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La evolución de la ¿Nosotros nos adaptamos al ecosistema o hacemos que el ecosistema se adapte a nosotros? Nosotros los humanos, hemos estado cosechando plantas por más de 50.000 años para mejorar su rendimiento, la calidad y el sabor de los alimentos; y, actualmente los agricultores siguen mejorando los cultivos con herramientas modernas como la biotecnología. Un productos de la tierra que hemos modificado han sido el maíz. Hoy se conocen diferentes tipos de maíz que sirven para cocinar desde pozole y esquites, hasta preparar tortillas y palomitas. Sin embargo, todos tienen el mismo origen en su pariente silvestre: el Teocintle. Hace 6000 años, los agricultores mesoamericanos cosechaban maíz a partir del teocintle, una plata que se parece muy poco a la mazorca actual. El teocintle era una planta de apenas 2 ó 3 pulgadas de largo con 12 granos duros, frente a los más de 500 granos que vienen en una mazorca; además, los granos de esta planta eran tan duros que podían romper dientes y los agricultores debían escoger las variedades que produjeran granos más suaves. Gracias a esto los agricultores debían escoger mejores variedades de cultivos para aumentar la producción y la calidad nutricional; resistencia a plagas y enfermedades; y una mejor apariencia y sabor. Se detecto que los agricultores de hace miles de años seleccionaron maíces que se entrecruzaban con su pariente silvestre y eso ocurrió en varias ocasiones. Esto se trata de un proceso que ha continuado a lo largo de toda la historia de los seres humanos y ha prevalecido hasta nuestros días, donde los agricultores continúan seleccionando el maíz. Múltiples variaciones de maíz amarillo ya se han desarrollado en todo el mundo, incluyendo variedades transgénicas que son resistentes a insectos, tolerantes a herbicidas y resistentes a la sequía, para mejorar la producción. La evolución de la Conservar a los parientes silvestres de las plantas domesticadas es fundamental, porque son la fuente de toda la variación, tanto evolutiva como morfológica y eso les permitirá a los agricultores tener en el futuro cultivos viables. La evolución sólo es posible cuando existe suficiente variación disponible para que los organismos se adapten a los cambios: si no hay diversidad ocurre la extinción. En México existen dos grupos de parientes silvestres cercanos al maíz y que coexistan junto a los cultivos de los agricultores permite que esta especie sea evolutivamente viable. Con los parientes silvestres del maíz se podrán generar nuevas variedades y razas criollas, incluso aquellas que se adapten a las necesidades cambiantes de la humanidad. Hoy en día, se cultivan casi 60 millones de hectáreas de maíz transgénico, que representa el 30 por ciento de la cosecha total a nivel mundial. Los principales productores de maíz genéticamente modificado son Estados Unidos, Brasil, Argentina, Sudáfrica y Canadá.
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