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Teresa_Fortoul_Histología_y_Biología_Celular_3_Ed_2017

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T E R C E R A E D I C I Ó N
HISTOLOGÍA
 Y BIOLOGÍA
CELULAR
T E R E S A F O R T O U L
Dra. Teresa I. Fortoul van der Goes
Profesora de carrera Titular C 
Profesora de la asignatura de Biología Celular e Histología médica
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina
Profesora de la asignatura de Biología Celular y Tisular 
Ingeniería en Sistemas Biomédicos, Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Editora de la Revista de la Facultad de Medicina, UNAM, México
Médica cirujana (UNAM), Especialista en Neumología Clínica (UNAM), Maestra en Ciencias Médicas (UNAM) y en 
Comunicación y Tecnología Educativa (ILCE), Doctora en Ciencias (UNAM)
Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas, Facultad de Filosofía y Letras (UNAM)
Managing director: Fernando Valenzuela
Editor de desarrollo: Manuel Bernal Pérez
Supervisor de producción: Juan Manjarrez de la Vega
Arte y diseño: José Palacios Hernández
NOTA
La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se reque-
rirán cambios de la terapéutica. El (los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros 
de dosificación medicamentosa sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación. 
Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier 
otra persona que haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida 
en ella sea precisa o completa, tampoco son responsables de errores u omisiones, ni de los resultados 
que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de 
manera particular, habrá que consultar la hoja informativa que se adjunta con cada medicamento, para 
tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis 
recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con 
respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a los laboratorios para 
recabar información sobre los valores normales.
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o 
transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, 
fotocopiado, electrónico, magnético, electroóptico o cualquier otro, sin el permiso previo y por escrito de la editorial.
DERECHOS RESERVADOS © 2017, 2013, 2010 respecto a la tercera edición por,
McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S.A. de C.V.
Prolongación Paseo de la Reforma 1015, Torre A, Piso 16, Col. Desarrollo Santa Fe,
Delegación Álvaro Obregón
C. P. 01376, Ciudad de México
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana Reg. No. 736
ISBN: 978-607-15-1408-0
SAN 11/16
1234567890 2345689017
Impreso en China Printed in China
M en C Sandra Acevedo Nava
Técnico Académico Asociado C
Profesora de la asignatura de Biología Celular e Histología médica
Coordinadora de Evaluación, Departamento de Biología Celular y 
Tisular
Bióloga, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de 
México (UNAM) y Maestra en Ciencias (UNAM)
Aparato reproductor masculino 
MC Patricia Alonso Viveros
Profesora de Carrera Titular C
Médica adscrita al Servicio de Anatomía Patológica en el Hospital 
General de México
Profesora de Anatomía Patológica, Profesora del Curso de 
Alta Especialidad en Citopatología, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Médica cirujana (UNAM), Especialista en Anatomía Patológica y 
subespecialidad en Citopatología
La citología como una herramienta para el médico 
general 
Dr. Manuel Arteaga Martínez
Profesor de Carrera Titular B, Departamento de Anatomía, Facultad 
de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México 
(UNAM)
Sistema cardiovascular 
M en C Patricia Bizarro Nevares
Profesora de la asignatura de Biología Celular e Histología médica
Técnico Académico Titular C 
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Médica Veterinaria y Zootecnista, Facultad de Medicina Veterinaria 
(UNAM), Maestra en Ciencias (UNAM).
Aparato reproductor masculino 
MC Diego Cafaggi Padilla
Médico cirujano
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Profesor de la asignatura de Biología Celular y Tisular 
Ingeniería en Sistemas Biomédicos, Facultad de Ingeniería, UNAM
Tejido conjuntivo (propiamente dicho y especializado); 
Sistema endocrino
Dr. Gumaro Cano Gutiérrez
Médico Cirujano por la Universidad Popular Autónoma de Puebla 
(UPAEP) 
Maestro en Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México 
(UNAM) 
Doctor en Ciencias, UNAM
Coordinador de Medicina de la Universidad del Valle de México 
Campus Coyoacán, Ciudad de México
Aparato digestivo 
M en C María Concepción Cano Rodríguez
Psicóloga, Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), campus 
Xochimilco
Maestra en Psicología, Facultad de Psicología, Universidad 
Nacional Autónoma de México (UNAM)
Profesora de la licenciatura de Medicina, Universidad del Valle de 
México, campus Coyoacán, Ciudad de México
Aparato digestivo 
Dr. Paul Carrillo Mora
Investigador en Ciencias Médicas C, Servicio de Rehabilitación 
Neurológica. Instituto Nacional de Rehabilitación, SSA, México
Médico Cirujano, Universidad Nacional Autónoma de México 
(UNAM) con especialidad en Neurología, UNAM 
Doctor en Ciencias, Facultad de Medicina, UNAM
Profesor de asignatura, Departamento de Integración de Ciencias 
Médicas de la Facultad de Medicina, UNAM
Tejido nervioso; Hematopoyesis 
Dr. Andrés E. Castell Rodríguez
Profesor de Carrera Titular B
Profesor de la asignatura de Biología Celular e Histología médica
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Médico cirujano, Maestro en Ciencias Morfológicas y Doctor en 
Ciencias, UNAM 
Tejido y órganos linfoides; Piel y anexos 
Biol. Silvana Cervantes Yépez
Alumna de la Maestría en Biología Experimental, Facultad de 
Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Ojo y sus anexos 
Dra. Laura Colín Barenque
Profesora de carrera titular A
Laboratorio de Neuromorfología, FES Iztacala, Universidad 
Nacional Autónoma de México (UNAM)
Bióloga, FES Iztacala, UNAM
Maestra en Ciencias y Doctora en Ciencias, UNAM
Tejido nervioso 
Dra. Teresa I. Fortoul van der Goes
Técnica histológica; La célula: su estructura y 
función; Tejido conjuntivo (propiamente dicho 
y especializado); Tejido muscular; Sistema 
cardiovascular; Sistema respiratorio; Sistema 
urinario; Ojo y sus anexos
v
Colaboradores
Histología y biología celularvi
Dra. Isabel García Peláez
Jefa del Departamento de Biología Celular y Tisular
Profesora de Carrera Asociada C
Profesora de la asignatura de Biología Celular e Histología médica
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Bióloga, Universidad Autónoma de Madrid, Doctora, Universidad 
Autónoma de Madrid. 
Sistema cardiovascular; Sistema endocrino; Ojo y sus 
anexos 
Raquel Guerrero Alquicira
Histotecnóloga
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Técnica histológica 
Dra. Adriana González Villalva
Técnico Académico Asociado A 
Profesora de la asignatura de Biología Celular e Histología médica
Coordinadora de Enseñanza, Departamento de Biología Celular y 
Tisular, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma 
de México (UNAM)
Médica cirujana y Maestra en Ciencias, UNAM
Doctora en Ciencias, Facultad de Medicina, UNAM
Tejido conjuntivo (propiamente dicho y especializado); 
Sangre; Hematopoyesis
MPSS Edgar Gordillo Hernández
Médico Pasante en Servicio Social en Investigación
Departamento de Biología Celular y Tisular,Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Sistema cardiovascular 
M en C. Miguel A. Herrera Enríquez
Profesor de Carrera Asociado C
Profesor de la asignatura de Biología Celular e Histología médica
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Biólogo, Facultad de Ciencias, UNAM
Maestro en Ciencias y candidato a Doctor, UNAM
Tejido y órganos linfoides; Piel y anexos; Aparato 
reproductor masculino 
M en C. Rubén Jiménez Martínez
Profesor de la asignatura de Biología Celular e Histología médica, 
Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de 
México (UNAM)
Oído (órgano vestíbulo coclear)
M. Leticia Llamas Ceras
Médica Patóloga Servicio de Anatomía Patológica, Hospital General 
de México
La citología como una herramienta para el médico 
general 
M en C. Nelly López Valdez
Estudiante del Doctorado en Ciencias, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Profesora de la asignatura de Biología Celular e Histología médica
Departamento de Biología Celular y Tisular
Bióloga, Facultad de Ciencias, UNAM
Tejido muscular; Sistema respiratorio; Aparato 
reproductor femenino 
Gabriela Guadalupe Martínez Barragán
Estudiante de Medicina del tercer año de la licenciatura de 
medicina.
Universidad del Valle de México (UVM), campus Coyoacán, Ciudad 
de México
Aparato digestivo 
Biol. Nayeli Aglaé Meléndez García 
Alumna de la Maestría en Biología Experimental
Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México 
(UNAM)
Aparato reproductor femenino 
Cinthia Jocxamani Morales Velela
Estudiante de Medicina del tercer año de la licenciatura de 
Medicina.
Universidad del Valle de México (UVM), campus Coyoacán, Ciudad 
de México
Aparato digestivo 
Dra. María Argelia Akemi Nakagoshi Cepeda
Maestría en Educación Odontológica, Universidad Autónoma de 
Nuevo León (UANL)
Doctorado en Investigación por la Universidad de Granada, España
Profesora de Histología, Facultad de Odontología, UANL
Aparato digestivo 
Dr. Sergio Eduardo Nakagoshi Cepeda
Maestría en Educación Odontológica, Universidad Autónoma de 
Nuevo León (UANL)
Doctorado en Investigación por la Universidad de Granada, España
Profesor de Histología, Facultad de Odontología, UANL
Subdirector de Estudios de Posgrado, Facultad de Odontología, 
UANL
Aparato digestivo 
Dra. Lizeth Edith Quintanilla Rodríguez
Candidata a Doctora en Bioética 
Maestría en Ciencias con Especialidad en Ortodoncia, Universidad 
Autónoma de Nuevo León (UANL)
Profesora de tiempo completo
Departamento de Histología y de Ortodoncia, Facultad de 
Odontología, UANL
Aparato digestivo 
viiColaboradores
Dra. Vianey Rodríguez Lara
Profesora de Carrera Asociada C
Profesora de la asignatura de Biología Celular e Histología médica
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Bióloga, Facultad de Ciencias, Maestra y Doctora en Ciencias, 
UNAM
La célula: su estructura y función; Tejido 
conjuntivo (propiamente dicho y especializado); 
Tejido muscular
Dra. Marcela Rojas Lemus
Profesora de la asignatura de Biología Celular e Histología médica, 
Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de 
México (UNAM)
Profesora de la asignatura de Histología y Prácticas, Universidad 
La Salle, Facultad Mexicana de Medicina
Técnica histológica; Tejido conjuntivo (propiamente dicho 
y especializado); Tejido muscular; Sistema urinario; Oído 
(órgano vestíbulo coclear) 
M en C. Liliana Salazar Monsalve
Profesora asociada 
Área Histología, Departamento de Morfología
Universidad del Valle, Cali, Colombia
Maestra en Morfología
Especialista en Docencia Universitaria
Epitelios
Dra. Rosa Isela Sánchez Nájera
Maestría en Educación Odontológica, Universidad Autónoma de 
Nuevo León (UANL)
Maestría en Odontología Avanzada, UANL
Doctorado en Investigación por la Universidad de Granada, España
Profesora de Histología y Análisis de Casos Clínicos, Facultad de 
Odontología (UANL)
Directora de la Facultad de Odontología (UNAL)
Aparato digestivo 
Dr. Juan Manuel Solís Soto
Doctorado en Ciencias
Jefe del departamento de Fisiología
Profesor de Histología y Fisiología, Facultad de Odontología, 
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL)
Aparato digestivo 
Dr. José Adolfo Uribe Quintana
Especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial, residencia en el Centro 
Médico de Salubridad de Toluca Estado de México, avalado por 
UAEM
Profesor de Histología, de Cirugía Oral y Medicina Interna 
Jefe del departamento de Histología, Facultad de Odontología, 
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL)
Profesor y subcoordinador del posgrado de Cirugía Oral y 
Maxilofacial, UANL
Aparato digestivo 
Dra. Martha Ustarroz Cano
Profesora de la asignatura de Biología Celular e Histología Médica
Técnico Académico Titular C
Coordinadora de Investigación 
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina, 
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Bióloga, Facultad de Ciencias, Maestra en Ciencias y Doctora en 
Ciencias, UNAM
Tejido y órganos linfoides; Ojo y sus anexos 
Fernanda Zamudio Cano
Estudiante de Medicina del tercer año de la licenciatura de 
Medicina.
Universidad del Valle de México (UVM), campus Coyoacán, Ciudad 
de México
Aparato digestivo 
Biol. Armando Zepeda Rodríguez
Técnico Académico Titular B 
Departamento de Biología Celular y Tisular
Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México 
(UNAM)
Biólogo, Facultad de Ciencias, UNAM
Aplicaciones de la microscopía en la histología y la 
biología celular
Prólogo a la tercera edición ..........................................xi
Prefacio a la primera edición ..................................... xii
Prólogo a la primera edición ..................................... xiii
Capítulo 1. Aplicaciones de la microscopía 
en la histología y la biología celular .................................1
Armando Zepeda Rodríguez
Capítulo 2. Técnica histológica ............................... 11
Raquel Guerrero Alquicira
Marcela Rojas Lemus
Teresa I. Fortoul van der Goes
Capítulo 3. La citología como una 
herramienta para el médico general ........................... 19
Patricia Alonso Viveros
M. Leticia Llamas Ceras
Capítulo 4. La célula: su estructura y función ....... 41
Vianey Rodríguez Lara
Teresa I. Fortoul van der Goes
Capítulo 5. Epitelios ................................................. 71
Liliana Salazar Monsalve
Capítulo 6. Tejido conjuntivo (propiamente 
dicho y especializado) .................................................. 97
Vianey Rodríguez Lara
Adriana E. González Villalva
Diego Caffagi Padilla 
Teresa I. Fortoul van der Goes 
Marcela Rojas Lemus
Capítulo 7. Tejido muscular ..................................125
Nelly López Valdez
Marcela Rojas Lemus
Vianey Rodríguez Lara
Teresa I. Fortoul van der Goes
Capítulo 8. Tejido nervioso ...................................135
Laura Colín Barenque
Paul Carrillo Mora
Capítulo 9. Sangre ..................................................157
Adriana E. González Villalva
Capítulo 10. Hematopoyesis .................................165
Adriana E. González Villalva
Paul Carrillo Mora
Capítulo 11. Tejido y órganos linfoides................173
Andrés E. Castell Rodríguez
Miguel Herrera Enríquez
Martha Ustarroz Cano
Capítulo 12. Sistema cardiovascular ....................191
Isabel García Peláez
Manuel Arteaga Martínez
Edgar Gordillo Hernández
Teresa I. Fortoul van der Goes
Capítulo 13. Sistema respiratorio .........................203
Teresa I. Fortoul van der Goes
Nelly López Valdez
Capítulo 14. Piel y anexos ......................................215
Andrés E. Castell Rodríguez
Miguel Herrera Enríquez
Capítulo 15. Aparato digestivo .............................231
María Argelia Akemi Nakagoshi Cepeda
Rosa Isela Sánchez Nájera
Sergio Eduardo Nakagoshi Cepeda
Juan Manuel Solís Soto
Lizeth Edith Quintanilla Rodríguez
José Adolfo Uribe Quintana
Gumaro Cano GutiérrezGabriela Guadalupe Martínez Barragán
Cinthia Jocxamani Morales Velela
Fernanda Zamudio Cano
María Concepción Cano Rodríguez
Capítulo 16. Sistema urinario ...............................265
Marcela Rojas Lemus
Teresa I. Fortoul van der Goes
Capítulo 17. Aparato reproductor 
femenino ......................................................................273
Nelly López Valdez
Nayeli Aglaé Meléndez García
Capítulo 18. Aparato reproductor 
masculino.....................................................................287
Patricia Bizarro Nevares
Sandra Acevedo Nava
Miguel Herrera Enríquez
Capítulo 19. Sistema endocrino ............................303
Isabel García Peláez
Diego Cafaggi Padilla
ix
Contenido
Histología y biología celularx
Capítulo 20. Oído (órgano vestíbulo coclear)......317
Marcela Rojas Lemus
Rubén Salvador Jiménez Martínez
Capítulo 21. Ojo y sus anexos ................................325
Isabel García Peláez
Silvana Cervantes Yépez
Martha Ustarroz Cano
Teresa I. Fortoul van der Goes
Índice ............................................................................ 335
Anexo. Actividades prácticas .....................................A1
La 3ª edición de Histología y biología celular incluye contenido digital seleccionado disponible 
en el Centro de Aprendizaje en Línea:
www.mhhe.com/medicina/fortoul_hbc_3e
“Una imagen habla más que mil palabras”, puede ser un 
buen inicio para presentar la tercera edición del libro de 
Histología y biología celular. Esta obra es el trabajo coor-
dinado de varios profesores del Departamento de Biología 
Celular y Tisular de la Universidad Nacional Autónoma de 
México, ya con varios años en la carrera docente y de al-
gunos jóvenes invitados. También participan docentes de 
otras universidades.
Así, este libro, como en sus ediciones previas, cumple 
una doble función: contener los conocimientos suficientes 
que requiere un estudiante del primer año de la licenciatu-
ra —tanto de medicina como de otras áreas de la salud— e 
impulsar a los futuros docentes para que inicien esta acti-
vidad, escribir.
La nueva edición de Histología y biología celular inclu-
ye nuevas imágenes que le permiten al estudiante hacer una 
mejor identificación de las estructuras que va revisando en 
el curso, se agregaron tablas como una manera de resumir 
los conocimientos adquiridos en los temas revisados, algu-
nos capítulos cambiaron de manera drástica, ya sea para 
hacerlos más accesibles y completos o para incluir activida-
des prácticas de repaso.
La sección de actividades prácticas sugeridas es una 
guía, tanto para los profesores como para los estudiantes, 
de las preparaciones que se recomienda revisar y lo que se 
espera observen en cada una. La sección de ¿Sabías que…? 
también se actualizó con aportes interesantes.
Libros como el presente son una muestra de lo que el 
trabajo en equipo puede lograr. Desde la primera edición 
fue evidente el trabajo cuidadoso y entusiasta de los par-
ticipantes, un grupo de profesores que se organiza logra 
productos como éste, que tiene como objetivo central al 
estudiante, que es el motivo de ser de escuelas y facultades. 
Los contenidos que integra este texto son parte de aque-
llos que se revisan en las asignaturas básicas y proporciona 
un andamio para entender en dónde ocurren los procesos 
bioquímicos y, más adelante, por qué ocurren los eventos 
fisiológicos y los cambios fisiopatológicos. Además, la ob-
servación de las preparaciones con el microscopio ayuda al 
estudiante a identificar patrones y detalles, actividades que 
realizará a lo largo de toda su carrera profesional.
Recorrer cada capítulo y mirar el detalle de sus imáge-
nes hace de este texto un trabajo agradable que disfrutarán 
tanto profesores como estudiantes al momento de preparar 
o de revisar los contenidos para las sesiones académicas. 
Dr. Germán E. Fajardo Dolci
Director, Facultad de Medicina
Universidad Nacional Autónoma de México
xi
Prólogo a la tercera edición
La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autó-
noma de México (UNAM) recién terminó, para finales del 
2009, la revisión de su Plan de Estudios. Esa autoevaluación 
nos llevó, como Institución, a retomar las tendencias más 
actuales para la enseñanza, mismas que incluyen a las com-
petencias como una de sus guías.
Otro punto relevante es el interés de los docentes sobre 
la integración de las ciencias básicas y de la clínica, lo cual 
es un comentario reiterado de los estudiantes en sus prime-
ros años de licenciatura. A fin de atender a esta necesidad, 
Histología y biología celular integra ambos conocimientos, 
pues no sólo comenta diferentes alteraciones clínicas, sino 
la aplicación de los conocimientos adquiridos por el estu-
diante en la Biología celular, la Histología y la Citología.
Esta obra es singular en tanto que incluye con sumo 
detalle las aplicaciones y técnicas que se requieren para 
obtener una muestra adecuada que resulte útil en el estu-
dio citológico, área de enorme relevancia, ya que su im-
plementación —como herramienta de detección temprana 
en patologías como el cáncer cérvico-uterino— ha salvado 
muchas vidas.
Los autores, en su mayoría, son profesores de la Facul-
tad de Medicina o egresados de la UNAM que se distinguen 
por su amor a la institución y a la materia del libro que, 
además, ayuda al estudiante a organizar su conocimiento 
al ir de lo general a lo particular, a detectar “el árbol” en el 
bosque, ya que al observar los detalles en el apoyo práctico 
de la asignatura se ejercita en la identificación de patrones, 
actividad reiterada en la Medicina.
Dra. Teresa I. Fortoul van der Goes
xii
Prefacio a la primera edición
Una de las grandes fortalezas de la Facultad de Medicina 
de la UNAM está fincada en sus académicos. En el caso de 
las ciencias básicas, los expertos en cada una de las mate-
rias se agrupan en los llamados Departamentos. En ellos, la 
vida colegiada, la comunión de intereses académicos y las 
líneas de investigación que se realizan, conjuntan intereses 
que retroalimentan a sus integrantes, los enriquecen y pro-
pician la generación de conocimientos. Tal es el caso del 
Departamento de Biología celular y tisular.
Este departamento tiene, como encargo docente, la 
impartición de la asignatura de Histología y Biología celu-
lar. No es una encomienda sencilla pues trata de brindar 
el conocimiento de estructuras celulares observables sólo 
mediante estrategias y herramientas específicas para las di-
ferentes células y tejidos que conforman el cuerpo humano.
De la observación celular nace el conocimiento de la 
función, de ahí que la Histología se transforme en Biología 
celular y tisular. Ésta es, en consecuencia, una materia in-
tegradora, pues sólo entendiendo la constitución y función 
de la célula es posible comprender la diferenciación de teji-
dos y su función biológica de los organismos vivientes.
Por ello, la Histología y la Biología celular y tisular for-
man parte esencial del cuerpo de conocimientos básicos 
que todo médico debe tener y que es necesario en el enten-
dimiento de los procesos íntimos que suceden en la célula 
y que son campo de estudio de la Bioquímica y la Biología 
molecular.
Un numeroso grupo de académicos del Departamen-
to, encabezados por la doctora Teresa Fortoul, se dio a la 
tarea de elaborar este libro. En él se procuró la integración 
del conocimiento básico clínico al unir los conceptos esen-
ciales de la Histología y Biología celular con las otras ma-
terias básicas que comprenden el Plan de Estudios y, así, se 
correla ciona Biología celular con la Fisiología y la Bioquí-
mica; y la génesis embriológica con la diferenciación celular 
y su distribución anatómica. Se buscó, asimismo, contras-
tar la normalidad con lo patológico y, cuando se consideró 
necesario, se incluyeron las manifestaciones clínicas para 
darle significado y aplicación al conocimiento de la materia.
Para lograrlo, no se escatimaron esfuerzos. La doctora 
Fortoul y el cuerpo deprofesores del Departamento convi-
daron a participar en esta edición a expertos del Hospital 
General de México y de los Institutos Nacionales de Salud; 
de otras Facultades de Medicina de nuestra Universidad 
y del país, así como a expertos de otras naciones de habla 
hispana.
Con acierto, en un número reducido, se invitó a escri-
bir o a colaborar en parte de sus capítulos a ayudantes de 
profesor y alumnos avanzados del posgrado. Estos últimos, 
sin duda, están más cerca de los potenciales lectores y, en 
consecuencia, su forma de abordar los problemas puede, 
en ocasiones, ser más comprensible para los fines que el 
texto persigue.
A pesar de la diversidad de autores, el libro tiene una 
gran unidad, que se logra gracias a un objetivo común: la 
enseñanza de la Histología y Biología celular para estudian-
tes de medicina. Para el efecto, se fue pródigo en micro-
fotograf ías con excelente calidad de impresión, las más de 
las veces acompañadas de esquemas y figuras que hacen 
agradable y sencilla su interpretación.
De la misma manera, cuando se consideró pedagógico 
hacerlo, se incluyeron cuadros sinópticos de fácil lectura y 
memorización. Con alguna frecuencia, y bajo el título de 
¿Sabías que...?, se subrayan conceptos o se vinculan cono-
cimientos.
Como texto, es un libro actual, con una edición muy 
cuidada, de aspecto moderno y agradable a la vista. Re-
presenta un gran esfuerzo académico de los autores y una 
satisfacción de la vocación editorial de la Facultad de Me-
dicina de la UNAM.
Espero que lo disfruten, como estoy seguro disfrutaron 
los autores al escribirlo.
Dr. Enrique Graue Wiechers
Director de la Facultad de Medicina
Universidad Nacional Autónoma de México
xiii
Prólogo a la primera edición
Teresa I. Fortoul van der Goes es médica cirujana, especia-
lista en Neumología, Maestra y Doctora en Ciencias por 
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) 
y, además, Maestra en Comunicación y Tecnología Edu-
cativa por el Instituto Latinoamericano de Comunicación 
Edu cativa (ILCE) y recientemente Licenciada en Letras y 
Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosof ía y Letras 
de la UNAM. Aunque su intención era dedicarse a la Pato-
logía —porque desde la licenciatura encontró fascinantes 
tanto la Histología como la Patología—, en su camino se cru-
zó la opción de realizar la especialidad de Neumología en 
el Hospital General de México. Ahí descubrió la excelente 
mancuerna que existe entre las ciencias básicas y la aplica-
ción de éstas con la clínica, ya que el pulmón es un órgano 
que requiere del estudio morfológico en varias patologías 
para llegar al diagnóstico acertado. Por este camino termi-
nó en el Departamento de Biología Celular y Tisular (antes 
identificado como Departamento de Histología) en el que 
recibió la encomienda de impartir la asignatura del mismo 
nombre. Tras alcanzar la jefatura del mencionado departa-
mento, retomó una idea que había escuchado en aquellos 
que la habían precedido: “Es importante hacer un libro del 
departamento”.
El primer intento fue un manual, mismo que se trans-
formó en manual-libro y que ahora cristaliza en esta obra, 
el libro de Histología del departamento. Al igual que en 
sus trabajos previos, Histología y biología celular cuenta 
con la participación de varios profesores del departamento 
y de otros que, aunque no lo son, comparten su condición 
de citohistófilos (a saber, neologismo que resume el “amor 
por la citología y la histología” que todos ellos tienen en 
común).
xiv
De la autora
A Francisco G. Pasos Nájera, Técnico Académico Titular A, 
Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de 
Medicina, UNAM, por la toma y la edición de las imágenes 
histológicas que ilustran la mayor parte de este texto.
Al Departamento de Biología Celular y Tisular por 
prestar sus colecciones histológicas para ilustrar esta obra.
xv
Agradecimientos
A mis hijas Alejandra y Teresa, siempre…
xvi
Dedicatoria
Capítulo 1 Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular
Microscopía fotónica
Introducción 
Una gran variedad de actividades humanas son afectadas 
por tecnología que de alguna forma utiliza energía lumi-
nosa. Los fotones forman parte de nuestras actividades 
cotidianas, tanto en el hogar como en la industria, en las 
escuelas de medicina al igual que en los laboratorios clíni-
cos y de investigación; sin los fotones, gran parte de nues-
tras comodidades estarían limitadas. Algunos diagnósticos 
y tratamientos quirúrgicos tendrían poco éxito sin un mi-
croscopio que los module para amplificar la eficiencia del 
sentido de la vista. El ojo humano es el órgano capaz de 
percibir la luz del entorno, es como una cámara oscura que 
deja pasar la luz a un sistema de lentes que la conducen 
hasta la retina, cuya función es la fotorrecepción. La retina 
está compuesta de conos, bastones y fibras nerviosas que 
se comunican con el nervio óptico; su sensibilidad depende 
del color, de la dirección de la luz incidente y del tiempo 
que permanezca el estímulo luminoso.
Un poco de historia de la microscopía
La construcción del primer microscopio se atribuye a los 
hermanos Hans y Zacharias Jansen en 1590, quienes in-
corporaron lentes convergentes a tubos de telescopio, con 
lo que obtuvieron imágenes aumentadas hasta 150 veces, 
aunque con grandes aberraciones. Los primeros estudios 
sobre la historia del microscopio fueron realizados por el 
filósofo Bacon (1561-1630), quien le asignó el nombre de 
microscopium. Bacon perteneció a la Academia del Lince a 
la que también pertenecieron Galileo Galilei y otros desta-
cados pensadores. 
Según otras fuentes, el término “microscopio” fue acu-
ñado por Anastasius Kircher (1602-1680) quien en su li-
bro Ars Magna Lucis et Umbrae (El gran arte de la luz y la 
oscuridad) realiza la primera clasificación de microscopios 
conocidos en el siglo xvii. Sin embargo, los primeros mi-
croscopios utilizados para observar el mundo microscópi-
co de manera sistemática fueron fabricados por Anthony 
van Leeuwenhöek (1632-1723) (figura 1-1). La necesidad 
de mejorar sus descripciones lo llevó a perfeccionar sus 
microscopios y a optimizar las lentes que fabricaba, con 
lo cual logró magnificar sus objetos de estudio hasta 266 
veces. Su precario instrumento cambió la historia de las 
incipientes ciencias naturales y morfológicas; con él, obser-
vó gran cantidad de células y organismos microscópicos, 
fibras musculares teñidas con azafrán así como elementos 
celulares de la circulación sanguínea de diferentes anima-
les y de personas, lo que le permitió confirmar la teoría 
de Malpighi sobre la conformación de las redes capilares. 
Dedicó gran parte de su tiempo a estudiar espermatozoi-
des de distintas especies, así como la reproducción de 
aves y anfibios. Estudió también la morfología y anatomía 
de insectos, de algas microscópicas, anatomía e histología 
vegetal. Los protozoarios no escaparon a su curiosidad y 
sagacidad, los llamó pequeños Animalcula. Su habilidad, 
tenacidad, constancia y perseverancia en las observaciones 
lo llevaron a obtener importantes distinciones en su época, 
entre ellas —y quizá la más importante— fue el ser nom-
brado miembro de la Royal Society of London, así como 
recibir el nombramiento histórico de “Padre de la Embrio-
Aplicaciones de la microscopía 
en la histología y la biología celular
CAPÍTULO 1
Armando Zepeda Rodríguez
Figura 1-1. Microscopio fabricado por Anthony van Leeuwen-
höek, dimensiones reales, referencia a una mano de tamaño re-
gular.
Histología y biología celular2
logía, Protozoología, Bacteriología” y, por supuesto, “Padre 
de la Microscopía”.
Los descubrimientos realizados con ayuda del micros-
copio comenzaron en 1665 cuando Robert Hooke acuñó el 
concepto de “célula”; en 1833 Brown escribió sus observa-
ciones sobre el núcleo celular; en 1838 Mathias Schleiden y 
Theodor Schwann propusieron la “Teoría celular”; Kolliker 
en 1857 observó por primera vez mitocondrias; en 1879 
Flemingdescribió cromosomas en mitosis y 20 años más 
tarde Camilo Golgi describió lo que hoy se conoce como 
“aparato de Golgi”. 
La segunda etapa más importante en la historia de la 
microscopía se inicia en 1872 con Ernst Abbe Jahr, quien 
estableció las bases de la óptica para microscopía y la teoría 
matemática para fabricar de manera científica lentes para 
los microscopios. Desarrolló la fórmula del límite de reso-
lución, con la cual estableció que la resolución es depen-
diente de la longitud de onda de la luz (λ). Gracias a esto 
se desarrollaron al menos una decena de sistemas ópticos 
conocidos también como “métodos de contraste”. Desde 
entonces la microscopía se convirtió en una herramienta 
fundamental para el estudio de células y tejidos. 
El microscopio
La óptica de un microscopio está conformada por conden-
sador, objetivos, oculares y una fuente luminosa. Todos es-
tos elementos están soportados por un estativo, además de 
una platina y un portacondensador con mecanismos que 
permiten ajustarlos a las distancias óptimas para enfocar 
la preparación y el condensador, respectivamente, a la al-
tura justa para lograr la mejor iluminación en el plano de 
la preparación. La fuente de iluminación se localiza en la 
base del estativo; las lámparas han evolucionado confor-
me al desarrollo tecnológico de cada época; recientemente 
se incorporó a la iluminación el LED (light-emitting diode) 
diodo emisor de luz, cuya emisión puede generar luz blan-
ca o bien, luz de una λ específica (figura 1-2).
Condensador
El condensador está ubicado en un portacondensador por 
abajo de la platina, se mueve con una cremallera, acercán-
dolo al plano de la preparación o alejándolo, es decir, hacia 
arriba o hacia abajo; en el mismo portacondensador hay 
al menos un par de tornillos con los que es posible alinear al 
eje óptico. Como su nombre lo indica, el condensador tiene 
la función de concentrar la luz proveniente de la lámpara, 
tiene integrado un sistema de apertura continua (diafrag-
ma) que al abrir o cerrar regula la cantidad de luz que pasa 
por él, generando un efecto de contraste en la preparación 
histológica. Este tipo de condensador también recibe el 
nombre de condensador de Abbe (figura 1-3). Ese elemen-
to del microscopio puede tener variantes en su diseño para 
construir otros métodos de contraste, como se muestra en 
el esquema de cuatro sistemas ópticos. 
La calidad y proyección del cono de luz que el conden-
sador envía al objetivo es fundamental en la formación de la 
imagen. La apertura numérica (AN) es uno de los facto-
res que determinan la calidad y debe correlacionarse direc-
tamente con la AN del objetivo. El condensador puede ser 
de AN fija si no tiene lente abatible, pero si la tiene, la AN 
puede modificarse al abatirla. El valor de la AN se inscribe 
Figura 1-2. Microscopio fotónico de campo claro. Estructura 
y componentes más importantes de un microscopio de campo 
claro: 1) estativo, 2) platina, 3) portacondensador, 4) fuente 
luminosa, 5) control de intensidad, 6) condensador, 7) objetivos, 
8) revólver, 9) oculares y 10) fototubo.
Figura 1-3. Condensador de campo claro con lente frontal aba-
tible que cambia la AN y diafragma de iris para contraste.
3Capítulo 1 Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular
en la cubierta metálica del condensador. El tema de la AN 
se aborda a detalle más adelante en este mismo capítulo.
Objetivos
Los fabricantes de microscopios graban en el exterior de 
los objetivos los datos más importantes que el usuario debe 
conocer para su mejor uso, como es el tipo de objetivo. 
Por ejemplo: planapocromático, el valor la magnificación 
(10X) luego una línea diagonal el valor de la AN, que es un 
número usualmente menor de la unidad y hasta 1.4 como 
máximo, en la siguiente línea se observa el valor de la dis-
tancia de trabajo, usualmente 160 en milímetros o bien un 
símbolo de infinito (∞) que se refiere a la corrección al infi-
nito; finalmente, separado por una diagonal se especifica el 
grosor del cubreobjetos 0.17 mm, o bien, un guión medio 
(–) que indica que ese objetivo podría trabajar sin cubreob-
jetos sobre la preparación. Además de esta serie de datos, 
se reconoce un anillo de color cercano al revólver asociado 
a la magnificación y otro anillo de color, casi al borde del 
objetivo, presente sólo en aquellos para inmersión, el anillo 
de color negro indica que debe utilizarse con aceite como 
medio de inmersión, el color rojo para inmersión con glice-
rina y blanco para inmersión en agua (figura 1-4).
Oculares
Ambos oculares reciben la imagen desde un prisma que 
divide al haz luminoso que proviene del objetivo. En cada 
ocular están grabadas las características más importantes 
como el tipo de ocular, el valor de la magnificación seguida 
por una X, la cifra de campo y la indicación de correcciones 
para quienes utilizan lentes personales. La cifra de campo 
permite conocer el diámetro del campo visual según el ob-
jetivo utilizado; por ejemplo, para calcular el diámetro del 
campo visual utilizando un ocular con valor de 10X/20 con 
un objetivo de 40X, se divide el valor de la cifra de cam-
po (20) entre el valor de amplificación del objetivo (40), es 
decir, 20/40, el resultado es 0.5 de milímetro, lo que signi-
fica que el diámetro del campo visual con esa combinación 
es de la mitad de un milímetro; por tanto, el diámetro del 
campo visual en estas condiciones es de 500 micrómetros 
(figura 1-5).
La magnificación final de la imagen formada por un 
microscopio se obtiene multiplicando la magnificación del 
objetivo por la del ocular. Por ejemplo, si se utilizó el ob-
jetivo de 40X y un ocular de 10X, la magnificación total 
es de 400X. En algunos microscopios el fabricante incor-
pora lentes intermedias entre objetivo y ocular (optovar), 
usualmente con factores de 1.25X, 1.6X y 2.0X de tal forma 
que si se considera el (1.25X) con el ejemplo anterior; 400X 
debe ser multiplicado por 1.25X, lo que da una magnifica-
ción final de 500X.
Resolución y apertura numérica
La resolución de un sistema óptico está definida como la 
distancia mínima entre dos objetos a la cual estos objetos 
se pueden apreciar como individuales y es dependiente de 
la longitud de onda de la energía utilizada en el sistema óp-
tico. La fórmula para calcular resolución fue desarrollada 
por Ernst Abbe Jahr y es conocida como ecuación de Abbe 
(figura 1-6).
Figura 1-4. Revólver. Objetivo planapocromático para contras-
te de fases (Ph), 100X de magnificación, 1.3 de AN, factor de 
tubo de 160 mm y de inmersión al aceite.
Figura 1-5. Ocular Kpl de campo amplio (W), 10X de magnifica-
ción, 20 unidades de cifra de campo, corregido para ser utilizado 
con lentes graduados personalizados.
Figura 1-6. Ecuación de Abbe para calcular la resolución en 
función de la longitud de onda de la luz y de la apertura numérica.
δ =2η sen α
λ
Histología y biología celular4
En donde:
d es la resolución. 
l es la longitud de onda de la luz expresada en nanómetros 
(nm).
h es el índice de refracción del medio óptico colocado entre 
la lente frontal del objetivo y el cubreobjetos de una prepa-
ración histológica (aire = 1.0; agua = 1.33; aceite de inmer-
sión = 1.5).
a Unidad angular, es el ángulo entre el eje óptico y los rayos 
de luz desviados, 
Como la d es dependiente de la l y ésta se sitúa en el divi-
dendo de la fórmula, el divisor es el producto de dos veces 
el índice de refracción del medio óptico situado entre la 
lente frontal y el cubreobjeto de una preparación histoló-
gica y multiplicado por la mitad de la apertura del ángu-
lo del objetivo utilizado (cuadro 1-1). En trigonometría, la 
función seno de un ángulo (sen a) hasta de 90° es igual 
a 1. El producto que aparece como numerador en la fór-
mula expresa en su conjunto lo que en esencia es la NA, 
que es la medida del ángulo del cono de luz captada por 
un objetivo. Esta situación se optimiza cuando se emplean 
condensador y objetivo de alta apertura numérica y aceitede inmersión entre el objetivo y la laminilla.
Cuadro 1-1 Poder de resolución.
Ojo humano Microscopio fotónico
Microscopio 
electrónico
Poder de 
resolución
2 500 nm 200 nm 1 nm
A fin de calcular la resolución sólo para el objetivo se em-
plea la ecuación de la apertura numérica:
NA = h sen a
y si se sustituye en la ecuación de Abbe el divisor por NA, 
entonces la ecuación queda así:
d = l
NA
Calcule la resolución para un objetivo con una NA de 0.9 
y otro con 1.4 de NA, recibiendo una longitud de onda de 
400 nm. Al sustituir estos valores en la última ecuación, 
entonces para los 400 nm divididos entre 0.9, d es igual a 
444 nm y divididos entre 1.4, d es igual a 282 nm. De modo 
que estructuras cuya separación entre sí sea menor a 
444 nm y a 282 nm, respectivamente, no pueden ser discri-
minadas como independientes. 
Sistema óptico de campo claro
Este método de contraste utiliza en esencia el diseño del 
microscopio antes descrito y recibe el nombre de campo 
claro (CC) debido a que utiliza una fuente de iluminación 
de luz blanca al menos de 5 000 K de temperatura de color; 
un filtro de compensación azul, colocándolo encima del 
diafragma de campo y antes del condensador. El condensa-
dor de CC enfoca el haz luminoso en el plano de la prepara-
ción e incluye un diafragma de contraste. Después de que el 
haz luminoso pasa por el condensador y por la preparación, 
entra al objetivo, que se encarga de formar una imagen real, 
aumentada e invertida del objeto, el ocular recibe la imagen 
formada por el objetivo y la amplifica. La distancia entre 
el foco posterior al objetivo y el foco anterior al ocular se 
llama longitud del tubo, que por lo general es de 160 milí-
metros (figura 1-7). 
Cuando a nivel de la platina y en la trayectoria del haz 
luminoso de luz blanca se colocan laminillas con cortes 
histológicos o con marcadores por inmunohistoquímica, la 
estructura histológica que ha incorporado alguno o algu-
nos colorantes y/o marcadores debe saltar a la vista, con-
trastándose contra el fondo neutro, que debe ser bien claro.
Sistemas ópticos 
(métodos de contraste)
Además del CC, se conocen varios métodos de contraste 
que son alimentados por luz: el campo oscuro (CO), la luz 
polarizada (LP), el contraste de fases (CF), el contraste di-
ferencial de interferencia (CDI) o “sistema de Nomarsky”, 
la fluorescencia, el microscopio de barrido láser confocal 
(LSCM) (cuadro 1-2). En otro grupo están los microscopios 
electrónicos, alimentados por partículas de carga negativa 
(electrones) como el microscopio electrónico de transmi-
sión (TEM) y microscopio electrónico de barrido (SEM), 
con un potencial de resolución de orden subnanométrico 
y magnificaciones hasta de un millón de aumentos. Ambos 
grupos de microscopios son utilizados para estudiar la es-
tructura y la ultraestructura de células y tejidos, aportando 
información morfológica en la enseñanza como en la in-
vestigación en áreas morfológicas de orden microscópicas 
y nanoscópicas.
Figura 1-7. Imagen de células epiteliales teñidas con Papanico-
laou, observadas en sistema óptico de campo claro.
5Capítulo 1 Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular
Cuadro 1-2 Sistemas ópticos y aplicaciones.
Método de contraste Aplicación
Campo claro Técnica histológica, marcadores 
inmunohistoquímicos
Campo oscuro Células vivas en medio acuoso
Luz polarizada Pelo, fibras naturales y artificiales, 
cristales
Contraste de fases Cultivos celulares, especímenes 
biológicos vivos 
Fluorescencia Clorofila, cerumen, variedad 
de fluorocromos 
Campo oscuro (CO)
El sistema óptico de CO está basado en la dispersión de la 
luz en sistemas coloidales y aprovecha el efecto de Tyndall. 
El condensador es especial en su diseño, la luz que recibe 
desde la fuente luminosa es bloqueada parcialmente en el 
centro y sólo pasa por la periferia del mismo, sus paredes 
son reflejantes, enfoca la luz en forma casi tangencial al sa-
lir del mismo; por lo que si en la platina no se coloca la pre-
paración adecuada, el campo observado será absolutamen-
te oscuro, ya que la luz no alcanza a entrar en el objetivo. 
Cuando la preparación contiene partículas en suspensión o 
células vivas con cilios o flagelos en movimiento, provoca-
rán dispersión de la luz cambiando su trayectoria envián-
dola al objetivo. Las células brillarán contrastadas contra 
un fondo totalmente oscuro. La experiencia de observar 
este sistema óptico será comparada con observar un cielo 
estrellado (figura 1-8).
Luz polarizada
Existen cuatro tipos de polarización: absorción, reflexión, 
dispersión y por birrefringencia (doble refracción). El sis-
tema óptico de LP utiliza como base al de CC. Cuando 
en forma consecutiva a lo largo de un mismo eje óptico 
se colocan dos polarizadores, al primero se le denomina 
polarizador mientras que al segundo analizador. Si los ejes 
de polarización están cruzados (90° entre ambos) la luz no 
logrará salir del analizador, según la ley de Malus (Tipler, 
Mosca). El polarizador se coloca entre la fuente de ilumi-
nación y la base del condensador, el analizador se coloca en 
el eje óptico entre el objetivo y el ocular. El campo formado 
entre el polarizador y el analizador se conoce como campo 
de luz polarizada, de tal modo que el analizador bloquea 
las longitudes de onda orientadas conforme al polarizador, 
por lo que es imposible registrar algún rayo de luz por la 
salida del ocular. Cuando en la platina se coloca una prepa-
ración con actividad óptica al campo de luz polarizada, ésta 
cambiará su patrón de vibración por birrefringencia. Este 
sistema es ideal para analizar la presencia de cristales como 
el almidón, oxalatos, urea o polímeros incluidos en tejidos 
con o sin tinción y aun en forma aislada. Estos materia-
les aparecen en el campo de observación con algún patrón 
de formas y colores característicos, contrastados contra el 
resto del campo que es negro por la ausencia de luz. La 
óptica utilizada en este sistema debe ser destensada para 
evitar la inducción de birrefringencia. Los condensadores 
y objetivos son identificados con la leyenda “Pol” en color 
rojo (figura 1-8). 
Contraste de fases 
Fritz Zernike revolucionó la investigación en biología ce-
lular con la innovación del sistema óptico de CF, mediante 
el cual fue posible observar especímenes biológicos como 
células en cultivo y organismos vivos sin teñir; esto le valió 
el Premio Nobel en Física en 1953. El sistema óptico de CF 
revela las diferencias entre los índices de refracción de los 
diferentes componentes celulares y el citoplasma, contras-
tándolos y evidenciándolos por su grosor y densidad como 
diferencias de intensidad luminosa. Estas pequeñas dife-
rencias de contraste son producidas por la naturaleza de la 
muestra y se intensifican por el diseño del sistema óptico. 
El sistema se construye a partir de un sistema óptico de CC 
al que se incorporan un par de anillos de fase (Ph) que tra-
bajan de manera complementaria. El primero es un anillo 
claro por el cual pasa la luz y está inscrito en una placa que 
bloquea el resto de la luz desde el condensador. El segundo 
anillo es el inverso del primero, es oscuro y sólo él bloquea 
la luz que ha dejado pasar el anillo del condensador, es de-
cir, que tanto el centro como la periferia del objetivo dejan 
pasar la luz. 
La combinación de este conjunto de anillos logra des-
fasar algunas longitudes de onda. Tanto el objetivo como 
el condensador tienen una leyenda Ph seguida por un nú-
mero que va de 1 a 3 (p. ej., Ph2), que al utilizar este siste-
ma deberán ser superpuestos y alineados entre sí (figura 
1-9). La eficiencia de este sistema óptico se alcanza con 
a b c d
Figura 1-8. Diagrama simplificado de cuatro sistemas ópticos 
con atención a condensador y objetivo: a) campo claro, b) campo 
oscuro, c) luz polarizada y d) contraste de fases.
Histología y biología celular6
luz verde monocromática; observando organismos y célu-
las in vivo muy delgados y en soluciónacuosa, el núcleo 
y los organelos aparecen más oscuros que el citoplasma, 
mientras que los contornos celulares se aprecian como 
halos brillantes. 
Sistema óptico de fluorescencia
El británico sir George G. Stokes acuñó el término “fluo-
rescencia” después de observar el mineral fluorspar cuan-
do lo iluminaba con energía ultravioleta. La microscopía 
de fluorescencia fue en un inicio estudiada por August 
Köhler y Carl Reichert, después hubo un largo periodo en 
que quedó casi en desuso; en fechas recientes se ha con-
solidado como una técnica indispensable en la medicina y 
la biología celular. Muchos especímenes, como minerales, 
cristales, resinas, fármacos, mantequilla, clorofila, ceru-
men y vitaminas muestran autofluorescencia cuando son 
radiados con energía ultravioleta. Entre 1930 y 1939, el aus-
triaco Max Haitinger desarrolló la técnica de fluorescencia 
secundaria empleando fluorocromos para marcar compo-
nentes celulares de bacterias y de otros microorganismos 
sin autofluorescencia (figura 1-10). En 1950, Albert Coons 
y Nathan Kaplan demostraron la localización de antígenos 
en tejidos tratados con un anticuerpo marcado con fluo-
resceína. Dicha técnica ha resuelto interrogantes sobre la 
estructura y función de órganos, tejidos y células, además 
de ser fundamental en estudios de inmunolocalización de 
proteínas y macromoléculas participantes en vías de seña-
lización. El fenómeno de la fluorescencia se basa en la lu-
miniscencia, definida como la capacidad de un cuerpo para 
emitir energía ultravioleta, infrarrojo o luz visible durante 
el paso de un estado de excitación a su estado de reposo 
(estado básico). La luminiscencia tiene dos fenómenos: la 
fosforescencia —en la que un cuerpo emite energía conti-
nua por tiempo prolongado— y la fluorescencia —capaci-
dad de algunas sustancias químicas conocidas como fluo-
rocromos para absorber longitudes de onda, almacenarla 
y liberarla después como luz visible de mayor longitud de 
onda—. Se conocen dos tipos del sistema óptico de fluores-
cencia: el primero por transiluminación y el segundo por 
epifluorescencia. La fuente de iluminación es una lámpara 
a base de vapor de mercurio que emite un espectro en azul 
y en ultravioleta. Esta energía es filtrada en forma selectiva 
por un juego de filtros de excitación antes de llegar al espé-
cimen, que luego de ser radiado emite longitudes de onda 
de la luz visible. Después de pasar por el objetivo y antes 
del ocular pasa por un juego de filtros barrera que bloquean 
el exceso de energía ultravioleta y sólo dejan pasar la lon-
gitud de onda seccionada, revelando sólo la fluorescencia. 
El campo visual es un campo oscuro en el que resaltan los 
colores de la autofluorescencia o bien de los fluorocromos. 
El condensador y los objetivos utilizados en este sistema 
deben ser corregidos y destensados. 
Una de las técnicas más comunes es el DAPI (4´,6-dia-
midino-2-fenilindol), fluorocromo que marca el ácido 
desoxirribonucleico (DNA), tiene alta afinidad por las ba-
ses adenosina-timidina (A-T), regiones de pares de bases 
en el DNA, es excitada por ultravioleta con rangos de ab-
sorción de 355 nm. 
Iluminación de Köhler
A fin de que todos los componentes de un microscopio 
rindan de manera eficiente y se optimice la calidad, el eje 
óptico deberá estar alineado y con la cantidad y calidad de 
luz adecuada para iluminar uniformemente el plano de la 
preparación, para que resalten adecuadamente los colo-
rantes de las tinciones en el tejido procesado para este fin. 
Realizar el procedimiento de la iluminación de Köhler brin-
da beneficios como tener un campo visual uniformemente 
iluminado y neutro, apreciar imágenes brillantes y nítidas, 
además de realizar la observación de manera placentera, 
el método fue desarrollado por August Köhler en 1953 
(figura 1-11).
Después de colocar la preparación histológica en la 
platina y encender la lámpara de microscopio:
 1. Mover el condensador con la lente frontal no abatida a 
media altura aproximadamente. 
 2. Enfocar la preparación histológica con el objetivo 10X.
Figura 1-10. Esquema que representa el principio de fluores-
cencia. Una sustancia fluorescente recibe energía de longitud de 
onda no visible, resta energía y la reemite en longitud de onda 
visible.
UV 365 nm invisible
E
565 nm visible
Figura 1-9. Anillos de contraste de fases. Representación de 
los anillos de fase (Ph) complementarios de condensador y de ob-
jetivo: a la izquierda se encuentran no alineados; a la derecha se 
aprecian alineados.
7Capítulo 1 Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular
 3. Cerrar a dos tercios el diafragma de campo para ubicar 
la posición del haz luminoso. 
 4. Mover el condensador en posición vertical hasta ob-
tener la máxima intensidad y observar el contorno 
geométrico del diafragma. 
 5. Centrar los bordes del diafragma de campo al campo 
visual, con los tornillos de centrado del condensador. 
 6. Abrir gradualmente el diafragma de campo, hasta el 
borde, y centrarlo nuevamente, abrirlo hasta que desa-
parezca detrás del borde del campo visual. 
 7. Regular el contraste de la imagen con ayuda del dia-
fragma del condensador. 
 8. Colocar el filtro azul para compensar la temperatura 
de color y contrastar la tinción (o tinciones) con el 
campo claro.
Microscopio de barrido láser confocal 
(LSCM)
La microscopía fotónica ha sido objeto de muchos cambios 
en las últimas dos décadas, el mejor ejemplo es la LSCM, 
que constituye un sistema especializado, en el que uno o 
varios rayos láser barren distintos planos focales de un mis-
mo espécimen y forma imágenes seriadas, que son alma-
cenadas a través de un software como archivo digital. Este 
sistema ha revolucionado la biología celular, proporciona 
ventajas extraordinarias, debido a su magnífica nitidez y 
capacidad de información en 1.5 veces más que la micros-
copía fotónica, también constituye una poderosa herra-
mienta para analizar la estructura de células y tejidos vivos 
así como fragmentos histológicos sin que éstos sufran daño 
tanto por transmisión como por reflexión. La extensión de 
la magnificación permite hacer reconstrucciones tridimen-
sionales con gran precisión y reduce de manera notable el 
blanqueo de la fluorescencia por exposición innecesaria y 
—quizá lo más importante— elimina el efecto de desenfo-
que. Estas ventajas han hecho de la microscopía una disci-
plina de gran popularidad gracias a su opción de generar 
imágenes limpias y bien definidas, incluso de especímenes 
vivos en tercera dimensión con amplia profundidad de 
campo. El rayo láser es la piedra angular en este sistema, 
su nombre es un acrónimo de su nombre en inglés: Light 
Amplification by Stimulated Emission of Radiation (LASER); 
se trata de un dispositivo que crea y amplifica un fino haz de 
luz, intensificándolo y haciéndolo coherente (figura 1-12). 
Fue inventado por Arthur L. Schawlow y Charles H. Towens 
y su artículo fue publicado en la revista Physical Review en 
1958. La estimulación de la radiación es producida por un 
cristal de rubí o por la presencia de gases como el argón. 
Este láser barre en X,Y mientras que la muestra es movida 
en eje Z —al final de su trayectoria el detector y su foto-
multiplicador con apertura especial—, un objetivo de alta 
apertura numérica y un espejo dicroico. 
El rayo láser incide sobre la muestra por una peque-
ña apertura y es enfocado sobre el plano de la imagen del 
objetivo, así la luz reflejada regresa al mismo punto pero 
reenfocada y transmitida por una apertura muy pequeña 
sin pérdida de señal, de manera que la luz colateral a los 
ejes principales dispersa es bloqueada por la apertura prin-
cipal y la imagen es de gran definición. Tanto la apertura 
de iluminación como la de retorno tienen un foco común. 
Las aplicaciones del LSCM son muy diversas en la 
biología celular, se analizan: microtúbulos, mitocondrias, 
DNA, actina, retículo endoplásmico, membrana celular, 
marcadores inmunológicos, cultivoscelulares, biopsias, etc. 
Todas las ventajas que la microscopía confocal ofrece, son 
respaldadas por eficientes equipos de cómputo y softwa-
re capaces de integrar imágenes y presentarlas en tercera 
Figura 1-11. Iluminación Köhler. A la izquierda se observa el 
campo visual con imagen de diafragma de campo descentrado, a 
la derecha la imagen muestra los bordes del diafragma de campo 
centrados concéntricamente con el campo de observación.
Divisor
Objeto
Láser
Barrido
Espécimen
Control en Z
Z
XY
Apertura
Fotomultiplicador
XY
Figura 1-12. Esquema de los principales elementos ópticos de 
un LSCM.
Histología y biología celular8
dimensión en forma dinámica, así como almacenarlas y 
procesarlas con excelente velocidad y resolución. Algunas 
de las técnicas más utilizadas por los investigadores son: 
marcaje múltiple, barrido en línea, cortes aislados, recons-
trucción tridimensional (3-D) y estéreo de imágenes. Las 
imágenes obtenidas con este sistema pueden ser editadas 
desde la pantalla y almacenadas o impresas. Las unidades 
de memoria sirven para almacenar muchas imágenes en 
unidades de disco extraíbles. Recientemente el sistema de 
deconvolución digital que capta imágenes desde un mi-
croscopio convencional de fluorescencia y de manera digi-
tal elimina el desenfoque. 
Después de la muerte de Carl Zeiss, su entrañable amigo 
Ernst Abbe estableció en 1889 la fundación Carl Zeiss 
y dos años más tarde cedió los derechos que su amigo 
le había heredado de las industrias Zeiss junto con los 
talleres de óptica y de vidrio Schott a los trabajadores, 
dejándolos como únicos propietarios desde 1891 y has-
ta la fecha.
Microscopía electrónica
Desde su aparición, el microscopio electrónico ha contri-
buido de manera sustancial al conocimiento de la ultraes-
tructura celular y tisular, ha permitido describir la organi-
zación celular y los organelos, así como su relación entre 
ellos, tanto en vegetales como en animales. También ha 
contribuido de manera significativa a encontrar respuestas 
a interrogantes fundamentales relacionadas con la estruc-
tura celular normal y patológica. 
En 1924, Prince Pierre Raymond Louis-Victor de Bro-
glie (1892-1987) propuso que cuando los electrones eran 
sometidos a campos magnéticos, éstos modificaban su tra-
yectoria. En 1926, H. Busch descubrió que los electrones li-
berados de un átomo pueden describir trayectorias al igual 
que el comportamiento ondulatorio de la luz, con la condi-
ción de hacerlos viajar en un ambiente sometido al vacío; 
de esta manera alcanzan una longitud de onda de 0.004 nm, 
reduciendo en unas 100 000 veces el valor de la longitud 
de onda de los fotones. En 1931, Ernst Ruska y Max Knoll 
plasmaron todos esos conocimientos y construyeron el 
primer microscopio electrónico de transmisión. Con este 
desarrollo tecnológico se abrió la puerta a un mundo inac-
cesible hasta entonces y, así, se inició una nueva era en el 
conocimiento. 
Los detalles de la naturaleza a nivel de estructuras 
subcelulares serían vistos y cuestionados por cientos de in-
vestigadores en todo el mundo, muchos biólogos celulares 
hasta entonces suponían que la célula era una bolsa llena 
de enzimas con un protoplasma desprovisto de estructura 
interna. En la segunda mitad del siglo xx se innovaron y 
desarrollaron técnicas de preparación de muestras para ser 
analizadas con el instrumento recién comercializado. In-
vestigadores de diferentes áreas aplicativas contribuyeron 
con muchas y diferentes técnicas, entre ellos se cuentan los 
nombres de Albert Claude, Don Fawcett, Earnes Fullam, 
Andrey Glauert, Hugh Huxley, Bob Horne, Charles Leblon, 
John Luft, George Palade, Daniel Pease y Fritjof Sjöstrand. 
En 1974, Palade y Claude recibieron el Premio Nobel de 
Medicina por sus contribuciones con microscopía electró-
nica a la biología celular. En 1986, Ruska recibió el Premio 
Nobel de Física en reconocimiento a su importante contri-
bución. 
Por otra parte, las ciencias que se han visto beneficia-
das con las aplicaciones del microscopio electrónico son la 
anatomía, bioquímica, microbiología, patología, fisiología, 
toxicología, virología, biología estructural y la biología ce-
lular, entre otras. En particular los anatomistas, los biólogos 
celulares y los patólogos son los investigadores más ligados 
al uso del microscopio electrónico. El constante perfeccio-
namiento de este instrumento lo ha llevado a resolucio-
nes subnanométricas, con amplificaciones hasta de un mi-
llón de veces. En un inicio se desarrollaron dos tipos básicos 
de microscopios electrónicos: microscopio electrónico de 
trans misión (TEM) y el microscopio electrónico de barrido 
(SEM), con grandes variantes y múltiples aplicaciones en 
un mismo equipo. En cuanto al primer SEM, fue construi-
do por Von Ardenne en Alemania, en tanto que el primero 
fabricado de manera comercial fue construido en 1963. 
Microscopio electrónico 
de transmisión
El TEM está conformado por sistemas básicos para su fun-
cionamiento. La columna electrónica es el elemento prin-
cipal, en ella se aloja el cilindro de Wehnelt (CW) o cañón 
de electrones, lentes electromagnéticas, lentes correcto- 
ras de astigmatismo, aperturas y una platina, además de un 
sistema de enfriamiento de los lentes. En lo más alto de la 
columna está el CW y en su interior se localiza el filamento 
(por lo general de tungsteno) que es alimentado por un vol-
taje de baja intensidad para calentarlo; de forma indepen-
diente, el CW recibe una corriente negativa de alta tensión, 
lo que establece una diferencia de potencial eléctrico en-
tre éste y el ánodo, los electrones son proyectados al vacío 
por el voltaje de aceleración desde el filamento, alcanzando 
unos 150 000 km/s a 80 kW. 
La conducta de los electrones por efecto del voltaje 
de aceleración y de su carga hace que este sistema funcio-
ne como una lente electrostática, formándose un primer 
foco o crossover en las inmediaciones del ánodo. Hay tres 
tipos de lentes electromagnéticas y, según su función, son 
condensadoras, objetivas y proyectoras, además de algunas 
bobinas correctoras de astigmatismo. Entre la última lente 
condensadora y la proyectora está la platina, encargada de 
9Capítulo 1 Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular
dar movimiento a la rejilla en la que se coloca la muestra; 
otro elemento importante son las aperturas colocadas en 
diferentes regiones de la columna y que se encargan de op-
timizar el haz de electrones y de incrementar el contraste 
(figura 1-13).
La eficiencia del sistema de vacío determina de mane-
ra importante la calidad de las imágenes. La presencia de 
cualquier molécula de gas en la trayectoria de los electro-
nes les impediría llegar al espécimen e interaccionar con él, 
bloqueando la posibilidad de generar imágenes; por lo que 
la columna del microscopio electrónico debe estar some-
tida a presión negativa por un eficiente sistema de vacío. 
Este sistema se activa en dos etapas: la primera es el pre-
vacío y la segunda es el alto vacío. En el primer caso, una o 
dos bombas mecánicas evacuan grandes volúmenes de gas 
y sirven de apoyo permanente a las bombas de la segunda 
etapa, que son bombas de alta eficiencia y actúan evacuan-
do gases a nivel molecular (figura 1-14).
Microscopio electrónico de barrido
El SEM o scanning posee dos grandes ventajas sobre otros 
sistemas ópticos, su gran profundidad de campo y el efecto 
de tercera dimensión (figura 1-15). Es ampliamente utiliza-
do en el estudio de la morfología, la topograf ía, en análisis 
elemental y en la cristalograf ía. 
El microscopio de barrido cuenta con una columna 
electrónica más pequeña que la del TEM, el sistema de len-
tes crea y modula el haz de electrones y, a diferencia del 
TEM, carece de lente proyectora. Otra diferencia esencial 
es la presencia de una cámara para el espécimen que, como 
su nombre lo indica, lo aloja además de los detectores. Se 
trata de un sistema de lentes colimadores que gobiernan la 
rapidezdel barrido y su desplazamiento sobre la muestra. 
La superficie es rastreada en forma lineal por el spot del 
haz desde un sitio en la esquina superior izquierda y hasta 
el final de esa misma línea; este ciclo se repite en la línea 
inmediata inferior y así de manera sucesiva hasta cubrir 
toda el área observada. El recorrido completo puede durar 
desde fracciones de segundo hasta varios segundos, lo cual 
significa que el haz se desplaza sobre la muestra durante 
Figura 1-13. Microscopio electrónico de transmisión EM10C, 
con aceleración de voltaje de 100 keV para cortes de material 
biológico embebidos en resina.
Figura 1-14. Electromicrografía de corte de miocardio obser-
vado en un microscopio electrónico de transmisión a 80 keV. 
Barra = 1 micrómetro.
Figura 1-15. Microscopio electrónico de barrido DSM-950 
(scanning) con aceleración de voltaje de 30 keV con detectores 
de electrones secundarios y de retrodispersos.
Histología y biología celular10
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Bibliografía
la observación, recorriendo punto a punto la superficie y 
recolectando información en un sistema de coordenadas 
(X, Y) y además en posición Z. Toda la información es inte-
grada y mostrada en la pantalla del equipo como una imagen. 
El voltaje de aceleración en el SEM va desde unos 0.5 
keV hasta 30 keV. La naturaleza del espécimen determinará 
la elección de la diferencia de potencial utilizada para su 
análisis. La materia orgánica está compuesta de elementos 
ligeros, por lo que es muy lábil cuando se expone al haz de 
electrones sin el tratamiento adecuado.
Cuando el haz de electrones se impacta en la prepa-
ración, causa una zona de múltiples colisiones conocida 
como “volumen de interacción” y se disipa la energía ci-
nética adquirida en su trayectoria, con lo que se producen 
diferentes señales potencialmente detectables. Los princi-
pales son tres tipos de electrones: Auger, secundarios (SE) y 
retrodispersos (BSE); además de energía en forma de rayos 
X. Con estas señales es posible recuperar varios tipos de 
información en un SEM: topograf ía, textura, composición 
química y estructura cristalina. Los SE generan imágenes 
de gran definición con un juego de contraste y brillo en ter-
cera dimensión (figura 1-16).
Figura 1-16. Miocardio fracturado en congelación y observado 
en un microscopio electrónico de barrido a 15 keV con electro-
nes secundarios. Barra = 2 micrómetros.
Ernst Ruska y Max Knoll construyeron el primer micros-
copio electrónico de transmisión en 1931 y que hasta 
1986 le otorgaron a Ruska el Premio Nobel en Física 
por su invención; el premio fue compartido con los dos 
inventores del microscopio de tunelaje, Gerd Binnig y 
Heinrich Rohrer. 
Actividades prácticas: Aplicaciones de la 
microscopía en la histología y la biología 
celular
Puntos clave para recordar
1. ¿Cuál es el poder de resolución de un microscopio ali-
mentado con longitud de onda?
2. ¿Cómo se calcula la magnificación total de salida a ocu-
lares en un microscopio fotónico? 
3. ¿Cuál es la aplicación fundamental de un microscopio 
con sistema óptico de campo claro?
4. En microscopía electrónica se conocen dos plataformas 
básicas para analizar células y tejidos, ¿cuáles son?
5. ¿Cuál es el poder de resolución en microscopía electró-
nica?
Capítulo 2 Técnica histológica
Técnica histológica
El objeto de estudio de la histología son los tejidos (y las 
células que los componen). A fin de estudiarlos y com-
prenderlos, cuenta con dos poderosas herramientas que le 
permiten observar la microestructura celular y tisular: la 
microscopía y la técnica histológica. 
La técnica histológica es la serie de pasos ordenados 
que permiten preparar al tejido para su observación a tra-
vés del microscopio. El tejido se prepara para su observa-
ción de acuerdo con el tipo de microscopio que será utili-
zado.
En el caso de la microscopía de campo claro, la técnica 
más común para preparar las muestras es la técnica histo-
lógica ordinaria o de inclusión en parafina. En este proceso, 
las muestras se infiltran en parafina, con el fin de que ten-
gan la consistencia adecuada para obtener los bloques con 
las muestras o especímenes. Una vez que se tienen los blo-
ques (inclusión), éstos se cortan en un equipo que se llama 
micrótomo y con el que se obtienen cortes muy delgados 
(micrómetros de espesor) lo que permite observar las es-
tructuras celulares y tisulares. Un paso más allá que ofrece 
la información más detallada corresponde al momento de 
aplicar la tinción, que da colores a la muestra y gracias a 
ello es posible identificar diversas estructuras mediante la 
observación de estas preparaciones con el microscopio de 
campo claro. 
Pasos de la técnica histológica
A continuación se describen los pasos y objetivos princi-
pales de la técnica histológica ordinaria o de inclusión en 
parafina.
Obtención
Estrictamente, este paso no está considerado dentro de la 
técnica histológica; sin embargo, cualquier muestra a pro-
cesar primero debe obtenerse. En esta sección vale la pena 
hacer mención de algunos conceptos importantes relacio-
nados con la obtención de las muestras:
• Biopsia. La muestra se obtiene de un individuo vivo.
• Necropsia. La muestra se obtiene de un cadáver.
• Biopsia incisional. Se obtiene una sección de la le-
sión. 
• Biopsia excisional. Es extraída la lesión completa.
• Tipos de biopsias. De acuerdo con el tipo de tejido 
que sea necesario obtener, es el tipo de biopsia ade-
cuado. Considere algunos ejemplos: 
� Punción y aspiración con aguja fina (PAAF). Teji-
dos líquidos como la sangre se obtienen por este 
método.
� Punción y aspiración con aguja gruesa (PAAG). 
La médula ósea roja, al ser un tejido más viscoso 
que la sangre, se obtiene con una aguja de mayor 
calibre.
� Citología exfoliativa. Las células que se pueden 
desprender de los epitelios (como las de endocér-
vix y exocérvix), de cavidad oral o de alguna lesión, 
se obtienen a partir de un raspado o cepillado. 
Una vez adquirida la muestra que se desea estudiar, de 
inmediato debe procederse al paso siguiente y que es cru-
cial: la fijación.
Fijación
La importancia de este paso radica en que es el momento 
en el que se detienen los procesos vitales de las células del 
tejido obtenido, se evitan los procesos autolíticos y se es-
tabilizan las biomoléculas de la muestra; además, provee 
un poco de dureza a ésta. Con la fijación se obtiene un ele-
mento clave: se conservan las proteínas de la célula. Sólo si 
se realiza una fijación adecuada de la muestra los pacientes 
puedenrecibir un diagnóstico preciso y acertado, los pro-
yectos de investigación para observar las diferencias entre 
los tratamientos serán exactos y toda la información deri-
vada del examen histológico será confiable.
Técnica histológica
CAPÍTULO 2
Raquel Guerrero Alquicira
Marcela Rojas Lemus
Teresa I. Fortoul van der Goes
Histología y biología celular12
La fijación de una muestra puede efectuarse median-
te inmersión o perfusión. La inmersión ocurre cuando la 
muestra se sumerge en el fijador y éste penetra de manera 
paulatina de la periferia al centro de la muestra, en tanto 
que la perfusión se propicia cuando el fijador se inyecta al 
torrente sanguíneo del organismo y, por ende, se distribuye 
y fija a los tejidos acorde con el flujo de la circulación. En la 
fijación se emplean sustancias denominadas fijadores; el fi-
jador más utilizado es el formol o formalina al 10 por ciento. 
A fin de que una muestra se fije de manera adecuada, 
debe ser embebida en el fijador en pequeños trozos (no ma-
yores a 1 cm3); por cada centímetro cúbico de muestra, se 
deben colocar 10 cm3 de fijador. El tiempo ideal para que el 
formol penetre en los tejidos es de 24 a 48 horas. Una vez 
que la muestra se fija, puede continuarse con el siguiente 
paso.
Deshidratación
Una vez que la muestra está fijada, es necesario considerar 
que las células tienen agua en su interior, debido a que es 
un componente tisular abundante. Las muestras se deshi-
dratan con alcohol en concentraciones crecientes. El agua 
abandona de manera paulatina los tejidos y, al final de este 
paso, el agua ha sido reemplazada con alcohol.
Aclaración o difanización
El alcohol debe ser reemplazado con un agente aclarante 
(xileno, tolueno o benceno), debido a que la parafina no es 
miscible en alcohol, pero sí lo es en los solventes orgánicos 
como los agentes aclarantes. En este paso, la muestra tam-
bién adquiere cierta transparencia.
Infiltración e inclusión 
Son dos pasos simultáneos en los que se emplea parafina 
líquida. La infiltración ocurre cuando la parafina penetra al 
interior de las células y de las estructuras tisulares; la inclu-
sión alude al momento en que el tejido es embebido en la 
parafina, para formar un bloque. 
Corte o microtomía
Una vez que la parafina se ha solidificado y tiene la consis-
tencia adecuada, entonces el tejido está listo para cortarse. 
Las rebanadas de tejido que se deben obtener para que la 
muestra permita el paso de la luz del sistema óptico del mi-
croscopio deben tener en promedio un espesor de 5-10 mi-
crómetros. Los cortes se obtienen con el micrótomo, que 
es el instrumento que permite obtener estas rebanadas tan 
delgadas.
Desparafinización
Los cortes deben ser desparafinizados, ya que los coloran-
tes no son miscibles en la parafina y sería imposible teñir-
los, por lo que es preciso realizar el proceso inverso: se em-
plean agentes aclarantes para que reemplacen a la parafina. 
Tales agentes confieren también transparencia al corte.
Rehidratación
Ahora en el corte los espacios están ocupados por agentes 
aclarantes, los cuales deben ser reemplazados por alcohol 
y al final con agua. En este proceso el corte se somete a la 
rehidratación mediante la inmersión en alcohol en concen-
tración decreciente. 
Tinción 
Los cortes, al ser tan delgados y al haber pasado por el 
agente aclarante, son totalmente transparentes. A fin de 
diferenciar estructuras, se tiñen para conferirles contraste. 
Los cortes pueden ser coloreados con tinciones monocró-
micas, bicrómicas o tricrómicas. Este apartado se ampliará 
más adelante.
Montaje 
Una vez que el corte ha sido teñido, debe ser protegido para 
que se conserve. A cada corte se le coloca resina sintética 
(transparente) y un cubreobjetos. 
Métodos de coloración 
Existen diversos colorantes y diversas combinaciones de 
éstos que se emplean para teñir las muestras. De acuerdo 
con el número de colorantes empleados es factible clasifi-
carlos en monocrómicos, bicrómicos o tricrómicos. A con-
tinuación se listan algunos que son empleados con mayor 
frecuencia. 
Tinciones monocrómicas
Azul de toluidina. Con esta tinción se observa la muestra 
en diferentes tonos de azul.
Azul del metileno. Con esta tinción se observa la muestra 
en diferentes tonos de azul.
Tinciones bicrómicas
Hematoxilina-eosina. Es la más utilizada —por ello reci-
be también el nombre de “tinción convencional”— y ayuda 
a identificar los componentes ácidos (basófilos) y los bási-
cos (acidófilos) de las muestras. Se emplean dos colorantes 
(hematoxilina y eosina) por lo que también se le conoce 
como H-E o H y E.
La tinción H-E es muy útil porque permite diferenciar 
entre los dos compartimentos más importantes de la célula: 
el núcleo y el citoplasma (figura 2-1). En el cuadro 2-1 se 
describen los componentes tisulares y los colores que exhi-
ben con esta tinción.
13Capítulo 2 Técnica histológica
Cuadro 2-1 Componentes tisulares y los colores que muestran 
con la tinción hematoxilina y eosina (H-E).
Componente Ejemplos Colorante que captan
Color que 
exhiben Término
Ácido DNA, 
RNA
Hematoxi-
lina
Azul- 
morado
Basófilo
Básico Proteínas Eosina Rosa- 
naranja
Eosinófilo 
o acidófilo
Tinciones tricrómicas
Masson, Gallego y Gomori. En las tinciones tricrómicas 
se emplean tres colorantes. Las tinciones tricrómicas uti-
lizadas con mayor frecuencia son: Masson, Gallego y Go-
mori, las cuales ayudan a diferenciar entre tejidos básicos 
(epitelial, conjuntivo y muscular) (figura 2-2). El cuadro 2-2 
describe las diferencias de coloración de los componentes 
tisulares.
Figura 2-1. En A se observa un corte de la pared de la tráquea, en el que se identifican diferentes tejidos: tejido conjuntivo (▼), ade-
nómeros mucosos (♦), adenómeros serosos (→) y cartílago hialino (*). En B se observa músculo liso. Ambos cortes están teñidos con 
hematoxilina-eosina (H-E). Fotografías cortesía de Armando Zepeda y Francisco Pasos. 
*
*
*
*
Figura 2-2. Se muestran cortes de lengua teñidos con tres tinciones tricrómicas: el corte A está teñido con Masson, el B con Gallego 
y C con Gomori. Los triángulos (▼) señalan al músculo, las flechas (→) al tejido conjuntivo (colágena) y los asteriscos (*) al epitelio. 
Fotografías cortesía de Armando Zepeda y Francisco Pasos.
Cuadro 2-2 Tinciones tricrómicas y los colores que exhiben los 
componentes tisulares.
Componente tisular
Tinción Músculo Tejido conjuntivo (colágena) Núcleo
Masson Rojo Azul rey Negro
Gallego Amarillo Verde Rojo
Gomori Rojo Verde brillante Negro
A B
A B C
Histología y biología celular14
Tinciones selectivas
Las tinciones selectivas sirven para hacer evidentes biomo-
léculas específicas en los tejidos o en las células. 
Carbohidratos. Para demostrar carbohidratos (es decir, 
mucina o moco, glucocálix y glucógeno) se emplean tin-
ciones como PAS (tinción del ácido peryódico de Schifft) 
(figura 2-3) o carmín de Best; con estas tinciones dichos 
componentes adoptan un color rojo carmín (magenta).
Lípidos. Con la finalidad de demostrar lípidos es preciso 
emplear tinciones y métodos especiales, ya que durante la 
técnica histológica ordinaria esta biomolécula se disuel-
ve y, por tanto, lo que se observa es su ausencia, misma 
que constituye evidencia de lípidos en la muestra. Con 
tetraóxido de osmio los lípidos adoptan un color oscuro, 
en tanto que con sudán rojo y rojo oleoso obtienen un 
color rojo.
DNA. Para hacer la diferenciación entre los dos tipos de 
ácidos nucleicos, ya sea ácido desoxirribonucleico (DNA) 
o ácido ribonucleico (RNA), se emplea la tinción de Feul-
gen, misma que colorea de rojo magenta específicamente al 
DNA (figura 2-4).
Proteínas. Hay diferentes tipos de tinciones que se utilizan 
según se trate de fibras elásticas o reticulares.
• Fibras elásticas. Las tinciones de Reyes (rosa-ma-
genta), Orceína (morado intenso) y Verchöeff (café 
oscuro) se emplean para hacer notorio este compo-
nente tisular (figura 2-5).
• Fibras reticulares. La técnica de Wilder (que es una 
impregnación

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