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1 LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO Acosta-Cosa SJ1 Aramburo A 2 Cuadras M 2 Jiménez S2 Miranda K2 Quintero J2 Licenciatura en ciencias biomédicas 1. Profesor 2. Alumnos grupo C-102 Resumen El Lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmunitaria en la que los órganos, tejidos y células se dañan por adherencia de diversos autoanticuerpos y complejos inmunitarios y su origen se remontan a la época antigua, el nombre se relaciona al rostro inflamado del paciente. El LES es una enfermedad compleja en la que factores génicos y ambientales contribuyen a la interrupción de la tolerancia en los linfocitos B y T autorreactivos. Entre los factores génicos está la herencia de alelos particulares del HLA. La razón de probabilidades (riesgo relativo) de los sujetos con HLA-DR2 o HLA-DR3 es de 2 a 3 y, si están presentes los dos haplotipos, la razón de probabilidades es de alrededor de 5. Entre las manifestaciones generales inespecíficas más frecuentes del LES se destacan la fiebre, la anorexia y la astenia. La fiebre se presenta en alrededor del 50% de los pacientes y configura patrones diversos. En la mayoría de los casos es moderada, aunque en ocasiones puede ser elevada y cursar con escalofríos. Los anticuerpos contrarreceptores de N-metil- D-aspartato (NMDA) se han implicado en actividad lúpica en el sistema nervioso central. El receptor N-metil-D-aspartato (NMDAR) es uno de los principales receptores de los aminoácidos relacionados con excitación neuronal. Palabras Claves: anticuerpos, Ig, lupus, complemento, genética, inmunológicos, erupciones, deficiencia. Definición Enfermedad autoinmunitaria en la que los órganos, tejidos y células se dañan por adherencia de diversos autoanticuerpos y complejos inmunitarios (1). Origen Los orígenes del lupus (del latín lobo) eritematoso sistémico (LES) se remontan a la época antigua, el nombre se relaciona al rostro inflamado del paciente, que adopta una gran similitud con la cara arañada de un lobo, que exhibe en la nariz y las mejillas un eritema malar con forma de alas de mariposa. Más extraño todavía es el informe que indica que el término lupus no proviene directamente del latín, sino de un estilo francés de máscara (loup, igual lobo de carnaval) que las mujeres usaban alrededor de los ojos (2). Prevalencia El factor genético es importante pero no suficiente para causar la enfermedad, la tasa de coincidencia en gemelos monocigotos es de 25% aproximadamente y 2% en gemelos dicigotos, se han identificado diversos genes en familias que tienen múltiples miembros con lupus, principalmente en el locus 8 (1). Factores genéticos Partiendo de la premisa de que el 90% de los pacientes con lupus son mujeres, se intentó atribuir a las hormonas femeninas un papel preponderante en el desarrollo de la enfermedad, así como por el contrario las hormonas masculinas y el cromosoma Y proveen un efecto protector. La radiación ultravioleta es el factor ambiental más ligado a lupus; y provoca exacerbación en el 70% de los pacientes al incrementar la apoptosis de los queratinocitos y otras (1). 2 Genes del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) particularmente HLA-A1, B8 y DR3 se han ligado a lupus, la respuesta de los linfocitos T al antígeno es desencadenada cuando el receptor de la molécula en la superficie de la célula T reconoce el complejo formado por el antígeno y el péptido del CMH en la superficie de la célula presentadora de antígeno (CPA) (1). El LES es una enfermedad compleja en la que factores génicos y ambientales contribuyen a la interrupción de la tolerancia en los linfocitos B y T autorreactivos. Entre los factores génicos está la herencia de alelos particulares del HLA. La razón de probabilidades (riesgo relativo) de los sujetos con HLA-DR2 o HLA- DR3 es de 2 a 3 y, si están presentes los dos haplotipos, la razón de probabilidades es de alrededor de 5. Se observan deficiencias génicas de las proteínas de la vía clásica del complemento, especialmente C1, C2 o C4, en alrededor del 5 % de los pacientes con LES. Las deficiencias del complemento pueden dar lugar a una eliminación defectuosa de los inmunocomplejos y de las células apoptóticas, y a un fracaso de la tolerancia del linfocito B. Se ha descrito un polimorfismo en el receptor para el Fe inhibidor llamado Fc"/RIIB en algunos pacientes; esto puede contribuir a un control inadecuado de la activación del linfocito B que no puedan atenuarse las respuestas inflamatorias en las células inmunitarias innatas. Se han detectado otros muchos genes mediante estudios de asociación pangenómicos, y se ha considerado el papel de algunos de ellos como PTPN22. También se han identificado mutaciones en TREX1. Entre los factores ambientales está la exposición a la luz ultravioleta (UV). Se cree que esto lleva a la muerte apoptótica de las células y a la liberación de antígenos nucleares (14). Manifestaciones Clínicas La gran diversidad de órganos que, bien de forma aislada o simultánea, pueden ser afectados en el LES es la causa de sus numerosas y dispares manifestaciones clínicas. Por ser una enfermedad que evoluciona a brotes, no existe un cuadro clínico característico ni regularidad alguna en cuanto a la presentación y curso de la enfermedad. El estrés emocional y físico, el embarazo, diversos fármacos, las infecciones intercurrentes y la luz ultravioleta de la radiación solar pueden implicarse como factores desencadenantes de un brote o del inicio de la sintomatología clínica del LES (3). Entre las manifestaciones generales inespecíficas más frecuentes del LES se destacan la fiebre, la anorexia y la astenia. La fiebre se presenta en alrededor del 50% de los pacientes y configura patrones diversos. En la mayoría de los casos es moderada, aunque en ocasiones puede ser elevada y cursar con escalofríos; en tales ocasiones siempre deberá descartarse la existencia de un proceso infeccioso sobreañadido. La astenia y la anorexia pueden ser moderadas o importantes y, en ocasiones, preceden durante largo tiempo a otros síntomas clínicos más específicos (4). Se puede caracterizar por fiebre, debilidad, artritis, erupciones cutáneas, pleuresía y disfunción renal. Es más frecuente en mujeres afro estadounidenses e hispanas que en caucásicas, aunque la razón aún no se aclara. Las personas afectadas pueden producir autoanticuerpos contra gran variedad de antígenos tisulares, como DNA, histonas, eritrocitos, plaquetas, leucocitos y factores de la coagulación. La interacción de estos autoanticuerpos con sus antígenos específicos ocasiona diversos síntomas (15). El autoanticuerpo específico contra eritrocitos y plaquetas, por ejemplo, puede originar lisis mediada por complemento que conduce a anemia hemolítica y trombocitopenia respectivamente. Se desarrolla una reacción de hipersensibilidad tipo III cuando inmunocomplejos de autoanticuerpos con diversos antígenos nucleares se depositan a lo largo de las paredes de los vasos sanguíneos pequeños. Los complejos activan el sistema del complemento y generan complejos de ataque a membrana y productos del desdoblamiento del complemento que lesionan las paredes vasculares sanguíneas, 3 con vasculitis y glomerulonefritis resultantes (15). Erupción en “mariposa” característica sobre las mejillas de una niña con lupus eritematoso sistémico. [Tomada de L. Steinman, 1993, Scientifi c American 269(3):80.] Componentes inmunológicos relacionados Dos observaciones han suscitado nuevas hipótesis sobre la patogenia del LES. Primera, los estudios realizados en pacientes han revelado que las células sanguíneas muestran un patrón molecular característico muy llamativo (patrón de expresión génica) que indica la exposiciónal IFN-a, un interferón del tipo I que producen, sobre todo, las células dendríticas plasmocitoides. Algunos estudios han revelado que las células dendríticas plasmocitoides procedentes de pacientes con LES también producen cantidades elevadas de IFN-a. Segundo, estudios realizados en modelos animales han demostrado que los receptores del tipo toll (TLR) que reconocen el ADN y el ARN, sobre todo el TLR9, que reconoce el ADN y el TLR7, que reconoce el ARN, desempeñan una función importante en la activación de los linfocitos B específicos frente a antígenos nucleares propios. En función de estos estudios, se ha propuesto un modelo de la patogenia del LES. Según este modelo, la irradiación UV y otros efectos ambientales perjudiciales llevan a la apoptosis de las células. La eliminación inadecuada de los núcleos de estas células, en parte por defectos en los mecanismos de eliminación, como las proteínas del complemento y nucleasas como TRX1, da lugar a una gran carga de antígenos nucleares. Los polimorfismos en varios genes de predisposición del lupus llevan a un defecto en la capacidad de mantener la tolerancia frente a lo propio en los linfocitos B y T, debido a lo cual los linfocitos autorreactivos siguen siendo funcionales. El fracaso de la tolerancia del linfocito B puede deberse a defectos en la edición del receptor o en la eliminación de linfocitos B inmaduros en la médula ósea o en la tolerancia periférica. Los antígenos nucleares propios estimulan los linfocitos B autorreactivos que no se hicieron tolerantes y se producen anticuerpos contra los antígenos. Los complejos de antígenos y anticuerpos se unen a receptores para el Fe situados en las células dendríticas y al receptor para el antígeno situado en los linfocitos B, y pueden interiorizarse en las endosomas. Los ácidos nucleicos se unen al TLR endosómico y estimulan los linfocitos B para que produzcan autoanticuerpos y activen las células dendríticas, particularmente a las células dendríticas plasmocitoides, para producir IFN- a, que aumenta aún más la respuesta inmunitaria y causa una mayor apoptosis. El resultado neto es un ciclo de liberación del antígeno y de activación inmunitaria que lleva a la producción de autoanticuerpos de afinidad alta (14). La activación excesiva del complemento en pacientes con LES grave produce concentraciones séricas elevadas de los productos del desdoblamiento del complemento C3a y C5a, que pueden ser tres a cuatro veces más potentes que la proteína original. El producto C5a incrementa la expresión del receptor del complemento tipo 3 (CR3) sobre los neutrófilos, lo que facilita su agregación y fijación al endotelio vascular. Conforme los neutrófilos se adhieren a los vasos sanguíneos pequeños, el número circulante de estas células disminuye (neutropenia) y se desarrollan diversas oclusiones de los vasos sanguíneos pequeños (vasculitis). Estas oclusiones pueden originar lesión tisular diseminada (15). 4 Imagen: Modelo de patogenia de diferentes manifestaciones del LES. El procesamiento de los cuerpos apoptóticos no se produciría a través de los receptores tipo «TAM» (Tyro3, Axl, Mer), sino que, una vez opsonizados por las inmunoglobulinas, serían reconocidos por los receptores FC de los monocitos/macrófagos o de los neutrófilos, formando endosomas e interaccionando con TLR 7, dando lugar a la transcripción de IFN o TNF, dependiendo de la célula implicada. Tomado de Zhuang et al.1. Anticuerpos en lupus Los anticuerpos anti-DNA constituyen un subgrupo en anticuerpos antinucleares que pueden unirse al DNA de una cadena, al DNA de doble cadena o a ambos y suelen ser anticuerpos IgM o IgG10. Los anticuerpos anti-DNA de una sola cadena pueden unirse a las bases púricas o pirimídicas de DNA, a los nucleósidos, nucleótidos, oligonucleótidos, así como la cadena de ribosa-fosfato que constituye el esqueleto de una hebra de DNA. Por el contrario, los anticuerpos anti-DNA de doble cadena sólo pueden unirse a la poliribosa-fosfato, a los pares de bases de bases desoxiguanosina-desoxicitidina y desoxiadenosina-desoxitimidina, y a algunas conformaciones especiales de la doble hélice. (5). La mayoría de las personas sanas tienen en su suero inmunoglobulinas IgM anti-DNA de una sola cadena, que pertenecen a los autoanticuerpos naturales presentes en todas las personas. Estos anticuerpos tienen una baja afinidad hacia el DNA y otros autoantígenos como la tiroglobulina o la miosina. Por el contrario, la IgG anti-DNA de doble cadena no suele estar presente en los individuos sanos, y muestra una alta afinidad hacia el DNA y otros antígenos. Además, son capaces de fijar moléculas del complemento, y los complejos que forma contienen secuencias de aminoácidos que les confieren su patogenia (6). Los anticuerpos contrarreceptores de N-metil- D-aspartato (NMDA) se han implicado en actividad lúpica en el sistema nervioso central. El receptor N-metil-D-aspartato (NMDAR) es uno de los principales receptores de los aminoácidos relacionados con la excitación neuronal. Este receptor estimula la secreción de la hormona luteinizante, al facilitar la secreción de la hormona liberadora de las gonadotrofinas (GnRH). Diversos estudios han demostrado en el suero y tejido cerebral de pacientes lúpicos anticuerpos contra los receptores de DNA y NMDA; se ha observado que, tras la administración endovenosa a ratones de estos anticuerpos, se produce daño a nivel de hipocampo y deterioro cognitivo (7). Diagnostico Hay diversos síntomas de sospecha, tales como Fiebre, astenia o pérdida de peso están presentes en la mayoría de las personas con LES, como síntomas de debut (50%) o en cualquier fase de su evolución (74-100%). El LES es una enfermedad autoinmune inflamatoria crónica con una gran variedad de manifestaciones clínicas sistémicas, cutáneas, musculoesqueléticas, cardiovasculares, renales, neuropsiquiátricas, hematológicas, pulmonares y gastrointestinales, tanto en el debut como en el curso evolutivo de la enfermedad (10). Criterios de diagnóstico del lupus eritematoso sistémico. 1. Eritema facial 2. Lupus discoide 3. Fotosensibilidad 4. Úlceras orales 5. Artritis no erosiva 5 6. Serositis (pleuritis o pericarditis) 7. Enfermedad renal (proteinuria > 0,5 g/día o presencia de cilindros celulares o hemáticos) 8. Alteraciones neurológicas (convulsiones o psicosis) 9. Alteraciones hematológicas – Anemia hemolítica – Leucopenia (< 4.000 en 2 o más ocasiones) – Linfopenia ( < 1.500 en 2 o más ocasiones) – Trombocitopenia (< 100.000) 10. Alteraciones inmunológicas – Anticuerpos anti-ADN a títulos elevados – Anticuerpos anti SM – Anticuerpos antifosfolipídicos. 11. Anticuerpos antinucleares (10). Tratamiento En términos epidemiológicos, en la población cauca´ sica, la supervivencia de los pacientes con LES en 1955 era inferior al 50% a los 5 años y alcanza hoy el 90%47,48. Sin embargo, la morbimortalidad de estos pacientes utilizando los agentes terapéuticos convencionales sigue siendo importante49. En el año 2011, por vez primera en 50 años, Food and Drug Administration aprobó´ un fármaco con indicación específica para el LES. Este fármaco, denominado belimumab (human anti-BLySTM [BAFF]; Human, Rockville, MD, EE. UU.) es un anticuerpo humanizado tipo IgG1 lambda que se une y neutraliza el BAFF soluble50. El belimumab está indicado como tratamiento adyuvante en pacientes adultos con LES activo, con AA positivos, con un alto grado de actividad de la enfermedad (por ejemplo, con anti-ADN positivo e hipocomplementemia) (11). Hoy en día, los pacientes con manifestaciones clínicas no mayores (como artritis o afectación cutanea)refractarias y con datos analíticos de actividad parecen ser el escenario clínico más adecuado para el uso de este agente. Actualmente, no se recomienda el uso de belimumab en pacientes con LES y afectación grave del sistema nervioso central y/o nefritis lúpica activa grave51. Desde el punto de vista inmunológico, en el LES el belimumab tiene poco efecto sobre las células plasmáticas y solo un efecto muy modesto en las concentraciones circulantes de IgG. Estas observaciones son consistentes con la idea de que la célula plasmática diferenciada capaz de formar Ig no sería totalmente dependiente de BAFF y APRIL (11). Existen otros fármacos en fase de desarrollo y ensayo clínico que modulan bien sea directa o indirectamente al linfocito B, así´ como factores solubles clave para su maduración y supervivencia mostrados en la Tabla 1 (12). Profilaxis Los medicamentos necesarios para tratar el lupus, en especial cuando éste se encuentra activo y se requiere usar dosis altas de prednisona y de otros inmunosupresores, podrían incrementar la posibilidad de adquirir una infección. Por esta razón, se recomiendan algunas estrategias de prevención. La vacunación es una de las medidas más importantes para disminuir el riesgo de infecciones graves, sin embargo, no todas las acunas están recomendadas en los pacientes con lupus. La indicación depende del componente de la vacuna y del tratamiento que esté recibiendo el paciente (13). 6 Conclusión El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad multifactorial en la que la genética, el ambiente y las hormonas sexuales juegan un papel preponderante; por eso su expresión difiere de un paciente a otro y las manifestaciones clínicas de la enfermedad son muy variables. Su incidencia ha aumentado en los últimos años en todo el orbe; sin embargo, el empleo de nuevas técnicas diagnósticas más eficientes y la obtención de nuevos tratamientos más certeros han permitido aumentar la supervivencia de los pacientes. Existen diferentes factores de riesgo que aumentan la frecuencia de reactivación. Los diferentes tipos de diagnósticos nos ayudaron demasiado a detectar esta enfermedad y así proporcionales un tratamiento adecuado. Los experimentos están a la orden del día como lo son los factores genéticos, donde se centra en las hormonas femeninas ya que los porcentajes nos indican que el 90% son mujeres. Artículos y páginas de internet: 1. ENRIQUEZ MEJÍA, MG (2013). Fisiopatología del lupus eritematoso sistémico. 2. Marrero, W. M. B., Luna, Y. V., & Marrero, W. A. B. (2017). Lupus eritematoso sistémico. Acta medica del centro, 11(1), 82-95. 3. Benseler SM, Silverman ED. Systemic lupus erythematosus. Rheum Dis Clin North Am 2007; 33: 471-498. 4. Medicina, & Laboratorio. (2008). La clínica y el laboratorio Lupus eritematoso sistémico. 14. Retrieved from https://www.medigraphic.com/pdfs/m edlab/myl-2008/myl085-6b.pdf 5. Koffler D, Schur PH, Kunkel HG. Immunological studies concerning the nephritis of systemic lupus erythematosus. J Exp Med. 1967:126:607-624. 6. Hahn BH. Antibodies to DNA. N Engl J Med. 1998;338:1359-1368. 7. Kowal C, Degiorgio LA, Lee JY, et al. Human Lupus Autoantibidies against NMDA receptors mediate cognitive impairment. Proc Natl Acad Sci USA. 2006;103:198-549. 8. Walport MJ. Complement and Systemic Lupus erythematosus. Arthritis Res. 2002;4:Suppl 3:S279- S293. Tabla 1: Fármacos en desarrollo clínico que tienen como diana terapéutica de forma directa el linfocito B o alguno de sus receptores. https://www.medigraphic.com/pdfs/medlab/myl-2008/myl085-6b.pdf https://www.medigraphic.com/pdfs/medlab/myl-2008/myl085-6b.pdf 7 9. Walport MJ, Back CM, Batchelor JR. The immunogenetics of SLE. Clin Rheum Dis. 1982; 10. Garcia-Navarro, X., Roe, E., Corella, F., Barco, D., Dalmau, J., & Puig, L. (Julio-Agosto de 2007). Lupus eritematoso Sistemico. Farmacia: Espacio salud, 21(7), 46-48. 11. Vincent FB, Morand EF, Schneider P, Mackay F. The BAFF/APRIL system in SLE pathogenesis. Nat Rev Rheumatol. 2014;10:365–73. 12. Merrill JT. Co-stimulatory molecules as targets for treatment of lupus. Clin Immunol. 2013;148:369–75. 13. Loyo, D. H. (2022). LUPUS ERITEMATOSO SISTEMICO: PREVENCION DE INFECCIONES. Departamento de Inmunología y Reumatología, 2-6. Libros: 14. Abul K. Abbas, A. H. (2015). Inmunología Celular y Molecular. Barcelona, España: ElSevier. 15. Kindt, T. J., Goldsby, R. A., & Osborne, B. A. (2007). INMUNOLOGIA DE KUBY (SEXTA ed.). Mexico: McGraw-Hill Interamericana EDITORES S.A de C.V. Recuperado el 12 de 05 de 2022, de http://www.fmvz.uat.edu.mx/Libros% 20digitales/Inmunologi%CC%81a%2 0-%20%20Kuby.pdf
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