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Masculinidad y vejez Iacub - Maria Victoria Pintos

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Conferencia Masculinidad y Vejez. R Iacub
 Roque Mónica
¿Qué transformaciones emergen en los varones en este ciclo vital? 
Habla de ciertas referencias, como la pérdida de control, de poder, cambios corporales, como influyen en estos sujetos de acuerdo a distintos contextos y las normativas dentro de estos contextos, estos inciden en las representaciones que se tienen respecto del género de los sujetos, los relatos son hegemónicos sobre los varones viejos, impacta muy diferente de acuerdo a las clases sociales, económicas, las etnias, el momento. Así como el cuerpo impacta sobre la posición del sujeto, también todos sus cambios impactan sobre su identidad, al cambiar el cuerpo la pregunta que se hace es si sigue siendo estimado, valorado, que es lo que consume, como se lo comercializa en este momento. 
Iacub retoma a Foucault, y dice como la sociedad impone ciertos regímenes de control de disciplina y los relaciona con los cuerpos, con una cierta lógica de jerarquización, de poder, esto hace que haya cuerpos que son apreciados y cuerpos que no lo son, por lo tanto un sujeto puede sentir cierto poder sobre su cuerpo al sentirse apreciado, y otros sentirse despreciados. Iacub dice que no todo sujeto padece esto porque tiene recursos que les permite, resistirse, transformarse, que conforma espacios particulares donde puede seguir teniendo ciertos manejos de poder y control sobre si y su contexto.
Retoma a la filósofa estadounidense Judith Butler que trabaja el concepto de identidad ficcional que no es que no sean reales, sino que estas identidades son construidas a partir de relatos que son posibles y esos relatos van cumpliendo ciertos sentidos, de acuerdo a lo que se espera que es un varón, a lo que se espera en determinada edad, hasta qué punto puedo ser varón si no llego a determinadas cosas y hasta qué punto soy varón si llego a esas cosas, soy en relación a lo que se espera de mí.
Lo social, la identidad y el cuerpo tienen cierta correspondencia, que puede ser armónica, o se puede perder, cuando se pierde esa correspondencia el sujeto también se pierde, la cultura construye una imagen y el sujeto se tiene que ver reflejado en ella, las imágenes pasadas siguen estando vigentes por más que haya otra imagen actual, tengo la imagen de fuerte, bello y viril. 
Hay otras masculinidades que no corresponden a relatos heterosexuales, sino a un relato que puede ser variable y adaptable a múltiples formas. Marca la comunidad de osos, que es una comunidad gay.
Cuando se hacen preguntas por masculinidad, aparece la tendencia asexuada del viejo, comienza a construirse un viejo sin género, se construye a partir de ser invisible para la cultura, se le suma a esta invisibilidad que por ser varones hay un determinado tiempo, para determinadas situaciones, voy construyendo esta mirada que tiene la sociedad sobre mi masculinidad.
Muchas veces se demanda un rol de género que supone masculinidad y una continua demostración de la misma, en la cultura se habla de que la mujer es y el hombre debe demostrarlo. En nuestra cultura utilizamos el termino marica, no porque sea gay, sino porque no es el hombre que está demostrando lo que corresponde con la mirada social. En otras culturas hay rituales donde el hombre, va a ser hombre porque es valiente, fuerte, porque no tiene miedo, porque es prestigioso demostrarlo. 
Las expectativas sociales sobre la masculinidad Connell (1983)
En primer término el deporte, en nuestro país y quizás gran parte de nuestra región específicamente el fútbol, se asocia con la virilidad. Jugar, mirar, comentar sobre fútbol es uno de los espacios de sociabilidad más clásicamente masculina.
En segundo término, la sexualidad porque es la demostración de que un hombre puede tener una mujer, el costo que tiene acceder a una mujer. Las demandas y demostraciones de sexualidad suelen ser muy exigentes. El primer acto sexual, tiene un valor de afirmación masculina, ya que implica constatar que uno fue capaz y se demuestra a otros dicha capacidad, Luego se pasa al aspecto contable de cuántas veces se pudo y con cuántas mujeres.
En tercer término aparece la paternidad, como otra demanda masculina en relación al poder aportar, al poder mantener. Las investigaciones demuestran el costo psíquico que tienen los varones al no poder mantener una familia o que la mujer lo pueda mantener.
En cuarto término el trabajo aparece como otro de los lugares de demostración de la masculinidad. Es uno de los espacios donde se combina la posibilidad de ganar, de competir, de demostrar potencia y capacidad y en un espacio más delineado, aún hoy, para el hombre que para la mujer. De allí que la jubilación tenga efectos diferenciales para uno y para el otro, y que para los varones las identidades laborales absorban gran parte de la identidad de un sujeto ya que no solo pierde un espacio valorado sino de demostración de masculinidad.
Rubinstein señala que quieren seguir siendo vigorosos a pesar del declive físico, buscan suprimir emociones, incluso luego de pérdidas, y mantener el control y la autoridad a pesar de las menores responsabilidades de liderazgo.
Una de las actitudes más habituales de los adultos mayores es cuando empiezan a tener dificultades físicas buscar disminuir la exposición. El nivel de control que requieren sobre sí y sobre su masculinidad pareciera volverse más exigente en los ámbitos externos, y no tanto en los internos, donde no aparece 
tan vergonzante el pedir ayuda a la esposa, pero sí parece vergonzante ir al médico.
Breton dice que los límites del cuerpo a una escala con cierto orden moral y un significado del mundo, pensar el cuerpo es pensar el mundo y el vínculo social. Como hacer el cambio de relato, sino me concibo porque no me conciben.
Representar mi cuerpo es algo definitorio, es necesario que este cuerpo este representado, para sostener cierto control, autonomía, que son necesarias para la cultura.
Cuando empezamos a perder la actividad física, empezamos a acarrear inseguridad o inhibición, nos cuesta lograr mantener cierta autoestima, seguir siendo fuerte, poder controlar situaciones, seguir siendo útil en esta vida, si lo que me devuelve la mirada social es otra cosa.
La noción del “hacer” masculino es considerado “un acto en sí mismo” (Connell, 1983) asociado con la valoración de sus cuerpos y sí mismos. A partir de esa necesidad de mantener un cuerpo joven, que siga funcionando, que siga siendo fuerte, porque la imagen lo pide, los valores eficacia, control, poder, potencia, son valores que en el cuerpo deben permanecer para sentirse activos y físicamente funcional, se piensan como viejos cuando se sienten pasivos, cuando uno se siente activo y útil uno no se piensa viejo. En los varones hay una disociación más marcada y habitual entre lo que era antes, lo que podía demostrar, sentirse hombre estaba muy asociada al trabajo.
Los varones más jóvenes se ocupan más de la apariencia como capital social que se va ganando, y los viejos de la salud, pero hay una contraposición a esto, porque se niegan y dejan para lo último ir al médico cuando su salud sería algo que les preocupa retrasan las visitase, incluso hoy, hay investigaciones que demuestran que una de las causas por las que los varones viven menos que las mujeres es porque llegan tarde al médico.
A nivel sexual la potencia, el éxito, el dominio y la agresividad es una idea hegemónica de lo que es la masculinidad, las relaciones sexuales reafirman la identidad. El hombre mayor no se va a permitir fallar, porque si falla pierde el sentido de masculinidad del yo. Evitar cualquier fallo también puede representar un proceso autoafirmante que le permita retener el sentido masculino del yo, así como el declive sexual relacionado con la edad puede ser considerado un proceso de desmasculinización.
Todo declive sexual aparece como una amenaza permanente, frente a lo cual uno puede entender por qué se recurre tanto al Viagra. En principio, pienso que este medicamente ha solucionado un trastorno físico que se manifiesta en la discapacidad eréctil,pero también a su manera permite que el varón se asegure y afirme ante el temor a la desmasculinización antes señalada.
Para los varones el retiro de las relaciones sexuales se asocia con la depresión. Sienten que ya no pueden y deviene la impotencia, el hombre se mira así mismo en su desempeño a nivel sexual.
Debemos plantearnos que modelos de masculinidad tenemos, como los medios masivos de comunicación el cine lo sostienen, y también pensar en nuestros propios discursos.

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