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JUAN ANTONIO PAGÉS (-): APUNTES PARA LA BIOGRAFÍA DE UN POETA ROMÁNTICO (SEGUNDA PARTE) BRAE TOMO XCI • CUADERNO CCCIV • JULIO-DICIEMBRE DE LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA. - Muerte de Ramón Real. Éxito de El trovador. - EN los barceloneses se sublevaron de nuevo a causa de la introducciónde la ley de quintas en Cataluña, a consecuencia de lo cual fue encarcela-do, entre otros, un joven Josep Anselm Clavé. Otro de los grandes cam- bios que el Gobierno introdujo en la vida española durante 8 afectaba de nuevo a los jóvenes, pero esta vez sólo a los que estudiaban. El de septiembre se publi- có el nuevo plan de estudios del gobierno moderado. Había sido elaborado por Antonio Gil y Zárate a instancias del ministro de la gobernación, Pedro José Pidal. Se diseñó según los principios siguientes: secularización; libertad y gratuidad de la enseñanza —de la primaria, pues la escasez económica no permitía al Gobierno autofinanciar la universitaria—, uniformidad y centralización de los fondos eco- nómicos de todas las universidades españolas, lo que conllevaba que hasta los más mínimos detalles de cada una de ellas quedaran sujetos a la autoridad del minis- terio. Éste era también el encargado de elegir los libros de texto para cada carrera. Lo que se pretendía conseguir con todo ello, en general, era unificar los estudios impartidos en las universidades españolas y acabar con la arbitrariedad del mane- jo de los fondos de las mismas. El proceso de centralización se verificó mediante múltiples y sucesivas disposiciones y Reales Órdenes que constantemente llegaban a Barcelona desde Madrid —con el consiguiente esfuerzo por parte de los hom- bres de la «Universidad Literaria» para adaptarse a las nuevas estructuras acadé- micas—, hasta la publicación de la ley Moyano de . RASGOS DE BUCOLISMO EN LA POESÍA DE LAS DIANAS FE DE ERRATAS: En la primera parte del presente artículo, publicada en el cuaderno inme- diatamente anterior (n.º CCCIII), hay una errata en el árbol genealógico que aparece en la página 119: la madre de Juan Antonio Pagés fue Francisca Montllor Canals, y no Francisco Montllor Lafarga, como figura allí por error. Josep M. Poblet, Josep Anselm Clavé i la seva època. (-), Barcelona, Dopesa, , pág. . Jaume Roura, «El retorn de la Universitat a Barcelona (-)», L’aportació de la Universitat catalana a la ciència i la cultura, pág. . Pocos días después de la publicación del plan del ministro Pidal, una Real Orden cesaba a todos los rectores de las universidades españolas y los sustituía por los jefes políticos de sus respectivas provincias. Puesto que la reforma de los estu- dios de filosofía constituía una novedad sin tradición universitaria, a partir de entonces hubo que «improvisar» el profesorado. De ahí, por ejemplo, que algunos alumnos de la Universidad de Barcelona pasaran inmediatamente a ser profesores debido, entre otras causas, a su prestigio intelectual. Los cambios afectaron tam- bién a la carrera que cursaba Pagés: los antiguos estudios de jurisprudencia, que se repartían en nueve cursos, pasaron a realizarse en tan sólo siete. El año académico fue inaugurado en Barcelona en octubre por Manuel Milá y Fontanals. Poco después, el de noviembre de , Juan Antonio Pagés fue nombrado oficialmente escribiente primero de la secretaría general de la Universidad por el nuevo rector, Joaquín Rey: D. D. Joaquín Rey, Regente jubilado, Ministro honorario del Supremo Tribunal de Justi- cia, Senador del Reino, rector de esta Universidad literaria, etc.: en uso de la facultad que me concede la Real Orden de de octubre último, nombro a D. Juan Pagés escribiente de la secretaría de esta Universidad, con el sueldo de . reales de vellón anuales. Barcelona, de noviembre de 5. El suyo es el primero de la lista de nombramientos. Joaquín Rey era rector de la Universidad desde el de enero de , un «antiquísimo moderado a quien Fernando VII había hecho magistrado porque en las Cortes del al se mostró algo propicio a los señoríos». Había sido catedrático en Cervera y participó de cerca en la elección de los profesores que debían ejecutar el nuevo plan de estu- dios. Acerca del secretario general —Francisco Bagils y Morlius—, bajo cuyas órdenes desempeñó Pagés su trabajo, explica Sanromá: carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • Tomo el dato de Albert Ghanime, Joan Cortada: Catalunya i els catalans al segle XIX, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, , pág. . Su oración inaugural versaba sobre la importancia del estudio de la literatura y se imprimió bajo el título de Solemne apertura de la Universidad literaria de Barcelona, verificada el día primero de noviembre de . Oración inaugural leída por Manuel Milá y Fontanals (Barcelona, Imprenta de Tomás Gorchs, ). «Nombramientos de empleados y dependientes de la Universidad que se harán por el rector en uso de sus facultades. Empieza en el año » (AUB, ///). Jordi Monés i Pujol-Busquets, «Precedents inmediats de la Universitat de Barcelona a la reforma Pidal de », pág. . Joaquín María Sanromá, Mis memorias, I, pág. . Jaume Roura, «El retorn de la Universitat a Barcelona (-)», L’aportació de la Universitat catalana a la ciència i la cultura, pág. . ¡Anomalías españolas! El secretario general no fue removido en muchos años. ¡Siempre el mismo, nuestro excelente plumífero!: peluquín entre castaño y bermejo; gafas verdes con gruesa montura de oro, caladas unas veces, otras levantadas sobre la frente; levita parduzca de manga semi-ajamonada. Coquetón en el andar, arrastrando la punta del pie derecho y arrastrándola aún más cada vez que os saludaba. Era el hombre de las reverencias y de las sonrisitas amables; bragadito con los chicos, pero de buena pasta si le sabían tomar el aire. El trabajo de la secretaría general consistía básicamente en la expedición de libramientos, papeletas de depósitos, papeletas y certificados de matrícula, actas de los grados, diplomas de bachiller, papeletas para dar partes a los padres o tuto- res de los alumnos, listas de fin de curso, etc. También eran sus empleados los encargados de inscribir a los estudiantes durante la época de la matrícula, en la cual la secretaría se hallaba abierta hasta las diez de la noche del último día de sep- tiembre. Los empleados de la secretaría cobraban en algunas ocasiones una especie de «sobresueldo» procedente de la repartición del dinero que se ingresaba por las cer- tificaciones expedidas —restando el importe del papel sellado y unos cuantos rea- les «para la cuenta sucesiva»— proporcional a su sueldo anual. Pagés recibió de este dinero cincuenta y ocho reales y veintiocho maravedís el de febrero de por primera vez. Cobró de nuevo este sobresueldo el de junio de , el de agosto, el de septiembre y el de septiembre. Desde luego, las certificaciones expedidas en la secretaría durante este curso fueron muy numerosas a causa de lo que apuntábamos arriba: se necesitaban nuevos profesores que pudiesen poner en marcha las reformas que debían modificar los nuevos estudios de filosofía. Entre otras, se extendieron a Manuel Milá y Fontanals, Joaquín María Sanromá, Joaquín Rubió, Juan Cortada y Pablo Piferrer. BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... Joaquín María Sanromá, Mis memorias, I, pág. . «Copia del presupuesto de gastos ordinarios y extraordinarios para el año » (AUC, caja , .). «Contabilidad » (AUC, libro ). «Gastos de la Universidad, -» (AUB, ///). Manuel Milá y Fontanals pagó mil quinientos reales el de marzo de por el título de doctor en letras; Joaquín María Sanromá pagó la misma cantidad por la licenciatura en letras el pri- mero de mayo de , y el de mayo, otros mil quinientos reales por el título de doctor; Joaquín Rubió depositó otro tanto el demayo de por la licenciatura en letras y otros mil quinientos reales el primero de junio por el título de doctor; Juan Cortada pagó ciento sesenta reales el de agosto de por el título de regente de segunda clase para la asignatura de «mitología e historia general y en particular la de España», y Pablo Piferrer hizo lo mismo el de septiembre de por el título de regente de segunda clase para la asignatura de «retórica y poética» («Contabilidad. Libro .º a » [AUC, libro ]). carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • «Cuentas» (AUC, caja , ). «Partes dados por los señores catedráticos de jurisprudencia correspondientes al trimestre de enero, febrero y marzo de » (AUB, ///). No se conservan los programas de las asignaturas para este año académico, pero según el redactado por Alberto Pujol y Gurena para el curso - (Alberto Pujol y Gurena, «Programa para la enseñanza del cuarto año de jurisprudencia en el curso académico de a », en José Simón Rubis y Alemany, De ingeniorum delectu ad disciplinas lit- terarum discendas amplificandasque, págs. - [AUB, ///]), entre otros muchos contenidos, Pagés pudo estudiar en qué casos debe negarse la eclesiástica sepultura a los ajusticiados, a los que mueren en el duelo y a los que se suicidan, «aun después de publicado el dictamen de la Academia de Medicina práctica de esta ciudad sobre suicidios». El catedrático se refiere seguramente a las ideas contenidas en Suicidios. Oración inaugural que en la apertura pública de las sesiones celebrada por la Academia de medicina y cirujía de esta ciudad a los de enero de leyó el Dr. D. Rafael Nadal y Lacaba, Barcelona, Antonio Brusi, . El lema que encabeza este discurso, que viene a resumir su contenido, dice que la creciente frecuencia de los suicidios observados en España durante esos años «no debe atribuirse a la perversidad del corazón, ni al abandono de los principios de nuestra creen- cia sublime, sino al mayor número y violencia de las alienaciones o de los trastornos cerebrales con motivo de las guerras y de los cambios político-sociales que hemos sufrido». «Informe acerca de las calidades personales de cada uno de los catedráticos de la Universi- dad de Barcelona que da el rector de la misma al Gobierno de S. M. en cumplimiento de Reales Órdenes de de octubre de y de de abril de » (AUC, caja , , ). Mientras, y a pesar de tanto cambio, Pagés había estado estudiando lo que venía siendo propio del cuarto año de jurisprudencia —de nuevo a título de estu- diante pobre—, Elementos de historia y del derecho canónico, bajo la dirección de Manuel Calixto Manso: Este sujeto, que también es eclesiástico, fue trasladado en el planteamiento del nuevo plan de la suprimida Universidad de Toledo a la presente, y durante el poco tiempo que enseña en ella ha dado pruebas de una conducta muy arreglada; ha cumplido con todas las obligaciones de su cargo; ha asistido con puntualidad a su cátedra; ha sabido hacerse respetar de sus discípulos; no ha tenido repasos en su casa; su moralidad es la que ha correspondido a su estado; posee el saber y la capacidad necesarias para el desempeño de la cátedra; es de una edad regular y sin achaques. Debido a la reforma del plan de estudios, los catedráticos estaban obligados a elaborar un «parte» trimestral que diera cuenta del comportamiento, faltas de asis- tencia, aplicación y aprovechamiento de cada alumno durante el curso. Ya no bas- taba con la calificación de la prueba final. Gracias a uno de estos partes sabemos que entre principios de enero y finales de marzo de , Pagés faltó dos veces a clase, probablemente a causa de las nuevas empresas literarias en las que andaba enfrascado, como se verá. No obstante, su profesor consideró que su comporta- miento había sido «bueno» y su aplicación y aprovechamiento «muchos». En el BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... «Partes dados por los señores catedráticos de jurisprudencia correspondientes al trimestre de enero, febrero y marzo de » (AUB, ///). «Universidad de Barcelona. Lista de los alumnos de esta Universidad y de los estableci- mientos de Segunda Enseñanza incorporados a la misma que se han examinado al fin del curso que concluyó en de junio próximo pasado, la cual se publica con la censura que cada uno ha sacado, y se remitirá un ejemplar de ella al Gobierno: todo en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo del Reglamento de de octubre de » (AUB, ///). Es probable que a partir del curso - no se le considerase estudiante pobre puesto que oficialmente cobraba un sueldo proce- dente de los fondos universitarios que el Gobierno administraba, y también que en el anuario sólo apareciesen aquellos alumnos que pagaban la prueba final de curso. El barcelonés, n.º , de septiembre de , págs. -. último parte del curso —firmado el de junio de —, en el que consta tam- bién el resultado obtenido en la prueba final, las actitudes de Pagés y Magín Porta obtienen los mismos calificativos —comportamiento «bueno» y aplicación y apro- vechamiento «mucho»— y el mismo resultado final, un sobresaliente. De este curso es el más antiguo de los anuarios que se conservan en el Archivo de la Universidad de Barcelona. Consiste en una lista impresa de los alumnos de la Universidad y de los establecimientos de enseñanza que dependían de ella, con sus calificaciones, que debía remitirse al Gobierno. Pagés aparece consignado en el primer lugar de la lista correspondiente a los alumnos de cuarto año de jurispru- dencia, pero ésta es la primera y la última vez que encontramos su nombre en un anuario. Durante este año académico, la carrera literaria de Juan Antonio Pagés empie- za a proporcionarle algunas satisfacciones. El de septiembre de , El barcelo- nés publica la primera parte de «Escepticismo literario. Fragmentos. A mi amigo don Juan A. Pagés», de Alejandro Cardeñosa, encabezado por un lema que reza como sigue: «¡Gloria!, ¡gloria! ¡Fatídica palabra que resuena de continuo en mi mente como el eco desesperado de una maldición!...». En este texto el autor nos muestra a un joven de apenas quince años a quien una tal Adelfina acaba de aban- donar por otro. El narrador le aconseja dejarse de amoríos para dedicarse en cuer- po y alma a la literatura. El muchacho sigue el consejo de su amigo y al cabo de poco tiempo se halla totalmente segregado de la sociedad, tan sólo ocupado en escribir sin descanso. Sale impresa una novela suya, pero eso no es suficiente para el literato, que delira por un reconocimiento mayor; desea alcanzar la gloria. Un día, uno de sus dramas se halla próximo a representarse, y ante la posibilidad de que no guste y sea silbado, su autor considera el acabar con su vida. Efectivamente, el drama resulta un fracaso estrepitoso, pero el amigo del literato, el narrador, llega a tiempo de impedir que el poeta se dispare un tiro en la cabe- za: «Esforzaos en vivir —le aconseja—, el mundo os reclama, la corona que tanto ambicionáis la llegaréis a poseer». Dos meses más tarde, el escritor empieza a cose- char triunfos: uno de sus dramas ha sido un éxito y su autor ha sido coronado por el público, pero cuando se halla saboreando su reciente triunfo, despierta de su sueño. Cardeñosa nos muestra acto seguido al mismo joven literato un año des- pués. Escribe sin descanso. Sus obras son apreciadas, pero eso no es suficiente; desea más que nunca alcanzar la gloria. De esta manera acaba la primera parte de esta novelita o cuento que parece alu- dir directamente a la figura de Juan Antonio Pagés. Además de la elocuente dedi- catoria que lo encabeza, contamos con algún otro argumento que apunta hacia esta hipótesis. En primer lugar, el protagonista de la historia de Cardeñosa se sumerge en el mundo de la creación literaria tras el desengaño amoroso provoca- do por Adelfina, y Pagés dedicó una desus composiciones a una mujer de nom- bre casi idéntico, «A Delfina». Nótese además el posible juego que da la presencia o ausencia del espacio en blanco entre las dos palabras que componen el título. Este poema narra la historia de unos amores desgraciados. Por otra parte, en cuanto a las referencias a las ansias de gloria, téngase en cuenta que una de las primeras poesías de Pagés se titulaba «Mis sueños de gloria». Además, contamos con la pista que nos proporciona el título de este escrito: «Escepticismo literario». Pagés, ya lo hemos visto, había publicado en El genio poco antes un poema titulado «Escepticismo» en el que se podían leer versos como los siguientes: ¡Ven, oh gloria! Tu luz bella ilumine mi carrera; pura levántate en ella cual la gigante palmera en el desierto descuella. ... Dame tus sueños, que bellos, gloria, tus fantasmas son... porque volverás con ellos a mi ilusión sus destellos, ¡la paz a mi corazón! El de septiembre de , El barcelonés publica la segunda parte de «Escepticismo literario». La escena que se nos va a describir transcurre durante la noche. Una lámpara ilumina una pequeña alcoba. En un rincón, un joven escri- carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • El genio, primera serie, n.º , de diciembre de , págs. -. El barcelonés, n.º , de septiembre de , pág. . be incansable dramas, novelas, esperando triunfar en breve. Al parecer se halla gra- vemente enfermo, pues recorre su habitación de un lado a otro sosteniendo un pañuelo manchado con la sangre que emanan sus pulmones. Una voz le dice que se prevenga, pues ha llegado su hora; que le siga, y cuando el poeta pregunta que a dónde, un dedo afilado le señala el fondo de un ataúd donde yacen sus novelas, sus poesías y sus dramas. El joven pide a la voz que le dé tan sólo un instante, pues desea saber si su nombre será inmortal. La misteriosa voz le contesta que ni la memoria de su nombre ni los aplausos del público le van a devolver la vida. El poeta se niega a seguir a la Muerte alegando que es aún muy joven, pues apenas tiene veinte años. Quiere seguir viviendo para alcanzar la gloria, su felici- dad. Entonces Cardeñosa toma la palabra y se dirige a su amigo de la siguiente manera: Ve ahí, amigo mío; ve cuál es la carrera de un poeta: delira, sufre, se consume y muere. La gloria se le presenta brillante en todos los instantes de su vida; se desespera por alcanzar- la; escribe, destruye su naturaleza, desorganiza su cerebro, devórase a sí mismo las entra- ñas, ¡y todo, todo por nada! ¡La gloria!, ¡maldita mil veces sea ella! Dominado por el vértigo que inspira vive el joven embriagado, delirante; cruza rápido el estrecho de la vida cual si fuera arrastrado por un genio del infierno en su torbellino veloz. Se cansa, se fatiga, se enciende, goza un día; pero no. Ni una hora, ni un momento, porque apenas se ve aclamado ambiciona ya remontarse a mayor altura y padece y se desespera hasta morir. ¡Infeliz!, ¿a dónde te diriges? ¿Qué crees conquistar? Como todos, corres tras un sueño, tras una quimera, tras una ilusión, ¡porque un nombre es ilusión, sueño y quimera! ¡Detente, infeliz! Tú sufres más que todos porque el deseo te devora... Eres como el niño que, figurándose que tocará con su mano el astro de la noche cuando llegue a la cumbre del monte, ve con desconsuelo al estar sobre ella que el espejo del sol ¡rueda ufano por encima de su cabeza!... Desafortunadamente, el narrador es consciente de que todo desaparece tras la losa del sepulcro. Llama entonces a su amigo para que le consuele: con sus pala- bras mitigará su calentura, y ambos invocarán al infierno para que les revele si allá hay cadenas capaces de sujetar su imaginación. Pagés, como el protagonista de la historia, apenas tenía veinte años entonces. La referencia al pañuelo ensangrenta- do apunta a que, como Cardeñosa y como Ramón Real, quizá se hallaba también enfermo de lo que parece tuberculosis. El mismo día que El barcelonés publica la segunda parte de este texto sale a la calle el número de El impúber. Periódico pueril dominical que se tiraba en las prensas de Benito Espona, como La mariposa. En su primera página se anunciaba la próxima aparición de El resumen, en cuya redacción figuraba Juan Antonio Pagés: BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... Este periódico constará de medio pliego de papel regular y saldrá todos los días menos los domingos, llevando en estracto, además de los artículos doctrinales, cuanto lleven los demás periódicos de esta capital, menos la parte política. Se insertarán gratis los anuncios que pertenezcan a los señores suscriptores. También se insertarán las disposiciones del Gobierno y de las autoridades locales. Al fin de cada mes daremos un índice alfabético de dichas disposiciones. Existía la posibilidad de suscribirse juntamente a las dos publicaciones, con lo que se pagaba reales en total. Es muy probable que los redactores de ambos periódicos fuesen los mismos, y que por lo tanto, Pagés colaborase también en El impúber, pero no podemos saberlo a ciencia cierta, ya que todos los artículos salieron firmados con pseudónimos. El impúber, como dijimos, estaba destinado a la instrucción infantil y trataba muy diversas materias, como La mariposa. Además, su director, Domingo Maspons, era también redactor de El resumen. Su periódico acabó imprimiéndose en el establecimiento de Miguel Borrás (calle del Carmen, n.º ) —así consta en los números que salieron en octubre de —, como lo haría después El trovador, semanario dirigido por Juan Antonio Pagés y Lorenzo Pujol y Boada, sobre el que trataremos más adelante. Sospechosamente, en el número de la revista infantil se anunciaba que se ponían a disposición de la empresa tantos ejemplares de los Ensayos poéticos de Ramón Real como socios fundadores tenía la misma. El de octubre de , El barcelonés trataba acerca del nuevo periódico: Tenemos a la vista el prospecto del periódico El resumen, al cual deseamos mil prosperida- des. Varios de nuestros amigos nos han venido diciendo que era más barato que El barcelo- nés, lo que negamos rotundamente, por cuanto nosotros damos un pliego y El resumen medio, por lo que nuestros suscritores tienen la ventaja, en El barcelonés, de un real; pero prescindiendo de esa bagatela, lo que no podemos dejar pasar en el prospecto del titulado Resumen es aquello de que en «último resultado (las empresas periodísticas) no ofrecen sino desengaños». Los editores del Barcelonés, lo que han ofrecido al público lo han cumplido: han dado y darán a sus suscritores obras por la mitad de su justo precio, con un precio ínfi- mo, adornadas con láminas y que ninguna empresa lo ha verificado hasta ahora; y es pre- ciso consignarlo en nuestras columnas por si la indirecta va para nuestra empresa, lo que no creemos, pero es necesario que lo digamos, y en alta voz, para que todos nos entendamos. El domingo de noviembre de salió por fin a la calle el primer número de El resumen, según la noticia publicada en El barcelonés al día siguiente. Por des- gracia, ni un solo ejemplar de este periódico ha llegado hasta nosotros. Sabemos que sus redactores eran Juan Antonio Pagés, Lorenzo Pujol y Boada y Domingo carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • El impúber, n.º , de septiembre de , pág. . El impúber, n.º , de octubre de , pág. . El barcelonés, n.º , de octubre de , pág. . Maspons porque éstos tiraron unas cuantas cartas impresas en las que sólo se escri- bía a mano el nombre del destinatario —incluso iban firmadas con sus nombres en caracteres impresos— y las enviaron a varios literatos reconocidos, como Juan Martínez Villergas y María Josefa Massanés. Dichos impresos llevaban como cabecera «Redacción del Resumen», pero por lo menos en el que recibió la poetisa catalana —que se conserva junto con otros papeles suyos en la Biblioteca de Cataluña— la palabra «Resumen»está tachada y al lado se ha escrito a mano «copilador», al igual que ocurre en el cuerpo de la carta, lo que nos hace sospechar que El resumen cambió su nombre por el de El copilador —que de hecho es casi un sinónimo— y que los redactores eran los mismos. Transcribimos a continua- ción el impreso que recibió María Josefa Massanés, en cursiva los caracteres manuscritos: Redacción del Resumen. Copilador Barcelona [espacio en blanco] de enero de . Sr.ª D.ª Josefa Massanés. Los infrascritos individuos de la Redacción del periódico literario «EL RESUMEN» [en el margen izquierdo, copilador], del cual tienen el honor de acompañar a V. un pros- pecto, se toman la libertad de invitar a V. se sirva favorecerle con algunas de sus composi- ciones. No darían sin duda tan atrevido paso los Redactores si no se hubiesen previamen- te hecho cargo de que la invitación que a V. hacen no es más que la espresión viva del pro- fundo convencimiento que les anima respecto del mérito que a V. le adorna, siendo la principal de sus miras facilitar el brillo y acogida del nuevo periódico, franqueándole abierta e ingenuamente a las producciones con que se sirvan honrarle los que en gracia de una reputación merecida se han hecho superiores a unos noveles poetas a quienes la glo- ria sonríe por primera vez. Los que han emprendido la redacción del RESUMEN, al aprovechar una de esas oca- siones que no siempre la casualidad proporciona para empresas de este género, no han per- dido de vista que ellos tendrán en el lustre y esplendor de aquél la parte más insignifican- te, debiendo cederse la principal a los que les sean conocidamente superiores; y esta sola idea les ha inducido a dirigirse a V. con el objeto ya insinuado, atreviéndose a esperar que dispensando V. la libertad que se han tomado de molestar su atención con la presente, ten- drá a bien remitirles cuando mejor le parezca, alguna de sus composiciones. Y con esta ocasión son de V. SS. SS. Q. S. M. B. J. A. Pagés, Lorenzo Pujol y Boada, Domingo Maspons. BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... Martínez Villergas les respondió con una poesía titulada «Respuesta a una invitación que me hicieron los redactores del Copilador, periódico barcelonés», que recogió después en Los siete mil pecados capitales (Madrid, P. Madoz y L. Sagasti, , págs. -) y que comenzaba con los siguientes versos esdrújulos: «Vuestra circular benévola/ despierta en mí noble estímulo/ y quiero como hombre impávido/ ensayar mi numen lírico». Biblioteca de Cataluña, ms. ., . «Portentoso era el trabajo que le ocupaba hasta consumirle» —explica Francisco Pagés en la necrología de su hermano—; pero no era el único que tra- bajaba sin descanso. Al mismo tiempo que se implicaba en todas estas empresas, Víctor Balaguer concebía una nueva publicación paralela a la de El genio que había de proporcionarle más de un enemigo. En una carta dirigida a José Coll y Vehí —Serafín Garibay— el de septiembre de , escribe: Querido Serafín: Necesito que tan pronto como recibas ésta me remitas algunos epigramas, alguna poe- sía burlesca y algún artículo o novelita ídem, pero todo inédito y que nadie haya visto o pueda sospechar que es cosa tuya, pues por el hilo sacarían el ovillo y sabiendo que era tuyo podrían sospechar que yo te lo he pedido. El objeto es que vamos a publicar en esta corte unos cuantos amigos de trueno un periódico titulado El ángel exterminador muy fuerte, muy furibundo, muy retumbante, muy sonoro, pero los redactores son desconocidos, pues se trata de joder a todo el mundo. Da la casualidad que en la redacción no hay ningún poeta satírico, pues todos somos románticos, y por lo mismo necesitamos artículos de esa clase, letrillas burlescas y epigramas. Sobre todo que a nadie le escribas una palabra de esto, y más que a nadie a Alabern, pues todo lo charla, lo suyo y lo ajeno. ¿Cómo sigue tu hermano? Esto es lo más interesante a que debes contestar. Que se cuide sobre todo. Ayer te escribí. Espresiones y tuyo V. Balaguer. setiembre. Efectivamente, entre el de octubre de , fecha en la que salió el n.º de El genio, último de la segunda serie, y el de noviembre del mismo año, fecha del primero de la tercera serie, vio la luz el prospecto de esta última para El genio seguido del correspondiente a El ángel exterminador . El genio anunciaba, entre otros cambios, que en la última página de cada número se publicarían unas «sem- blanzas en verso de todos los literatos catalanes», donde una pluma «íntegra e imparcial» anotaría «los defectos y bellezas de que adolecen sus obras». Dos veces al mes se repartiría gratis, a los suscriptores de El genio, El ángel exterminador, carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • Francisco de Paula Pagés, «Necrología del malogrado joven poeta D. J. A. Pagés», La viole- ta de oro, n.º , de noviembre de , pág. . Biblioteca de Cataluña, Epistolario de José Coll y Vehí, ms. ., carta . Balaguer subra- yó la palabra «románticos»; la cursiva es nuestra. Afortunadamente, se halla encuadernado en el segundo tomo de la revista que se conserva en la Biblioteca de Cataluña (Giv-IB /); de esta manera ha llegado hasta nosotros un documen- to que, por repartirse como hoja suelta, era normal que se extraviase. «periodicucho malo, detestable, con pizcas de insolente y desvengozado, pero que limpia, fija y da esplendor, redactado por tres hermanos de la Buena Obra». El prospecto advertía que los redactores eran distintos de los de El genio —lo que sabemos que no era cierto— y que por su parte publicarían unas «semblanzas de los burros» —aquellos mal conocidos con el nombre de literatos— y de los «autó- matas», que definían como «entes disfrazados con el nombre de actores». Publicarían también un catálogo de obras malas, una lista de «poetas detestables» y limpiarían la literatura de «sabandijas famélicas (derivado de “fama”) y la escena de avechuchos cómicos». No admitiría suscripciones por separado de El genio ni se vendería ningún número suelto. El primer número de la tercera serie de El genio trataba acerca de las semblan- zas que se anunciaban en el prospecto. Con ellas, los redactores pretendían «qui- tar la máscara a ciertos entes» a quienes su charlatanería hacía pasar «por grandes hombres a los ojos de muchos» y «hacer brillar en todo su esplendor el númen y el talento de los verdaderos hijos del genio». Seguidamente venía una lista con los nombres de los literatos cuya semblanza publicarían, entre ellos, Próspero de Bofarull, Juan Cortada, Pablo Piferrer, Joaquín Roca y Cornet, Joaquín Rubió, Sinibaldo de Mas, José Coll y Vehí, Manuel Milá, Juan Illas y Vidal, Juan Antonio Pagés, Pedro Felipe Monlau, Nicasio Milá de la Roca, Ramón Real, José Semís y Mensa y Francisco Pi y Margall. Hubiera sido muy interesante averiguar qué opinión merecía a los redactores de esta revista la obra poética de Juan Antonio Pagés, pero desgraciadamente, como veremos, el semanario desapareció habiendo publicado tan sólo las semblanzas de Joaquín Rubió y Ors, Juan Illas y Vidal y Pablo Piferrer. El mismo día que ve la luz el primer número de la tercera serie de El genio sale también a la calle el primero de El ángel exterminador . Le sigue al título una BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... El genio, tercera serie, n.º , de noviembre de , págs. -. Se tiraba, como El genio, en la imprenta de José María de Grau, y entre sus colaboradores, que evidentemente firmaban todos con pseudónimo, se hallaban Satanás, Miguelito, Dythicam, Astharot, Abenámar, Belcebú, el malabar, Faringhea, el negro y el indio. Estos tres últimos nombres corresponden a sendos personajes de la popular novela de Eugenio Sue El judío errante. Pertenecían a una hermandad denominada «de la Buena Obra» —recuérdese que los redactores de El ángel exter- minador se presentaban como integrantes de dicha hermandad en el prospectode su periódico— que operaba en la India. Se hallaba constituida por los phansegars (‘estranguladores’), asesinos que ahogaban a sus víctimas para obedecer a las leyes de Bohwanie, una divinidad infernal. «Ligados y celosos mútuamente hasta el heroísmo, obedeciendo ciegamente a sus jefes, que pretenden ser los representantes inmediatos de su lúgubre divinidad, considerando como enemigos a todos los que no pertenecen a su cofradía, reclutándose en todas partes por medio de un espantoso proselitismo, estos apóstoles de una religión de homicidio iban predicando subrepticiamente sus abominables doctri- nas y cubrían la India de sus innumerables secuaces» (Eugenio Sue, El judío errante, I, trad. de José de Marcoleta, Barcelona, Imprenta de Saurí, Berdeguer y A. Gaspar, , pág. ). advertencia en la que se aclara que se reparte gratis a los suscriptores de El genio, a las buenas mozas y a los malos poetas. Ya en este primer número se ensañan con El barcelonés afirmando que es «lo más malo que se publica en Barcelona». En adelante, el diario en cuya redacción figuraba Cardeñosa constituiría el blanco predilecto de las puyas de El ángel exterminador, dirigidas especialmente contra los errores gramaticales que aparecían en sus columnas, distinguiendo a partir de entonces entre los que escribían en El barcelonés y el resto de la humanidad, que no les entendía. Se inicia de este modo una batalla dialéctica entre ambas publi- caciones que parece ser trasunto de un cada vez más evidente resentimiento entre Alejandro Cardeñosa y Víctor Balaguer. El barcelonés, por su parte, había mani- festado ya abiertamente que el director de El genio no era considerado un amigo: el de septiembre de había publicado una noticia firmada por un tal «Retascón» en la que se comunicaba que la revista El cínife había calificado el poema «El pasmo de Sicilia» de Balaguer de «pasmosamente malo», saliendo en su defensa porque, a pesar de que la redacción no le consideraba un amigo, sí era tenido por un buen escritor. Pagés, en cambio, era estimado entonces por Balaguer como uno de sus verdaderos amigos. El de septiembre de , éste había dirigido una carta desde Madrid a José Coll y Vehí como contestación a la que recibió el día anterior de parte de su corresponsal, quien le explicaba que su hermano Narciso se hallaba muy enfermo. Balaguer le respondía lo siguiente: Sabía ya la enfermedad de Narciso por Pagés, y por cierto que no puedes imaginarte el sen- timiento que me dio. Dile de mi parte que no sea loco, que se ponga en verdadera cura, que se fastidie unos días si es necesario, pero que se alivie. ¡Oh!, jamás había sentido lo que aprecio a mis amigos sino ahora que estoy fuera de su lado, ahora que me encuentro solo, que no tengo a nadie en quien fiar, pues todos los que me rodean son amigos cortesanos y en ellos sólo hay diplomacia a secas. Sobre todo te encargo que me des noticias de Narciso, que me cuentes los síntomas de su enfermedad, que le digas que se alivie, que se cure, que se lo pide un amigo que a ti y a él os aprecia de corazón. ¡Ah! ¡Es tan horrorosa la enfer- medad que le amarga! ¡Me aterroriza tanto!, ¡y sin embargo, quizá será éste mi porvenir! Te lo confieso: cuando leí la carta de Pagés y la que escribiste tú a Alabern, me estre- mecí y hasta creo que lloré al pensar que una enfermedad que en no lejanos días había herido mi corazón desplegaba ahora sus alas sobre la cabeza de Narciso, de uno de los pocos amigos de quienes me acuerdo y de quienes guardo inestinguibles memorias ... Si ves a Pagés dile que no se queje de mí, que no le olvido, pues es también del corto núme- ro de mis amigos y que ya le escribiré. carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • El ángel exterminador, n.º , de noviembre de , pág. . El barcelonés, n.º , de septiembre de , pág. . En la misma carta Balaguer escribía a Coll y Vehí: «Procura remitir mucho al Genio, pues a decirte verdad, y sin adularte, tus artículos es lo mejor que se publica, pues hay allí cosas como las de la Amalia O’Crowley y otras cuya sola lectura me haría abandonar la poesía si no fuese ahora mi El de noviembre de , Alejandro Cardeñosa publicó en El barcelonés «Dos de noviembre», un lúgubre escrito con ocasión del día de Difuntos que encabeza- ba con las frases: «¿Veis una estrella levantarse del fondo de una cuna? Es la ima- gen de la desgracia» y «¿Veis una flor desarrollarse sobre el jaspe de una tumba? Es la imagen de la felicidad», lo que provocó que en el número de El ángel exter- minador, que salió el de noviembre de , uno de los redactores reaccionara publicando lo que sigue: D. Alejandro Cardeñosa, en el n.º del Barcelonés, nos prueba con razones convincen- tes y que no dan lugar a comentarios que las flores se desarrollan sobre el jaspe de una tumba y que las estrellas se levantan del fondo de una cuna. El Sr. Cardeñosa merece que el Gobierno le conceda privilegio esclusivo por su invención. ¡Que invenzione! ¡Que invenzione! ¡Bravo! ¡Bra... vo! (Il barbiere di Seviglia) Y más abajo se le acusaba de haber tomado El barcelonés como paño para enjugar sus lágrimas. Parece que Ramón Real se hallaba muy enfermo y llegaba al fin de sus días: La santa pobreza, la honrada pobreza luchaba flaca con sus males. Pagés daba íntimos con- suelos a su amigo, y ya que veía en su rostro la imagen de la muerte, le abría un cielo de esperanzas, una vida mejor, una nueva forma de existencia para que, al presentarse la muerte para ahogar sus facultades, se mostrara fuerte en la dificultad de ese trámite nece- sario a la perfección del ser humano. Efectivamente, el autor de los Ensayos poéticos murió el de noviembre de , con veintiún años, a causa de una «afección de pecho». El barcelonés del de noviembre informaba: «Ayer a las ocho de la noche falleció en esta ciudad, des- pués de continuos padecimientos, el joven escritor D. Ramón Real», noticia reco- BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... única carrera» (Biblioteca de Cataluña, Epistolario de José Coll y Vehí, ms. ., carta ). Por des- gracia no se ha hallado ninguna carta de Pagés entre el epistolario de Víctor Balaguer que se con- serva en su Biblioteca-Museo de Vilanova y la Geltrú (Montserrat Comas, Epistolari de Víctor Balaguer: aproximació a un catàleg (-), Vilanova i la Geltrú, Generalitat de Catalunya- Ajuntament de Vilanova i la Geltrú-Biblioteca-Museu Víctor Balaguer, ). El barcelonés, n.º , de noviembre de , págs. -. El ángel exterminador, n.º , de noviembre de , pág. . En la página siguiente leemos: «Publícase en esta ciudad un resumen, periódico tan malo, tan malo como El barcelonés». Francisco de Paula Pagés, «Biografía de D. Juan Antonio Pagés», págs. -. gida por El genio poco después: «Parece que el jueves cinco del corriente falleció en esta ciudad el joven escritor D. Ramón Real. Vivamente hemos sentido tal pér- dida, pues el joven cuya muerte lloramos abrigaba sobrados dotes para crearse un porvenir de gloria». La confusión de las fechas se debe a que los periódicos se imprimían por la noche. Acerca de este desgraciado acontecimiento escribe Francisco Pagés en la biografía de su hermano: «murió su primer amigo, el primer hombre que había encontrado sobre la tierra, y su mezquina fortuna le permitió sólo dejar un rami- llete de poesías, acta triste y severa de su paso sobre la tierra». Mucho debió afec- tar al vilasanés la muerte de su amigo, a juzgar por el sentido romance de conte- nido autobiográfico que debió componer alrededor de esa fecha titulado «A la memoria de don Ramón Real». Desde el principio, el poeta de Vilassar reflejó sus vivencias en sus composiciones, como hizo en esta ocasión. «Bien podremos decir que cada verso es la historia de un día de su vida». Según lo que narra el roman- ce, Real murió a causa de la falta de caridad de quienes pudieron socorrerle y sin la compañíade su mejor amigo, ya que, a pesar de haber pasado horas y horas junto al enfermo, faltó en el momento de su muerte. Posiblemente se hallaba recluido en su cuarto leyendo o componiendo: «¡que yo no le vi muriendo!;/ dis- traído en ilusión/ estaba, cuando al oído/ me dijeron: “¡Ya murió!”» (vv. -). El de noviembre de , El ángel exterminador publicó un articulito titula- do «Compañía de verso en el infierno». En él se contaba que al diablo le dolían las muelas por culpa de las composiciones religiosas de Roca y Cornet y de Rubió y Ors, por lo que el médico le había recetado distraerse contemplando algunas piezas dramáticas. Astharot se encarga entonces de formar la compañía que debe ejecutarlas reclutando a unos cuantos literatos catalanes y asignándoles en ellas «una parte aproximada a la que ocupan en la república de las letras». Destina a Juan Antonio Pagés un lugar entre las «comparsas», adjudica a Pujol y Boada el papel de «apaga-luces» y a Alejandro Cardeñosa el de «servidor de escena», mientras que el papel de los galanes jóvenes será representado por Pablo Piferrer, Joaquín Rubió, Víctor Balaguer y Francisco Pi. Al parecer, la redacción de El resumen carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • El genio, tercera serie, n.º , de noviembre de , pág. . Gracias a su acta de defunción, además de que murió de una «afección de pecho», sabemos que era soltero, natural de Biosca (Lérida), al igual que sus padres —Pedro Real e Inés Roura [sic], labradores—, y que vivía en la calle de los Ángeles, n.º , piso .º, muy cerca de donde vivía Juan Antonio Pagés (Archivo Municipal Administrativo de Barcelona, Provincia de Barcelona. Registro Civil de Muertos. Barcelona. Libro Cuarto. Da principio en de Octubre de , entrada ). Francisco de Paula Pagés, «Biografía de D. Juan Antonio Pagés», pág. . Ibídem, pág. . El ángel exterminador, n.º , de noviembre de , págs. -. BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... El ángel exterminador, n.º , de noviembre de , pág. . El ángel exterminador, n.º , de diciembre de , pág. . El genio, tercera serie, n.º , de diciembre de , pág. . El barcelonés, n.º , de marzo de , pág. . Los números de El trovador presentaban la peculiaridad de salir sin fechas, pero gracias a que muchas de las composiciones insertas en él aña- den una al final podemos aproximarnos algo a la época de publicación de cada número. Como es bien sabido, por «el Brusi» era popularmente conocido el Diario de Barcelona. reaccionó en el número de su diario contra este artículo honrando «con sus elo- gios» a la de El ángel exterminador, según publica éste en su cuarto número, y desde luego, promete pagar con la misma moneda. En el número siguiente, que salió el de diciembre de , comunica que Balaguer se ha separado de la redac- ción de El genio porque insulta de un modo brusco y personal y no era eso lo que le había prometido. Efectivamente, el de diciembre José María de Grau publi- ca en El genio la siguiente nota dirigida a los lectores: Por razones particulares, entre las cuales no es la que tiene menos fuerza el haberse sepa- rado el Sr. D. Víctor Balaguer de esta redacción, el editor del Genio se ve obligado a suspenderlo por ahora, quedándose empero con el derecho de continuar su publicación siempre y cuando cesen las circunstancias que le obligan a él suspenderle y al que ha sido siempre su director retirarse. De esta manera se ponía punto final a uno de los semanarios literarios que más éxitos había cosechado en su época. No obstante, el relevo hubo de ser recogido por Juan Antonio Pagés, que a partir de entonces iba a alcanzar el reconocimien- to general. El de marzo de , El barcelonés publicaba el siguiente anuncio: El trovador. Semanario de literatura. Cuenta este semanario por colaboradores a escritores distinguidos. Se comenzará a publicar el .º de abril, saliendo un número cada domingo de pá- ginas en .º, y si el n.º de los suscritores lo permite, irán esparcidos grabados por el testo. A los suscritores al Copilador, Fomento, Barcelonés, «Brusi», Jornalero, Fe pública e Impúber que se suscriban antes de del corriente, al ínfimo precio de y medio real vellón al mes, debiendo suscribirse por dos meses y pagando al recibo del primer número. Pasado el día sólo se admitirán a reales vellón al mes en esta ciudad y fuera de ella, franco de porte. Suscríbese en la Imprenta de Miguel Borrás, calle del Carmen, n.º . Los directores del semanario que pronto vería la luz no eran otros que Lorenzo Pujol y Boada y Juan Antonio Pagés, y en él escribirían varios de los literatos que habían publicado sus composiciones en El genio, como Antonio Trueba y la Quintana, Ángela Grassi, Luis Maraver, Amalia Fenollosa, Gregorio Amado Larrosa o Leopoldo Martínez Padín. Francisco Pagés explica, refiriéndose a su her- mano, que El trovador «hízole conocer en Barcelona como poeta singularmente inspirado. Si éste era el mérito público de Pagés, mayor era el trono de gloria que él mismo se edificara en las horas para otros de descanso; para él, de vigilia activa y pensadora». En el primer número Barcelona vio publicado un poema de Pagés titulado «El órgano», en la misma línea del dedicado a Francisco de Salinas por Fray Luis, y un soneto firmado por un tal M. P. y R., iniciales que revelan la identidad de Magín Porta y Rubió. Éste daría a conocer bastantes de sus composiciones —a pesar de su pésima calidad— en el semanario de su amigo. Está claro que, para Pagés, la amistad estaba por encima de todo lo demás. En este primer número apareció también la poesía «A una rosa marchita», de Ángela Grassi, y otra del malagueño Ramón Franquelo, a quien Pagés dedicó uno de sus poemas: «Plegaria. A mi buen amigo don Ramón Franquelo».También el andaluz le dedicó uno de los suyos, «La ilusión y la verdad. Dedicada a mi buen amigo D. Juan Antonio Pagés». Fueron numerosas las composiciones de este literato que aparecieron en El trovador, además de los constantes anuncios de sus otras producciones litera- rias: los Recreos religiosos; el drama El pueblo soberano; la comedia Dos y ninguno; Juana la Loca, drama en seis cuadros, y una novelita titulada Natalia. El trova- dor era leído fuera de Barcelona, y algunos periódicos de otros lugares lo reco- mendaban a sus suscriptores, como El boletín pinciano de Valladolid o El Ebro, de Tortosa. Al parecer gustó bastante, pues enseguida empezó a recibir poesías remi- tidas desde diversos puntos de España como Madrid, Córdoba o Cádiz. carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • Francisco de Paula Pagés, «Biografía de D. Juan Antonio Pagés», pág. . Fray Luis de León fue uno de los poetas más admirados por los literatos de la Barcelona decimonónica. Uno de los compañeros de estudios de Pagés, amigo de Víctor Balaguer que años más tarde fue nombrado académico de la lengua y miembro numerario de la Academia de Buenas Letras de Barcelona, José Coll y Vehí, recoge abundantísimos ejemplos de la poesía del religioso agustino en las páginas de sus Modelos de poesía castellana, entre ellos, la célebre oda a Salinas. También Manuel Milá y Fontanals, quien considera a Fray Luis «nuestro primer lírico», califica este poema en sus Principios de teoría estética y literaria como el mejor ejemplo de paráfrasis cristiana de la teoría estética de Platón. El trovador, primera serie, n.º , págs. -. El trovador, primera serie, n.º , pág. . Franquelo fue redactor, entre otros, de El sol de Andalucía, periódico que se publicaba en Sevilla y director de La cencerrada y de El correo de Andalucía, del que fue también su fundador. Murió en Málaga en el año , después de haber dejado a sus espaldas una extensa producción literaria. A propósito de la misma véanse, por ejemplo, la Enciclopedia universal ilustrada europeo- americana, XXIV, Barcelona,Hijos de J. Espasa, , pág. . y VV. AA., Diccionario de escritores de Málaga y su provincia, ed. Cristóbal Cuevas, Madrid, Castalia, , págs. -. El dato procede de El trovador, primera serie, n.º , pág. . BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... El trovador, primera serie, n.º , pág. . . Primera cabecera de El trovador. Hacia el de abril de —el artículo de Pujol y Boada que abre el segun- do número data de esa fecha— salió publicada en El trovador la poesía «El pensa- miento. Al joven poeta don A. T. de la Quintana», firmada por Pagés el de abril del mismo año. En el número , además de un poema de Joaquín María Sanromá —no sería el último—, «El cenáculo», apareció el anuncio de La cotorra, un perió- dico madrileño «alegre, vivaracho y coquetil» redactado por señoras que recibían el «asesoramiento» de escritores como Martínez Villergas y Antonio Ribot. El tro- vador animaba a sus redactoras a continuar con su empresa para que los «viejos doctores» se percataran de que ellas eran capaces de hacer algo más que no fuese «leer el Ripalda y bordar en el telar». Este apoyo entusiasta por parte de los redac- tores catalanes propició que en el número quinto pudieran insertar una poesía dirigida el de abril «A la redacción del Trovador» firmada por las redactoras de La cotorra, Robustiana Cobarrubias y Petra Pío Pito de Carriquiri y Sepúlveda: Señores Pujol-Pagés: obligación nuestra es responder con consonantes a los requiebros galantes del comentario y la glosa que nos remiten en prosa, porque aunque entre cierta gente de sortú, perilla y lente no sea un pecado gordo hacerse a veces el sordo a epístolas de tal clase, que su sexo lo haga... pase, pues que al cabo los calzones en hechos, dichos y acciones para todo (o para nada) tienen licencia otorgada; pero el nuestro, ¡el sexo bello!, ¡el de alabastrino cuello!, ¡el de los claveles rojos! que tiene soles por ojos y esmeraldas por... narices, no incurre en tales deslices. Bajo tal concepto, pues, señores Pujol-Pagés, sírvanse ambos aceptar nuestro afecto en singular y nuestra gracia en plural, mientras sincera y leal, con fino y atento pico, entreabriendo su abanico por no quitarse la gorra, se despide La cotorra . Definitivamente, la revista dirigida por Pagés y Lorenzo Pujol era un éxito. De por entoces puede que sea el fragmento de autobiografía que reproduce su hermano después de recordar lo que el poeta sufrió al ver «que los destellos de su imaginación morían perdidos sobre la mesa de una oficina»: Ahora, sin embargo —decía—, que ha cambiado mi posición, no puedo menos que sen- tir cierto orgullo al considerar lo que fui entonces, con qué empeño trabajé, con qué valor vencí mis temores a la voz de mis deberes, cómo mi carácter y sensibilidad no se resintie- ron de aquellos choques de necesidades, y sobre todo, no puedo dejar de agradecer viva- mente al Cielo que mi salud no se haya resentido visiblemente de aquella vida trabajosa en una edad en que había de ver aquella clase de trabajo solamente en el porvenir. En el número salió también «Una hora de armonía. Composición improvi- sada en un paseo por el mar», firmada por Pagés el de abril de . En el núme- ro siguiente, y fechada en de marzo del mismo año, se publicó «La vejez», un ejemplo de «poesía metafísica» con el personaje del anciano como eje central, uno de los tipos patéticos recurrentes en la poesía lírica sentimental del romanticismo junto al reo de muerte, el mendigo o la niña desgraciada. En la novena entrega, los suscriptores al semanario pudieron leer un poema de Luis Maraver fechado en Córdoba y mayo de titulado «El verdugo» con la dedicatoria: «a mi buen carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • El trovador, primera serie, n.º , págs. -. Francisco de Paula Pagés, «Biografía de D. Juan Antonio Pagés», pág. . amigo D. Juan Antonio Pagés». A finales de mayo o principios de junio debió aparecer el número . En la primera página podemos leer una advertencia que revela que muchos de los suscriptores eran estudiantes de la Universidad. En ella se les recuerda que si salen de Barcelona al acabar el curso y quieren recibir la revis- ta allí donde pasen el verano deberán dejar un aviso en la imprenta y pagado el importe de la suscripción. También ofrecen la posibilidad de guardarles los núme- ros hasta que regresen, previo pago de los mismos. . Cabecera de El trovador a partir del quinto número de la primera serie. El número , que debió salir en el mes de junio, se abría con un poema que Pagés escribió «A la distinguida poetisa doña Ángela Grassi, por su bella poesía inserta en el número del Ebro», y el con «A María», de tema amoroso, del que sólo se dio la primera mitad por ser muy extenso, y que manifestaba todas las características típicas del amor romántico. La segunda mitad salió en el número siguiente. En el número se publicó también una poesía de Magín Porta titula- da «A mi buen amigo don Juan Antonio Pagés», la cual encabezó con los versos - del poema «Escepticismo», a manera de tributo a su amigo. El número se abría con una composición en alejandrinos titulada «A las estrellas. Fragmento». Llevaba una nota al pie que aclaraba que dicha pieza procedía «del canto primero BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... El trovador, primera serie, n.º , págs. -. Durante la década de los cuarenta, el dedicar poemas a otro literato o el intercambio de los mismos en la prensa se convirtió en una moda gracias a la cual entraba uno a formar parte de una especie de «hermandad lírica». Además, obsequiar con una poesía a otro colega que ya gozaba de reconocimiento —como es el caso de Ángela Grassi en — era un modo de darse a conocer en el mundo de las letras. Son muchas las composiciones dirigidas a la Grassi que se publicaron en las revistas literarias barcelonesas en las que colaboraban el de Vilassar y sus compañeros y amigos, y que evidencian que fue muy querida y admirada. El trovador, primera serie, n.º , págs. -. de un poema inédito, “El hombre y la creación”», al que seguramente pertenece alguno de los demás fragmentos que aparecieron en la revista, como «Invocación. Fragmento de un poema», fechado en de diciembre de e inserto en el número . En el mismo número en el que Pagés publicaba sus alejandrinos salió «El ángel de consolación. Dedicado a mi íntimo amigo don Juan Antonio Pagés», de Lorenzo Pujol y Boada. En el número veía la luz el poema titulado «A mi patria», que no fue recogido en el volumen publicado tras la muerte del poeta, en el que se percibe cierta actitud de rebeldía y cuyo lema son los dos últimos versos de «A Napoleón», de Zorrilla: «Grande mi patria, te llamó a la guerra:/ porque eras grande tú, lidió contigo». A partir del número los redactores de El trovador empiezan a publicar algu- nas de las poesías que Ramón Real había recogido en sus Ensayos poéticos. La pri- mera de ellas fue la que llevaba por título «A.***», siendo precedida de una breve reseña «biográfica» en la que se advierte lo mucho que los redactores apreciaban a su malogrado amigo: Nosotros, que conocíamos a fondo la poética belleza de su alma y la rica ternura de su corazón, damos el debido precio a los sublimes rasgos de exquisito sentimiento que ador- nan sus composiciones, singularmente las últimas que el dolor le inspirara, fúnebres y secretos lamentos de su alma, herida ya por un presentimiento mortal. Triste ha de ser el canto postrero del moribundo iniciado en alguno de los misterios que nos aguardan mas allá de la vida; triste y desconsoladora la verdad profética velada por su inspiración que, al tender el vuelo, ha dado ya con la sombra de la eternidad. Nuestro desgraciado amigo, que pareció predestinado del Cielo para atesorar en el alma sentimientos a cuál más nobles y generosos, no podía vivir donde vivían sus hermanos, respirarel mismo aliento que respi- ran otros hombres sin que se resintiera su delicada sensibilidad; cual si estos hombres enve- nenaran el aire que respiran, corrompen el alma pura o la marchitan como una flor hela- da por la noche. Ni podía vivir sin amar, ni podía amar sin morir. Y el pobre joven amó porque era poeta, porque su corazón le mandó que amase, pero su amor le labró la tumba, porque no se puede amar como él amaba. En vano su alma fatigada de sueños estériles quería como recobrar su perdida libertad; en vano esforzándose para dar con la realidad, quería desprenderse de la magia encantadora de las ilusiones que era tan propenso a men- tirse; las terribles invectivas que lanzaba su irritado escepticismo a la memoria de las falsas y mezquinas mujeres que había amado, no eran otra cosa que las pálidas endechas de su alma herida del dolor, y otra ilusión naciente las convertía más tarde en tiernas y amoro- sas trovas, ¡cual sigue una nueva aurora a la noche que precedió otra aurora que ya ha desa- parecido!». carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • El trovador, primera serie, n.º , págs. -. José Zorrilla, Obras completas, I, ed. Narciso Alonso Cortés, Valladolid, Santarén, , pág. . El trovador, primera serie, n.º , págs. -. Ibídem, págs. -. Mientras Pagés se ocupaba en dirigir El trovador, Narciso Monturiol, con quien pronto colaboraría en una nueva empresa literaria, publicó el de junio de el primer número de La madre de familia, revista de la que desafortunada- mente no hemos hallado ningún ejemplar. Víctor Balaguer se hallaba enfrasca- do en la dirección de El barcino musical , que más tarde cambiaría su nombre por el de La lira española. El barcelonés ocupaba alguna de sus páginas con noticias referentes a la revolución polaca y anunciaba que saldría por entregas una Vida militar y política de Espartero, escrita en vista de cuantas se han publicado hasta el día por Alejandro Cardeñosa y J. de Torá. «...Empezó para él el trabajo de filosofía»: el fin de El trovador El de octubre de , nada más estallar la «guerra de los matiners» —car- listas, progresistas y republicanos contra el gobierno moderado—, se celebraba el enlace de Isabel II con su primo el infante Francisco de Asís: En Barcelona, el elemento oficial echó la casa por la ventana. Los vecinos recibimos de la autoridad la orden de entusiasmarnos y hacer luminarias bajo apercibimiento de una fuer- te multa, y así pudo engreírse la muy noble y leal ciudad de Barcelona de haber celebrado con gran pompa y regocijo la boda de su reina. Comenzaba entonces el curso de -, y El barcelonés del día de octu- bre de se hacía eco de la siguiente noticia: Ayer los estudiantes, al asistir como de costumbre a la clase, recibieron una nueva triste, fatal: pues señor, los porteros les dijeron que la Universidad estaba cerrada hasta el con motivo de las fiestas de S. M., y como es de suponer, los pobres cursantes saltaron de contento y alegría. Ya se ve: también a los estudiantes les gustan mucho las fiestas para poder ir a hablar con sus Dulcineas y pasar la noche en los cafés, de lo cual se ven priva- dos la mayor parte del año. BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... Más datos sobre esta revista, y extractos de algunos de sus artículos en Josep Puig Pujadas, Vida d’heroi: Narcís Monturiol, inventor de la navegació submarina, Barcelona, Impremta i Llibreria L’Avenç, , págs. -. Sólo hemos podido examinar los números ( de junio de )- ( de octubre de ), en los que no hay nada que se deba a la pluma de Pagés. Véanse, por ejemplo, El barcelonés, n.º , de marzo de , pág. y el n.º , de marzo de , págs. -. El barcelonés, n.º , de marzo de , pág. . José Coroleu, Memorias de un menestral de Barcelona. -, pág. . El barcelonés, n.º , de octubre de , pág. . Sanromá describe el ambiente que se respiraba en la Ciudad Condal como de tranquilidad «así, un poco a estilo de las soledades de Tácito y de los cementerios de Schiller: lavas ardientes bajo capas de leche», pues, según dice, el obrero vivía entonces «amansado en apariencia, pero odiando en secreto lo que de público no podía señalarse». Más abajo veremos de qué manera afectó a Pagés este cambio que empezaba a operarse en la sociedad barcelonesa y que El barcelonés, por ejem- plo, había empezado ya a acusar. Alberto Pujol y Gurena fue el catedrático encargado de leer la oración inaugu- ral del curso el día de octubre de . En ella se hacía un elogio de los jóvenes que se esforzaban en el estudio de las ciencias sin dispersarse en otras cuestiones —como la política, a juzgar por el tono general del discurso—. Pagés estudió durante este año académico las asignaturas Derecho público y administración con Juan Illas y Vidal y Códigos españoles, por las que se habían sustituido las antiguas «Códigos civiles españoles, el de comercio, materia criminal, y derecho político y administración», aunque las nuevas parecen simplemente el resultado de una reorganización de las materias. A propósito del catedrático Jaime Quintana opina el rector de la universidad en el informe del de mayo de : Este respetable eclesiástico, en su larga carrera de la enseñanza, así en el tiempo en que la Universidad se hallaba en Cervera como desde que se ha trasladado a esta capital, ha obser- vado una conducta muy arreglada dentro y fuera de la Universidad, cumpliendo con todas las obligaciones de la enseñanza, asistiendo puntualmente a su cátedra, haciéndose respetar de sus discípulos sin haber tenido nunca repasos en su casa y habiendo sido siempre su moralidad exenta de toda tacha. Su saber y su capacidad han hecho provechosas sus leccio- nes, y aunque será actualmente de unos setenta años, poco más o menos, está exento de achaques y conserva una particular robustez y vigor, en lo físico como en lo intelectual. carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • Joaquín María Sanromá, Mis memorias, I, págs. -. Ibídem, pág. . Alberto Pujol y Gurena, Solemne apertura de la Universidad Literaria de Barcelona. Oración inaugural leída por el doctor D. Alberto Pujol y Gurena, catedrático de derecho romano, Barcelona, Imprenta de Tomás Gorchs, . Además, el catedrático de códigos españoles seguía siendo el mismo del curso -, Jaime Quintana, así que es muy probable que se continuasen enseñando los mismos contenidos. Pueden verse en Jaime Quintana, «Programa para el curso quinto de jurisprudencia en el lectivo de a », en José Simón Rubis y Alemany, De ingeniorum delectu ad disciplinas litterarum dis- cendas amplificandasque, págs. - (AUB, ///). En cuanto a la asignatura de derecho público y administración sólo conocemos el programa que elaboró Laureano Figuerola el de septiembre de (AUB, ///). «Informe acerca de las calidades personales de cada uno de los catedráticos de la Universi- dad de Barcelona que da el rector de la misma al Gobierno de S. M. en cumplimiento de Reales Órdenes de de octubre de y de de abril de » (AUC, caja , , ). Al finalizar el trimestre de octubre a diciembre, Illas y Vidal calificó —en su parte académico para el quinto año de jurisprudencia— el comportamiento de Juan Antonio Pagés de «bueno», y su aplicación y aprovechamiento, de «sobresa- lientes». En el parte del trimestre de abril a junio, Pagés figura con cuatro faltas de asistencia, comportamiento «bueno», «mucha» aplicación y «mucho» aprovecha- miento. En cuanto a la asignatura de códigos españoles, los resultados son muy parecidos: en el parte de enero a marzo, Illas y Vidal —encargado interinamente de la asignatura— calificó de «bueno» su comportamiento y de «sobresalientes» su aplicación y aprovechamiento. El mismo resultado obtuvo en el de abril a junio. Además de a estas dosasignaturas, Pagés asistió durante este año académico a la cátedra de cuarto que impartía Felipe Vergés y Permanyer. Así lo revela una «Lista de los cursantes de .º año de jurisprudencia que han asistido a la cátedra de .º año en el curso lectivo de a ». De Vergés y Permanyer Sanromá explica, haciendo gala de su genio, que era un hombre del género tremebundo: largo, moreno, señalado de huesos, formidable acento y unos bra- zos y unos puños que en su caso podían emplearse a guisa de argumentos. Dificulto que haya en España quien, como canonista, le haya superado ... Cuando tropezaba en la expli- cación con algún personaje de la Reforma —con Lutero, Calvino, Zwinglio o con Melanchton— daba unas voces tan cañoneras que se oían desde la calle, y como al mismo tiempo era buen orador, y tenía robusta y cadenciosa frase, y al hablar de los enemigos de la Iglesia le centelleaban los ojos y la boca le espumaba, nos tenía atónitos, inmóviles, casi aterrados, y más que por lo que decía, llegaba a convencernos por lo que espantaba. Si hubiese vivido en el siglo XVI y al alcance de su mano hubiera pillado a los héroes del pro- testantismo, quizás, quizás estaría de más el Concilio de Trento con sus definiciones y ana- temas. Un buen tirón de orejas de Vergés hubiera bastado para imponer perpetuo silencio a aquellos demoledores. El día de julio de , Juan Antonio Pagés obtuvo el grado de bachiller en jurisprudencia. Había compaginado su quinto año de carrera con su labor al frente de El trovador, en el que empezaba a percibirse un cambio. En el número se insertó un discurso leído en la Sociedad Filomática el de septiembre de por Pujol y Boada. Su título era «Pro patria et Deo», y su contenido muy simi- lar al del poema «A España», de Ramón Franquelo: la patria debía sacudir su yugo y luchar contra el que la mantenía cautiva. En el número apareció otro frag- BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... AUB, ///. Joaquín María Sanromá, Mis memorias, I, pág. . «Estados de grados conferidos desde a » (AUB, ///). El trovador, primera serie, n.º , págs. -. mento debido a la pluma de Pagés titulado «El volcán» y la primera parte de una leyenda en verso remitida desde Madrid titulada «Luisa. Leyenda dedicada a mi amigo D. Juan Antonio Pagés», de Carlos de Pravía. La segunda parte salió impresa en el número siguiente y acababa con el suicidio de la protagonista. En el mismo número se incluyó un poema de Magín Porta titulado «Al feliz cumple- años de S. M. la Reina doña Isabel .ª Q. D. G. Poesía leída en una sociedad par- ticular», fechado en de octubre de . Éste fue el último número de la pri- mera serie. El primer número de la segunda serie se abrió con la poesía «A la muerte de la señorita D.ª Paulina Rainard», del que a partir de entonces figuró como único director del semanario, Juan Antonio Pagés. Por primera vez aparecía su nombre al final de la última página de cada ejemplar. La cabecera había cambiado. El gra- bado que representaba al músico había desaparecido y el coste de la suscripción se había abaratado, y los tres reales que se pagaban por cada cuatro ejemplares pasa- ron a ser dos. En el segundo número vio la luz «El suicida», con el que se abre el volumen Poesías y escritos literarios y filosóficos, poema presidido por el sentimien- to del desengaño, en la edad adulta, de los sueños e ilusiones de la infancia, el amor, la amistad y la gloria. Lorenzo Pujol se había dedicado a escribir una obri- ta cuya publicación anunciaba El barcelonés del de enero de . se trataba de Gringorio o la bendición de San Privilegio, un folleto de dieciséis páginas en octa- vo mayor que se vendía por un real en la Librería Oriental, situada en el número de la Rambla. Al parecer se acababa de conmemorar el aniversario de la muerte de Jaime Tió. Unos cuantos amigos del difunto habían ido al cementerio a rendirle un home- naje, pues el número de la segunda serie de El trovador se abría con un discurso del ex-director del semanario titulado «A la memoria de Tió». Sus características apuntan a que fue leído al pie de su tumba, sobre todo a juzgar por el final: «por esto nos acercamos reverentes ante tu sepulcro, y si el amor de sus hermanos es grato a los espíritus, acoge el puro sentimiento de admiración y amor que guiados por la tristeza venimos a depositar al pie de tu sepulcro». Fueron muy pocos los números que llegaron a salir de esta segunda serie de El trovador, pues el último fue el sexto, de hacia febrero de , según la fecha con la que Pujol y Boada firma «A don Eusebio Asquerino con motivo de la representación de su drama Juan de Padilla». carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • El trovador, primera serie, n.º , págs. -. El trovador, primera serie, n.º , págs. -. Ibídem, págs. -. El barcelonés, n.º , de enero de , pág. . El trovador, segunda serie, n.º , págs. -. El trovador, segunda serie, n.º , pág. . Definitivamente se había obrado un cambio de ideas literarias tanto en Pagés como en sus amigos. El poeta, al parecer, estaba cansado de escribir lo que el público quería leer, lo que le había convertido en un poeta reconocido: tenía trabajadas muchísimas poesías entre las que había un drama, mas he aquí que un día sin duda mirara con ojo desdeñoso sus producciones, aburrido quizás en ver al hombre atado con los mismos lazos de su gloria; aborreciendo la esclavitud desde la cárcel corpo- ral hasta la última idea que por más seductora que se presentase sujetara su entendimien- to, queriéndose entregar sin duda a la seca meditación, puso fuego a aquel montón de poe- sías que le habían quitado sus horas de sueño ... Entonces empezó para él el trabajo de filo- sofía83. Quizá por este motivo, el editor de su obra no pudo utilizar siempre como ori- ginales los textos manuscritos del poeta, sino los que habían sido publicados en las revistas literarias en las que había colaborado. Seguramente, Francisco Pagés los halló reunidos por el propio poeta y con alguna corrección de su puño y letra hecha sobre el papel, porque al parecer se arrepintió de haber quemado sus pro- ducciones y rescató las que habían sido publicadas, movido quizá por la idea de darlas al público en volumen algún día: al leer sus composiciones, las sujetaba en cuanto era dable a su entendimiento. Juez de sí mismo, buscaba con él la verdad, y ya adornada con flores, ya descarnada, hallábala siem- pre. Así pues, al cabo de tres años había recobrado a sus hijas, si bien vestidas más lujosas y llevando la corona de mérito sobre ellas mismas. Lorenzo Pujol, por su parte, parecía también arrepentido de su producción anterior. El barcelonés del de abril de publicó el siguiente anuncio: La España y la libertad. Alegoría en un acto, por Lorenzo Pujol y Boada. Poetizar el triste estado de la desventurada España, que sólo podrá ser salvada adelantando en el porvenir, BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... Francisco de Paula Pagés, «Biografía de D. Juan Antonio Pagés», pág. . El resultado del cotejo de los diversos testimonios nos induce a pensar que, efectivamente, en la imprenta se usaron como originales algunos de los textos publicados en la prensa, principal- mente por el error que podemos apreciar en el octavo verso de «A la muerte del actor D. G. Monreal». El testimonio de las Poesías trae «mustias» donde debería leerse «mustios» —el adjetivo se refiere a los «ojos» que aparecen en el sexto verso— porque La mariposa lee «musties», lo que ha dado lugar a una confusión alimentada quizá por los femeninos de los tres sustantivos anteriores —«vida», «alma» e «ilusión»— que ha derivado en una mala enmienda por parte del editor. Por otro lado, algunas de las variantes cuya buena lectura es la de las Poesías y que por ejemplo consisten en la aña- didura de un simple artículoo interjección que enmienda un verso corto, apuntan a que el poeta debió revisar sus producciones y corregirlas a mano sobre el papel impreso. Francisco de Paula Pagés, «Biografía de D. Juan Antonio Pagés», pág. . es el objeto de esta alegoría. Un tomo en octavo mayor; finísimo papel; lujosa impresión. Véndese a un real y medio en la Librería Oriental, Rambla, n.º . Pujol y Boada había estado publicando un periódico —del que desgraciada- mente no se conserva ningún número— en el que debieron reflejarse algunas ideas algo reaccionarias, pues las autoridades lo acabaron suspendiendo: Sres. redactores del Barcelonés. Muy señores míos: he de merecer de Vdes. se sirvan insertar en su apreciable periódi- co las siguientes líneas. Habiendo sido prohibido el periódico El diablillo catalán por orden del M. I. Jefe Superior Político de esta provincia, y habiendo sido obligado el editor a firmar una promesa formal de que no volvería a aparecer dicho diario, el único redactor que suscri- be protesta contra una medida que el público sabrá calificar como conviene y que el redac- tor gradúa de intolerante y poco conforme con el espíritu de los actos del Gobierno de la nación. A lo que quedará agradecido S. S. S. Q. B. S. M. Lorenzo Pujol y Boada. A pesar de todo, Pujol y Boada buscó y halló el modo de continuar publican- do escritos del mismo tono. El barcelonés del de mayo de traía el siguien- te anuncio: El día de la justicia, por Lorenzo Pujol y Boada. Véndese en las librerías de la Viuda Mayol, calle de Fernando .º; Oriental, Rambla; Sala Hermanos, calle de la Unión. Un tomito en páginas en .º. Buen papel y esmerada impresión a un real de vellón. carolina valcárcel gonzález BRAE, t. XCI • c. CCCIV • El barcelonés, n.º , de abril de , pág. . El barcelonés, n.º , de mayo de , pág. . Según un decreto firmado por Javier de Burgos el de marzo de , se suspenderían definitivamente aquellos periódicos que contuviesen invectivas contra la reina, la familia real o las prerrogativas del trono, pero fue derogado el de mayo siguiente por Pidal (tomo la información de María Cruz Seoane, Historia del periodismo en España. II: El siglo XIX, Madrid, Alianza, , pág. ). El barcelonés, n.º , de mayo de , pág. . En el artículo .º de la Ley de Prensa de de marzo de aparece por primera vez en un texto legal la definición de periódico: «Se enten- derá por periódico para el objeto de la ley todo impreso que se publique en época o plazos deter- minados o inciertos siempre que sea bajo un título adoptado previamente y que no exceda de seis pliegos de impresión del papel de la marca del sellado». La cita procede de César Molinero, La inter- vención del Estado en la prensa, Barcelona, Dopesa, , pág. . Parece que el hecho de publicar páginas encuadernadas en tamaño .º no es más que una artimaña para eludir la acción de la justicia. Muerte de Alejandro Cardeñosa. Nacimiento de La fraternidad Durante el curso de - Juan Antonio Pagés estudia Historia y discipli- na eclesiástica, primero bajo la tutela de Pablo Mestre y después bajo la de Felipe Vergés y Permanyer. En el parte del trimestre de octubre a diciembre, Pablo Mestre califica el comportamiento de Pagés de «muy bueno» y su aplicación y aprovechamiento de «muchos». Tiene una falta de asistencia «voluntaria», es decir, no justificada, y el «recargo de una falta impuesta por el señor rector» como cas- tigo por ella, al igual que todos y cada uno de sus compañeros. Sabemos lo que ocurrió ese día en la Universidad de nuevo gracias a las columnas de El barcelonés. El del día de noviembre de traía la siguiente noticia: Ayer hubo en la Universidad una revolución estudiantil: el reglamento prescribe que en el día de Difuntos haya clase también, mas sabedores los estudiantes de aquel principio de derecho que «la costumbre hace ley», y siendo de tiempo inmemorial fiesta en tan triste día, se unieron todos y a la voz de «¡Vámonos!» se largaron de la Universidad. Los señores catedráticos, viéndose en la imposibilidad de esplicar, tuvieron que retirarse a sus casas. No es la primera vez que los pícaros cursantes han dado este paso. Son unos demonios... Pagés obtuvo un «sobresaliente» en el examen que realizó en febrero. En el parte que se cerraba en el mes de marzo, Felipe Vergés calificó su comportamien- to de «muy bueno». Su aplicación fue «mucha», al igual que su aprovechamiento, obteniendo exactamente las mismas calificaciones en el último parte trimestral del curso. Acerca de la asignatura de este sexto año de jurisprudencia, opinaba Sanromá: Pase, me decía yo, que nos forzaran a estudiar un año de cánones, a lo más, con lección alterna. Al cabo el abogado encuentra allí todo lo relativo al matrimonio católico ... Pero BRAE, t. XCI • c. CCCIV • juan antonio pagés (-): apuntes... «Facultad de jurisprudencia. Partes del trimestre de octubre a diciembre» (AUB, ///) y «-. Jurisprudencia. Partes dados en el trimestre enero a marzo» (AUB, ///). Jacinto Díaz fue el catedrático encargado de leer la oración inaugural, que trató sobre la utilidad del estu- dio de la lengua latina (Jacinto Díaz, Oración inaugural que en la solemne apertura de estudios del año de a dijo en la Universidad de Barcelona D. Jacinto Díaz, Barcelona, Imprenta de Tomás Gorchs, [AUB, ///]). No hemos hallado ningún programa de curso a partir del que poda- mos formarnos una idea aproximada de las materias que estudió Juan Antonio Pagés durante este año académico. «Facultad de jurisprudencia. Partes del trimestre de octubre a diciembre» (AUB, ///). El barcelonés, n.º , de noviembre de , pág. . «-. Examen de febrero. Sexto año de jurisprudencia» (AUB, ///). «-. Jurisprudencia. Partes dados en el trimestre enero a marzo» (AUB, ///) y «Jurisprudencia. Último trimestre» (AUB, ///). disciplina eclesiástica, ¿a santo de qué? O era un pretexto para añadir otro curso de cáno- nes al oficial, o era el mismo canónico presentado bajo otro aspecto: examen más deteni- do de la jerarquía; estudio empalagoso de los concilios; análisis de las colecciones canóni- cas. Además, para que se luciera el profesor, agregaban un resumen de la historia de la Iglesia, asignatura inútil bajo el punto de vista profesional, deficiente si no se combinaba con la historia general de las religiones. Con lo cual queda demostrado que, en tratándose de lo histórico y de lo pertinente a la Iglesia, nuestros programas de derecho tiraban siempre de largo. No así en la parte sustancial de la carrera de leyes, donde todo era media ración y cicatería. Del dinero extra procedente de las certificaciones que se distribuye entre los empleados de la secretaría, Pagés recibe setecientos veintidós reales con siete mara- vedís el día de noviembre de . Dejó una huella de su buen humor en el reci- bo, ya que antes de su firma se lee: «Recibí por fin». Algo similar ocurre en el recibo del sobresueldo que cobró el de junio de : «¡Bravo! Recibí», escribe. El de junio volvió a cobrar. Esta vez escribió algo probablemente poco decoro- so, pues luego fue tachado de manera que resultase ilegible. Nada más comenzar el curso, la noticia de que Alejandro Cardeñosa había muerto en Madrid llega a Barcelona. Se publicó en El barcelonés del de octu- bre de : Hemos sabido con grande sentimiento la prematura y temprana muerte del joven don Alejandro Cardeñosa, conocido ventajosamente en la república de las letras por algunas producciones que había dado a luz; y la circunstancia por otra parte de haber sido redac- tor de este periódico, hace que su pérdida nos sea muy sensible. Todos sus compañeros le apreciaban altamente por sus brillantes cualidades; por su afabilidad y franqueza. Dotado de un talento muy profundo y perspicaz, estaba continuamente entregado al estudio y su existencia
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