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repositorio.uptc@uptc.edu.corepositorio.uptc@uptc.edu.co Memorias Congreso Investigación y Pedagogía. Tunja, Número 02 – Octubre/ 2013 ISSN 2256-1951 EL DESCUBRIMIENTO DE LA INFANCIA Lola María Morales Mora Estudiante de Licenciatura en Educación Preescolar Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja lm_morales@hotmail.com RESUMEN En este artículo se hace un breve recorrido histórico de la evolución del concepto de infancia desde la Grecia antigua, hasta nuestros días, resaltando que dicha evolución ha atravesado por varias etapas, y al mismo tiempo ha sido abordada desde varias perspectivas, como lo son la religiosa, política o social entre otras, y ha tenido una influencia directa de los agentes socializadores (familia, escuela, sociedad, etc.) los cuales han estado permanentemente presentes en el contexto, y finalmente se aborda una perspectiva filosófica, la cual brinda una forma diferente de pensar la infancia, haciendo énfasis en las teorías expuestas por Walter Kohan en su libro Infancia y Pedagogía. ABSTRACT In this paper makes a brief historical overview of the evolution of the concept of childhood from ancient Greece to the present day, noting that this evolution has gone through several stages, and at the same time has been studied from various perspectives, such as the religious, political or social among others, and has had a direct influence of socializing agents (family, school, society, etc..) which have been permanently present in the context, and finally addresses a philosophical perspective, which provides a different way of thinking about childhood, emphasizing the theories expounded by Walter Kohan in his book childhood and Education. Palabras claves: Infancia- pedagogía- niño- filosofía 1. EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE INFANCIA En la antigüedad la infancia carecía de reconocimiento por cuanto el niño no ocupaba un lugar importante en la sociedad. No existía la infancia como concepto pues no se veía determinada como una etapa de la vida del ser humano, como si ocurre en la actualidad. En las culturas antiguas, por ejemplo, a los niños que no fueran "elevados∗" por su padre, se les negaba prácticamente el derecho a vivir, se les dejaba en la puerta, corriendo el mismo camino que los hijos de los esclavos cuando los amos no ∗ Del latín elevare. En Roma al niño al nacer se le dejaba en el suelo, entonces el padre debía reconocerlo tomándolo en los brazos para elevarlo, lo que significaba el acto de comprometerse con la crianza. si el padre no elevaba al niño, este era abandonado. mailto:lm_morales@hotmail.com Memorias Congreso Investigación y Pedagogía. Tunja, Número 02 – Octubre/ 2013 ISSN 2256-1951 sabían qué hacer con ellos. En otros casos eran abandonados o se les mataba cuando no eran deseados por sus padres377. En Esparta los niños eran educados hasta los 12 años, edad a la que pasaban a manos del Estado quien se encargaba de educarlos para la guerra, es decir el centro de su formación estaba ligada al "cultivo" del cuerpo a través del ejercicio físico. Desde los comienzos del Imperio Romano y en gran parte de la edad media el niño era tomado como un ser dependiente, indefenso y también como un estorbo378. A medida que iba creciendo cobraba importancia porque comenzaba a cumplir algunas funciones dentro de la familia y en el entorno social, entre las cuales están: ser considerados parte de la mano de obra necesaria para la producción, como mecanismo para garantizar la seguridad (es decir guerreros), para asegurar la continuidad del linaje; las mujeres en ocasiones cobraban un tipo de valor en la medida que se convertían en "moneda de intercambio en las estrategias para extender y reforzar las alianzas"379 entre familias. Si se tiene en cuenta hasta aquí, el concepto de infancia no existe, esto tiene su explicación si se considera que la condición del niño, con sus características y particularidades no es reconocida. El niño es tratado como a un adulto en miniatura, como un producto sin terminar, en proceso o como algo inacabado. Esto demuestra la ausencia de importancia que tenía su condición en la sociedad y el papel secundario que ocupaba en la familia. Al respecto, Aries en sus textos: …ha mostrado el carácter invisible de las concepciones de la infancia. La antigua sociedad tradicional occidental no podía representar bien al niño y menos aún al adolescente; la duración de la infancia se reducía al período de su mayor fragilidad, cuando la cría del hombre no puede valerse por sí misma; en cuanto podía desenvolverse físicamente, se le mezclaba rápidamente con los adultos, con quienes compartía trabajos y juegos. El bebé se convertía en seguida en un hombre joven sin pasar por las etapas de la juventud...380. La observación de este historiador que se ocupa de los temas de la infancia, deja ver la situación de los niños en las sociedades antes mencionadas. La concepción del infante era relacionada con aspectos negativos, se decía que en ellos había algo de pecado y maldad innata, lo cual perduro hasta finales de la edad media en algunos casos, en otros esta concepción se mantuvo por mucho más tiempo. Solo es hasta en los siglos "XVI y XVII {cuando} se le reconoce con una condición innata de bondad e inocencia y se le reconoce infante “como un ángel”, el niño como “bondad innata"381. Los cambios que se comenzaron a presentar en Europa a partir del siglo XV con los avances en las ciencias y los producidos por los viajes de descubrimientos, entre otros, generaron una nueva concepción del mundo y de la sociedad, en este contexto al niño se le comenzó a identificar de alguna forma como un ser diferente al adulto, por 377 ARIES, Philippe. La infancia. En: Revista estudio. sf. p. 2 378 JARAMILLO, Leonor. Concepción de infancia. En: Zona próxima. Revista del Instituto de Estudios Superiores de Educación Universidad del Norte. N° 8 diciembre de 2007. p. 111. 379 ARIES, Philippe. Óp. Cit. p. 3. 380 ALZATE PIEDRAHITA, María Victoria. La infancia: concepciones y perspectivas. Bogotá: Ed. Papiro, 2003. p. 24. 381 JARAMILLO, Leonor. Concepción de infancia. En: Zona próxima. Revista del Instituto de Estudios Superiores de Educación Universidad del Norte. N° 8 diciembre de 2007. p. 110. Memorias Congreso Investigación y Pedagogía. Tunja, Número 02 – Octubre/ 2013 ISSN 2256-1951 lo menos así se le representaba a través del arte de la época, cuya diferencia más marcada con el adulto estaba resaltada a través de la talla. Si bien no hay un reconocimiento como tal, si existen unos avances en ese sentido, y "en el siglo XVIII se le da la categoría de infante pero con la condición de que aún le falta para ser alguien; es el infante “como ser primitivo”382.Con Rousseau a partir del siglo XVIII, van a presentarse cambios significativos en la concepción de la infancia, a partir de entonces no se tolera el infanticidio, el abandono y el menosprecio que se tenía por el niño. La diferencia entre ellos y los adultos va a ser más marcada, se identifica al niño como ser capaz de contemplar el mundo de una manera diferente al adulto, "Rousseau escribe por primera vez de forma explícita que el niño no es un hombre en pequeño, que la infancia tiene sus formas de ver, de pensar y de sentir y que nada es más insensato que querer sustituirlas por las nuestras"383, planteándolo de la siguiente forma: “La naturaleza quiere que los niños sean niños antes de ser hombres. Si nosotros queremos pervertir este orden produciremos frutos precoces que no tendrán ni madurez ni sabor y pronto se marchitarán"384. De esta forma lo que ocurre a partir del siglo XVIII y más exactamente a partir de Rousseau en palabras de Jaramillo es: La “reinvención” moderna de la infancia {que} se inicia desdeel siglo XVIII en las sociedades democráticas y muy especialmente a través de Rousseau, quien advertía las características especiales de la infancia"385. Aunque, desde entonces se va a concebir al niño como un ser inocente y débil, que debe estar al cuidado del adulto y en la escuela bajo la estricta vigilancia y autoridad del maestro, en adelante se va a comprender que los infantes tienen "formas particulares de ver, de entender y de sentir y que por ello debían existir formas específicas de educación y de instrucción"386. Estas formas de instrucción y educación, van a consolidarse desde finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, a partir de la revolución industrial y con el origen del Estado moderno. La concepción de infancia cambió, desde allí es el Estado quien va a asumir de cierta forma la protección y el cuidado de los niños, pues desde muy pequeños van a pasar de las manos de sus padres al cuidado de personas, que de forma especializada, van a encargarse de ellos en lugares destinados para tal fin. Aparecen de este modo las guarderías y jardines infantiles que van a cumplir el papel que antes debían realizar los padres y que ahora no pueden realizar porque las condiciones de trabajo demandan que ya no solo sea el padre el único encargado del sostenimiento de la familia, sino que haya participación de los dos, con lo que la infancia empieza a estar en estado de abandono obligado por parte de la familia, pero bajo el cuidado de los maestros en las escuelas y demás instituciones que aparecen para tales fines. En esta nueva concepción de la infancia, el maestro debía tener algunas características especiales que le permitieran cumplir sus funciones, además de eso, tenía que pasar por un proceso de instrucción. El objetivo de esta formación no era otro que combatir la enseñanza tradicional, dejando atrás el autoritarismo, la memorización y buscar insertar una actitud que implicara que la educación estuviera centrada en el reconocimiento de la infancia a través de unas formas de interacción más cordiales y afectivas entre profesores y estudiantes. 382 Ibíd. 110 383 ALZATE PIEDRAHITA, María Victoria. La infancia: concepciones y perspectivas. Óp. Cit. p. 49. 384 ROUSSEAU, Juan Jacobo. El Emilio o la educación. Traducción de Ricardo Viñas. 2000. http://www.educ.ar. p. 89 385 JARAMILLO, Leonor. Concepción de infancia. Óp. Cit. p.111 386 Ibíd. p. 111. http://www.educ.ar/ Memorias Congreso Investigación y Pedagogía. Tunja, Número 02 – Octubre/ 2013 ISSN 2256-1951 Entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, los cambios sobre la concepción de la infancia se aceleraron de forma significativa. Se comenzaron a desarrollar investigaciones donde el sujeto de estudio fue el niño, estas fueron el resultado de algunas disciplinas especializadas como la psicología evolutiva y la psicología cognitiva, que han considerado al niño centro de importancia en cuanto sujeto de desarrollo y evolución, lo que ha impactado sobre todo en los procesos de educación pues se comenzó a tener en cuenta estos aspectos en la formación de los niños. Desafortunadamente, el siglo XX también ha introducido al niño en el campo laboral, con lo que se llegó a considerar como posesión económica y objeto de control. Como respuesta a estas circunstancias a nivel internacional surgen declaraciones que buscan la protección de los niños, es así que en 1924, se realizó la declaración de Ginebra, producto de la Unión Internacional de Socorro a los niños de 1920. Años más adelante, en septiembre de 1946, se crea la UNICEF y en noviembre de 1959 en la Asamblea General de las Naciones Unidas se hace la Declaración de los Derechos de los niños. Uno de los resultados del desastre de la segunda guerra mundial es la crisis humanitaria que deja millones de muertos, entre ellos muchos niños, sumado a esto, la horfandad de cientos de niños que perdieron a sus padres en la contienda, que los dejó en la peor situación. Para enfrentar estas condiciones se creó el Fondo de las Unidas para la Infancia, UNICEF, que asumió la tarea de ayudar a las victimas niños y jóvenes de la guerra. Desde 1953 a la UNICEF, se le concedio estatus de organización internacional de forma permanente, lo que le permitio no solo ayudar a los afectados en la guerra de europa, sino que su campo de acción se amplio a los países en vía de desarrollo, de todos los continentes. Es asi que desde mediados del siglo XX comienza una etapa de garantías para los niños, pues a partir de ese momento surgen políticas orientadas a la protección y cuidado de la infancia, con lo cual hay un cambio de paradigma que de forma radical propone la concepción de la infancia y los niños y niñas comienzan a considerarse Sujetos social de derecho, “reconociendo en la infancia el estatus de persona y de ciudadano”387, lo que significa que se reconoce a los niños derechos y obligaciones similares a todos los miembros de la sociedad. 2. CONCEPCIÓN DE INFANCIA DESDE UN PUNTO DE VISTA FILOSÓFICO Es evidente que la filosofía se ha encargado de buscar la razón, de ver más allá de lo que comúnmente vemos, de indagar y de darle un sentido más trascendental a las situaciones y a las cosas. Para Sócrates la filosofía es sobre todo una actitud vital que determina nuestra manera de estar en el mundo388, brindando así la posibilidad de permanecer en un constante cambio de ideas y raciocinios, los cuales van siendo influenciados por las experiencias vividas cada día, así, “la filosofía es una forma de amor y no sólo de amor de los saberes y del pensamiento, sino también un modo de amar lo imposible de ser amado: el mundo”389. Se vive motivado por la necesidad de 387 Ibíd. p. 112 388 KOHAN, Walter. Infancia y Filosofía. México: Editorial Progreso, 2009. p. 4. 389 Ibíd. p. 9 Memorias Congreso Investigación y Pedagogía. Tunja, Número 02 – Octubre/ 2013 ISSN 2256-1951 entender el mundo, y es esa misma necesidad la que permite alejarse de la muerte, porque si se cree entender el mundo la vida pierde su sentido, una vida sin búsquedas, sin preguntas y sin cosas por cuestionar y repensar es peor que la misma muerte. Partiendo de las innumerables posibilidades y la apertura que brinda la filosofía, surgió una novedosa propuesta educativa creada por Matthew Lipman, llamada Filosofía para Niños390. La filosofía era vista por el común de la gente como un campo complejo que podía ser explorado solo por personas con un cúmulo de conocimientos determinados, pero al contrario de estas ideas y en este caso con las teorías de Walter Kohan, actualmente se puede sentir a la filosofía mucho más cercana, por lo cual ha sido introducida como un mecanismo pedagógico presente en las aulas de educación inicial y que se ha convertido en una herramienta para solucionar interrogantes de la vida diaria de los niños, de una manera divertida e interesante, que al mismo tiempo permite promover la curiosidad, la indagación y las habilidades de pensamiento. De la mano de Walter Kohan se resalta una nueva concepción de infancia, una concepción desde un punto de vista filosófico, que trasciende los estereotipos a los que nos hemos acostumbrado, y la cual posee una inagotable riqueza superando los límites que por años han afectado la percepción que se tiene en general de la infancia. Es en este punto, donde se empieza a encontrar grandes contradicciones entre la idea de infancia que se ha divulgado comúnmente, y esta nueva forma de pensarla y proyectarla, estas diferencias se pueden reflejar en cosas sencillas como el hecho de haber visto a los niños como sujetos sin voz, como se evidencia en los términos que usaban los antiguos romanos para designar al niño, infans “el que no habla”, contrario a la connotación que le brinda la filosofía: “la infancia es un grito. Seco, prolongado,intermitente”391. Cómo no va a ser el grito uno de los mejores sinónimos para referirnos a la infancia, si la misma vida empieza con un grito, cómo no gritar que se existe, cómo no llamar la atención gritando, cómo no voltear a mirar al que grita, si el grito es infancia, es porque la infancia es la esencia del grito, y el grito surge a través de la infancia, cada grito está impregnado de infancia, y la infancia grita no por el hecho de gritar, sino porque requiere ser atendida, grita para apartarse del olvido, grita esperando ser escuchada, grita diciendo presente, aquí estoy y estaré. Aceptar que un grito puede expresar muchas cosas, es tener en cuenta que ofrece una gran cantidad de significados. Desde la perspectiva que hemos mencionado, un grito puede llegar a ser un acto de alegría, entusiasmo, euforia, emoción, pasión, asombro, felicidad, gozo, pero también, puede convertirse en la expresión que manifiesta un sentimiento de miedo, angustia, desolación, dolor, rabia, soledad; por eso es necesario detenerse a pensar que si la infancia es un grito, qué tipo de grito se quiere que sea, un grito que ríe, corre, juega, sueña, vuela, disfruta, descubre, pregunta, indaga, o un grito que sufre, se esconde, se aleja, se ahoga, se reprime, en definitiva, un grito que no quiere ser grito. ¿Qué hacen los que piensan que ya no son 390 Ibíd. p. 4. La propuesta de Lipman ha sido desarrollada por Walter Kohan. En ésta se evidencia el reconocimiento y la atención que han empezado a darle a los niños en distintos ámbitos y en este caso particular en la filosofía. 391 Ibíd. p. 5 Memorias Congreso Investigación y Pedagogía. Tunja, Número 02 – Octubre/ 2013 ISSN 2256-1951 grito para permitir que el grito exista, para cuidarlo, protegerlo y asegurar que sea un grito de vida constante y no de muerte? La infancia no es cuestión de medida, de tamaño, de cantidad sino que es un estado de principio, un inicio perpetuo, una percepción sin antecedentes de aquello que nos hace ser lo que somos392. Es con este nuevo pensamiento acerca de la infancia que se deja atrás aquella concepción que implica una etapa en la vida, que está comprendida desde el nacimiento hasta que se cumple cierta edad, pensar la infancia simplemente de una manera cronológica es estancarse en sumar años, dejando de lado todas sus posibilidades para tratar de superarla cuanto antes. Con lo anterior podemos referirnos a las tantas veces que hemos escuchado a los niños manifestar su deseo por ser “grandes”, movidos por la idea de realizar actividades diferentes y no tener que obedecer las órdenes de los adultos, logrando así cierta “libertad” de decidir por ellos mismos que hacer y qué no. Todo esto ocurre gracias a que les ha vendido una idea absurda, que deben dejar de lado su infancia, que es algo que se olvida, que no se necesita y que es urgente dejar atrás para encajar en la sociedad. Es tal la presión que directa e indirectamente se ejerce sobre los niños para que asuman comportamientos de adultos, evidencia de que ni siquiera se les brinda la posibilidad de ser diferentes y desarrollar su propia identidad. Esta situación no es nada nueva, incluso en los tiempos de Platón se pensaba que “para educar {a} esas tiernas y nobles naturalezas, sería necesario tomar cuanto antes todos los ciudadanos necesarios y definir muy precisa y escrupulosamente las formas (los modelos) y también los caminos que tendrían que seguir desde el inicio de sus vidas”393, muestra de que vivimos buscando que los niños se conviertan en réplicas de nosotros mismos, evitando que logren construir su propio ser. Se piensa erradamente que los niños disfrutan de su infancia, y que sus días transcurren tranquilos, donde su único interés está centrado en torno al juego, y más aún pensamos que son personas que no tienen que preocuparse de nada, puesto que por su corta edad sus responsabilidades se enfocan en ir a la escuela y tener un buen rendimiento académico, pero “basta abrir un poco los ojos en cualquier calle de algunas ciudades para que esta ilusión se desvanezca. Se verá entonces niñas y niños en edad cronológica muy lejos de la infancia, pidiendo monedas para comer, haciendo que divierten a los automovilistas para recibir una moneda, vendiendo golosinas, bebidas o simplemente siendo explotados sexualmente…”394 En este sentido, la realidad que viven los niños actualmente no se parece en nada a un cuento de hadas, por el contrario los niños desde hace ya mucho tiempo han tenido que realizar actividades las cuales serían, cronológicamente hablando, para personas con más edad, es así que los niños se ven obligados a trabajar en diferentes oficios e incluso a ser explotados para poder sobrevivir. 392 Ibíd. p. 6 393 Ibíd. p. 15 394 Ibíd. p. 14 Memorias Congreso Investigación y Pedagogía. Tunja, Número 02 – Octubre/ 2013 ISSN 2256-1951 CONCLUSIONES La concepción de infancia se ha mantenido en constante evolución desde la antigüedad griega hasta la actualidad. La historia de la infancia ha mostrado que se ha pasado del infanticidio en la antigüedad, el abandono de comienzos de la edad media, hasta la socialización y la protección en los siglos XIX y XX. El siglo XX es el llamado siglo de la infancia por cuanto son diversas las organizaciones y actores sociales que han buscado la protección de la infancia y el reconociendo de los niños y niñas como sujetos sociales de derechos. La creación de la UNICEF ha favorecido la protección de la infancia, unido a la declaración de los derechechos de los niños, los cuales resaltan el reconocimiento que se les debe dar y la importancia que tienen dentro del nucleo social. Los cambios en la concepción de infancia, han contribuido a que la educación de un gran giro, hasta convertirse en un proceso centrado en los niños y en sus condiciones particulares. La concepcion de infancia desde el punto de vista filosófico amplia el espectro de posibilidades de la infancia, ya que se dejan aras los limites cronológiccos de la edad, y se identifica como una condición inherente al ser humano. La filisofia se ha convertido en una herramienta pedagógica que potencia las habilidades de pensamiento en los niños y les permite aprender y resolver interrogantes de una manera divertida. BIBLIOGRAFÍA ABC de la enseñanza de los Derechos Humanos, actividades prácticas para escuelas primarias y secundarias. Naciones Unidas. ALZATE PIEDRAHITA, María Victoria. Concepciones e imágenes sobre la infancia. En: Revista de ciencias Humanas N° 28. Universidad tecnológica de Pereira. http://www.utp.edu.co/~chumanas/revistas/revistas/rev28/alzate.htm ALZATE PIEDRAHITA, María Victoria. La infancia: concepciones y perspectivas. Bogotá: Ed. Papiro, 2003. ARIES, Philippe. La infancia. En: Revista estudio. sf. JARAMILLO, Leonor. Concepción de infancia. En: Zona próxima. Revista del Instituto de Estudios Superiores de Educación Universidad del Norte. N° 8 diciembre de 2007. KOHAN, Walter. Infancia y filosofía. México: Editorial Progreso, 2009. http://www.utp.edu.co/~chumanas/revistas/revistas/rev28/alzate.htm Memorias Congreso Investigación y Pedagogía. Tunja, Número 02 – Octubre/ 2013 ISSN 2256-1951 RANCIÈRE J., El Maestro Ignorante, Editorial Alertes, Barcelona, 2002. ROUSSEAU, Juan Jacobo. El Emilio o la educación. Traducción de Ricardo Viñas. 2000. http://www.educ.ar.
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