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Teorias de la evolución - TANIA LÓPEZ ESCOBEDO

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La evolución de la 
 
 
 
 
¿Nosotros nos adaptamos al ecosistema o hacemos que 
el ecosistema se adapte a nosotros? 
 
Nosotros los humanos, hemos estado cosechando plantas por más de 50.000 
años para mejorar su rendimiento, la calidad y el sabor de los alimentos; y, 
actualmente los agricultores siguen mejorando los cultivos con herramientas 
modernas como la biotecnología. 
Un productos de la tierra que hemos modificado han sido el maíz. 
Hoy se conocen diferentes tipos de maíz que sirven para cocinar desde pozole y 
esquites, hasta preparar tortillas y palomitas. Sin embargo, todos tienen el mismo 
origen en su pariente silvestre: el Teocintle. 
Hace 6000 años, los agricultores mesoamericanos cosechaban maíz a partir del 
teocintle, una plata que se parece muy poco a la mazorca actual. El teocintle era 
una planta de apenas 2 ó 3 pulgadas de largo con 12 granos duros, frente a los 
más de 500 granos que vienen en una mazorca; además, los granos de esta 
planta eran tan duros que podían romper dientes y los agricultores debían escoger 
las variedades que produjeran granos más suaves. Gracias a esto los agricultores 
debían escoger mejores variedades de cultivos para aumentar la producción y la 
calidad nutricional; resistencia a plagas y enfermedades; y una mejor apariencia y 
sabor. 
Se detecto que los agricultores de hace miles de años seleccionaron maíces que 
se entrecruzaban con su pariente silvestre y eso ocurrió en varias ocasiones. 
Esto se trata de un proceso que ha continuado a lo largo de toda la historia de los 
seres humanos y ha prevalecido hasta nuestros días, donde los agricultores 
continúan seleccionando el maíz. 
Múltiples variaciones de maíz amarillo ya se han desarrollado en todo el mundo, 
incluyendo variedades transgénicas que son resistentes a insectos, tolerantes a 
herbicidas y resistentes a la sequía, para mejorar la producción. 
La evolución de la 
 
Conservar a los parientes silvestres de las plantas domesticadas es fundamental, 
porque son la fuente de toda la variación, tanto evolutiva como morfológica y eso 
les permitirá a los agricultores tener en el futuro cultivos viables. 
La evolución sólo es posible cuando existe suficiente variación disponible para que 
los organismos se adapten a los cambios: si no hay diversidad ocurre la extinción. 
En México existen dos grupos de parientes silvestres cercanos al maíz y que 
coexistan junto a los cultivos de los agricultores permite que esta especie sea 
evolutivamente viable. 
Con los parientes silvestres del maíz se podrán generar nuevas variedades y 
razas criollas, incluso aquellas que se adapten a las necesidades cambiantes de la 
humanidad. 
Hoy en día, se cultivan casi 60 millones de hectáreas de maíz transgénico, que 
representa el 30 por ciento de la cosecha total a nivel mundial. Los principales 
productores de maíz genéticamente modificado son Estados Unidos, Brasil, 
Argentina, Sudáfrica y Canadá.

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