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didactica sociales - ANGIE DORIA

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INVESTIGACIÓN.
KEILA JULIO 
INTEGRANTES LICONA
VANESSA DE ALBA HERNANDEZ
MADELEY MANGONES BENITEZ
CLAUDIA VERGARA BELLO
MERCEDES PETRO GUZMAN
FACULTAD DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS HUMANAS, UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA.
DIDACTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES.
5º SEMESTRE-SEDE LORICA.
LIC. TATIANA ARROYO.
19 DE OCTUBRE DE 2022
Identidad ¿Quién soy yo?
Es la capacidad que tenemos los seres humanos para reconocernos a nosotros mismos como individuos únicos. Desde muy pronto buscamos explicaciones a las preguntas ¿Quién soy? ¿Cómo soy? Y tras nuestra propia visión desarrollamos una de las cosas más importantes de nuestra vida; la autoestima y con la cual nos enfrentamos a todos los acontecimientos de la vida.
De esta manera, le llamamos identidad a el conjunto de características, actitudes, competencias y capacidades que definen a una persona. Se va construyendo en los primeros años de vida. Empieza cuando el niño toma conciencia de sí mismo como una persona diferente a quienes lo rodean, e intenta definirse a sí mismo. Su entorno familiar, las interacciones y el contexto en el que se desarrolla influyen, en gran medida, en la formación de su identidad personal.
Es importante ya que, cuando la construcción de identidad se da de manera positiva, esta fortalece su autoestima y viceversa. La autoestima es el resultado de un proceso de asimilación y reflexión de las opiniones de personas socialmente significativas en nuestras vidas. Es decir, padres, hermanos o maestros. 
Por el contrario, una baja autoestima desde la niñez o adolescencia repercute en las relaciones que se establecerán a futuro y hasta en nuestro rendimiento intelectual. Esta se manifiesta cuando la persona busca la aprobación y el reconocimiento de los demás. Tampoco asume responsabilidades, está desmotivado y con poca energía, se frustra con facilidad y le cuesta asumir. Presenta ansiedad, no se siente capaz de lograr lo que se propone y tiene un bajo nivel de inteligencia emocional, entre otros síntomas.
Por ello, la formación positiva de la identidad de un niño es vital. Se le recomienda que los padres muestren a sus hijos una imagen adecuada de sí mismos. La opinión que construya de sí mismos se apoya en la imagen que le ofrecen sus figuras más cercanas.
Se debe fomentar además el desarrollo de sus habilidades sociales y su autonomía. Es importante dejar que los hijos hagan cosas por sí mismos. Hay que preguntarles qué es lo que quieren y qué es lo que les gusta en lugar de decidir por ellos.
Hay que motivar a los niños a que sean ellos mismos y proporcionarles un clima donde puedan expresar su yo con confianza y sin miedo o vergüenza. De este modo pasarán la etapa de la adolescencia mostrando una sana rebeldía que refuerza su identidad. Después se convertirán en adultos con una personalidad madura, un autoconcepto adecuado y una sana autoestima.
Al implementar el tema de la identidad buscamos a través de diversas estrategias de intervención que los niños se identifiquen como personas, como parte de un grupo y de un contexto diferente al familiar. Que identifiquen el quién soy yo, en dónde vivo, quién es mi familia, cómo es mi entorno y cuál es mi patria, entre otras cosas.
Para lograr estos conceptos, implementando diversas estrategias, pretendo que los niños además identifiquen sus emociones, y logren autorregularse, así, esto permitirá una mejor integración y adaptación a las actividades, no solo dentro del preescolar, sino de su vida cotidiana, construyendo así las bases para la adquisición de otros aprendizajes.
Mi familia 
La familia extensa incluye a los abuelos, los tíos y primos.
¿Qué es la familia?
Una familia es un grupo de personas unidas por el parentesco. Esta unión se puede conformar por vínculos consanguíneos o por un vínculo constituido y reconocido legal y socialmente, como es el matrimonio o la adopción.
La familia es la organización social más importante para el hombre: el pertenecer a una agrupación de este tipo es vital en el desarrollo psicológico y social del individuo.
El concepto de familia ha ido sufriendo transformaciones conforme a los cambios en la sociedad según las costumbres, cultura, religión y el derecho de cada país. Durante mucho tiempo, se definió como familia al grupo de personas conformadas por una madre, un padre y los hijos e hijas que nacen a raíz de esta relación.
Sin embargo, esta clasificación ha quedado desactualizada a los tiempos modernos, ya que actualmente existen varios modelos de familia. Hoy la familia se entiende ampliamente como el ámbito donde el individuo se siente cuidado, sin necesidad de tener vínculos o relación de parentesco directa.
La relación de parentesco se puede dar en diferentes niveles. Esto lleva a que no todas las personas que conforman una familia tengan la misma cercanía o tipo de relación. Por ejemplo: la familia nuclear es el grupo conformado por una pareja y sus hijos, mientras que la familia extensa incluye a los abuelos, los tíos, primos.
Tipos de familias
Familias monoparentales. Conformadas por uno o más hijos y la madre o el padre. Este tipo de familia puede darse a raíz de una separación, de la decisión de ser padre o madre soltero/a o de haber enviudado. Por lo general, con el tiempo estas familias dan lugar a la nueva unión de los padres, formando así las familias ensambladas.
Familias biparentales. Conformadas por una pareja y su hijo o hijos. La unión de la pareja puede darse por vínculo sentimental sin necesidad de contraer matrimonio. Pueden ser heteroparentales (conformadas por parejas de distinto sexo y sus hijos) homoparentales (conformadas por parejas del mismo sexo y sus hijos).
Familias ensambladas. Conformadas por dos personas que se unen y una de ellas (o ambas) ya tiene hijos o hijas. Las familias ensambladas son dos familias monoparentales que, por medio de una relación sentimental de la pareja, se unen dando lugar a la conformación de una nueva familia.
Familia de acogida. Conformadas por menores que no son descendientes de los adultos, pero han sido acogidos legalmente por ellos de forma urgente, temporal o permanente.
Importancia de la familia
El entorno familiar influye notablemente en el desarrollo emocional y social.
El derecho a la familia es uno de los derechos humanos fundamentales. La familia es considerada el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, allí el individuo establece sus primeros contactos sociales y culturales: los primeros aprendizajes (caminar, hablar, relacionarse con los otros) comienzan en el hogar.
Se dice que la familia es la  base de toda sociedad, ya que dentro de ella los adultos educan y transmiten valores a los niños y niñas que la conforman. El entorno familiar influye notablemente en el desarrollo emocional y social de las personas, y puede motivar o condicionar a los miembros.
La inteligencia emocional adquirida, los sueños y miedos provienen del impacto del entorno familiar en el individuo. Los ambientes familiares violentos y problemáticos suelen influir negativamente en el desarrollo personal y social de las personas.
Independientemente de la forma o estructura que tenga cada familia, es fundamental que funcione como espacio de contención, ayuda, comprensión y comunicación para el desarrollo del potencial y las habilidades de los miembros.
Características de la familia
Constituye la base de toda sociedad.
Es una estructura social universal que se encuentra en todos los tipos de culturas y sociedades; en cada una de ellas varía su forma o estructura, pero se mantienen las características importantes.
Generalmente surge por lazos sanguíneos, legales o emocionales.
Puede surgir a partir del matrimonio o la unión conyugal (en algunas sociedades es legal la poligamia).
Posee bases de organización económica.
Constituye la base de trasmisión de educación y valores: los miembros comparten costumbres y tradiciones que suelen ser transmitidas de generación en generación.  Sus miembros poseen el desafío de superar en conjunto retos y dificultades.
Valores familiares
Los valores son cualidades, principioso virtudes que un individuo desarrolla y que son importantes para su crecimiento personal y social. Existe una serie de valores fundamentales que es importante que todas las familias transmitan a hijos e hijas para el desarrollo armónico de la familia y de la sociedad.
Afecto. Es la base de la armonía familiar. El amor y el afecto justifican y posibilitan el desarrollo de todos los demás valores. Consolidar un ambiente familiar de afecto depende de la capacidad de sus miembros para dar y recibir el amor del prójimo.
Comprensión. Implica ponerse en el lugar del otro para comprender su accionar y sus emociones. Es un valor importante para transmitir, ya que los niños aprenden las diferencias entre los demás y las aceptan.
Respeto por la individualidad. Implica respetar las decisiones y formas de actuar de los demás sin juzgarlas y teniendo en cuenta la libertad. Es un valor clave para toda relación humana. El respeto por las diferencias dentro de la familia crea un ambiente sano y desafiante.
Compromiso. Implica contar con el accionar de todos sus miembros ya que la convivencia armónica dentro de la estructura familiar depende de ese compromiso. Es importante que se tome conciencia sobre la importancia de colaborar con el bienestar familiar.
Responsabilidad. Implica que las acciones personales pueden repercutir de manera negativa en el bienestar familiar. Ser responsable es actuar teniendo en consideración al otro.
Comunicación. Es la base de toda relación social, por lo tanto, es un valor clave dentro de la familia. Escuchar las opiniones ajenas, transmitir inquietudes y compartir experiencias resulta importante para mantener un equilibrio dentro de la familia y lograr que todos los miembros se sientan parte.
Justicia. Implica dar lo que corresponde a cada uno y es importante para que todos los integrantes de una familia se sientan parte de ella.
Tolerancia. Implica respetar las opiniones, ideas o acciones de los demás miembros de la familia, aunque no coincidan con las propias.
Honestidad. Implica utilizar la verdad en todo momento para desarrollar ambientes de comunicación, respeto y justicia. La honestidad es uno de los valores más importantes para crear lazos que se basen en la fidelidad y en la confianza.
Mi escuela
La escuela es una institución educativa para niños, jóvenes o adultos.
¿Qué es una escuela?
Llamamos escuela, en términos muy amplios, a cualquier establecimiento o institución de enseñanza, es decir, en la que se imparte cierto tipo de instrucción, ya sea a niños, jóvenes o adultos. Sin embargo, en muchos países el término suele reservarse para la educación de los primeros, es decir, para referirse a la escuela primaria.
Cuando hablamos de escuela, al mismo tiempo, podemos estarnos refiriendo a la institución educativa, al procedimiento educativo (o sea, la escolarización) o a la enseñanza impartida propiamente en la escuela.
En esta multiplicidad de sentidos, además, el término “escuela” se usa también para referirse a las doctrinas o valores de un autor específico, al conjunto de sus seguidores que los adhieren (la escuela aristotélica de pensamiento, por ejemplo), o incluso a los rasgos comunes de un compendio de obras artísticas que comparten momento histórico, tradición cultural o región geográfica (la escuela flamenca en pintura, por ejemplo).
La palabra escuela, en todo caso, proviene del latín schola y éste del griego scholé, que podría traducirse como “ocio” o “tiempo libre”. Para entender este sentido debemos remontarnos a la organización de la sociedad griega según Aristóteles (384-322 a. C.), que diferenciaba el tiempo de descanso (anapausis), tiempo de trabajo (ascholía) y tiempo de ocio (scholé), este último dedicado al engrandecimiento del espíritu.
Así, mientras los dos primeros tiempos (descanso y trabajo) se dedicaban a la supervivencia del cuerpo, el último era enteramente libre, y podía invertirse en perseguir los saberes que fueran de interés para el individuo. Esto cambió cuando surgieron las primeras escuelas filosóficas en la antigüedad griega, y la palabra escuela pasó a ser sinónimo de “centro de estudio” o “centro de saberes”.
Ver también: Pilares de la educación
Origen de la escuela
Aunque parezca extraño hoy en día, la noción moderna de escuela, es decir, de un centro al cual van los niños y jóvenes (o algunos adultos) a formarse y aprender, es bastante reciente en la historia de la humanidad. En los tiempos antiguos, la transmisión de saberes y oficios era un asunto familiar, en el que los padres enseñaban a sus hijos el oficio que ejecutarían durante el resto de su vida.
Sin embargo, muchas antiguas culturas religiosas fomentaban entre sus jóvenes el aprendizaje ritual. Así, sociedades como la india y la hebrea ofrecían una educación ya sea mediante la práctica a manos de un gurú (como en el hinduismo y jainismo) o leyendo los textos sagrados (como el Talmud).
Otras culturas, como la china y la egipcia, diseñaron en cambio instituciones más o menos burocratizadas en las que se formaba técnica y profesionalmente a los individuos en función de las necesidades culturales o políticas de la monarquía.
Los egipcios, por ejemplo, desarrollaron un sistema educativo en base a “casas de instrucción” (o sea, escuelas) en las que se enseñaba desde los 6 años la lectura y escritura, la urbanidad, la religión, el cálculo, la natación y la gimnasia, entre otros saberes, y que distinguía a través de un examen a quienes pasaran de la escuela elemental a la superior, donde recibían instrucción más especializada, dirigida a conformar la casta de los sacerdotes.
Sin embargo, el gran modelo de origen de la educación occidental nació en la antigua Grecia, y consistía en una combinación de enseñanzas intelectuales y educación física. El modelo exacto podía variar de región en región de la Grecia helénica, y estaba dirigido únicamente a los ciudadanos varones libres (o sea, excluyendo mujeres, esclavos y extranjeros, que debían aprender oficios en base a la repetición o la enseñanza familiar).
La escuela griega se llamaba paideia y consistía en la transmisión de dos tipos de saberes: los valores (saber ser) y la técnica (saber hacer), a manos de un maestro (grammatikós o rhétor) cuya principal labor era fomentar la nemotecnia y ejercer el castigo físico entre los alumnos. El fin exacto de dichos saberes podía ser formar ciudadanos para la guerra, como el modelo espartano, o bien imbuirlos en los valores locales, como en el caso de Atenas.
Hacia el siglo IV a. C. los antiguos griegos sistematizaron el modelo educativo nacional en lo que se conoció como enkiklos paideia (o sea, enciclopedia). Según este modelo organizado, la educación griega se componía de:
La crianza en el hogar hasta los 7 años (llamada trophé) a manos de la madre o nodriza, y consistía en inculcar los valores y tradiciones griegas.
Posteriormente el niño entraba a la paideia provista por el Estado, donde profesores particulares lo formaban en diversos saberes hasta los 14 años (hasta los 18 en Esparta).
Luego el adolescente ingresaba a la efebía (en Atenas) o melestrenia (en Esparta) hasta los 20 años, para recibir el grueso de la instrucción de mayor complejidad que lo acompañaba durante su vida y que hacía de él un ciudadano griego en todo su esplendor.
Tipos de escuela
En líneas generales, hoy en día se diferencia entre:
La escuela pública: Es provista y mantenida por el Estado. Forma parte del sistema de educación pública fuertemente estandarizado,
La escuela privada: Está sostenida económicamente por terceros. Puede ofrecer alternativas especializadas a quienes puedan permitírselo, como educación bilingüe, educación enfocada en ciertas destrezas, educación religiosa o modelos educativos vanguardistas.
Deberes y derechos
¿Qué son los derechos?
Son las leyes y normativas diseñadas para garantizar la participación ciudadana, por medio de libertades y garantías aseguradas.
Existen dos grandes categorías de derechos:
Derechos humanos
Son las disposiciones asentadas en la Declaración Universal de los DerechosHumanos, creada en 1948 por la ONU. En los 30 artículos de este documento, se establecen una serie de derechos de carácter universal, es decir, aplicables a todos los individuos desde que nacen, sin ningún tipo de discriminación.
Los derechos humanos están amparados por el Derecho Internacional y deben ser procurados por todos los Estados que forman parte de la ONU.
Algunos ejemplos de derechos humanos son:
Derecho a la vida, a la integridad y seguridad de la persona.
Derecho a la intimidad personal y familiar.
Derecho a la igualdad de oportunidades para todos los seres humanos.
Derecho a la libertad de conciencia y religión.
Derecho a la libertad de expresión.
Derechos ciudadanos
Los derechos ciudadanos son las disposiciones descritas en la constitución de cada país y se garantizan dentro de ese territorio. También son llamados derechos fundamentales.
Los derechos ciudadanos están amparados por las leyes e instituciones jurídicas nacionales, y deben ser procurados por todos los Estados.
Si bien los derechos ciudadanos parten de los derechos humanos, cada Estado procura las disposiciones legales convenientes para proteger su soberanía y a sus ciudadanos.
En este sentido, los derechos ciudadanos pueden variar, pero en términos generales se clasifican en:
Derechos civiles y políticos
Son los derechos que protegen a los ciudadanos contra posibles acciones del Estado y garantizan su inserción en la vida civil y política de su país.
Entre algunos ejemplos de derechos civiles y políticos se encuentran:
Derecho a voto
Derecho a la organización y participación política.
Igualdad ante la ley.
Derecho a la libre circulación.
Derechos económicos, sociales y culturales
Hacen referencia a las garantías que deben ser procuradas para el desarrollo económico, social y cultural del individuo, con el objetivo de que pueda vivir en bienestar y ser productivo para la sociedad.
Algunos ejemplos de derechos económicos, sociales y culturales son:
Derecho al trabajo.
Derecho a la salud.
Derecho a la educación.
Derecho a la integración de las personas con discapacidad.
Derechos colectivos
Son los derechos creados para proteger a un grupo social y tienen la intención de proteger la identidad e intereses de dichos grupos.
Un ejemplo de derecho colectivo es el principio de autodeterminación de los pueblos. Esto es, que cada Estado tiene derecho a establecer sus propias condiciones políticas y a procurar su propio desarrollo económico, social y cultural.
Los derechos colectivos han sido objeto de controversia, ya que para algunos especialistas, el ejercicio de estas garantías puede entrar en conflicto con los derechos individuales
¿Qué son los deberes?
Deberes son los compromisos morales, sociales y legales que los ciudadanos adquieren en función del ejercicio de sus derechos. Esto quiere decir que el ejercicio de todo derecho implica también el cumplimiento de una serie de obligaciones.
Deberes morales
Tienen que ver con el cumplimiento de compromisos en función de los valores de cada individuo. Ejemplos de deberes morales serían:
La adquisición de una deuda a través de un préstamo implica un deber moral para con el acreedor, en función de ciertos valores personales: honradez, responsabilidad, etc.
Los deberes existentes entre padres e hijos, de asistencia y cuidado cuando alguna de las partes así lo necesite. En caso de los hijos, mientras son menores; en el caso de los padres, cuando no pueden valerse por sí mismos.
Deberes jurídicos
Son todas las normas asentadas en las legislaciones internacionales, regionales, nacionales o locales. Al tener carácter jurídico, pueden implicar una sanción en caso de no ser cumplidas. Estos son ejemplos de deberes jurídicos:
Deber de cumplir la ley y respetar a las autoridades del país de residencia.
El cumplimiento de sanciones en caso de cometer delitos, como, por ejemplo, hurto, secuestro o estafa. Dependiendo de la ley de cada país, este tipo de castigos puede implicar hasta pena de cárcel durante días, meses o años, dependiendo de la gravedad del delito.
Deberes sociales y cívicos
Son las normas establecidas por un grupo de personas, comunidad o grupo social determinado. Están vinculadas con los deberes morales porque se crean en función de ciertos valores o comportamientos esperados. Algunos ejemplos de deberes sociales y cívicos son:
Los ciudadanos tienen el deber de pagar impuestos al estado con la finalidad de costear y mantener los servicios de carácter público.
Deber de cooperar con el Estado y la comunidad en casos de necesidad, como catástrofes o atentados.
Deber de recibir una educación básica que permita un óptimo desarrollo de la persona.
Manual de convivencia
El Manual de Convivencia es el documento en el que se contemplan los principios fundamentales que rigen normativamente los procesos de la organización y socialización de una comunidad educativa. Los manuales de convivencia son una de las herramientas normativas más importantes de los colegios en Colombia.
Las instituciones educativas se componen de diferentes entes y personas. Por un lado, están los directivos, funcionarios y docentes; quienes a su vez interactúan con los estudiantes, sus representantes y padres de familia. Asimismo, el colegio se encuentra embebido dentro de un entorno: barrio, localidad, ciudad y país. Por ende, es importante definir criterios y normas que permitan tener una sana convivencia al interior de la escuela y hacia el exterior.
Los manuales de convivencia de los colegios, tienen entonces como fin establecer normas y comportamientos esperados de parte de sus miembros. Dicha definición normativa en últimas, pretende concretar los deberes y garantizar la protección de los derechos de todos quienes integran la comunidad educativa.
Es por ello que surgen herramientas como el manual de convivencia. Según el Distrito de Bogotá, el manual de convivencia se define como: “(…) es una herramienta normativa que contribuye a la regulación de las relaciones de los estudiantes entre sí y con los demás miembros de la comunidad educativa. La convivencia es un elemento central de la formación humana integral, por ello es conveniente comprender su naturaleza y su dinámica propia dentro de la institución escolar” (secretaria de educación de Bogotá).
Asimismo, también cabe anotar que: “El manual de convivencia puede entenderse como una herramienta en la que se consignan los acuerdos de la comunidad educativa para facilitar y garantizar la armonía en la vida diaria de los establecimientos educativos. En este sentido, se definen las expectativas sobre la manera cómo deben actuar las personas que conforman la comunidad educativa, los recursos y procedimientos para dirimir conflictos, así como las consecuencias de incumplir los acuerdos” (Secretaria de educación de Bogotá).
Profesiones y oficios
Las profesiones y oficios se diferencian principalmente en el grado de instrucción que se necesita para poder ejercer el trabajo, Ambos son necesarios en toda sociedad y merecen una justa valoración. 
La manera más sencilla de explicar a los niños la diferencia entre profesiones y oficios es con ejemplos e imágenes y dejando claro que las profesiones requieren estudios universitarios y los oficios se pueden aprender observando y practicando.
¿Qué son las profesiones?
Las profesiones son ocupaciones que requieren de un conocimiento especializado, una capacitación educativa de alto nivel, control sobre el contenido del trabajo, organización propia, autorregulación, altruismo, espíritu de servicio a la comunidad y elevadas normas éticas.
Generalmente se acepta que una profesión es una actividad especializada del trabajo dentro de la sociedad, y a la persona que la realiza se le denomina profesional.
Para ser un profesional es necesario estudiar en una Universidad o un Instituto Profesional por un lapso de cuatro o más años.
Ejemplo de Profesionales: 
Ingenieros, Abogados, Médicos, Arquitecto, Periodista, Veterinario, Dentista, etc.
¿Qué son los oficios?
Se llama oficio a la ocupación de una persona, en especial que serelaciona con labores manuales o artesanales. Los oficios son trabajos que se aprenden mirando, escuchando a otras personas pero que en definitiva no se necesitan estudios formales para poder realizarla, sino que la experiencia de la vida y el trabajo lo han formado. Muchas veces, el oficio se transmite de generación en generación en una misma familia.
En la mayoría de los casos, los oficios suelen ser trabajos que se realizan de forma manual donde el trabajador debe conocer en profundidad aquella actividad laboral y poseer una gran habilidad para llevarla a cabo.
Ejemplo de Oficio: 
Carpintero, cerrajero, mecánico, electricista, conductor, albañil, fontanero, cerrajero, pintor, tapicero, camarero, pescador, frutero, carnicero, pastor,  agricultor, herrero, sastre, y una larga lista más.
Diversidad étnica y cultural
Diversidad etnia y cultura: La diversidad étnica es uno de los aspectos más importantes de la población de Colombia, pues se trata de un país que desde su Constitución Política reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación.
Los grupos étnicos son poblaciones cuyas condiciones y prácticas sociales, culturales y económicas, los distinguen del resto de la sociedad y que, a pesar de dichas diferencias, han mantenido su identidad a lo largo de la historia.
Entendiendo el término etnia como un conjunto de personas que mantienen una procedencia común. En Colombia existen tres grandes grupos étnicos: los pueblos indígenas, las comunidades afrocolombianas que incluyen los raizales del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y el pueblo Romo Gitano.
Estos grupos étnicos se entienden como sujetos colectivos que aducen a un origen, una historia y unas características culturales propias, que están dadas en sus cosmovisiones, costumbres y tradiciones, así como sus expresiones culturales e incluso el lugar o territorio donde habitan.
Además, de acuerdo con esta interpretación de estos conceptos, la población blanca y/o mestiza técnicamente no hace parte de esta categorízación étnica, pues no se identifican con una etnia específica.
Diversidad Cultural: La humanidad ha habitado todos los rincones del mundo, excepto la Antártida, durante siglos. Al trabajar y vivir juntos, los grupos de personas desarrollaron las distintas culturas que hoy en día forman un mosaico rico y variado. La diversidad cultural resultante amplía las alternativas; alimenta diversas capacidades, valores humanos y cosmovisiones; y permite que la sabiduría del pasado nos prepare para el futuro. La diversidad cultural puede impulsar el desarrollo sostenible de los individuos, comunidades y países. Por tanto, un enfoque mundial efectivo para el Desarrollo Sostenible y la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) debe abordar el respeto, la protección y la conservación de la diversidad del mundo ahora y en el futuro.
La diversidad cultural ejerce una gran influencia sobre la EDS puesto que:
Cualquier forma de EDS debe ser relevante localmente y culturalmente apropiada;
La cultura influencia lo que esta generación decide enseñar a la próxima generación incluyendo: los conocimientos que más se valoran, las destrezas, la ética, los idiomas y las cosmovisiones;
Dado que la humanidad debe convivir de manera pacífica, tolerando y aceptando las diferencias entre los grupos culturales y étnicos, la EDS requiere un entendimiento intercultural.
Noción tiempo (día -noche, ayer, hoy, mañana, mes, año)
La noción del tiempo es adquirida por el niño con cierta lentitud. Al principio tiene un concepto muy concreto del espacio: su casa, su calle; no tiene siquiera idea de la localidad en que vive. Pero esa noción se desarrolla más rápidamente que la de tiempo, porque tiene referencias más sensibles.
El tiempo es un concepto abstracto: no se puede ver ni tocar. Por eso el paso del tiempo y la secuencia del mismo resultan tan difíciles de entender para la mente de los niños. Ellos viven el presente, no se plantean lo que ocurrirá en el futuro, por próximo que esté, ni tienen conciencia de haber protagonizado un pasado. Las palabras ahora, hoy, ayer y mañana pueden señalar en su uso, cada vez un sector distinto del tiempo real. El niño se orienta en el tiempo a base de hábitos o rutinas diarias como ,por ejemplo, ir al colegio o sentarte a cenar.
Recuerda que tu hijo lo aprende todo a través del juego, así que para enseñarle estas nociones también debes utilizar calendarios y relojes infantiles, cuentos en los que aparezca la luna y el sol, para diferenciar el día de la noche, etc…
Ubicación espacial (Mi barrio, Mi municipio, departamento, el país, símbolos patrios)
La orientación espacial es una habilidad natural en los seres vivos que nos permite ser conscientes de nosotros mismos y del espacio que nos rodea, y conocer dónde estamos y cuál es nuestra posición con respecto a otros seres u objetos. Todo ello influirá en la libertad para movernos de un punto a otro.
Esta habilidad básica en el desarrollo de los niños juega también un papel fundamental a la hora de adquirir conocimientos como la escritura y la lectura. Además, saber orientarse es importante para encontrarnos si en un momento dado nos pierden de vista mientras juegan.
Qué es y cómo se desarrolla la orientación espacial
Tal y como acabamos de mencionar, saber orientarnos nos permite situarnos dentro del espacio, conocer a qué distancia nos encontramos de otras personas o de los objetos que nos rodean, orientar nuestros movimientos para llegar a un determinado punto (entre otras cosas, sabiendo distinguir la derecha de la izquierda) y explorar el entorno en el que nos movemos.
Durante la infancia, la orientación espacial permite a los niños desarrollar las capacidades motoras (gatear, caminar, arrastrarse, trepar...), jugar a determinados juegos (juegos de pelota, construcciones, escondite, juegos de mesa...), orientarse e incluso aprender a escribir y a leer.
Durante la etapa adulta, tener más o menos desarrolla la orientación espacial nos ayudará a la hora de conducir, interpretar un mapa, manejar ciertas herramientas, orientarnos en espacios abiertos... e incluso puede influir en el éxito profesional, pues ciertas profesiones como marineros, ingenieros, escultores, arquitectos, decoradores, diseñadores o fotógrafos deben tener bien desarrolla esta habilidad.
Por tanto, y aunque se trate de una habilidad natural en los seres vivos, como cualquier otra habilidad, la orientación espacial debe ser trabajada desde la infancia para que pueda desarrollarse plenamente.
Cómo ayudar a tu hijo a desarrolla la orientación espacial mediante el juego
Los padres podemos fomentar la orientación espacial desde que nuestros hijos son bebés con actividades sencillas y cotidianas como la estimulación del gateo, ideando circuitos de obstáculos, desarrollando actividades que fomenten su motricidad gruesa, jugando a escondernos o esconder objetos para que los encuentren, o permitiéndoles explorar el entorno que les rodea mediante el libre movimiento.
A lo largo de los tres primeros años podemos ir incorporando otras actividades y juegos, como enseñarles las partes del cuerpo (pidiéndole que las señale en su propio cuerpo y en el de la persona que tienen enfrente), mostrarles cuáles son las nociones espaciales más básicas (encima-debajo, delante-detrás, dentro-fuera, arriba-abajo, cerca-lejos, izquierda-derecha), o despertar su interés por los juegos de construcción, los insertables o los rompecabezas.
A partir de los cuatro o cinco años ya podemos incluir otro tipo de juegos y actividades que requieren de una mayor precisión, pero que son perfectos para entrenar la orientación espacial. Por ejemplo: puzzles más complejos, maquetas, construcciones con bloques o piezas de Lego, manejar una cometa o un coche teledirigido, hacer determinadas manualidades como construcciones con plastilina, arena, cartón, figuras de origami.
Ya en la etapa de Primaria, y siempre adaptándonos a las habilidades del niño, podemos estimularles con otros juegos como los cubos Rubbick, eltangram, las ilusiones ópticas, los laberintos y juegos de geometría, volar un dron, ciertos videojuegos que impliquen construir, orientarse o calcular distancias...
Pero además de los juegos y actividades que los niños hagan en casa, una de las mejores formas de desarrollar la orientación espacial es mediante el ejercicio al aire libre, el deporte y la exploración de la naturaleza. Así por ejemplo, trepar a un árbol, montar en bicicleta, hacer excursiones al campo y enseñarle a orientarse con ayuda de una brújula, o incluso observar el cielo estrellado e identificar las constelaciones, son excelentes ejercicios.
Uno de los objetivos de educación infantil es que los alumnos conozcan su entorno más cercano :Mi pueblo, mi barrio.
se justifica para atender tanto a los alumnos de zonas urbanas, cuyas poblaciones se dividen en barrios, como a los alumnos de la zona rural, donde trabajaremos la localidad en general. En ambos casos trabajaremos los comercios, edificios singulares, monumentos, servicios, tipos de edificaciones, planos y desplazamientos, fiestas y costumbres...
Para conocer mejor nuestro pueblo o nuestro barrio recorreremos sus calles, conoceremos a las personas que viven en ellas, visitaremos sus comercios y monumentos, realizaremos compras, utilizaremos las nuevas tecnologías... Toda una aventura que nos hará salir de nuestro colegio y relacionarnos con nuestro entorno más próximo y a veces desconocido para los alumnos.

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