera lo más preciado del 
mundo para ellos. Me hacen sentir querida y amada. 
Los amo. 
No quiero dejarlos. Quiero pertenecer a ellos, ser su 
compañera. Creo que mi cuerpo siempre ha sabido que les 
pertenezco. Nunca reaccionó ante nadie, pero en cuanto me 
acerco a Kai y Easton, ¡bam! Cosquilleo. 
59 
 
La puerta principal se cierra de golpe y me pongo en tensión, 
rezando a todos los dioses que recuerdo para que me traigan a 
Kai y a Easton sanos y salvos. Unos pasos se acercan 
atronadoramente hacia mí y se detienen justo en la puerta del 
baño. La respiración se me atasca en la garganta y me quedo 
inmóvil mientras espero a ver quién está al otro lado. 
Suena un golpe y oigo que dos personas se mueven al otro 
lado de la puerta. Alargo la mano, desbloqueando y abriendo la 
puerta, y no me doy cuenta de que estoy llorando hasta que me 
empujan entre sus brazos y tratan de apartarlas. 
—Está bien —me dicen mientras me acunan entre ellos, 
secando mis lágrimas. 
—Se acabó —me dice Kai mientras me lleva de vuelta a la 
cama. 
Me acuestan en la cama y me acurrucan entre ellos mientras 
intentan consolarme. Los miro, intentando ver si alguno de ellos 
está herido. Me relajo cuando veo que ambos parecen estar bien. 
Entiendo lo que dicen. 'Se acabó' solo puede significar una 
cosa y el alivio fluye por mí. Brock no puede volver a hacerme 
daño ni a mí ni a nadie más. No tengo que mirar continuamente 
por encima del hombro. Puedo relajarme y por fin empezar a vivir 
mi vida de nuevo y eso se lo debo a Kai y a Easton. 
Ambos me hacen callar, me acunan contra ellos y me 
animan a descansar. Debo de dormirme en algún momento 
porque me despierto con hambre y veo que el sol se ha puesto 
en el cielo. Siento un cosquilleo en el cuerpo y un dolor sordo 
60 
 
entre las piernas. Dónde están mis hombres, me pregunto 
mientras miro el dormitorio vacío. 
Me dirijo a la cocina y los veo moverse junto a los fogones. 
—Hola —dice Kai en cuanto me ve. 
—Te estábamos preparando la cena. ¿Cómo te sientes? —
pregunta Easton mientras se acerca a mí. 
—Estoy bien. Me siento como si me hubiera quitado un peso 
de encima, sabiendo que se ha ido. No me siento triste por su 
muerte —admito. —¿Eso me convierte en una mala persona? 
—¡No! —contestan los dos a la vez. 
—Nunca podrías ser una mala persona —me dice Easton, 
acunando mi cara entre sus palmas. 
—Era una mala persona. El mundo está mejor sin él —me 
dice Kai mientras me rodea con sus brazos por detrás. 
Me apoyo en ellos y la misma sensación de cosquilleo de la 
noche anterior vuelve a aparecer. Mi coño se aprieta, pidiendo 
que lo llenen. Pero tengo que decirles algo antes de rogarles que 
me lleven a la cama. 
—Los amo. A los dos —digo mientras miro entre ellos. 
Se quedan boquiabiertos, pero en un abrir y cerrar de ojos 
sus expresiones cambian a una de amor y felicidad. 
—Nosotros también te amamos —dice Easton. 
—Tanto, Raven —termina Kai. 
—Quiero pertenecer a ustedes, completamente. ¿Me van a 
marcar ahora? 
61 
 
Se miran el uno al otro por encima de mi cabeza y veo que 
una mirada pasa entre ellos. Cada uno toma una de mis manos 
y me llevan por el pasillo hasta el dormitorio. 
—¿Estás segura de esto, Raven? Te esperaremos. Puedes 
tomarte todo el tiempo que necesites —me dice Easton. 
—Estoy preparada. Los deseo. Quiero ser su compañera. 
Se inclinan, reclamando mis labios de uno en uno. Gimo en 
la boca de Kai mientras Easton trabaja para quitarme la ropa. 
Rompo el beso y levanto las manos para que Easton me quite la 
camiseta, dejándome desnuda ante ellos. Sus ojos me devoran y 
siento que mi lujuria aumenta un par de grados al ver que 
empiezan a tirar de su propia ropa. 
Me subo a la cama y me recuesto sobre los codos, viendo 
cómo suben tras de mí. Sus manos se deslizan por mis piernas 
y sus bocas les siguen la pista. Siento que me marcan y empiezo 
a jadear cuando se acercan a la unión de mis muslos. Me abren 
las piernas y, de repente, me alegro de haber pasado la última 
década practicando yoga y de ser lo suficientemente flexible 
como para acomodarlos a los dos. 
Easton utiliza sus dedos para separar mis labios inferiores 
y ambos gimen al ver lo mojada que estoy para ellos. Gimo 
cuando veo que se lamen los labios. Kai se inclina hacia delante, 
lamiendo mi centro y haciendo girar su lengua alrededor de mi 
sensible clítoris. Grito yme arqueo sobre la cama cuando 
empiezan a darme placer. 
62 
 
—Kai va a conseguir tu primer orgasmo con su lengua, pero 
luego será mi turno —me dice Easton mientras sus ojos oscuros 
se encuentran con los míos. 
Hay tanta pasión y amor en sus ojos que casi me corro sólo 
con esa mirada. La boca de Kai se abre sobre mi coño y empieza 
a comerme como un hombre hambriento. Su lengua golpea mi 
clítoris antes de bajar a mi abertura. En cuanto la boca de Kai 
se aleja, los dedos de Easton están ahí para frotar mi carne 
húmeda y ofrecerme placer. Trabajan en equipo para llevarme 
cada vez más cerca del límite y grito sus nombres cuando mi 
orgasmo me golpea. 
Palpito contra la lengua de Kai, mis ojos se cierran mientras 
me corro más fuerte que nunca. Siento que la cama se mueve y 
abro los ojos para verlos a los dos subiendo a la cama. Se 
recuestan de lado, a ambos lados de mí, y me retuerzo cuando 
siento que sus manos empiezan a recorrer mi cuerpo. Me 
acarician el vientre, haciéndome reír y retorcerme entre ellos. 
Sonríen cuando sus manos se deslizan hacia arriba y cada una 
de ellas toma un pecho con la palma de la mano, acariciando 
con sus dedos mis rígidos pezones. 
Gimo mientras me acarician y siento que otro orgasmo 
empieza a crecer en lo más profundo de mi ser. Levanto las 
manos y las aferro a sus cabellos, y los dos se inclinan. Mis 
labios se encuentran con los de Kai y puedo saborear mi pasión 
en los suyos. Gimo por el sabor, pero Easton me agarra de la 
barbilla y me gira la cara para que me encuentre con la suya. 
63 
 
Easton se aparta y ambos me miran fijamente, apartando 
parte de mi pelo del cuello y los hombros. La anticipación me 
recorre la sangre y arqueo el pecho, ofreciéndoles mi cuerpo. 
—Muérdanme —les ordeno, con un rubor subiendo a mis 
mejillas y bajando a la parte superior de mis tetas. 
Se inclinan juntos hacia delante, y ambos me acarician el 
cuello antes de lamerlo. Jadeo mientras espero que me marquen 
y no tengo que esperar mucho. Siento sus dientes sobre mí y me 
tenso, esperando el dolor. En lugar de ello, el orgasmo más 
intenso me recorre y grito mientras me corro. Unos puntos 
negros danzan en mi visión cuando por fin me recupero de la 
euforia. 
—Ahora eres nuestra —me dice Easton. 
—Por fin —añade Kai y me río por la forma en que lo hace 
sonar como si hubiera sido una eternidad de espera en lugar de 
sólo un par de días. 
Easton se acomoda entre mis piernas, me agarra de los 
muslos y me mantiene abierta mientras acerca su gruesa polla 
a mi abertura. Lo observo, enredando mi mano en el pelo de Kai 
mientras se inclina para morder su marca. Un pequeño orgasmo 
me recorre y miro a Easton, levantando mis caderas hacia él en 
señal de invitación. 
—Te amo, Raven —dice mientras me agarra de las caderas 
y me penetra con un movimiento rápido. 
Grito, pero Kai está ahí para ayudar a aliviar el dolor. Sus 
dedos me tocan y juegan con mis pezones mientras me lame y 
64 
 
mordisquea el cuello y el hombro. Cada vez que se acerca a su 
marca, un pequeño orgasmo me recorre. Mi coño se aprieta 
alrededor de la longitud de Easton y gimo cuando empieza a 
moverse dentro de mí. Se balancea contra mí, moviéndose 
lentamente al principio hasta que me acostumbro a la sensación 
de estar tan llena. 
—Más —gimo después de un par de minutos y siento que 
ambos me sujetan con más fuerza. 
Kai empieza a pellizcarme los pezones, ejerciendo más 
presión mientras Easton empieza a embestirme con fuerza. Se 
mete entre mis piernas y yo me arqueo contra él, con las piernas 
enredadas en su cintura. Cuanto más suben mis piernas en la 
cintura de Easton, más profundo se mete dentro de mí. 
—¿Te vas a correr para él? —me pregunta Kai mientras 
Easton me penetra. 
Gimo, echando la cabeza hacia atrás cuando sus palabras 
hacen que una nueva oleada de deseo me inunde. Subo las 
piernas a los hombros de Easton y él me agarra los tobillos, 
empujando mis pies hacia mi cabeza y manteniéndome abierta 
para él. La mano de Kai se desliza entre mis piernas y me frota 
el clítoris en círculos apretados mientras empiezo a gemir sus 
nombres. 
Mi coño se aprieta alrededor de la longitud de Easton 
mientras me corro. Grito su nombre, gimiendo una y otra vez 
mientras mi coño codicioso le arranca el orgasmo a Easton. Grita 
mi nombre cuando se corre dentro de mí y yo gimo y tengo 
65 
 
espasmos a su alrededor mientras me llena. Easton se inclina y 
roza su boca con la mía mientras sale de mí lentamente. Me besa 
profundamente mientras se pone de lado y Kai ocupa su lugar 
entre mis piernas. 
—¿Estás lista para mí? —me pregunta Kai y yo asiento 
frenéticamente con la cabeza. 
Una nueva oleada de necesidad inunda mi cuerpo cuando 
veo a Kai entre mis muslos y noto que sus ojos se oscurecen aún 
más. 
—La luna de apareamiento —murmura Easton y Kai asiente 
con la cabeza. 
—¿Qué? 
—Es la luna de apareamiento —me dice Kai. 
—La llamada va a ser más fuerte —añade Easton. 
—¿Qué significa eso? —pregunto. 
—Te vas a poner súper cachonda. Muy, muy cachonda —
dice Kai mientras empieza a empujar dentro de mí. 
Supongo que está exagerando, pero a medida que la luna 
sube en el cielo, mis hormonas empiezan a descontrolarse. Estoy 
desesperada por ellos y llego a la conclusión de que lo de la luna 
de apareamiento y la llamada no es ninguna broma. 
Kai empieza a moverse dentro de mí mientras Easton me 
pellizca y lame las tetas. Gimo cuando Kai se hunde en mí, sus 
pelotas golpean mi culo mientras me penetra. Los dedos de 
Easton rozan las marcas que me han dejado y me arqueo 
66 
 
mientras un pequeño orgasmo me atraviesa. Mi coño se aprieta 
aún más alrededor de Kai mientras me folla con más fuerza. 
—Más —le suplico. 
—Te prometo que esta noche te vamos a follar en todas las 
posiciones imaginables, compañera —me susurra Easton al oído 
mientras sigue acariciando mis tetas. 
Gimo al oír sus palabras, y mi deseo aumenta un par de 
grados mientras Kai se desliza dentro y fuera de mí. Se siente 
tan bien, pero lo quiero más dentro de mí. Gimo mientras me 
agarro los dedos de los pies, doblo las piernas y engancho los 
tobillos detrás de mi cabeza. Kai puede moverse dentro de mí 
mucho más profundamente de esta manera y casi grito cuando 
se hunde en mí completamente. 
Levanto la vista y veo que Easton y Kai me miran como si 
fuera la cosa más sexy que han visto en su vida. 
—Joder —respira Easton mientras mira cómo me folla Kai. 
—Estás tan jodidamente caliente —gime Kai y yo me arqueo 
hacia él, deseando que la boca de Easton vuelva a estar sobre 
mí. 
Parece entender el mensaje porque sus labios rodean un 
pico rígido y lo succiona dentro de su boca, pasando la lengua 
de un lado a otro sobre el capullo. Siento que empiezo a 
deshacerme y aspiro profundamente, soltando un grito mientras 
me corro sobre la polla de Kai. Mi orgasmo desencadena el suyo 
y siento que Kai se corre dentro de mí. Mis piernas caen por 
detrás de mi cabeza y me desplomo sobre la cama entre los dos. 
67 
 
Se podría pensar que después de esos orgasmos estaría 
satisfecha, pero en lugar de eso, mi lujuria parece haber 
aumentado. Me doy la vuelta, me subo encima de Easton y 
empiezo a montar su gruesa polla. Me estira más de esta manera 
y gimo mientras reboto sobre él, follándome sobre su polla. Kai 
gime mientras se mueve detrás de mí, pasando sus manos por 
mi culo. Sus dedos se introducen entre los globos y siento que 
se mueven sobre mi agujero fruncido. Gimo por la sensación y 
siento que Kai sonríe contra mi hombro. 
—Quieres que te follemos aquí, compañera. ¿Quieres que te 
tomemos los dos al mismo tiempo? —gruñe Kai en mi oído. 
Asiento rápidamente con la cabeza, gimiendo ante sus 
sucias palabras, y cabalgo más rápido sobre Easton, 
clavándome en su longitud una y otra vez. Puedo sentir a Easton 
hincharse dentro de mí y su deseo llena el aire. Lo inhalo y eso

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