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El barbijo y la contaminación ambiental - Axel balbuena

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Introducción 
La contaminación ambiental o polución es la introducción de sustancias u otros elementos físicos en un medio, que provocan que este sea inseguro o no apto para su uso.​ El medio ambiente puede ser un ecosistema, un medio físico o un ser vivo. El contaminante puede ser una sustancia química o energía.
El número de partículas de microplástico que se liberan a partir de los barbijos reutilizables es un aspecto que merece especial atención, sobre todo si se tienen en cuenta los millones de productos que se fabrican, venden y lavan diariamente en todo el mundo. De manera urgente se deben comprender los riesgos y las posibles consecuencias ambientales del uso de barbijos reutilizables, en el contexto de la emergencia sanitaria actual.
Desarrollado 
Las consecuencias del uso de mascarillas y el Medio Ambiente
Las acciones de prevención frente al coronavirus que fueron desarrollándose y replicándose a nivel mundial y el medio ambiente incluyen el distanciamiento social y sobre todo el uso del barbijo o cubre bocas, siempre que el mismo cubra por completo nariz, boca y mentón. En este sentido, la práctica de barbijos descartables está ocasionando un problema ambiental respecto a su desecho.
Las mascarillas quirúrgicas están hechas de tela no tejida de polipropileno, producido a partir de etileno, el cual es un compuesto químico derivado del petróleo o del gas natural lo que genera que tarden alrededor de 450 años en descomponerse.
La organización ambientalista OceansAsia estima que más de 1.560 millones de barbijos terminarán en los océanos durante el año 2020. Esto representa un peso de 6.000 toneladas de nuevos desechos plásticos que terminan en el mar. Cuando estos plásticos se descomponen en la naturaleza, se convierten en partículas cada vez más pequeñas. Estas partículas pueden entrar en la cadena alimentaria y tener un impacto en los ecosistemas.
Las causas pueden ser que los mismos terminan en la vía pública, sea por descuido o sea porque se arrojan sin más al suelo. Otra causa es tirar los barbijos en un cesto pero que él mismo no cuente con tapa y debido al bajo peso de los mismos terminan también en la vía pública.
La recomendación que se hace para evitar seguir generando estos desechos es meterlos en una bolsa plástica antes de tirarlos en un cesto de basura cerrado para evitar que los animales las abran o que el viento se las lleve a otro lugar, reduciendo así tanto la acumulación de desechos como el riesgo de propagación del virus.
Una investigación científica advirtió sobre el carácter de “urgente” que implica reconocer la amenaza medioambiental que poseen los barbijos, que pueden llegar a convertirse “en el próximo problema del plástico” debido a que “no existe ninguna directriz oficial” sobre su reciclaje, por lo que es más probable que se eliminen como residuos sólidos.
El estudio publicado en el diario especializado Frontiers of Environmental Science & Engineering revela que los barbijos desechables son productos de plástico que no pueden biodegradarse fácilmente, sino que pueden fragmentarse en partículas de plástico más pequeñas, es decir, en micro y nanoplásticos, que se extienden por los ecosistemas.
Asimismo, señala que la producción de estos barbijos es de una escala similar a la de las botellas de plástico, que se estima en 43.000 millones al mes. Sin embargo, a diferencia de las botellas de plástico (de las que se recicla aproximadamente el 25 por ciento), los barbijos no son sometidos a un reciclaje.
Otros estudios recientes estiman que se utilizan un total de 129.000 millones de tapabocas al mes en todo el mundo; es decir, 3 millones por minuto. La mayoría son barbijos desechables fabricados con microfibras de plástico
Sin embargo, para los especialistas existe una preocupación mayor y más reciente: los tapabocas se fabrican directamente con fibras de plástico de tamaño microscópico. Al descomponerse en el medio ambiente, estas pueden liberar más plásticos de tamaño microscópico, con mayor facilidad y rapidez que los plásticos a granel, como las bolsas de plástico, escriben los investigadores.
“Estos impactos pueden verse agravados por una mascarilla de nueva generación, las nanomáscaras, que utilizan directamente fibras de plástico de tamaño nanométrico (con un diámetro inferior a 1 micrómetro) y añaden una nueva fuente de contaminación por nanoplásticos”, indican los expertos.
Finalmente, los investigadores resaltaron que desconocen cómo los tapabocas contribuyen al gran número de partículas de plástico detectadas en el medio ambiente “simplemente porque no existen datos sobre la degradación de las máscaras en la naturaleza”.
 Sin embargo, sabemos que, al igual que otros residuos plásticos, las mascarillas desechables también pueden acumular y liberar sustancias químicas y biológicas nocivas, como el bisfenol A, metales pesados, así como microorganismos patógenos. Esto puede tener un impacto adverso indirecto en las plantas, los animales y los seres humanos
En Argentina, enterramos el 80% de la basura en rellenos sanitarios y tenemos basurales a cielo abierto. Las mascarillas no desaparecerán pronto, y cuando las tiramos, amenazan el medio ambiente. Es indispensable tomar conciencia sobre este nuevo problema ambiental que tenemos. Un ambiente sano hace personas más saludables. La contaminación ambiental generalizada avanza a pasos agigantados.
Desde Greenpeace, ONG ambientalista, alientan el consumo de elementos lavables y reusables como método alternativo al de los barbijos plásticos descartables de un solo uso. Pero los especialistas en salud recomiendan algo diferente.
Es importante recordar, que mientras luchamos contra la crisis del COVID-19 que pone en peligro la vida, también tenemos problemas existenciales como la crisis de los plásticos.
En este sentido, es fundamental que el Estado brinde información calificada acerca de la manera correcta de desechar estos elementos de protección descartables que se utilizan. Podrían ser los municipios quienes se ocupen de la resolución final. Todos los vecinos deberían contar con indicaciones de como desechar correctamente y de forma sustentable estos objetos. Y además, estos elementos, protagonistas de la situación de pandemia que vivimos, deben ser tenidos en cuenta dentro del proceso de recolección de basura.
Conclusión 
Cubos de basura exclusivos para barbijos
Los autores de la investigación, el toxicólogo ambiental de la Universidad del Sur de Dinamarca, Elvis Genbo Xu, y el profesor de ingeniería civil y ambiental de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), Zhiyong Jason Ren, plantearon una serie de recomendaciones ante esta problemática.
Ambos sugirieron establecer cubos de basura solo para barbijos con el fin de facilitar su recolección y eliminación; considerar la estandarización, las directrices y la aplicación estricta de la gestión de los residuos de los tapabocas; sustituir los barbijos desechables por otros reutilizables, como los de algodón; y considerar el desarrollo de tapabocas biodegradables para su eliminación.
En caso de no eliminarse para su reciclaje, al igual que otros residuos plásticos, las barbijos desechables pueden terminar en el medio ambiente, en los sistemas de agua dulce y en los océanos, donde la meteorización puede generar un gran número de partículas de tamaño micro (menores de 5 milímetros) durante un periodo relativamente corto (semanas) y fragmentarse además en nanoplásticos (menores de 1 micrómetro).

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