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PERSONALIDAD Esta introducción a las teorías de la personalidad se centra en la premisa de que son un reflejo de los antecedentes culturales, experiencias familiares, personalidades y entrenamiento profesional únicos de sus creadores. Este libro proporciona una base sólida para entender la naturaleza de la teoría, así como sus cruciales contribuciones a la ciencia. La exposición de cada teoría se complementa con una semblanza biográfica de un teórico, investigación relacionada y aplicaciones a la vida real. Características de la octava edición • Una extensa cobertura de los teóricos más influyentes de la personalidad con énfasis en la personalidad normal. • La sección “Conozca más acerca de”, que se encuentra en el centro de aprendizaje en línea, expande la cobertura histórica y la comprensión de los teóricos seleccionados. • ¡NUEVO! La coautora Tomi-Ann Roberts, profesora Winkler Herman de psicología en el Colorado College, se incorpora a esta edición. • ¡NUEVO! En esta edición, se integró un nuevo capítulo que aborda la vida de David Buss y su teoría de la personalidad. • ¡NUEVO! Se ha actualizado la sección “Investigación relacionada” que aborda las necesidades y déficit del yo de Maslow, así como la que estudia el trabajo de Albert Bandura con compañías cinematográficas y de televisión. Los profesores opinan “[Teorías de la personalidad] es un libro acreditado que brinda a los estudiantes un fundamento valioso para entender la personalidad”. - Melissa Wright, Northwest Vista College “Teorías de la personalidad es un libro de texto completo sobre la personalidad, que cubre las teorías a un nivel de detalle que no se esperaría en un texto para los primeros años universitarios, pero las explicaciones son claras y da a los estudiantes una perspectiva sobre la verdadera naturaleza de las teorías”. - Carrie Hall, Miami University ¡Visite www.mhhe.com/uni/feisttp8e en donde dispondrá de una gama de recursos adicionales para estudiantes y profesores! 978-607-15-1200-0 Jess Feist • Gregory J. Feist • Tomi-Ann Roberts Feist • Feist • Roberts Teorías de la Teorías de la P ER S O N A LID A D OCTAVA EDICIÓN OCTAVA EDICIÓN Teorías de la personalidad 00_FM_FEIST_3R.indd i 08/04/14 10:40 00_FM_FEIST_3R.indd ii 08/04/14 10:40 MÉXICO • BOGOTÁ • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA • MADRID • NUEVA YORK SAN JUAN • SANTIAGO • SAO PAULO • AUCKLAND • LONDRES • MILÁN • MONTREAL NUEVA DELHI • SAN FRANCISCO • SINGAPUR • ST. LOUIS • SIDNEY • TORONTO Teorías de la personalidad Octava edición Jess Feist McNeese State University Gregory J. Feist San Jose State University Tomi-Ann Roberts Colorado College Revisión técnica Ana María Hinojosa Lara Instituto de Ciencias de la Salud Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo 00_FM_FEIST_3R.indd iii 08/04/14 10:40 Director general: Miguel Ángel Toledo Castellanos Coordinador sponsor: Jesús Mares Chacón Coordinadora editorial: Marcela I. Rocha Martínez Editora de desarrollo: Karen Estrada Arriaga Supervisor de producción: Zeferino García García Traducción: María del Pilar Obón León TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD Octava edición Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin la autorización escrita del editor. DERECHOS RESERVADOS © 2014, respecto a la segunda edición en español por McGRAW-HILL/INTERAMERICANA EDITORES, S.A. DE C.V. Edifi cio Punta Santa Fe Prolongación Paseo de la Reforma 1015, Torre A Piso 17, Colonia Desarrollo Santa Fe, Delegación Álvaro Obregón C.P. 01376, México, D. F. Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Reg. Núm. 736 ISBN: 978-607-15-1200-0 ISBN (edición anterior): 978-84-481-5650-3 Traducido de la octava edición de Theories of Personality, by Jess Feist, Gregory J. Feist, and Tomi-Ann Roberts. © 2013 by The McGraw-Hill Companies, Inc. All rights reserved. ISBN: 978-0-07-353219-3 GRG 04/14 1234567890 2356789014 Impreso en México Printed in Mexico 00_FM_FEIST_3R.indd iv 08/04/14 10:40 Jess Feist es profesor emérito del departamento de psicología en la McNeese State University, Lake Charles, Luisiana. Además de ser coautor de Teorías de la personalidad, séptima edición, ha escrito, en coautoría con Linda Brannon, Health Psychology: An Introduction to Behavior and Health, quinta edición. Tiene un título de pasante de St. Mary of the Plains y títulos universitarios de la Wichita State University y la Universidad de Kansas. Su objeto de investiga- ción son los recuerdos de la infancia temprana. Gregory J. Feist es profesor asociado de psicología en el Departamento de Psicología de la San Jose State University. También impartió clases en el Co- llege of William & Mary y en la Universidad de California, Davis. Recibió su título de doctorado en psicología de la personalidad por la Universidad de Ca- lifornia en Berkeley y su título de pasante por la Universidad de Massachu- setts-Amherst en 1985. Ha publicado prolífi camente sobre la psicología de la creatividad, la psicología de la ciencia y el desarrollo del talento científi co. Su libro más reciente, The Psychology of Science and the Origins of the Scientifi c Mind, obtuvo el Premio William James Book otorgado por la American Psy- chological Association (APA). Es presidente fundador de la International So- ciety for the Psychology of Science y Technology y editor en jefe y fundador de la Journal of Psychology of Science y Tecnhology. Su investigación sobre la creatividad ha sido reconocida con el premio Early Career de la División de la Psicología de la Estética, Artes y Creatividad (División 10) de la APA, y es ex presidente de la División 10. Tomi-Ann Roberts es profesora Winkler Herman de psicología en el Colorado College. Obtuvo su grado en psicología social y de la personalidad en 1990 por la Universidad de Stanford, y su maestría en psicología por el Smith College en 1985. Sus publicaciones en las áreas de la psicología de género, personalidad y emociones incluyen la teoría de la cosifi cación, una teoría original que ha generado una gran cantidad de investigación sobre las causas y consecuencias de ver como objetos a niñas y mujeres. El primer artículo en coautoría sobre este tema es el más citado en los 35 años de historia del boletín Psychology of Women Quarterly. Se desempeñó en la Fuerza de Trabajo sobre la Sexuali- zación de las Niñas de la APA, es coautora de The Sexualization of Girls and Girlhood; Causes, Consequences and Resistance (2012), y sigue trabajando en la investigación empírica, trabajo de consulta aplicada y esfuerzos mediáticos en este campo. Además de ser docente tanto de psicología como de estudios de género en el Colorado College, actualmente participa en el comité ejecutivo de la División 35 de la APA, dirige la Fuerza de Trabajo para la Educación a través de la Investigación Feminista, y es instructora certifi cada en yoga de la risa. Acerca de los autores 00_FM_FEIST_3R.indd v 08/04/14 10:40 Fase genital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Madurez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Aplicaciones de la teoría psicoanalítica . . . . . . . . . . . . . . 31 Primeras técnicas terapéuticas de Freud. . . . . . . . . . . . . . . . 31 Técnicas terapéuticas posteriores de Freud . . . . . . . . . . . . . 31 Análisis de los sueños. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Lapsus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Procesos mentales inconscientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 El placer y el ello: la inhibición y el yo . . . . . . . . . . . . . . . . 35 Represión, inhibición y mecanismos de defensa . . . . . . . . . 36 Investigación sobre los sueños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 Crítica ala teoría de Freud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 ¿Entendió Freud a las mujeres, el género y la sexualidad?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 ¿Puede decirse que Freud fue un científi co? . . . . . . . . . . . . 40 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 CAPÍTULO 3 Adler: la psicología individual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Perspectiva general de la psicología individual. . . . . . . 44 Biografía de Alfred Adler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 Introducción a la teoría de Adler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 La lucha por el éxito o la superioridad . . . . . . . . . . . . . . . 47 El objetivo fi nal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 La fuerza de lucha como forma de compensación . . . . . . . 48 La lucha por la superioridad personal . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 La lucha por el éxito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Percepciones subjetivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Ficcionalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Inferioridades físicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Unidad y coherencia de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . 49 Dialecto de los órganos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Consciente e inconsciente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Interés social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Orígenes del interés social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Importancia del interés social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 Estilo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 Capacidad creativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 Desarrollo anormal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Descripción general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Factores externos que infl uyen en la inadaptación . . . . . . 53 Tendencias protectoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 Protesta masculina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Aplicaciones de la psicología individual. . . . . . . . . . . . . . 56 Constelación familiar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 Primeros recuerdos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 Sueños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 PREFACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xiii PARTE UNO Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 CAPÍTULO 1 Introducción a la teoría de la personalidad . . . . . . . . 2 ¿Qué es la personalidad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 ¿Qué es una teoría? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Defi nición de teoría. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Teoría y conceptos relacionados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 ¿Por qué existen diferentes teorías? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Las personalidades de los teóricos y sus teorías de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 ¿Qué hace útil a una teoría? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 Investigación sobre las teorías de la personalidad . . . 8 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 PARTE DOS Teorías psicodinámicas . . . . . . . . . . . . . 11 CAPÍTULO 2 Freud: el psicoanálisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 Perspectiva general de la teoría psicoanalítica . . . . . . . 13 Biografía de Sigmund Freud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Niveles de vida mental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 El inconsciente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 El preconsciente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 El consciente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 Los sustratos de la mente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 El ello. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 El yo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 El superyó . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Dinámicas de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 Las pulsiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 La ansiedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Mecanismos de defensa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 Represión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 Formación reactiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Desplazamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Fijación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Regresión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Proyección. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Introyección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Sublimación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Fases del desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Periodo infantil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 Periodo de latencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Contenido 00_FM_FEIST_3R.indd vi 08/04/14 10:40 Internalizaciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 El yo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 El superyó . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 El complejo de Edipo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 Perspectivas posteriores de las relaciones objetales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 Perspectiva de Margaret Mahler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 Perspectiva de Heinz Kohut . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 Teoría del apego de John Bowlby . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 Mary Ainsworth y la situación extraña . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 Trauma infantil y relaciones objetales del adulto. . . . . . . . 100 La teoría del apego y las relaciones entre adultos . . . . . . . 101 Crítica a la teoría de las relaciones objetales . . . . . . . . 102 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . 103 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 CAPÍTULO 6 Horney: el psicoanálisis interpersonal . . . . . . . . . . . . . . 105 Perspectiva general del psicoanálisis interpersonal. . . 106 Biografía de Karen Horney . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 Introducción al psicoanálisis interpersonal. . . . . . . . . . . 107 Comparación entre Horney y Freud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 La infl uencia de la cultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 La importancia de las experiencias de la infancia . . . . . . . 108 Hostilidad básica y ansiedad básica . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 Instintos compulsivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 Necesidades neuróticas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Tendencias neuróticas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Confl ictos intrapsíquicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 La imagen idealizada del sí mismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Odio a sí mismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Psicología femenina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 Desarrollo y validación de una nueva medición de las teorías neuróticas de Horney. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 ¿Puede el neuroticismo ser algo bueno en ciertos casos? . . 118 Crítica a la teoría de Horney . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 CAPÍTULO 7 Fromm: el psicoanálisis humanista. . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 Perspectiva general del psicoanálisis humanista . . . . . 122 Biografía de Erich Fromm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 Supuestos básicos de Fromm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 Las necesidades humanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 Relación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 Trascendencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 Arraigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 Sentido de identidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126 Marco de orientación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126 Resumen de las necesidades humanas . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 Efectos del orden de nacimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 Recuerdos tempranos y elección de carrera . . . . . . . . . . . . . 60 Infancia temprana y problemas de salud . . . . . . . . . . . . . . . 60 Crítica a la teoría de Adler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 CAPÍTULO 4 Jung: la psicología analítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Perspectiva general de la psicología analítica . . . . . . . . 65 Biografía de Carl Jung . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Niveles de la psique. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 La conciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 El inconsciente personal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 El inconsciente colectivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 Los arquetipos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 Dinámicas de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Causalidad y teleología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Progresión y regresión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Tipos psicológicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Actitudes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 Desarrollo de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Fases de desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Autorrealización. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Métodos de investigación de Jung . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 Test de asociación de palabras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 Análisis de los sueños. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 Imaginación activa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 Tipo de personalidad e inversión fi nanciera . . . . . . . . . . . . . 83 Tipo de personalidad y liderazgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Crítica a la teoría de Jung . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 CAPÍTULO 5 Klein: la teoría de las relaciones objetales . . . . . . . . . 87 Perspectiva general de la teoría de las relaciones objetales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Biografía de Melanie Klein . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Introducción a la teoría de las relaciones objetales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Vida psíquica del niño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Fantasías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Objetos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 Posiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 Posición esquizoparanoide. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 Posición depresiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 Mecanismos de defensa psíquicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 Introyección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 Proyección. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 Escisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 Identifi cación proyectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 Contenido vii 00_FM_FEIST_3R.indd vii 08/04/14 10:40 Concepto de motivación de Maslow . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Jerarquía de las necesidades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164 Necesidades estéticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 Necesidades neuróticas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 Consideraciones generales sobre las necesidades . . . . . . . . 167 Autorrealización. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . 168 Búsqueda de la persona autorrealizada de Maslow . . . . . . 169 Criterios para la autorrealización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 Valores de las personas autorrealizadas . . . . . . . . . . . . . . . . 169 Características de las personas autorrealizadas. . . . . . . . . . 170 Amor, sexo y autorrealización. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173 Filosofía de la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174 Herramientas para medir la autorrealización . . . . . . . . . 174 El complejo de Jonás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176 Necesidades de defi ciencia, valores B y autoestima. . . . . . 177 Psicología positiva. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 Crítica a la teoría de Maslow . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180 CAPÍTULO 10 Rogers: la teoría centrada en la persona . . . . . . . . . . . 182 Perspectiva general de la teoría centrada en la persona. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183 Biografía de Carl Rogers. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183 La teoría centrada en la persona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185 Supuestos básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185 El sí mismo y la autorrealización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186 La conciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187 Convertirse en persona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188 Obstáculos para la salud psicológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190 Condiciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190 Proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192 Resultados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193 La persona del mañana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194 Filosofía de la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195 Los estudios de Chicago. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196 Hipótesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196 Método. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196 Resultados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197 Resumen de los resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198 Teoría de la autodiscrepancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198 Motivación y búsqueda de metas personales . . . . . . . . . . . . 198 Crítica a la teoría de Rogers. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 CAPÍTULO 11 May: la psicología existencial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203 Perspectiva general de la psicología existencial . . . . . . 204 El peso de la libertad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 Mecanismos de huida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 Libertad positiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 Orientaciones de carácter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 Orientaciones improductivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 Orientación productiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 Trastornos de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130 Necrofi lia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130 Narcisismo maligno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130 Simbiosis incestuosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Métodos de investigación de Fromm . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 El carácter social en un pueblo de México . . . . . . . . . . . . . . 132 Estudio psicohistórico de Hitler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 Distanciamiento de la cultura y bienestar . . . . . . . . . . . . . . 134 Autoritarismo y temor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 Crítica a la teoría de Fromm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 CAPÍTULO 8 Erikson: la teoría posfreudiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138 Perspectiva general de la teoría posfreudiana . . . . . . . . 139 Biografía de Erik Erikson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 El yo en la teoría posfreudiana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141 La infl uencia de la sociedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141 Principio epigenético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142 Etapas del desarrollo psicosocial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142 Lactancia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143 Primera infancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 Edad del juego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 Edad escolar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147 Adolescencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147 Adultez joven . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 Adultez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 Vejez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 Resumen del ciclo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151 Métodos de investigación de Erikson . . . . . . . . . . . . . . . . . 152 Estudios antropológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152 Psicohistoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154 ¿La identidad precede a la intimidad? . . . . . . . . . . . . . . . . . 154 Generatividad contra estancamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155 Crítica a la teoría de Erikson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157 PARTE TRES Teorías humanistas existenciales . . . 159 CAPÍTULO 9 Maslow: la teoría holístico-dinámica. . . . . . . . . . . . . . . . 160 Perspectiva general de la teoría holístico-dinámica . . . 161 Biografía de Abraham H. Maslow . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 161 viii Contenido 00_FM_FEIST_3R.indd viii 08/04/14 10:40 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236 Orientación religiosa intrínseca versus extrínseca . . . . . . . . 236 Cómo reducir el prejuicio: contacto óptimo . . . . . . . . . . . . . 237 Crítica a la teoría de Allport . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240 CAPÍTULO 13 McCrae y Costa: la teoría de los cinco factores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241 Perspectiva general de las teorías de los rasgos y factores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242 El trabajo innovador de Raymond B. Cattell . . . . . . . . . . 242 Principios básicos del análisis factorial . . . . . . . . . . . . . . 243 Los cinco grandes factores: ¿taxonomía o teoría? . . . . 244 Biografías de Robert R. McCrae y Paul T. Costa júnior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244 En busca de los cinco grandes factores . . . . . . . . . . . . . . 245 El descubrimiento de los cinco factores . . . . . . . . . . . . . . . . 246 Descripción de los cinco factores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246 Evolución de la teoría de los cinco factores . . . . . . . . . . 247 Unidades de la teoría de los cinco factores . . . . . . . . . . . . . 247 Postulados básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 Rasgos y desempeño académico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 Rasgos, uso de internet y bienestar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252 Rasgos y emoción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253 Crítica a las teorías de los rasgos y factores . . . . . . . . . 254 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 PARTE CINCO Teorías biológicas y evolucionistas . . . . . . . . . . . . . . . . . 257 CAPÍTULO 14 La teoría factorial basada en la biología de Eysenck . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258 Perspectiva general de la teoría de los rasgos basada en la biología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259 Biografía de Hans J. Eysenck. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260 El modelo factorial de Eysenck . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261 Criterios para la identifi cación de factores. . . . . . . . . . . . . . 262 Jerarquía de la organización de la conducta . . . . . . . . . . . . 262 Aspectos de la personalidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262 Extraversión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263 Neuroticismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265 Psicoticismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 266 Medición de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 266 Bases biológicas de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 La personalidad como predictor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 Personalidad y conducta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 Personalidad y enfermedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269 La biología de los rasgos de personalidad . . . . . . . . . . . . . . 269 Biografía de Rollo May . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204 Antecedentes del existencialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 ¿Qué es el existencialismo?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 Conceptos básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 El caso de Philip . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208 Ansiedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 Ansiedad normal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 Ansiedad neurótica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 Culpa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210 Intencionalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210 Cuidado, amor y voluntad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 La unión del amor y la voluntad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 Formas de amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 Libertad y destino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 Defi nición de libertad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 Formas de libertad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213 ¿Qué es el destino?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213 El destino de Philip. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213 La fuerza del mito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214 Psicopatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216 Prominencia de la muerte y negación de nuestra naturaleza animal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216 El ejercicio físico como defensa contra la conciencia de la muerte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217 ¿Existe un lado bueno de la conciencia de la mortalidad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218 Crítica a la teoría de May . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220 PARTE CUATRO Teorías de los rasgos . . . . . . . . . . 223 CAPÍTULO 12 Allport: la psicología del individuo . . . . . . . . . . . . . . . . . 224 Perspectiva general de la psicología del individuo de Allport . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225 Biografía de Gordon Allport . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225 Enfoque de la teoría de la personalidad de Allport . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226 ¿Qué es la personalidad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226 ¿Qué papel desempeña la motivación consciente? . . . . . . . 227 ¿Cuáles son las características de una persona equilibrada? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227 Estructura de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228 Rasgos personales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 Motivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230 Una teoría de la motivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230 Autonomía funcional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231 El estudio del individuo . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233 Ciencia morfogénica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233 Los diarios de Marion Taylor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234 Las cartas de Jenny . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234 Contenido ix 00_FM_FEIST_3R.indd ix 08/04/14 10:40 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307 Infl uencia del condicionamiento sobre la personalidad. . . 307 Infl uencia de la personalidad sobre el condicionamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 308 El refuerzo y el cerebro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 309 Crítica a la teoría de Skinner . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 310 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312 CAPÍTULO 17 Bandura: la teoría del aprendizaje social . . . . . . . . . . . 314 Perspectiva general de la teoría del aprendizaje social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315 Biografía de Albert Bandura. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315 Aprendizaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316 Aprendizaje por observación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316 Aprendizaje a través de la experiencia . . . . . . . . . . . . . . . . . 318 Determinismo recíproco triádico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 318 Un ejemplo de determinismo recíproco triádico . . . . . . . . . 319 Encuentros casuales y hechos fortuitos . . . . . . . . . . . . . . . . 319 Capacidad de acción humana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 320 Elementos básicos de la capacidad de acción humana . . . 320 Autoefi cacia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 321 Acciones de los demás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323 Efi cacia colectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323 Autocontrol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 324 Factores externos y autocontrol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 324 Factores internos y autocontrol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325 El autocontrol por la acción moral. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 326 Comportamiento disfuncional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 327 Depresión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328 Fobias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328 Agresividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328 Terapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330 Autoefi cacia y terrorismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330 Autoefi cacia y diabetes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331 La teoría del aprendizaje social se vuelve global . . . . . . . . 331 Crítica a la teoría de Bandura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 334 CAPÍTULO 18 Rotter y Mischel: la teoría del aprendizaje sociocognitivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335 Perspectiva general de la teoría del aprendizaje sociocognitivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 336 Biografía de Julian Rotter. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 336 Introducción a la teoría del aprendizaje social de Rotter. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337 Predicción de conductas específi cas. . . . . . . . . . . . . . . . . . 337 Potencial de conducta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338 Expectativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338 Valor de refuerzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338 Crítica a la teoría basada en la biología de Eysenck . . . 270 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271 CAPÍTULO 15 Buss: la teoría evolucionista de la personalidad . . . . 272 Panorama general de la teoría evolucionista . . . . . . . . . 273 Biografía de David Buss . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274 Principios de la psicología evolucionista . . . . . . . . . . . . . 275 La teoría evolucionista de la personalidad . . . . . . . . . . . 276 La naturaleza y la crianza en la personalidad. . . . . . . . . . . 276 Problemas adaptativos y sus soluciones (mecanismos). . . 277 Mecanismos evolucionados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278 Orígenes de las diferencias individuales . . . . . . . . . . . . . . . . 280 Teorías evolucionistas de la personalidad neo-bussianas . . 281 Malentendidos comunes en la teoría evolucionista . . . 282 La evolución implica determinismo genético (el comportamiento como labrado en piedra y el vacío de infl uencia del entorno) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282 La ejecución de las adaptaciones requiere de mecanismos conscientes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283 Los mecanismos están óptimamente diseñados . . . . . . . . . 283 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283 Temperamento y entorno prenatal y posnatal . . . . . . . . . . . 283 Personalidad y genética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 284 Personalidad animal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285 Crítica de la teoría evolucionista de la personalidad. . . 286 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 288 PARTE SEIS Teorías cognitivas y del aprendizaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 CAPÍTULO 16 Skinner: el análisis de la conducta . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290 Perspectiva general del análisis de la conducta . . . . . . 291 Biografía de B. F. Skinner . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291 Precursores del conductismo científi co de Skinner . . . 294 El conductismo científi co . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294 Filosofía de la ciencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295 Características de la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295 Condicionamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296 Condicionamiento clásico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296 Condicionamiento operante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296 El organismo humano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301 Selección natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301 Evolución cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 302 Estados internos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 302 Conducta compleja . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303 Control de la conducta humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 304 La personalidad enferma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306 Estrategias de resistencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306 Conductas inadecuadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306 x Contenido 00_FM_FEIST_3R.indd x 08/04/14 10:40 CAPÍTULO 19 Kelly: la psicología de los constructos personales. . . 359 Perspectiva general de la teoría de los constructos personales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 360 Biografía de George Kelly . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 360 Perspectiva fi losófi ca de Kelly . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361 La persona como científi co . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362 El científi co como persona. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362 Alternativismo constructivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362 Constructos personales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 363 Postulado fundamental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 363 Corolarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 364 Aplicaciones de la teoría de los constructos personales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368 Desarrollo anormal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 370 El Test del repertorio de constructos de roles . . . . . . . . . . . 370 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371 El género como constructo personal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 372 Entender el prejuicio internalizado a través de la teoría del constructo personal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373 Constructos personales y los cinco grandes . . . . . . . . . . . . 374 Crítica a la teoría de Kelly . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 376 CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 379 ÍNDICE ANALÍTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 381 Situación psicológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339 Fórmula predictiva básica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339 Predicción de conductas generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340 Expectativas generalizadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340 Necesidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340 Fórmula predictiva general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342 Control interno-externo del refuerzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343 Escala de confi anza interpersonal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 344 Conducta inadaptiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 345 Psicoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 345 Cambiar los objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 346 Eliminar las bajas expectativas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 346 Introducción a la teoría de la personalidad de Mischel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347 Biografía de Walter Mischel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347 Antecedentes del sistema cognitivo-afectivo de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 348 Paradoja de la consistencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349 Interacción persona-situación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349 Sistema cognitivo-afectivo de la personalidad . . . . . . . 350 Predicción del comportamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 350 Variables de situación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351 Unidades cognitivo-afectivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 352 Investigación relacionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 354 Locus de control y los héroes del Holocausto . . . . . . . . . . . 354 Interacción persona-situación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355 Autocontrol a lo largo de la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 356 Crítica a la teoría del aprendizaje sociocognitivo . . . . 356 Concepto de humanidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357 Conceptos clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 358 Contenido xi 00_FM_FEIST_3R.indd xi 08/04/14 10:40 00_FM_FEIST_3R.indd xii 08/04/14 10:40 ¿Qué hace que las personas se comporten de una manera determinada? ¿Son las personas, en general, conscientes de lo que hacen, o su conducta se debe a motivos ocultos e in- conscientes? ¿Son algunas personas por naturaleza buenas y otras malas, o tienen el potencial de serlo? ¿Es el comporta- miento humano en gran medida producto de la naturaleza o está determinado por factores del entorno? ¿Podemos elegir libremente la manera de moldear nuestra personalidad o de- pendemos de fuerzas que escapan a nuestro control? ¿Cuál es la mejor manera de describir a las personas: estudiar las semejanzas entre ellas, o es precisamente la singularidad la característica dominante de los humanos? ¿Por qué algunas personas sufren trastornos de la personalidad, mientras otras parecen avanzar hacia el equilibrio psicológico? Estas preguntas han sido planteadas y debatidas por fi - lósofos, especialistas y religiosos durante varios milenios, pero casi todos estos debates se basaban en opiniones perso- nales afectadas por consideraciones políticas, económicas, religiosas y sociales. A fi nales del siglo xix, la humanidad empezó a avanzar en su capacidad de organizar, explicar y predecir sus propios actos. La aparición de la psicología co- mo estudio científi co del comportamiento humano marcó el nacimiento de un enfoque más sistemático en el estudio de la personalidad humana. Los primeros teóricos de la personalidad, como Sig- mund Freud, Alfred Adler y Carl Jung, se basaron sobre todo en observaciones clínicas para construir sus modelos sobre el comportamiento humano. Aunque sus datos eran más sis- temáticos y fi ables que los de otros observadores anteriores a ellos, estos teóricos siguieron utilizando sus puntos de vis- ta personales y, por ello, crearon conceptos muy diferentes sobre la naturaleza de la humanidad. Los teóricos de la personalidad posteriores empezaron a utilizar métodos empíricos para estudiar la conducta huma- na; creaban modelos provisionales, comprobaban sus hipó- tesis y, a continuación, reformulaban los modelos. En otras palabras, aplicaban las herramientas de la investigación y las teorías científi cas al estudio de la personalidad. Obviamente, la ciencia no está exenta de especulación, imaginación y creatividad que, por otro lado, son necesarias para la formu- lación de teorías. Cada uno de los teóricos de la personalidad estudiados en este libro construyó una teoría basada tanto en observaciones empíricas como en especulación imaginativa. Además, cada una de ellas es un refl ejo de la personalidad de su creador. Por tanto, las diferentes teorías analizadas en estas pági- nas son un refl ejo del origen, las experiencias familiares, los estudios y la experiencia profesional de sus creadores. La utilidad de cada una, sin embargo, nose ha evaluado según la personalidad de su autor, sino según su capacidad para 1) generar investigación, 2) prestarse a comprobación o refuta- ción, 3) asimilar los conocimientos empíricos existentes y 4) sugerir respuestas prácticas para los problemas cotidianos. Por tanto, evaluaremos cada una de las teorías según estos cuatro criterios, junto con los criterios de 5) coherencia in- terna y 6) simplicidad. Por otro lado, algunas teorías de la personalidad han abonado otros terrenos, como el de la so- ciología, la pedagogía, la psicoterapia, la publicidad, la ad- ministración de empresas, la mitología, la orientación psico- lógica, el arte, la literatura y la religión. La octava edición La octava edición de Teorías de la personalidad continúa resaltando los rasgos sólidos y únicos de ediciones anterio- res, como las perspectivas generales que aparecen casi al inicio de cada capítulo, un estilo ameno, los estimulantes conceptos de humanidad desde la perspectiva de cada uno de los teóricos y las evaluaciones estructuradas de cada teoría. Existen lecturas sugeridas y comentadas en línea en el sitio web del libro en http://www.mhhe.com/uni/feisttp8e para facilitar la investigación en línea. Al igual que en ediciones previas, la octava edición se basa en las fuentes originales y en la formulación más reciente de cada teoría. Sólo se inclu- yen los conceptos y modelos anteriores si han conservado su importancia en la teoría más reciente, o se proporcionan an- tecedentes vitales para entender la teoría fi nal. Hemos desarrollado, en algunos capítulos selectos, una característica mejorada para la web titulada “Conozca más acerca de”, que lleva al lector a información adicional en el sitio del libro. La octava edición de Teorías de la personalidad utiliza un lenguaje claro, conciso y comprensible, así como un esti- lo informal de escritura. El libro está diseñado para estudian- tes universitarios y quienes tienen un mínimo conocimiento de psicología deberían poder entenderlo. No obstante, he- mos tratado de no simplifi car demasiado y de no alterar el signifi cado original del teórico. Asimismo, hemos realizado amplias comparaciones entre teóricos donde es apropiado, y hemos incluido muchos ejemplos que ilustran la forma en que pueden aplicarse las distintas teorías a situaciones coti- dianas. El glosario, que está disponible en el sitio web del libro, contiene defi niciones de los términos técnicos, los cua- les aparecen en negritas dentro del texto. Prefacio 00_FM_FEIST_3R.indd xiii 08/04/14 10:40 globales como el crecimiento demográfi co. Él y sus colegas han colaborado con compañías productoras mediáticas para realizar series que construyen un sentido de efi cacia personal entre los telespectadores en los ámbitos de planeación fami- liar y empowerment de las mujeres, y estos esfuerzos han demostrado ser notablemente efi caces para provocar un ver- dadero cambio de comportamiento que podría ayudar a sal- var nuestro planeta. Material complementario Esta obra cuenta con varios recursos complementarios de apoyo al docente, los cuales están disponibles para los profe- sores que adopten la obra. Para más información consulte a su representante de McGraw-Hill local. Agradecimientos Finalmente, deseamos expresar nuestra gratitud a las perso- nas que han contribuido a la realización de este libro. En primer lugar, estamos agradecidos por la valiosa ayuda de la gente que revisó las ediciones previas de Teorías de la per- sonalidad. Sus evaluaciones y sugerencias nos ayudaron mucho en la preparación de esta nueva edición. Entre estos revisores se encuentran: Robert J. Drummond, University of North Florida; Lena K. Ericksen, Western Washington Uni- versity; Charles S. Johnson, William Rainey Harper College; Alan Lipman, George Washington University; John Phelan, Eric Rettinger, Elizabeth Rellinger, Evert Community Col- lege; Linda Sayers, Richard Stockton College de Nueva Jersey; Mark E. Sibicky, Marietta College; Connie Veldink, Illinois College; Dennis Wanamaker; Kevin Simpson, Con- cordia University; Lisa Lockhart, Texas A&M University, Kingsville; Natalie Denburg, Clínicas y Hospitales de la Universidad de Iowa; Kristine Anthis, Southern Connecticut State University; Eros DeSouza, Illinois State University; Yozan D. Mosig, University of Nebraska-Kearney; Angie Fournier, Virginia Wesleyan College; Atara Mcnamara, Boise State University; Randi Smith, Metro State College de Denver, y Myra Spindel, Florida International University- Miami. Gracias también a las alumnas del Colorado College Jenny Wool y Emma Agnew por su ayuda en las secciones actualizadas de la investigación relacionada de los teóricos humanistas. Adicionalmente, nuestro agradecimiento a los siguien- tes revisores, cuyas opiniones nos ayudaron a estructurar la octava edición: Carrie Hall, Miami University of Ohio; Ken- nethg Walters, State University of New York en Oneonta, y Melissa Wright, Northwest Vista College. Apreciamos el sólido apoyo que tuvimos por parte de nuestro editor. Quisiéramos expresar nuestro agradecimien- to especial a Nancy Welcher, gerente de marca; Mike Sugar- man, director; Lisa Pinto, directora ejecutiva de desarrollo; La presente edición sigue proporcionando una extensa cobertura de los teóricos de la personalidad más infl uyentes. Hace hincapié en la personalidad normal, aunque también hemos incluido breves exposiciones sobre la anormalidad, así como métodos de psicoterapia, donde resulta apropiado. Dado que cada teoría es una expresión de la perspectiva única de su creador acerca del mundo y la humanidad, en el sitio web del libro, incluimos amplia información bibliográ- fi ca sobre cada teórico, para que los lectores puedan tener la oportunidad de familiarizarse tanto con el teórico como con su teoría. ¿Qué hay de nuevo? Por primera vez desde la primera edición de Teorías de la personalidad, agregamos un nuevo capítulo y una nueva sec- ción. En seguimiento a la teoría de la personalidad vigente, incluimos una sección sobre teorías biológicas y un nuevo capítulo sobre la teoría evolucionista de la personalidad (Da- vid Buss). Además, movimos a Eysenck a la sección de teo- rías biológicas, dado su hincapié primario en el fundamento biológico de la personalidad. Para hacer espacio a este nuevo capítulo, sacamos uno de los siete capítulos psicoanalíticos (capítulo 8: Sullivan: La teoría interpersonal, 6a. ed.) y lo colocamos en la página web como suplemento. El orden de las secciones y capítulos continúa siguien- do principalmente la naturaleza histórica y conceptual de las teorías. Después del capítulo introductorio, el capítulo 1, pre- sentamos las teorías psicodinámicas de Sigmund Freud, Al- fred Adler, Carl Jung, Melanie Klein Karen Horney, Erich Fromm y Erik Erikson. En seguida vienen las teorías huma- nistas existenciales de Abraham Maslow, Carl Rogers y Ro- llo May. Después están las teorías de los rasgos de Gordon Allport, y de Robert McCrae y Paul Costa, hijo, seguidas de las teorías biológicas y evolucionistas de Hans Eysenck y David Buss. El conjunto fi nal de capítulos incluye las teorías conductistas y de aprendizaje social de B F. Skinner, Albert Bandura, Julian Rotter, Walter Mischel y George Kelly, aun- que la teoría de este último prácticamente desafía cualquier categorización. Esta nueva organización brinda al lector una mejor perspectiva de la cronología general y el desarrollo de las teorías de la personalidad. Como en cada nueva edición, también hemos actualiza- do las secciones de “Investigación relacionada” de cada una de las teorías. Por ejemplo, un estudio explora si el concepto humanista de “valoración organísmica” de Carl Rogers fun- ciona entre los supervivientes del cáncer. El estudio demos- tró un crecimiento personal signifi cativo entre estas personas que fue más allá de la mera ilusión; los pacientes reportaron transiciones reales de valorar más las metas materialistas a valorar másprofundamente las metas personales de realiza- ción en el curso de su tratamiento contra el cáncer. En el capítulo de Albert Bandura, analizamos nuevas aplicaciones de su teoría sociocognitiva de la personalidad a problemas xiv Prefacio 00_FM_FEIST_3R.indd xiv 08/04/14 10:40 Como siempre, agradecemos y apreciamos los comen- tarios de los lectores, que nos ayudan a seguir mejorando Teorías de la personalidad. Jess Feist Lake Charles, LA Gregory J. Feist Oakland, CA Tomi-Ann Roberts Colorado Springs, CO Penina Braffman, directora editorial, y Adina Lonn, coordi- nadora editorial. Asimismo estamos en deuda con Albert Bandura por sus útiles comentarios respecto al capítulo que trata sobre la teoría del aprendizaje social. Queremos agradecer también a estos otros téoricos de la personalidad por tomarse el tiempo para discutir las secciones correspondientes en ediciones previas de este libro: Albert Bandura, Hans J. Eysenck†, Robert McCrae, Paul T. Costa, hijo, Carl R. Rogers†, Linda Brannon y Erika Rosenberg, y gracias especiales a Annika y Mia Davis por su apoyo emocional y otras importantes con- tribuciones. Prefacio xv 00_FM_FEIST_3R.indd xv 08/04/14 10:40 00_FM_FEIST_3R.indd xvi 08/04/14 10:40 P A R T E U N O Introducción C a p í t u l o 1 Introducción a la teoría de la personalidad 2 01_Chapter 01_FEIST_3R.indd 1 25/03/14 14:56 Introducción a la teoría de la personalidad B ¿Qué es la personalidad? B ¿Qué es una teoría? Defi nición de teoría Teoría y conceptos relacionados ¿Por qué existen diferentes teorías? Las personalidades de los teóricos y sus teorías de la personalidad ¿Qué hace útil a una teoría? B Concepto de humanidad B Investigación sobre las teorías de la personalidad B Conceptos clave C A P Í T U L O 1 01_Chapter 01_FEIST_3R.indd 2 25/03/14 14:56 res tienen respecto a la forma en que surgen estas diferencias en la personalidad humana . Existe una cierta divergencia entre los psicólogos en cuanto al signifi cado del concepto de personalidad , aunque casi todos están de acuerdo en que la palabra personalidad deriva del latín persona, que hacía referencia a la máscara teatral que llevaban los actores romanos en sus representa- ciones de las tragedias griegas. Estos actores clásicos roma- nos llevaban una máscara (persona) para proyectar hacia el público un papel o una apariencia falsa. Evidentemente, esta visión superfi cial de la personalidad no es una defi nición sa- tisfactoria ya que cuando los psicólogos usan el término per- sonalidad se refi eren a algo más que el papel que las perso- nas representan en el mundo. Sin embargo, los teóricos de la personalidad no se han puesto de acuerdo en la defi nición de este término, y han de- sarrollado teorías fundamentales porque no han coincidido sobre su naturaleza, y porque cada uno de ellos abordaba la personalidad desde un punto de vista propio. Los teóricos de la personalidad que presentamos en este libro tienen histo- rias personales muy variadas. Algunos nacieron en Europa y pasaron toda su vida allí; otros nacieron en Europa, pero emigraron a otras partes del mundo, sobre todo a Estados Unidos; otros más, en cambio, nacieron en Estados Unidos y pasaron toda su vida allí. Muchos de ellos estuvieron infl ui- dos por experiencias religiosas a edades tempranas, otros no. La mayoría, aunque no todos, estudiaron psiquiatría o psi- cología. Muchos se inspiraron en sus experiencias como psicoterapeutas, otros se han basado más bien en la inves- tigación empírica para recopilar datos sobre la personalidad humana. Aunque todos han tratado de alguna manera lo que denomina-mos personalidad, cada uno de ellos ha enfoca- do este concepto general desde una perspectiva distinta. Al- gunos intentaron construir una teoría integral, otros fueron ¿Por qué las personas se comportan de una manera de-terminada? ¿Tienen alguna posibilidad de elección a la hora de formar su personalidad? ¿A qué se deben las se- mejanzas y diferencias entre los individuos? ¿Qué lleva a las personas mostrar comportamientos previsibles? ¿Por qué son imprevisibles? ¿Existen fuerzas ocultas, inconscientes, que controlan su conducta? ¿Qué factores provocan los tras- tornos mentales? ¿El comportamiento humano está determi- nado por la herencia o por el entorno? Durante siglos, fi lósofos, teólogos y otros pensadores han planteado estas preguntas en su refl exión sobre la natu- raleza humana , e incluso se han llegado a cuestionar si esta existe realmente. Hasta hace relativamente poco, los estudio- sos más prominentes habían avanzado poco en su búsqueda de respuestas satisfactorias a estas preguntas. Sin embargo, hace más de un siglo, Sigmund Freud empezó a asociar las especulaciones fi losófi cas con un método científi co incipien- te. Como neurólogo con formación científi ca, comenzó a es- cuchar a sus pacientes para descubrir qué confl ictos se ocul- tan detrás de los distintos síntomas. “Escuchar se convirtió para Freud en algo más que un arte: llegó a ser un método, un camino privilegiado hacia el conocimiento, facilitado por lo que le decían sus pacientes” (Gay, 1988, p. 70). De hecho, Freud fue el primero en desarrollar una teoría de la personalidad verdaderamente moderna, basada princi- palmente en sus observaciones clínicas. Él desarrolló una teoría universal que intentaba explicar las personalidades de toda la gente. Como veremos en el curso de este libro, mu- chos otros teóricos han desarrollado grandes teorías alterna- tivas desde distintos puntos de vista. La tendencia general en el transcurso del siglo xx fue basar cada vez más las teorías en observaciones científi cas en lugar de clínicas. Sin embar- go, ambas fuentes tienen fundamentos válidos para las teo- rías de la personalidad. ¿Qué es la personalidad? Los seres humanos no son los únicos seres singulares ni cambiantes. Los organismos de todas las especies vivas muestran diferencias o variabilidad. De hecho, animales co- mo los pulpos, los pájaros, los cerdos, los caballos, los gatos y los perros tienen diferencias individuales consistentes en comportamiento —que también se conoce como personali- dad— en su misma especie (Dingemanse, Both, Drent, Van Oers y Van Noordwijk, 2002; Gosling y John, 1999; Weins- tein, Capitanio y Gosling, 2008). Pero el grado en que los seres humanos varían de uno a otro, tanto física como psico- lógicamente, es bastante sorprendente y de alguna forma única entre las especies. Algunos somos callados e introver- tidos, otros necesitan el contacto y la estimulación social; algunos somos calmados y equilibrados, mientras que otros son tensos y persistentemente ansiosos. En este libro explo- ramos las explicaciones e ideas que varios hombres y muje- No hay dos personas, ni siquiera los gemelos idénticos, que tengan exactamente la misma personalidad. ¿Qué es la personalidad? 3 01_Chapter 01_FEIST_3R.indd 3 25/03/14 14:56 sultados permitan seguir construyendo y remodelando la teoría original. En cuarto lugar, el investigador usa el razonamiento de- ductivo lógico para formular hipótesis. Los principios de una teoría se deben plantear con sufi ciente precisión y coheren- cia lógica como para permitir al científi co deducir claramen- te las hipótesis. Estas no son componentes de la teoría, sino que se derivan de ella. A partir de la teoría general, y usando el razonamiento deductivo, el científi co debe formular una hipótesis concreta que se pueda comprobar. Si las proposi- ciones teóricas generales son ilógicas, resultan estériles y no permiten formular hipótesis. Además, si un investigador uti- liza una lógica incorrecta para deducir hipótesis, la investi- gación resultante no tendrá sentido y no aportará nada al proceso de construcción de la teoría . La parte fi nal de la defi nición incluye el califi cativo comprobable. Si una hipótesis no se puede comprobar de alguna manera, no tendrá ningún valor. No es necesario comprobarlainmediatamente, pero debe sugerir la posibili- dad de que, en el futuro, los científi cos desarrollen los me- dios necesarios para verifi carla. Teoría y conceptos relacionados A veces se confunde la teoría con la fi losofía, la especula- ción, la hipótesis o la taxonomía. Aunque el concepto de teo- ría está relacionado con cada uno de estos términos, no coin- cide con ninguno de ellos. Filosofía En primer lugar, la teoría está relacionada con la fi losofía , pero es un término mucho más limitado. Filosofía signifi ca amor por la sabiduría y los fi lósofos son personas que buscan conocer a través del pensamiento y el razonamiento; no son científi cos ya que, por lo general, no realizan estudios con- trolados en su búsqueda del saber. La fi losofía abarca diver- sas ramas, una de las cuales es la epistemología , que se ocu- pa de la naturaleza del conocimiento. La teoría tiene una relación más cercana a esta rama de la fi losofía porque es una herramienta utilizada por los científi cos en su búsqueda del conocimiento. Las teorías no defi nen cómo “deberían” ser las cosas, por tanto, un conjunto de principios sobre cómo se debería vivir la vida no puede ser una teoría, ya que este tipo de prin- cipios implican valores y son cuestiones propias de la fi loso- fía. Aunque las teorías no están exentas de valores, se cons- truyen sobre la base de la evidencia científi ca que se ha alcanzado de una manera relativamente imparcial, por lo que no hay teorías sobre por qué la sociedad debería ayudar a las personas sin hogar o sobre la defi nición de una gran obra de arte. La fi losofía trata sobre cómo deberían ser las cosas; la teoría, en cambio, estudia series de estructuras condicionales menos ambiciosos y abordaron solo algunos aspectos de la personalidad. Pocos han defi nido formalmente el concepto de personalidad , pero todos han aportado su propia visión de este. Aunque no existe ninguna defi nición aceptada por todos los teóricos de la personalidad, podemos decir que la perso- nalidad es un patrón de rasgos relativamente permanentes y de características singulares que confi eren coherencia e indi- vidualidad al comportamiento de una persona (Roberts y Mroczek, 2008). Los rasgos contribuyen a las diferencias de comportamiento , la coherencia a lo largo del tiempo de di- cho comportamiento y la estabilidad de este en distintas si- tuaciones. Los rasgos pueden ser individuales , comunes a todos los miembros de un mismo grupo o comunes a todos los miembros de una especie, pero el patrón es diferente para cada individuo, por tanto, aunque en ciertos aspectos mues- tre semejanzas con otros individuos, cada persona tiene una personalidad única . Las características son cualidades ex- clusivas de un individuo que incluyen atributos como el tem- peramento, el aspecto físico y la inteligencia. ¿Qué es una teoría? La palabra “teoría” tiene la dudosa distinción de ser uno de los términos que más se presta a ser utilizado e interpretado de manera errónea. Algunas personas contrastan la teoría con la verdad o con los hechos, pero esta antítesis demuestra que no entienden el signifi cado de ninguno de los tres térmi- nos. En ciencia, las teorías son herramientas que se usan pa- ra generar investigación y organizar las observaciones, pero ni las verdades ni los hechos tienen lugar en la terminología científi ca. Defi nición de teoría Una teoría científi ca es un conjunto de supuestos relaciona- dos entre sí que permiten a los científi cos utilizar el razona- miento deductivo lógico para formular hipótesis comproba- bles. Esta defi nición precisa una aclaración. En primer lugar, una teoría es un conjunto de supuestos. Un supuesto por sí solo nunca puede cumplir todos los requisitos para ser una teoría útil; por ejemplo, no podría integrar varias observacio- nes, algo deseable en una teoría útil. En segundo lugar, una teoría es un conjunto de supues- tos relacionados entre sí . Los supuestos aislados no pueden generar hipótesis signifi cativas ni tener coherencia interna, dos requisitos que debería cumplir toda teoría útil. Un tercer término clave en la defi nición es el de supues- tos . Los componentes de una teoría no son hechos demostra- dos en el sentido de que se haya establecido de manera abso- luta su validez. Sin embargo, son aceptados como si fueran ciertos. Esto se hace por motivos prácticos, para que los científi cos puedan realizar investigaciones útiles, cuyos re- 4 Capítulo 1 Introducción a la teoría de la personalidad 01_Chapter 01_FEIST_3R.indd 4 25/03/14 14:56 sis, sirven para realimentar la teoría. Al emplear el razona- miento inductivo (que va de lo específi co a lo general), el investigador puede modifi car la teoría para que refl eje los resultados de las comprobaciones. A medida que la teoría se va ampliando y modifi cando es posible extraer de ella otras hipótesis y, al comprobarlas, estas a su vez permitirán seguir remodelando la teoría. Taxonomía Una taxonomía es una clasifi cación de cosas según las rela- ciones naturales que existen entre ellas. Las taxonomías son fundamentales para el desarrollo de la ciencia porque, sin la clasifi cación de la información , la ciencia no podría avanzar. Sin embargo, una clasifi cación por sí sola no constituye una teoría, aunque las taxonomías pueden evolucionar y llegar a ser teorías cuando empiezan a generar hipótesis comproba- bles y a explicar las conclusiones de las investigaciones. Por ejemplo, Robert McCrae y Paul Costa empezaron su investi- gación clasifi cando a los individuos según cinco rasgos o factores de la personalidad estables y, fi nalmente, su investi- gación derivó en algo más que una clasifi cación: llegó a ser una teoría capaz de generar hipótesis y ofrecer explicaciones de los resultados de las investigaciones. ¿Por qué existen diferentes teorías? Si las teorías sobre la personalidad son realmente científi cas, ¿por qué existen tantas diferentes? Las teorías alternativas existen porque la naturaleza misma de una teoría permite al teórico hacer especulaciones desde un punto de vista especí- fi co. Al recopilar los datos los teóricos deben ser lo más ob- jetivos posible, pero a la hora de decidir qué datos recopila- rán y cómo los interpretarán prevalece su criterio personal. Las teorías no son leyes inmutables: no se construyen a par- tir de hechos comprobados, sino a partir de supuestos sujetos a la interpretación individual. Todas las teorías son un refl ejo de la vida de sus autores, sus experiencias durante la infancia, su fi losofía de vida, sus relaciones interpersonales y su modo particular y único de ver el mundo. Dado que las observaciones están infl uidas por el marco de referencia del observador individual, es lógi- co que existan diversas teorías. Por otro lado, la existencia de teorías divergentes puede resultar útil. La utilidad de una teoría no depende de su adecuación al sentido común o de su concordancia con otras sino que depende más bien de su ca- pacidad de generar investigación y explicar los datos de las investigaciones y de otras observaciones. Las personalidades de los teóricos y sus teorías de la personalidad Dado que las teorías sobre la personalidad surgen de las pro- pias personalidades de los teóricos , conviene hacer un estu- si, entonces, pero la valoración de los resultados de estas afi rmaciones queda fuera del ámbito de la teoría. Por ejem- plo, una teoría podría decirnos que si los niños crecen ais- lados, totalmente separados de otros humanos y sin contac- to alguno con ellos, no aprenderán el lenguaje humano, no mostrarán conductas de apego hacia los padres, etc., pero esta afi rmación no dice nada sobre los aspectos morales de este modo de criar a los niños. Especulación En segundo lugar, las teorías se basan en la especulación , pero son mucho más que meras conjeturas. No proceden de la mente de un gran pensador ni están aisladas de las obser- vaciones empíricas , sino que están
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