Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Cáncer en el adulto Nombre (Cáncer) Características clínicas específicas Factores predisponentes (Asociados a la aparición del cáncer) Estudios de laboratorio y gabinete para diagnosticarlos Gástrico Hallazgos físicos El cáncer de estómago en la etapa inicial pocas veces causa síntomas, razón por la cual es tan difícil de detectar tempranamente. Digestivos • Abdomen hinchado. • Ascitis. • Síntomas parecidos a los de la úlcera. • Hemorragias, que pueden ser de varios tipos y causar anemia: pérdidas ocultas (microscópicas) de sangre por las heces, hematemesis (vómito con sangre), melenas (heces negras) o hematoquecia (heces con sangre). • Nódulos o masas. • Organomegalia. • Nauseas, vomito • Cambios en el ritmo intestinal • Heces oscuras, pastosas y malolientes (melena). Dermatológicos Adenopatías. Otros • Cansancio y debilidad. • Perdido peso • Infección gástrica por H. pylori. • Edad avanzada. • Género masculino. • Dieta baja en frutas, vegetales y con un alto contenido de alimentos salados y ahumados en conservas. • Gastritis atrófica crónica. • Metaplasia intestinal. • Anemia perniciosa. • Pólipos adenomatosos gástricos. • Antecedente familiar de cáncer de estómago. • Consumo de tabaco. • Enfermedad de Ménétrier (gastritis hipertrófica grande). • Poliposis adenomatosa familiar. • Radiología: o Radiografía (Rx) de tórax: puede ser sustituida por un escáner torácico si se considera más apropiado. o Rx simple de abdomen: aportar información sobre si existe obstrucción del estómago o del intestino, etc. • Endoscopia digestiva alta: para examinar el interior del estómago, del esófago y del duodeno. Es la técnica de elección porque permite la toma de biopsia y la verificación del diagnóstico. • Sangre oculta en heces: para saber si hay pérdidas hemáticas. • Marcadores tumorales: para medir el nivel de ciertas proteínas en la sangre. Es un tipo de análisis que orienta hacia la existencia del cáncer, pero no lo diagnostica porque no todos los cánceres producen elevación de marcadores y además los marcadores pueden elevarse por causas no tumorales. • Analítica en sangre: o El hemograma aportará información sobre una posible anemia. o La bioquímica sanguínea puede orientar sobre la función de órganos como el hígado o el riñón. • Estudio esofagogastroduodenal (EGD): consiste en la administración de un contraste de bario en forma de papilla y hacer una radiografía. Esta papilla “dibuja” el interior del esófago, del estómago y del duodeno permitiendo detectar lesiones, siempre que tengan un tamaño determinado. Si se ha hecho una gastroscopia, no suele ser necesario realizar un EGD. • Ecografía abdominal o abdominopélvica: es útil para estudiar el hígado, saber si hay líquido libre en el abdomen, etc. • Tomografía axial computarizada (TAC) de tórax: aporta información sobre los pulmones, el mediastino, las costillas, el esternón y el corazón. • TAC abdominal-pélvico: proporciona muchos datos sobre el cáncer de estómago, como su extensión local, si existen metástasis en el hígado, si hay ascitis, etc. • Resonancia magnética nuclear (RMN) abdominal: proporciona una información más precisa. • Otras exploraciones: existen otras pruebas complementarias que, a veces, se utilizan para completar el diagnóstico, como son: • Falta de apetito • Disfagia o Ecografía endoscópica: consiste en un gastroscopio que tiene también un transmisor de ultrasonidos para hacer una ecografía. o Tomografía de emisión de positrones (PET): consiste en inyectar una substancia radioactiva y medir la emisión de positrones. Da una visión global del cuerpo. o Gammagrafía ósea: para estudiar si el cáncer ha metastatizado los huesos. o Laparoscopia: es una técnica que consiste en introducir un endoscopio en la cavidad abdominal, a través de unos orificios que se hacen en la pared abdominal, para comprobar si el tumor se ha extendido más allá del estómago. Páncreas La mayoría de los pacientes son asintomáticos hasta que el cáncer invade las estructuras vecinas, por lo que muchos son irreversibles en el momento del diagnóstico y la evolución clínica es a menudo muy corta. Los síntomas más comunes son el resultado de extensión directa a órganos vecinos. Como existe un rico drenaje linfático, la diseminación glandular es muy habitual, al igual que la tendencia precoz a originar metástasis hepáticas y peritoneales. Dada la especial ubicación en el abdomen, el tumor puede crecer libremente hasta alcanzar un gran tamaño, por lo que los síntomas iniciales suelen ser inespecíficos: anorexia, astenia, pérdida de peso, pesadez postprandial, náuseas, etc. La tríada de síntomas que suelen verse en el cáncer de páncreas consiste en dolor abdominal o de espalda, pérdida de peso e ictericia. El más común y característico es el dolor y se debe a la infiltración perineural del plexo celíaco.. Hallazgos físicos Hábitos • Dieta rica engrasa • Tabaco • Café • Alcohol Ambiente • Bajo nivel socioeconómico • Medio urbano • Industria petroquímica • Raciones Laboratorio La analítica puede mostrar anemia hipocroma y elevación de la velocidad de sedimentación globular (VSG). La hiperglucemia, la hipoalbuminemia y el patrón colestásico son otras alteraciones comunes. La presencia de grasa y proteínas en heces, así como la presencia de sangre en ellos pueden ser positivas. El antígeno carcinoembrionario (CA) puede estar elevado (19-9), siendo el marcador que ofrece mayor precisión diagnóstica (entre 60- 80% de casos), aunque puede también elevarse en otras neoplasias gastrointestinales y, en ocasiones, en enfermedades benignas de hígado o páncreas. Ecografía Es el primer estudio que ha de efectuarse en pacientes con dolor abdominal vago o ictericia, puesto que puede descartar varias causas, como la colelitiasis, el aneurisma de aorta, etc., pudiendo revelar una lesión, sobre todo si es > 2 cm y se localiza en la cabeza del páncreas, puesto que en cuerpo y cola son más difíciles de detectar. La ecografía endoscópica puede detectar lesiones < 2 cm de diámetro. Generalmente, mostrará masas hipoecóicas, con o sin dilatación de las vías biliares. Además, pueden descubrirse adenopatías o metástasis hepáticas hipoecóicas, así como ascitis, implantes peritoneales, invasión de la vena porta o esplénica y otros signos de inoperabilidad. Tomografía axial computarizada (TAC) con contraste Se precisa para el diagnóstico definitivo. El 65% de las veces se Generales • Dolor en abdomen medio o superior que irradia a la espalda, que empeora con las ingestas y no guarda relación con los cambios posturales ni con la actividad. • Malnutrición. • Pérdida de peso progresiva, inexplicable y rápida. • Ictericia • Fatiga • Cansancio Dermatológicos • Prurito. • Ictericia debida a la obstrucción del flujo de bilis del hígado. • Equimosis generalizada. • Turgencia cutánea alterada. Digestivos • Anorexia, náuseas y vómitos. • Esteatorrea. • Coluria. • Ascitis leve. aprecia una masa sólida, heterogénea, en la cabeza del páncreas. En otro 10-15%, la masa se localiza en el cuerpo o en la cola, pero en el 20% muestra un engrosamiento difuso del páncreas que puede confundirse con una pancreatitis. La TAC es el método no invasivo más sensible para evaluar la extensión más intraabdominal de la enfermedad. Puede mostrar cambios en el contorno o tamaño glandular, edema, atrofia o dilatación de los conductos pancreáticos. Angiografía selectiva Puede manifestar lesiones hipovasculares infiltrativas, demostrar desplazamiento arterial por el tumor o bien oclusión o estrechamiento en estadios avanzados. Colangiografía retrógrada endoscópica (CPRE) Es un procedimiento diagnóstico de elección en casi todos los centros y se usa para diferenciar entre pancreatitis y carcinoma pancreático,pues permite la aspiración de flujo pancreático para estudiar su citología. Colangiografía transhepática percutánea (CTP) Puede demostrar la obstrucción completa o parcial del conducto biliar común justo por encima de la cabeza del páncreas y también permite la aspiración para estudios citológicos. Biopsia pancreática percutánea Bajo control radiológico, mediante aguja fina, dirigida por TAC, es una técnica sencilla y segura que ha hecho declinar el número de casos sin confirmación histológica. Su eficacia se sitúa entre un 65-90%. Mama Ovario La clínica del cáncer de ovario es inespecífica, lo que favorece que se diagnostique en estadios avanzados. Los síntomas se dan muy tarde. Uno de los síntomas iniciales más común es la distensión-hinchazón abdominal, seguida de dolor Los factores de riesgo para el cáncer de ovario son: • Raza blanca. • Vivir en países industrializados. • Edad avanzada: es excepcional antes de la menarquia; el 15% se produce a los 40-44 años, el La estadificación en el cáncer de ovario es quirúrgica, basándose en los hallazgos observados en la intervención. El estudio preoperatorio orienta la extensión de la enfermedad fuera de la pelvis o la presencia de metástasis extraabdominales. El diagnóstico definitivo es histológico, aunque el diagnóstico de sospecha se apoya en el examen clínico, técnicas de imagen y abdominopélvico y la metrorragia. En el momento del diagnóstico, un 60% se encuentran en fase avanzada. En tumores de rápido crecimiento y estadios avanzados aparece síndrome constitucional. Pueden aparecer complicaciones como: ascitis, torsión, rotura, hemorragia, infección, etc. Raramente los síntomas derivan de la presencia de metástasis o de síndromes paraneoplásicos. Los siguientes signos deben hacer sospechar malignidad: • Ascitis. • Palpación de tumoración pélvica. • Índice de crecimiento rápido. • Edad no reproductiva. • Nódulos en fondo de saco de Douglas. • Bilateralidad. 54% se produce a los 63 años. Los tumores germinales son propios de niñas y jóvenes. • Endocrinos: nuliparidad, baja paridad, historia de infertilidad. • Cáncer de mama: multiplica por dos el riesgo de cáncer de ovario. • Cáncer de endometrio, colon. • Familiares: constituyen el 5-10% de los casos. Las mujeres con algún familiar de primer grado con cáncer de ovario tienen un riesgo de desarrollar cáncer de ovario de l 5%. La probabilidad aumenta si existe más de un familiar afecto, edad temprana en el diagnóstico y número de generaciones afectas. Los tipos de síndromes familiares son: o Cáncer de ovario familiar: herencia autosómica dominante. o Síndrome de cáncer de ovario-mama. o Síndrome de Lynch II: cáncer de colon + ovario + mama + útero por mutaciones de genes reparadores de ADN. • Alteraciones genéticas. • Síndrome de Peutz-Jeghers: pigmentación mucocutánea + pólipos intestinales. • Carcinógenos químicos: herbicidas. • Consumo de alcohol. • Endometriosis. marcadores séricos. • Anamnesis: identificar factores de riesgo de padecer cáncer de ovario. • Exploración: o Valoración del estado general. o Exploración abdominal: valorar la presencia de ascitis y/o tamaño de la tumoración. o Exploración pélvica: detectar tamaño y posibles signos de infiltración (consistencia dura, irregular, poca movilidad, nodulaciones en fondo de saco de Douglas). • Ecografía: o Abdominal: de elección para evaluación de grandes masas. o Vaginal: aporta mayor resolución en el resto de los casos, valorando el tamaño y los signos de sospecha, tales como el grosor de los tabiques, la heterogeneicidad tumoral, la presencia de papilas y/o de ascitis. • Estudio Doppler: complementa y mejora los resultados de la ecografía. • TAC abdominopélvico: especialmente útil en caso de estadio supuestamente avanzado, permitiendo investigar la posibilidad de diseminación fuera de la pelvis, en retroperitoneo e incluso valorar la resecabilidad quirúrgica. • En función de la clínica o hallazgos en las anteriores: RM, urografía endovenosa, fibrogastroscopia, fibrocolonoscopia, TAC torácico. • Marcadores tumorales: o CA 125. o CA 19.9. o Alfa-feto-proteína y beta-HCG en mujeres de menos de 30 años para descartar tumores germinales. Próstata El cáncer de próstata no suele dar sintomatología en estadios iniciales. Es en etapas más avanzadas cuando pueden aparecer los siguientes síntomas: • Problemas al orinar: flujo • Edad: menor de 65 • Cáncer de próstata en otros familiares de primer grado • Herencia genética mutaciones en BRCA1, BRCA 2 o síndrome de Lynch • Origen étnico: EE.UU y Europa El diagnóstico tiene dos finalidades: • Confirmar que se trata realmente de un cáncer. • Averiguar en qué estadio evolutivo se encuentra. Para alcanzar estos dos objetivos se dispone de las siguientes miccional lento, debilitado o interrumpido, aumento de la urgencia y frecuencia de micción (especialmente nicturia), dolor o ardor al orinar (disuria). • Aparición de sangre en la orina (hematuria) o en el líquido seminal. • Disfunción eréctil. • Molestias al estar sentado, debido al aumento del tamaño de la próstata. • Dolor óseo (columna, caderas, etc.) si se han producido metástasis óseas. • Pérdida de fuerza o parestesias, o incluso incontinencia urinaria y/o fecal debido a una compresión medular provocada por metástasis. • Síndrome tóxico: astenia, anorexia y pérdida de peso septentrional, raza negra • Factores exógenos: tabaquismo, alcohol, radiación ultravioleta, exposición a ciertas sustancias, alimentación (grasas), conducta sexual (Infecciones de transmisión sexual), obesidad pruebas diagnósticas: Tacto rectal Método fundamental de despistaje. Es la comprobación de una induración. En estadios iniciales normalmente se manifiesta como un nódulo indurado en un lóbulo, duro, aislado y bien delimitado, mientras que en estadios más avanzados se comprueba como una induración global de la glándula, regular o irregular con mayor frecuencia, de consistencia pétrea o leñosa, con unos límites de la tumoración normalmente imprecisos y sin movilidad. Marcadores tumorales • PSA: o Es una glicoproteína sintetizada en el citoplasma de las células del epitelio columnar de la glándula prostática y en las glándulas periuretrales. o Es un marcador específico del tejido prostático (no específico del cáncer), pudiendo verse elevado no solo en la neoplasia, sino también en el caso del adenoma de tamaño considerable, en la inflamación glandular y en la manipulación prostática (sondaje, biopsia, etc.). o El efecto realizado por el adenocarcinoma sobre las células provoca la liberación del PSA al torrente sanguíneo, pudiendo elevar sus niveles séricos. • Fosfatasas ácidas prostáticas: o Es una isoenzima producida en las células acinares y secretada con el flujo seminal. o En la neoplasia prostática se puede generar un aumento de la fosfatasa ácida en el suero debido a la pérdida de conexión de las células cancerosas con los ductos prostáticos, absorbiéndose en la circulación en lugar de pasar al líquido seminal. Ecografía transrectal Es un método de imagen útil para el estadiaje local, pudiendo ofrecer información sobre la afectación capsular, las vesículas seminales, el cuello vesical o el recto. Gracias a la ecografía transrectal es posible realizar biopsias dirigiéndolas hacia las zonas sospechosas. Biopsia de próstata Se llevará a cabo siempre que exista una anomalía del tacto rectal, una elevación de los marcadores tumorales o una alteración en las pruebas de imagen. Se realiza para la confirmación del diagnóstico. Puede efectuarse por vía transperineal digitodirigida o transrectal guiada por ecografía, lo que añade efectividad a la prueba, puesto que permite el acceso a nódulos palpables y no palpables y una colocación más precisa dela aguja. Pruebas radiológicas • Gammagrafía ósea: es una prueba capaz de evidenciar la presencia de metástasis óseas. • Tomografía axial computarizada (TAC): o Método para detectar neoplasias prostáticas de gran tamaño y metástasis a distancia. o Informa únicamente sobre el volumen ganglionar sin distinguir su estructura intrínseca. • Resonancia magnética nuclear (RMN): o Método capaz de aportar una buena diferenciación tisular. o Su papel principal es la valoración de la extensión de la neoplasia prostática y las metástasis a distancia. • Urografía: indica la posible afección del uréter por la extensión del cáncer. • Radiografía de tórax: permite valorar la posible metástasis en esta zona. • Linfadenectomía: método diagnóstico que permite determinar la afección linfática. Pulmonar • Diagnóstico precoz: cuando el cáncer pulmonar adquiere un tamaño suficiente para producir manifestaciones clínicas (más de 1 cm) ya ha transcurrido la mayor parte de su vida natural. Si el diagnóstico se produce en este momento, es tarde o las posibilidades de curación son escasas. Para mejorar el pronóstico se han ideado protocolos y programas de detección precoz. Sin embargo, hasta este momento ninguno ha podido disminuir la mortalidad por cáncer de pulmón. • Radiografía estándar: la imagen radiológica del cáncer de pulmón varía según la fase evolutiva, el lugar de origen y la topografía de su crecimiento. Además de conocer los cambios radiológicos más indicativos, hay que tener en cuenta que cualquier imagen radiológica puede traducirse en un cáncer de pulmón y que una radiografía estrictamente normal no descarta la existencia de la enfermedad. Puede ser un carcinoma central que todavía no ha provocado clínica radiológica o tratarse de un carcinoma periférico no detectable aún radiológicamente. Hay tres imágenes radiológicas especialmente propias del cáncer de pulmón: o Atelectasia o neumonitis obstructiva (condensación o pérdida de volumen). o Hilio patológico: uno de los hilios pulmonares es más grande o más denso que el del otro lado. o Opacidad intrapulmonar, en general, más o menos redondeada y de límites mal definidos, a veces espiculados. • Tomografía computarizada toracoabdominal: permite un estudio más preciso y sensible que la radiografía estándar. En las neoplasias periféricas detecta tumores más pequeños y analiza con mayor precisión los signos de malignidad. • Resonancia magnética: hasta el momento, menos útil en las afecciones broncopulmonares. Puede estar indicada en el estudio de adenopatías mediastínicas y para precisar la invasión del mediastino. • Tomografía por emisión de positrones: puede ser eficaz en el diagnóstico de la malignidad de los pequeños tumores periféricos. • Pruebas citohistológicas: suponen y exigen la obtención de células o fragmentos del tumor. Para obtenerlas existen varios procedimientos: o Broncoscopia: es la exploración de mayor utilidad en el diagnóstico citohistológico del cáncer de pulmón. o Citología de esputos: indicada y útil cuando no se considera indicada la broncoscopia o se duda de su positividad por la dificultad de obtener muestras endoscópicas satisfactorias. Para que tenga suficiente eficacia se recomienda recoger un mínimo de tres muestras. o Punción transparietal: consiste en una punción aspirativa transparietal con control radiológico, radioscopia o TC. Esta técnica tiene una sensibilidad muy alta, superior al 80%, y permite diagnosticar pequeños tumores para los que la broncoscopia tiene poca posibilidad de eficacia. Su mayor inconveniente es el riesgo de neumotórax, lo que puede contraindicar la prueba en pacientes con enfisema. o Biopsia de adenopatías o de metástasis a distancia: es poco frecuente, se obtiene la muestra a través de una punción en la región supraclavicular, mediastínica o de una metástasis extratorácica. o Toracotomía: en algunas ocasiones, los resultados clínicos y las pruebas radiológicas parecen indicar un cáncer de pulmón, pero ninguna exploración permite afirmar ni negar el diagnóstico. En tal caso, si no hay una contraindicación, está indicada la toracotomía exploradora que, si es necesario, puede completarse con la exéresis del tumor. • Pruebas de estadificación: el diagnóstico citohistológico no es suficiente para lograr una orientación terapéutica, se debe conocer hasta dónde ha crecido el tumor, es decir, hacer un diagnóstico de estadificación. Este proceso diagnóstico es distinto según se trate de un carcinoma de células no pequeñas o uno de células pequeñas. La estadificación se basa en el sistema TNM. o T: volumen del tumor, invasión directa de estructuras vecinas y distancia a la carina traqueal. o N: afectación de los ganglios hiliares, mediastínicos y supraclaviculares o cervicales o M: metástasis a distancia. http://encuentra.enfermeria21.com/encuentra- contenido/?search_type=2&search_entity=&id_pub_grp=29&view=&ordenarRelevancia=&q=cancer+gastrico&ordenacion=on&option=com_encuentra&task=sh owContent&id_pub_cont=9&id_articulo=11272 De la Fuente Ramos. Gastritis y cáncer gástrico. En: De la Fuente Ramos M (coord.). Enfermería médico-quirúrgica. Vol. IV. 3ª ed. Colección Enfermería S21. Madrid: Difusión Avances de Enfermería (DAE); 2017. p. 2499-518. Guisado Barrilao R, López González A, Carmona Barrilao Y. Alteraciones del páncreas. En: De la Fuente Ramos M (coord.). Enfermería médico-quirúrgica. Vol. IV. 3ª ed. Colección Enfermería S21. Madrid: Difusión Avances de Enfermería (DAE); 2017. p. 2745-76. http://encuentra.enfermeria21.com/encuentra-contenido/?search_type=2&search_entity=&id_pub_grp=29&view=&ordenarRelevancia=&q=cancer+gastrico&ordenacion=on&option=com_encuentra&task=showContent&id_pub_cont=9&id_articulo=11272 http://encuentra.enfermeria21.com/encuentra-contenido/?search_type=2&search_entity=&id_pub_grp=29&view=&ordenarRelevancia=&q=cancer+gastrico&ordenacion=on&option=com_encuentra&task=showContent&id_pub_cont=9&id_articulo=11272 http://encuentra.enfermeria21.com/encuentra-contenido/?search_type=2&search_entity=&id_pub_grp=29&view=&ordenarRelevancia=&q=cancer+gastrico&ordenacion=on&option=com_encuentra&task=showContent&id_pub_cont=9&id_articulo=11272 Coll Navarro E, Zaragoza Marfá A, Francesch Campi A, Alcoverro Bedós L. Atención a la mujer con cáncer ginecológico. En: Martínez Bueno C, Torrens Sigalés RM. Enfermería de la mujer. Vol. II. 3ª ed. Colección Enfermería S21. Madrid: Difusión Avances de Enfermería (DAE); 2017. p. 635-74. Navarro Moya V. Cancer de prostata. En: Iglesias Miguez C, Lopez Gil R. Cancer y cuidados enfermeros. 2ª ed. Serie Cuidados Avanzados. Madrid: Difusion Avances de Enfermeria (DAE); 2018. p. 331-42. Jimeno Galán ML, Fuenmayor Díaz A, Ortega Rebollo C. Alteraciones de la próstata. En: De la Fuente Ramos M (coord.). Enfermería médico-quirúrgica. Vol. V. 3ª ed. Colección Enfermería S21. Madrid: Difusión Avances de Enfermería (DAE); 2017. p. 2871-908. Aliaga Sánchez MC. Neoplasias pulmonares. En: Sanjuán Quiles A. Cuidados al paciente con alteraciones respiratorias. Serie Cuidados Especializados. Madrid: Difusión Avances de Enfermería (DAE); 2012. p. 123-133.
Compartir