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guias-etnobiologicas-3

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Apoyan
Facultad de Ciencias
Programa Gestión de Proyectos
División de Acompañamiento Integral
Dirección de Bienestar
Sede Bogotá
ISSN: 
2711-306X
ISSN EN LÍNEA: 
2745-1534
GUÍAS 
ETNOBIOLÓGICAS 
DE COLOMBIA
Relatos de animales y plantas del pueblo 
Féenem na’a - Muinane, del Medio Caquetá
JÍIBEGEJIMINA’A 
‘GENTE DE OTROS TIEMPOS’:
comité editorial
dirección 
/ María Consuelo de Vengoechea Rodríguez 
 
Coordinación 
/ Andrés David Jiménez Maldonado 
/ Christian Andrés Cárdenas Carrillo 
/ David Ramírez Almanza 
/ Tomás Hernando Rojas Tafur 
 
edición 
Todas y todos los autores participaron en la edición del volumen 
 
autores y autoras 
/ Eduardo Paky - Sabedor Féenemina’a, clan gente de Coco de cumare 
/ Libardo Mukutuy - Sabedor Féenemina’a, clan gente de Gusano 
/ Marcelino Fiagama Suárez - Sabedor Nipode, clan Caimo - Sabedor 
Féenemina’a, clan Churuco 
/ Diego Alexander Aguilera Velasco - Estudiante de licenciatura en 
Ciencias Naturales y Educación Ambiental U. Tolima 
/ Elver Alejandro Ariza Tello - Estudiante UN de Lingüística, sede Bogotá 
/ Christian Andrés Cardenas Carrillo - Antropólogo, estudiante UN de 
Cine y Televisión, sede Bogotá 
/ Heine Rafael Gutiérrez Delgado - Biólogo, Investigador independiente 
/ Andrés David Jiménez Maldonado - Biólogo, Estudiante UN MsC 
Ciencias-Biología, sede Bogotá 
/ Nubia Estela Matta Camacho - Directora del departamento de 
Biología UN, sede Bogotá 
/ Ruben Eduardo Mora Moreno - Biólogo, Estudiante UN de Doctorado 
Ciencias-Biología, sede Bogotá 
/ Juan David Ramírez Almanza - Estudiante UN de Biología, sede Bogotá 
 / Tomas Hernando Rojas Tafur - Estudiante UN de Antropología, sede Bogotá 
/ Jeffry David Román Tiquidimas - Biólogo, Estudiante UN MsC 
Ciencias-Biología, sede Bogotá 
/ Camila Sofia Venegas Osorio - Antropóloga, Estudiante UN MsC 
Estudios amazónicos, sede Leticia 
/ María Consuelo de Vengoechea Rodríguez - Profesora 
asociada UN, Departamento de Antropología, sede Bogotá
 – guías etnobiológicas de colombia – 
jíibegejimina’a ‘Gente de otros tiempos’: 
relatos de animales y plantas del pueblo 
féenemina’a - muinane, del medio caquetá 
ISSN: 2711-306X // ISSN en línea: 2745-1534 
número 3 
 
Universidad Nacional de Colombia 
Facultad de Ciencias 
Sede Bogotá
GUÍAS ETNOBIOLÓGICAS DE COLOMBIA, Guías etnobiológicas de 
Colombia es una publicación periódica en alianza con el grupo estudiantil 
“MUI” de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia 
en la que se resalta la importancia del conocimiento cultural, biológico y 
lingüístico de los pueblos indígenas en diálogo con la academia. 
 
En esta tercera edición profundizamos en las historias y consejos que 
rememoran un tiempo en el que el mundo era habitado por otra humanidad. 
Estas expresiones del pueblo féenemina’a sobre esta anterior humanidad 
(que devendrá en animalidad) asoman otra posibilidad de percibir a 
nuestros interlocutores no-humanos: reconociendo la capacidad de 
intención inherente en ellos y formulando desde ahí otra ecología posible.
contacto del grupo 
 grupoestudiantilmui@gmail.com 
 /instagram.com/guiasetnobiologicascol
 proyectoug_bog@unal.edu.co 
 3165000 ext: 10661-10662 
 /gestiondeproyectosUN 
 @pgp_un 
 issuu.com/gestiondeproyectos
Las ideas y opiniones presentadas en los textos de la 
siguiente publicación son responsabilidad exclusiva de 
sus respectivos autores y no reflejan necesariamente la 
opinión de la Universidad Nacional de Colombia.
rectora / Dolly Montoya Castaño 
vicerrector de sede / José Ismael Peña Reyes 
director bienestar sede bogotá / Oscar Oliveros 
jefe de acompañamiento integral 
 / Zulma Edith Camargo Cantor 
coordinador programa de 
gestión de proyectos pgp 
/ William Gutierréz Moreno 
decano facultad ciencias 
/ Giovanni Garavito Cardenas 
director bienestar facultad ciencias 
/ María Argenis Bonilla Gómez 
 
 
 
 
 
imagen de portada y contraportada 
Dibujo principal: “Baile de charapa” de Fillippe 
Paky, de Villazul. Editado por Diego Aguilera.
corrección de estilo 
/ Manuela Rondón Triana (PGP)
diseño y diagramación 
/ Alejandro Sepúlveda @alga.voraz 
(Simbionte ediciones)
universidad nacional de colombia 
Sede Bogotá 
Edificio Uriel Gutiérrez 
Sede Bogotá 
www.unal.edu.co
ilustrado por 
 / Fillippe Paky / Euclides Ortiz / Camila S. Venega 
/ Christian A. Cardenas, Diego A. Aguilera / Esteban Ortíz 
/ Nicol / Sergio Mukutuy / David Roman / Juan Sebastian Boaga 
/ Juan Pablo Mukutuy / Ezequiel Mukutuy / Wiston Suárez López 
/ Francisco Javier Suárez / Aurelio Suárez / Libardo Mukutuy 
/ Saulo Mukutuy / Yinelkin Paky 
/ Tomas Tafur / Christian Mukutuy
materal fotográfico 
Camila Sofia Venegas Osorio / Christian Andrés 
Cárdenas Carrillo / Diego Alexander Aguilera Velasco 
/ Heine Rafael Gutierrez Delgado / Nicolas Ernesto 
Valdivieso Beltran / Tomas Hernando Rojas Tafur
mapa 
/ Andrés David Jiménez Maldonado 
convenciones 
/ Jenny Paola Santander Durán 
Ingeniería Agrícola y MSc en Medio Ambiente y Desarrollo 
J BEGEJ M NA’A 
‘GENTE DE OTROS 
TIEMPOS’:
Relatos de animales 
y plantas del pueblo 
Féenem na’a - Muinane, 
del Medio Caquetá
GUÍAS ETNOBIOLÓGICAS DE COLOMBIA
A R T R Ó P O D O S 3 4
Chi’éku 36
Tíifomogai 37
Níibajejube’u 38
Méekiri 39
Dumójo nejékuga / Nejékume’i 40
Gachédi’u / Gisíre 42
íikuje 44
Jíima’u 46
Ríyi’u / Ráyá’íigai 48
Píini / Punii 49
A N F I B I O S 5 0
Jakúkuga 52
Namíta’i 54
Yítikirije 56
‘éerije 58
Nijága 59
Bíri 60
Memé’uje 63
R E P T I L E S 6 6
Juchá’i 68
Mávi 70
Búu’a 72
Yíruje 74
Igáibai 75
Gíisibatiréje 76
Júpuku 78
A G R A D E C I M I E N T O S 
C O N V E N C I O N E S 
F I C H A E X P L I C AT I VA 
I N T R O D U C C I Ó N 
R E L AT O D E C R E A C I Ó N D E L M U N D O 
1 2
1 4
1 7
1 8
2 2
AV E S 8 0
Táakagañigai 82
Táa’i 84
Déene 86
Jéeki / Jéeki Buya’u 88
Jáchime / Játime’u 90
Sí’urami / Sí’uraje 92
Jítagachiku 94
Fáibe 96
Túumíba 98
Túumo’o 102
Bí’eje 104
‘añímimedi 105
M A M Í F E R O S 1 0 8
Kíiyiga / Fátimíjiku 110
Jimú’ai 112
Jíiba’i 116
Táaki 117
Jiku / Jebámi’unubajiku / Unuba’iko
/ Ménimiritidakaje / Nifáijiku 118
Nóobatifai’u/ Néefimitifai’u 119
Jámana 120
Jéeji 122
Tíi’e 126
Fáafaiba 128
P L A N T A S 1 3 0
Túugiyi 132
Miséseva 133
Ními’o 134
Mómo’o 135
Jáku’o 136
Báaku’o 137
Tísi’o 138
Níkuje’e 139
‘añaje’e 140
Kúme’e 141
Chére 142
‘inó’o 143
Kuyá’o 144
Méjegi’o 145
Mísí’o 146
Máni’o 147
Dé’e Usuta Decui 148
Báño’o 149
Jánigai 150
G L O S A R I O E S P A Ñ O L R E G I O N A L 1 5 2
B I B L I O G R A F Í A 1 5 6
12
E l día que entregamos a las comunidades el primer número de las Guías Etnobiológicas de Colombia, un sabedor n
pode se acercó a nosotros y nos dijo que por fin podría mos-
trarle a su nieta los animales del monte para que ella pudiera 
dibujarlos. Esta nueva versión de la guía trabajada con el pue-
blo féenem na’a conserva ese mismo espíritu. Por ello, que-
remos agradecer a todas las personas de las comunidades de 
Villa Azul y de Chukik que hicieron posible esta investiga-
ción, que da cuenta de una diversidad de especies de plantas 
y animales de la región y de sus diversas expresiones propias, 
pertenecientes a la diversidad cultural de este país.
En Villa Azul, agradecemos a Eduardo Paky, Adriano Paky, 
Avelino Paky, Hilda Cubeo, Angie Pijachi, Mario Paky, Ana Rita 
Andoque, Aidé Barbosa, Fillipe Paky, Rosmery Matapí, Claudia 
Paky, Jimmy Paky, Lenyi Andoque Miraña, Jorge Simeon 
Matapy Roticroke, Euclides Paky Barbosa, Edwin Pakky, Elio 
Paky e Idalí Barbosa.
En Chukik , agradecemos a Libardo Mukutuy, Saulo Mukutuy, 
Sergio Mukutuy, Ezequiel Mukutuy, Fátima Valencia, Rafael 
Mukutuy, Francisco Javier Suárez, Obdulia, Dolores Rodríguez, 
Blanca, Euclides Ortiz, Estela Perdomo, Jesús Ortiz, Esteban 
Ortiz, Lia Guiriña, Jorge Ortiz, Leopoldina Kudu, WillingtonOrtiz, Betriz, Eliceo Ortiz y María Kuyoteca. 
AGRADECIMIENTOS
13
En Araracuara, agradecemos a Rufina Román, Marcelino 
Fiagama, Berta, Nelly Andoque Buinaiconoma, Jhon Fredy 
Palacio Fenake, Luz Mery Huitoto, Irlando Palacio Andoque, 
y Aurelio Suárez. 
A todos les damos las gracias por estar dispuestos a recibirnos 
un par de días en sus casas, brindarnos su alimento y por estar 
siempre abiertos a hablar con nosotros. Esta guía es apenas 
un abrebocas a todo el conocimiento que guardan las comu-
nidades indígenas sobre la biodiversidad con la que interac-
túan cotidianamente. 
Agradecemos, además, el apoyo brindado por los proyectos: 
“Fortalecimiento del conocimiento y cuidado de la Selva y 
la Chagra desde la cultura y lengua de pobladores del medio 
Amazonas colombiano”, dirigido por la profesora Nubia 
E. Matta y financiado con la Convocatoria nacional para el 
fomento de alianzas interdisciplinarias en la Universidad 
Nacional de Colombia 2019-2021; así como a “La chagra, 
modelo experimental-pedagógico de agricultura sostenible, 
fuente de conocimiento ancestral, biodiversidad y puente de 
encuentro entre la academia y las comunidades indígenas”, 
dirigido por la profesora Johana Soto del departamento de 
biología y financiado con la convocatoria de extensión soli-
daria 2020. Estos permitieron financiar la estadía en campo 
de los miembros del equipo de investigación. 
A Bienestar de Facultad de Ciencias y al Programa de Gestión de 
Proyectos del Área de Acompañamiento Integral de Bienestar 
sede Bogotá les damos las gracias por financiar la publicación 
de esta guía.
14
HÁBITO 
INCLUIDA 
EN ALGÚN 
APÉNDICE 
CITES1
CONVENCIONES
1. Corresponde a listas de especies de animales y plantas que tienen diferentes niveles y 
tipos de protección ante la explotación excesiva. Apéndice I: especies con mayor grado de 
peligro de extinción; por ello, la CITES prohíbe su comercio internacional y solo se per-
mite la importación no comercial (p. ej. investigación científica). Apéndice II: especies 
que no necesariamente están amenazadas de extinción, pero que podrían llegar a estarlo 
si no se controla estrictamente su comercio; así como las llamadas “especies semejantes” 
(especies cuyos especímenes objeto de comercio son semejantes a los de las especies 
incluidas por motivos de conservación). Su comercio puede autorizarse concediendo un 
permiso de exportación o un certificado de reexportación. Apéndice III: especies inclui-
das a solicitud de una parte que ya reglamenta el comercio de dicha especie y necesita la 
cooperación de otros países para evitar la explotación insostenible o ilegal de las mismas.
Hojarasca 
de árboles
Acuático
Fosorial
Entre troncos
Apéndice II
Diurno
Volador
Apéndice I
Arborícola
Áreas 
abiertas
Apéndice III
Nocturno
15
DIETA
Frutos
Coprófago
Néctar
Ramas
Omnívoro
Artrópodos
Hojas
Peces
Mamíferos 
pequeños
Pasto
Mamíferos 
medianos 
o grandes
Semillas
Carroñero
Anfibios o 
reptiles
Apéndice IIApéndice I Apéndice III
CATEGORÍA 
DE AMENAZA 
SEGÚN LA 
UICN
Vulnerable
Preocupación 
menor
Datos 
insuficientes
En peligro
Casi 
amenazada
16
VENENO EN 
GRADO DE 
PELIGRO
USOS
PRESIONES
Huevos Mascota ArtesaníasCarne Medicina
Caza MineríaDeforestación Quemas
CONVENCIONES
17
NOMBRE EN FÉENEM NA’A
(muinane)
Información biológica: Incluye la descripción 
física del individuo, enfatizando en sus caracte-
rísticas más representativas y, según el caso, infor-
mación reproductiva.
Información etnobiológica: Incluye apartes de la 
información etnobiológica disponible según rela-
tos de miembros de la misma comunidad referente 
a cuentos, historias, narraciones, cantos, etc.
NOMBRE COMÚN O LOCAL EN ESPAÑOL 
Identificación taxonómica (Autor, año)
Familia
♂ y ♀ 60-80 cm
Distribución: Se refiere a la distribución 
geográfica de la especie en cuestión. 
Crédito del autor: Fotografía de Sofía Venegas
Convenciones: Señalan los hábitos de 
vida del animal referenciado, además de 
especificar su dieta, estado de conserva-
ción y explotación, usos y presiones a las 
poblaciones naturales.
FICHA EXPLICATIVA
18
E l presente volumen de las Guías Etnobiológicas de Colombia presenta una serie de relatos del pueblo féenem na’a sobre 
algunos animales que habitan la región del Medio Caquetá. En el 
título, J begej m na’a, encontramos un aspecto fundamental de 
la manera de concebir y explicar la existencia de las especies de 
animales y plantas dentro del pensamiento de los féenem na’a: 
estos seres también son gente. Ellos forman parte de la primera 
humanidad creada por féenefiivobaño’otadi, el “abuelo tabaco de 
vida de centro”, para que habitara el mundo; fueron ellos quie-
nes asistieron al primer baile, habitaron las primeras malocas y 
consumieron sus primeras sustancias. Sin embargo, esta situa-
ción habría de cambiar, ya que, por distintos comportamientos 
de “desorden” desplegados por los animales, cada uno fue per-
diendo parte de su humanidad, y todos terminaron en el estado 
en el que se encuentran hoy en día. 
Algunas de las historias se enfocan en las causas y consecuen-
cias de su especiación, y explican qué tuvo que haber pasado 
para que cierto animal llegara a portar un rasgo característico o 
comenzara a desplegar un comportamiento determinado. Esto 
da pie a que las narraciones también se conviertan en consejos 
que previenen a la humanidad actual, mostrándole las cosas 
buenas y las cosas malas llevadas a cabo por quienes nos pre-
cedieron. Es así como los relatos perviven en la memoria oral 
del pueblo como una serie de consejos, o fagóji, con los que 
abuelos, abuelas, padres y madres avisan a hijos, hijas, nietos 
y nietas sobre cuál debería ser su comportamiento para que, 
como ellos suelen decir: “no le pase como le pasó a tal animal”.
INTRODUCCIÓN
19
Esta guía ha nacido a partir del interés común entre inves-
tigadores, académicos e indígenas por realizar un ejercicio 
de comprensión y divulgación, uno que acerque a los lec-
tores al conocimiento etnobiológico construido en torno a 
la vida de los animales y las plantas que se encuentran en 
la región del Medio Caquetá. Este interés colectivo nos ha 
llevado a aproximarnos a estas especies desde una perspec-
tiva biológica, compartida en los centros de enseñanza aca-
démica, y una perspectiva etnobiológica, enseñada tanto en 
los espacios de vida de las comunidades como en el bosque, 
los ríos y la chagra. 
La metodología para su elaboración consistió en establecer 
un lugar de trabajo en el que, en conjunto con las y los sabe-
dores de la comunidad, se revisaba especie por especie, con-
versando detenidamente acerca de cada una. Nos interesaba 
conocer su nombre en la lengua de la comunidad, si tenía 
alguna historia, consejo o canto, y si se conocía una manera 
especial de establecer sus relaciones entre esta y otras espe-
cies. Adicionalmente, con intención de complementar este 
trabajo, se invitó a niñas, niños y juventudes de los distin-
tos clanes a participar en jornadas de ilustración de can-
tos, narraciones y saber etnobiológico, en las que se todos 
se permitían a sí mismos plasmar cómo imaginaban dichos 
conocimientos transmitidos en la oralidad, cómo creían que 
eran visualmente.
A continuación, presentamos algunos de los relatos que fue-
ron recogidos en las comunidades de Chukik y Villa Azul, 
ubicadas en el resguardo Predio Putumayo y en el resguardo 
Nonuya de Villa Azul, respectivamente, como lo indica el Mapa 
1. Algunos relatos se acompañan de las ilustraciones. De igual 
forma, se añade información biológica de las especies tales 
como su distribución geográfica, estado de conservación, hábi-
tos, dieta, etc.
Sobre los relatos aquí presentes, vale la pena resaltar que su 
transcripción procura conservar en la mayor medida posi-
ble el discurso de las personas que los narraron, con el fin 
20
Grafía de las palabras en la lengua féenemina’a
de que, a la hora de que el lector se acerque a los relatos,los evoque de forma similar a como fueron narrados origi-
nalmente. Dicho interés reside en el hecho de hacer más 
evidente la importancia del conocimiento transmitido oral-
mente y la forma particular en que este proceso sucede en 
las comunidades: el español regional que se utiliza, las prác-
ticas lingüísticas heterogéneas que lo atraviesan y que defi-
nen una forma particular de expresarse y de relacionarse con 
los otros a través de la lengua.
Mapa 1. Mapa geográfico de la región del Medio Caquetá, en el que se observa 
la distribución de clanes, resguardos y PNN de la región. 
Elaborado por Andrés Jiménez en QGIS.
La lengua féenem na’a (muinane) (ISO 639-3 bmr) perte-
nece a la familia lingüística bora y algunas de sus característi-
cas más relevantes, según el sistema fonológico descrito por 
Vengoechea (2012), son:
21
 ▶ Tiene catorce consonantes y seis vocales.
 ▶ Presenta una estructura silábica consonante/vocal [CV(:)].
 ▶ Tiene dos tonos fonológicos: alto y bajo. Cuando la sílaba 
presenta alargamiento de la vocal puede tener tono alto/bajo. 
Si lo primero, la escribimos en ortografía como áa y corres-
ponde en fonología a una vocal pesada: [ɑ̂:]; si lo segundo, 
(áá) y en fonología: [ɑ́:].
A nivel de la prosodia, la lengua presenta fenómenos como la 
glotalidad suprasegmental y armonía palatal que afecta a los 
morfemas.
A continuación, presentamos los símbolos que empleamos 
en la escritura ortográfica y su correspondencia en el sistema 
fonológico para la apropiada pronunciación de las palabras en 
lengua féenem na’a (muinane).
vocales
Fonología i u e o
Ortografía i u e o a
Fonos dentro de 
morfemas palatales
ʲɑ ʲt ʲd ʲn o
Ortografía ai ch y ñ o a
Bilabial Alveolar Retrofleja Velar Glotal
Fonología p b ɸ β m t d s m ᶑ k g ʔ h
Ortografía p b f v m t d s m r k g ‘ j
consonantes
En morfemas palatales las vocales y consonantes se escriben 
de la siguiente manera:
22
RELATO DE CREACIÓN 
DEL MUNDO
E n la cosmología de los muinane existen dos palabras con las que se asienta la humanidad: el “bien” y el “mal”. 
Primero fue el mal. Desde el principio de la creación del 
mundo de la oscuridad, eso [el mal] es lo que llamamos 
“palabra de tabaco de animal”, ‘áasim baño’o’ij . Eso existió 
primero, mucho antes de la creación del hombre. Después 
viene la palabra “vida”, el bien que llegó con el padre crea-
dor, mofíivobaño’otadi, “nuestro abuelo de tabaco de vida”. 
Estas dos palabras, el “bien” y “mal”, reinan el mundo. Esas 
dos palabras dividen la tierra, el agua, el aire, el sol, las ban-
cas. Cada una tiene lo que le pertenece. Tierra mala para el 
mal, tierra buena para el bien; agua mala para el mal, agua 
buena para el bien; aire malo para el mal, aire puro para el 
bien; el sol caliente para el mal; el sol de mediodía es para el 
bien, el que da la vida. Y así mismo la noche, la noche está 
dividida: desde la una de la tarde hasta las doce de la noche 
es para el mal, desde la una de la mañana hasta las doce del 
mediodía es para el bien. Por eso es que el humano desde la 
madrugada trabajaba hasta antes de las doce y de ahí para 
allá no hace trabajos, porque ya está funcionando el mal. Y 
en la noche, ya en el mambeadero, hay que estar aconsejan-
do[le al mal] que no moleste a la vida humana, [que] si va 
a andar, que ande a su manera, pero que no perjudique la 
vida humana. Después de que uno habla con él [el abuelo de 
tabaco], ahí sí uno descansa para uno amanecer y recibir la 
madrugada que ya es la vida del humano. 
23
También existen bancas del bien y del mal. Las primeras son 
de aroma o dulzura y son donde el hombre debe sentarse, 
kúruba’ikaga, “asiento amarillo de azafrán”, o kúudi’ikaga, 
“asiento de pintura”, jáchume’ikaga, “asiento de pájaro azul”. 
Ya los pajaritos esos, que hablan y hablan bien, los pajari-
tos son los que amanecieron el día con alegría, náamo’ikaga, 
“asiento de dulzura”. ¿Cuál es la dulzura? La sal tostada. De 
ahí ya se prepara el ambil y con eso hay que hablar unas 
palabras buenas. Entonces esas son las palabras del bien, 
esas son las que uno tiene que usar para que no haya chis-
mes, problemas. Hay que rechazar los asientos malos y hay 
que recibir los asientos buenos. Los asientos malos son los 
de los animales de ‘ájeba’ikaga, “asiento de gusano rasqui-
ñoso”, p n ’ikaga, “asiento de araña grande (que vive en un 
hueco)”, j sim ’ikaga, “asiento de caracol” (con ese [se] habla 
mucho y es muy chismoso, pero [la conversación] no tiene 
progreso, se habla y se habla sin resultado). En el asiento 
de los micos uno vive recostándose, no está en lo que debe 
hacer. Así van los asientos. Cada cual tiene su función. Si 
uno vive rabioso, mentiroso, ladrón, está en el asiento del 
animal. Si uno está bien, está en el asiento bueno porque 
habla de cosas buenas, aconsejando y solo trabajando para 
la necesidad de esta vida. 
Entonces, los insectos también tienen un origen. Entonces, 
[provienen] del asiento malo fue que formó níkun ba, “sol 
[astro] de pegante, sol pegajoso”. Él vivía sacando pepa de 
juansoco (Couma macrocarpa, Apocynaceae) y sacando el 
pegante. Con ese pegante él cogía a los pajaritos y los comía. 
Él oía a los pájaros y él comía. Él tenía una hija y ella mantenía 
en su vulva todas las crías de él, que eran los insectos, todo lo 
que pica: araña, alacranes, ciempiés, congas. Él los alimentaba 
con las tripas amargas de esos pájaros que él comía para que 
24
—Bueno—le contestó el papá— así han llegado muchos hombres y 
me dicen así y yo les digo “ahí está mi hija”, y después no resis-
ten y la abandonan y después dicen que yo soy malo. Bueno, ahí 
está ella. Si usted quiere, ahí está, vaya búsquela. Vaya duerma 
con ella —así le decía a todos los hombres.
Entonces un día Séséeve decidió acercarse a ella, cogió su bolsa 
de coca y se quedó sentado, y ahí vivían. Él se hacía el que dor-
mía y después se levantaba como para ir a cazar, pero no, él se 
regresaba. Así estuvo varios días. No se acostaba con ella. Un día 
él estaba en el mambeadero y la muchacha estaba acostada. Ella 
antes de dormirse atizó el fogón y se quedó dormida al lado en 
la hamaca con las piernas abiertas y Séséeve volteó a mirar donde 
ella y vio esa gusanera. Entonces él no tuvo relación con ella. Él 
le dijo al otro día al suegro:
Entonces ellos se alistaron y le dijo a la mujer que llevara una 
yuca de comer asada, cocinada. Llegaron allá y él hizo un ran-
chito y se fue a una bocanita. Ahí él hizo un andamio, puso 
la trampa y cogió unos pescados. Llegó de tarde y le dijo a la 
mujer:
—Suegro, nosotros con su hija vamos a ir a conseguir pescado en 
el río de danta. Allá vamos a ir a buscar cacería (a lo que hoy se 
conoce como Ciudad Perdida), vamos a moquear pescado y des-
pués venimos y hacemos trabajo. 
—Bueno —dijo el suegro.
tuvieran veneno. Así, cuando su hija tuviera una relación con 
un hombre, esos animales lo mordían, el hombre se moría y 
él los comía. Era como una trampa.
Un día llegó un hombre como vivo que se fue a vivir con ella, 
un joven llamado Séséeve, “lucero de la mañana”. Él se fue 
donde el papá de ella y le dijo que quería vivir con ella. 
—Ase esa yuca bien y cocine los pescados y coma con eso.
—Bueno —dijo ella y comieron.
25
De noche él se fue otra vez a revisar a ver si cayeron más ani-
males en las trampas y se fue. 
Él sacó harta leña para que, si caían pescados, él pudiera 
moquear. Cargó la leña. Cuando él regresó, ella se quedó dor-
mida al lado de la pasera y cuando él miró, [vio] la vulva de 
ella, [que estaba] con las piernas abiertas y con gusanera… 
Él empezó a cargar la leña y a hacer una hoguera de candela, 
luego cogió una raíz y comenzó a hurgar la vulva de ella. Ella 
quedó muy profunda, dormida. Comenzó a sacar los animales 
y los quemaba. Con una fibra de cumare (Astrocaryum aculea-
tum), lo envolvió [el cumare] en un palo y con esa fibra enre-
daba él a los animales y luego los quemaba; culebras, insectos, 
caracoles, arañas, alacranes, ciempiés, congas, todos losque 
son insectos los sacaba y los quemaba. Y apagaron [los insec-
tos] la candela porque eran demasiados. Lo que él no pudo 
acabar, ese resto de animales se regaron. Esos son los que ya 
quedaron en la tierra como insectos. Así se originaron todos 
los insectos, esos fueron los hijos de un tal sol de pegante. 
Las aves, el padre creador las creó: perdices, gallineta, tente, 
pava, pava colorada, pava negra… Todas las aves grandes 
fueron formadas por el creador. Las aves pequeñas son los 
nietos del abuelo de enfriaje, son la alegría y la armonía del 
amanecer, pues madrugan a bañarse. Ellas hablaban, se reían 
al amanecer recibiendo el nuevo día. Hay entonces pájaros 
grandes, los que están más arriba en las copas de los árbo-
les, que no traen ningún mal; son como una autoridad y 
muestran cómo uno debe ser: joven, atractivo, amable, res-
petuoso, inteligente, alegre, como ellos (por eso en ciertas 
canciones que se cantan a los hombres se nombran estos 
pájaros para felicitar el comportamiento de las personas). 
[Existen también] los pájaros pequeños, los que son cucara-
cheros, los que van detrás de hormigas y que van cazando 
detrás de los demás, son pájaros de candelilla, los que siguen 
a las lombrices y los insectos. Por último, hay pajaritos que 
vienen con enfermedades y epidemias, traen plagas de tije-
retas, de cucarachas, etc.
26
En el momento de la creación se crean muchos animales: los 
peces, los pájaros, los árboles, etc. fueron la primera vida. 
Después los primeros animales fueron la primera gente. Por 
eso en algunas tribus, los clanes toman nombres de pájaros o 
de animales porque son [su] origen. Pero por los malos com-
portamientos, por el incumplimiento de las reglas que esta-
bleció el creador, él iba sancionando de una vez a la gente y 
los convertía en parte de la naturaleza. Así ha pasado varias 
veces (ahora ya estamos para que nos cambie otra vez porque 
ya estamos haciendo mucho desorden, abusando y estamos 
cerca a eso, por no cumplir las reglas). Entonces cuando el crea-
dor cambiaba a una generación, convertía a todos en animales. 
Pero, en la primera generación, los animales que [se] formaron 
se salvaron del diluvio en el “cerro del llanto”, como dicen los 
andoques. En la Biblia dice que [es el diluvio d]el arca de Noé, 
pero es el mismo. Después, cuando el diluvio mermó, el agua 
de candela que quemó el creador quedó en pozos que son el 
petróleo de hoy en día. Sobre todo eso, la tierra fue tapando: 
cada vez que el río (el agua bajo la tierra) subía, quedaba una 
capa tapando y así se tapó y seco la tierra. Después esa tierra 
se partió y se formaron los continentes y se separaron. Y noso-
tros quedamos como gente de centro, acá en “América del sur”, 
como le dicen. 
Entonces los animales que se salvaron pasaron a la segunda 
generación y, para que ellos recibieran conocimiento, aparece 
el abuelo Machútabu’a, “boa de abundancia”. Él no fue creado 
por el creador, fue originado de la tierra como dios de esa gene-
ración; él apareció. Él formó el tabaco y la coca y eso tuvo con-
secuencias. Ahí aparecen las abuelas de esa generación, que 
se formaron de los insectos: el abejorro, la mariposa fueron 
las abuelas que él nombró; el grillo síisi, pun ’ , la araña peluda, 
hasta las ranas venenosas eran abuelas. Luego de la pepa de 
manicuera (yuca de tomar) nació una niña creada por el abuelo 
Machútabu’a. Para cuidarla, a ella la entregaban a las abuelas, 
pero a ella le daba rasquiña, le salía sarpullido y vivía llorando 
por todos los insectos, porque todo eso eran las abuelas y nin-
guna la pudo criar.
27
N n m tibatáago, “abuela de palma de sal de monte”, una que 
sacamos para sal que vive en la orilla como con hojas largui-
tas, ella fue [la abuela] que sí la recibió y la tranquilizó, por-
que ella es fría y ella sí la crio. Y ya con ella, él [Machútabu’a] 
le dijo a sus dos nietos para que se criaran como hermanos 
con ella [la niña], como hermana que él dio a ellos, y que 
con el producto de ella, ellos tenían que vivir, sin pensar en 
cacería ni nada, solo con lo que cultivaban. Si querían hacerlo 
tenían que avisarle a él, pero ellos incumplieron y comieron 
y desobedecieron, y a causa de eso la abuela botó las cás-
caras de yuca en el patio y al pudrirse se formó el lombriz 
“agüerosa” y con él [la lombriz], ella se estuvo como [su] 
marido y se escondieron [la abuela y la lombriz] de sus nie-
tos. Tuvieron su relación hasta que ellos los pillaron y los 
mataron, por haber matado de desnutrición [a] la yuca [y] a 
la hermanita que el abuelo les dio. Cuando ellos planeaban 
hacer construcción de maloca, ellos cazaban y ella, la abuela, 
Silueta de un hombre frente a la quema de yarumo. Fotografía de Christian Cárdenas.
28
alimentaba a la niña con el marido, y ellos [los hermanos] la 
pillaron y la mataron por hacerle daño a la niña.
Viendo eso, el propio creador vio que eso no funcionaba 
bien y entonces mandó a recoger todo y quemó todo, por-
que el mundo no estaba funcionando como él quería sobre 
la Tierra. Ahí es donde se originan las sabanas de Gáaru’i 
(ubicadas dentro del territorio de los nejegaim jo). Después 
recogió todas esas cenizas, hizo un embudo y lo botó al agua, 
y de ese embudo se formó el pulpo Yet mobu’a. El pulpo es 
como el abuelo de todos los peces que hay en el agua, el 
segundo papá de todos es la boa; donde hay una boa, hay 
mucho pescado siempre. 
Después el creador bajó otra vez y empezó a formar dos hijos 
y una hija. Ella era la mujer de la abundancia, un hijo era el 
“escuchador” del mundo y el otro era el que cuidaba. Esta era 
la tercera generación y el creador les enseñó cómo debían 
vivir y gobernar sobre la Tierra. Ahí aparecen otros abuelos 
que estaban en contra del creador: ‘asím n ba, gís n ba, níkun-
ba, ‘añ m n ba, tujáran ba, yibam n ba. Ellos no estaban de 
acuerdo con el creador y querían dominar la tierra y ser los 
dueños, así que comenzaron a querer acabar con él. Pero, 
como el creador sabía más y los había creado también a ellos, 
sabía manejarlos y los llamó y les dio un nombre y un lugar a 
cada uno. Fue personificando los lugares. El creador tenía su 
comunidad, que formó con su palabra de vida. Pero los abue-
los no estaban de acuerdo. Sintieron que el creador los arrin-
conó y, como no pudieron con él, comenzaron a desbaratar 
su comunidad. Hicieron muchas malocas por todas partes sin 
autorización del creador y después se retiraron. 
El creador se quedó con sus tres hijos y no se preocupó. 
Siguió educando a sus hijos en la bondad y la multiplicación. 
Mientras tanto, los abuelos se relacionaron con seres malig-
nos y aprendieron cosas malas y destructivas. Con el tiempo, 
fueron formando cosas malas, pero empezaron a fracasar; sus 
hijos, nietos, ancianos empezaron a morir. Entonces culparon 
al padre creador diciendo que ellos vivían en bien y que él 
29
les hacía eso por envidia. El creador entonces habló con sus 
hijos y les contó cómo los otros lo culpaban a él y que, como 
ellos pensaban eso, entonces él se iría, porque igual sus hijos 
ya estaban educados y podían quedarse solos para vivir en 
[el] bien. Los dejó y se fue al fondo de la Tierra. Allí formó las 
capas de la Tierra, dieciséis capas cada una con su nombre y 
allí se quedó con la hija, y el mundo se oscureció. Ya no vol-
vió a amanecer. 
Así, en la Tierra seguían cosechando, pero, con el tiempo, ya 
no pudieron hacer chagra y se les acabó la comida, hasta que 
todos se volvieron animales, sobre todo dantas, armadillos, 
osos (palmero), guara, borugo, venado, etc. Ahí terminó esa 
generación. Pero él le había dicho a los hijos que si algún día se 
acordaban de él, volvería. Todo era pura hierba en la tierra y un 
día los hijos sacaron la hierba y la quemaron con sal, con hoja 
de yarumo y el olor de la hoguera llegó al creador y supo que 
lo estaban llamando. Entonces empezó a subir. Cada vez que 
quemaban el yarumo, él subía capa por capa, hasta que llegó a 
la segunda capa. Ahí mandó a la hija a verlosy a hablarles para 
ver si tenían capacidad. Ella intentó, pero ellos no le ponían 
atención e interrumpieron su palabra y entonces ella les dijo 
que, así como ellos habían sido con ella, sería la nueva gene-
ración, sin capacidad. Y ellos la echaron. Ella se fue donde el 
papá creador y le contó. Entonces él fue a verlos y amaneció.
Al ver a sus hijos, les pidió agua, comida, coca, ambil, mambe, 
sal, etc. A lo que ellos contestaron que no tenían nada por-
que él se había ido y los había dejado sin nada y así seguían. 
Entonces el padre les pidió que llamaran a su gente para traer 
todo. Mientras tanto, le pidió a la hija almidón que ella lle-
vaba para que le hiciera algo de beber (caguana). Los hijos fue-
ron a buscar, pero encontraron puro rastrojo de donde salían 
muchos animales (armadillo, borugo, etc.), y regresaron dicién-
dole al padre que ya no había gente, pues todos eran animales. 
El padre les dijo que ellos no habían buscado bien y levantó 
una vía de donde empezó a llegar gente (sus nietos) trayendo 
todas las cosas. El padre comió y tomó y empezó a mambear. 
Decidió que se iría con su hija de nuevo, dejando a sus dos 
30
Avelino en la maloca de su hermano, Adriano. Fotografía de Christian Cárdenas.
31
hijos con la nueva comunidad en representación de él, y por 
medio de ellos él le aportaría cosas a todos. Y entonces, sacó 
el poder de la coca, el tabaco, todas las frutas y alimentos y 
solo les dejo semillas sin valor y se fueron [él y su hija].
Esta nueva generación era la de los dueños, los responsables 
de todas las semillas de todo. Ellos se quedaron pensando 
cómo iban a manejar, desarrollar y multiplicar el mundo. 
Empezaron a pedir palabra de vida en el tabaco y coca, y 
empezaron a llegar animales respondiendo sus preguntas y los 
dos hijos les iban dando un nombre, una función, una planta, 
etc. Así fueron nombrando todos los animales. Las aves… 
Tres aves tienen un poder: la perdiz con su hoja de tabaco se 
tapará y nadie las va a ver; a la pava colorada también le dio 
el tabaco de sueño, y su nombre lo destinará a alguna persona 
de conocimiento [la cual adoptará su nombre] que lo hará dor-
mir [a la persona] y pensar en los sueños, y esa será su fun-
ción; el último fue el ják jáaje’e, el paujil colorado, [que] sería 
el pájaro de guerra y rabia. De los huesos de esta ave salió el 
líquido que quemó en la primera generación, el agua de can-
dela. El resto de animales no tienen poderes así, son seres de 
frío. Todas las aves son para que coman los enfermos, pues no 
los perjudica, mientras que los animales de sangre caliente sí 
y no los puede comer un enfermo. Así terminó la pava colo-
rada, que ve el amanecer y avisa la amanecida cuando ya viene 
la abundancia del verano. Los pájaros son de alegría y viven 
limpiando (comiendo insectos). A los micos no les dio ningún 
poder, pero no se dice nada al respecto. 
Entonces él [el creador] empezó a llamar y nadie le contes-
taba, cuando de pronto se le estremeció el cuerpo. Entonces 
el papá del cielo del otro mundo les mandó [a la humanidad 
verdadera, aquella a la que el creador les heredo las sustan-
cias y palabras verdaderas] el conocimiento del tabaco y para 
que no les llegará a los seres que estaban en la Tierra, mandó 
la puerta del cuerpo (cuando uno es pequeño que lo llaman 
la mollera, blandito, es esa la puerta del cuerpo), entonces 
por eso las palabras buenas que vienen de allá (cielo, cono-
cimiento) entran al cuerpo y uno las expresa. Las palabras 
32
malas que uno expresa vienen del estómago, vientre, por-
que son palabras de este mundo. Entonces él se metió a la 
Tierra para que no lo vieran y le contestaron. Cada vez que 
llamaba le contestaban a un lado diferente de su cuerpo, 
pero no se veía nada. La última vez que llamó le contestaron 
al frente. El cuerpo es pecho, espalda, brazos (izquierdo y 
derecho), y así mismo debe ser una maloca: tiene un puerta 
adelante donde sale el sol, la espalda es a donde se oculta. Y 
eso era lo que indicaba lo que él había escuchado (norte, sur, 
oriente, occidente). Así se organiza el cuerpo, una maloca y 
el mundo en general.
Así él [el creador] se acomodó y luego empezó a alimentarse 
y a su hija y a sus hijos. Y encontraron una pepita pequeña 
y ninguno sabía cómo nombrarla. Le preguntó a la hija de la 
abundancia cómo llamarlo y ella respondió que le consultara 
a la palabra de tabaco. Entonces vio con el tabaco que era la 
semilla de manicuera y de ají, pero no la de coca. Entonces 
él le dio el ají a la hija para que ella tuviera su mambeadero 
y ofreciera la comida en la cocina, aconsejara a sus hijos y 
nietos y recibiera sus visitas. Y desde ahí es el mambeadero 
y donde charla la mujer. Así ella lo destinó y fue la coca cre-
ciendo y fue formando la palabra jách me’u’i, como cosa verde, 
y eso es lo que lleva la palabra cuando uno utiliza la coca, 
verde en la boca. Ese mismo también es el color de un paja-
rito que lo llamamos játy me’u y ese mismo es el nombre que 
tiene la maloca cuando está recién tejida con verde. Todo 
eso tiene diálogo.
Así fue creciendo ese tabaco, ya estaba grandecito y sacó la pri-
mera hoja y ella [la hija] lo cocinó. Hizo una masita sin expri-
mir con todo el bagazo, lo preparó y lo lamió. Cuando empezó 
a lamer, empezó a relampaguear por primera vez en el mundo. 
Entonces los seres de la naturaleza, que dijeron que iban a ser 
dueños de todo, se preguntaron cómo había aparecido otro 
ser además de ellos haciendo relámpagos. Entonces decidie-
33
ron cazarlo. Así se originó la mata de coca, [a la] que nosotros 
[le] decimos gáñom ku, jek m ku, ‘íimako, [que son las tres plan-
tas principales de coca. Ahí se presentó la mata de yuca, [a la] 
que nosotros [le] decimos ‘at ’oján gai, compañero de la mani-
cuera y el ají que era como la base y el asiento de la mujer. 
Entonces en la mata de coca se acomodó un pajarito nano , un 
pajarito negrito que hace “prrr-pik”, y se sentó en la mata de 
coca. Y en la mata de tabaco se acomodó el tigre de tabaco, el 
tita’ ko, un gusano que hace la casita con palitos atravesados 
en la mata de tabaco y adentro de eso vive.
Viendo que a títa’ ko los demás animales lo iban a atacar con 
los poderes que tiene cada uno, él [títa’ ko] brinca, hace una 
cerca y se defiende y los desarmaba, y armaba su casa. Y de 
ahí viene el origen de la maloca, para qué se hace, por qué se 
hace el cerco: para protegerse de enfermedades y males. Y los 
animales siguieron atacando hasta que todo se les acabó y que-
daron bajo el dominio del tabaco, de la palabra del tabaco. Así 
terminó esta generación.
Así, después de ese tabaco se distribuyó lo que somos hoy en 
día, los ocaina, los andoque, los bora, los del centro (gente de 
centro), y ahí fueron multiplicando los clanes, los otros pue-
blos y más allá y más allá, y así fue ampliándose el mundo más 
de pa’ allá. Cada cual tiene su tabaco y yuca y cómo lo mane-
jan. Pero en cada territorio son los mismos animales, pero se 
cambia el nombre según el lugar; los insectos de sabana, rocas, 
montañas o planos son diferentes pero en el fondo son los mis-
mos. Así más o menos [es] lo que yo escuché.
34
“En las bancas malas es donde se sientan los insectos, su nombre 
es ‘ájeba’ikaga. Entonces el origen de los insectos se da a partir del 
asiento malo, y de ahí sale Nikúun ba (Personaje), Sol pegajoso, (…) 
la hija de él tenía en su vulva alacranes, congas, cienpies, (…), un 
día Seséeve (personaje) ‘lucero de la mañana’, se fue a vivir con ella 
(…), él empezó a quemar los insectos de la vulva de ella, lo que no se 
pudo quemar se regó por la tierra, así se originaron los insectos”.
Eduardo Paky.
ARTRÓPODOS
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ARTRÓPODOS
Ciempiés. Fotografía tomada por Diego Aguilera.
36
CHI’ÉKU
Información biológica: Insectos con forma 
robusta que habitan en las regiones tropi-
cales. Se caracterizan por su aguda estri-
dulación (sonido que emiten), producto 
de unos órganos ubicados en el abdomen. 
Las hembras ponen sus huevos en huecosque hacen en las ramas de los árboles o 
arbustos. Cada especie tiene su sonido par-
ticular, que es emitido sobre todo por los 
machos y que es uno de los ruidos más 
potentes del reino animal. Se alimentan de 
la savia de los árboles. 
Información etnobiológica: En las can-
ciones de baile de frutas, en la entrada, 
cuando ya está atardeciendo, se canta nom-
brando a chi’éku; como entre las 5:30 a 
6:00 de la tarde se empieza a cantar “chi´e 
chi´e”, [que] es como la despedida del día 
(Eduardo Paky). 
Con la chicharra también se hace curación 
de niño gago. Uno le avisa, no lo vaya a 
morder, ese lo soltamos ahorita, ese no 
pica. Hace chillar al niño, con la chicharra 
grande o la pequeña, de susto es que está 
llorando el niño, entonces uno lo sopla. La 
chicharra tiene que volar, si no vuela, se 
tiene que traer otra, para’ que hable rápido 
el niño y no se enrede (Marcelino Fiagama). 
CHICHARRA GRANDE
Fidicina sp. (Amyot & Audinet-Serville, 1843)
Familia: Cicadidae
♂ y ♀ 5-7 cm, incluyendo alas
Distribución: Neotrópico
Chicharra. Ilustración de Fillippe Paki (Villa Azul).Chicharras. Ilustración de Euclides Ortíz (Chukik ).
37
T FOMOGAI
Información biológica: Es una gigantesca 
hormiga social que vive en colonias de 
unos 500 a 1500 individuos. También pre-
senta asociaciones con plantas, y construye 
nidos subterráneos en la base de árboles, 
palmas y lianas. Su picadura es muy dolo-
rosa, bloquea la transmisión sináptica en 
el sistema nervioso central de los insectos.
Información etnobiológica: Para los indí-
genas del medio Caquetá, esta hormiga tiene 
una relación o asociación en forma de trilogía 
entre el insecto, el hongo y el bejuco. 
La hormiga conga fue castigada por bur-
larse de la hija de Royima (Padre Creador) 
y por todo el dolor que le causa a las per-
sonas con su picadura; así, cada año, 
durante la época de friaje mueren muchas 
congas; el cuerpo de éstas se pone blanco 
por un hongo y poco a poco se forma el 
bejuco de yaré… Reinaldo Ruíz, (Uitoto) 
(en Vasco-Palacios et al., 2008, p. 26).
Se reconocen algunas variedades de hormi-
gas congas. Una de esas variedades vive en 
un árbol y se le llama N bat fomogai que sig-
nifica “Conga de sol”. Con el nido de esta 
hormiga, formado por hojarasca, se prepara 
un remedio para curar el ombligo de los 
recién nacidos. Se tuesta y se aplica sobre la 
herida del ombligo del bebé (Eduardo Paky).
CONGA, CONGUILLA
Paraponera clavata (Fabricius, 1775)
Familia: Formicidae
♂ y ♀ 2-3 cm
Distribución: Desde Nicaragua 
hasta Brasil y Paraguay.
Ilustración de Fillippe Paki (Villa Azul). 
38
N BAJEJUBE’U
Información biológica: Emplean las pinzas 
de sus pedipalpos y su veneno para defen-
derse o capturar a sus presas. Se distribu-
yen dentro de microhábitats específicos 
que cuenten con las condiciones ambien-
tales propicias para su desarrollo, es decir, 
donde puedan conseguir refugio, alimento 
y/o pareja. Son de color oscuro de negro a 
marrón, sus pinzas son robustas, su cola 
es relativamente pequeña comparada con 
su cuerpo. Pueden encontrarse debajo de 
piedras, troncos caídos y grietas, y suelen 
ser gregarios.
Información etnobiológica: Se forma a 
partir de un cangrejo pequeño de río. La 
picadura, para los indígenas, cuando se es 
joven duele poco, pero cuando se es más 
adulto duele mucho (Eduardo Paky).
ALACRÁN DE CANGREJO, ESCORPIÓN
Opisthacanthus elatus (Gervais, 1844)
Familia: Hormuridae
♂ y ♀ 7-9 cm (sin contar pinzas)
Distribución: Panamá, Colombia y Venezuela
Escorpión de cangrejo. 
Ilustración de Fillippe Paki (Villa Azul).
39
MÉEKIRI
Información biológica: Se caracterizan por 
tener cuerpo blando y alargado con ante-
nas filiformes o dentadas. Las hembras 
poseen órganos luminiscentes en la parte 
del abdomen en el quinto segmento, los 
machos en el sexto. (La luminiscencia es 
un proceso químico eficiente usado para 
el cortejo y para el reconocimiento entre 
sexos. Cada especie tiene su propio patrón 
de emisión lumínica particular, algunas 
especies imitan patrones para depredar a 
los que se acercan). 
Información etnobiológica: La luciérnaga 
méekiri invitó a j ma’u, el cucarrón mierdero 
a barbasquear. Se fueron por allá a un caño 
lejos donde oscureció y entonces a j ma’u le 
dio rabia seguir allá, por lo que se había oscu-
recido. Sacó un garrote y empezó a garrotiar 
a la luciérnaga; entonces méekiri le decía que 
no se preocupara, que él llevaba su linterna, 
pero lo que él realmente pensaba era: “no, yo 
me voy ahorita, yo no me varo, yo tengo mi 
linterna”, así que al final prendió su linterna 
y dejó botado a j ma’u, que trató de perse-
guirlo. Al intentarlo se fue estrellándose palo 
por palo, se enredaba, los bejucos lo jalaban. 
J ma’u no llegó a la casa. La historia acon-
seja a no ser como la luciérnaga, no ser mala 
amiga como ella (Saulo Mukutuy y Libardo 
Mukutuy).
LUCIÉRNAGA
Paraponera clavata (Fabricius, 1775)
Familia: Formicidae
♂ y ♀ 2-3 cm
Distribución: Desde Nicaragua 
hasta Brasil y Paraguay.
Luciérnaga. Fotografía de David Román, disponible en: 
https://pixabay.com/es/photos/
insecto-naturaleza-luci%c3%a9rnaga-5151933/
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DUMÓJO NEJÉKUGA / 
NEJÉKUME’ 
Información biológica: Se caracterizan por 
tener la cabeza en forma triangular vista 
frontalmente, antenas cortas y aparato 
bucal masticador. Sus patas anteriores (el 
primer par) tienen espinas y están modi-
ficadas para sujetar a las presas (tipo rap-
toriales). Las hembras ponen sus huevos 
dentro de una ooteca espumosa. Poseen 
múltiples características que hacen que sea 
difícil localizarlas en campo, por ejemplo, 
el mimetismo, color y su vida sedentaria. 
En la cópula con frecuencia cometen cani-
balismo: las hembras se comen al macho 
desde la cabeza.
Información etnobiológica: Ese es el 
que tiene las dos hachas. Esa con su pri-
mer hacha, con esa él subió con un anda-
mio a bajar racimo de canangucho. Eso es 
lo que uno pregunta en un baile, esa es 
la adivinanza. Él fue el que subió y cortó 
racimo de canangucho, porque nadie podía 
subir. ¿Quién va a subir en una palma de 
esas? Palma de canangucho. O sea, él está 
subiendo, tuc tuc con esas hachas y con ese 
mismo corta y él cae, tuc tuc eso es que está 
refiriendo, mientras corta el racimo de 
canangucho (Marcelino Fiagama).
‘CUCHARA DE LOS CARIJONA’, MATA 
CABALLOS, MANTIS RELIGIOSA. 
Stagmomantis sp.
Familia: Mantidae
♂ 7 cm ♀ 8 cm
Distribución: Neotrópico
41
Mantis religiosa. 
Fotografía de LubosHouska, disponi-
ble en <https://pixabay.com/es/photos/
mantis-religiosa-insecto-hoja-1170776/<
42
Información biológica: Avispas de gran 
tamaño, generalmente de color negra o 
azulada metálica. Se caracterizan por tener 
un aspecto robusto y patas largas espino-
sas, por su hábito de hacer vuelos cortos 
al ras, y también por realizar caminatas 
sobre el suelo, con movimientos nervio-
sos (muy rápidos) de antenas y alas. Las 
hembras utilizan arañas como presas para 
alimentar a sus larvas (estenofagia). Cada 
larva eclosionada se desarrolla sobre una 
sola presa. El adulto es nectarívoro, mien-
tras que la larva es carnívora*. La técnica 
general de caza de este tipo de avispas es 
dar saltos cortos y movimientos rápidos en 
el suelo para explorar el terreno y locali-
zar la araña. Luego la avispa la toma y se 
pliega en forma tal que su abdomen queda 
por debajo de la araña para aguijonearla.
Información etnobiológica: Gachéri’u es la 
avispa más grande, que escarba la tierra, es 
agüerosa. Cuando ella escarba cerca al patio 
está “agüeriando” [agujereando] como si lo 
fueran a enterrar a uno. Y la otra es la que 
caza grillos u otras avispas, es Gis re (perso-
naje que cazaba con bodoquera a los monos), 
lo atrapa [al grillo] para sus crías, lleva lo 
que coge y lo mete a su nido y lo entierra 
(Eduardo Paky).
Cuando hay mucho mosco, ella viene, vive 
solitaria, entonces ella abraza y pica al ani-
Avispa cazadora de arañas. 
Ilustración de J. David Román.
AVISPA CAZADORA, AVISPA 
CAZADORA DE ARAÑAS
Pepsissp. (Fabricius, 1798)
Familia: Pompilidae
♂ y ♀ 5-6 cm
Distribución: Sudeste de Asia, 
África, Australia y América.
GACHÉDI’U / 
GIS RE
mal, luego lo carga y lo deposita en un hueco, 
le pone el huevo. En la misma “cacería” pone 
el huevo y además come, también se for-
man ahí [las crías], así viven ellas. Esa está 
en historia de Gisv re, cuando él todavía no 
tenía propiamente ese nombre, él se llamaba 
jeba’i’u y cuando ya se le reveló esa arma de 
la avispa, la bodoquera, fue que él se convir-
tió en Gis re. Esta avispa sí es el propio Gis re. 
Él mataba gente y después la convertía en 
danta, en tigre, en puerco. Él los moqueaba. 
Un día lo denunciaron ante jeba’i’u, entonces 
él [jeba’i’u] fue. Como él timbra, “tiririririri”, 
mientras él se fue a cacería, él llegó. Tenía 
paserado de danta, de puerco, incluso ani-
mal pequeñito como ratones. Entonces un 
día llegó jeba’i’u, y gis re, la avispa, esa venía 
con su catarijano de puerco, él [la avispa] 
venía cuando sonó un ruido, entonces él dijo:
—¿Pero quién llegó a mi casa y me va a emba-
rrar la cacería? —dijo gis re. Mentiras que él 
puso un truco, y jeba’i’u estaba mirando de 
a raticos y entró con su cacería también.
—j —saludó jeba’i’u cuando entró en la 
maloquita de gis re.
—¿Quién estaba hablando aquí en mi casa? 
¿Dónde se escondieron? ¿No robaron mi 
cacería? —dijo gis re.
—Oiga, compañero ¿cuántos mató?, ¿cuántos? 
—dijo jeba’i’u, llegó de una vez. 
—Oiga, ¿pero usted qué? Usted nunca anda y 
me ha visitado y qué pasó? Va a llover, se va 
a acabar el mundo —dijo gis re. 
—Bueno, yo vengo, gis re, yo vengo a comer 
donde usted. Yo vengo a comer —dijo jeba’i’u. 
—No, pues si yo le doy el animal pequeño que 
a usted no le gusta, pues usted dirá de que 
él me dio como animal que no quiere, gurre, 
culebra —dijo gis re— saque el animal que 
usted quiera. 
—No, cómo yo le voy a sacar, no ve que usted 
es bueno. De lo que usted saca, pues yo lo 
recibo —dijo jeba’i’u.
—No, saque por orden mía. 
—No —dijo jeba’i’u de nuevo, porque si este 
jeba’i’u le sacaba comida, ese gis re lo iba 
a matar a él, por eso era. Jodido ese gis re, 
jeba’i’u no caía fácilmente. 
—No, yo que soy dueño de todas maneras 
tiene que sacar—dijo Gis re.
—¿Cómo yo de la pasera que usted tiene, 
cómo voy a sacar? Más bien démelo usted 
—dijo jeba’i’u. 
—¡Ah, sí, es verdad! —dijo y gis re cogió una 
silla y la puso para bajar un puerco de allá, 
de esa pasera.
Entonces mientras que este gis re se fue, 
mientras que estuvo cogiendo ese animal, 
jeba’i’u de una vez lo cogió y paaaaa le dio 
un rodillazo al pobre gis re y lo desbarató. 
Lo desbarató. Porque él comía mucha gente 
ya, o sea, era muy carnívoro. Lo desarmó. 
Después quemó a gis re con toda la cacería, 
y ahí es donde él, jeba’i’u, convirtió a gis re 
en esa avispa. Por eso es que tiene casa de 
cemento, porque le quemaron la maloca y 
porque dentro de la casa de él hay mucha 
comida (Libardo Mukutuy).
43
44
ÍIKUJE 
Información biológica: Las arañas látigo 
son un pequeño orden arácnido caracte-
rizado por tener apéndices espectaculares 
con forma de pedipalpos raptoriales y pri-
meras patas anteniformes extremadamente 
alargados. Las especies de Heterophrynus 
spp. se pueden encontrar en diversos 
microhábitats, donde es determinante que 
tengan una alta humedad relativa.
Información etnobiológica: Es una abuela, 
es una mujer. Aparece en la historia de 
Machútabu’a, “boa de abundancia”. Cuando él 
le entregó a esos dos huérfanos, a una niña 
que él formó a partir de manicuera (que 
muchos dicen de manicuera que no fue por 
el creador sino por ese abuelo (Machútabu’a), 
el que formó la primera yuca). Entonces, él 
quería una mujer para que le cuidara las 
chagras, porque ellos como hombres no 
podían manejar la chagra; ellos querían una 
mujer para que cuidara allá. Fueron y traje-
ron una pepa de manicuera, la rajó y de ahí 
salió una niña. Él entregó a la niña recién 
nacida para que la cuidaran allá. La niña 
comenzó a llorar y ellos se entristecieron, 
pues, como hombres, no podían cuidar a la 
niña, criarla. Entonces, él se dio cuenta y les 
preguntó: “¿qué es lo que están diciendo?” y 
ellos dijeron: “nosotros, como hombres, no 
somos capaces de cuidar a esta niña ¿cómo 
la vamos a cuidar?, ¿quién la va a cuidar?”. 
Entonces él les dijo que fueran a buscar a 
ese que era la abuela ‘íikujetago. Fueron a 
buscarla y abrazó a la niña con esos apéndi-
ces que tienen chuzos y le comenzó a salir le 
sarpullido, como infección. También fueron 
a buscar a la araña peluda. Todos esos insec-
tos fueron como las abuelas, pero como tie-
nen esos chuzos o pelusas entonces son las 
que a los niños les da[n] infecciones cuando 
todavía son pequeños. [A ellos] les sale sar-
pullido, esas abuelas son las que perjudican, 
por eso se llama ‘íikujetago (Eduardo Paky).
Araña látigo. 
Fotografía de Diego Aguilera.
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ARAÑA LÁTIGO, ARAÑA 
ESTRELLA, TENDARAPOS
Heterophrynus sp. (Pocock, 1894)
Familia: Phrynidae
♂ y ♀ 5-7 cm (sin contar patas)
Distribución: Neotrópico
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J MA’U
Información biológica: Presenta un ciclo 
de vida en el que las larvas se alimentan 
de hongos, materia orgánica en descom-
posición y otros materiales orgánicos que 
se encuentran en las bolas de estiércol. 
De aspecto robusto, con coloración verde 
metálico con negro. Tanto la larva como 
el adulto se pueden encontrar frecuente-
mente en el estiércol de vertebrados o en 
la carroña. Este hábito permite que sean 
utilizados en estudios ecológicos para eva-
luar el estado de conservación de los bos-
ques nativos, lo cual quiere decir que son 
importantes indicadores ecológicos de 
perturbación antrópica. Son importantes 
porque aportan en diferentes servicios eco-
sistémicos como el ciclaje de nutrientes, la 
aireación del suelo, la dispersión secunda-
ria de semillas.
Información etnobiológica: Al comienzo, 
en la bocana, en la maloca del abuelo de 
enfriaje, ahí, hubo el primer baile. Ahí fue-
ron toda clase de animales a bailar y a can-
tar. Entonces j ma’u, como él se alimenta 
de mierda no más, cogió la mierda e hizo 
caguana y se fue a repartir[la] a las hijas de 
sik m tadi y sik m tago y después se fue a 
cantar. Ellas [las hijas dijeron] “jumm, pura 
mierda”. Ellas lo regaban detrás del estantillo: 
CUCARRÓN MIERDERO, 
ESTERCOLERO, PELOTERO
Oxysternon conspicillatum (Weber, 1801)
Familia: Scarabaeidae
♂ y ♀ 4-5 cm
Distribución: Neotrópico.
“jumm viene a hacernos tomar caguana de 
mierda”. Todos se la rechazaban: “no, mano, 
ahoritica no más, yo tomé mucha caguana”, 
“no, ya comí, no puedo”, “no, nosotros comi-
mos hace rato”, “no, comida de nosotros nos 
llenó”. El cucarrón dio vueltas y vueltas. Al 
Carpintero y cucarrón mierdero. Ilustración 
de Esteban Ortíz (Chukik ).
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Cucarrón mierdero. Ilustración de Christian Cárdenas.
final ya nadie recibía, y los que le recibían 
regaban detrás del estantillo. “Yo mismo me 
la voy a tomar solo”, decía el cucarrón.
Entonces llegó túumiba, el carpintero, 
con su caguana de sabor de mojojoy, de 
sabor de píipíta, “gusano tornillo”. Todo el 
mundo trajo su totumo y su platico. No 
dio ni la vuelta a mitad de la maloca, y 
ya la caguana se había acabado. La gente 
estaba esperando la de él, ahí fue cuando 
dijeron “jummm caguana de mojojoy muy 
sabrosa, caguana de píipíta muy sabrosa”. Y 
pues todas las hijas del abuelo de enfriaje 
y la gente que estaba ahí tomaba, mientras 
la caguana de j ma’u, pues es de mierda, la 
regaban detrás del estantillo. Entonces eso 
es lo que cantaron esos dos, la competen-
cia. Entonces a la gente le gustaba más la 
del carpintero. Entonces de ahí pa’ acá se 
vino ya las canciones, estas son canciones 
como mirando al origen de los animales. 
En esa cuestión es principio que se miran 
con el ejemplo de los animales, por eso es 
que ya [existe el] aconsejo, ojo, ya [el] con-
sejo que le da el jefe o la madre a las hijas 
a las nueras: “ojo, tiene que hacer buena 
caguana; si va a hacer de masa de alguna 
fruta hayque hacer bien”, porque de 
pronto se pasa, se agria, la caguana queda 
olor de mierda, entonces, ah, ya como el 
principio de j ma’u, por no dar bien la ins-
trucción, no preparar bien el insumo para 
la preparación de la caguana. De ahí vienen 
los consejos de acá: hay que hacer bien la 
caguana, como de carpintero, que es sabor 
de mojojoy, sabor de píipíta. (Esteban Ortíz 
y Libardo Mukutuy).
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R Y ’U / RÁYÁ’ÍIGAI
Información biológica: Son artrópodos 
alargados y aplanados; su cuerpo se divide 
en cabeza y tórax. Cada segmento del tórax 
tiene un par de patas. Poseen un par de col-
millos o forcípulas por debajo de la cabeza 
que poseen glándulas de veneno. Al mor-
der inyectan sus toxinas para someter a sus 
presas o como defensa frente al depreda-
dor. Generalmente, se alimentan de la 
meso y macrofauna que vive en el suelo, 
pero pueden llegar a cazar pequeños mamí-
feros como murciélagos.
Información etnobiológica: Su picadura es 
muy venenosa, le dicen segunda culebra. 
Puede confundirse con ‘áakaba, milpiés, o 
con súukame’u, que es un artrópodo simi-
lar de poca longitud y negro que vive en 
los palos podridos. Este último no se debe 
matar debido a que sí se mata, este persi-
gue a quien lo mató en sueños. Ninguno de 
los dos antes mencionados pican, como sí 
lo hace el ciempiés (Eduardo Paky).
CIEMPIÉS, ESCOLOPENDRA
Scolopendra sp. (L., 1758)
Familia: Scolopendridae 
♂ y ♀ 25-30 cm
Distribución: Neotrópico
Ciempiés. 
Ilustración de Nicol (Villa Azul).
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P N / PUN / 
 TÓOM / J MÚ’AI
Información biológica: Este género de 
tarántula incluye grandes especies terres-
tres, que generalmente tienen color oscuro 
con matices violetas en machos adultos. 
Las que habitan esta región tienen color 
oscuro en patas y en su cefalotórax y 
abdomen poseen pelos rojos. A pesar de 
su reputación y su aspecto, la familia de 
tarántulas (en su gran mayoría) presenta un 
veneno leve, similar al de una avispa, aun-
que la picadura puede ser dolorosa debido 
a la acción mecánica de grandes quelíce-
ros (colmillos). Cuentan con setas urtican-
tes ubicadas en el abdomen que lanzan 
con las patas y que usan para defenderse, 
cuando van a mudar de piel, o en el saco 
de huevos.
Información etnobiológica: Se especifican 
por sus colores y formas (patas largas o cor-
tas). Pun es una araña grande peluda que 
vive en huecos que reciben el nombre de 
P n ’ikaga, “asiento de las arañas”, que son 
rasquiñosos, dañinos para el ser humano. 
También se les llama Tóom , al igual que [a] 
las arañas que se encuentran dentro de la 
maloca. Algunas que andan cerca a la orilla 
del río y que cargan sus huevos en el pecho, 
a veces andan sobre el agua. (Eduardo Paky). 
(Posiblemente también se refiere a arañas 
de la familia Trechaleidae, de los géneros 
Cupiennius, y Trechale, arañas que suelen 
vivir cerca a cuerpos de agua, y pueden pre-
sentar grandes tamaños).
ARAÑA PELUDA
Pamphobeteus sp. (Pocock, 1901)
Familia: Theraphosidae
♂ y ♀ 20-22 cm
Distribución: Norte de Suramérica.
Tarántula terrestre. 
 Ilustración de Dayana (Villa Azul)
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ANFIBIOS
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Abrazo nupcial, amplexo de dos ranas. 
Fotografía de Diego Aguilera
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JAKÚKUGA
Información biológica: Sapo de gran 
tamaño, de color distintivo ocre o ama-
rillo-anaranjado, con manchas rojisas 
dorsalmente; y gris oscuro o café, con man-
chas redondeadas blancas ventralmente. 
Presenta glándulas paratiroides que exu-
dan y disparan una sustancia amarilla hasta 
un metro de distancia (Rivero, 1961), para 
defenderse de predadores. Se diferencia de 
otras especies por la presencia de una pro-
yección ósea que interrumpe el canto ros-
tral, llamada cresta precular.
SAPO INVIERNERO, MUJER 
FALSA, SAPO MANCHADO
Rhaebo guttatus (schneider, 1799)
Familia: Bufonidae
♂ 12,1-14,7 cm y ♀ 16,4-18,4 cm
Distribución: Amazonía de Bolivia, Brasil, 
Colombia, Ecuador, Guyana, Guayana 
Francesa, Perú, Surinam y Venezuela.
Sapo inviernero. Fotografía de Nicolás Valdivieso.
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Información etnobiológica: Con su canto 
“kóro kóro kóro” avisa la temporada de llu-
via. Ese sapo representa a esa mujer mala, la 
falsa mujer que llamamos jérobaik yu. Ella 
salió poderosa, ella decía “este es mi baile” 
ese de charapa, como quien dice, ella men-
tía, infundía daño, el veneno que ella tiene; 
cuando ella entra en una maloca, ella se 
suda. [Causa] ese aire da diarrea, vómito, tos 
Mujer Falsa. Ilustración de Sergio Mukutuy (Chukik ).
ferina, dolor de cabeza, en fin, lo que uno 
imagine que uno sufre. Por eso es que fue 
rechazada. Esa ya quedó como un sapo de 
monte. Esa señora que decimos son los per-
sonajes primitivos. Ya nosotros ya no somos 
animales, ya somos gente. Ahí es donde ella 
irrespeta. Eso era allá [antes], ahora es acá. 
Eso es pa’ que no venga esa enfermedad [la 
que ella causa] (Marcelino Fiagama).
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NAMÍTA’
RANA DE BODOQUERA 
Oxysternon conspicillatum (Weber, 1801)
Familia: Scarabaeidae
♂ 4,2 cm y ♀ 5 cm
Distribución: Amazonía de Bolivia, Brasil, 
Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, 
Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
Rana de bodoquera . Fotografía de Nicolás Valdivieso.
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Información biológica: Especie de mayor 
tamaño dentro del generó Aamerega, de 
color negro en todo el cuerpo con distin-
ción de morfos en los que varía la colo-
racion de la franja que bordea el cuerpo 
dorsalmente. Esta puede ser amarilla o 
verde y puede extenderse desde la base 
de las piernas hasta unirse en el hocico. Su 
piel acumula los alcaloides de las hormigas 
que consume. Las hembras escogen pareja 
dependiendo la duración y constancia del 
canto del macho, y depositan los huevos 
sobre la hojarasca; el macho los fertiliza y, 
después de la eclosión (a los 18 días), los 
recoge y los carga sobre su espalda para 
garantizar su alimentación y desarrollo, y 
los lleva usualmente a charcos fuera del 
territorio que cuidan con su canto. Rana de bodoquera . Ilustración de Fillippe Paki (Villa Azul).
Información etnobiológica: Los féenem
ná’a dicen que pertenece a la misma familia 
de sapo plancho. Se le conoce como ranita 
de veneno para bodoquera porque él tiene 
en la leche veneno para dardo. Ellos tienen 
a los hijos en la espalda en forma de baba, 
ahí ellos se crían. Ahí mismo ellos ponen 
los huevos, ahí se revientan y ahí, cuando 
ya están grandes, ellos se van cayendo solos 
(Marcelino Fiagama).
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YÍTIKIRIJE
NA VENENOSA DE SARAYAKU 
(en ecuador) 
Ranitomeya ventrimaculata (Shreve, 1935)
Familia: Dendrobatidae
♂ 1,5 cm y ♀ 1,6 - 1,8 cm
Distribución: Amazonia de 
Colombia, Ecuador y Perú.
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Información biológica: Rana de piel lisa 
muy pequeña. Dorsalmente es color naranja 
con tres líneas negras que se fusionan en 
la parte posterior con el patrón reticulado, 
distintivo de sus patas. El color naranja se 
difumina hacia la garganta y se torna ama-
rillo. Presentan escudos dermales en la 
punta de sus dedos, con discos anchos y 
truncados; el dedo I es igual de largo que el 
dedo II. Su cabeza es casi igual de ancha a 
su cuerpo. Aunque lo más común es encon-
trarla entre la hojarasca del bosque, tam-
bién se ha reportado que trepan hasta un 
metro en los árboles. El cuidado parental 
está a cargo del macho y carga hasta tres 
renacuajos en su espalda, para depositar-
los en bromelias o en pequeños charquitos, 
donde terminan de desarrollarse.
Rana venenosa. Ilustración de Fillippe Paki (Villa Azul).
Información etnobiológica: Al final del 
verano avisa que el aguacero va a venir: “tiri-
riri tiririri”, canta llamando la lluvia. Su ova-
ción se da entre el término del verano y el 
inicio del aguacero en los pozos de agua. 
Eso es como un baile para ellos, poniendo 
huevos y bañando. Hace como un mes que 
ellos no se bañan, entonces van a estar con-
tentos porque ya va a venir aguacero. Tiene 
una canción de baile de frutas que contiene 
un consejo para los niños con hermanos. Ese 
sapito estaba con el hermanito andando, 
cuando la mamá escuchó “juepucha viene 
un aguacero”, entonces le dijo “agarre a su 
hermano, montea su hermano, haga tun tun 
(alzarla y cargarla sobre la espalda) y vaya ya pa’ 
la casa porque viene un aguacero de namóta 
de vida de multiplicación, viene un aguacero 
muy rápido, vaya pa’ la casa”. Entonces ese 
no más es el mensaje de esa canción. ¿Qué 
quiere decir? Uno está en la chagra, “hijo 
gováno ‘rápido’ póngalo a tun tun a su her-
mano y vaya”. Entonces ya uno le enseña 
esta canción porque siendo ese sapito mire 
cómo cogió al hermanito, entonces usted 
cada vez que mira viento, aguacero, coja a 
su hermanito y a tun tun y … entonces ahí 
uno comienza a meterle ese consejo de 
cariño, de apoyo entre los hermanos. Ese 
sapito carga a sus crías sobre sus espaldas, 
como si llevase a sus hijos en un canguro 
terciado (Libardo Mukutuy).
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‘ÉERIJE
Información biológica: Su color es uni-
forme, verde limón un poco transparentoso 
con tonalidades más amarillas en su vien-
tre y extremidades, con puntos amarillos o 
blancos en todo el dorso. El dedo externo 
de la mano tiene membrana interdigital 
hasta la mitad de su longitud, mientras 
que los dedos II y III solo la poseen basal-
mente. Solo los machos presentan espinas 
prepólicas en la base del pulgar cuando lle-
gan a su adultez. Ponen hasta 800 huevos 
en zonas inundadas. Los machos cantan 
todo el año, pero la reproducción solo se 
da en época de lluvias fuertes.
Información etnobiológica: Vive por 
la orilla de quebradas, son comestibles 
(Eduardo Pakky).
MUJER SOLA
Boana cinerascens (Spix,1824)
Familia: Hylidae
♂ 3,5-3,7 cm y ♀ 3,8 cm 
Distribución: Amazonía de Bolivia, Brasil, 
Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, 
Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
Mujer sola. Ilustración de Juan 
Sebastian Boaga (Villa Azul).
59
NIJÁGA
Información biológica: Rana de gran 
tamaño y robusta. Sus patas carecen de 
rebordes cutáneos y los dedos de las patas 
posteriores tienen membranas basales. Su 
dimorfismo sexual no es notorio, aunque 
los machos reproductivos tienen brazos 
más hinchados. Se reporta que, en época 
reproductiva, suelen alejarse de los cuer-
pos de agua y hacen agujeros en la tierra 
donde se hace la oviposición de alrededor 
de 1000 huevos; los renacuajos se desarro-
llan allí por completo. Estos son carnívoros 
y se cree que se alimentan de sus herma-
nos. Sin embargo, también se reporta la 
oviposición cerca a fuentes hídricas.
Información etnobiológica: Informa la 
cosecha de chontaduro. Siendo un sapo, 
ese no va a comer el chontaduro, no va a 
chupar, pero sabe e informa la cosecha, le 
salen unos chucitos. “Hu hu hu”, canta. Vive 
en un hueco. Informa cuando viene viento, 
huracán. Son consumidas regularmente 
por las comunidades indígenas (Libardo 
Mukutuy y Marcelino Fiagama).
JUANBOY
Leptodactylus pentadactylus 
(Laurenti, 1768)
Familia: Leptodactylidae
♂ 10-19,5 cm y ♀ 13,5-17,5 cm
Distribución: Amazonía de Bolivia, 
Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana 
Francesa y Perú.hasta Brasil y Paraguay.
Juanboy. Ilustración de Dayana 
y Juan Sebastián (Villa Azul).
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B RI
Información biológica: Especie muy 
pequeña de piel lisa, con ojos pequeños y 
coloración del cuerpo café o gris oscuro. 
Las patas anteriores son más claras y sus 
dedos no tienen rebordes cutáneos; los 
dedos de las patas posteriores presentan 
membranas basales. Tiene tímpano oculto 
y la punta de su hocico es acuminada. En 
toda la región amazónica se ha encontrado 
alta simpatría (conviven) con especies del 
mismo género. Las hembras pueden poner 
en promedio 200 huevos.
Información etnobiológica: Sapo plan-
cho y b ri eran los dos primos. Un día b ri 
se enfermó y fueron a decirle a sapo plan-
cho para que fuera a curarlo y [este] lo 
empezó a rezar, pero en realidad lo estaba 
maldiciendo. 
RANA ZUMBADORA DE BASSLER, RANA 
DE HOJARASCA DE HOCICO PUNTÓN
Chiasmocleis bassleri (Dunn, 1949)
Familia: Microhylidae
♂ 1,6-2 cm y ♀ 1,9-2,1 cm
Distribución: Amazonía de Bolivia, 
Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
—Muérase, muérase para yo coger su mujer 
—decía, así lo estaba maldiciendo. 
De eso se volvieron enemigos. Se encon-
traron y se agarraron a pelear, a ver quién 
era más valiente. Entonces ellos lucharon, 
como a hacer caer al otro en un hueco, y 
cada uno a no dejarse. B ri lo apretó con 
las espuelas que tiene en las tetillas y en 
el brazo, lo hizo chillar. El sapo plancho lo 
regañó, y b ri lo apretó con las espuelas. 
—Suélteme, suélteme, parece usted un niño 
mordiéndome —sapo plancho le decía. 
Entonces lo soltó. Entonces sapo plancho 
lo maldijo a b ri, el sapo negro, por eso es 
que él es venenoso porque él lo maldijo.
—Mientras que yo soy el sapo frío —dijo sapo 
plancho de sí mismo. 
Así es que uno compara a esas generacio-
nes. Por eso es que le ofendió a b ri, y en 
el caldo de b ri va a haber fiebre, va a haber 
problemas; en cambio conmigo, con sapo 
plancho, se van a curar, ninguna mujer va a 
salir con un defecto. Por eso uno cura a una 
niña, ahí va creciendo ella y en oración le 
da manicuera, aguapanela, aguazucar dulce 
para que cuando ella se embarace, cuando 
va a tener la cría que no se le mire hasta 
allá la barriga, casi no se ve, no se nota sino 
cuando ya va a salir. Si uno no cura así a la 
niña de uno cuando es pequeña, anda así 
con esa barriga grande. 
Después fueron peleando en un hueco de 
esos de coger sapos, cayeron en ese hueco 
y no podían salir. Entonces llamó a tempes-
tad y la tempestad se vino. Él hacía la bru-
61
Rana zumbadora. Fotografía de Nicolás Valdivieso.
que estaba durmiendo, y la mano le quedó 
impregnada con ese olor, feo decía él. 
—Ahora, si yo me siento con mi hermano a 
mambear y hablar de noche, pues él va a 
oler —pensaba sapo plancho. 
Se fue a la orilla del caño y con hojarasca 
podrida comenzó a lavarse la mano. Ya se le 
acabó la hojarasca, de lavar y nada, enton-
ces fue y cogió la arena y con arena dele y 
eso nada y volvió y nada. Bueno, acabó tam-
bién la arena. Nada que quitaba el olor. Iba 
atardeciendo. Bueno, entonces se fue por el 
caño y encontró piedra y comenzó a sobar 
la manito. Por eso ese sapo tiene la mano 
delgada. Él se frotó las manos en la piedra 
jería de él. Quebraba las ramas para que 
cayeran en ese hueco y así preciso se que-
bró una rama y cayó en ese hueco y por ese 
hueco él salió. Ahí siguieron en enemis-
tades hasta que sapo plancho mató a b ri. 
En otra historia se cuenta que Memé’uje, 
sapo plancho, parece como una hoja, 
todo plancheto, eso es porque le han 
dado garrote, lo han vuelto como masa, 
lo machucaron ahí donde se machuca la 
masa de yuca, él era gordo y lo dejaron 
plancheto, se vengaron de él por violar a 
la mujer de otro, mujer de b ri. Memé’uje 
tocó la vagina de la esposa de su hermano, 
62
hasta que se le acabó el cuero, la carne, y le quedó solamente el hueso. Y cuando 
regresó con su hermano ya los dedos le quedaron como unas agujitas, puntuditos. 
Llegó donde el hermano y cuando él para darle ya la mano, pues se sorprendió. 
—Pero ¿cómo?, ¿por qué sus dedos están así, sus manos? 
—No, lo que pasa es que yo fui allá, cogí lombrices, se me montó ese olor y enton-
ces pues yo lavé y eso no quitaba, no quitaba y me fui a raspar con piedra hasta 
que me acabó el cuero, la carne y quedaron los huesitos —dijo sapo plancho.
—Usted sí es necio —le contestaba el hermano. 
Y al sapo plancho le dio rabia y dijo que tenía que vengarse de él y lo brujeó 
con una infladera en la barriga. Se fue para el monte sapo plancho y duró unos 
quince días, y cuando regresó, al hermano estaba que se le reventaba la barriga. 
—Venga, venga y conjure la barriga de su hermano —le dijo la cuñada.
—Ahhhh, sí, sí, yo sé esa oración —respondió sapo plancho. 
Entonces comenzó a curar, le comenzó a hacer un rezo que decía: “muérase, 
muérase, para que después de que usted se muera yo pueda irme con su 
mujer”. Eso era lo que él decía. El hermano se murió, y ya la mujer de él, la 
cuñada de sapo plancho, pues informó a los enemigos de sapo plancho para 
que supieran que él mató al hermano, que era el marido de ella.Él le hacía 
señas a la cuñada para tener hijos con ella. 
—¡Qué va a saber hacer hijos, usted no tiene nada, qué va a saber hacer hijos! —
ella le decía.
Él decía que sí sabía y se fue a buscar juansoco y trajo la leche en una copita 
y la iba a usar con ella; pero ella le tiró la leche encima a él y le hizo la cría en 
la espalda. Por eso sapo plancho lleva las crías ahí.
Los hijos de b ri querían vengarse, cogieron a sapo plancho y se lo llevaron, lo 
querían matar como mató al papá. Lo chuzaron con unos chuzos, y le pregun-
taban cómo mató al papá. Lo llevaron a la orilla de un charco y ahí lo iban a 
despedazar patas arriba. Cuando ya lo iban a despedazar, sapo plancho gritó: 
—¡Miren una manada de grullas arriba!
Todos voltearon a mirar, entonces, sapo plancho se tiró en ese charco, en esa hoja-
rasca. Por allá se escondió, lo buscaron, pero no lo encontraron (Eduardo Paky)
63
MEMÉ’UJE
Información biológica: Rana grande de 
color café o beige claro dorsalmente, su 
vientre es oscuro y tiene una forma muy 
particular. Su cuerpo es aplanado y ancho, 
su cabeza tiene forma de punta de flecha. 
Posee prolongaciones dérmicas en boca y 
garganta (órgano de línea lateral). No tiene 
dientes en premaxila y maxila. Durante la 
reproducción, la pareja nada en círculos y 
mientras la hembra expulsa los huevos (80 
aproximadamente), el macho los distribuye 
en su espalda con las patas, y se embeben 
en la piel hasta que a las 15 semanas se 
desarrollan por completo y emergen. Esta 
especie vive camuflada en el fondo de los 
cuerpos de agua, entre el lodo, donde usa 
sus órganos extremadamente sensibles de 
la línea lateral para detectar sus presas y 
usa sus extremidades para llevarlas rápi-
damente a la boca.
SAPO PLANCHO
Pipa pipa (L., 1758)
Familia: Pipidae
♂ 10,5-15,4 cm y ♀ 10,4-17,1 cm
Distribución: Amazonía de 
Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, 
Guayana Francesa, Guyana, Perú, 
Surinam, Trinidad y Venezuela.
Sapo plancho. Ilustración de 
Fillippe Paki (Villa Azul).
64
Información etnobiológica: Memé’uje fue 
a un baile de charapa y ahí, con una sola 
canción, se adueñó del baile. Él cantaba 
solito y nadie más bailaba, la gente espe-
rando turno.
—No más sapo plancho porque con esto 
vamos a amanecer —le dijeron.
—Bueno, listo, canten lo que ustedes saben. 
Yo no canto más —respondió sapo plan-
cho ofendido. Se fue y se escondió en un 
rincón. 
Ahí es donde a veces mujeres que escu-
chan esta canción que cantó sapo plan-
cho se ofenden como celosas, porque es 
muy largo, muy aburrido. Dicen que por 
ahí puede haber conjura para hacer maldad 
a los cantores. “Parece un sapo plancho”, 
[con esta afirmación] lo pueden ofender si 
se comporta de esta manera en un baile. 
Mientras sapo plancho cantaba durante 
el baile solamente venían las hijas al lado 
de él. Por eso es que también ya quedaron 
ellos ahí pegados sus hijos en su espalda. Y 
por eso cuando un cantor va a cantar siem-
pre las primeras que llegan son la señora, 
las hijas o las sobrinas (Marcelino Fiagama).
Sapo plancho comenzó a volarse por el 
monte porque sus enemigos lo buscaban. Las 
grullas querían comérselo a él. Él estaba en la 
orilla de un lago, acostado encima de un palo 
y miró que volaron las grullas encima y que 
lo vieron, y cuando bajaron para agarrarlo, 
sapo plancho se metió al lago. Allá se ente-
rró de barro y las grullas llegaron y buscaron, 
revolcaron ese lago, pero no lo encontraron. 
—¿Y ahora? Pues ya yo no puedo salir allá 
afuera porque ellos ya me están bus-
cando. ¿Y ahora? ¿Yo qué hago para 
comer? Ya no hay comida aquí, [decía 
sapo plancho]. 
Entonces sapo plancho comenzó a sacar las 
manos sobre el agua. Sobre ese lago venían 
libélulas a tomar agua y a bañarse, y las libé-
lulas llegaron y se pararon en la punta de los 
deditos de sapo plancho. Él miraba desde 
allá y pensaba: “Falta todavía que se paren 
más para matar”. Cuando ya él miraba que 
todas se paraban ahí en los cinco dedos 
ahí sí él se hundía a comer las libélulas. Y 
cuando terminaba, otra vez volvía y sacaba 
los dedos, esperaba a que se pararan y vol-
vía y comía. Él decía que ese que comía era 
guacamayo que él cazaba y cogía y hacía con 
las plumas del guacamayo una corona. 
Por eso memé’uje tiene de enemigos a las 
libélulas. En un baile él hizo una corona y a 
las libélulas no les gustó porque él iba ofen-
diendo con esa corona. Entonces él cantó 
con su corona, la vara y su sonajera chiki 
chiki chiki, él iba hablando, él vino con esa 
corona, y todos reunidos: los sabedores, 
todos los del baile y en eso estaban también 
las libélulas y las libélulas se enojaron contra 
él porque, aunque él no las ofendió directa-
mente, solamente en la canción decía “uste-
des cuando comen animal botan la pluma, 
entonces yo sí la tengo aquí (en la corona)” 
a ellos no les gustó lo que dijo. Entonces él 
siempre iba donde el cacique de ellos con 
ese traje (como luciéndolo), estaba ofen-
diendo al jefe de ellos, de las libélulas, por 
eso es que no les gustó a la gente de ellos.
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Sapo plancho se fue a un rincón de la maloca, no salió, a todo el 
mundo le brindaron comida, como él estaba por allá lejos, todo el 
mundo ya recibió, menos él… 
—Bueno, ¿y el sapo plancho? (preguntaron los asistentes)
Ellos le ofrecieron, entonces las dos hijas de sapo plancho cuando 
le ofrecían una maraca le decían: 
—Ay, papá, vaya busque.
—No, ese es baboso —él respondía. Le ofrecían entonces otra cosa. 
—Sapo plancho venga busque su canastado de maní. 
—No, ese es pepa de palo de brasil (Anacardium occidentale), ese es 
venenoso. 
Todo lo rechazaba. Y cogieron bojote de ambil, entonces le dijeron:
—Sapo plancho, venga, busque este kilo de ambil. 
—Papá, vaya busque —le decían sus hijas. 
—No, que ese emborracha. 
Todo así lo rechazó. Le ofrecieron otro canastado para él. Un canas-
tado de ñame. 
—Papá pa’ que vaya reciba —le decían sus hijas. 
—No, eso es baboso —contestaba sapo plancho. 
Todo era malo. Todo. Hasta que trajeron bagazo de canangucho, el 
quenque, el cuncho, bagazo, entonces ahí sí, cogieron y le dijeron: 
—Venga busque canastado de masa de canangucho. 
—Ese sí es vida, ese es el que hace crecer, ese es muy bueno, no es 
dañino —dijo sapo plancho. 
Y entonces él vino y lo regó, se bañó en eso y de aquí para allá, mejor 
dicho, se perfumó con la masa de canangucho. Por eso es que cuando 
cae canangucho él no falla, ahí está él, le gusta el canangucho. Con 
eso fue que él cayó, se bañó, se perfumó. Y es verdad, yo lo miró ahí 
donde nosotros nos bañamos (Marcelino Fiagama).
REPTILES
Atardecer sobre el chorro de Araracuara. 
Fotografía de Christian Cárdenas
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JUCHÁ’I 
Información biológica: Lagarto o saurio 
pequeño con dorso verde y pequeñas man-
chas cafés desiguales, vientre blanco con 
manchas grises o cafés. Tiene de 14 a 18 
lamelas (estructuras que les permiten adhe-
rirse a superficies verticales) en el dedo más 
grande de las patas posteriores. Los machos 
poseen abanico gular de color rosado - vio-
leta o rojo amarillento con escamas blancas, 
el cual despliegan para definir su territorio 
y cortejar a las hembras. Este despliegue es 
acompañado por movimientos de cabeza, 
cola y flexiones de pecho. Es ovípara y 
ponen generalmente un huevo, máximo dos. 
Procuran mantener su temperatura corporal 
1-2° C más alta que la ambiental, para man-
tenerse activos ante predadores o para cazar.
LAGARTIJA FLACA, LOBITO DE COTICO
Anolis fuscoauratus (D’Orbigny, 1837)
Familia: Dactyloidae
♂ 5,1 cm y ♀ 5,4 cm
Distribución: Bolivia, Brasil, Colombia, 
Ecuador, Guayana Francesa, 
Guyana, Perú y Venezuela.
Lagartija Flaca. Fotografía de Nicolás Valdivieso.
Información etnobiológica: Se nombra en una canción. Esa can-
ción es de arrullar, de acariciar a un niño, de jugar con él. Entonces 
está nombrando a jíiniba, lagartija de monte firme. Como él tiene la 
manito como carraspocita, y también juchɑ’́ y akáragai también tie-
nen la manito así, entonces usted alza al niñito y le coge las patitas

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