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notas-sobre-alimentacion-de-la-vaca-leche2008

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Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
NOTAS SOBRE ALIMENTACION DE LA VACA LECHERA. 
 
 
CONSUMO 
 
El primer concepto a desarrollar cuando se aborda la alimentación del ganado lechero 
es el consumo de materia seca ya que determina el aporte o cantidad de nutrientes disponibles 
para las diferentes funciones del animal. 
 
El consumo de materia seca (CMS) es quizás el factor que más impacto tiene sobre la 
salud metabólica y la producción de las vacas lecheras, principalmente en los primeros meses 
de la lactancia. 
 
Determinar el consumo ó ingesta de alimentos expresado en kilogramos de materia 
seca es prioritario para: la formulación de raciones de los animales lecheros, evitar sub. o 
sobre alimentación, realizar un uso eficiente de los recursos alimenticios disponibles, lograr 
un balance adecuado de nutrientes, reducir los costos y evitar excreciones excesivas de 
nutrientes que pueden contaminar el ambiente, debido a una sobre alimentación. En algunos 
casos, la sobre oferta o consumo de algunos nutrientes pueden producir alteraciones 
metabólicas ó enfermedades a los animales sometidos a este tipo de dietas. 
 
Diferentes teorías intentan explicar los factores que afectan ó regulan el consumo 
voluntario de materia seca de los rumiantes. Algunas teorías, lo explican a través de llenado 
físico del retículo ruminal (Allen, 1996; Mertens, 1994); otras, por factores metabólicos de 
retroalimentación, regulación fisiológica del consumo, (Illius and Jessop, 1996; Mertens, 
1994), y por el consumo de oxigeno. Sin embargo, estas teorías pueden explicar el consumo 
bajo determinadas condiciones, pero en realidad, la ingesta del alimento está condicionada a 
un gran número de factores y a la interacción de estos, bajo diferentes condiciones. 
 
La ingesta de un alimento de baja digestibilidad afecta negativamente el consumo 
voluntario de materia seca (CMS), debido a que la tasa de evacuación del alimento del rumen 
y la velocidad de pasaje por el tracto digestivo es menor. El retículo rumen y probablemente 
el abomaso poseen a lo largo y ancho de sus paredes receptores que afectan negativamente el 
CMS en relación al volumen y peso del alimento retenido en ellos. La fracción de Fibra 
detergente neutro (FDN) del alimento, por su baja tasa de digestión, es el principal factor 
asociado al efecto de llenado del rumen ó regulación física del consumo . 
 
El principio de la teoría de regulación fisiológica del consumo se basa en el concepto 
que: sí un animal dispone de una cantidad de nutrientes, principalmente energía y proteína, 
superior a los requerimientos de mantenimiento y producción, factores fisiológicos actuaran 
deprimiendo el apetito y por lo tanto su consumo. Esta teoría relaciona la calidad del 
alimento, referida a la digestibilidad del mismo, con el consumo animal. Su principio es el 
siguiente: cuando mejora la calidad de la dieta aumenta el aporte de nutrientes por unidad de 
alimento, por ejemplo la concentración energética del alimento (Mcal EM/kgMS), de esta 
manera el animal necesitará consumir menor cantidad de materia seca para disponer de la 
cantidad de nutrientes requeridos, esto dentro de ciertos límites de digestibilidad del 
alimento. 
 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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La teoría de regulación de la ingesta ó consumo de materia seca (CMS), por consumo 
de oxigeno (Ketelaars and Tolkamp, 1996) dice; los animales consumen energía a un nivel en 
que la tasa de uso o consumo de oxigeno es óptima y es mínima la producción de radicales 
libres que promueven el envejecimiento. 
 
Parece ser que una acción aditiva y de interacción de factores físicos, químicos y 
fisiológicos son los que regulan el CMS en los rumiantes, sumado a factores sensoriales y 
psicológicos del animal. El CMS es una variable de difícil estimación debido a que la ingesta 
está regulada por factores poco conocidos de acciones complejas y con los conocimientos 
actuales muy difíciles de ponderar. 
 
Uno de los factores que afecta fuertemente el consumo de energía, explicitado en 
numerosos informes bibliográficos, es la demanda de energía para la producción de leche, 
aunque se ha establecido un debate; ¿ es el consumo de energía quien controla la producción 
de leche ó los requerimientos energéticos para producción de leche determinan el consumo 
de energía, por parte de la vaca lechera?. Las bases de la teoría de la regulación del consumo 
de energía, reportadas por (Baile and Forbes, 1974; Conrad et al., 1964; Mertens, 1987; 
National Research Council, 1989), sostienen que las vacas lecheras condicionan el consumo 
de alimento a sus necesidades de energía. El incremento del consumo de energía como 
respuesta a un aumento de los requerimientos energéticos ha sido claramente demostrado en 
numerosos trabajos en donde se aplicó la hormona somatotrofina bovina y el CMS acompañó 
la producción de leche. (Bauman, 1992; Etherton and Bauman, 1998). 
 
Las predicciones del CMS en su mayoría se basan en factores relacionados al animal 
y/o a la calidad y cantidad de alimento suministrado, frecuencia de alimentación, duración de 
las comidas y velocidad de ingestión, también tiene influencia factores ambientales, de 
manejo y de sociabilidad de los animales. 
 
A continuación se realiza una reseña sobre los factores que afectan el consumo de 
materia seca y su estimación en función a estas variables: 
 
Los factores a considerar se podrían agrupar en: factores relacionados al animal; a la 
dieta; ambientales y de manejo. 
 
 
1. FACTORES RELACIONADOS AL ANIMAL. 
 
Se mencionan como principales factores dentro de este grupo al peso vivo del animal, 
la producción de leche por día y la condición sanitaria de la vaca. 
 
El tamaño metabólico del animal (P.V.
0,75
) es en realidad el factor que regula el 
consumo de materia seca y no el peso vivo real del animal. Bajo condiciones de alimentación 
donde el llenado del rumen es el factor condicionante de la capacidad de consumo de materia 
seca, el tamaño del rumen determinará el CMS del animal. Existe una estrecha relación entre 
el tamaño metabólico del animal y la capacidad del rumen. El tamaño metabólico de un 
animal depende de su edad, sexo, raza, etc., y a veces resulta dificultoso determinarlo con 
exactitud. 
 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
Grieve et al (1976), citado por Broster, (1983), encontraron que durante los primeros 
90 días de la lactancia, el CMS de una ración con 60% de concentrado estaba más asociado al 
peso corporal, que a otras características, aumentando a razón de 1,07 kg/100 kg de 
incremento de peso vivo. Solamente cuando el consumo esté limitado por el tiempo de 
pastoreo ó accesibilidad a los alimentos, es probable que el CMS esté relacionado con el 
tamaño metabólico, bajo estas condiciones es probable que la velocidad de eliminación de los 
metabolitos sea el factor que controle el consumo. Conrad et al. (1964), encontraron que el 
CMS en dietas de baja digestibilidad era directamente proporcional a la capacidad del rumen, 
y por lo tanto al tamaño de la vaca. El consumo en dietas con mayor digestibilidad, en 
cambio, está regulado por el tamaño metabólico. 
 
Grreenhalgh y MacDonal (1978), citados por Broster, (1983), relacionan el CMS con 
el PV
0,75
 para dietas con un rango de concentración energética de 2,4 a 2,9 Mcal EM/kgMS. 
Los mismos autores, de una revisión de los datos experimentales publicados, concluyeron que 
el consumo medio de materia seca, para vacas que tuvieron una producción total de 5000 kg 
LCG (lechecorregida por grasa butirosa al 4%) y 305 días de lactancia, fue 135 g de 
MS/kgPV
0,75
, para dietas con un rango de metabolicidad de 0,55 a 0,65 (2,4 a 2,9 McalEM/kg 
MS) y para vacas con pesos comprendidos entre 350 a 650 kg/PV. Estos autores concluyen 
que existe una relación prácticamente lineal del CMS con el aumento de PV y la producción 
de leche de 2,2 kg/100 kg de incremento de peso vivo y de 0,2 kg/kg de leche producido. 
 
Otros autores relacionaron la edad y número del parto comprobando un incremento en 
el consumo desde la primera a la segunda lactancia independientemente del tamaño del 
cuerpo y la producción de leche; lo atribuyeron a un aumento considerable de los 
requerimientos de la vaca y a la adopción progresiva del apetito a estos requerimientos en las 
lactancias sucesivas. (Journet, Poutou y Calomiti, 1965; Broster, y colaboradores, datos no 
publicados, citado por Broster y Swan, 1983). 
 
Comerón. (1991), determinó, en vacas en pastoreo rotativo, un efecto intrínseco del 
número de lactancia, independiente del efecto del peso y producción, sobre el consumo de 
alrededor de 0,8 kg MO entre las primíparas y multíparas. Por otra parte, Faverdin et al 
(1987), observaron, en condiciones de estabulación, una diferencia de consumo de materia 
seca de 0,5 kg entre las vacas de primera parición y las multíparas. 
 
El peso vivo es una medida objetiva que está relacionada con el tamaño, pero esta 
relación está fuertemente influenciada por la condición corporal (C.C) del animal. Resulta 
entonces necesario para estimar el CMS en vacas lecheras utilizar un estándar para valorar la 
C.C y poder corregir el peso vivo real a un peso vivo ajustado a un igual estado corporal en 
todos los casos. 
 
El peso vivo ajustado es el peso que tiene el animal a una condición corporal óptima. 
El estado ó condición corporal (C.C) se puede valorar con una escala de 1 a 9, (Lowman, 
Scott& Somerville, 1976), donde el peso óptimo ajustado corresponde en la escala al valor 7. 
También existe una escala de valoración propuesta por Wildman y otros (1982) , que 
establece un rango de 1 a 5 con una variación de ½ punto para la evaluación de la C.C de los 
animales. Ambas escalas se corresponden y pueden ser usadas indistintamente. La variación 
de peso por cada punto en la escala 1 a 9 de; Lowman y otros.1976, se cuantifica en un 5% 
del peso ajustado. El peso ajustado de referencia es el equivalente a la condición corporal de 7 
en la escala de 1 a 9 y de 4 en la escala propuesta por Wildman (1982), corresponde a un 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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animal cuyo grado de gordura no permite visualizar las apófisis espinosas, con abundante 
deposición de grasa alrededor de la inserción de la cola y no se visualizan las costillas. (Ver 
anexo. Condición corporal). 
 
Otro aspecto de gran importancia en el CMS es el estado de la lactación y/o nivel de 
producción de leche, ya que este tiene un efecto directo sobre la demanda de nutrientes por 
parte del animal y como habíamos visto la producción de leche condiciona el consumo de 
materia seca. Por ejemplo, si se considera los requerimientos de energía, de acuerdo al 
contenido de grasa butirosa y proteína de la leche será la energía requerida para producir un 
litro de leche y de acuerdo a los litros totales producidos por día será la demanda total de 
energía, requerida por día por animal. En otros términos, la producción de leche y su riqueza 
composicional condicionan la demanda de nutrientes y ésta el consumo ó ingesta de materia 
seca. Si para producir un litro de leche se requiere 1.1 Mcal EM y un alimento por ej.: el heno 
de alfalfa que contiene 2.2 Mcal EM/kgMS, un animal deberá consumir 0,5 kg de MS por 
cada litro de leche producido, más lo requerido para mantenimiento, ganancia de peso y 
gestación. 
 
Gráfico 1: Consumo de materia seca durante la lactación en vacas primíparas y multíparas. 
 
 Vadiveloo & Holmes (1979) 
 
En el Gráfico 1, se observa que al momento del parto el CMS se encuentra 
fuertemente restringido, alrededor de las 6 a 8 semanas alcanza su máximo valor en vacas 
multíparas, en vaquillonas la restricción de consumo es similar en el pos-parto inmediato, 
pero la recuperación es más lenta, la máxima capacidad de consumo se alcanzaría entre las 13 
y 16 semanas de lactancia. Vadiveloo & Holmes (1979), May (1994), Chamberlain & 
Wilkinson (1995) y Roseler et al (1997) han desarrollado ecuaciones para predecir el 
consumo de materia seca en las primeras semanas de lactación, introduciendo un factor de 
corrección en función de la depresión de consumo observada en este período. En la edición 
2001 de N.R.C. National Requeriments of Dairy Cattle, se reporta una ecuación para corregir 
el consumo de materia seca según las semanas de lactación: 
 
 Factor de corrección: (1- e
(-0,192x(sem.lact+3,67)
). 
 
Chamberlain & Wilkinson (1995), citado por Melo. (1998) reporta una Tabla de 
Corrección de consumo voluntario de materia seca de acuerdo a la semana de lactación. (ver 
Tabla 1) 
 
 
1 4 7 10 13 16 19 22 25 28 31 34 37 40 43 46
Semanas Lactación
C
o
n
s
u
m
o
 k
g
M
S
/v
/d
Multíparas
Primíparas
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
Tabla 1: Factores de corrección para CMS. 
 
Semana de lactación Factor de corrección 
1 0,68 
2 0,78 
4 0,88 
6 0,93 
8 0,96 
10 0,98 
12 1,00 
 Chamberlain & Wilkinson (1995) 
 
Los factores de corrección de N.R.C. y los presentados por Chamberlain & Wilkinson 
difieren siendo los del N.R.C más bajos; por ejemplo: para la primera semana el factor es de 
0,60; 4ta = 0,77 12da = 0,95. Estos valores indican que la depresión de consumo es 
considerada por N.R.C. más severa y la recuperación del máximo consumo más lenta, 
alrededor de los 5 a 6 meses de lactación. 
 
Bines. (1976), indica que el CMS deprimido en las primeras semanas posparto tiene su 
origen, en el tiempo empleado para que la grasa acumulada en el abdomen sea eliminada y el 
rumen pueda ocupar el máximo de espacio en la cavidad abdominal. Esto se demuestra por la 
menor restricción de consumo que presentan las vacas que inician la lactancia con una 
condición corporal inferior a las de las vacas gordas. Estas vacas presentan una fuerte 
depresión de consumo por razones físicas asociado a problemas metabólicos. (Lodge et al, 
1975). 
 
El aumento del consumo de concentrados en las dietas de vacas lecheras produce un 
aumento en el CMS y de energía en igual momento de la lactancia, evidenciando la 
participación de efectos físicos sobre el consumo. Por otra parte (Forbes, 1977), citado por 
Broster (1983), sugiere que el factor limitante del consumo en las primeras semanas de 
lactancia está relacionado con el tamaño del útero y su involución. El mismo autor sugirió que 
el aumento de los requerimientos de nutrientes desde los últimos meses de la preñez hasta el 
pico de lactancia provocan una hipertrofia de los tejidos de la pared del intestino y del hígado, 
y que al tener una tasa de crecimiento inferior o más lenta que el aumento de los 
requerimientos por producción, afecta la absorción y metabolismo de los nutrientes 
requeridos. 
 
Durante el período peripartal, llamado período de transición, las vacas presentan 
grandes cambios en el balance endocrino, que asociados a la pérdida de peso vivo y las altas y 
crecientes producciones de leche, producen alteraciones negativas en la capacidad de 
consumo de materia seca. 
 
La variación del CMS en función de la producción de leche suelen presentarconfusión 
en los numerosos reportes encontrados, ya que las calidades de las dietas y el nivel de 
suministro de concentrado son muy variables. A largo plazo es probable que el consumo se 
aproxime a los valores teóricos de requerimientos de energía para producción de leche, en el 
corto plazo, cuando el consumo se predice a partir de la producción de leche, las relaciones 
derivadas de ensayos parecen más apropiadas como predictores del CMS. 
 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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Journet et al(1965) proponen un incremento del CMS de 0,28 kgMS/kg de leche 
producida; Curran, Wimble y Holmes (1970) de 0,42 kg.MO/kg LCG en las primeras cuatro 
semanas y declinando a 0,16 en los meses restantes; Grieve et al (1976), Bines et al (1977) y 
Conrrad et al (1976) propusieron 0,14; 0,16 y 0,13 kg MS/kg.LCG. 
 
MAFF (1975) propuso un valor de 0,10 kgMS/kg LCG, Neal et al (1984) sugiere 
corregir el valor de a 0,20 kgMS/kg LCG cuando las vacas producen más de 18 kg de leche 
por día. AFRC (1993) aconseja para el cálculo de CMS la ecuación de Vladiveloo y Holmes 
(1979) donde el CMS se incrementa en 0,14 kgMS por kg de LCG, por último NRC (2001) 
basándose en reportes de Rayburn y Fox (1993) proponen un valor de 0,372 kg MS/kgLCG. 
 
En las vacas secas, no lactantes, comparado con las vacas en producción, el CMS varía 
considerablemente con la calidad de la dieta y es significativamente menor, variando desde un 
16% si la dieta es a base de heno, de hasta cerca de un 55% si se suministra silo y hasta un 
70% si consumen concentrados. 
 
Se ha comprobado que a medida que avanza la preñez se produce un descenso del 
CMS de las vacas lecheras especialmente en los últimos meses de gestación, Journet y 
Rémond (1976), Curran et al (1970) y Johnson et al (1966) reportan un descenso del CMS en 
0,2 kg MS/semana en los 2 últimos meses de gestación, Coppock et al (1972) encontró 
también que el consumo disminuye a medida que aumenta el consumo de concentrados del 25 
al 70%. La disminución varió desde 0,15 a 1kg MS/semana. Estos autores también 
comprobaron que el CMS en vacas secas variaba considerablemente de acuerdo a las dietas 
utilizadas en los ensayos. Esta disminución del consumo es atribuida a la reducción del 
espacio de la cavidad abdominal por aumento de tamaño del feto, deposición de grasa y al 
aumento del contenido de estrógenos en este período. 
 
Hayirli et al (1998) propone una curva exponencial para el comportamiento del 
consumo de materia seca en los últimos meses del período de gestación y determina que no se 
puede comprobar una relación entre la condición corporal y el CMS, pues aparecen otros 
factores como los genéticos, diferencias fisiológicas y bioquímicas entre animales que lo 
enmascaran. 
 
En las vacas secas el consumo de materia seca en el pre-parto está influenciado por la 
composición de la ración y el contenido de nutrientes, un aumento en la concentración 
energética y de la relación energía proteína pueden producir un aumento en la ingesta de 
materia seca. (Minor et al, 1998; Vandehaar et al, 1999). Desordenes metabólicos como la 
hipocalcemia en vacas pre-parto causan una depresión en el consumo. (Goff y Horst, 1997). 
 
 Los animales en crecimiento, terneros y vaquillonas, presentan un consumo de materia 
seca estrechamente ligado a su peso vivo, tasa de cambio de peso y composición de la dieta. 
N.R.C. (2001) recomienda una formula para el cálculo de CMS donde tiene en cuenta el 
PV
0,75
 , y el contenido de EN (energía neta) para mantenimiento de la dieta. 
 
Parecen ser coincidentes algunos informes que indican que el CMS en vacas en 
lactación sería independiente de la calidad de la dieta, influenciado por factores relacionados 
al animal y medio ambientales, en cambio en las vacas secas pre-parto y las vaquillonas en 
crecimiento, la composición de la dieta y el aporte de nutrientes tiene un fuerte impacto sobre 
el CMS. 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
2. FACTORES RELACIONADOS A LA DIETA. 
 
Cuando se ofrecen distintos tipos de alimentos ó forrajes a un animal, éste tiene un 
comportamiento diferente frente a cada uno de ellos y el CMS es variable; esto indica que la 
variación en el consumo de los alimentos en esta circunstancia, solo puede ser explicada por 
la distinta composición de los alimentos ofrecidos. 
 
Dentro de los factores relacionados a la dieta que afectan el consumo de materia seca 
se pueden mencionar lo siguientes: Contenido de agua, Digestibilidad, Contenido de energía, 
proteína y grasa, tipo y forma física del forraje, proporción de FDN y relación forraje 
concentrado. 
 
Contenido de materia seca. 
 
El agua constituye cerca de un 95% del jugo contenido en las vacúolas 
(compartimento intracelular que ocupa más de la mitad de la célula) y se encuentra en 
proporciones mínimas en la pared celular lignificada de las células de las plantas. Es por ello, 
que el agua constituye entre un 88 a 90% de las plántulas recién germinadas disminuyendo a 
medida que avanza la edad de la misma. El contenido de agua en la planta depende de 
factores externos tales como, temperatura, luminosidad, fertilización nitrogenada y agua en el 
suelo; por tanto los menores tenores de humedad en los forrajes se observan en verano y 
aumentan en otoño invierno. 
 
Se ha comprobado que el consumo de materia seca (CMS) se ve severamente afectado 
cuando la MS del forraje es inferior al 18-15%, además se demostró una relación lineal entre 
el contenido de humedad del forraje y el CMS para valores de 13 a 22% de MS (Verité y 
Journet, 1970), la depresión estimada por los autores es 0,34 kg de MS por cada unidad 
porcentual de menos de MS. Figura 
 
Gráfico 2: Relación entre el Contenido de materia seca del forraje y el CMS. 
 Verité y Journet (1970) 
 
Kemey y otros(1984), citado por Gagliostro (1999), comprobaron que se produce un 
aumento lineal de los gramos de MS consumidos por minuto en la medida que aumenta el 
contenido de MS del forraje, desde un mínimo del 12% hasta valores cercanos al 40%. Si el 
tiempo de pastoreo es limitado la tasa de consumo influye negativamente en el consumo total 
de materia seca. Cuando el contenido de agua del forraje supera el 50% se determinó una 
CMS (kg/d)
11.5
12
12.5
13
13.5
14
14 24
MS del forraje %
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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disminución del CMS en 0,02 % del peso vivo por cada 1% de incremento en el contenido de 
agua de la dieta, cuando se utilizan silaje (alimentos fermentados). 
 
 Black y otros (1987), citado por Gagliostro (1999), realizaron ensayos de aceptación 
de forrajes con diferente contenido de materia seca, se ofrecía a los animales un forraje, por 
ej. 36% de MS y se media el consumo y luego un forraje de 15 % de MS y se observaba que 
la preferencia de consumo era alta para el alimento con menor humedad, solo se produjo 
selección, disminución de preferencia del forraje original, cuando se ofrecía el forraje con 
mayor contenido de materia seca. Lahr et al, (1983) comprueban que cuando las vacas son 
alimentadas con dietas de idéntica composición excepto por el agregado de agua, 78, 64, 52 y 
40% de MS en la dieta, el CMS de las vacas aumentaba linealmente en la medida que se 
incrementaba el contenido de MS de la dieta. 
 
El consumo de materia seca de silaje de maíz aumenta hasta valores de 35%de MS y 
en silaje de pasturas el consumo aumenta hasta valores del 50% de MS del ensilado. (Van 
Vuuren y otros, 1995, citado por Gagliostro, 1999). Sin embargo en un ensayo con granos 
humedecidos con agua el CMS no se modificó cuando el grano fue remojado, modificando el 
% de MS en 35, 45 o 60%. (Robinson et al, 1990). 
 
En pastoreo directo, el CMS también está ligado al contenido de humedad de la planta, 
el exceso de agua puede reducir el consumo por efecto de llenado del rumen (INRA, 1978), 
sin embargo la mayoría de los ensayos se refieren a vacas alimentadas en estabulación y el 
mayor efecto medido está relacionado a la humedad del silaje utilizado. 
 
De acuerdo a lo analizado, el % de MS de la dieta afecta el consumo de materia seca 
de las vacas lecheras, principalmente el grado de humedad de los forrajes conservados como 
silaje. El consumo de MS de grano no se vería afectado en pastoreo directo, dentro de ciertos 
rangos de humedad de la dieta. 
 
Digestibilidad de la dieta. 
 
Existe una relación positiva entre el CMS y la digestibilidad de los alimentos 
consumidos por los rumiantes. ARC (1980) y AFRC (1993), establecen una relación lineal 
entre el CMS y la digestibilidad de la dieta y proponen el concepto de Ingestibilidad de un 
alimento, definido como: la capacidad que tiene un alimento de ser ingerido por un animal, 
esto solo puede ser explicado por las características que tiene un alimento. Cuando el CMS 
está controlado por regulación física, alimentos de baja digestibilidad, el efecto de llenado del 
rumen y la velocidad de pasaje controlan el consumo. El material indigestible del alimento 
permanece mayor cantidad de tiempo en el rumen, mayor lastre ruminal, menor tasa de 
desocupación y por lo tanto menor consumo. A medida que aumenta la digestibilidad de la 
dieta en forrajes de digestibilidad menor a 70% el consumo aumenta por la menor cantidad de 
material indigestible y menor tiempo de retención en el rumen del alimento. 
 
Cuando las dietas poseen una digestibilidad superior al 65-70% la regulación del CMS 
está en función de los requerimientos de energía del animal, el consumo está regulado por 
mecanismos fisiológicos. Bajo estas condiciones el CMS aumenta linealmente con la 
concentración de energía de la dieta (digestibilidad), hasta un punto donde el consumo de 
energía se hace constante y el CMS comienza a decrecer. El punto en el cual se produce la 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
inflexión del CMS queda determinado por la producción de leche. (Conrad et al, 1964; Bines, 
1976). 
 
Gran parte de los trabajos publicados en relación a este tema, plantearon experimentos 
donde la digestibilidad y la concentración energética de la dieta eran modificadas con el 
agregado de diferentes cantidades de concentrado. En dietas basadas en pastoreo de alfalfa, 
(Weiss y Shockey, 1991) comprobaron que las vacas que consumieron dietas con 20% de 
concentrado produjeron menos leche que las vacas con dietas compuestas con 40 ó 60% de 
concentrado. 
 
El CMS aumenta linealmente con el incremento de concentrado de la dieta, 
independientemente del tipo de forraje. Por otra parte, la digestibilidad de la dieta, también 
aumenta linealmente con el agregado de concentrado en la dieta, porque disminuye 
porcentualmente la cantidad de material indigestible de la ración. La mayor tasa de pasaje, 
digestibilidad y características de las dietas con alto concentrado son probablemente la causa 
del mayor CMS. 
 
La digestibilidad de la fibra del forraje y el efecto limitante de la concentración de 
propianato sobre el CMS, fue propuesto por (Allen. 2000) en lugar de la relación forraje 
concentrado. Danelón y otros. (1988); Gallardo. (1988); Comerón. (1991), comprueban que 
en pastoreo de alfalfa el agregado de concentrado en la dieta de vacas lecheras incrementó el 
CMS y la producción de leche. Petit y Veira.(1991) alimentaron vacas lecheras en la lactancia 
temprana, con dietas de silaje de alfalfa y concentrado en dos proporciones: 63:37 y 54:46 de 
F:C (forraje : concentrado); las vacas que consumieron la dieta con mayor proporción de 
concentrado ganaron peso, en cambio las vacas que recibieron una dieta con mayor 
proporción de silaje de alfalfa perdieron peso. Cuando la proporción de concentrado es mayor 
del 50% el consumo de energía parece ser constante y esto es debido a la disminución del 
CMS. 
 
Ya en 1977, Brown et al. (1977), describieron la composición de la ración en términos 
del contenido de fibra cruda y su relación con la digestibilidad y el consumo. Considerando la 
partición de contenidos celulares y pared celular propuesto por (Van Soest, 1982), se destacan 
la alta digestibilidad de los contenidos celulares y la variabilidad que presentan los 
componentes de la pared celular, asociada a la presencia de lignina, fracción indigestible. 
 
En los forrajes la proporción de pared celular, asociada al estado fenológico de la 
planta, afecta el CMS, como ya se mencionó, mientras que, el contenido de lignina afecta la 
digestibilidad. 
 
El contenido celular, tiene una digestibilidad virtualmente completa, proporcionando 
azucares, almidón, proteínas, etc.; los azucares solubles, rápidamente degradables en el 
rumen, son un importante aporte de energía y contribuyen a balancear a la proteína degradable 
en el rumen, logrando una alta eficiencia de la flora ruminal en producción de ácidos grasos 
volátiles y proteína microbiana. 
 
Parece más convincente, relacionar los componentes nutritivos de una dieta y el 
equilibrio de nutrientes con un adecuado funcionamiento del rumen y el máximo CMS en 
rumiantes. 
 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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Dietas con alto contenido de energía no es evidencia de un balance entre 
requerimientos y nutrientes consumidos, ya que estas dietas pueden producir acidosis, con 
pérdida de apetito, con una disminución del pH ruminal por déficit de fibra, esto sucede 
frecuentemente en dietas con una alta proporción de hidratos de carbonos solubles y bajo 
contenido de FDN. Si estas dietas de alta energía son deficientes en proteína, también se 
afecta la actividad microbiana del rumen por déficit de N y consecuentemente, el CMS. 
 
Forrajes con bajo contenido de proteína son consumidos con dificultad por los 
rumiantes y son lentamente digeridos en el rumen. Un bajo contenido de proteína en dietas de 
mezclas de forrajes y concentrado también afectan negativamente el CMS. (Campling, Freer y 
Balch, 1962). 
 
Cuando las pasturas tienen un contenido inferior a 12 – 14% de proteína, suelen 
aparecer limitaciones de N a nivel ruminal, afectando la actividad bacteriana en el rumen, la 
digestibilidad de la dieta y el CMS. (Elizalde. 1990). 
 
Las dietas para vacas lecheras deben aportar una proporción de N fácilmente 
degradable, para cubrir las necesidades de los microorganismos del rumen y una adecuada 
cantidad de aminoácidos para cubrir las necesidades de la vaca. Si estos requerimientos son 
satisfechos, es improbable que el consumo se vea deprimido por el contenido de proteína de la 
dieta. 
 
Por otra parte, las dietas con alto contenido de proteína e hipo-energéticas producen un 
exceso de N amoniacal en el rumen que por intoxicación (alcalosis ruminal) deprime el CMS. 
(Rearte. 1992). 
 
 
Contenido de Grasa de la dieta. 
 
El contenido de grasa (ácidos grasos) de la dieta también afecta el consumo. 
Asumiendo que los rumiantes consumen energía en función de sus requerimientos (Baile and 
Forbes, 1974; Mertens, 1987; N.R.C., 1989), cuando se reemplazan hidratos de carbono por 
grasa como fuente deenergía, el consumo de materia seca es menor (Gagliostro and Chillard, 
1992). La grasa de la dieta afecta negativamente la fermentación y la digestibilidad de la fibra 
y su tasa de pasaje. (Palmquist and Jenkins, 1980). 
 
La respuesta a la adición de grasas a la dieta de vacas lecheras depende del contenido 
de grasa de la dieta base y de la fuente de la grasa adicionada.(Allen, 2000). Para dietas que 
contienen un 5 a un 6% de grasa total, el agregado de semillas de oleaginosas y grasas 
hidrogenadas produce un efecto de expresión cuadrática donde el mínimo CMS se produce 
con un 3 y 2,3 % de adición de grasa respectivamente. Smith et al, (1993), informa que el 
agregado de grasas ruminalmente activas (no pasantes) tienen un efecto negativo mayor sobre 
el CMS, la fermentación ruminal y la digestibilidad de la fibra, cuando las dietas son altas en 
silaje de maíz y menor efecto cuando la dieta tiene una alta proporción de heno de alfalfa. 
 
Algunos trabajos informan un incremento en el CMS de dietas con agregado de grasa; 
una explicación es que este incremento puede ser debido al menor incremento calórico 
generado durante períodos de estrés calórico.(Pantoja et al. 1996; Skaar et al, 1989). 
 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
3. FACTORES AMBIENTALES. 
 
La duración del foto período afecta positivamente el CMS. Peters et al (1981), 
realizaron una experiencia donde se comprobó que las vacas expuestas a luz artificial 
consumieron 1 kgMS/día más que las vacas no expuestas, que recibieron unas 5 a 7 hs. menos 
de luz. 
 
El rango de neutralidad térmica de los bovinos lecheros es de 5 a 20 C aunque 
varía entre animales. Condiciones por debajo o por encima de las temperaturas de neutralidad 
afectan el CMS y el metabolismo de los animales afectados. Young (1983) menciona que los 
bovinos sometidos a períodos prolongados de estrés por frío, se adaptan incrementando los 
mecanismos de regulación térmica, intensificando el metabolismo basal y aumentando el 
CMS. La rumia, tasa de pasaje y la movilidad del retículo-rúmen también se ve incrementada. 
Sin embargo, bajo condiciones de frío extremo, no se produce un incremento en el consumo, 
ni en la tasa metabólica y los animales se encuentran en un balance energético negativo y la 
energía es trasladada de propósitos productivos a la generación de calor corporal. 
 
Cuando la temperatura ambiente supera los valores de 24C. la producción de leche 
decrece por disminución del CMS. Holter et al (1997) observaron que las vacas multíparas 
deprimieron más su consumo (22%) que las vaquillonas primíparas (9%). Una disminución 
del CMS del 55% y un incremento del 7 al 25% de los requerimientos de mantenimiento de 
vacas lecheras sujetas a estrés por altas temperaturas son informados por (NRC, 1981). El 
consumo de agua se incrementa cuando la temperatura aumenta hasta los 35 C, a partir de los 
35 C por cada aumento de la temperatura ambiente decrece el consumo de agua por 
inactividad del animal y menor CMS. Coppock, (1978). Comprobó efectos similares al estrés 
por calor con temperaturas menores a 24 C con alta humedad. En realidad, no es la 
temperatura ambiente el factor desencadenante del estrés calórico sino una combinación entre 
la temperatura y humedad ambiente. En la actualidad se utiliza el Indice de Temperatura y 
Humedad (ITH) para medir el estrés por temperatura. Los valores de ITHs que determinan la 
neutralidad térmica son de 56 a 62. (Valtorta, 1990). 
 
4. ASPECTOS RELACIONADOS AL MANEJO DE LA ALIMENTACIÓN. 
 
La forma de suministro de los alimentos también afecta el CMS. Maltz et al (1992), 
comprobaron que vacas alimentadas con raciones totalmente mezcladas consumieron más 
kgMS/día, que vacas con igual nivel de producción pero que recibieron una alimentación no 
mezclada. La diferencia, parece relacionarse a efectos tales como: mejor fermentación 
ruminal y más alto aprovechamiento de los nutrientes. 
 
La forma física del alimento también afecta el CMS, (Campling y Milne, 1972) 
comprobaron que el molido de forrajes groseros (paja) mejoró el consumo, el molido tendría 
un efecto directo con el consumo y se relaciona inversamente a la calidad de la ración. El 
efecto del molido sobre el consumo de concentrados no está claramente demostrado, en teoría 
el molido aumentaría la fermentación ruminal lo que tendería a disminuir el consumo. Si se 
restringe el tiempo de consumo de granos, por ej: suministro durante el ordeño, el molido 
aumenta considerablemente el consumo de los mismos, por aumento en la velocidad de 
ingestión. (Clough, 1972; Seinddenglanz et al, 1974). 
 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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El tiempo de acceso al alimento, en los sistemas estabulados, también afecta el 
consumo, aumentando el tiempo de acceso de 5 a 24 hs por día el consumo de heno en vacas 
lecheras aumentó un 20% (Freer y Campling, 1963, citado por Broster, 1983). Otros reportes 
(Bines y Davey, 1970) muestran incrementos del 80% de consumo de concentrados. Parece 
cierto que el incremento del tiempo de acceso al alimento aumenta el CMS desde un 20 a 80% 
dependiendo del tipo de alimento ofrecido. 
 
El tiempo de acceso a la alimentación está muy relacionado con la frecuencia de 
comidas diarias, si aumenta el tiempo aumentará la frecuencia. Kaufmann (1976) sugiere que 
incrementando el número de comidas diarias, no solo se incrementa el CMS, sino también 
ayuda a mantener una tasa de fermentación ruminal uniforme. En un experimento comprobó 
que vacas alimentadas con heno y concentrado en forma alternada, cuando se aumento a 14 
veces por día el suministro de alimentos, el pH del rumen varió solo de 6,2 a 6,4, mientras que 
el pH del rumen de las vacas alimentadas con dos comidas por día varió entre 5,8 y 6,7. Se 
piensa que esta variación en el medio ambiente del rumen es la responsable de la caída del 
CMS, cuando el tiempo de acceso y frecuencia de alimentación son reducidos. (Bines y 
Davey,1978). 
 
Macleod et al, (1994) comprobó que el CMS, fermentación ruminal, producción de 
leche y su composición fueron afectados cuando se paso de dos a seis comidas por día. Los 
patrones de variación diurna de los metabolitos del rumen parecen afectar negativamente 
sobre el crecimiento bacteriano y la fermentación, más fuertemente que el efecto positivo que 
pudiera observarse por el aumento del número de comidas diarias. 
 
Una ventaja adicional de la alimentación frecuente, especialmente en dietas con alta 
proporción de concentrado, es que mantienen un ambiente ruminal más estable ó uniforme 
proporcionando una mayor concentración de acético-propiónico (Kaufmann, 1976), lo cual 
conduce a un incremento en el porcentaje de grasa en la leche. Esta situación se ve más 
favorecida en dietas con alto concentrado. 
 
En relación al tema de mantener la fermentación ruminal uniforme, la secuencia de 
alimentación parece tener un efecto gravitante. Sniffen and Robinson (1984) plantean la 
hipótesis, sobre la conveniencia de suministrar forrajes fibrosos previamente al suministro de 
concentrados. El suministro de alimentos con alta proporción de hidratos de carbonos solubles 
a vacas con ayunos de hasta 6 hs., tienden a producir acidósis ruminal, deprimen el consumo y 
afectan la digestibilidad de la fibra. El suministro de forrajes fibrosos, como primer alimento 
en la mañana, previo a la alimentación con concentrados puede favorecer la formación de un 
tejido ó trama de fibra en el rumen que promueve la capacidad buffer e incrementa la 
salivación. 
 
Cuando el largo de la fibra del forraje es de mediano a largo se aumenta la salivacióny 
el tiempo de retención del alimento en el rumen, pudiendo afectar el consumo. Dos estudios 
realizados por (Macleod et al, 1994 y Nocek, 1992) donde las vacas fueron alimentadas con 
pasturas de leguminosas antes del suministro de concentrados, no evidenciaron efectos sobre 
las características de la fermentación ruminal, pH del rumen y producción de leche. En ambos 
estudios el suministro de pasturas leguminosas después del concentrado resulto en un 
incremento del CMS comparado al caso que se suministro la pastura antes del concentrado. 
 
A modo de resumen en el Cuadro Nº 1, se presentan algunos factores que modifican el CMS 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
Cuadro Nº 1: Factores relacionados a la alimentación y efecto sobre el consumo. 
FACTOR EFECTO COMENTARIOS 
Dieta total mezclada. Aumenta el CMS. Depende de la calidad de la dieta 
original. 
Comederos fuera del tambo. Aumenta el CMS. Depende de la calidad de la dieta 
original. 
Forrajes mezclados. Aumenta el CMS. Depende del ―ajuste‖ de la mezcla de 
forrajes. 
Vaquillonas agrupadas con 
vacas. 
Disminuye el CMS. Las vaquillonas consumen menos MS 
por competencia. 
Silaje. Auto-alimentación. Disminuye el CMS. Depende del ancho de la cara del silo. 
Boyero eléctrico en la cara del 
silo. 
Disminuye el CMS. Menor CMS en animales más chicos o 
de cuello corto. 
Silaje mal conservado. Disminuye el CMS. Depende de la proporción del silaje en 
la dieta. 
(Chamberlain & Wilkinson, 1995. Citado por Melo, O., 1999). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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CONSUMO EN PASTOREO 
 
La mayoría de la información publicada sobre CMS de bovinos lecheros corresponde a 
ensayos con animales estabulados, ya que es más fácil y exacto realizar las mediciones en 
comparación con los animales en pastoreo y el alto grado de complejidad de la relación 
planta-animal. 
 
El consumo de materia seca es la variable que explica la producción individual de los 
animales en pastoreo y su relación con la oferta forrajera es similar a la producción individual, 
siendo ambas esencialmente asintóticas. (Hodgson, 1975). 
 
El comportamiento ingestivo de los animales en pastoreo está influenciado por la 
cantidad y calidad del forraje disponible, el tiempo dedicado al pastoreo (TP; hs/día), la 
frecuencia de bocado (FB; nº bocados/min) y el tamaño de bocado (TB; gMS/bocado). El 
CMS en pastoreo fue definido por Hancock, (1952) como el producto de estas tres variables. 
 
CMS = TP x FB x TB= 
 
Diversos reportes nacionales e internacionales describen las variables que afectan el 
consumo en pastoreo, la mayoría ya fueron descriptas como la digestibilidad de la pastura, 
contenido de MS, características propias del animal, etc. Comerón, (1991), describe además 
otros factores que afectan el CMS de vacas en pastoreo, la especie y familia vegetal, estación 
del año, selección efectuada por los animales, biomasa (distribución espacial, altura y 
densidad de plantas) y sistema de pastoreo. Sin embargo parece ser el TB (gMS/bocado) la 
variable que explica el mayor porcentaje de variación en el CMS diario en pastoreo (Chacon y 
Stobbs, 1976; Hodgson, 1981) citados por Allen y otros (1996). 
 
El tamaño de bocado depende del área de bocado: superficie horizontal que abarca el 
bocado y la Profundidad de bocado: la altura que abarca el corte, diferencia entre la altura 
previa al bocado y la altura remanente de la planta. El peso del bocado será entonces el 
volumen por la densidad del forraje cosechado. 
 
El área de bocado queda definida por el tamaño de la boca del animal que depende del 
tamaño y tipo de animal. El área de bocado está afectada positivamente por la altura de la 
pastura y negativamente por densidad y dureza de los tallos. Cuando las plantas son muy 
cortas (baja altura), los tallos escapan a la aprehensión y las hojas tienden a resbalar de la 
lengua cuando el animal intenta cortar el bocado. (Laca y otros, 1991). Le Du (1980) en un 
ensayo muestra el efecto de la altura de la pastura sobre el CMS y TB, comprobando que el 
mismo aumentó linealmente cuando la altura de la pastura variaba de 5cm a más de 8cm. 
Según Burlison y Hodgson (1985), la altura del pasto, en pasturas templadas, es el único 
factor que presenta una relación lineal y positiva con el consumo. 
 
Por otra parte, la profundidad de bocado está relacionada con la altura de la pastura y 
no, por el tamaño de la boca. En pasturas tropicales a diferencia de las templadas la densidad 
de la pastura tiene un efecto mayor que la altura sobre el CMS. (Allden y Whittaker, 1970; 
Arnold y Dudzinski, 1967; Stobbs, 1973). 
 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
La FB tiende a aumentar cuando la altura de la pastura disminuye o la masa de pasto 
se incrementa, tratando de compensar el menor TB. Esta compensación no es total ya que la 
FB máxima es de 60 bocados/min. (Stobbs,1973). Sobre pasturas de baja altura Hodsong, 
(1982) comprueba que el aumento de la FB no compensa el menor TB y por lo tanto los 
bovinos disminuyeron el CMS por unidad de tiempo. Si los animales pueden aumentar el TP 
no se vería afectado el CMS total, de no ser así, el CMS será menor. Comerón (1991) observa 
en un ensayo con una pastura de ray-grass de 7000 kgMO/ha, de bajas características 
nutritivas, mucho pasto volcado y vainas altas de difícil accesibilidad, que los animales 
incrementaron el TP en 60 minutos, con respecto a estados vegetativos más tempranos y 
disminuyeron la velocidad de ingestión en un 29%. 
 
La velocidad en que un animal cosecha el forraje es función de su capacidad de 
consumo, ligada a su aparato recolector y a la cantidad de alimento. La cantidad de alimento 
definida como fitomasa por unidad superficie (kgMS/ha) es la variable independiente y la 
capacidad de consumo la dependiente. 
 
Una abundante bibliografía relaciona el CMS en pastoreo con la cantidad de pasto 
ofrecido, este concepto fue introducido por Greenhalgh et al, (1966), el cual lo expresaba 
como kgs de pasto/animal/día. Hodgson (1975) lo refiere al animal y lo expresa como 
(gMS/kgPV). 
 
La cosecha de pasto se efectuará de manera más o menos dificultosa según la cantidad 
de alimento puesto a disposición de los animales y la distribución espacial de la pastura. 
(Romero, E y otros, 1995). 
 
La cantidad de pasto ofrecido sobre el consumo muestra un comportamiento 
curvilíneo. Holmes et al, (1966); Holmes y Curran, (1967); Greenhalgh et al, (1967); LeDU et 
al, (1979); Comerón, (1991) observaron este comportamiento. Comerón, (1991) encontró que 
el consumo se incrementa en forma importante cuando se aumenta la oferta, entre 19 y 29 
kgMO ofrecida por vaca y por día, con una relación de 0,23kg/kgMO ofrecida, mientras que 
por encima de 23 kgMO ofrecida el incremento fue insignificante (0,04kgMO/kgMO 
ofrecida). 
 
Gráfico 2: Relación entre CMS y asignación de pasto(AP) en vacas lecheras. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Asignacion de pasto (gMS/kgPV). 
 
De los trabajos realizados en el país sobre utilización de pasturas de alfalfa con vacas 
lecheras, se considera como regla general que el máximo consumo se lograría a asignaciones 
de pasto de 55 gMS/kgPV o entre 30 – 32 kgMS/vaca. Comerón y otros, (1995), citado por 
Romero, (1995), consideran que con el objeto de abarcar el factor ―capacidad de ingestión‖, 
dicho valor de AP sería de 1,75 veces el consumo máximo esperado (kgMS/v/día). 
Consumo 
kgMS/d. 
Carlos Rafael Pendini.Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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Si bien no se discute la relación asintótica entre el CMS y la AP, Comerón, (1995), 
citado por Romero,(1995) sostiene que: puede haber diferencias en valores absolutos y que las 
mismas está asociadas a efectos combinados de varios factores como los relacionados al 
animal (PV y potencial de producción) y a la calidad del pasto, composición botánica de la 
pastura, ambiente, estructura de la pastura, etc. En ensayos realizados el autor comprobó que 
las vacas de menor producción mostraban un incremento lineal del consumo hasta valores de 
25kgMS/v/d superior a las de mayor potencial genético, esta aparente incongruencia es 
explicada por un lado como, es posible que las vacas de mayor producción tengan una mayor 
velocidad de ingestión y/o dominancia sobre las otras para cubrir sus requerimientos. Es decir, 
que el concepto de AP asignado para todo un lote de animales no significa que cada individuo 
se comporte de la misma manera en el pastoreo. 
 
Combellas y Hodgson (1979) definieron la eficiencia de pastoreo como la relación 
entre el consumo obtenido y la cantidad de pasto ofrecido (kgMS consumo/kgMS ofrecido), y 
estiman que el consumo sería máximo cuando la eficiencia de pastoreo alcanza un 50%, esto 
implica perder un gran volumen de pasto, afectando la productividad por hectárea. Si se 
pretende aumentar la eficiencia de cosecha, se afectará el consumo animal. (Gráfico Nº 3). 
 
 Comerón y Romero, citado por Comerón y otros, (1995), proponen que a valores de 
AP de 1,5 de la capacidad máxima de CMS (equivalente a 20-22kgMS/v/d o 4% del PV) la 
eficiencia de cosecha puede superar el 70%. Además comprobaron, que para valores de AP 
entre 10,6 y 21,7 kgMS/v/d la eficiencia de cosecha (EC) disminuye 1,7 puntos por cada 
kgMS adicional. Sin embargo, mencionado por los mismos autores el nivel de AP solo 
explicó el 38% de la variación de la eficiencia de cosecha. La predicción mejoró cuando se 
incorporaron algunas variables relacionadas al animal. 
 
 
Gráfico 3: Relación entre la AP(gMS/kgPV/d) y el CMS (gMS/kgPV/d). 
 (Fuente: Castro y otros, 1993) 
 
 
De acuerdo a los datos reportados por (Castro y otros, 1993), sobre pastoreo de alfalfa, 
las vacas en producción incrementaron su consumo hasta valores de 75gMS/kgPV y como se 
observa en el gráfico 3, los altos niveles de consumo se logran con bajas eficiencias de 
cosecha. En los sistemas pastoriles se hace necesario encontrar un punto de equilibrio entre 
15
20
25
30
35
40
25 50 75 100
A P
C
o
n
s
u
m
o
30
40
50
60
70
80
E
fi
c
ie
n
c
ia
 d
e
 c
o
s
e
c
h
a
Consumo
Eficiencia de
cosecha
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
estas dos variables (CMS y EC). La zona de intersección de las dos curvas de consumo y 
eficiencia de cosecha Mott, (1969) denominó zona de cargas optimas. 
 
El proceso de pastoreo consiste en la búsqueda de un sitio de alimentación 
(relevamiento, reconocimiento, decisión de comer) donde una vez encontrado el animal toma 
uno o más bocados. El sitio de alimentación es el lugar donde el animal se alimenta sin mover 
sus pezuñas tomando el alimento con movimientos de su cabeza. El tiempo de manipulación 
de un bocado depende de: el tiempo de aprehensión (reunir el forraje en la boca y arrancarlo), 
y del tiempo de masticación (masticar y tragar) y esto depende de las características del 
bocado (relación hoja/tallo, dureza del material, accesibilidad, relación material vivo/material 
muerto). (Laca y otros, 1994; Pond y otros, 1987, citados por Galli, J y otros, 1998). La FB es 
normalmente de 20 a 40 bocados/min y con un máximo de 60 boc/min. La FB tiende a 
disminuir cuando el TB (gMS/bocado) aumenta, por lo tanto la FB es una respuesta directa a 
variaciones en la pastura, más que un intento del animal por compensar las variaciones en el 
peso del bocado. La selectividad también afecta la FB, cuando el animal pastorea ocupa un 
tiempo en la búsqueda, de selección de sitios de alimentación y selecciona el material dentro 
del sitio, éste tiempo cuando la selección es alta afecta la FB y adquiere importancia cuando 
los animales pastorean en pasturas de baja cobertura y con alta selectividad. 
 
La tercera variable que afecta al consumo en pastoreo el TP (tiempo de pastoreo) 
registra un valor de 4 a 14 hs diarias siendo de 6 a 11 horas el valor más frecuente (Arnold y 
Dudzinsky, 1978). En general como ya se mencionó el TP tiende a aumentar para compensar 
la disminución de las otras variables, aún no está claro cuales son los mecanismos que 
determinan su duración y la relación con otras actividades como la rumia, el descanso y la 
actividad social.(Galli y otros, 1998). 
 
A modo de ejemplo: una vaca lechera en pastoreo que consume 20 kgMS/día con un 
tiempo de pastoreo de 6 hs/día y una frecuencia de bocado de 20boc/min, para alcanzar el 
CMS planteado debería tener un TB= 2,7gMS/bocado. Si la altura de la pastura disminuye o 
la disponibilidad es menor, para mantener el nivel de consumo deberá aumentar la FB o el 
tiempo de pastoreo, bajo algunas condiciones el tiempo de pastoreo en vacas lecheras está 
limitado por el manejo y solo podrá aumentar la FB, si las características no nutritivas de la 
pastura son condicionantes se verá afectado el CMS total. 
 
Con respecto al sistema de pastoreo y el comportamiento de las tres variables TP, FB y 
TB, ha sido descripto por Chacon y Stobbs (1976) y Hendrickesen y Minson (1980). En 
pastoreos rotativos de más de 1 día el TB disminuye regularmente durante el período de 
pastoreo. En los primeros días esta disminución es compensada por un aumento en el TP y la 
FB, luego ambos se deprimen y cae el consumo. En pastoreo continuo las variaciones 
simultaneas del TP, FB y TB en función de la altura de la pastura ha sido descripto por 
Penning (1995), a medida que la altura de la cubierta vegetal aumenta disminuye la FB y 
aumenta el TB en forma lineal. La respuesta del TP es curvilinea (disminuye con la altura del 
pasto) y el consumo aumenta hasta una altura de 7 u 8 cm, para luego mantenerse constante. 
 
En pastoreo rotativos de más de cinco días Comerón (1991) comprobó que el tiempo 
de pastoreo sufrió un incremento del 17% desde el primero al último día de pastoreo, como 
consecuencia de la mayor dificultad para la cosecha del pasto por la contaminación por heces, 
orina y el pisoteo. 
 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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En vacas lecheras el TP aumenta en un 11% con respecto al pastoreo rotativo. 
(Arriaga-Jordan y Holmes, 1986). Los autores explican este aumento en razón de la dificultad 
del animal en la aprehensión del pasto más corto que se presenta en el sistema continuo, lo 
cual se refleja en una disminución del TB (- 11%) y en un aumento de la FB (+ 24%). 
 
 
 
PREDICCION DEL CONSUMO DE MATERIA SECA. 
 
La predicción del CMS a sido objeto de numerosos trabajos de investigación y se han 
publicado diversas ecuaciones. En el Informe del TCORN (AFRC 1980) se revisaron muchos 
de ellos y se recomienda el uso de una ecuación desarrollada por Vladiveloo y Holmes (1979) 
para dietas en que los forrajes y los concentrados se administran conjuntamente, raciones total 
mezcladas. 
 
CMS (kgMS/d)= 0,076 + 0,404C + 0,013W – 0,129n + 4,12log10 (n) + 0,14Y= 
C: kgMS de concentrados; n: semana de lactación; W: peso vivo e Y: producción de leche 
(kg/d). 
 
El Agricultural ResearchCouncil (1980) recomendaba el uso de la siguiente ecuación: 
 
CMS = 0,135 PV
0,75
 + 0,2 PLG4. 
PV:peso vivo; PLG4: producción de leche corregida al 4% de Grasa Butirosa. 
 
Fox et al, (1992), reporta una ecuación desarrollada por Milligan et al, (1981) para ser usada 
con el sistema de energía y proteína neta: 
 
CMS= [0,0185PV(kg) + 0,305(PLG4(kg)] * x (TEMP) x (Barro)= 
 
TEMP: para rangos de temperatura mayores a 35C se afecta por 0,65x cada grado que supera 
los 35C; y para temperaturas inferiores a -15C . Cuando el barro es de 10 a 20 cm se utiliza 
el factor ―0,85‖ y cuando la profundidad del barro es de 30 a 60 cm ―0,70‖. 
 
Mertens(1985, 1987) desarrolló una ecuación considerando que el %FDN es el 
principal componente de la dieta que influye sobre la regulación física del consumo: 
 
CMS= 0,011PV (kg) / (%FDN sobre MS de la dieta)= 
 
Kerz et al (1991) presenta una ecuación en la cual incorpora los factores: semanas 
posparto, peso vivo, leche corregida al 4% de GB y un factor de corrección para la primera 
lactancia: 
 
CMS= a + b(PLG49)(kg) + c(PV)(kg)= 
 
Los valores de a, b y c se presentan en la tabla 3. 
 
El factor de corrección para la primera lactancia es de ―-1,3‖ para toda la lactancia. 
 
 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tabla 3: Valores de los coeficientes a, b y c de la Ecuación de Kerz et al (1991). 
 
Semana posparto a B c 
1 13,08 0,1468 -0,003912 
2 12,04 0,1951 -0,001136 
3 10,89 0,2061 0,002867 
4 10,19 0,2365 0,004073 
5 9,32 0,3031 0,034780 
6 a 8 9,09 0,3090 0,051150 
9 a 13 7,43 0,3008 0,010060 
14 ó más 6,65 0,3428 0,010553 
 
El autor considera que esta ecuación tiene un mejor valor predictivo del consumo ya 
que al incorporar el efecto de la semana posparto se ajusta por depresión del consumo en las 
primeras semanas posparto. 
 
El National Research Council a propuesto en los últimos años varias ecuaciones para 
estimar el CMS basadas en diferentes factores; en 1971 NRC propone que el CMS durante las 
primeras 6 a 8 semanas debe ser ―ad libitum‖ y luego de acuerdo a requerimientos. En 1978 
desarrolla una tabla de interpolación y considera como factores para estimar el consumo el PV 
y la PLG4. En 1989 estima el CMS basado en los requerimientos de energía neta y presenta la 
siguiente ecuación: 
 
CMS= Requerimiento de EN / Concentración de EN de la dieta (Mcal/kgMS)= 
 
También NRC consideró la ecuación desarrollada por Conrad (1966) en donde 
involucra la digestibilidad de la dieta para el cálculo de consumo: 
 
CMS= 5,4PV / 500 x %MS indigestible = 
 
En el informe del NRC (2002) basado en ecuaciones desarrolladas por Roseler et al, 
(1997); Holter and Hurban (1992); Rayburn and Fox (1993) proponen la siguiente ecuación 
para estimar el CMS, considerando el PV, producción de leche y semana de lactación: 
 
CMS= (0,372 PLCG4% + 0,0968PV
0,75
) x (1-e
(-0,192 x (sem. lact + 3,67))
)= 
 
Como se ha podido observar en realidad no existe un método universal para predecir el 
CMS de bovinos lecheros y los reportes presentan variados factores que influyen sobre el 
consumo, se podría decir que todas las ecuaciones presentadas son excelentes predictoras del 
consumo y algunos modelos más complejos que incluyen una mayor cantidad de variables 
como temperatura y humedad ambiental, composición de la dieta, número de lactancia, etc. 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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Aveces se hace difícil su aplicación ya que en general se carece de información cierta sobre 
las variables involucradas. 
 
Con fines prácticos y para la estimación del CMS en nuestros sistemas pastoriles 
parece acertado utilizar las formulas de consumo en las que se relacionan las condiciones del 
animal y algunas características de los alimentos 
 
Para vacas lecheras en producción (Maff, 1975) propone la ecuación: 
 
CMS= 0,025PVajust. + 0,1 PLCG4= 
 
Neal et al (1984) sugiere una modificación a la formula anterior para vacas que 
producen más de 18 kg de leche corregida 4% y presenta la siguiente ecuación: 
 
CMS= 0,022PVajust. + 0,2PLCG4= 
 
En el caso de las vacas en producción no se incluyen como factores de corrección del 
consumo las características del alimento, por considerar que las dietas utilizadas para esta 
categoría de animales presentan una pequeña variación en su composición, principalmente en 
concentración energética, que no afectarían sustancialmente la estimación del consumo al no 
incluirla. 
 
Retomando los conceptos de Capacidad de Ingestión (CI) en el cual el CMS se 
relacionaba al tamaño metabólico del animal y la Ingestibilidad del alimento (Ing.) 
relacionada a la calidad del mismo afectando ó condicionando el CMS por unidad de tamaño 
metabólico como ya fue discutido. 
 
Teniendo en cuenta estos aspectos AFRC (1980) y posteriormente en (1993) proponen 
para el cálculo de Ing. las siguientes ecuaciones: 
 
Para forrajes groseros (dietas con valores de digestibilidad (Dig.) menores al 70% 
 
Ing. (gMS/kgPVaj
0,75
)= 2,10DigMS – 37= 
 
Para aquellas dietas de digestibilidad mayor al 70%, donde la regulación del consumo 
es fisiológico se propone utilizar: 
 
Ing. (gMS/kgPV
0,75
)= 116,8 – 0,3821DMS= 
 
Para animales que no están en lactación se propone la siguiente ecuación: 
 
CMS (kgMS/d)= Ing. x CI= gMS/kgPV
0,75
 x (PVajus)
 0,75
= 
 
El CMS de las vacas lecheras y aún más de las vacas en pastoreo directo es un 
parámetro que presenta dificultades para su estimación, además de los factores relacionados al 
animal y de la calidad del alimento intervienen en la dinámica del pastoreo otros factores 
como la competencia social, la accesibilidad, la presión de pastoreo que influye sobre la 
selectividad, la biomasa ofrecida por animal, la altura del forraje, la relación tallo/hoja, la 
estructura de la planta, etc. Factores estudiados por diversos autores pero que en la actualidad 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
son difíciles de cuantificar con una exactitud relevante. Por lo tanto es recomendable ajustar 
con algún tipo de medición ó estimación a campo la estimación de consumo para ajustar en 
forma definitiva las dietas para vacas lecheras. 
 
 
 
 
 
ALIMENTACION DE LA VACA LECHERA 
 
Todo programa de alimentación requiere del conocimiento de los recursos forrajeros 
disponibles, de los requerimientos nutricionales del rodeo y de la forma de suministro de los 
alimentos. 
 
La vaca lechera transita un ciclo productivo, período entre un parto y el siguiente, 
sufriendo grandes cambios en su estado fisiológico, como consecuencia de cambios 
endocrinos y metabólicos, modificación en los requerimientos de nutrientes, desarrollo de la 
gestación y lactación, depresión del consumo de materia seca; aspectos que deben ser 
considerados cuando se proponen programas de alimentación. 
 
En todo programa de alimentación, se plantea como objetivo el suministro de 
nutrientes en forma estable de tal manera de lograr un balance continuo entre la oferta y los 
requerimientos de la vaca lechera. Para esto, es necesario conocer cuales son los 
requerimientos de las vacas lecheras en los distintos estadios del ciclo productivo. 
 
 Considerando los cambios fisiológicos dentro de un ciclo productivo y como 
consecuencia de estos, los cambios en la demanda de nutrientes, se pueden considerar dos 
estados fisiológicos de la vaca bien diferenciados, que son: el período de lactación y el de 
vaca seca, a su vez estos dos períodos se pueden dividir en función de los cambios y/o 
variaciones en los requerimientosde nutrientes que se suceden a lo largo de cada período. 
 
Con el fin de presentar en forma general los cambios fisiológicos y productivos de una 
vaca lechera en un ciclo productivo se presenta el Gráfico 1. 
 
 1: Curvas de producción de leche (kg/día), Consumo de materia seca (kgMS/día) y 
Peso vivo (kg) de una vaca lechera en un período productivo. 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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Gráfico N2: Curvas de producción de leche, CMS y Peso vivo durante el ciclo productivo de 
la vaca lechera. 
 
 
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Parto
Mantenimiento
Peso Vivo
Consumo MS
kvgleche/día
Transición Transición
Balance energético
Negativo Positivo Positivo
ó Neutro
CC3.5 CC2.5 CC2.75 C3.5
 
 
Como se puede observar en los gráficos 1 y 2 durante un ciclo productivo la vaca 
lechera transita diferentes períodos de acuerdo a los cambios fisiológicos y sus consecuentes 
variaciones en los requerimientos de nutrientes. Durante el período de vaca lactante, 
considerando los requerimientos de energía, se puede dividir en tres fases: 1- desde el parto 
hasta los 90 días (período de máximos requerimientos); 2- desde los 90 a los 180 días de 
lactancia (etapa media de la lactancia) y 3- desde los 180 días hasta el final de la lactancia 
(305 días). 
 
A modo de descripción inicial de las etapas del ciclo productivo de una vaca lechera, 
analizando el período de lactación se comprueba que en la primera fase por los altos 
requerimientos para producción de leche y la depresión del consumo de MS, la vaca se 
encuentra en un balance energético negativo, con pérdida de peso o condición corporal. En 
esta etapa o fase, la producción de leche dependerá de la condición corporal al parto y el nivel 
de alimentación y de acuerdo al mérito genético, las condiciones fisiológicas y de salud de la 
vaca se distribuirá la energía ingerida entre producción de leche o ganancia de peso; las vacas 
de mayor mérito genético utilizan la mayor proporción de la energía consumida para 
producción de leche y de no ser suficiente la energía de sus reservas corporales, dentro de 
ciertos límites (Holmes y otros, 1989; Broster; 1984). 
 
En la segunda fase de la lactancia y fase final, el consumo de MS es máximo y los 
requerimientos de energía para producción de leche disminuyen hasta el momento del secado, 
en esta fase el balance energético es positivo (consumo/requerimientos) por lo tanto la vaca 
puede recuperar la condición corporal pérdida en la fase anterior. Durante la fase final de la 
lactancia comienza a gravitar la demanda de nutrientes de la gestación en curso, pero los 
requerimientos de energía tienen poca incidencia sobre la demanda total. 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
 
En el período seco, el consumo comienza a disminuir a medida que avanza la 
gestación y hasta el parto y los requerimientos de nutrientes del feto pasan a ser gravitantes en 
la demanda total de nutrientes. En el último mes de gestación se suceden profundos cambios 
fisiológicos y metabólicos que requieren de un manejo nutricional diferenciado y que 
analizaremos posteriormente. 
 
 
ALIMENTACION DE LA VACA SECA 
 
Requerimientos nutricionales de la vaca seca. 
 
Drackley, J. (1999)., considera que la etapa de transición de la vaca lechera es 
fundamental para que desarrolle su máximo potencial genético de producción. Los procesos 
biológicos que en este período presenta la vaca lechera son escasamente conocidos en la 
actualidad y algunos avances se han realizado en la última década y especialmente en los 
últimos años. El mencionado investigador, habla del ―Final de la frontera‖ ya que el 
conocimiento acabado de los procesos metabólicos que ocurren alrededor del parto serviran 
para determinar los requerimientos nutricionales de las vacas en ese período, prevenir 
enfermedades y aumentar la producción de leche en la subsiguiente lactancia. 
 
El objetivo nutricional de la vaca seca es suministrar los nutrientes para el desarrollo 
fetal, prevenir problemas de salud relacionados a la alimentación, mantener la condición 
corporal para que la vaca llegue al parto en una optima condición corporal (3,5-3.75 en la 
escala de 1 a 5) y preparar la vaca para la próxima lactancia.(Overton; 2001, NRC; 2002, 
Weiss; 1996). 
 
En este capítulo se hará especial referencia a los requerimientos de energía y proteína 
y se considerará solo los aspectos de la nutrición mineral relacionado a enfermedades 
metabólicas. 
 
La vaca seca es considerada una categoría improductiva y de bajos requerimientos y 
en general se le presta poca atención a su alimentación. 
 
La información generada en los últimos años por los investigadores (Goff y otros. 
1995-1998 ;Block, E. 2000; Gant y otros. 1998; Shaver, R. 1993) han modificado los 
conceptos tradicionales sobre alimentación de la vaca seca, principalmente los relacionados a 
los requerimientos de energía, proteínas y minerales, sobre éstos es donde se encuentran los 
principales cambios. 
 
A modo de ejemplo se puede citar los avances en el conocimiento del metabolismo del 
calcio, el equilibrio ácido-base y su impacto sobre algunas enfermedades metabólicas y la 
eficiencia reproductiva de las vacas lecheras (Goff, 1997). 
 
Durante el período de vaca seca se suceden profundos cambios hormonales, 
metabólicos y de conducta social, los requerimientos para la gestación aumentan 
exponencialmente en los últimos meses de la gestación (en éste período se produce el 65 al 
70% del crecimiento fetal) y el consumo de materia seca disminuye a medida que se aproxima 
el parto.(NRC; 2002). Además, se debe considerar que en pocas semanas e inmediatamente 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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después del parto los requerimientos se ven aumentados por el inicio de la lactancia y la vaca 
recibe una alimentación con alto contenido de energía proveniente de alimentos concentrados. 
 
El período de vaca seca, a los fines de no inhibir la mamogénesis y/o lactogénesis debe 
durar alrededor de 60 días(Coppock; 1974, Wheelock; 1980). Durante el primer mes de seca 
la alimentación debe estar orientada a cubrir los requerimientos de gestación y 
mantenimiento. En el último mes de gestación y en la proximidad del parto se deben 
considerar los siguientes aspectos en la alimentación: 
 
 - Balance catión-anión de la dieta; 
- Período de acostumbramiento al cambio de dieta que se producirá después del parto; 
- El aumento significativo de los requerimientos para gestación. 
 
La última etapa de vaca seca conjuntamente con los primeros 60 días de vaca lactante 
es considerado en la bibliografía moderna como el ―período de transición o de vaca en 
transición‖ (Oetzel; 1997, Weiss; 1996). 
 
El manejo nutricional durante el período seco, especialmente 21 días previos al parto, 
y la condición corporal al parto condicionan fuertemente la producción de leche en la 
lactancia subsiguiente (Davidson; 1997) y la salud del animal ya que se pueden producir 
afecciones tales como: partos distócicos, fiebre de leche, retención placentaria, mastitis, 
laminítis, desplazamiento de abomaso, cetócis, hígado graso y peitín. En le período de vaca 
seca el sistema inmunológico se encuentra comprometido (Goff; 1997), los neutrófilos y 
linfocitos con otros componentes del sistema inmune están disminuidos, no se conocen 
claramente las causas pero sela relaciona con el estado fisiológico y nutricional y el estrés, de 
la vaca seca. 
 
A modo de descripción, en el período de vaca seca y en los últimos días de gestación 
los cambios endocrinos que se suceden preparan a la vaca para el parto y la lactación. La 
insulina plasmática disminuye y aumenta la hormona del crecimiento (Somatotrofina) 
durante la gestación y la lactancia temprana, con ondas agudas al momento del parto (Kunz; 
1985). La concentración plasmática de Tiroxina (T4) aumenta durante la gestación y 
disminuye al 50% aproximadamente al parto y luego aumenta nuevamente en la lactación, 
similar comportamiento presenta la Triiodotironina( T3) pero en menor proporción. Los 
estrogenos principalmente los de origen placentario aumentan la concentración en el plasma 
durante la parte final de la gestación y disminuyen bruscamente después del parto. La 
concentración de progesterona se mantiene alta durante el período de vaca seca para mantener 
la gestación y decae rápidamente aproximadamente 2 días antes del día del parto (Chew; 
1979). 
 
La concentración plasmática de prolactina y glucocorticoides aumentan horas antes del 
parto y disminuyen los días siguientes a concentraciones cercanas al pre-parto, estos cambios 
endocrinos sumados a la depresión del CMS durante la gestación influencian el metabolismo 
y principalmente la movilización del tejido adiposo y glucógeno del hígado. La concentración 
de ácidos grasos no esterificados (AGNE) aumenta un 50% o más entre 2 a 3 semanas antes 
del parto y 2 o 3 días antes crece bruscamente hasta finalizado el parto, probablemente a 
consecuencia de cambios hormonales (por lo menos en una parte del período seco), del estrés 
del parto y la fuerte depresión del CMS (Bertics; 1992, Vazquez-Anon; 1994, Grum; 1996). 
Alimentación del Ganado Lechero 
 
 
No es conocida las proporciones de las concentraciones de AGNE en el plasma producidas 
por los cambios hormonales o por la disminución en la ingesta de materia seca. 
 
La concentración de glucosa en el plasma sanguíneo de las vacas pre-parto se 
mantiene constante durante la gestación pero aumenta significativamente en los días alrededor 
del parto y decrece nuevamente después del mismo (Kunz; 1985; Cravero, 2001; Vazquez-
Anon, 1994). Este incremento transitorio puede deberse al aumento de la concentración de los 
glucocorticoides y glucagón que promueve una depresión del glucógeno hepático. La 
demanda total de glucosa de las vacas lecheras en gestación es de aproximadamente 1.000 a 
1.100 g/d durante los 21 días preparto; luego del parto la demanda de glucosa crece 
aproximadamente 2,5 veces comparada con los días previos al parto (Douglas, 1998; Bell, 
1995). 
 
La glucosa es imprescindible para el funcionamiento del sistema nervioso central, 
tejidos periféricos, útero grávido, glándula mamaria, glóbulos rojos, sistema digestivo y como 
único precursor para la síntesis de lactosa en las células secretoras de la glándula mamaria. La 
glucosa sanguínea proviene principalmente de la síntesis a partir del propianato (30 al 70% de 
la glucosa sintetizada), de la gluoconeogénesis a partir de aminoácidos (10 al 30%) y del 
lactato y glicerol. Esta participación de los substratos precursores de la glucosa puede ser 
modificado durante el período de transición y principalmente en ls primeros días de la 
lactancia. Bell, 1995; postula que los aminoácidos son movilizados del tejido muscular para 
ser utilizados en la gluconeogénesis después del parto. 
 
Todos los aminoácidos menos la leucina y lisina son utilizados como precursores. Los 
aminoácidos no esenciales alanina y glutamina son considerados como los más glucogénicos 
(Bergman and Heitmann, 1978). La utilización de aminoácidos para la gluconeogénesis, de la 
misma manera que el propianato, puede estar relacionada al contenido de estos en la dieta. 
Esto es así, porque el hígado es el principal lugar donde se catabolizan los aminoácidos que 
exceden las necesidades de síntesis de leche y tejido muscular. 
 
Overton et al, 1998. Sostienen que durante los primeros 21 días de lactación se 
incrementa la degradación del tejido muscular en vacas lecheras. Alrededor de 58 g de 
glucosa se pueden sintetizar por cada 100 g de proteínas (aminoácidos) movilizados. Al 
principio de la lactancia hasta el 40% de la proteína que la vaca consume puede ser destinada 
a la gluconeogénesis; esto explica porqué, se recomienda el uso de dietas con mayor 
contenido de proteínas (18% P.B) , que las aconsejadas por el NRC, 1989., del 12% PB. En la 
práctica, dietas con 16-18% de PB, al inicio de la lactancia, promueven una mayor producción 
de leche. 
 
 Este déficit de glucosa (energía) que en algunos casos puede alcanzar a 500g de 
glucosa por día o más, como ya se mencionó, induce a la movilización de reservas corporales 
aumento de AGNE y cuerpos cetónicos en sangre. La formulación de dietas con mayor 
cantidad de precursores para la gluconeogénesis durante el período de transición promueven 
el consumo de MS y disminuyen la concentración de AGNE y cuerpos cetónicos en sangre. 
Burhans et al, 1997; Higgins et al, 1996; Tsang et al, 1997 y Christensen et al, 1997., usando 
diferentes formas de propilen glicol en vacas lecheras, comprobaron un aumento de la 
concentración de glucosa en sangre y menor concentración de AGNE y cuerpos cetónicos. 
 
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche. 
 Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba. 
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El incremento de HCS en la dieta también promueve una mayor gluconeogénesis, ya 
que las mismas proveen de mayor cantidad de propianato (Ac. Propiónico) para ser usado por 
el hígado en la síntesis de glucosa. Minor et al, 1997., encontraron que un incremento de HCS 
de 23,5 a 43,8% en la MS de la dieta durante 19 días preparto y 40 semanas posparto, 
incremento el CMS durante el período de transición, mejoró el balance energético, aumentó la 
concentración de glucosa en sangre y disminuyó la pérdida de condición corporal con la 
consecuente disminución de AGNE en sangre. La producción de leche tendió a incrementarse 
en las vacas alimentadas con mayor contenido de HCS en la MS y el contenido de proteína de 
la leche, también se vio aumentada. El consumo de mayor cantidad de HCS incrementó el 
glucógeno hepático disminuyó el contenido de triglicéridos en el hígado y a consecuencia de 
ésta situación, disminuyó significativamente la incidencia de cetosis en las vacas lecheras. 
(Drackley et al, 1992). 
 
El incremento de PB en la dieta, para aumentar la cantidad de precursores 
glucogénicos ha presentado resultados variados tanto suministrados en el pre-parto y 
posparto, no pudiendo demostrarse efectivamente un aumento de la gluconeogénesis por esta 
causa. 
 
La demanda de glucosa se incrementa rápidamente en la vaca recién parida, éste 
brusco aumento probablemente explica en parte el mayor uso de aminoácidos para la síntesis 
de glucosa en el hígado, es por esto, que se recomienda el uso de suplementos glucogénicos 
en vacas pre-parto. (Overton, 2001) 
 
 Las proteínas y aminoácidos demandadas por la vaca en gestación son absorbidas en 
el intestino y son utilizadas por el útero grávido, el desarrollo de la glándula mamaria durante 
la última fase de la lactación y en pequeñas cantidades por el hígado para la gluconeogénesis. 
Estas proteínas y aminoácidos corresponden a la proteína microbiana, la proteína no 
degradada en el rúmen y las proteínas provenientes de la movilización del tejido corporal 
(músculo). Los aminoácidos no son almacenados en el organismo como aminoácidos libres, 
se utilizan para formar proteínas y éstas se catabolizan en los tejidos del

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