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TEXTOS Técnicas I - Julieta Salinas (2)

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Freud, S. (2006) [1912]. Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico. O. C.
T. XII. p. 107.
● «Uno debe alejar cualquier injerencia consciente sobre su capacidad de fijarse, y
abandonarse por entero a sus "memorias inconscientes"»; o, expresado esto en
términos puramente técnicos: «Uno debe escuchar y no hacer caso de si se n¡z. en
rlgo».
● No puedo recomendar que en el curso de las sesiones con el analizado se tomen
notas algo extensas, se redacten protocolos, etc
● Tomar notas durante la sesión con el paciente se podría justificar por el designio de
convertir al caso tratado en tema de una publicación científica. En principio, no se lo
podría prohibir. No obstante, se debe tener en cuenta que unos protocolos exactos
en un historial clínico analítico rinden menos que lo que se esperaría de ellos
● La coincidencia de investigación y tratamiento en el trabajo analítico es sin duda uno
de los títulos de gloria de este último.
● Se asegura mejor cuando uno procede como ai azar, se deja sorprender por sus
virajes, abordándolos cada vez con ingenuidad y sin premisas. Para el analista, la
conducta correcta consistirá en pasar de una actitud psíquica a la otra al compás de
sus necesidades; en no especular ni cavilar mientras analiza, y en someter el
material adquirido al trabajo sintético del pensar sólo después de concluido el
análisis.
● No puede tolerar resistencias ningunas que aparten de su conciencia lo que su
inconsciente ha discernido; de lo contrario, introduciría en el análisis un nuevo tipo
de selección y desfiguración mucho más dañinas que las provocadas por una
tensión de su atención consciente.
● Cualquier represión no solucionada en el médico corresponde, según una certera
expresión de W. Stekel ilSlla, pág. 532], a un «punto ciego» en su percepción
analítica.
● Es por cierto tentador para el psicoanalista joven y entusiasta poner en juego mucho
de su propia individualidad para arrebatar al paciente y hacerlo elevarse sobre los
límites de su personalidad estrecha
● El médico no debe ser transparente para el analizado, sino, como la luna de un
espejo, mostrar sólo lo que le es mostrado.
● Como médico, es preciso ser sobre todo tolerante con las debilidades del enfermo,
darse por contento si, aun no siendo él del todo valioso, ha recuperado un poco de la
capacidad de producir y de gozar
● Empeñar regularmente el tratamiento analítico en la sublimación de las pulsiones es
algo muy loable, pero en modo alguno se lo puede recomendar para todos los
casos.
● Ni en virtud de una actividad mental como la reflexión, ni de un esfuerzo de atención
y de voluntad, se resolverán los enigmas de la neurosis, sino sólo por la paciente
obediencia a la regla psicoanalítica que ordena desconectar la crítica a lo
inconsciente y sus retoños.
Lacan, J. (2009). La dirección de la cura y los principios de su poder. En Escritos 2, (3ª
ed.) Buenos Aires: Siglo XXI. Parte I.
● Quién analiza hoy
● Muchos se dedican a una “reeducación emocional del paciente
● No se debe dirigir al paciente
● Hacer aplicar por el sujeto la regla analítica
○ Asociación libre
● Ese tiempo consiste en hacer olvidar al paciente que se trata únicamente de
palabras, pero que esto no justifica que el analista lo olvide a su vez
● El analista cura menos por lo que dice y hace que por lo que es
● En cuanto al manejo de la transferencia, mi libertad en ella se encuentra por el
contrario alienada por el desdoblamiento que sufre allí mi persona
● El psicoanálisis debe ser estudiado como una situación entre dos
● Todo analista experimenta siempre la transferencia en el asombro del efecto menos
esperado de una relación entre dos que fuese como las otras
● Los sentimientos del analista sólo tienen un lugar posible en este juego, el del
muerto; y que si se lo reanima, el juego se prosigue sin que se sepa quién lo
conduce. Por eso el analista es menos libre en su estrategia que en su táctica.
● Ego autónomo
○ autónomo por el hecho de que se supone que está al abrigo de los conflictos
de la persona
● Si el analista sólo tuviese que vérselas con resistencias lo pensaría dos veces antes
de hacer una interpretación, como en efecto es su caso, pero estaría a mano
después de esa prudencia.
● Es pues gracias a lo que el sujeto atribuye de ser (de ser que sea en otra parte) al
analista, como es posible que una interpretación regrese al lugar desde donde
puede tener alcance sobre la distribución de las respuestas.
● Tratando la transferencia como una forma particular de la resistencia.
● ¿Quién es el analista? ¿El que interpreta aprovechando la transferencia? ¿El que la
analiza como resistencia? ¿O el que impone su idea de la realidad?
Lacan, J.: (1983) Seminario II: El yo en la teoría de Freud y en la técnica
psicoanalítica. Clase XIX. Buenos Aires: Paidós.
● ¿En qué momento soy verdaderamente yo? ¿En el momento en que no estoy
contento, o en el momento en que estoy contento porque los otros están contentos?
● Nunca hay que decepcionarse de las respuestas que se reciben, porque si uno se
decepciona, estupendo, prueba de que fue una verdadera respuesta, es decir,
aquello que precisamente no esperábamos
● No hay mejor ejemplo que la historia de las ciencias para mostrar hasta qué punto el
discurso humano es universal.
● El yo y el sujeto son confundidos, y se hace del yo una realidad, algo que es, como
se dice, integrativo o sea que mantiene al planeta unido
● No hay forma de aprehender cosa alguna de la dialéctica analítica si no planteamos
que el yo es una construcción imaginaria. Nada le quita al pobre yo el hecho de que
sea imaginario: diría inclusive que esto es lo que tiene de bueno. Si no fuera
imaginario no seríamos hombres, seríamos lunas.
● S es la letra S, pero también es el sujeto
● Sujeto en su abertura
● El yo es una forma fundamental para la constitución de los objetos
● Esa forma del otro posee la mayor relación con su yo, es superponible a éste y le
escribimos a´
● Lo imaginario cobra su falsa realidad a partir del orden definido por el muro del
lenguaje. El yo tal como lo entendemos, el otro, el semejante, todos estos
imaginarios son objetos.
● Cuando el sujeto habla con sus semejantes lo hace en el lenguaje común, que toma
a los yo imaginarios por cosas no simplemente ex-sistentes, sino reales
● . En la medida en que el sujeto los pone en relación con su propia imagen, aquellos
a quienes les habla también son aquellos con quienes se identifica.
● El sujeto está separado de los Otros, los verdaderos, por el muro del lenguaje
● La consumación de los objetos parciales se lleva a cabo por intermedio de la
imagen del otro. Sin saber por qué, los autores que optan por esta vía llegan todos a
la misma conclusión: el yo sólo puede reunirse y recomponerse por el sesgo del
semejante que el sujeto tiene delante de sí; o detrás, el resultado no varía
● La noción de la asunción imaginaria de los objetos parciales por intermedio de la
figura del analista culmina en una suerte de Comulgatorio
● el analista puede, mediante cierta interpretación de las resistencias, mediante cierta
reducción de la experiencia total del análisis a sus elementos exclusivamente
imaginarios, llegar a proyectar sobre el paciente las diferentes características de su
yo del analista; y Dios sabe que ellas pueden diferir, y de una manera que reaparece
al final de los análisis
● Si se forman analistas es para que haya sujetos tales que en ellos el yo esté
ausente. Este es el ideal del análisis, que, desde luego, es siempre virtual
● . El análisis consiste en hacerle tomar conciencia de sus relaciones, no con el yo del
analista, sino con todos esos Otros que son sus verdaderos garantes, y que no ha
reconocido
Sola, L. (2019). Escuelas de Psicoanálisis y Secuelas en Psicología. Buenos Aires:
Letra Viva. p. 78-80, 103-106, 157-161.
Freud, S. (2006) [1916]. 6 a Conferencia: Premisas y técnica de la interpretación. En
Obras Completas. T. XV, p. 91. (2006). Buenos Aires, Amorrortu Editores.
● Supongamos, como premisa para todo loque sigue, que el sueño no es un
fenómeno somático, sino psíquico.
● Es una operación y una manifestación del soñante
● El propio soñante debe decirnos lo que su sueño significa
● El soñante dice siempre que nada sabe
● El soñante a pesar de todo sabe lo que su sueño significa, sólo que no sabe que lo
sabe y por eso cree que no lo sabe.
● En el hombre hay cosas anímicas que él sabe sin saber que las sabe
● Los dos supuestos no son de igual valor. El primero, que el sueño es un fenómeno
anímico, es la premisa que queremos demostrar con el resultado de nuestro trabajo.
El otro fue demostrado ya en otro ámbito, y aquí sólo me tomo la libertad de
transferirlo a nuestro problema. ¿Dónde, en qué ámbito, hubo de aportar la prueba
de que existe un saber del que empero el hombre nada sabe, como hemos querido
suponerlo respecto del soñante?
● Existe un nítido parentesco entre el estado hipnótico y el estado del dormir, que es la
condición del soñar
● En el dormir natural, retiramos nuestro interés de todo el mundo exterior; en el
hipnótico también, pero con excepción de una persona, la' que nos ha hipnotizado,
con la cual permanecemos en rapport
● La suposición de que también en el soñante está presente un saber acerca de su
sueño, sólo que no le es accesible, de suerte que no cree tenerlo, no es un puro
invento.
● Es entonces muy probable que el soñante tenga un saber sobre su sueño; se trata
únicamente de posibilitar que descubra su saber y nos lo comunique
● Un sueño no es una única palabra fallida, sino que consta de muchos elementos
● Un sueño se diferencia de un desliz en el habla también por la multiplicidad de sus
elementos.
● A partir del sueño él se acordará de acontecimientos lejanos, y eventualmente
incluso de un pasado muy remoto.
● n. Cuando exhortó a alguien a decir lo que se le ocurre sobre un elemento
determinado del sueño, le estoy pidiendo que se abandone a la asociación libre
reteniendo una representación de partida. Esto exige una actitud
● mayor de libertad de la asociación, a saber, cuando abandonó incluso esta
representación de partida y establecer solamente, por ejemplo, el género y la
especie de la ocurrencia: estipulo que la ocurrencia libre debe consistir en un
nombre propio o en un número.
● : se evocan asociaciones urdidas con el nombre que emergió; ellas ya no son del
todo libres, sino que, como en el caso de las ocurrencias sobre los elementos
oníricos, quedan desde ese momento ligadas.
● De igual modo, ciertas melodías que se nos ocurren de improviso resultan
condicionadas por un itinerario de pensamiento al que pertenecen y que tiene una
razón para ocuparnos sin que nosotros sepamos nada de esa actividad.
● La indagación muestra, en efecto, que además de la ligazón que les procuramos
mediante la representación de partida puede reconocerse una segunda
dependencia: respecto de círculos de pensamiento y de interés de alto contenido
afectivo, vale decir, de complejos, cuya participación no es conocida en el momento
y es, por ende, inconsciente
● En el sueño, la palabra-estímulo es sustituida por algo que a su vez proviene de la
vida anímica del soñante, de fuentes para él desconocidas, y por tanto muy
fácilmente podría ser «retoño de un complejo».
● Ahora bien, también en el olvido de nombres hay un camino que lleva del sustituto al
elemento genuino que es inconsciente, al nombre olvidado. Si dirijo mi atención a
estos nombres sustitutivos y hago que acudan ulteriores ocurrencias sobre ellos, tras
desvíos más breves o más largos llegó al nombre olvidado y descubro que los
nombres sustitutivos espontáneos, así como los evocados por mí, mantenían un
vínculo con el olvidado, estaban determinados por él.
● Lo que es posible en el caso del olvido de nombres tiene que poder lograrse también
en la interpretación de los sueños, a saber: volver accesible lo genuino retenido,
mediante asociaciones anudadas a partir de un sustituto.
Freud, S. (2006) [1913]. Sobre la iniciación del tratamiento (Nuevos consejos sobre la
técnica del psicoanálisis, I). O. C. T. XII. p. 121.
● El psicoanalista, empero, en el caso desfavorable ha cometido un yerro práctico, se
ha hecho culpable de un gasto inútil y ha desacreditado su procedimiento
terapéutico. Si el enfermo no padece de histeria ni de neurosis obsesiva, sino de
parafrenia, él no podrá mantener su promesa de curación, y por eso tiene unos
motivos particularmente serios para evitar el error diagnóstico.
● Es cierto que la actitud confiada del paciente vuelve muy agradable el primer trato
con él; uno se la agradece, pese a lo cual se prepara para que su previa toma de
partido favorable se haga pedazos a la primera dificultad que surja en el tratamiento
● Uno tendría que conocer el paso del camino antes de estimar la duración de su
peregrinaje
● La pregunta por la duración del tratamiento es de respuesta casi imposible
● Tan pronto como se trata de las neurosis, que por el momento no parecen todavía
insertas en la trama del pensar humano, aun personas inteligentes olvidan la
necesaria proporcionalidad entre tiempo, trabajo y resultado
● El psicoanálisis requiere siempre lapsos más prolongados, medio año o uno entero;
son más largos de lo que esperaba el enfermo
● Yo desapruebo comprometer a los pacientes a que perseveren cierto lapso en el
tratamiento; les consiento que interrumpan la cura cuando quieran, pero no les
oculto que una ruptura tras breve trabajo no arrojará ningún resultado positivo, y es
fácil que, como una operación incompleta, los deje en un estado insatisfactorio
● Unas alteraciones anímicas profundas sólo se consuman con lentitud; ello sin duda
se debe, en última instancia, a la «atemporalidad» de nuestros procesos
inconscientes.
● Siempre se padece de una sola neurosis, no de varias que por azar coincidieron en
un individuo.
● El psicoanalista no puede menos que preferir a los pacientes que le piden la salud
plena en la medida en que sea asequible, y le conceden todo el tiempo que el
proceso de restablecimiento necesita.
● Por otra parte, la humana sabiduría ordena no dejar que se acumulen grandes
sumas, sino cobrar en plazos regulares breves
● Un tratamiento gratuito importa para el psicoanalista mucho más que para cualquier
otro: le sustrae una fracción considerable del tiempo de trabajo de que dispone para
ganarse la vida (un octavo, un séptimo de ese tiempo, etc.), y por un lapso de
muchos meses.
● aislar la transferencia y permitir que en su momento se la destaque nítidamente
circunscrita como resistencia
● No interesa para nada con qué material se empiece —la biografía, el historial clínico
o los recuerdos de infancia del paciente—, con tal que se deje al paciente mismo
hacer su relato y escoger el punto de partida.
● Uno le dice, pues: «Antes que yo pueda decirle algo, es preciso que haya
averiguado mucho sobre usted; cuénteme, por favor, lo que sepa de usted mismo».
○ Regla fundamental
● Una cosa todavía, antes de que usted comience. En un aspecto su relato tiene que
diferenciarse de una conversación ordinaria. Mientras que en esta usted procura
mantener el hilo de la trama mientras expone, y rechaza todas las ocurrencias
perturbadoras y pensamientos colaterales, a fin de no irse por las ramas, como suele
decirse, aquí debe proceder de otro modo. Usted observará que en el curso de su
relato le acudirán pensamientos diversos que preferiría rechazar con ciertas
objeciones críticas. Tendrá la tentación de decir: esto o estotro no viene al caso, o no
tiene ninguna importancia, o es disparatado y por ende no hace falta decirlo. Nunca
ceda usted a esa crítica; dígalo a pesar de ella, y aun justamente por haber
registrado una repugnancia a hacerlo. Más adelante sabrá y comprenderá usted la
razón de este precepto —el único, en verdad, a que debe obedecer-—. Diga, pues,
todo cuanto se le pase por la mente. Compórtese como lo haría, por ejemplo, un
viajero sentado en el tren del lado de la ventanilla que describiera para su vecino del
pasillo cómo cambia el paisaje ante su vista. Porúltimo, no olvide nunca que ha
prometido absoluta sinceridad, y nunca omita algo so pretexto de que por alguna
razón le resulta desagradable comunicarlo»."
● Por supuesto que la decisión misma del paciente en favor del secreto trae a la luz un
rasgo de su historia secreta.
● Tratamientos combinados a causa de un padecer neurótico con fuerte
apuntalamiento orgánico son casi siempre impracticables. Tan pronto uno les
muestra más de un camino para curarse, los pacientes desvían su interés del
análisis. Lo mejor es posponer el tratamiento orgánico hasta la conclusión del
psíquico; si se lo hiciera preceder
● Ahora bien, mientras las comunicaciones y ocurrencias del paciente afluyan sin
detención, no hay que tocar el tema de la transferencia
● Hela aquí: ¿Cuándo debemos empezar a hacer comunicaciones al analizado?
¿Cuándo es oportuno revelarle el significado secreto de sus ocurrencias, iniciarlo en
las premisas y procedimientos técnicos del análisis? La respuesta sólo puede ser
esta: No antes de que se haya establecido en el paciente una transferencia
operativa, un rapport en regla
● Aun en períodos posteriores del tratamiento habrá que proceder con cautela para no
comunicar una solución de síntoma y traducción de un deseo antes que el paciente
esté próximo a ello, de suerte que sólo tenga que dar un corto paso para apoderarse
él mismo de esa solución.
● Considerábamos una particular suerte obtener de otras personas información sobre
el trauma infantil olvidado, fueran ellas los padres, los encargados de la crianza o el
propio seductor, como era posible en algunos casos; y nos apresurábamos a poner
en conocimiento del enfermo la noticia y las pruebas de su exactitud, con la segura
expectativa de llevar así neurosis y tratamiento a un rápido final.
● Y es que los enfermos saben sobre la vivencia reprimida en su pensar, pero a este
último le falta la conexión con aquel lugar donde se halla de algún modo el recuerdo
reprimido
● La comunicación conciente de lo reprimido no deja de producir efectos en el
enfermo.
● Esta fuerza pulsional misma, de la cual cada mejoría trae aparejada su disminución,
tiene que conservarse hasta el final
● En cuanto a las magnitudes de afecto requeridas para vencer las resistencias, las
suple movilizando las energías aprontadas para la transferencia; y mediante las
comunicaciones oportunas muestra al enfermo los caminos por los cuales debe
guiar esas energías. La transferencia a menudo basta por sí sola para eliminar los
síntomas del padecer, pero ello de manera sólo provisional
● Restan, pues, transferencia e instrucción (en virtud de la comunicación) como las
nuevas fuentes de fuerza que el enfermo debe al analista.
Freud, S. (2006) [1904]. Psicopatología de la vida cotidiana. O. C. T. VI. p. 16.
CASO ALIQUIS
Lacan, J. (2012). [1966]. Breve discurso en la ORTF. En Otros Escritos. Buenos Aires:
Paidós. p. 239.
● Los sueños se traducen gracias a la asociación libre de lo que se le ocurre contar al
paciente
● El preconsciente encuentra palabras sobre las que no posee el control
● Digamos que el pensamiento ya no puede ser el sujeto, en el sentido que nos ha
legado la filosofía
● La experiencia del inconsciente, considerada en el nivel en el que yo la instalo, no se
distingue de la experiencia física. También es exterior al sujeto, tomado este último
en su sentido tradicional. La designó en el lugar del Otro: el inconsciente es el
discurso del Otro, es mi fórmula. Él está estructurado como un lenguaje, lo cual es
pleonasmo indispensable para hacerme entender, puesto que lenguaje es la
estructura
● Este baño de lenguaje lo determina incluso antes de que haya nacido, por
intermedio del deseo en el que sus padres lo acogen como un objeto, quiéranlo o no,
privilegiado.
● El deseo es, propiamente, la pasión del significante, es decir, el efecto del
significante en el animal al que marca, y cuya práctica del lenguaje hace surgir un
sujeto
● El deseo del hombre es el deseo del Otro. En el Otro está la causa del deseo
● Las cosas quedan también planteadas con más honestidad cuando no se promete
con el mismo impulso el levantamiento de tal o cual prohibición inconsciente que
traba la práctica sexual, y la solución del mundo de problemas que genera la
relación de un hombre y de una mujer en el más mínimo conjungo
● La estructura, por su parte, no está próxima a pasar, porque se inscribe en lo real o,
más bien, porque nos brinda la oportunidad de dar un sentido a esa palabra, real,
más allá del realismo que, socialista o no, es siempre solo un efecto de discurso
Freud, S. (2006) [1912]. Sobre la dinámica de la trasferencia. O. C. T. XII. p. 93.
● Transferencia, se produce necesariamente en una cura psicoanalítica y alcanza su
consabido papel durante el tratamiento
● Todo ser humano adquiere una especificidad determinada para el ejercicio de su
vida amorosa, o sea, para las condiciones de amor que establecerá y las pulsiones
que satisfará, así como para las metas que habrá de fijarse.
● Sólo un sector de esas mociones determinantes de la -vida amorosa ha recorrido el
pleno desarrollo psíquico
● Y si la necesidad de amor de alguien no está satisfecha de manera exhaustiva por la
realidad, él se verá precisado a volcarse con unas representaciones-expectativa
libidinosas hacia cada nueva persona que aparezca, y es muy probable que las dos
porciones de su libido, la susceptible de conciencia y la inconsciente, participen de
tal acomodamiento. Es entonces del todo normal e inteligible que la investidura
libidinal aprontada en la expectativa de alguien que está parcialmente insatisfecho
se vuelva hacia el médico.
● Empero, la transferencia no está atada a ese modelo; también puede producirse
siguiendo la imago materna o de un hermano varón.
● Comprendemos que la transferencia resulte tanto más intensa en personas
neuróticas bajo análisis que en otras, no analizadas; y en segundo lugar, sigue
constituyendo un enigma por qué en el análisis la transferencia nos sale al paso
como la más fuerte resistencia al tratamiento, siendo que, fuera del análisis, debe
ser reconocida como portadora del efecto salutífero, como condición del éxito
● todas las fuerzas que causaron la regresión de la libido se elevarán como unas
«resistencias» al trabajo, para conservar ese nuevo estado
● El análisis tiene que librar combate con las resistencias de ambas fuentes.
● Si algo del material del complejo (o sea, de su contenido) es apropiado para ser
transferido sobre la persona del médico, esta transferencia se produce, da por
resultado la ocurrencia inmediata y se anuncia mediante los indicios de una
resistencia
● Siempre que uno se aproxima a un complejo patógeno, primero se adelanta hasta la
conciencia la parte del complejo susceptible de ser transferida, y es defendida con la
máxima tenacidad.*
● Así, en la cura analítica la transferencia se nos aparece siempre, en un primer
momento, sólo como el arma más poderosa de la resistencia, y tenemos derecho a
concluir que la intensidad y tenacidad de aquella son un efecto y una expresión de
esta
● Es claro que se vuelve muy difícil confesar una moción de deseo prohibida ante la
misma persona sobre quien esa moción recae
● Un vínculo de apego tierno, devoto, puede salvar todas las dificultades de la
confesión
● Al fin uno cae en la cuenta de que no puede comprender el empleo de la
transferencia como resistencia mientras piense en una «transferencia» a secas
● Todos nuestros vínculos de sentimiento, simpatía, amistad, confianza y similares,
que valorizamos en la vida, se enlazan genéticamente con la sexualidad y se han
desarrollado por debilitamiento de la meta sexual a partir de unos apetitos
puramente sexuales, por más puros y no sensuales que se presenten ellos ante
nuestra autopercepción consciente
● La transferencia negativa merecería un estudio en profundidad, que no puede
dedicársele en el marco de estas elucidaciones
● Ambivalencia».* Una ambivalencia así de los sentimientos parece ser normal hasta
cierto punto, pero un gradomás alto de ella es sin duda una marca particular de las
personas neuróticas
● En la pesquisa de la libido extraviada de lo consciente, uno ha penetrado en el
ámbito de lo inconsciente.
● Al igual que en el sueño, el enfermo atribuye condición presente y realidad objetiva
a los resultados del despertar de sus mociones inconcientes; quiere actuar {agieren}
sus pasiones sin atender a la situación objetiva
Freud, S. (2006) [1915]. Puntualizaciones sobre el amor de transferencia (Nuevos
consejos sobre la técnica del psicoanálisis, III). O. C. T. XII. p. 159.
● el médico y la paciente se alejan tras enamorarse ella de él; la cura está resignada.
Pero el estado de la paciente pronto vuelve necesario un segundo intento analítico
con otro médico; y hete aquí que de nuevo se enamora de este segundo médico; y
de igual modo, si interrumpe y recomienza, del tercero, etc.
● Tiene que discernir que el enamoramiento de la paciente le ha sido impuesto por la
situación analítica y no se puede atribuir, digamos, a las excelencias de su persona;
que, por tanto, no hay razón para que se enorgullezca de semejante «conquista»,
como se la llamaría fuera del análisis.
● Sobreviene un total cambio de vía de la escena, como un juego dramático que fuera
desbaratado por una realidad que irrumpe súbitamente
● Y en el surgimiento de esa apasionada demanda de amor la resistencia tiene sin
duda una participación grande
● uno puede discernir también en la situación el influjo de motivos que la complican;
en parte derivan del enamoramiento, pero en parte son exteriorizadones singulares
de la resistencia
● el analista jamás tiene derecho a aceptar la ternura que le ofrece ni a responder a
ella
● Ya he dejado colegir que la técnica analítica impone al médico el mandamiento de
denegar a la paciente menesterosa de amor la satisfacción apetecida.
● hay que dejar subsistir en el enfermo necesidad y añoranza como unas fuerzas
pulsionantes del trabajo y la alteración, y guardarse de apaciguarlas mediante
subrogados
● Ella habría conseguido aquello a lo cual todos los enfermos aspiran en el análisis:
actuar, repetir en la vida algo que sólo deben recordar, reproducir como material
psíquico y conservar en un ámbito psíquico.
● Uno retiene la trasferencia de amor, pero la trata como algo no real, como una
situación por la que se atraviesa en la cura, que debe ser reorientada hacia sus
orígenes inconscientes y ayudará a llevar a la conciencia lo más escondido de la
vida amorosa de la enferma, para así gobernarlo.
● A modo de segundo argumento contra el carácter genuino de ese amor, uno asevera
que él no conlleva ningún rasgo nuevo que brote de la situación presente, sino que
se compone por entero de repeticiones y calcos de reacciones anteriores, incluso
infantiles; y se compromete a demostrarlo mediante el análisis detallado de la
conducta amorosa de la enferma
● La participación de la resistencia en el amor de trasferencia es indiscutible y muy
considerable
● No hay ningún derecho a negar el carácter de amor «genuino» al enamoramiento
que sobreviene dentro del tratamiento analítico. Si parece tan poco normal, ello se
explica suficientemente por la circunstancia de que todo enamoramiento, aun fuera
de la cura analítica, recuerda más a los fenómenos anímicos anormales que a los
normales
● 1) es provocado por la situación analítica; 2) es empujado hacia arriba por la
resistencia que gobierna a esta situación, y 3) carece en alto grado del miramiento
por la realidad objetiva, es menos prudente, menos cuidadoso de sus
consecuencias, más ciego en la apreciación de la persona amada de lo que
querríamos concederle a un enamoramiento normal
● El psicoanalista sabe que trabaja con las fuerzas más explosivas y que le hacen falta
la misma cautela y escrupulosidad del químico.
Freud, S. (2006) [1914]. Recordar, Repetir y Reelaborar (Nuevos consejos sobre la
técnica del psicoanálisis, II). O. C. T. XII. p. 145.
● que hoy empleamos: el médico renuncia a enfocar un momento o un problema
determinados, se conforma con estudiar la superficie psíquica que el analizado
presenta cada vez, y se vale del arte interpretativo, en !o esencial, para discernir las
resistencias que se recortan en el enfermo y hacérselas conscientes
● El olvido de impresiones, escenas, vivencias, se reduce las más de las veces a un
«bloqueo» de ellas
● Los otros grupos de procesos psíquicos que como jftos puramente internos uno
puede oponer a las impresiones y vivencias
● deben ser considerados separadamente en su relación con el olvidar y el recordar
● El convencimiento que el enfermo adquiere en el curso del análisis es por completo
independiente de cualquier recuerdo de esa índole.
● Para un tipo particular de importantísimas vivencias, sobrevenidas en épocas muy
tempranas de la infancia y que en su tiempo no fueron entendidas, pero han hallado
inteligencia e interpretación con efecto retardado {nachtrag lkh}, la mayoría de las
veces es imposible despertar un recuerdo
● El analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que Jo
actúan No \o reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber, desde
luego, que lo hace.
● En especial, él empieza la cura con una repetición así. ¿A menudo, tras comunicar a
cierto paciente de variada biografía? y prolongado historial clínico la regla
fundamental del psicoanálisis, y exhortar luego a decir todo cuanto se le ocurra, uno
espera que sus comunicaciones afluyen en torrente, pero experimenta, al principio,
que no sabe decir palabra. Calla, y afirma que no se le ocurre nada. Esta no es,
desde luego, sino la repetición de una actitud homosexual que se esfuerza hacia el
primer plano como resistencia a todo recordar.
● la transferencia misma es sólo una pieza de repetición, y la repetición es la
transferencia del plisado olvidado; pero no sólo sobre el médico: también sobie todos
los otros ámbitos de la situación presente
● resistencia. Mientras mayor sea esta, tanto más será sustituido el recordar por el
actuar
● Tenemos dicho que el analizado repite en vez de recordar, y repite bajo las
condiciones de la resistencia
● Repite todo cuanto desde las fuentes de su reprimido ya se ha abierto paso hasta
su ser manifiesto
● durante el tratamiento repite todos sus síntomas
● Reconducción al pasado
● Es preciso que el paciente cobre el coraje de ocupar su atención en los fenómenos
de su enfermedad
● la resistencia puede explotar la situación para sus propósitos o querer abusar del
permiso de estar enfermo.
● las acciones del paciente fuera de la transferencia pueden conllevar pasajeros
perjuicios para su vida, o aun ser escogidas de modo que desvalorice
duraderamente las perspectivas de salud.
● El médico seguirá en esta situación. Para él, el recordar a la manera antigua, el
reproducir en un ámbito psíquico, sigue siendo la meta, aunque sepa que con la
nueva técnica no se puede lograr.
● El mejor modo de salvar al enfermo de los perjuicios que le causaría la ejecución de
sus impulsos es comprometerse a no adoptar durante la cura ninguna decisión de
importancia vital (p. ej., abrazar una profesión o escoger un objeto definitivo de
amor); que espere, para cualquiera de tales propósitos, el momento de la curación.
● sustituir su neurosis ordinaria por una neurosis de trasferencia,® de la que puede ser
curado en virtud del trabajo terapéutico.
● . De las reacciones de repetición,^" que se muestran en la transferencia, los caminos
consabidos llevan luego al despertar de los recuerdos, que, vencidas las
resistencias, sobrevienen con facilidad.
● El vencimiento de la resistencia comienza, como se sabe, con el acto de ponerla en
descubierto el médico, pues el analizado nunca la discierne, y comunicarse a este
● me han llamado a consejo para casos en que el médico se quejaba de haber
expuesto al enfermo su resistencia, a pesar de lo cual nada había cambiado o, peor,
la resistencia había cobrado más fuerza y toda la situaría se había vuelto aún menos
transparente
● reelaborarla {durcharbeiten),vencerla prosiguiendo el trabajo en desafío a ella y
obedeciendo a la regla analítica fundamental.
● En la práctica, esta recta boración de las resistencias puede convertirse en una
ardua tarea para el analizado y en una prueba de paciencia para el médico
Freud, S. (2006) [1926]. Inhibición, Síntoma y Angustia. Addenda, a). O. C. T. XX. p.
147.
● Si éste faltara, la moción reprimida, que recibe continuos aflujos desde sus fuentes,
retomaría el mismo camino que fue esforzada a desalojar {abdrdngen), la represión
quedaría despojada de su éxito o debería repetirse indefinidamente
● Resistencia
● Contrainvestidura
● El odio hacia una persona amada es sofrenado por una hiperternura hacia ella y un
desmedido temor por su suerte
● La contrainvestidura parece más acorde a la especificidad de la histeria. La moción
pulsional reprimida Puede ser activada (investida de nuevo) desde dos lados; en
primer lugar, desde adentro, por un refuerzo de la pulsión a partir de sus fuentes
internas de excitación, y, en segundo, desde afuera, por la percepción de un objeto
que sería deseable para la pulsión.
● La defensa contra la percepción peligrosa es, por lo demás, una tarea universal de
las neurosis
● La resistencia, que debemos superar en el análisis, es operada por el yo, que se
afirma en sus contrainvestiguras.
● a. En cuanto a la resistencia del yo, entonces, no hay nada que poner en duda o
rectificar
● tras cancelar la resistencia yoica, es preciso superar todavía el poder de la
compulsión de repetición, la atracción de los arquetipos inconcientes sobre el
proceso pulsional reprimido; y nada habría que objetar si se quisiese designar ese
factor como resistencia de lo inconciente.
● a cinco clases de resistencia que provienen de tres lados, a saber: del yo, del ello y
del superyó, demostrando ser el yo la fuente de tres formas de ella, diversas por su
dinámica
● Resistencia de represión
● Resistencia de transferencia
● Resistencia Yoica
● Ganancia de enfermedad
● No entra en cuenta respecto de la angustia que el yo provoca como señal; tampoco,
por consiguiente, en todas las situaciones de peligro que mueven al yo a introducir
una represión.
● Proceso defensivo
● Represión
● Más tarde estudiamos la neurosis obsesiva y hallamos que en esta afección los
procesos patógenos no son olvidados. Permanecen conscientes, más son
«aislados» de una manera todavía irrepresentable, de suerte que se alcanza más o
menos el mismo resultado que mediante la amnesia histérica.
● el proceso mediante el cual la neurosis obsesiva elimina una exigencia pulsional no
puede ser el mismo que en la histeria
● la contrainvestidura —cuya existencia es de suponer también en la histeria—
desempeña en la neurosis obsesiva un papel muy considerable como alteración
reactiva del yo; así prestamos atención a un procedimiento de «aislamiento»
● Anulación de lo acontecido
● Represión
Lacan, J.: (1989) Seminario XI: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.
Clase XII. Buenos Aires: Paidós.
● La transferencia es la puesta en acto de la realidad del inconsciente
● El inconsciente, son los efectos de la palabra sobre el sujeto, es la dimensión donde
el sujeto se determina en e l desarrollo de los efectos de la palabra, en consecuencia
de lo cual el inconsciente está estructurado como un lenguaje.
● La realidad del inconsciente es verdad insostenible la realidad sexual
● La libido es la presencia, efectiva, como tal, del deseo. Eso es lo que falta ahora por
señalar del deseo -que no es substancia, que está ahí al nivel del proceso primario y
gobierna el modo mismo de nuestro acceso.
● El inconsciente no es ambigüedad de las conductas, futuro saber que ya se sabe no
saberse, sino un corte, ruptura que se inscribe en cierto carencia.
● hermenéutica? -si no leer, en la serie de las mutaciones del hombre, el progreso de
los signos según los que constituyen su historia, el progreso de su historia
● ese punto nodal por el que la pulsación del inconsciente está ligada a la realidad
sexual.
● Eso es lo que realiza la unión con el campo definido por Freud como el de la
instancia sexual al nivel del proceso primario.
● La función del deseo es residuo último del efecto del significante en el sujeto.
● Ningún esquema-mecanismo podrá responder nunca de lo que se da por una
regresión en el arco reflejo
● Freud mantiene la libido como el elemento esencial del proceso primario
● Solo a causa de la sexualización de esos objetos es posible la alucinación del sueño
● En la transferencia hemos de ver inscribirse el peso de la realidad sexual
● El deseo en cuestión es el deseo del analista
● Representa un sujeto para otro significante
● No hay en el asunto solamente lo que el analista quiere hacer de su paciente.
También hay lo que el analista quiere que su paciente haga de él
Freud, S. (2006) [1916]. 14 a Conferencia: El Cumplimiento de Deseo. O. C. T. XV. p.
195.
● El trabajo del sueño consiste esencialmente en la trasposición de pensamientos a
una vivencia alucinatoria.
● El trabajo del sueño se propone eliminar, mediante un cumplimiento de deseo, un
estímulo anímico perturbador del dormir.
● . La primera confirmación de esta expectativa fue la intelección de que en verdad
todos los sueños... son sueños de niños, trabajan con el material infantil, con
mociones anímicas y mecanismos infantiles.
● Fácil nos resulta responderles que el cumplimiento de deseo no puede ser evidente
en los sueños desfigurados: hay que buscarlo primero. Por tanto, no es posible
indicarlo antes de interpretar él sueño. Sabemos también que los deseos de estos
sueños desfigurados son deseos prohibidos, rechazados por la censura; su
presencia, justamente, fue la causa de la desfiguración onírica y el motivo para la
intervención de la censura.
● puede ocurrir que el trabajó del sueño no logre plenamente crear un cumplimiento de
deseo, de suerte que una parte del afecto penoso de los pensamientos oníricos
quede pendiente y aflore en el sueño manifiesto.
● Contribuye a ello el hecho de que para el trabajo del sueño es mucho más difícil
alterar el sentido de los afectos que el de los contenidos; los afectos suelen ser muy
resistentes.
● En tales sueños el afecto para nada condice con el contenido
● El error proviene de que el que no conoce las neurosis imagina demasiado íntimo el
enlace entre contenido y afecto, y por eso no puede concebir que un contenido se
retoque sin que la exteriorización de afecto correspondiente se altere también.
● Un cumplimiento de deseo tendría sin duda que brindar placer
● El soñante mantiene con sus deseos una relación sumamente particular. Los
desestima {verwerfen}, los censura; en suma, no le gustan.
● el cumplimiento de deseo de uno pueda significar displacer para él otro cuando los
dos no están de acuerdo entre sí.
● El sueño de angustia es muchas veces un cumplimiento no disfrazado de deseo
● Sueño infantil es el cumplimiento franco de un deseo permitido, y del sueño
desfigurado común, que es el cumplimiento disfrazado de un deseo reprimido, al
sueño de angustia sólo le conviene esta fórmula: es el cumplimiento franco de un
deseo reprimido.
● La angustia que entonces emerge en el sueño es, si lo prefieren, una angustia
frente a la fuerza de estos deseos ordinariamente sofrenados
● Aquí paramos mientes en que no sabemos todavía en absoluto cuál es el motivo por
el que estos deseos malignos, reprobados, se agitan justamente por las noches para
turbarnos mientras dormimos.
● por la vía de un cumplimiento de deseo pueda producirse algo en extremo
displacentero, a saber, una punición.
● tores, de hecho es—, la solución cumplimiento de desescumplimiento de
angustia-cumplimiento de castigo es bien circunscrita.
● el sueño correspondiera una vez a un deseo cumplido, la otra, como usted mismo ha
dicho, a lo contrario de él o a un temor realizado, pero además pudiera expresar un
designio, una advertencia, una reflexión con sus pros y sus contras, o un reproche,
un prurito de la conciencia moral, un ensayo a> prepararsepara una prueba
inminente
● designio
● Es enteramente cierto que el sueño puede subrogar todo eso y ser sustituido por
todo eso que antes enumeramos: un designio, una advertencia, una reflexión, una
preparación, un intento de solucionar una tarea, etc.
● Lo único esencial en el sueño es el trabajo que ha operado sobre el material de
pensamientos
● El sueño puede ser todo lo que se quiera mientras ustedes sólo tomen en cuenta
los pensamientos subrogados por él: advertencia, designio, preparación, etc.; es
siempre también el cumplimiento de un deseo inconsciente, y es sólo esto si ustedes
lo consideran como resultado del trabajo del sueño. Un sueño, por tanto, nunca es
un designio o una advertencia, pura y simplemente, sino siempre un designio, etc.,
traducido al modo de expresión arcaico con el auxilio de un deseo inconsciente y
remodelado para el cumplimiento de estos deseos.
● Restos diurnos
● El deseo del sueño pertenece a un otro inconsciente a aquel que hemos
individualizado como de origen infantil, provisto de mecanismos particulares
Lacan, J. (2009). La dirección de la cura y los principios de su poder. En Escritos 2, (3ª
ed.) Buenos Aires: Siglo XXI. Parte IV, puntos 12, 14, 18 y 19.
● . En esta aporía encarnada de la que puede decirse en imagen que toma prestada
su alma pesada de los retoños vivaces de la tendencia herida, y su cuerpo sutil de la
muerte actualizada en la secuencia significante, el deseo se afirma como condición
absoluta.
● Es el falo perdido de Osiris embalsamado
● La importancia de preservar el lugar del deseo en la dirección de la cura necesita
que se oriente ese lugar con relación a los efectos de la demanda, únicos que se
conciben actualmente en el principio del poder de la cura.
● Que por ello su demanda misma provenga de allá y está etiquetada como tal, no
significa únicamente que esté sometida al código del Otro.
● Pero el deseo no es otra cosa que la imposibilidad de esa palabra, que al responder
a la primera no puede sino redoblar su marca consumando esa escisión (Spaltung)
que el sujeto sufre por no ser sujeto sino en cuanto que habla.
● Si los significantes de la demanda han sostenido las frustraciones donde el deseo
se ha fijado (Fixierung de Freud), es sólo en su lugar donde el deseo es sujetador.
● Pero no hay que confundir la identificación con el significante todopoderoso de la
demanda, del que hemos hablado ya, y la identificación con el objeto de la demanda
de amor.
● La identificación con el objeto como regresión, porque parte de la demanda de amor,
abre la secuencia de la transferencia (la abre, y no la cierra), o sea, el camino donde
podrán denunciarse las identificaciones que, deteniendo esta regresión, la
escanden.
● La transferencia en sí misma es ya análisis de la sugestión
● Es el deseo el que mantiene la dirección del análisis, fuera de los efectos de la
demanda
● Que puesto que no se pone ningún obstáculo a la confesión del deseo, es hacia eso
hacia donde el sujeto es dirigido e incluso canalizado
Freud, S. (2006) [1920]. Más allá del Principio del Placer. O. C. T. XVIII. 2ª Parte y 3ª
Parte: p. 12.
● El cuadro de la neurosis traumática se aproxima al de la histeria por presentar en
abundancia síntomas motores similares; pero lo sobrepasa, por lo regular, en sus
muy acusados indicios de padecimiento subjetivo
● en la neurosis traumática común se destacan dos rasgos que podrían tomarse como
punto de partida de la reflexión: que el centro de gravedad de la causación parece
situarse en el factor de la sorpresa, en el terror, y que un simultáneo daño físico o
herida contrarresta en la mayoría de los casos la producción de la neurosis.
● La vida onírica de la neurosis traumática muestra este carácter: reconduce al
enfermo, una y otra vez, a la Situación de su accidente, de la cual despierta con
renovado terror.
● «el histérico padece por la mayor parte de reminiscencias».
● En cuanto el niño trueca la pasividad del vivenciar por la actividad del jugar, inflige a
un compañero de juegos lo desagradable que a él mismo le ocurrió y así se venga
en la persona de este sosias."
● Aun bajo el imperio del principio de placer existen suficientes medios y vías para
convertir en objeto de recuerdo y elaboración anímica lo que en sí mismo es
displacentero.
● instar al enfermo a corroborar la construcción mediante su propio recuerdo.
● El enfermo puede no recordar todo lo que hay en él de reprimido, «caso justamente
lo esencial.
● a repetir lo reprimido como vivencia préseme, en vez de recordarlo, como el médico
preteriría, en calidad de fragmento del pasado.
● Tiene siempre por contenido un fragmento de la vida sexual infantil
● En la lucha contra las resistencias uno se enfrenta con la resistencia de lo
«inconsciente». Lo inconciente, vale decir, lo «reprimido», no ofrece resistencia
alguna a los esfuerzos de la cura;
● La resistencia en la cura proviene de los mismos estratos y sistemas superiores de
la vida psíquica que en su momento llevaron a cabo la represión.
● e la resistencia del yo conciente y preconciente está al servicio del principio de
placer
● lo que la compulsión de repetición hace re vivenciar no puede menos que provocar
displacer al yo, puesto que saca a luz operaciones de mociones pulsionales
reprimidas.
● Lo que ahora debemos describir es que la compulsión de repetición devuelve
también vivencias pasadas que no Contienen posibilidad alguna de placer, que
tampoco en aquel entonces pudieron ser satisfacciones, ni siquiera de las mociones
pulsionales reprimidas desde entonces.
● La investigación sexual, que chocó con la barrera del desarrollo corporal del niño, no
obtuvo conclusión satisfactoria; de ahí la queja posterior: «No puedo lograr nada;
nada me sale bien»
● en la vida anímica existe realmente una compulsión^de repetición que se instaura
más allá del principio de placer
● Compulsión de repetición
● en lo anímico existe una tal compulsión de repetición
Lacan, J.: (1989) Seminario XI: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.
Buenos Aires: Paidós. Clase V, p. 61.
● TYCHE
● La hemos traducido por el encuentro con lo real. Lo real está más allá del
automaton, del retorno, del regreso, de la insistencia de los signos, a que nos
somete el principio del placer. Lo real es eso que yace siempre tras el automaton, y
toda la investigación de Freud evidencia que su preocupación es ésa.
● La repetición, entonces, no ha de confundirse con el retorno de los signos, ni
tampoco con la reproducción o la modulación por la conducta de una especie de
rememoración actuada.
● Nada puede ser aprehendido in effigie, in absentia
● Lo que se repite, en efecto, es siempre algo que se produce
● el trauma es concebido como algo que ha de ser taponado por la homeostasis
subjetivizante que orienta todo el funcionamiento definido por el principio de placer
● procesos primarios, se conserva la insistencia del trauma en no dejarse olvidar por
nosotros. El trauma reaparece en ellos, en efecto, y muchas veces a cara
descubierta.
● Si la función del sueño es permitir que se siga durmiendo, si el sueño, después de
todo, puede acercarse tanto a la realidad que lo provoca, ¿no podemos acaso decir
que se podría responder a esta realidad sin dejar de dormir?
● El despertar nos muestra el despuntar de la consciencia del sujeto en la
representación de lo sucedido
● El retorno de la necesidad apunta al consumo puesto al servicio del apetito.
● El conjunto de la actividad simboliza la repetición, pero de ningún modo la de una
necesidad que clama porque la madre vuelva, lo cual se manifestaría simplemente
mediante el grito.
● Lo estadios se organizan en torno de la angustia de castración
● El mal encuentro central está a nivel de lo sexual. Lo cual no quiere decir que los
estadios tomen un tinte sexual que se difunde a partir de la angustia de castración,
al contrario, se habla de trauma y de escena primaria porque esta empatía no se
produce.

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