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La formación de los primeros imperios en Asia oriental Dolors Folch i Fornesa P03/87003/01865 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Dolors Folch i Fornesa P03/87003/01865 .. .. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 3 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Índice Introducción ............................................................................................ 5 Objetivos.................................................................................................... 6 1. Guerras y cambios .............................................................................. 7 2. Los legistas del reino de Qin............................................................. 11 3. El imperio Qin ..................................................................................... 15 4. Los Han Anteriores ............................................................................. 20 5. El reinado de Wang Mang y los Han Posteriores ........................ 26 6. La cultura Han .................................................................................... 30 7. El impacto de los Han en Corea, Vietnam y Japón ..................... 34 7.1. Corea................................................................................................ 34 7.2. Japón................................................................................................ 37 7.3. Vietnam ........................................................................................... 38 Resumen .................................................................................................... 41 Bibliografía .............................................................................................. 43 © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 3 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Índice Introducción ............................................................................................ 5 Objetivos.................................................................................................... 6 1. Guerras y cambios .............................................................................. 7 2. Los legistas del reino de Qin............................................................. 11 3. El imperio Qin ..................................................................................... 15 4. Los Han Anteriores ............................................................................. 20 5. El reinado de Wang Mang y los Han Posteriores ........................ 26 6. La cultura Han .................................................................................... 30 7. El impacto de los Han en Corea, Vietnam y Japón ..................... 34 7.1. Corea................................................................................................ 34 7.2. Japón................................................................................................ 37 7.3. Vietnam ........................................................................................... 38 Resumen .................................................................................................... 41 Bibliografía .............................................................................................. 43 © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 4 La formación de los primeros imperios en Asia oriental ... © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 4 La formación de los primeros imperios en Asia oriental ... © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 5 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Introducción Este módulo presenta la desarticulación del “feudalismo chino” en el período de los Reinos Combatientes, y las consecuencias que tienen las guerras con- tinuas para la evolución socioeconómica de China. En el siglo III, únicamen- te quedan siete de estos reinos. El de Qin, situado al oeste, conseguirá una victoria definitiva sobre el resto de los reinos, instaurando así el primer im- perio. Esto sucede en el año 221 a.C. Con la conquista del país por parte de la dinastía Qin, China entra en su etapa imperial. Qin Shihuang, el primer emperador, establecerá toda una se- rie de medidas unificadoras –que van desde la unificación de la escritura, la moneda y los pesos y medidas, hasta una división administrativa del territo- rio– que se perpetuarán a lo largo de 2.000 años. No obstante, la fuerte presión ejercida por esta primera dinastía imperial so- bre la población –que se verá forzada a realizar grandes construcciones públi- cas a un ritmo desenfrenado– provocará la rápida caída de la misma y la su- plantación por una nueva, la dinastía Han que, a pesar de haber derrocado a la dinastía Qin, conservará las medidas unificadoras que ésta había desplega- do a lo largo del territorio. La implantación del imperio chino repercutió sobre los territorios vecinos de Asia oriental: la población Han fue desplazada allí donde los ejércitos impe- riales llegaban. Procedimientos similares a éste fueron los que propiciaron que Corea y Vietnam quedaran integrados por primera vez en el mundo sí- nico. El primero, como colonia; el segundo, como provincia. Japón, en cam- bio, aislado del continente, sólo recibió una influencia indirecta, que queda reflejada en la cultura Yayoi. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 5 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Introducción Este módulo presenta la desarticulación del “feudalismo chino” en el período de los Reinos Combatientes, y las consecuencias que tienen las guerras con- tinuas para la evolución socioeconómica de China. En el siglo III, únicamen- te quedan siete de estos reinos. El de Qin, situado al oeste, conseguirá una victoria definitiva sobre el resto de los reinos, instaurando así el primer im- perio. Esto sucede en el año 221 a.C. Con la conquista del país por parte de la dinastía Qin, China entra en su etapa imperial. Qin Shihuang, el primer emperador, establecerá toda una se- rie de medidas unificadoras –que van desde la unificación de la escritura, la moneda y los pesos y medidas, hasta una división administrativa del territo- rio– que se perpetuarán a lo largo de 2.000 años. No obstante, la fuerte presión ejercida por esta primera dinastía imperial so- bre la población –que se verá forzada a realizar grandes construcciones públi- cas a un ritmo desenfrenado– provocará la rápida caída de la misma y la su- plantación por una nueva, la dinastía Han que, a pesar de haber derrocado a la dinastía Qin, conservará las medidas unificadoras que ésta había desplega- do a lo largo del territorio. La implantación del imperio chino repercutió sobre los territorios vecinos de Asia oriental: la población Han fue desplazada allí donde los ejércitos impe- riales llegaban. Procedimientos similares a éste fueron los que propiciaron que Corea y Vietnam quedaran integrados por primera vez en el mundo sí- nico. El primero, como colonia; el segundo, como provincia. Japón, en cam- bio, aislado del continente, sólo recibió una influencia indirecta, que queda reflejada en la cultura Yayoi. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 6 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Objetivos 1. Analizar el impacto socioeconómico de las guerras continuas durante el período de los Reinos Combatientes. 2. Conocer el momento inmediato anterior a la creación del primer imperio chino, el Qin. 3. Entender los elementos básicos que se perpetúan de los Qin a los Han. 4. Comprender el funcionamiento de los imperios Qin y Han, y su conti- nuidad a lo largo de 2.000 años. 5. Entender el impacto que la ideología legista ha tenido sobre el primer imperio. 6. Analizar el impacto que tuvo el imperio chino sobre los territorios de Asia oriental, concretamente en Corea, Vietnam y Japón. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 6 La formación de los primerosimperios en Asia oriental Objetivos 1. Analizar el impacto socioeconómico de las guerras continuas durante el período de los Reinos Combatientes. 2. Conocer el momento inmediato anterior a la creación del primer imperio chino, el Qin. 3. Entender los elementos básicos que se perpetúan de los Qin a los Han. 4. Comprender el funcionamiento de los imperios Qin y Han, y su conti- nuidad a lo largo de 2.000 años. 5. Entender el impacto que la ideología legista ha tenido sobre el primer imperio. 6. Analizar el impacto que tuvo el imperio chino sobre los territorios de Asia oriental, concretamente en Corea, Vietnam y Japón. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 7 La formación de los primeros imperios en Asia oriental 1. Guerras y cambios Los Zhou Occidentales (1050-770 a.C.) cayeron en manos de las tribus bárba- ras de Occidente, y la capital se trasladó a Luoyang, situada más hacia el este, en una posición más protegida: así se inició el nuevo período de los Zhou Orientales (771-221 a.C.), que duraría hasta la instauración del imperio en el año 221 a.C. Estos cinco siglos, que fueron testigos de cambios radicales en el mundo chino, se dividen en dos partes: Primaveras y Otoños (770-463 a.C.) y Reinos Combatientes (463-221 a.C.).a Durante el período de Primaveras y Otoños se producirá tanto la desapari- ción de los bárbaros interiores con los que se habían estado peleando duran- te siglos los Zhou Occidentales, como la generalización de las guerras entre chinos. Se trataba siempre de guerras en las que los nobles, haciendo uso de los carros, combatían según un estricto código de caballería y en el que las fuerzas de infantería que les acompañaban eran de dimensiones modestas: rara vez se movilizaban más de 10.000 soldados y las campañas duraban unas pocas semanas. Aun así, las luchas distorsionaron todo el orden religio- so y ritual y quedaron afectadas tanto las relaciones de los reinos entre sí, como los vínculos entre linajes que ocupaban una misma ciudad. A partir del siglo VI a.C., la crisis de la sociedad feudal se hace obvia, y los reinos multiplican leyes e impuestos que, para los más tradicionalis- tas, se identificarán con la decadencia misma del sistema. El máximo re- presentante de la crítica a la ruina del mundo antiguo será Confucio (551-479 a.C.), nacido a finales del período. El período que se inicia a mediados del siglo V a.C., el de los Reinos Comba- tientes ( ), se enfrenta con un recrudecimiento de las guerras que tienen ahora un carácter muy diferente y que, de hecho, dan nombre a todo el pe- ríodo. Las guerras, mucho más largas y con mucha más gente involucrada que en el período de Primaveras y Otoños, como consecuencia de las conti- nuas victorias e invasiones de unos estados sobre los otros, conducen a la disminución creciente del número de estados implicados; en el siglo III, ya sólo quedan siete grandes: dos de ellos, Chu, al sur, con el control de todo el valle del Yangzi, y Qin, al oeste, bien protegido, bien organizado y fuerte- mente enriquecido por la conquista y la explotación de las ricas tierras del Sichuan, se disputarán el control de todo el territorio, hasta llegar a la victo- ria definitiva del reino de Qin, en el año 221 a.C. Para poder sobrevivir, los nuevos estados se centran en conseguir recursos económicos: la preocupación por el fortalecimiento económico y militar del Las guerras... ... en este momento serán entre chinos y las bolsas resi- duales de bárbaros interiores quedarán progresivamente absorbidas. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 7 La formación de los primeros imperios en Asia oriental 1. Guerras y cambios Los Zhou Occidentales (1050-770 a.C.) cayeron en manos de las tribus bárba- ras de Occidente, y la capital se trasladó a Luoyang, situada más hacia el este, en una posición más protegida: así se inició el nuevo período de los Zhou Orientales (771-221 a.C.), que duraría hasta la instauración del imperio en el año 221 a.C. Estos cinco siglos, que fueron testigos de cambios radicales en el mundo chino, se dividen en dos partes: Primaveras y Otoños (770-463 a.C.) y Reinos Combatientes (463-221 a.C.).a Durante el período de Primaveras y Otoños se producirá tanto la desapari- ción de los bárbaros interiores con los que se habían estado peleando duran- te siglos los Zhou Occidentales, como la generalización de las guerras entre chinos. Se trataba siempre de guerras en las que los nobles, haciendo uso de los carros, combatían según un estricto código de caballería y en el que las fuerzas de infantería que les acompañaban eran de dimensiones modestas: rara vez se movilizaban más de 10.000 soldados y las campañas duraban unas pocas semanas. Aun así, las luchas distorsionaron todo el orden religio- so y ritual y quedaron afectadas tanto las relaciones de los reinos entre sí, como los vínculos entre linajes que ocupaban una misma ciudad. A partir del siglo VI a.C., la crisis de la sociedad feudal se hace obvia, y los reinos multiplican leyes e impuestos que, para los más tradicionalis- tas, se identificarán con la decadencia misma del sistema. El máximo re- presentante de la crítica a la ruina del mundo antiguo será Confucio (551-479 a.C.), nacido a finales del período. El período que se inicia a mediados del siglo V a.C., el de los Reinos Comba- tientes ( ), se enfrenta con un recrudecimiento de las guerras que tienen ahora un carácter muy diferente y que, de hecho, dan nombre a todo el pe- ríodo. Las guerras, mucho más largas y con mucha más gente involucrada que en el período de Primaveras y Otoños, como consecuencia de las conti- nuas victorias e invasiones de unos estados sobre los otros, conducen a la disminución creciente del número de estados implicados; en el siglo III, ya sólo quedan siete grandes: dos de ellos, Chu, al sur, con el control de todo el valle del Yangzi, y Qin, al oeste, bien protegido, bien organizado y fuerte- mente enriquecido por la conquista y la explotación de las ricas tierras del Sichuan, se disputarán el control de todo el territorio, hasta llegar a la victo- ria definitiva del reino de Qin, en el año 221 a.C. Para poder sobrevivir, los nuevos estados se centran en conseguir recursos económicos: la preocupación por el fortalecimiento económico y militar del Las guerras... ... en este momento serán entre chinos y las bolsas resi- duales de bárbaros interiores quedarán progresivamente absorbidas. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 8 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Los Reinos Combatientes Utensilios agrícolas de hierro de la época de los Reinos Combatientes estado será un tema central en muchas de las escuelas de pensamiento de es- tos siglos. a Pero lo más significativo de los Reinos Combatientes no es que haya más guerras, sino que son muy diferentes. Cada vez participa más gente en más luchas: si al principio de la época de Primaveras y Otoños se trataba de una guerra entre nobles, a finales del período los grandes carros de guerra de los nobles son progresivamente reemplazados por una infantería que se mueve por normas de estrategia y no por códigos de honor, y a la que hay que alimentar. La complejidad y omnipresencia de la guerra dio lugar a los primeros trata- dos de estrategia militar –el más famoso de ellos es el de Xunzi– en los que lo esencial es la estrategia en el cálculo racional, en el conocimiento psicoló- gico del adversario, en la moral de las propias tropas, en una disciplina es- tricta y en el cálculo de los costes económicos de la guerra: nadie habla ya para nada de códigos de honor. Lo que no quiere decir en ningún caso que apareciera una casta militar independiente del poder civil: esto en China no sucederá nunca. El proceso por el cual los campesinos devienen imponibles y movilizables avanza en paralelo al aumento del poder del estado sobre la nobleza feu- dal: para poder movilizar a estas masas de infantería, los campesinoste- nían que dejar de depender de los señores feudales y pasar a hacerlo de un estado que les daba tierras –a pesar de que éste seguía siendo el propieta- rio–, les cobraba impuestos con los que alimentar al ejército y les enviaba a la guerra. La antigua sociedad noble se trocea bajo una doble presión: por un lado, la arruina el estado, que busca acaparar todos los poderes, y está empezando a depender directamente de las tasas que recauda y de los ejércitos que dirige, y por otro, no puede resistir las transformaciones eco- nómicas. a La crisis política vino acompañada por la disolución del viejo orden econó- mico. Una tecnología diferente afecta a todo el mundo agrícola que, con la introducción del hierro –trabajado en fundiciones y no forjado–, el arado, el arnés de tirante y los fertilizantes ve aumentar sensiblemente su productivi- dad. Una fiebre de nuevas roturas modifica la geografía china, desecando pantanos y drenando tierras salinizadas. La necesidad de avituallar a estos ejércitos, que a fi- nales del período movilizaron a centenares de miles de hombres, imponía una mayor productividad a la agricultura; es, por lo tanto, el detonante que forzará una serie de transformaciones económicas. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 8 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Los Reinos Combatientes Utensilios agrícolas de hierro de la época de los Reinos Combatientes estado será un tema central en muchas de las escuelas de pensamiento de es- tos siglos. a Pero lo más significativo de los Reinos Combatientes no es que haya más guerras, sino que son muy diferentes. Cada vez participa más gente en más luchas: si al principio de la época de Primaveras y Otoños se trataba de una guerra entre nobles, a finales del período los grandes carros de guerra de los nobles son progresivamente reemplazados por una infantería que se mueve por normas de estrategia y no por códigos de honor, y a la que hay que alimentar. La complejidad y omnipresencia de la guerra dio lugar a los primeros trata- dos de estrategia militar –el más famoso de ellos es el de Xunzi– en los que lo esencial es la estrategia en el cálculo racional, en el conocimiento psicoló- gico del adversario, en la moral de las propias tropas, en una disciplina es- tricta y en el cálculo de los costes económicos de la guerra: nadie habla ya para nada de códigos de honor. Lo que no quiere decir en ningún caso que apareciera una casta militar independiente del poder civil: esto en China no sucederá nunca. El proceso por el cual los campesinos devienen imponibles y movilizables avanza en paralelo al aumento del poder del estado sobre la nobleza feu- dal: para poder movilizar a estas masas de infantería, los campesinos te- nían que dejar de depender de los señores feudales y pasar a hacerlo de un estado que les daba tierras –a pesar de que éste seguía siendo el propieta- rio–, les cobraba impuestos con los que alimentar al ejército y les enviaba a la guerra. La antigua sociedad noble se trocea bajo una doble presión: por un lado, la arruina el estado, que busca acaparar todos los poderes, y está empezando a depender directamente de las tasas que recauda y de los ejércitos que dirige, y por otro, no puede resistir las transformaciones eco- nómicas. a La crisis política vino acompañada por la disolución del viejo orden econó- mico. Una tecnología diferente afecta a todo el mundo agrícola que, con la introducción del hierro –trabajado en fundiciones y no forjado–, el arado, el arnés de tirante y los fertilizantes ve aumentar sensiblemente su productivi- dad. Una fiebre de nuevas roturas modifica la geografía china, desecando pantanos y drenando tierras salinizadas. La necesidad de avituallar a estos ejércitos, que a fi- nales del período movilizaron a centenares de miles de hombres, imponía una mayor productividad a la agricultura; es, por lo tanto, el detonante que forzará una serie de transformaciones económicas. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 9 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Monedas del período de los Reinos Combatientes El aumento de los contactos entre los estados, tanto diplomáticos como mili- tares, mejoró las vías de comunicación,,,, y las regiones se hicieron más in- terdependientes debido a la especialización de los productos locales. Este aumento del comercio viene corroborado por la presencia en la India, duran- te los siglos IV y III a.C., de sedas procedentes del reino de Qin: de aquí pro- viene el nombre de China (“Qin” en chino se pronuncia “Txin”), con el que los indios designarán a sus vecinos del norte. Pero el comercio no se limitaba a productos de lujo: todos los estados se lle- nan de ciudades grandes, que ya no son únicamente sedes del poder políti- co, sino también importantes centros artesanales e industriales. Con el im- pulso del comercio y de la artesanía surge también la moneda metálica, cuyas muestras más antiguas se remontan al siglo V a.C. Con cada estado acuñando su propia moneda, la etapa final del período verá una prolifera- ción de formas muy diferenciadas por regiones y masivamente inspiradas en instrumental agrícola: monedas en forma de azada, de cuchillo. a La mayor parte del territorio sigue organizado, como en épocas precedentes, sobre la base de una red de fidelidades feudales. Pero la presión creciente de los estados y sus necesidades de recursos para la guerra les impulsará a poner los nuevos territorios que adquieran por conquista bajo un régimen adminis- trativo directamente relacionado a las arcas del gobierno: la sustitución de los feudos por provincias fue el primer paso hacia un gobierno centralizado y burocrático. Los primeros pasos en esta dirección correspondieron a los dis- tritos, xian ( ), gobernados por funcionarios nombrados por el gobierno central y responsables ante éste. Situados inicialmente sólo en zonas de fron- tera, su número –que representa el aspecto territorial de la transición del feu- dalismo al gobierno centralizado y burocrático– no paró de aumentar. El centro y la parte oriental son los grandes depositarios de la tradi- ción. Involucrados en guerras constantes, con un feudalismo en deca- dencia, el peso de las formas tradicionales de gobierno y una organiza- ción territorial obsoleta lastran la evolución de los estados hacia formas más adecuadas a los rápidos cambios de la época. Dos bloques formidables se distancian de este núcleo central: el estado de Chu, al sur y el de Qin, al oeste. Chu, con un componente bárbaro importante, tardó en adaptarse a las institu- ciones tradicionales chinas y, precisamente porque la fuerza de los vínculos familiares era allí más débil que en los estados centrales, pudo instituir un go- bierno protoburocrático. Situado en las tierras del sur del mundo chino, Chu tenía grandes posibilidades de expansión y acabó convirtiéndose en el más grande de los estados chinos preimperiales. Pero el Yangzi no era lo que es ac- tualmente. Sin drenar, el laberinto de ríos y lagos era menos productivo que las tierras de loess del norte: Chu no estaba a la altura de su potencial geográfico. Decidme: Al principio de la lejana anti- güedad, ¿quién transmitió el Camino? El arriba y el abajo no tenían forma, ¿sobre qué base los distinguie- ron? La noche y el día se escondían en las tinieblas, ¿quién pudo penetrarlas? Las imágenes se sucedían en ellas como un batir de alas, ¿cómo se reconocieron? La luz fue luz y la oscuridad, oscuridad, ¿por qué razón? Tianwen (Preguntas al Cielo) © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 9 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Monedas del período de los Reinos Combatientes El aumento de los contactos entre los estados, tanto diplomáticos como mili- tares, mejoró las vías de comunicación,,,, y las regiones se hicieron más in- terdependientes debido a la especialización de los productos locales. Este aumento del comercio viene corroboradopor la presencia en la India, duran- te los siglos IV y III a.C., de sedas procedentes del reino de Qin: de aquí pro- viene el nombre de China (“Qin” en chino se pronuncia “Txin”), con el que los indios designarán a sus vecinos del norte. Pero el comercio no se limitaba a productos de lujo: todos los estados se lle- nan de ciudades grandes, que ya no son únicamente sedes del poder políti- co, sino también importantes centros artesanales e industriales. Con el im- pulso del comercio y de la artesanía surge también la moneda metálica, cuyas muestras más antiguas se remontan al siglo V a.C. Con cada estado acuñando su propia moneda, la etapa final del período verá una prolifera- ción de formas muy diferenciadas por regiones y masivamente inspiradas en instrumental agrícola: monedas en forma de azada, de cuchillo. a La mayor parte del territorio sigue organizado, como en épocas precedentes, sobre la base de una red de fidelidades feudales. Pero la presión creciente de los estados y sus necesidades de recursos para la guerra les impulsará a poner los nuevos territorios que adquieran por conquista bajo un régimen adminis- trativo directamente relacionado a las arcas del gobierno: la sustitución de los feudos por provincias fue el primer paso hacia un gobierno centralizado y burocrático. Los primeros pasos en esta dirección correspondieron a los dis- tritos, xian ( ), gobernados por funcionarios nombrados por el gobierno central y responsables ante éste. Situados inicialmente sólo en zonas de fron- tera, su número –que representa el aspecto territorial de la transición del feu- dalismo al gobierno centralizado y burocrático– no paró de aumentar. El centro y la parte oriental son los grandes depositarios de la tradi- ción. Involucrados en guerras constantes, con un feudalismo en deca- dencia, el peso de las formas tradicionales de gobierno y una organiza- ción territorial obsoleta lastran la evolución de los estados hacia formas más adecuadas a los rápidos cambios de la época. Dos bloques formidables se distancian de este núcleo central: el estado de Chu, al sur y el de Qin, al oeste. Chu, con un componente bárbaro importante, tardó en adaptarse a las institu- ciones tradicionales chinas y, precisamente porque la fuerza de los vínculos familiares era allí más débil que en los estados centrales, pudo instituir un go- bierno protoburocrático. Situado en las tierras del sur del mundo chino, Chu tenía grandes posibilidades de expansión y acabó convirtiéndose en el más grande de los estados chinos preimperiales. Pero el Yangzi no era lo que es ac- tualmente. Sin drenar, el laberinto de ríos y lagos era menos productivo que las tierras de loess del norte: Chu no estaba a la altura de su potencial geográfico. Decidme: Al principio de la lejana anti- güedad, ¿quién transmitió el Camino? El arriba y el abajo no tenían forma, ¿sobre qué base los distinguie- ron? La noche y el día se escondían en las tinieblas, ¿quién pudo penetrarlas? Las imágenes se sucedían en ellas como un batir de alas, ¿cómo se reconocieron? La luz fue luz y la oscuridad, oscuridad, ¿por qué razón? Tianwen (Preguntas al Cielo) © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 10 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Las murallas anteriores a la Gran Muralla Siglos de guerras continuadas contra los estados del norte acabarían arruinán- dolo y dejándolo sin fuerzas para aguantar el imparable impulso del reino de Qin en el siglo III a.C.a Si bien las excavaciones arqueológicas de los últimos años han puesto de relieve que en Chu existía una sociedad mucho más rica y acomodada de lo que la tradición –elaborada en los reinos del norte– nos había transmiti- do, la fama de Chu en el mundo antiguo le viene, sobre todo, de las apor- taciones literarias, en las que late una corriente chamánica. Los chamanes, lejos de desaparecer con los Shang, siguieron mostrándose muy activos con los Zhou: invitaban a los espíritus, interpretaban sueños, desentraña- ban presagios, provocaban la lluvia, curaban y adivinaban interpretando el movimiento de los astros. Cuando el chamanismo decayó en el clima pro- gresivamente racionalizador de los Zhou Orientales, quedaron bolsas resi- duales en todo el sur, especialmente en los reinos de Chu –de donde era originario Laozi–, Wu y Yue. Los encantamientos y talismanes de estos chamanes serán posteriormente incorporados al taoísmo religioso que sur- girá a finales de los Han. La gran obra literaria del sur es una recopilación de poesía. Las Elegías de Chu ( ) – que nunca formaron parte de los clásicos– son una antología de poemas, de los que la mayoría se atribuye a Qu Yuan (c.340-278 a.C.), un estadista del estado de Chu que, después de caer en desgracia, se suicidó tirándose al río. La frecuente aparición de imá- genes exóticas, el elemento mágico que recorre los versos del larguísimo poema Li Sao ( , Encontrando el dolor), la melancolía que impregna todo el texto y las constantes invocaciones chamánicas a las divinidades vinculan los cantos de Chu con el mundo chamanístico y exótico de los países del sur. En cambio, el estado de Qin seguiría una trayectoria muy diferente: se consolidó durante el período de los Reinos Combatientes con la intro- ducción de una serie de reformas, las de Shang Yang, que le permitirán avanzar a un ritmo mucho más rápido que el del resto de los reinos. Dentro del marco de estos estados territoriales en lucha continua es donde aparecieron las primeras murallas para delimitarlos, las que serían el precedente de la Gran Muralla. La más famosa de las fronteras chinas apareció para cerrar el paso a las nuevas tácticas militares de la caballería montada, tanto las de los nómadas de la estepa, como las de aquellos estados chinos que la habían adoptado: eran murallas que se exten- dían de norte a sur, separando entre sí los estados chinos. a © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 10 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Las murallas anteriores a la Gran Muralla Siglos de guerras continuadas contra los estados del norte acabarían arruinán- dolo y dejándolo sin fuerzas para aguantar el imparable impulso del reino de Qin en el siglo III a.C.a Si bien las excavaciones arqueológicas de los últimos años han puesto de relieve que en Chu existía una sociedad mucho más rica y acomodada de lo que la tradición –elaborada en los reinos del norte– nos había transmiti- do, la fama de Chu en el mundo antiguo le viene, sobre todo, de las apor- taciones literarias, en las que late una corriente chamánica. Los chamanes, lejos de desaparecer con los Shang, siguieron mostrándose muy activos con los Zhou: invitaban a los espíritus, interpretaban sueños, desentraña- ban presagios, provocaban la lluvia, curaban y adivinaban interpretando el movimiento de los astros. Cuando el chamanismo decayó en el clima pro- gresivamente racionalizador de los Zhou Orientales, quedaron bolsas resi- duales en todo el sur, especialmente en los reinos de Chu –de donde era originario Laozi–, Wu y Yue. Los encantamientos y talismanes de estos chamanes serán posteriormente incorporados al taoísmo religioso que sur- girá a finales de los Han. La gran obra literaria del sur es una recopilación de poesía. Las Elegías de Chu ( ) – que nunca formaron parte de los clásicos– son una antología de poemas, de los que la mayoría se atribuye a Qu Yuan (c.340-278 a.C.), un estadista del estado de Chu que, después de caer en desgracia, se suicidó tirándose al río. La frecuente aparición de imá- genes exóticas, el elemento mágico que recorre los versos del larguísimo poema Li Sao ( , Encontrando el dolor), la melancolía que impregna todo el texto y las constantes invocaciones chamánicas a las divinidades vinculan los cantos de Chu con el mundo chamanístico y exótico de los países del sur. En cambio, el estado de Qin seguiría una trayectoria muy diferente: se consolidó durante el período de los Reinos Combatientescon la intro- ducción de una serie de reformas, las de Shang Yang, que le permitirán avanzar a un ritmo mucho más rápido que el del resto de los reinos. Dentro del marco de estos estados territoriales en lucha continua es donde aparecieron las primeras murallas para delimitarlos, las que serían el precedente de la Gran Muralla. La más famosa de las fronteras chinas apareció para cerrar el paso a las nuevas tácticas militares de la caballería montada, tanto las de los nómadas de la estepa, como las de aquellos estados chinos que la habían adoptado: eran murallas que se exten- dían de norte a sur, separando entre sí los estados chinos. a © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 11 La formación de los primeros imperios en Asia oriental 2. Los legistas del reino de Qin La época de los Reinos Combatientes fue un período de cambios profundos en todos los niveles: también lo fue de reformas, orientadas a enriquecer el estado a través de un aumento de los rendimientos agrícolas y de un mejor sistema de tasación, con la finalidad de aplicar los recursos así obtenidos al fortalecimiento del ejército. Las reformas surgieron un poco por todas partes, pero todas ellas parecen confluir en la persona de Shang Yang, reformador del estado de Qin, quien las aplicó allí entre los años 361 y 338 a.C. Ciertamente, todas las medidas atribuidas a Shang Yang ya habían sido parcialmente aplicadas durante los siglos anteriores: de hecho, el imponente paquete de medidas que la historia le atribuye no es más que el repertorio completo de todas las reformas intro- ducidas durante el período de los Reinos Combatientes en el conjunto de to- dos los estados chinos. Sin embargo, dentro del proceso común, los ritmos eran diferentes y Shang Yang parece haber puesto en práctica las reformas de manera más sistemática que ninguno de sus sucesores. La quema efectuada durante la primera dinastía imperial (221-206 a.C.) de todas las historias de los reinos, excepto de la de Qin, nos priva de una fuente importante; pero la arqueología nos confirma el alcance del cambio social: en este último reino, a diferencia de los otros estados, donde seguían existiendo grandes tumbas con vasos ceremoniales, predominan, de forma inequívoca, los enterramien- tos pequeños y medianos, mientras que las grandes tumbas nobiliarias desa- parecen casi por completo. La primera medida de Shang Yang consistió en publicar un código penal, no- table por su severidad, pero que no era en ningún caso el primero: el estado que emergía tendía, en todas partes, a publicar normas objetivas y públicas. Para evitar que la solidaridad familiar actuara como contrapartida al poder creciente del estado, se prohibió la gran familia indivisa, limitando el nú- mero de varones adultos que podían vivir bajo un mismo techo. a Es difícil valorar cuál fue la continuidad de esta medida. Ciertamente, a partir de los Han, vemos reaparecer a las grandes familias con 30 ó 40 personas en una misma casa y sabe- mos que esta institución perdurará durante milenios. Sin embargo, los textos nos hablan siempre de las familias de los ricos y poderosos. Es muy probable, en cambio, que a nivel popular la norma fuera a partir de entonces la familia nuclear. Este hecho explicaría las grandes emigraciones que, desde entonces hasta los Han, serán secuela obligada de inun- daciones, sequías y hambres: si las grandes familias hubieran sido la pauta universal, éstas habrían tenido más capacidad para proteger a sus miembros más desvalidos. Si bien conocemos muy poco del sistema penal antiguo, nos consta que los reyes Shang imponían castigos –probablemente más a los clanes que a los indi- viduos– siguiendo unas normas preestablecidas: nada indica, sin embargo, que los nobles estuvieran sometidos a alguna limitación en el ejercicio violento La severidad de los castigos La extrema severidad de las pe- nas había de tener un efecto di- suasorio, pero la principal me- dida para prevenir los delitos era el encuadre de la población en pequeñas unidades de 5 ó 10 familias que –siguiendo el modelo militar– se debían con- trolar mutuamente y ser solida- riamente responsables. Con ello cristalizaba una orientación que perduraría hasta nuestros días. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 11 La formación de los primeros imperios en Asia oriental 2. Los legistas del reino de Qin La época de los Reinos Combatientes fue un período de cambios profundos en todos los niveles: también lo fue de reformas, orientadas a enriquecer el estado a través de un aumento de los rendimientos agrícolas y de un mejor sistema de tasación, con la finalidad de aplicar los recursos así obtenidos al fortalecimiento del ejército. Las reformas surgieron un poco por todas partes, pero todas ellas parecen confluir en la persona de Shang Yang, reformador del estado de Qin, quien las aplicó allí entre los años 361 y 338 a.C. Ciertamente, todas las medidas atribuidas a Shang Yang ya habían sido parcialmente aplicadas durante los siglos anteriores: de hecho, el imponente paquete de medidas que la historia le atribuye no es más que el repertorio completo de todas las reformas intro- ducidas durante el período de los Reinos Combatientes en el conjunto de to- dos los estados chinos. Sin embargo, dentro del proceso común, los ritmos eran diferentes y Shang Yang parece haber puesto en práctica las reformas de manera más sistemática que ninguno de sus sucesores. La quema efectuada durante la primera dinastía imperial (221-206 a.C.) de todas las historias de los reinos, excepto de la de Qin, nos priva de una fuente importante; pero la arqueología nos confirma el alcance del cambio social: en este último reino, a diferencia de los otros estados, donde seguían existiendo grandes tumbas con vasos ceremoniales, predominan, de forma inequívoca, los enterramien- tos pequeños y medianos, mientras que las grandes tumbas nobiliarias desa- parecen casi por completo. La primera medida de Shang Yang consistió en publicar un código penal, no- table por su severidad, pero que no era en ningún caso el primero: el estado que emergía tendía, en todas partes, a publicar normas objetivas y públicas. Para evitar que la solidaridad familiar actuara como contrapartida al poder creciente del estado, se prohibió la gran familia indivisa, limitando el nú- mero de varones adultos que podían vivir bajo un mismo techo. a Es difícil valorar cuál fue la continuidad de esta medida. Ciertamente, a partir de los Han, vemos reaparecer a las grandes familias con 30 ó 40 personas en una misma casa y sabe- mos que esta institución perdurará durante milenios. Sin embargo, los textos nos hablan siempre de las familias de los ricos y poderosos. Es muy probable, en cambio, que a nivel popular la norma fuera a partir de entonces la familia nuclear. Este hecho explicaría las grandes emigraciones que, desde entonces hasta los Han, serán secuela obligada de inun- daciones, sequías y hambres: si las grandes familias hubieran sido la pauta universal, éstas habrían tenido más capacidad para proteger a sus miembros más desvalidos. Si bien conocemos muy poco del sistema penal antiguo, nos consta que los reyes Shang imponían castigos –probablemente más a los clanes que a los indi- viduos– siguiendo unas normas preestablecidas: nada indica, sin embargo, que los nobles estuvieran sometidos a alguna limitación en el ejercicio violento La severidad de los castigos La extrema severidad de las pe- nas había de tener un efecto di- suasorio, pero la principal me- dida para prevenir los delitos era el encuadre de la población en pequeñas unidades de 5 ó 10 familias que –siguiendo el modelo militar– se debían con- trolar mutuamente y ser solida- riamente responsables. Con ello cristalizaba una orientación que perduraría hasta nuestros días. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 12 La formación de los primeros imperios en Asia oriental de su poder. Fue con los Zhou cuando se estructuró unsistema definido de castigos. Según recoge el Shujing, o Clásico de los Documentos, en uno de sus capítulos, el “Lüxing”, los castigos eran cinco y consistían en tatuar, cortar la nariz, amputar uno o los dos pies, castrar y la pena de muerte. Sabemos con certeza que los códigos penales estaban en funcionamiento ya desde el siglo VI a.C., durante el período de Primaveras y Otoños. El código penal garantizaba los castigos: ahora había que estipular los méri- tos. Para recompensar los servicios meritorios, especialmente los militares, se crea un escalafón de títulos que subsume tanto los antiguos rangos nobilia- rios, como las gradaciones que se dan dentro del ejército. La principal pro- gresión se hacía por medio de méritos de guerra: en una época de luchas tan continuas y de movilizaciones masivas, esto no suponía ninguna limitación. Sin embargo, el objetivo principal de Shang Yang era el enriquecimiento del estado, y ello pasaba por promover la agricultura, ya que era ésta la que, a su vez, proporcionaba los impuestos y alimentaba al ejército. Todas las innovaciones agrícolas convergen en Qin, donde se fomentan las obras hi- dráulicas y se roturan grandes extensiones de tierras nuevas: en este aspecto la posición geográfica de Qin, un tanto marginal y menos densamente po- blada que los reinos del centro, le proporcionaba una ventaja. Al mismo tiempo, era vital mantener activa la circulación entre los excedentes del campo y las arcas del estado, y evitar la intromisión de los intermediarios: el comercio estaba mal visto y los comerciantes quedaban explícitamente ex- cluidos de la promoción a los rangos más elevados. Se trataba de una orien- tación profunda, anclada en el corazón mismo del sistema sociopolítico chi- no y que veremos reaparecer también en el siglo XX. a Otro paquete importante de reformas surgió de la mano de los impuestos. Las prestaciones en trabajos forzados se sustituyen en gran parte por un im- puesto de capitación que se paga en grano, obligando por tanto a la pobla- ción a aumentar los rendimientos agrícolas, para poder obtener unos exce- dentes fijos. Asimismo, la fijación del sistema de impuestos comporta el establecimiento de registros de población que eran, a su vez, la condición sine qua non para el reclutamiento militar. Para que el poder del estado alcanzara hasta el último rincón del territorio, to- do el país fue dividido en 41 distritos, xian, administrados directamente desde el centro, que colocaba en ellos a los mismos funcionarios, responsables de la recaudación de impuestos y de la leva: la administración territorial uniforme era también una manera de identificar el orden civil con el militar. a En conjunto, lo esencial de las reformas atribuidas a Shang Yang con- sistía en aumentar notablemente el poder de intervención del estado, proporcionándole medios legales y económicos para poder hacerlo. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 12 La formación de los primeros imperios en Asia oriental de su poder. Fue con los Zhou cuando se estructuró un sistema definido de castigos. Según recoge el Shujing, o Clásico de los Documentos, en uno de sus capítulos, el “Lüxing”, los castigos eran cinco y consistían en tatuar, cortar la nariz, amputar uno o los dos pies, castrar y la pena de muerte. Sabemos con certeza que los códigos penales estaban en funcionamiento ya desde el siglo VI a.C., durante el período de Primaveras y Otoños. El código penal garantizaba los castigos: ahora había que estipular los méri- tos. Para recompensar los servicios meritorios, especialmente los militares, se crea un escalafón de títulos que subsume tanto los antiguos rangos nobilia- rios, como las gradaciones que se dan dentro del ejército. La principal pro- gresión se hacía por medio de méritos de guerra: en una época de luchas tan continuas y de movilizaciones masivas, esto no suponía ninguna limitación. Sin embargo, el objetivo principal de Shang Yang era el enriquecimiento del estado, y ello pasaba por promover la agricultura, ya que era ésta la que, a su vez, proporcionaba los impuestos y alimentaba al ejército. Todas las innovaciones agrícolas convergen en Qin, donde se fomentan las obras hi- dráulicas y se roturan grandes extensiones de tierras nuevas: en este aspecto la posición geográfica de Qin, un tanto marginal y menos densamente po- blada que los reinos del centro, le proporcionaba una ventaja. Al mismo tiempo, era vital mantener activa la circulación entre los excedentes del campo y las arcas del estado, y evitar la intromisión de los intermediarios: el comercio estaba mal visto y los comerciantes quedaban explícitamente ex- cluidos de la promoción a los rangos más elevados. Se trataba de una orien- tación profunda, anclada en el corazón mismo del sistema sociopolítico chi- no y que veremos reaparecer también en el siglo XX. a Otro paquete importante de reformas surgió de la mano de los impuestos. Las prestaciones en trabajos forzados se sustituyen en gran parte por un im- puesto de capitación que se paga en grano, obligando por tanto a la pobla- ción a aumentar los rendimientos agrícolas, para poder obtener unos exce- dentes fijos. Asimismo, la fijación del sistema de impuestos comporta el establecimiento de registros de población que eran, a su vez, la condición sine qua non para el reclutamiento militar. Para que el poder del estado alcanzara hasta el último rincón del territorio, to- do el país fue dividido en 41 distritos, xian, administrados directamente desde el centro, que colocaba en ellos a los mismos funcionarios, responsables de la recaudación de impuestos y de la leva: la administración territorial uniforme era también una manera de identificar el orden civil con el militar. a En conjunto, lo esencial de las reformas atribuidas a Shang Yang con- sistía en aumentar notablemente el poder de intervención del estado, proporcionándole medios legales y económicos para poder hacerlo. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 13 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Es difícil saber hasta qué punto estas medidas fueron efectivas y, ciertamente, no con- virtieron Qin de un día para otro en el más poderoso de los Reinos Combatientes: más de cien años separan las reformas de Shang Yang de la instauración del imperio. Pero, entre este caos creciente, provocado por el derrumbe del antiguo régimen, Qin parece haber sido capaz de entender, mejor que ningún otro estado de su época, cuál era el sentido profundo del cambio. Las reformas políticas introducidas por Shang Yang y otros influyeron mu- cho en el fortalecimiento del estado de Qin, pero la conquista del Sichuan fue asimismo un elemento decisivo. Desde finales del siglo IV a.C., Qin supo retirarse del desgaste que representaba la guerra continua contra los estados del centro e inició la conquista del sur. Afortunadamente para Qin, el gran estado del Yangzi, el reino de Chu, que era el que podía sentirse más amena- zado, estaba embarcado en guerras interminables con sus vecinos del norte. La conquista de los dos pequeños reinos que ocupaban el Sichuan fue relativamente fácil. Después de construir una difícil carretera que cruzaba los abruptos montes Qinling, Qin pudo explotar inmediatamente la gran riqueza metalúrgica de la zona. Pero hizo mucho más que eso: envió miles de campesinos a poblarla y realizó allí la mayor obra hidráulica del mundo antiguo. Fue Li Bing, gobernador del Sichuan desde el 270 a.C., y el ingeniero más famoso de la historia de China, quien hizo la obra hidráulica de Guanxian, que diversificaba las aguas del río Minjiang e irrigaba toda la llanura de Chengdu. Esta obra, vigente actualmente, convirtió el Sichuan en el granero de Qin. Sin el trigo y el arroz de sus campos y los metales de sus minas, la conquista de China habría sido imposible. En su victoria sobre los otros reinos, la adopción del legismo fue decisiva. El legismo, que influyó en el destino de Chinadurante unos 150 años (si con- tamos desde el nombramiento de Shang Yang como ministro de Qin el 368 a.C., hasta la caída del imperio Qin el 206 a.C.), es más un método para ha- cer funcionar al estado que un sistema filosófico. Los legistas son los que expresan que el funcionamiento del estado depende de sus mecanismos, no de la calidad moral de sus funcionarios. Ellos son también los que formulan que este poder debe basarse en una serie de nor- mas objetivas y públicas que afecten a todos por igual: en otras palabras, las leyes deben articular el funcionamiento del estado. a Esta ley, objetiva, única y pública, define todo el entramado de las rela- ciones sociales y delimita escrupulosamente las competencias de cada uno, para evitar que nadie, especialmente ningún funcionario, se apro- veche de la imprecisión en la distribución de poderes y atribuciones, y acumule poder de forma excesiva. El mismo rey se limita a poner en funcionamiento instituciones y criterios objetivos: su imparcialidad es como la del orden natural, y en este aspecto la influencia taoísta es visible. Mapa del sistema de irri- gación de Guanxian, … … diseñado por Li Bing y ac- tualmente aún en funciona- miento. Derivó por un gran número de canales el curso de los ríos Min y Lu y convirtió la llanura de Chengdu, en el Si- chuan, en una tierra fértil, pie- za básica para la posterior conquista de China. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 13 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Es difícil saber hasta qué punto estas medidas fueron efectivas y, ciertamente, no con- virtieron Qin de un día para otro en el más poderoso de los Reinos Combatientes: más de cien años separan las reformas de Shang Yang de la instauración del imperio. Pero, entre este caos creciente, provocado por el derrumbe del antiguo régimen, Qin parece haber sido capaz de entender, mejor que ningún otro estado de su época, cuál era el sentido profundo del cambio. Las reformas políticas introducidas por Shang Yang y otros influyeron mu- cho en el fortalecimiento del estado de Qin, pero la conquista del Sichuan fue asimismo un elemento decisivo. Desde finales del siglo IV a.C., Qin supo retirarse del desgaste que representaba la guerra continua contra los estados del centro e inició la conquista del sur. Afortunadamente para Qin, el gran estado del Yangzi, el reino de Chu, que era el que podía sentirse más amena- zado, estaba embarcado en guerras interminables con sus vecinos del norte. La conquista de los dos pequeños reinos que ocupaban el Sichuan fue relativamente fácil. Después de construir una difícil carretera que cruzaba los abruptos montes Qinling, Qin pudo explotar inmediatamente la gran riqueza metalúrgica de la zona. Pero hizo mucho más que eso: envió miles de campesinos a poblarla y realizó allí la mayor obra hidráulica del mundo antiguo. Fue Li Bing, gobernador del Sichuan desde el 270 a.C., y el ingeniero más famoso de la historia de China, quien hizo la obra hidráulica de Guanxian, que diversificaba las aguas del río Minjiang e irrigaba toda la llanura de Chengdu. Esta obra, vigente actualmente, convirtió el Sichuan en el granero de Qin. Sin el trigo y el arroz de sus campos y los metales de sus minas, la conquista de China habría sido imposible. En su victoria sobre los otros reinos, la adopción del legismo fue decisiva. El legismo, que influyó en el destino de China durante unos 150 años (si con- tamos desde el nombramiento de Shang Yang como ministro de Qin el 368 a.C., hasta la caída del imperio Qin el 206 a.C.), es más un método para ha- cer funcionar al estado que un sistema filosófico. Los legistas son los que expresan que el funcionamiento del estado depende de sus mecanismos, no de la calidad moral de sus funcionarios. Ellos son también los que formulan que este poder debe basarse en una serie de nor- mas objetivas y públicas que afecten a todos por igual: en otras palabras, las leyes deben articular el funcionamiento del estado. a Esta ley, objetiva, única y pública, define todo el entramado de las rela- ciones sociales y delimita escrupulosamente las competencias de cada uno, para evitar que nadie, especialmente ningún funcionario, se apro- veche de la imprecisión en la distribución de poderes y atribuciones, y acumule poder de forma excesiva. El mismo rey se limita a poner en funcionamiento instituciones y criterios objetivos: su imparcialidad es como la del orden natural, y en este aspecto la influencia taoísta es visible. Mapa del sistema de irri- gación de Guanxian, … … diseñado por Li Bing y ac- tualmente aún en funciona- miento. Derivó por un gran número de canales el curso de los ríos Min y Lu y convirtió la llanura de Chengdu, en el Si- chuan, en una tierra fértil, pie- za básica para la posterior conquista de China. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 14 La formación de los primeros imperios en Asia oriental En este modelo de estado basado en las leyes y no en el ritual, los actores sociales preferidos son los campesinos y los soldados, mientras la agricultu- ra constituye la base del poder económico y militar. Por contra, las activi- dades secundarias, artesanía y comercio, que resultan más difícilmente ta- sables y que, en tanto que generan la aparición de cuerpos intermedios, pueden provocar el debilitamiento del estado, son muy mal vistas. Y los intelectuales, que buscan en la antigüedad modelos para criticar el presen- te, son literalmente denigrados por los legistas: nada tiene de extraño que la historia, escrita por los confucianos, finalmente responda denigrándolos a ellos. La atracción filosófica del legismo era escasa: los principios gene- rales que permiten entender el cosmos, la sociedad o los individuos no les interesan, y la ética les es irrelevante. Pero tres de las cabezas más claras y agudas de este período son legistas, y los tres son del estado de Qin: los tres ocuparon altos cargos y los tres fueron ejecutados allí. a El primero y el tercero son primeras figuras políticas: Shang Yang organizará el estado de Qin y Li Si será el cerebro gris del imperio Qin, que derrota al resto de estados. Pero la figura intelectual más brillante del legismo es sin duda Hanfeizi (m. 233 a.C.), que con su estilo lúcido y nada monótono, lle- no de apólogos agudos y con una prosa incisiva es, de pleno derecho, uno de los grandes autores de la literatura china. Para los legistas, el buen funcionamiento del estado depende de las leyes y no, como dicen los confucianos, de la moral de sus agentes. La ley, a diferencia del Li, ritual confuciano, es igual para todos: todo delito merece una pena deter- minada, con independencia del cargo que ocupe el delincuente: el enunciado de “todos somos iguales ante la ley” atentaba directamente contra la gran can- tidad de jerarquías socio-intelectuales tan laboriosamente construidas por los confucianos. Pero aún era peor: en tanto que objetiva y pública, la ley se con- vertía en la norma de comportamiento. El largo camino hacia el refinamiento personal del hombre noble quedaba, pues, completamente obsoleto. La dureza del estado legista le viene de la conciencia de que el pueblo no sentirá ninguna simpatía por estas leyes y que, por lo tanto, habrá que poner en marcha un sistema de castigos para que se cumpla. El soberano debe fomentar la agricultura y disuadir a los que quieran abandonarla; promulgar leyes severas para castigar a los criminales; re- caudar impuestos para alimentar al pueblo y al ejército, y promover la leva para vencer a los enemigos. Pero el legismo es, por encima de todo, un sistema de gobierno, y la mejor manera de entenderlo es entrando en la historia del estado de Qin. Hanfeizi Parte de la obra de Hanfeizi se concentra en criticar a los confucianos, acusándolos no sólo de hacer estudios impro- ductivos y de no tocar con los pies en el suelo, sino también, y esto es más específicamente chino, de no tener en cuenta las circunstancias.© Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 14 La formación de los primeros imperios en Asia oriental En este modelo de estado basado en las leyes y no en el ritual, los actores sociales preferidos son los campesinos y los soldados, mientras la agricultu- ra constituye la base del poder económico y militar. Por contra, las activi- dades secundarias, artesanía y comercio, que resultan más difícilmente ta- sables y que, en tanto que generan la aparición de cuerpos intermedios, pueden provocar el debilitamiento del estado, son muy mal vistas. Y los intelectuales, que buscan en la antigüedad modelos para criticar el presen- te, son literalmente denigrados por los legistas: nada tiene de extraño que la historia, escrita por los confucianos, finalmente responda denigrándolos a ellos. La atracción filosófica del legismo era escasa: los principios gene- rales que permiten entender el cosmos, la sociedad o los individuos no les interesan, y la ética les es irrelevante. Pero tres de las cabezas más claras y agudas de este período son legistas, y los tres son del estado de Qin: los tres ocuparon altos cargos y los tres fueron ejecutados allí. a El primero y el tercero son primeras figuras políticas: Shang Yang organizará el estado de Qin y Li Si será el cerebro gris del imperio Qin, que derrota al resto de estados. Pero la figura intelectual más brillante del legismo es sin duda Hanfeizi (m. 233 a.C.), que con su estilo lúcido y nada monótono, lle- no de apólogos agudos y con una prosa incisiva es, de pleno derecho, uno de los grandes autores de la literatura china. Para los legistas, el buen funcionamiento del estado depende de las leyes y no, como dicen los confucianos, de la moral de sus agentes. La ley, a diferencia del Li, ritual confuciano, es igual para todos: todo delito merece una pena deter- minada, con independencia del cargo que ocupe el delincuente: el enunciado de “todos somos iguales ante la ley” atentaba directamente contra la gran can- tidad de jerarquías socio-intelectuales tan laboriosamente construidas por los confucianos. Pero aún era peor: en tanto que objetiva y pública, la ley se con- vertía en la norma de comportamiento. El largo camino hacia el refinamiento personal del hombre noble quedaba, pues, completamente obsoleto. La dureza del estado legista le viene de la conciencia de que el pueblo no sentirá ninguna simpatía por estas leyes y que, por lo tanto, habrá que poner en marcha un sistema de castigos para que se cumpla. El soberano debe fomentar la agricultura y disuadir a los que quieran abandonarla; promulgar leyes severas para castigar a los criminales; re- caudar impuestos para alimentar al pueblo y al ejército, y promover la leva para vencer a los enemigos. Pero el legismo es, por encima de todo, un sistema de gobierno, y la mejor manera de entenderlo es entrando en la historia del estado de Qin. Hanfeizi Parte de la obra de Hanfeizi se concentra en criticar a los confucianos, acusándolos no sólo de hacer estudios impro- ductivos y de no tocar con los pies en el suelo, sino también, y esto es más específicamente chino, de no tener en cuenta las circunstancias. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 15 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Peso de los Qin 3. El imperio Qin Cuando aquel que un día sería el primer emperador de China fue coronado rey, el reino de Qin estaba embarcado ya en la conquista de toda China. La llegada del nuevo rey trajo consigo cambios entre los consejeros de palacio: un hecho decisivo fue la subida al cargo de Li Si, un consejero legista origina- rio del estado de Chu. a No es casualidad que viniera de fuera: Shang Yang, Hanfeizi, Li Si, figuras capitales en la historia de Qin, procedían todos ellos de reinos extranjeros y estos consejeros, que habían intentado sin éxito difundir sus ideas en su propia tierra, llevaban inherente una nueva concepción del estado. Entre el 237 y el 221 a.C., los reinos chinos fueron cayendo uno tras otro a manos de Qin, convenientemente protegido tras las montañas que le sepa- raban de la llanura central. La conquista de China finalizó en el año 221 a.C., y el rey tomó posesión del título –con fuertes connotaciones religiosas– de Primer Soberano Emperador de la dinastía Qin ( ), Qin Shihuangdi. El conjunto de medidas con que se implanta el imperio unificado marcarían para siempre la historia china. El imperio queda dividido en treinta y seis provincias, gobernadas cada una por una tríada formada por un gobernador, un comandante militar y un intendente: la nobleza feudal recibe así su golpe de gracia. Se incau- tan las armas de todo el imperio y la defensa armada de los intereses queda delegada de forma exclusiva en las fuerzas armadas del estado; se unifican los pesos y medidas, decisión que facilitará la recaudación de tasas y la distribución de tierras; y la uniformización de los caracteres escritos cambia la historia de China, ya que frena la multiplicación de caracteres exclusivos de los diferentes reinos y palía la diversidad dialec- tal del mundo chino. Durante los años inmediatamente posteriores a la implantación del imperio, el poder del estado afectó de manera creciente tanto a la población como a la misma corte. Los traslados de poblaciones enteras –que tanto podían ser deportaciones, como ir acompañados de doce años de exención de impues- tos– afectaron a millones de personas y tuvieron consecuencias graves para algunos colectivos: los comerciantes fueron masivamente deportados a las tierras nuevas e incivilizadas del sur. Pero estos años fueron también decisivos en muchos otros aspectos. En pri- mer lugar, las conquistas hacia el norte y la colonización hacia el sur. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 15 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Peso de los Qin 3. El imperio Qin Cuando aquel que un día sería el primer emperador de China fue coronado rey, el reino de Qin estaba embarcado ya en la conquista de toda China. La llegada del nuevo rey trajo consigo cambios entre los consejeros de palacio: un hecho decisivo fue la subida al cargo de Li Si, un consejero legista origina- rio del estado de Chu. a No es casualidad que viniera de fuera: Shang Yang, Hanfeizi, Li Si, figuras capitales en la historia de Qin, procedían todos ellos de reinos extranjeros y estos consejeros, que habían intentado sin éxito difundir sus ideas en su propia tierra, llevaban inherente una nueva concepción del estado. Entre el 237 y el 221 a.C., los reinos chinos fueron cayendo uno tras otro a manos de Qin, convenientemente protegido tras las montañas que le sepa- raban de la llanura central. La conquista de China finalizó en el año 221 a.C., y el rey tomó posesión del título –con fuertes connotaciones religiosas– de Primer Soberano Emperador de la dinastía Qin ( ), Qin Shihuangdi. El conjunto de medidas con que se implanta el imperio unificado marcarían para siempre la historia china. El imperio queda dividido en treinta y seis provincias, gobernadas cada una por una tríada formada por un gobernador, un comandante militar y un intendente: la nobleza feudal recibe así su golpe de gracia. Se incau- tan las armas de todo el imperio y la defensa armada de los intereses queda delegada de forma exclusiva en las fuerzas armadas del estado; se unifican los pesos y medidas, decisión que facilitará la recaudación de tasas y la distribución de tierras; y la uniformización de los caracteres escritos cambia la historia de China, ya que frena la multiplicación de caracteres exclusivos de los diferentes reinos y palía la diversidad dialec- tal del mundo chino. Durante los años inmediatamente posteriores a la implantación del imperio, el poder del estado afectó de manera creciente tanto a la población como a la misma corte. Los traslados de poblaciones enteras –que tanto podían ser deportaciones, como ir acompañados de doce años de exención de impues- tos– afectaron a millonesde personas y tuvieron consecuencias graves para algunos colectivos: los comerciantes fueron masivamente deportados a las tierras nuevas e incivilizadas del sur. Pero estos años fueron también decisivos en muchos otros aspectos. En pri- mer lugar, las conquistas hacia el norte y la colonización hacia el sur. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 16 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Red de comunicaciones terrestres de la dinastía Han (s. II d.C.) 1) La consolidación del imperio chino había producido un efecto reflejo en las tribus del norte, que estaban empezando a organizarse de manera más es- table y a crear estados a su alrededor. Una de estas tribus, la de los xiongnu, se convertirá en un peligro creciente para el imperio, y será para defenderse de sus ataques por lo que Qin Shihuang ordenará unir entre sí todas las mu- rallas del norte, que formarán de esta manera la línea de la Gran Muralla. 2) Hacia el sur las cosas iban de otro modo. Ninguna barrera climática im- pedía la implantación del modelo chino en las tierras húmedas meridionales y es a partir de ese momento cuando se inicia la larga marcha de los chinos hacia los trópicos. Toda la zona del sur se puebla con deportados, de los que buena parte son comerciantes arruinados por la prohibición de traficar con productos básicos, como la sal y los cereales. A propósito de las obras hi- dráulicas y las deportaciones, el estado Qin introducirá por primera vez la administración china en los límites meridionales del mundo chino, Guangxi y Guangdong, y llegará al norte de Vietnam. La gran centralización del poder a la fuerza tenía que traducirse en un cambio en las dimensiones de la capital, Xianyang. Allí vivían las 120.000 familias nobles de los reinos conquistados, en palacios idénticos a los que tenían en sus lugares de origen: la reedificación de los palacios en Xianyang simboliza la concentración de poder en el centro y la atracción centrípeta que éste ejerce sobre talentos y tributos. Asimismo, vivían allí todos los funcionarios que aseguraban la estructura administrativa del imperio. Para alimentar este inmenso aparato era necesaria una producción estable y garantizada. La canalización de todos estos recursos hacia los grandes centros administrativos, donde vivían enormes masas de población no productiva, y las necesidades derivadas del mantenimiento de un control militar sobre el territorio, llevaron a la construcción de una red de 6.800 km de carreteras que confluían en Xianyang desde el norte, el nor- deste, el este y el sudeste; y a la del Camino Recto que, con una longitud de 800 km, conectaba Xianyang con Mongolia Interior. Si a la magnitud de es- tas construcciones añadimos la de la Gran Muralla, que en tiempos de los Qin tenía unos 5.000 km, y las de los palacios y la tumba imperial del monte Li, es obvio que ello requiere una imponente movilización de mano de obra. A El ejército de terracota de Qing Shihuang La tumba de Qin Shihuang, descubierta en el año 1974 por unos campesinos, está a pocos kilómetros de la actual ciudad de Xi’an, en la provincia de Shaanxi. El monte Li, de forma piramidal y formado por una masa de estratos apisonados de loess, esconde los restos del emperador, custodiados por un extraordinario ejército de terracota formado por 8.000 fi- guras a escala real, 100 carros y 40.000 piezas que formaban parte de las armas de bronce Los xiongnu en las Memo- rias Históricas de Sima Qian La información sobre los xiongnu es la más larga dedi- cada a un pueblo bárbaro de todas las historias chinas. A Sima Qian le interesa la orga- nización política y la prepara- ción militar que tienen los xiongnu, es decir, los conoci- mientos que resulten útiles pa- ra poderse enfrentar mejor a ellos. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 16 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Red de comunicaciones terrestres de la dinastía Han (s. II d.C.) 1) La consolidación del imperio chino había producido un efecto reflejo en las tribus del norte, que estaban empezando a organizarse de manera más es- table y a crear estados a su alrededor. Una de estas tribus, la de los xiongnu, se convertirá en un peligro creciente para el imperio, y será para defenderse de sus ataques por lo que Qin Shihuang ordenará unir entre sí todas las mu- rallas del norte, que formarán de esta manera la línea de la Gran Muralla. 2) Hacia el sur las cosas iban de otro modo. Ninguna barrera climática im- pedía la implantación del modelo chino en las tierras húmedas meridionales y es a partir de ese momento cuando se inicia la larga marcha de los chinos hacia los trópicos. Toda la zona del sur se puebla con deportados, de los que buena parte son comerciantes arruinados por la prohibición de traficar con productos básicos, como la sal y los cereales. A propósito de las obras hi- dráulicas y las deportaciones, el estado Qin introducirá por primera vez la administración china en los límites meridionales del mundo chino, Guangxi y Guangdong, y llegará al norte de Vietnam. La gran centralización del poder a la fuerza tenía que traducirse en un cambio en las dimensiones de la capital, Xianyang. Allí vivían las 120.000 familias nobles de los reinos conquistados, en palacios idénticos a los que tenían en sus lugares de origen: la reedificación de los palacios en Xianyang simboliza la concentración de poder en el centro y la atracción centrípeta que éste ejerce sobre talentos y tributos. Asimismo, vivían allí todos los funcionarios que aseguraban la estructura administrativa del imperio. Para alimentar este inmenso aparato era necesaria una producción estable y garantizada. La canalización de todos estos recursos hacia los grandes centros administrativos, donde vivían enormes masas de población no productiva, y las necesidades derivadas del mantenimiento de un control militar sobre el territorio, llevaron a la construcción de una red de 6.800 km de carreteras que confluían en Xianyang desde el norte, el nor- deste, el este y el sudeste; y a la del Camino Recto que, con una longitud de 800 km, conectaba Xianyang con Mongolia Interior. Si a la magnitud de es- tas construcciones añadimos la de la Gran Muralla, que en tiempos de los Qin tenía unos 5.000 km, y las de los palacios y la tumba imperial del monte Li, es obvio que ello requiere una imponente movilización de mano de obra. A El ejército de terracota de Qing Shihuang La tumba de Qin Shihuang, descubierta en el año 1974 por unos campesinos, está a pocos kilómetros de la actual ciudad de Xi’an, en la provincia de Shaanxi. El monte Li, de forma piramidal y formado por una masa de estratos apisonados de loess, esconde los restos del emperador, custodiados por un extraordinario ejército de terracota formado por 8.000 fi- guras a escala real, 100 carros y 40.000 piezas que formaban parte de las armas de bronce Los xiongnu en las Memo- rias Históricas de Sima Qian La información sobre los xiongnu es la más larga dedi- cada a un pueblo bárbaro de todas las historias chinas. A Sima Qian le interesa la orga- nización política y la prepara- ción militar que tienen los xiongnu, es decir, los conoci- mientos que resulten útiles pa- ra poderse enfrentar mejor a ellos. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 17 La formación de los primeros imperios en Asia oriental La quema de los libros y la matanza de los letrados hecha durante el imperio Qin. de los soldados. Soldados y caballos siguen una disposición en formación militar, y están modelados con total perfección de detalles: guerreros, ballesteros, soldados de infantería, caballeros, caballos..., todos y cada uno con una expresión personal y única en su rostro, de manera que no hay dos figuras iguales. Originalmente, las figuras estaban pintadas y son un precedente a la escultura polícroma de dinastías posteriores. Esta disponibilidad de mano de obra puede explicarse de diferentes maneras. En primer lugar, la organizaciónde los Qin tenía mucho de militar, y la po- blación, estrictamente encuadrada en grupos colectivamente responsables, había de contribuir en parte en estos trabajos. Muchas de estas obras, sin embargo, quedaban lejos de cualquier territorio habitado –como la Gran Mu- ralla–, o necesitaban de tanta gente –como la construcción del palacio de Afang y la tumba del monte Li–, para poder pensar en otras soluciones. Aquí es donde la dureza del sistema penal se mostró en toda su crudeza. De las penas que preveía el código de los Qin, la más frecuente era la condena a trabajos de construcción, que solía ir acompañada de alguna mutilación o, aún más corriente, de una marca de hierro candente en la cara. Rapados al cero y vestidos de rojo, largas filas de estos desgraciados llenaban los cami- nos y, a pesar de que las penas eran generalmente por un período limitado, muy pocos sobrevivían a ellas. Las enormes cifras de condenados que encontramos en los textos, si bien probable- mente son exageradas, explican el porqué, a diferencia de sus contemporáneos roma- nos, los Qin no recurrieron a la esclavitud. Asimismo, explica la enorme irritación que reflejan los textos contra el sistema penal de los Qin, y el hecho de que la primera gran sublevación contra los Qin surja justamente de un grupo de campesinos obligados a prestar trabajo obligatorio en una guarnición lejana. En el 213 y el 212 a.C. se produjeron las dos medidas más denigrantes del primer imperio: la quema de los libros y la matanza de los letrados. La primera, como casi todo, es obra de Li Si, y se inscribe en los intentos por acabar tanto con los valores del antiguo régimen, como con la posición preeminente en la corte de los letrados, que eran sus depositarios. La que- ma de los libros hizo desaparecer para siempre la mayoría de los textos de las Cien Escuelas y las crónicas locales de los antiguos reinos: de éstas, única- mente quedó la de Qin. La quema, sin embargo, no afectó de manera especial a nada que tuviera relación con la medicina, farmacia, agricultura o adivinación: el Yijing, o Clásico de los Cambios, se libró de ella. Ahora bien, la destrucción del Clásico de la Poesía y del Clásico de los Documentos, efectuada de forma encarnizada, ob- tuvo el resultado opuesto: sacralizó aquello que quería destruir. La medida más conflictiva de su reinado, sin embargo, la tomó Qin Shi- huang el 212 a.C., al ordenar la matanza de 460 letrados, cansado de que lo criticasen por su enorme poder personal. Los letrados confucianos, víctimas de la represión de los Qin, no olvidarán nunca la quema de los libros y la matanza. Su condena pesará de forma decisiva sobre el mundo cultural chi- no por el hecho de que su trabajo de recuperación de la literatura antigua La recuperación... ...inicial de las obras destrui- das dependió en gran parte del hecho de que los letrados confucianos habían aprendido de memoria muchos de los textos clásicos, lo que favore- ció la preeminencia de la es- cuela confuciana. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 17 La formación de los primeros imperios en Asia oriental La quema de los libros y la matanza de los letrados hecha durante el imperio Qin. de los soldados. Soldados y caballos siguen una disposición en formación militar, y están modelados con total perfección de detalles: guerreros, ballesteros, soldados de infantería, caballeros, caballos..., todos y cada uno con una expresión personal y única en su rostro, de manera que no hay dos figuras iguales. Originalmente, las figuras estaban pintadas y son un precedente a la escultura polícroma de dinastías posteriores. Esta disponibilidad de mano de obra puede explicarse de diferentes maneras. En primer lugar, la organización de los Qin tenía mucho de militar, y la po- blación, estrictamente encuadrada en grupos colectivamente responsables, había de contribuir en parte en estos trabajos. Muchas de estas obras, sin embargo, quedaban lejos de cualquier territorio habitado –como la Gran Mu- ralla–, o necesitaban de tanta gente –como la construcción del palacio de Afang y la tumba del monte Li–, para poder pensar en otras soluciones. Aquí es donde la dureza del sistema penal se mostró en toda su crudeza. De las penas que preveía el código de los Qin, la más frecuente era la condena a trabajos de construcción, que solía ir acompañada de alguna mutilación o, aún más corriente, de una marca de hierro candente en la cara. Rapados al cero y vestidos de rojo, largas filas de estos desgraciados llenaban los cami- nos y, a pesar de que las penas eran generalmente por un período limitado, muy pocos sobrevivían a ellas. Las enormes cifras de condenados que encontramos en los textos, si bien probable- mente son exageradas, explican el porqué, a diferencia de sus contemporáneos roma- nos, los Qin no recurrieron a la esclavitud. Asimismo, explica la enorme irritación que reflejan los textos contra el sistema penal de los Qin, y el hecho de que la primera gran sublevación contra los Qin surja justamente de un grupo de campesinos obligados a prestar trabajo obligatorio en una guarnición lejana. En el 213 y el 212 a.C. se produjeron las dos medidas más denigrantes del primer imperio: la quema de los libros y la matanza de los letrados. La primera, como casi todo, es obra de Li Si, y se inscribe en los intentos por acabar tanto con los valores del antiguo régimen, como con la posición preeminente en la corte de los letrados, que eran sus depositarios. La que- ma de los libros hizo desaparecer para siempre la mayoría de los textos de las Cien Escuelas y las crónicas locales de los antiguos reinos: de éstas, única- mente quedó la de Qin. La quema, sin embargo, no afectó de manera especial a nada que tuviera relación con la medicina, farmacia, agricultura o adivinación: el Yijing, o Clásico de los Cambios, se libró de ella. Ahora bien, la destrucción del Clásico de la Poesía y del Clásico de los Documentos, efectuada de forma encarnizada, ob- tuvo el resultado opuesto: sacralizó aquello que quería destruir. La medida más conflictiva de su reinado, sin embargo, la tomó Qin Shi- huang el 212 a.C., al ordenar la matanza de 460 letrados, cansado de que lo criticasen por su enorme poder personal. Los letrados confucianos, víctimas de la represión de los Qin, no olvidarán nunca la quema de los libros y la matanza. Su condena pesará de forma decisiva sobre el mundo cultural chi- no por el hecho de que su trabajo de recuperación de la literatura antigua La recuperación... ...inicial de las obras destrui- das dependió en gran parte del hecho de que los letrados confucianos habían aprendido de memoria muchos de los textos clásicos, lo que favore- ció la preeminencia de la es- cuela confuciana. © Universitat Oberta de Catalunya • P03/87003/01865 18 La formación de los primeros imperios en Asia oriental Código de los Qin inscrito sobre tiras de bambú destruida por los Qin les acabará asegurando el papel de depositarios de los precedentes históricos y culturales de la tradición china. La inquietud provocada por las movilizaciones y la represión culminó en un paroxismo general al final del reinado, exacerbado aún más, si cabe, por la muerte del primer emperador. La explotación excesiva de los recursos hu- manos y económicos del territorio, efectuada con tanta intensidad y en tan poco tiempo, y las drásticas medidas tomadas para liquidar el antiguo régi- men provocaron la conjunción de pobres y poderosos. Un pequeño funcio- nario de los Qin, Liu Bang, consiguió imponerse sobre sus rivales, y en el 202 a.C. fundó un nuevo imperio, el de los Han. a Con el imperio Qin acaba y culmina un siglo de convulsiones cata- clísmicas, el período revolucionario más radical de toda la historia de China: a pesar de la animosidad que despertó, la herencia de Qin du- raría 2.000 años. El mundo chino queda unificado en un estado único burocratizado y centralizado, garantizado por la unificación de la es- critura, la administración
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