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Recomendaciones para el diseño de un feed lot Aspectos básicos por considerar en la instalación y manejo de corrales Informe provisto por Revista CREA N° 365 El veterinario Fernando Barra, de la consultora Clusters Arg, participó del Primer Congreso Ganadero de Tucumán, organizado por la revista Amanecer Rural, CREA y el INTA, y enumeró algunas pautas para lograr buenos resultados en un engorde a corral. Instalaciones Según Barra, hay que elegir muy bien el lugar para instalar un feed lot. Un encierre a corral debe tener fácil acceso y pendientes naturales superiores a los 0,5 cm por metro, o hacer elevaciones dentro de los corrales. La superficie total del corral debe ajustarse a la categoría (consumo o exportación), pero nunca debe ser inferior a los 12 m 2 por animal. Si se pretende engordar animales en verano, en el NEA y en el NOA, es necesario elegir un lugar con sombra, preferentemente natural, en un sector de los corrales. La superficie recomendada de sombra es de 1,5 metros cuadrados por animal. En el caso de sombras naturales, es necesario disponer la cortina de árboles fuera de los corrales. Si los árboles se encuentran dentro, hay que protegerlos del ataque a las cortezas. Los comederos se eligen en función del sistema de alimentación. Si se decide racionar dos veces por día en encierres inferiores a las 5000 cabezas, se debe ofrecer 50 centímetros de frente por animal; por lo tanto, es necesario que estén ubicados fuera del corral para facilitar la distribución, aunque en un primer momento la inversión en comederos se duplique. En feed lots más grandes, con distribución por camión y lectura nocturna de comederos, se pueden reducir las medidas. Por su parte, el bebedero debe ser chico con un llenado de agua muy rápido, para que esté siempre limpia y fresca. Barra señaló que lo ideal es armar corrales de no más de 120 animales, de tamaño y tipo parejo. También conviene separar a los machos enteros de los castrados y de las hembras. Asimismo, es importante no dejar animales con cuernos dentro de los corrales, que tendrían ventajas con respecto a los mochos. El especialista también recomendó el uso de fibra efectiva (más de 6 cm de largo) en la dieta, comenzando con un 10% una vez terminada la adaptación a la ración, para finalizar con un 4% en las etapas finales de terminación. Diseño de los corrales Barra también enumeró algunas consideraciones básicas que se deben tener en cuenta para la construcción de corrales, aunque aclaró que se pueden producir muchas variaciones de acuerdo con la cantidad de animales encerrados. Una vez dimensionado el feed lot al que se desea llegar, se debe considerar la dirección de los vientos predominantes, la calidad y cantidad de agua necesaria para los animales, la dirección de la napa de agua y el manejo de efluentes elegido (evaporación o vuelco), y la energía eléctrica disponible. Agua El consumo de agua es de aproximadamente el 13% del peso de los animales, más la evaporación, que se debe calcular como 7 milímetros diarios por la superficie de agua en contacto con el aire. Por ejemplo, para 1000 cabezas de 280 kilos promedio que toman agua sobre cuatro bebederos de 2,40 metros de largo por 0,70 metros de ancho, proveyendo el agua de un tanque australiano de 8 metros de diámetro, la cantidad necesaria por día va a ser de 36.798 litros, según el siguiente detalle: Consumo: 1000 x 280 x 0,13 = 36.400 litros Bebederos: 4 x 2,40 x 0,70 x 0,007 x 1000 = 47 litros Reserva: 3,14 x 4 2 x 0,007 x 1000 = 351 litros Total de agua necesaria = 36.798 litros Para que el agua no se ensucie rápidamente, los bebederos deben estar ubicados a 20 metros de los comederos; deben tener una rotación mínima del agua de 20 veces por día. Corrales La asignación de la superficie por corral también está muy ligada a la escala. En los encierres más pequeños, se puede trabajar con muchos metros cuadrados por animal, sin tratamiento de suelos. A medida que los feed lots crecen en tamaño, el área para cada uno es inferior. En consecuencia, se suele trabajar con superficies cercanas a los 40 m 2 para los encierres chicos y con 12 m 2 para los más industrializados. La pendiente de los suelos debe ser al menos de 0,5%; una inclinación superior mejora el escurrimiento pero se lleva el suelo de los corrales. Comederos En encierres chicos, el frente de comedero asignado debe ser de 0,40 metros para los animales de consumo, 0,83 metros para las vacas y 0,70 metros para los novillos pesados. Cuando los encierres son más grandes y el seguimiento de los animales en los corrales indica que no falta comida al menos durante 20 horas diarias, se puede trabajar con 0,20 metros como frente para todas las categorías. Manejo del feed lot Según expuso Barra, uno de los puntos por considerar es una correcta rutina de ingreso de los animales al feed lot. Esto implica ofrecer una superficie amplia, seca y limpia. Asimismo, deben tener sombra y agua fresca, y se les debe ofrecer el 0,75% de su peso vivo en alimento balanceado y el resto, en heno de buena calidad y con libre acceso. También se requiere un descanso de entre 24 y 36 horas antes de comenzar las tareas sanitarias. Acostumbramiento Luego de una correcta llegada de los animales a los corrales y su correspondiente tratamiento sanitario, hay que adaptarlos para que el rumen modifique su flora y fauna, de manera que puedan digerir dietas con grandes cantidades de granos. Este período tiene varias etapas. Día 1 a 5: La alimentación en esta etapa debe contener un 75% de fibra y un 25% de balanceado. En caso de pequeños encierres, donde los animales pueden obtener la fibra en praderas, verdeos o pastizales naturales, el tiempo de pastoreo debe ser de aproximadamente siete horas. Lo recomendado es racionar con balanceado a la mañana, luego soltar a los animales al campo y cerrar la tranquera, de manera que ninguno pueda regresar a comer balanceado. Luego del pastoreo, se vuelven a encerrar en el corral. Día 6 a 10: La alimentación debe comprender un 50% de fibra y un 50% de balanceado. En el caso de encierres donde la fibra se obtiene con pastoreo, los terneros deben estar en el campo durante cinco horas diarias. Día 11 a 15: Para esta etapa, la fibra debe ser el 25% de la dieta y el restante 75%, balanceado. Para los terneros que salen a buscar la fibra en esta etapa, el pastoreo debe ser de tres horas. También se debe controlar que la bosta se mantenga en grado 1 ó 2. En caso de que pase a grado 3, se debe adicionar tiempo de pastoreo. A partir del día 16: La dieta debe estar compuesta por un 90% de balanceado y un 10% de fibra efectiva, con la posibilidad de una a dos horas de pastoreo. Regulación del consumo El consumo de los animales es aproximadamente del 3% de su peso vivo en materia seca (MS); es decir, si un animal que pesa 230 kilos come 0,5 kilos de heno de alfalfa (95% MS) y el resto es alimento balanceado (88% de MS), el consumo será el que se muestra en cuadro 1. Cuadro 1. Consumo de un bovino de 230 kilos En materia seca En materia tal cual Consumo 6,9 kilos (3% de su PV) De heno 0.475 (0,500 x 0,95) 0,500 kilos De balanceado 6,425 (6,9 – 0,475) 7,300 kilos (6,425)/0,88 Total por ofrecer 4,390 kilos Fuente: Fernando Barra. Una vez estabilizado, el aumento del consumo será del 5% en materia tal cual cada cuatro días, siempre que la materia seca del alimento total no se encuentre por debajo del 72%. Cuando se va a distribuir el alimento y no hay nada más de lo ofrecido anteriormente (comedero grado 0), se debe aumentar la ración un 5% en materia tal cual (MTC), ya que los comederos vacíos predisponen a la acidosis. Además, hay que considerar que para un mismo corral no se deben aumentar las dietas en dos días consecutivos;es decir: si el martes hubo que incrementar un 5% la cantidad de ración y el día miércoles el comedero está en grado 0, recién el día jueves se puede aumentar otro 5%. En el caso contrario, si el comedero cuenta con más del 25% de lo ofrecido anteriormente (grado 3) y no hay una causa extrema que lo justifique como vacunaciones, calor o barro, se debe volver a calcular el consumo y, si la oferta es la correcta, contactar a un nutricionista. Manejo en los días lluviosos Durante los días de lluvia, los terneros no consumen el 100% de la dieta. Dependiendo de la cantidad y la duración de las precipitaciones, el consumo declina entre un 20% (días poco lluviosos) y un 50% (temporales con largos períodos de lluvias). En estas ocasiones, conviene ofrecer a la mañana la mitad de lo que se venía distribuyendo. Una vez que en el comedero queda el 10%, se le agrega el otro 50% en caso de continuar las precipitaciones, o el 100% de la segunda ración para completar la dieta del día. Por su parte, el día posterior al lluvioso se debe ofrecer la misma cantidad que estaban comiendo el día anterior. Luego, se ajustará la alimentación según lo descrito en regulación y aumento del consumo. Lectura de la bosta Para el análisis de este aspecto, es de mucha ayuda saber identificar las características de las deyecciones. El especialista señaló que hay varias clasificaciones, pero comúnmente se utiliza la que establece 6 clases, que se valoran de –2 a 4. Bosta –2: cuando los animales bostean en boñigas, como los equinos; generalmente, indica muy altas cantidades de fibra. Bosta –1: es más alta, de menor diámetro y más dura que la normal; habitualmente se debe a una alimentación con alto contenido de fibra o falta de agua. Bosta 1: es la normal, formada, de color típico y donde se puede notar perfectamente el botón que queda en el lugar donde el animal termina de bostear. Bosta 2: tiene forma y coloración normal, pero no se puede notar donde terminó de bostear. Bosta 3: de color normal pero sin forma, diarreica; indica acidosis subclínica y pérdida en la conversión. Bosta 4: de forma diarreica y color gris; indica acidosis clínica. Lectura del comedero Por otro lado, para analizar los comederos, Barra los clasificó en 4 grados: Grado 0: comedero vacío. Grado 1: es el estado ideal, cuando se va a redistribuir comida nuevamente y queda el 10% del alimento que se les ofreció en la pasada anterior, distribuido en forma pareja a lo largo del comedero. Grado 2: es cuando a la hora de la distribución se ha comido el 90% de lo ofrecido, pero no en forma pareja; generalmente están vacíos en el centro y con comida en los costados. Este comportamiento indica que los animales no se encuentran cómodos en el corral. Grado 3: cuando se va a suministrar la nueva ración y los comederos tienen más de un 25% de la oferta anterior. Esto se debe generalmente a errores en los cálculos de consumo o a dietas con baja contenido de materia seca (menor del 75%). Lectura del barro “El barro es el peor enemigo del engorde a corral”, expresó Barra, y explicó: “Los animales que tengan en su corral un nivel de barro en el que entierran las pezuñas, incrementan en un 50% el tiempo de engorde y un 18% su conversión, mientras que los que están en corrales en los que el barro llega a las rodillas y dificulta su desplazamiento, incrementan el período de engorde en un 100% y la conversión en un 39% con respecto al piso seco”. Calor y humedad relativa En los sistemas de producción de la Argentina, los animales están expuestos al ambiente, que afecta tanto las respuestas fisiológicas como las productivas. Durante el verano, las condiciones climáticas del NEA y NOA no se encuentran dentro del rango óptimo de temperatura y humedad. “Generalmente, cuando la temperatura máxima supera los 27 °C, el ambiente es estresante para los animales”, señaló el especialista. Sin embargo, también indicó que cuando la temperatura del aire se acerca al margen de confort, comienzan a tomar significancia otros parámetros, como la humedad relativa (que interfiere en la pérdida de temperatura por transpiración y respiración) y la cantidad de horas que el animal está estresado en el día. El indicador más utilizado es el Índice de Temperatura y Humedad (ITH), cuya fórmula es: ITH = (1,8 Ta + 32) – (0,55 - 0,55 Hr) x (1,8 Ta – 26) Referencias: Ta es la temperatura ambiente y Hr es la humedad relativa en forma decimal. Ejemplo: para el caso de Ta = 30 °C y Hr = 75%; ITH = 82,15 En este indicador se considera como valor límite entre confort y estrés a 72, es decir que por encima de dicho valor, aumentan los gastos energéticos de mantenimiento, disminuye el consumo de alimento, se acrecienta el consumo de agua, se reduce la eficiencia de utilización de los alimentos, afecta el funcionamiento del aparato digestivo y cambian los patrones de consumo y otros hábitos. El ambiente térmico que rodea a un animal queda determinado por la combinación de la temperatura del aire, la humedad, la radiación incidente y el movimiento del aire. Control de peso y desbaste Para minimizar los errores de peso y medir la producción real, Barra señaló que lo correcto es tomar como peso de entrada el peso lleno sin desbaste, y como peso de salida el peso destino con desbaste. Como se puede observar en el cuadro 2, el indicador más real de ganancia de peso es entrada lleno y salida desbastado. Cuadro 2. Ejemplo de cálculos de producción de terneros Ingreso (kilos) Egreso (kilos) Peso lleno 230 340 Porcentaje de desbaste 6 6 Peso desbastado 216 320 Contenido del aparato digestivo (20%) 46 68 Peso vacío 182 (230 - 48) 272 (340 - 68) Peso realmente ganado 90 (272 - 182) Formas a campo para determinar ganancia de peso Peso de entrada Peso de salida Aumento de peso (Kg/cabeza) Lleno Lleno 110 (340 – 230) Desbastado Desbastado 104 (320 – 216) Lleno Desbastado 90 (320 - 230) Desbastado Lleno 124 (340 – 216) Fuente: Fernando Barra. Alimentación El especialista también consideró la alimentación de la hacienda. “Superados los problemas de adaptación, una dieta óptima desde el punto de vista nutricional será aquélla que permita que los animales expresen su máximo potencial de producción”, indicó. Según Barra, la dieta debe tener los siguientes componentes: Energía: granos de maíz, sorgo, trigo. Proteínas: subproductos como expeller, soja, semilla de algodón. Fibra: pastoreo, rollos, silajes. Minerales y aditivos. Además, el técnico destacó la importancia de una calidad óptima en la fabricación de cada componente de la dieta. “Si los componentes son de mala calidad, no hay manera de lograr resultados satisfactorios. Las toxinas en los granos, la acidez de las grasas en los pellets viejos y los hongos en las fuentes de fibra son los errores más comunes detectados en los encierres con mala conversión”, aclaró. Aporte energético “Dados los altos requerimientos energéticos de los animales destinados a la producción intensiva de carne, el principal componente de la dieta es el concentrado (energía, proteínas, minerales y aditivos). A medida que disminuye el nivel de forraje en la dieta, aumenta su densidad energética y, con ello, la eficiencia de conversión del alimento en carne”, explicó Barra. “No obstante, se requiere un mínimo de material fibroso para mantener la correcta funcionalidad ruminal”, advirtió. En los sistemas intensivos de producción de carne, las dietas se constituyen con un 90% de concentrados y un 10% de forraje. “Siendo el almidón el principal componente energético de los granos, la tasa y los sitios de digestión de éste definirán su valor nutritivo”, dijo. También expresó que la digestibilidad del concentrado depende del cereal empleado, de su procesamiento (entero, partido o molido), de la frecuencia de suministro (unao dos veces al día), del nivel de alimentación (porcentaje del peso vivo), como así también del tipo y tamaño del animal que lo consuma. Aporte proteico Los animales jóvenes en estado de crecimiento tienen mayores requerimientos proteicos que los adultos. La proteína metabolizable para el animal proviene de la proteína no degradada de la dieta y de la proteína bacteriana sintetizada en rumen que llega al intestino delgado. “Esto explica la importancia que tiene para el animal el aporte de proteína a partir de los alimentos y la eficiencia de la actividad bacteriana en rumen”, aclaró el especialista. Asimismo, “el tipo de grano consumido hará variar la oferta de aminoácidos y almidones para la síntesis de proteína por parte de las bacterias y, por ende, la cantidad y calidad de proteína de origen bacteriano que redundará en una mayor o menor ganancia diaria de peso”, señaló. Aporte de fibra En cuanto a la fibra, Barra afirmó que “no debería ser manejada como algo aislado y variable, sino como un co-factor de los aportes energéticos y proteicos”. Y explicó: “La cantidad de fibra en la dieta debe estar en concordancia con el tipo de grano y el margen de seguridad con que se quiera trabajar para no afectar el ambiente ruminal, teniendo en cuenta que una alta inclusión de fibra produce una baja en la eficiencia de conversión”. A medida que disminuye la cantidad de fibra en la dieta, “adquiere mayor importancia el entrenamiento del encargado del feed lot en la lectura de la bosta, ya que es la primera señal de posibles problemas de acidosis”, resaltó el técnico. Barra también aclaró que “si bien el silo de maíz o sorgo es un recurso importante para el aporte de fibra, el contenido de humedad con que es conservado dificulta la formulación de una dieta con el 75% de materia seca que se requiere para que no haya interferencias en el consumo”. Los corrales con barro reducen la eficiencia de conversión de alimento en carne.
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