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Palimpsestos: Escrituras y Reescrituras de las Culturas Antigua y Medieval / Ábrego, M. Beatriz... [et.al.] edición literaria a cargo de Coronado-Schwindt, Gisela... [et. al.] - 1a ed. - Bahía Blanca: Editorial de la Universidad Nacional del Sur. Ediuns, 2013. E-book. ISBN 978-987-1907-26-7 1. Estudios Culturales. I. Ábrego, M. Beatriz II. Coronado Schwindt, Gisela, ed. lit. CDD 306 Fecha de catalogación: 27/02/2013 Editorial de la Universidad Nacional del Sur www.ediuns.uns.edu.ar ediuns@uns.edu.ar Red de Editoriales de Universidades Nacionales Centro de Estudios e Investigaciones de las Culturas Antigua y Medieval www.ceicam.uns.edu.ar ceicam@uns.edu.ar Centro de Estudios de Filología Clásica Antigua y Medieval www.cefcam.uns.edu.ar cefcam@uns.edu.ar No se permite la reproducción parcial o total, el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446. Diseño de tapa: Gabriela Marrón Diagramación interior: Gabriela Marrón LIBRO UNIVERSITARIO ARGENTINO Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723 ©2013 Ediuns Comisión de Referato Dra. Lidia Amor (Universidad de Buenos Aires / CONICET) Dra. Patricia Britos (Universidad Nacional de Mar del Plata) Dra. María del Carmen Cabrero (Universidad Nacional del Sur) Dr. Manuel Comesaña (Universidad Nacional de Mar del Plata) Dr. Rubén Florio (Universidad Nacional del Sur) Dra. Lidia Gambon (Universidad Nacional del Sur) Dra. Viviana Gastaldi (Universidad Nacional del Sur) Dra. María Luisa La Fico Guzzo (Universidad Nacional del Sur) Dra. Gabriela Marrón (Universidad Nacional del Sur / CONICET) Dra. Andrea Vanina (CONICET) Dr. Gerardo Rodríguez (Universidad Nacional de Mar del Plata / CONICET) Índice ÁBREGO, MARÍA BEATRIZ Marginación y territorio. Las figuras de Aspasia, en el Menéxeno platónico, y Creusa, en el Ion de Eurípides pág.011 ANDRÉ DE UBACH, CARMEN DEL PILAR El discurso cultural del refranero castellano como palimpsesto del discurso literario de los siglos XIV y XV pág.019 BALESTRINI, MARÍA CRISTINA “Si quieres saber la verdad sobre esto, debes oír algunas antiguas historias”: discurso profético y juegos con la verdad en Troilo y Criseida pág.027 BURGHINI, JULIA Doctrinas gramaticales transmitidas en el ars de barbarismis et metaplasmis de Consencio (s.V) pág.035 CARBÓ, LAURA & PÉREZ, CLAUDIA El origen de la intervención de terceros facilitadores (Castilla, siglos XIV y XV) pág.045 CARRERAS, ELVIO Amistad y diálogo en San Agustín pág.055 CASTRO, DOLORES Secundum voluntatem Dei: Isidoro de Sevilla y la recepción de las Sententiae en el concilio de París (829) pág.063 CORONADO-SCHWINDT, GISELA Jaén: ciudad real e imaginaria a través de la Crónica de los Hechos del Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo (siglo XV) pág.071 D’ANGELO, IRENE Una cuestión de principios: La ficción mentirosa de las Narrativas Verdaderas de Luciano de Samósata pág.079 DEVIA, CECILIA Galicia post irmandiña: de la comunidad sublevada al control de los Reyes Católicos pág.085 DISALVO, SANTIAGO Los cantos marianos del Códice de Las Huelgas de Burgos: tradición e innovación en la lírica monacal hispánica. pág.095 DOMÍNGUEZ, MARTA El libro de arena de Jorge L. Borges: reescrituras pág.105 DOMÍNGUEZ, MARTA El dragón: un símbolo de la literatura fantástica. A propósito de El libro de los seres imaginarios de J. L. Borges y M. Guerrero pág.117 FORCINITI, MARTÍN Fenomenología de la ilusión: el caso del phántasma sofístico pág.125 GÓMEZ, S. M. VIVIANA De África a Europa: arco, poder y simbolismo de las acciones del héroe en la antigüedad oriental y clásica pág.133 GONZO, LUIS ÁNGEL Lecturas en torno a La chanson de Roland y Gaston Paris pág.143 JARQUE, NICOLÁS Acá no hay gorgonas ni arpías ni centauros. Marcial y la mitología pág.149 LAHAM COHEN, RODRIGO Revisitando la conversión de los judíos de Clermont en 576 d.C. pág.155 LASTRA SHERIDAN, JULIO CÉSAR Los κατορθώματα de Juan el Limosnero según Leoncio de Neápolis pág.167 MARRÓN, GABRIELA ¿Existe la literatura latina? pág.175 MONTEMURRO, MARÍA LAURA Patrimonio medieval en las colecciones públicas de Buenos Aires: el caso de una Virgen con Niño en el museo de Arte Español Enrique Larreta pág.183 MONTI, GABRIELA La lectura como ejercicio físico pág.191 MORALES, LAURA ¿La técnica como campo épico? Tradición y presente, literatura y filosofía pág.197 MORIN, ALEJANDRO No hay peste más eficaz: los pecadores ocultos según el comentario de Guido de Baysio al c. Nolite del Decreto de Graciano pág.205 NASIF, MÓNICA Variaciones de un motivo caballeresco: Gandalás y sus continuadores pág.213 NEYRA, ANDREA Los animales y la penitencia: responsabilidad y reparación frente al pecado pág.221 NEYRA, ANDREA La Vita Burchardi: la construcción de un relato sobre el obispo Burchard y su ciudad pág.237 OBRIST, KATIA Tragedia y kίνησις. Relaciones entre el ámbito doméstico y la subjetividad femenina en Traquinias pág.245 ORSANIC, LUCÍA Si es homo... Sobre el problema del bautismo de monstruos en los manuales para párrocos y los tratados de embriología sagrada pág.255 PANATERI, DANIEL La tortura judicial en las Siete Partidas de Alfonso X, el Sabio (un análisis sobre el prólogo al trigésimo título) pág.267 PANATERI, DANIEL La verdad como objeto en disputa. Producción historiográfica y legislativa alfonsí como paradigmas de la construcción textual de la objetividad, procedimientos y alcances pág.277 RODONI, ALEJANDRA El himno a Deméter de Calímaco: ritual y tradición hímnica pág.285 RODRÍGUEZ, GERARDO ¿Cómo se construye la historia carolingia? Historia(s) y tradiciones(s) en la primera mitad del siglo noveno pág.295 SABATTINI, LUCIANO Los ojos de Odiseo, según el Prólogo del Áyax de Sófocles pág.305 SANCHEZ, AYELÉN & BELLIDO ARIAS, ANDRÉS “Funes, ¿qué Funes?, el memorioso. Un análisis de la subjetividad del personaje de Borges, a partir de conceptos nietzscheanos pág.315 SANTARELLI, LUCÍA & STARNONE, AGUSTINA La vejez femenina en las Odas horacianas pág.321 SÚAREZ, MARCELA & SÁNCHEZ, LUIS A. El silencioso inventario de la Biblioteca del Antiguo Colegio de Santa Catalina de la Compañía de Jesús de Córdoba. Estudio bibliográfico del Fondo filosófico pág.329 CORONADO-SCHWINDT, GASTALDI, MARRÓN & RODRÍGUEZ (EDS.) Palimpsestos: Escrituras y reescrituras de las culturas Antigua y Medieval Bahía Blanca, EdiUNS, 2013, pp. 175-181 ISBN: 978-987-1907-26-7 ¿Existe la literatura latina?1 Marrón, Gabriela Andrea UNS / CONICET marron.gabriela@gmail.com porque un Imperio es el que sabe construir sus ruinas Susana Thénon En diciembre de 1964, Michel Foucault dictó una conferencia titulada “Lenguaje y literatura”, oportunidad en que sostuvo: “la literatura griega no existe, como tampoco la literatura latina” (1996: 64). Pasados casi cincuenta años, estas palabras, acaso ignoradas, pero nunca cuestionadas por los clasicistas, siguen interpelándonos. Si las literaturas griega y latina no existen, ¿cuál es nuestro objeto de estudio? El dilema no es menor. Sin embargo, formular la pregunta en esos términos resultaría engañoso, ya que la comunidad científica de nuestra disciplina conoce el corpus textual sobre el que trabaja y no duda de su existencia. Foucault no niega la dimensión material, empíricamente verificable, de los textos griegos o latinos que estudiamos. Simplemente nos invita a reflexionar, una vez más,sobre las palabras y las cosas; en este caso, puntualmente, sobre la “literatura grecolatina” y el corpus de textos abarcados por esa denominación. Afirma que las obras de Eurípides, por ejemplo, forman parte de nuestra literatura, pero no de la suya, porque si bien la relación de sus tragedias con nuestro lenguaje es literatura, la de esos textos con el griego no lo era (Foucault, 1996: 63- 64). Lo mismo sostiene acerca de la literatura latina, aunque al no mencionar autores o textos concretos con relación a ella, Eurípides parece funcionar como un ejemplo 1 Este trabajo, desarrollado en el marco de mis actividades como becaria postdoctoral del CONICET, ha sido posible gracias a un subsidio para investigación otorgado por la ANPCyT, PICT 2007 nº 1525, y a otro de la SGCyT de la Universidad Nacional del Sur, PGI 24/I 175, ambos dirigidos por el Dr. Rubén Florio. 176 ║ Marrón, Gabriela Andrea extensivo a ambas nociones. No es nuestra intención, en este trabajo, polemizar acerca de la triangulación entre “lenguaje”, “obra” y “literatura” propuesta por Foucault en aquella conferencia, sino partir de ese postulado de inexistencia para reflexionar sobre la naturaleza del conjunto de obras que hoy denominamos, retrospectivamente, “literatura latina”. Para distanciarnos del objeto de nuestro análisis, tomemos, inicialmente, un ejemplo más cercano en el tiempo y el espacio. Entre 1917 y 1922, Ricardo Rojas editó los cuatro volúmenes de la primera Historia de la Literatura Argentina. Veinte años después, en un artículo publicado en la revista Sur, Borges afirmaba, irónicamente, que aquella obra escrita por Rojas superaba en extensión a la propia literatura argentina (1974: 279). La mordaz crítica borgeana se relaciona con lo ya señalado por Noé Jitrik: Si bien no es exactamente cierto que esa obra sea “más extensa” que su tema, Rojas construye su historia apelando a casi todo lo que se escribió en el espacio geográfico de lo que desde 1816 fue la Argentina, incluso desde antes que se independizara, hasta apela a lo que no se escribió aquí ni fue escrito por “argentinos” (una idea que hace tres siglos no existía): por ejemplo, Rojas rescata los versos que un sacerdote escribió en Europa, casi veinte años después de haber vivido unos pocos meses en la Gobernación de Buenos Aires, dependiente entonces del Virreinato del Perú (Molina, 1999). Rojas comenzó a escribir esa obra apenas cien años después de la Declaración de la Independencia, cuando la idea misma de “literatura argentina” carecía de densidad temporal (Molina, 1999). Si en algo se sostiene nuestra concepción de “literatura latina”, en cambio, es precisamente en el paso del tiempo, en la densidad simbólica que los siglos transcurridos confirieron a los textos que hoy la integran. ¿Literatura “romana” o literatura “latina”? Las literaturas nacionales se relacionan, claramente, con el proceso de construcción de los Estados modernos, cuyo umbral fue la Revolución Francesa. Por eso las literaturas anteriores al siglo XIX suelen adjetivarse de manera cronológica, geográfica o lingüística, en sus diversas combinaciones: “literatura europea medieval vernácula”, por ejemplo. Actualmente, al hablar de “literatura griega”, pensamos en una lengua –aunque conozcamos la distancia que media entre el griego micénico y el bizantino– y también en un lugar geográfico específico, Atenas. De la misma manera, asociamos la “literatura latina” con una lengua, el latín, y con una ciudad, Roma. Sin embargo, no existe ninguna Historia de la Literatura Ateniense, y sí existen libros titulados Historia de la Literatura Romana (Bickel, 1982 [1932], Bieler, 1983 [1965]; y Von Albrecht, 1997 [1994]). Una de las primeras dificultades reside, entonces, en la “palabra” que nombra la “cosa”. ¿Es lo mismo hablar de “literatura latina” que de “literatura romana”? Bieler (1983 [1965]: 11), por ejemplo, dice que su libro versa sobre “la literatura de los romanos en sentido estricto”, pero, a la vez, reconoce la existencia de ciertos solapamientos entre la noción de “literatura latina” y la de “literatura romana” (1983 [1965]: 9-10): ¿Existe la literatura latina? ║ 177 1) el latín siguió hablándose mucho tiempo después de la caída del Imperio Romano de Occidente; 2) no todos los autores romanos escribieron en latín; y 3) en realidad, la mayoría de los autores romanos nacieron en el resto de Italia y en las provincias anexadas al Imperio. La Historia de la Literatura Romana de Bieler llega hasta el siglo IV, cuando, según sostiene el autor, esa literatura se transforma en “latina” y pasa a conformar la “expresión de un reino espiritual que sobrevivió al derrumbamiento del Imperio” (1983 [1965]: 13). Treinta años después, von Albrecht fundamenta su Historia de la Literatura Romana de manera similar: “‘Literatura romana’ significa, para nosotros la producción literaria latina de la Antigüedad” (1997 [1994]: 23). Es decir, como indica el subtítulo de su libro y en consonancia con Bieler: la producción literaria que se inicia con Livio Andronico y culmina con Boecio. Cabría esperar, por lo tanto, que el segundo tomo de la Historia de la Literatura Clásica editada por Kenney y Clausen (1989 [1982]), titulado Literatura Latina, se extendiera cronológicamente más allá del siglo IV. No obstante, si bien presenta un breve epílogo acerca “del periodo medieval y las influencias clásicas más importantes dentro de él” (1989 [1982]: 849), el volumen culmina formalmente con Apuleyo. De las 1057 páginas de ese tomo dedicado a la literatura latina, los editores sólo destinan siete a sintetizar su historia desde el siglo II hasta el XVI. A excepción de aquellos casos en que aparece adjetivada como “medieval” (Curtius, 1955 [1948]), la literatura latina parece siempre ser romana, tanto en términos cronológicos –finaliza con la caída del Imperio– como geográficos: abarca –igual que la Historia de la literatura Argentina de Rojas– todo lo escrito en el espacio geográfico de lo que sería Roma, incluso antes de que constituyera un Imperio. Las primeras obras de esa literatura latina –que es en realidad romana– ni siquiera están escritas en latín. A su vez, la mayoría de las obras de esa literatura romana fueron escritas por autores nacidos en las provincias. Si sumamos a esto la afirmación inicial de Foucault, cabe preguntarse, una vez más, por qué llamamos hoy “literatura” a ese conjunto de obras. Fundación mítica de la literatura latina La construcción retrospectiva de lo que actualmente denominamos “literatura latina” fue un proceso iniciado por los antiguos habitantes de Roma, quienes fueron conscientes de poseer una literatura propia ya a principios del siglo I a.C.2, cuyos inicios situaban en el año 240 a.C. (Cic. Brut. 72). La caída del Imperio Romano ha sido entendida como el límite cronológico de la literatura latina en sentido pleno, puesto que solemos adjetivar a la literatura latina posterior como tardoantigua, medieval o renacentista. Sabemos, no obstante, que se trata de una construcción conceptual a posteriori: los habitantes del Imperio ignoraban, en el año 476, encontrarse inmersos en la culminación de un período histórico. De la misma manera, tampoco Livio Andronico pudo haber sido consciente, en el año 240 a.C., de estar fundando la literatura latina: esa fecha es tan 2 Cf. Goldberg, 2007: 15: “By the early first century b.C. the Romans had a literature. And they knew it”. 178 ║ Marrón, Gabriela Andrea simbólica y arbitraria como la del año 476, pero la diferencia reside en que fue establecida por los mismos romanos de la república temprana, que –como Rojas– necesitaron construir una historia literaria para acompañar el surgimiento de su reciente identidad cívica. How this idea of literature took hold among the Romans and howindividual works acquired positions of privilege in an emerging canon are specially important questions for the study of early texts because they became ‘literature’ only in retrospect as readers preserved them, established their value and made them part of an emerging civic identity (Goldberg, 2007: 15). Los habitantes del lacio poseían una historia cultural rica y compleja, cuyo manejo de la escritura, organización social e influencias griegas se remontan mucho antes del siglo III a.C. (Kenney & Clausen, 1989 [1982]: 71-79). Cuando aquel liberto griego, llamado Livio Andronico, comenzó a traducir, adaptar y producir obras griegas para los ludi romani, tuvo que contar con actores dotados de la habilidad necesaria para recitar y cantar en escena textos latinos estructuralmente complejos (Liv. 7, 2). Por lo tanto, para datar los inicios de la literatura romana, el año 240 a.C. resulta una fecha, a la vez, demasiado tardía y demasiado temprana: lo que Livio Andronico y sus sucesores crearon para los ludi romani no fue exactamente “literatura”. Los textos de esas obras no circulaban libremente, pertenecían a las compañías teatrales que los encargaban y representaban: Rome was heir not to [the] Attic model of civic theatre but to the later, commercial model of the Hellenistic world, when plays were the property of self-contained, professional companies who performed for hire, bringing their own scripts, costumes, masks and music from city to city through the Greek, and eventually the Roman, world (Goldberg, 2007: 17). La escritura de las obras latinas pudo haber comenzado alrededor del año 240 a.C., pero su lectura sistemática tuvo lugar mucho tiempo después. Ni siquiera en el año 160 a.C., cuando, según Suetonio, Crates de Malos estimuló a los romanos a realizar un acercamiento crítico reflexivo hacia su propia literatura, se pensaba aún en esos textos dramáticos como literarios. El objeto de estudio propuesto era la épica latina, escrita entre la segunda mitad del siglo III a.C. y la primera mitad del siglo II a.C.: la Odisea de Andronico y, fundamentalmente, el Bellum Punicum de Nevio y los Annales de Ennio3. Sólo después del 141 a.C., personas ajenas al mundo profesional del teatro se interesaron por las obras originalmente representadas, fijaron los textos que hasta entonces habían circulado internamente en las compañías, y los transformaron en los libros que los romanos educados llegaron a conocer: The process by which plays like the Phormio became ‘literature’ therefore significantly postdates their creation, and this fact has a serious 3 Cf. Suet. Rhet. 1, 2; y Goldberg, 2007: 23: “It took Crates to show the Romans that they already possessed the elements of a national literature, and however impressive the epics of Naevius and Ennius were to their original audiences, it required editors working after Crates’ example to edit and preserve their books for posterity.” ¿Existe la literatura latina? ║ 179 consequence for the story we tell about how Romans acquired their literature (Goldberg, 2007: 19). La literatura del período republicano temprano no fue sólo producto del momento en que esos textos comenzaron a circular, a mediados de la República, sino también de los años cercanos al comienzo del Imperio, cuando esas obras empezaron a ser sistemáticamente recolectadas, estudiadas y canonizadas, con la consecuente asignación de nuevos usos sociales y artísticos: esa “literatura”, retrospectivamente creada, brindó a la clase alta romana otra herramienta más para definir y mantener su posición social. La literatura latina como categoría conceptual Como señala Susan Braund (2001: 38), la expresión “literatura latina” suele dar lugar a una arbitraria serie de inclusiones y exclusiones. Existen, en principio, dos posibles acercamientos a este problema: 1) pensar la categoría “literatura latina” como una suerte de recipiente abstracto donde incluir determinadas obras que comparten ciertos rasgos comunes; 2) considerar la categoría “literatura latina” como el resultado de un proceso de construcción histórico, estrechamente vinculado con el modo en que quienes lo han utilizado segmentaron el continuum de textos y prácticas culturales romanas, jerarquizando determinados rasgos compartidos y relegando otros. Esta segunda opción, que reconoce la impronta de las ciencias cognitivas en el estudio de la literatura4, resulta indudablemente más interesante que la primera, puesto que permitiría explicar, por ejemplo, por qué la fabula praetextata nunca llegó a ser considerada literatura por los romanos, mientras que la sátira sí lo fue5; o bien, por qué seguimos aceptando, actualmente, que el tratado Sobre la Agricultura de Catón forma parte de la literatura latina, pero nadie afirmaría que el libro Agricultura General, de Gabriel Alonso Herrera, integra la literatura española. Una de las principales dificultades que se presentan, al intentar realizar un acercamiento crítico al estudio de la literatura latina, consiste en la naturaleza diversa del amplio espectro de obras que tradicionalmente incluye. En la introducción a su Historia de la Literatura Romana, von Albrecht se ocupa del tema, pero lo hace en términos casi más confusos que el problema mismo: La literatura antigua no sólo comprende la poesía y la narrativa, sino también la oratoria y los escritos históricos o filosóficos: la prosa de arte, por tanto, en el sentido más amplio de la palabra. Además se consideran también, en principio, las obras de carácter práctico –las que tratan de agricultura, derecho, arte militar, agricultura, etc. Dado que la frontera entre epístolas elaboradas artísticamente y cartas escritas sin intenciones literarias es extremadamente fluida, sería igualmente totalmente arbitrario excluir, por prejuicio, de la historia literaria las comunicaciones 4 Sobre el tema, cf. Stockwell, 2002; Gavins & Steen, 2003; y Gavins, 2007. 5 Cf. Goldberg, 2007: 23-24: “Despite distinguished practitioners, however, and well-defined role on the cultural scene, praetextatae never became ‘literature’. (…) Their lack of Greek origin denied the, the cultural authority of tragedy and comedy”. El estatus social de Lucilio, en cambio, permitió mayor libertad a sus experimentaciones poéticas, cf. Goldberg, 2007: 26-27. 180 ║ Marrón, Gabriela Andrea más personales, como las cartas de Cicerón a Ático (von Albrecht, 1997 [1994]: 23). Sería arbitrario excluir de la historia literaria, por prejuicio, las cartas de Cicerón a Ático, ¿pero no es también una decisión arbitraria incluirlas?, o bien, reformulando la pregunta, ¿no es arbitrario continuar incluyéndolas actualmente? La respuesta tiene matices en los que von Albrecht no repara, entre otras razones, por partir de una definición de “literatura moderna” que carece de rigurosidad teórica: Los límites entre ‘bellas letras’ y literatura práctica están, pues, menos marcados que en la literatura moderna: también los textos ‘prácticos’ buscan a menudo en cierta medida la belleza literaria, y tampoco las ‘bellas letras’ tienen que avergonzarse, según el punto de vista romano, de perseguir una utilidad práctica. (…) La mayoría de las generaciones precedentes a la nuestra leía por lo general a los autores latinos no tanto para obtener un placer estético, como más bien por sus contenidos (von Albrecht, 1997 [1994]: 23). Cualquier texto puede leerse buscando experimentar “placer estético” o solo con fines “prácticos”. La literatura no tiene que ver con una cualidad o un conjunto de rasgos compartidos por determinados tipos de obras, ni tampoco con el carácter ficcional o histórico de un texto, sino con las diferentes formas en que las personas, a lo largo del tiempo, se han relacionado con la palabra escrita. Eso explica, por ejemplo, que la narrativa histórica romanahaya surgido a fines del siglo III a.C., cuando Fabio Pictor y Cincio Alimento comenzaron a escribir, no en latín, sino en griego, sobre el desarrollo de las Guerras Púnicas: Greek was the natural choice since it offered stylistic precedents and historiographic conventions that were easier to adopt tan to replace (Goldberg, 2007: 21). Posteriormente, las obras en prosa de Catón fijaron un precedente para la narrativa latina, por eso, cuando Postumio Albino escribió luego acerca de la historia romana en griego, tanto Catón, como Polibio cuestionaron sus resultados. Todo indica que, a diferencia de Fabio Pictor y Cincio Alimento, Postumio escribió en un contexto donde ya podía elegir entre ambas lenguas, pero optó por la que había dejado de ser correcta, pese a las convenciones genéricas (Goldberg, 2007: 22). Eppur si muove… Como señala James Porter, en un artículo titulado “What’s ‘classical’ about Classical Antiquity? Eight propositions”: In the place of anatomies and definitions of concepts, what we perhaps need is an anatomy of the procedures by which the classical comes to be generated. And many of these are more visible in antiquity than they are in the mainly backwardgazing logic of modern classicism (Porter, 2005: 38). Foucault tiene razón al afirmar que la “literatura latina” no existe, porque parte de una definición que sitúa el umbral de la “literatura” –en sentido pleno– a ¿Existe la literatura latina? ║ 181 comienzos del siglo XIX. La literatura latina no es una literatura moderna, no se relaciona con el libro y con la escritura del mismo modo que la obra de Mallarmé. Y sin embargo, existe. Incluso podría afirmarse que la literatura latina no ha hecho otra cosa que existir, desde el momento en que los romanos comenzaron retrospectivamente a construirla. Desde hace siglos, Occidente, heredero de aquel proceso inicial de construcción, no hecho otra cosa que continuarlo. Estudiar críticamente la evolución histórica de ese desarrollo, observar los cambios experimentados por la noción de literatura, el lugar que han ocupado las obras de la Antigüedad latina, como instrumento de legitimación cultural, no sólo para la élite de la República Romana Tardía, sino también para los distintos ámbitos de circulación de la cultura posterior, es uno de los recursos con que contamos para comprenderla y comprendernos. Bibliografía von Albrecht (1997) Historia de la Literatura Romana. Desde Andronico hasta Boecio, Barcelona, Herder [= (1994) Geschichte der Römischen Literatur, München, Saur]. Bickel, E. (1982) Historia de la Literatura Romana, Madrid, Gredos [= (1932) Lehrbuch der Geschichte der Römischen Literatur, Heilderberg, Winter] Bieler, L. (1983) Historia de la Literatura Romana, Madrid, Gredos [= (1965) Geschichte der Römischen Literatur, Berlin, Walter de Grutyer]. Borges, J. L. (1974) “Gilbert Waterhouse: A Short History of German Literature (Methuen, London, 1943)”, en: Obras Completas. Tomo I: 1923-1949, Buenos Aires, Emecé, pp. 279-280. [= (1943) en Sur 104, pp. 86-87]. Braund, S. (2001) “What is Latin literature?”, en: Latin Literature, London, Routledge, pp. 37-52. Curtius, E. R. (1955) Literatura Europea y Edad Media Latina, México, FCE [= (1948) Europäische Literatur und lateinisches Mittelalter, Bern: Franke. Foucault, M. (1996) “Lenguaje y Literatura”, en: De Lenguaje y Literatura, Barcelona, Paidós, pp. 63- 103. Gavins, J. (2007) Text World Theory. An introduction, Edinburgh, Edinburgh University Press. Gavins, J. & Steen, G. (2003) Cognitive Poetics in Practice, London, Routledge. Goldberg, S. M. (2007) “The Early Republic: the Beginnings to 90 b.C.”, en: Harrison, S. (ed.) A Companion to Latin Literature, Oxford, Blackwell, pp. 14-30. Kenney, E. J. & Clausen, W. V. (1989) Historia de la Literatura Clásica. II: Literatura Latina, Madrid, Gredos [= (1982) The Cambridge History of Classical Literature. II: Latin Literature, Cambridge, Cambridge University Press]. Molina, D. (1999) “Edición Monumental. La literatura argentina encontró su historia. Entrevista a Noé Jitrik”, en: Revista Ñ. Clarín, domingo 8 de agosto. Porter, J. I. (2005) “What is ‘classical’ about Classical Antiquity? Eight Propositions”, en: Arion 13.1, pp. 27-61 Stockwell, P. (2002) Cognitive Poetics. An introduction, London, Routledge. 01. Ábrego, Beatriz 011-017 _7 pág._ 02. André, Carmen 019-025 _7 pág._ 03. Balestrini, M. Cristina 027-033 _7 pág._ 04. Burghini, Julia 035-044 _10 pág_ 05. Carbó-Perez 045-053 _9 pág_ 06. Carreras, Elvio 055-062 _8 pag_ 07. Castro, Dolores 063-070 _8 pag_ 08. Coronado-Schwindt 071-077 _7 pag_ 09. DAngelo, Irene 079-084 _6 pag_ 10. Devia, Cecilia 085-094 _10 pag_ 11. Disalvo, Santiago 095-103 _9 pag_ 12. Dominguez, Marta 105-115 _11 pag_ 13. Dominguez, Marta 117-123 _7 pag_ 14. Forciniti, Martin 125-131 _7 pag_ 15. Gomez, Viviana 133-142 _10 pag_ 16. Gonzo, Luis Angel 143-148 _6 pag_ 17. Jarque, Nicolás 149-154 _6 pag_ 18. Laham Cohen, Rodrigo 155-166 _12 pag_ 19. Lastra Sheridan, Julio Cesar 167-174 _8 pag_ 20. Marrón, Gabriela 175-181 _7 pág._ 21. Montemurro, Maria Laurar 183-190 _8 pag_ 22. Monti, Gabriela 191-196 _6 pag_ 23. Morales, Laura 197-203 _7 pag_ 24. Morin, Alejandro 205-211 _7 pag_ 25. Nasif, Mónica 213-220 _8 pag_ - copia 26. Neyra, Andrea 221-235 _15 pag_ 27. Neyra, Andrea 237-243 _7 pag_ 28. Obrist, Katia 245-254 _10 pag_ - copia 29. Orsanic, Lucia 255-265 _11 pag_ 30. Panateri 267-276 _10 pag_ 31. Panateri 277-283 _7 pag_ 32. Rodoni, Alejandra 285-293 _9 pag_ 33. Rodriguez, Gerardo 295-303 _9 pag_ 34. Sabattini, Luciano 305-314 _10 pag_ 35. Sanchez - Bellido 315-320 _6 pag_ 36. Santarelli - Starnone 321-327 _7 pag_ 37. Suarez - Sanchez 329-339 _11 pag_
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