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Atrapado_sin_salida - Verónica Bernal

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FICHA TÉCNICA 
Atrapado sin salida 
Película 
 
Titulo: Atrapado sin salida 
 Director: Milos Forman 
País: Estados Unidos 
Año: 1975 
Duración: 133 minutos 
Producción: Michael Douglas, Saul Zaentz 
Guión: Bo Goldman, Lawrence Hauben 
Montaje: Sheldon Kahn, Lynzee Klingman 
Fotografía: Haskell Wexler, Bill Butler 
Música: Jack Nitzsche 
Reparto: Jack Nicholson, Louise Fletcher, Danny DeVito, Christopher Lloyd, Brad 
Dourif, Will Sampson 
Premios: 
 
Oscar 
Año Categoría Persona 
1975 Mejor Película 
1975 Mejor Director Miloš Forman 
1975 Mejor Actor Jack Nicholson 
1975 Mejor Actriz Louise Fletcher 
1975 Mejor Actor de Reparto Brad Dourif 
1975 Mejor Guión Adaptado Lawrence Hauben Bo Goldman 
 
 
Sinopsis: 
 
La trama de la película se centra en un personaje que es acusado por cinco casos 
de estupro y, por consiguiente, debe entrar en prisión por ello, pero debido a su 
aparente desequilibrio mental es trasladado al hospital psiquiátrico del estado para 
ser examinado. Este personaje llamado R.P. McMurphy, en realidad, no presenta 
ningún tipo de problema psiquiátrico sólo intenta eludir el ingreso en prisión, al 
hacerlo llegará a otro cautiverio donde se le privará de la libertad. De ahí partirá la 
historia que prosigue con el internado obligatorio de McMurphy por ser 
considerado peligroso para la sociedad. 
 
 
 
2 
 
Federación Internacional de Mujeres Universitarias 
Federación Mexicana de Universitarias 
Universidad Nacional Autónoma de México 
Museo de la Mujer 
Bolivia 17 Centro Histórico, Ciudad de México. 
Cine-Club de Género, de 16 de julio de 2013 
 
Atrapado sin salida 
 
Mtra. Delia Selene de Dios Vallejo♣♥ 
 
 
La historia de esta película nos hace vislumbrar una época en particular, ella 
trasciende los años 70; entrar a la dimensión de esta película es ver una analogía 
contra el sistema, contra una sociedad opresora, en este caso representada por 
un genial Jack Nicholson como McMurphy, personaje principal de esta adaptación 
de la obra de Ken Kesey, enfrentado a la enfermera Ratched, símbolo de 
autoridad interpretada de forma magistral por Louise Fletcher. El orden y las 
restricciones que operan en el hospital nos recuerdan las líneas de muchas 
sociedades. La individualidad de cada “enfermo” se vuelve conjunta, representa a 
aquella que busca por momentos adaptarse, sentirse parte de la sociedad,por 
otros momentos se resiste y solo pide tolerancia. A través de los pasillos de un 
hospital psiquiátrico esta película cuestiona el sistema psiquiátrico norteamericano 
en tiempos donde los derechos humanos eran invisibles ante el avance 
tecnológico de los nuevos aparatos neurológicos. 
Randall McMurphy cometió ciertos delitos por los que fue enviado a prisión. Una 
vez dentro, y a través de un comportamiento fuera de lo normal, consigue a 
cambio que lo envíen por un tiempo a un manicomio. McMurphy sospechaba que 
un encierro en un loquero sería más leve del que podría sufrir en la cárcel. Sin 
embargo, no hay peor prisión que aquella limitante de la capacidad de soñar. Su 
contagioso sentido anárquico pone en peligro la rutina del lugar y les da a los 
pacientes una bocanada de libertad. Se transforma en una especie de antihéroe 
que integra a los enfermos mentales, logra que el grupo comparta una causa, más 
allá de que cada uno parezca perdido bailando en su propio mundo. 
 
 
♣ Catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNAM 
*Secretaria General de la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas Asociación Civil. 
♥ Se agradece el apoyo de las licenciadas: Eva Calderón, Eurídice Román de Dios, Adriana Romo Sotres, 
Pamela Jiménez Romo y Rosalinda Cuéllar Celis. 
 
3 
La película está relacionada con la psiquiatría y con el movimiento surgido en 
Inglaterra, en manos del Dr. David Cooper, hace un llamado: la anti psiquiatría, la 
cual quiere romper con el statu quo de los enfermos 
mentales y, así mismo, con las atrocidades que 
suceden en los hospitales. Podemos definir la anti 
psiquiatría como un movimiento cuestionador de las 
prácticas psiquiátricas tradicionales y la noción de 
enfermedad mental que se apoya desde mediados del 
siglo XIX. La anti psiquiatría es subversiva con 
respecto al represivo orden social burgués. Quienes se 
encuentran en este movimiento consideran que la 
enfermedad mental tiene una génesis 
fundamentalmente social y que la psiquiatría tradicional 
ha sido la culpable, a través de su doctrina y de sus 
actuaciones prácticas, de la perpetuación de un estado de represión ante el 
paciente psíquico. Una pieza clave en el desarrollo de este movimiento es la 
publicación en 1961 de Historia de la locura en la época clásica, de Michel 
Foucault. Historia de la locura es una fuerte, desmitificadora obra contra la 
psicología y psiquiatría hegemónicas, pero su crítica transciende esta esfera: es 
un ataque a la racionalidad occidental. 
Todas las autoridades de la sociedad, comenzaron a predicar desde finales de 
siglo XIX entorno a nuevos dioses: trabajo, ahorro, disciplina, puntualidad, orden, y 
salud e higiene del cuerpo. A la vez fueron el lujo, el juego, la suciedad y la casi 
ingobernable sexualidad. 
Thomas Szasz dirige pues el combate contra los internamientos psiquiátricos, 
señala, que la enfermedad mental no existe y que los “locos” son sólo aquello que 
tratan de decirnos cosas incómodas, eso que no queremos oír. Por ello la 
sociedad cuenta con los psiquiatras para silenciarlos. 
Esta conspiración de silencio es lo que denuncia Szasz. Lo que se denomina 
'enfermedades mentales' son los comportamientos de individuos que nos 
perturban. La esencia de la locura es el disturbio social y el tratamiento que se 
aplica a aquellos que la “padecen” se asimila al de un cargo político en el marco 
de un Estado totalitario, el de disidencia. Así la psiquiatría es también un 
emplazamiento de lo que se ha denominado como el Estado Terapéutico, 
caracterizado por una sociedad excesivamente medicalizada y una cultura que 
tiene como correlato el crecimiento desmedido de la industria farmacéutica y sus 
obscenas ganancias, llegando a constituir una de las áreas de actividad 
económica más rentables y pujantes. 
 
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Ahora bien, Szasz no es el único, pero ha sido uno de los primeros en denunciar la 
represión de la locura con su cortejo de camisas de fuerza, encierros, 
electroshocks, lobotomías y embrutecimientos químicos. Michel Foucault lo hizo 
en Francia con su célebre Historia de la locura, y Ronald Laing prosigue un 
combate parecido en Gran Bretaña: “Estoy al lado de Foucault -dice- en cuanto a 
denunciar la opresión psiquiátrica, pero me separo totalmente de él en el análisis y 
las soluciones.” Foucault veía en los asilos un instrumento de represión de la 
burguesía contra las “clases peligrosas”. Esto es históricamente falso, señala 
Szasz. Los primeros asilos fueron creados en Gran Bretaña por la aristocracia 
para impedir que sus miembros “desviados” disiparan su fortuna. El diagnostico de 
locura ha sido, y sigue siendo, un medio para desembarazarse de los que 
molestan. El loco es el que perturba, cuestiona, acusa 
Michel Foucault, Erving Goffman y otros criticaron el poder y el rol de la psiquiatría 
en la sociedad, incluyendo el uso de la "institución total", el "etiquetamiento" y la 
estigmatización. También cabe destacar a Iván Illich en la crítica general a toda la 
institución médica - siguiendo con esta idea de "etiquetamiento" - y a Giorgio 
Antonucci, por su valiosa e incansable actividad orientada a la liberación de las 
personas a las que las instituciones psiquiátricas habían privado de su libertad1. 
En Gran Bretaña el líder de la anti-psiquiatría fue el igualmente carismático Ronald 
Laing (1927-1989), un psiquiatra de Glasgow inspirado por la filosofía 
existencialista de Jean Paul Sartre. Éste advierte, con un aforismo típico: “la locura 
no es necesariamente sólo colapso sino también descubrimiento. Es una 
liberaciónpotencial y una renovación lo mismo que esclavitud y muerte 
existencial”. En 1965 fundó el Kingsley Hall, una comunidad (se evitaba el término 
“hospital”) en un barrio obrero al este de Londres donde los residentes y los 
psiquiatras vivían bajo el mismo techo, estos últimos estaban allí para “ayudar” a 
los pacientes a superar las largas regresiones que caracterizan a la esquizofrenia. 
Laing fue un brillante escritor que se granjeó un círculo de seguidores durante el 
tiempo de la contracultura y las protestas estudiantiles contra la guerra de 
Vietnam. 
Se ha hablado de una “fabricación de locura” para designar aquella práctica que 
consiste en asignar etiquetas psiquiátricas -rotular- a personas que son extrañas, 
quienes plantean un desafío o que representan una supuesta plaga social. En este 
desenfreno estigmatizador, los psiquiatras orgánicos no son menos culpables que 
Sigmund Freud y sus seguidores, cuya invención del inconsciente –según apunta 
 
1 http://es.wikipedia.org/wiki/Antipsiquiatr%C3%ADa 
 
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Szasz–prestó nuevos bríos a difuntas metafísicas de la mente y teologías del 
alma. 
La antipsiquiatría, asociada fundamentalmente con políticas de izquierda, 
reclamaba la desinstitucionalización de las prácticas psiquiátricas. Al mismo 
tiempo y desde un ángulo totalmente diferente, los políticos de la extrema 
derecha, incluyendo a Ronald Reagan en los Estados Unidos y Margaret Tatcher 
en el Reino Unido, dieron su apoyo a la “asistencia comunitaria” ya que se 
oponían a la idea de un Estado benefactor y les interesaba eliminar esas costosas 
camas de los hospitales psiquiátricos. Enfermedad, y no hacer de los enfermos 
mentales una categoría aparte, a los que se encierra y se cuida de manera 
imperativa.2 
El trabajo era el único medio de enriquecerse, todo se mide por la fuerza del 
mismo, había que honrarlo y era considerado la ley de la humanidad en aquella 
época. 
En una de las primeras escenas de la película Atrapado sin salida, se nos muestra 
la llegada de McMurphy al hospital en el que en primer lugar tiene una reunión con 
el Director de la institución. Allí comienzan a dialogar acerca de los motivos por los 
cuales McMurphy fue llevado al 
hospital. Entre lo mencionado, 
vale destacar que uno de los 
indicadores que podría ser 
síntoma de su locura es que se 
lo acusa de vago, esto se 
corresponde con parte del 
discurso civilizado de la época 
cuando se consideraba como la 
cuestión más miserable a un 
hombre holgazán. Otros de los motivos por los cuales McMpurphy iba a ser 
diagnosticado era porque se peleaba, dicho de otra forma: irrumpía contra el 
orden. En esta misma charla con el Director, mientras conversaban acerca de la 
relación que McMurphy había entablado con una menor, en un tono de broma, el 
protagonista le pregunta “¿hay que ser piedra para no ser loco?”, es la clave de 
toda la película. Esta última impulsó la necesidad de una redefinición jurídica del 
loco para poder justificar su internamiento en un régimen que había proclamado la 
Declaración de los Derechos del Hombre. Y el discurso médico-psiquiátrico 
constituye esta justificación, consistente en decir que se recluye a los locos no 
como una forma de impedir sus desórdenes y mantener la paz social sino por su 
 
2 http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/31/adolfovasquezrocca.pdf 
 
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propio bien, esto es, como una medida terapéutica indispensable. La medicina 
aparece en la película como la solucionadora de los problemas bajo un tratamiento 
de la enfermedad con mucha cientificidad y estructuración, en vez de permitir que 
los pacientes hagan lo que les hace feliz. De hecho en un momento dado de la 
película, cuando un personaje se encuentra muy inquieto una enfermera le 
dice:”se trata sólo de medicina, te va a hacer bien”, esta afirmación 
evidentemente responde a una realidad en la cual prima la lógica positivista como 
forma de entender al mundo, aquello que postula el discurso medicinal se adopta 
como las normas válidas es la opinión hegemónica existente. 
Pero McMurphy no estaba loco y los doctores eran conscientes de ello pero no 
hacían nada al respecto. Por lo contrario, cada vez que desobedecía las reglas le 
aplicaban técnicas médicas en contra de su voluntad. 
En la espíteme de esta época se cataloga de enfermo a aquello que al sistema le 
sirve para preservar el orden. A la vez se construye la subjetivación del individuo, 
también se califica la anormalidad y se trata de que ella sea visible, pues si uno 
sabe que es lo que no debe ser, está más cerca de saber qué es lo que debe ser. 
Esta visibilidad también va a ser discursiva, el criminal es objeto de debate y será 
la ciencia la que establecerá un rol fundamental en la construcción del yo normal y 
el otro anormal: se va a comenzar a medicar lo funcional y lo disfuncional. La 
medicina va a ser aliada del poder, buscando cuestiones fisiológicas para justificar 
cuestiones sociales, convirtiendo de esa forma al cuerpo como una cuestión que 
no es inocente. Así se entiende al criminal como algo patológico, como que está 
loco, enfermo y que hay que ayudarlo; como éste se sale de la norma se prefiere 
creer que está loco antes de aceptar la experiencia de la gente que escapa de la 
norma. 
Si bien la primera imagen nos muestra en el hospital hombres de tez negra 
limpiando, lo cual es una típica construcción social la de dictaminadora de que 
aquellos quienes son distintos son inferiores, a lo largo de la película vamos a dar 
cuenta que serán ellos junto con medicas y enfermeras mujeres quienes van a 
ejercer autoridad en los pacientes. Este hecho no es menor, lamentablemente las 
mujeres y las personas de piel oscura han sido colocadas socialmente en términos 
de desprivilegio… y el hecho de que sean ellos quienes ejercen poder sobre los 
“enfermos” connota el grado de importancia social tan pequeño dado a aquellos 
que están encerrados en aquel hospital. 
Según la cultura griega, el ámbito privado es aquel en donde los individuos viven 
juntos llevados por sus necesidades y exigencias. Consideraban que los hombres 
debían controlar las necesidades vitales en el ámbito privado para luego poder 
 
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adquirir la libertad en el espacio público. Por tanto, ser pobre o estar enfermo 
significaba verse sometido a la necesidad física, lo que justificaría recluir a los 
“enfermos” en el hospital. Respetando todos los clichés de control, Foucault nos 
habla de la institución donde se encuentran internados mantiene la rigidez de las 
normas con precisión. El hospital en su funcionamiento puede resultar similar a 
una cárcel, de hecho hay rejas, ello significa que hay una clara limitación de la 
libertad. Se busca mantenerlos adentro, en cuanto el interior es un lugar de 
protección y seguridad, mientras que el afuera podría ser un lugar de amenaza. 
La enfermera Ratched representa a la médica y a la psicóloga a la vez, posee una 
mente cristiana puritana y no permite excesos en su pabellón. Propone como 
método de redención la terapia de grupo; “el examen de conciencia y la confesión 
se presentan como las dos condiciones capitales de la salvación” (Aries, Philippe y 
Duby, Georges. Historia de la vida privada. “Sociedad burguesa: aspectos 
concretos de la vida privada”. p.205), pero si prestamos atención en este 
mecanismo, habiendo estudiado las críticas que Foucault lanza hacia el 
psicoanálisis podemos deducir que al exteriorizar sus sentimientos uno los 
estructura a través del lenguaje por lo tanto es una forma de controlarlos; más aún 
cuando la terapia es en grupo, estás ante la mirada de todos, te están 
monitoreando y ante esa presión uno culmina por auto disciplinarse. No es solo el 
control que el otro ejerce sobre uno sino el control que uno ejerce sobre sí mismo 
por reflejo de las voces ajenas. En la terapia ellos se confiesan pero al enunciarlo 
lo visualizan y se castigan a sí mismos.La filosofa Hannah Arendt entiende que no 
todo puede ser visto u oído por todos al hacerse público; hay cosas que no deben 
ser domesticas por el discurso ya que al ser propias del instinto deben quedar en 
el ámbito privado de cada uno. 
En la primera oportunidad donde en la película se nos muestra a los personajes 
haciendo terapia en grupo vemos la resistencia que ellos ponen en hablar, algunos 
incluso se esfuerzan por hacerlo pero culminan por desistir. El único quien sí lo 
hace es Harding, el paciente que a lo largo de la película se nos muestra como 
más estructurado, en busca de responder a los parámetros impuestos por la 
sociedad, y el menos querido por sus compañeros. Al expresarse lo hace con un 
discurso muy rebuscado, discursivisado, repleto de palabras complejas que 
parecen embellecer su discurso pero lo único que generan es el rechazo de sus 
compañeros quienes no logran captar lo que éste quiere decir. El empleo de 
palabras sofisticadas por parte de éste puede deberse ya sea a: mostrar 
superioridad ante sus compañeros o, por lo contrario, en consecuencia, al no 
querer asumir que al igual que ellos él tampoco quiere hablar y esconde detrás de 
las bellas palabras lo que realmente siente porque una parte de sí mismo no está 
tan segura de querer hacerlo. 
 
8 
En la terapia la enfermera Ratched propone hablar desde el corazón, estimula a 
los pacientes a que racionalicen todo aquello que sienten, sin comprender, la 
subjetividad humana pues “el corazón tiene razones que la propia razón nunca 
entenderá”; quizás no tiene sentido controlar lo irracional a través del discurso 
porque la propia persona prefiere permanecer con ello en su interior. De hecho un 
“enfermo” resulta mucho más coherente que la propia doctora cuando al ver a uno 
de sus compañeros muy incomodo ante las preguntas que ella le lanzaba le 
pregunta “¿por qué hay que forzarlo a hablar?”. Pero ésta no es la única vez en 
que un “enfermo” parece reaccionar de forma más cuerda que la propia doctora; 
es memorable el momento cuando uno de los pacientes reacciona ante la doctora 
y le cuestiona: “¿es de enfermo querer estar solo?”… por supuesto que no, el 
problema consiste en que la privacidad carece de visibilidad, por tanto al estar solo 
uno se podría librar del control. Como se puede apreciar en la película, el hospital 
no da cabida a la individualidad, todos los espacios allí son compartidos y de veras 
dudo mucho que ello sea algo inocente. Con respecto a esto, podemos deducir 
que tampoco los pacientes tienen la oportunidad de experimentar el placer 
solitario. Roman Gubern da cuenta que cada vez resulta más irreal pensar al 
espacio privado y al público en términos oposicionales ya que discursos tales 
como el tecnológico son territorios públicos que comienzan a inmiscuirse en la 
esfera privada. Por tanto, el hospital es un espacio con grandes referencias 
públicas y privadas a la vez, ya que a la vez que desde ese espacio se los 
mantiene aislados de la sociedad, también son privados de su intimidad que es 
uno de los atributos por excelencia del espacio privado. 
A lo largo de la película se puede apreciar la estructuración horaria que hay dentro 
del hospital. La vida allí es una rutina con horarios que deben ser respetados a 
rajatablas, esto lo podemos apreciar desde un principio cuando marcan la hora de 
tomar la medicina. Aún así será en las 
reuniones de terapia cuando la obsesión 
por el horario va a quedar más 
traslucida; la enfermera Ratched va a hacer 
especial hincapié en ello: cuando 
McMurphy propone hacer un cambio en 
los horarios para poder ver un partido 
deportivo en la televisión, la 
enfermera Ratched se muestra muy 
resistente porque ello desordenaría los 
horarios ya establecidos. Así es que los pacientes impulsados por McMurphy 
comienzan a revelarse con argumentos validos que la enfermera hubiera preferido 
no escuchar: un poco de cambio no le hace mal a nadie. Finalmente la enfermera 
Ratched accederá a la posibilidad de cambio, pero no de otra forma que a través 
 
9 
de una votación “democrática”. Finalmente, tras diversas trabas que la enfermera 
intenta ponerle a McMurphy, éste logra conseguir los votos necesarios, pero aún 
así la enfermera Ratched se excusará de permitirlo al argumentar que lo consiguió 
fuera del horario de la reunión (la reunión había terminado hacía segundos). El 
hecho de que la enfermera se muestre tan insistente en no permitir que los 
pacientes miren la televisión responde claramente al rol de los medios 
tecnológicos, tales como la televisión: “se está produciendo una revolución 
doméstica (…) ello da lugar a que los hogares se conviertan en ámbitos de 
representación de la actividad pública, por una parte, pero también en focos de 
acción social”. 
Este hospital era el hogar de sus pacientes a los que básicamente se los tenía 
recluidos allí sin tener la menor conexión con el exterior para tenerlos 
absolutamente controlados, alejados de cualquier tipo de libertad, ya que como 
manifiesta Hannah Arendt, basándose en la sociedad griega, es el espacio público 
en donde el individuo puede ser libre y encontrar la felicidad, donde la televisión 
por tanto es un vinculo con el afuera que es reprimido. 
Ya que no los dejan hacer lo que quieren ellos van a hacerlo a través de su 
imaginación; así será que McMurphy reproducirá un relato de un partido televisivo 
imaginario que les da una cuota de alegría a todos. ¿Se puede juzgar esto como 
anormal? Quizás son aquellos que no creen en los sueños los que no son 
realistas. McMurphy al tener una experiencia cercana con los “enfermos”, 
compartir con ellos, adentrarse a su mundo y ver qué es lo que reciben desde las 
autoridades del hospital, comprende que no se trata de enfermos ni de locos, 
simplemente de personas… ya que de cerca nadie es normal y desde lejos (como 
era el tratamiento que se les proporcionaba: frío y desarraigado) no se ve. Es así 
que en un momento dado de una terapia en grupo el protagonista le dice a sus 
compañeros: “¡No están más locos que cualquier imbécil que camina por la calle!” 
La salida que McMurphy improvisa a los barcos nos hace constatar que ese era 
realmente el primer día libre que habían tenido sus compañeros. Hasta entonces, 
sus días libres respondían a la lógica de la disciplina: se planificaban, se 
estructuraban en horarios y los limitaban como personas. McMurphy aparece en 
esta escena como aquel que le da una dosis de emoción, aventura y credibilidad 
en sus capacidades a aquellos que siempre eran tratados como incapaces. 
“El jefe”, un verdadero indígena nativo –cliché de la sociedad norteamericana-, se 
hace pasar por mudo, hace décadas que no emite palabra alguna y aparece como 
un personaje de cierta forma aislado del resto de los compañeros. El jefe tomó una 
decisión muy sabia como se abordará en la película. 
 
10 
Para Foucault el discurso existe para establecer control en la sociedad, de tal 
forma cuando uno empieza a hablar de cosas, las convierte en objeto de debate 
que es controlable. Quizás para resistir al control es conveniente resistir a la 
visibilidad por la asociación contenida en estos conceptos. Cuando algo aparece 
visible la cultura lo captura entonces hay poder en el anonimato, si uno se visibiliza 
su identidad pasa a ser un objeto más del mundo capitalista. Nosotros tendemos a 
creer que al hablar de nuestros problemas estamos evolucionando pero en 
realidad el hablar tanto culmina por reprimirnos. 
La enfermedad y la suciedad se incluyeron en la esfera del “mal”. La sensibilidad 
“civilizada” se horrorizó ante la suciedad corporal y endiosó a la higiene y a la 
salud. La “higiene” fue mostrada por la ideologizada Medicina como la condición 
previa de la salud. La higiene física aparece en esta época como una metáfora de 
la higiene social: el que es sucio corporalmente, lo es también moralmente. Con 
limpieza del cuerpo me refiero tanto a los rituales de limpieza personal, como 
también a la limpieza del cuerpoa través de la actividad física y la relación con el 
placer sanitario. Una de las primeras imágenes que McMurphy ve cuando entra en 
contacto con sus compañeros del hospital es a los mismos imitando a la dura 
enfermera hacer gimnasia y disciplinar su respiración. 
El hospital se presenta a lo 
largo de toda la película como 
un lugar pulcro, absolutamente 
limpio, prolijo, blanco. Sin 
embargo este orden queda 
desvanecido cuando McMurphy 
invita a sus dos amigas que 
vienen acompañadas de 
bebidas alcohólicas. Las 
amigas de McMurphy no 
representan el modelo de mujer 
proclamado por la burguesía ya 
que no eran recatadas ni 
obedientes, por lo contrario representaban lo que ellos asocian con las prostitutas: 
solo cuerpo. En pocos segundos, los “prisioneros” al poder liberarse y excederse, 
convirtieron el lugar en un caos. Al otro día cuando la enfermera Ratched aparece, 
se da cuenta de lo ocurrido, simultáneamente las cámaras nos muestran su gorra 
de enfermera en el suelo pisoteado y sucio, un símbolo mostrando lo que sucedió 
la noche anterior: los pacientes se revelaron a la ley, a la autoridad, a la disciplina, 
al orden, a lo moderado. 
 
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Las leyes que operan en el hospital son exitosas porque aparecen naturalizadas, 
no obstante debemos dar cuenta que ellas son absolutamente construidas y 
forzadas, la demostración de tal situación queda constatada en la imagen del 
hombre de seguridad quien estaba supuestamente controlando el orden del 
hospital la noche en que McMurphy lo torno en un boliche. Allí vemos como no se 
puede ser juez y parte, este hombre no se pudo mantener al margen de sus 
tentaciones (ni sexuales, ni con la bebida), y por ello tiro todo el orden por la 
borda. 
 McMurphy parece muy sorprendido al enterarse de que la mayoría de sus 
compañeros están allí encerrados por propia voluntad. Pero si lo analizamos 
lentamente y pensamos en 
la presentación que nos 
hace la película de los 
personajes ello no resulta 
tan descabellado. Tomemos 
el caso del personaje de 
Billy Bibbit, todo indicaría 
que este joven muchacho 
optó por estar en el hospital 
para no ser visible ante su 
madre y de esa forma evitar 
su control. Tras haber desobedecido la norma y, en aquella noche de descontrol, 
tener sexo con aquella mujer quien le resultaba tan atractiva, Billy se sentía muy 
feliz. Sin embargo, abruptamente esa satisfacción desapareció, ante la amenaza 
antipedagógica proveniente de la enfermera Ratched acerca de contarle el 
episodio a su mamá, va producir en Billy una vuelta a la norma. Pues la conciencia 
es aquello que duele cuando todas las otras partes de tu cuerpo se sienten muy 
bien; Billy no soportó esa carga, si lo que había vivido con esa mujer aquella 
noche era un sueño, no quería que nadie lo volviera a despertar, así optó por el 
suicidio. El centro no hace más que omitir su función: ayudarlos a progresar. En 
las instituciones psiquiátricas clásicas como lo es esta, el sujeto internado es 
concebido siempre como “objeto” y no como “sujeto activo”. 
El grado de racionalidad de la enfermera Ratched es tan extremo que llega a la 
irracionalidad misma. Parece increíble que tras el suicidio de Billy y el clima 
emocionalmente tenso existente en el hospital lo único que se dignara a decir fue: 
“que los hombres estén limpios y listos para la jornada; lo mejor que podemos 
hacer es seguir con la rutina normal”. Me pregunto qué se entiende por normal en 
este punto, qué se entiende por locura. La película nos permite cuestionarnos 
realmente acerca de lo normal y de lo anormal a tal punto que cuando el Jefe mata 
 
12 
a McMurphy, lo cual descontextualizadamente podría resultar terrorífico, nos da la 
sensación de que le está haciendo un favor, le agradecemos internamente por 
liberarlo de ese mundo. 
“One flew over the cuckoo’s nest” es el verdadero título de esta gran película de 
Milos Forman cuyo significado es algo así como “Alguien voló sobre el nido del 
cuco”, frase que solo comprenderemos al ver el final de esta película. Cuando el 
Jefe se escapa lo hace arrancando el bebedero del suelo, lo cual parecía 
prácticamente imposible; el salir de ese lugar en donde parecía atrapado sin salida 
queda simbolizado con ese suceso. Cuando lo hace, empieza a correr fuertemente 
un volcán de agua el cual representa claramente la libertad, finalmente podría 
escapar de ese encierro, finalmente podría vivir con sus propias reglas. Con todo 
ese ímpetu el Jefe atravesó esa ventana hacia el exterior que en realidad era una 
vuelta hacia sí mismo. 
Más que mostrar la locura mental de las personas, ésta película nos permite 
percibir la normalidad de ellas… considero que nadie es muy diferente a otro, 
ninguno está enfermo, simplemente no responden al modelo de cordura creado 
por la cultura hegemónica de la época3. 
 Entrar a la dimensión de este filme es 
ver una analogía contra el sistema, 
contra una sociedad que oprime y 
subyuga al interno, en este caso 
reflejado en un genial Jack Nicholson 
como McMurphy, enfrentado a una 
tirana enfermera Ratched, símbolo de 
autoridad. 
 
Los conflictos que ahí encontraría serían más íntimos, no hay peor prisión que aquella 
que limita la capacidad de soñar. McMurphy aparece como el peor desquiciado, capaz 
de romper las normas de una institución asfixiante, donde el orden y las restricciones 
nos recuerdan las líneas de muchas sociedades. 
 
La individualidad de cada paciente se vuelve conjunta, los actores secundarios 
pasan a ser un todo, una persona completa que representa a aquella que busca 
sentirse parte de la institución, de la sociedad, busca tolerancia; tan sólo era el 
Super Bowl – nunca la locura pudo volverse tan real cuando el espectador veía 
con ellos un televisor vacío y apagado. En la línea de estos personajes podemos 
encontrar a un joven Danny DeVito, capaz de sobrecogernos con su gran 
interpretación, así como Will Sampson, el Gran Jefe que logró entender por fin la 
 
3 http://cinefilosycinefilas.wordpress.com/atrapado-sin-salida/ 
 
13 
ilusión de McMurphy. Christopher Lloyd y Brad Dourif participan también, el 
primero ubicado en el tiempo de Volver al futuro y el segundo en el de la Tierra 
Media. 
 
Demás está decir las sensaciones que produce esta obra, la sensibilidad que uno 
proyecta en cada personaje, en los internos quienes viven una realidad negada por un 
centro que omite su función, ayudarlos a progresar. Grupo mismo que armoniza la 
película y le da una finalidad a McMurphy para rescatarlos, dándoles esperanza. Tal 
vez termina volviéndose más loco que los demás, pensando que podría cambiar las 
reglas, anhelando algo diferente. Diferente a su antigua prisión y nuevo para los 
internos, después de todo, nos referimos a aquel quien piensa que todo vale la pena 
si lo intentas. Jefe indio lo entendió así, cuando un R.P. McMurphy yacía entre sus 
brazos, víctima total de electroshocks, inmovible para la institución y dándole él, con 
sus manos, el verdadero escape. 
 
Brillantes actuaciones, oscares tanto para Nicholson como para Fletcher, así como 
para el director, guionistas y para Michael Douglas (productor), que terminó por 
completar el proyecto que su padre vio truncado4. 
 
El personaje de la enfermera jefe tiene muchos aspectos interesantes. A través de 
la simple observación es posible determinar que está alerta, establece contacto 
visual con sus interlocutores. 
 
La enfermera Ratched es pulcra, organizada e impecable: su uniforme blanco 
siempre bien puesto, su peinado perfecto, el traje negro que utiliza al finalizar la 
jornada laboral; todo su físico da la apariencia de que es una mujer 
extremadamente recta. En lo que respecta al afecto, es absolutamente plana, 
tanto que su aparente invulnerabilidad a las situaciones y a los estados de los 
demás la hace blanco de un desprecio casi atávico porque uno como espectador 
no logra asimilar cómo esta mujer no se conmueve con nada. 
 
Su lenguaje es claro y fluido;sus palabras parecen estar medidas a la perfección 
tanto en producción como en tono, pues la enfermera Ratched sólo expresa lo 
necesario con la tonalidad de una voz firme pero extraordinariamente fina, lo que 
reafirma, a mi modo de ver, el inmenso poder que tiene sobre los demás, pues no 
necesita gritar ni hablar demasiado para hacerse sentir, para controlar el 
funcionamiento del hospital y el curso de la vida de los pacientes. Sorprende su 
inalterable “buena educación”, sus “buenos modales”, siempre refiriéndose a los 
otros como “señor” (“señor McMurphy”, “señor Harding”); aun en las situaciones 
más extremas, donde hubiese sido esperable verla despojarse de su rígida 
cordialidad, la señorita Ratched permaneció insoportablemente bien puesta. No 
presenta alteraciones en la orientación, memoria ni atención. Y a través de los 
diálogos que se establecen en la película, nuevamente es posible identificar el 
 
4 http://www.cinencuentro.com/2006/03/18/atrapado-sin-salida-1975/ 
 
14 
aplanamiento afectivo pero con un componente adicional, y es que su hermetismo 
a los problemas del otro deja la sensación de una especie de regocijo frente a la 
situación de “inferioridad” de los pacientes, ello la hace más repugnante. Esto es 
visible durante una de las terapias, cuando McMurphy propone ver por televisión el 
mundial y al hacer una votación el protagonista pierde; en este momento Ratched 
permanece imperturbable, es decir ni se alegra con su triunfo ni se burla de la 
derrota de McMurphy, pero con esa irritable inmutabilidad trasmite la satisfacción 
de su “obra”: el entrenamiento de unos sujetos para no pensar por sí mismos, para 
no atreverse a cuestionar las reglas, para no criticar el orden impuesto. 
 
En cuanto al contenido del pensamiento de la señorita Ratched, predominan las 
ideas obsesivas, en especial las de perfección u orden, tanto en su estilo de vida, 
como en su manera de organizar y hacer funcionar el hospital: los horarios la 
rutinaria toma de las pastillas, la eternidad de los días vacíos intensificada por la 
melodía proveniente del tocadiscos escuchada una y otra vez, la reducción de los 
espacios, la salida en el bus, y por supuesto, las repetitivas terapias basadas en el 
sometimiento del paciente a la autoridad y crítica del evaluador; todo lo anterior es 
muestra de la perspectiva de “equilibrio” para Ratched, donde al parecer todo tiene 
que funcionar igual de perfecto a su peinado o a su uniforme de enfermera; pero 
además expone la inflexibilidad, el autoritarismo y la maldad de una mujer, 
dispuesta a conseguir y mantener el “orden” del hospital sin importar los medios, 
llegando al punto de necrosar todo ápice de creatividad, raciocinio y 
autodeterminación de los pacientes, lo que en últimas significa acabar con la 
humanidad del sujeto y por ende construir objetos con la única capacidad propia 
de respirar. 
 
Luego de un análisis retrospectivo de la película es posible identificar cierto grado 
de premeditación (perturbadora) en su manera de manejar la situación de 
McMurphy; basta recordar cuándo es interrogada por el director del hospital 
mientras se decide el destino del protagonista, ella con la plena conciencia de que 
éste no necesita permanecer en la institución psiquiátrica, responde que considera 
que McMurphy debe continuar hospitalizado porque es posible “ayudarlo” desde 
allí. Verdaderamente aterra la intención de esa sugerencia, pues deja tácito su 
propósito maquiavélico de moldear a su gusto todo lo que considera imperfecto, 
inadecuado. 
 
Para hablar de introspección, entendida esta como conciencia de la enfermedad, 
es preciso antes intentar definir si la señorita Ratched presenta un trastorno 
psiquiátrico, y es en este punto cuando volvemos al dilema de normalidad y 
anormalidad. 
 
Para concluir la enfermera Ratched parece estar plenamente consciente de la 
dimensión de su obsesión por establecer y hacer cumplir sus reglas, y a pesar de 
las repercusiones devastadoras de su proceder no denota ningún tipo de 
 
15 
arrepentimiento, posiblemente porque para ella esa es la forma “correcta” en que 
deben funcionar las cosas.5 
 
Director de la película 
Jan Tomáš Forman 
 
Es conocido como Miloš Forman. Nació en 
 Čáslav, Checoslovaquia el 18 de febrero de 1932. Es 
un director de cine, actor y guionista checoslovaco. Dos 
de sus películas, Amadeus y One Flew Over the 
Cuckoo's Nest, recibieron varios premios Óscar, incluido 
el de mejor director en ambas. Otras de sus obras 
también fueron reconocidas con premios internacionales 
de cine. 
 
Es hijo de padres protestantes, se quedó huérfano a 
temprana edad después de que su madre muriera en 
el campo de concentración de Auschwitz y su padre 
en Buchenwald, donde fue arrestado por distribuir libros 
prohibidos por el nazismo. Durante la Segunda Guerra Mundial, Milos vivió con 
parientes y luego descubrió que su padre biológico era un arquitecto judío. 
Después de la guerra, Miloš acudió a la escuela pública Krále Jiřího en la ciudad 
de Podebrady, donde sus compañeros de estudios fueron Václav Havel y los 
hermanos Mašín. Posteriormente, estudió dirección cinematográfica en la Escuela 
de Cine de Praga siendo uno de sus maestros Otakar Vávra. 
 
Carrera 
 
Dirigió varias comedias checas en Checoslovaquia. Sin embargo, en 1968 cuando 
la URSS y sus aliados del Pacto de Varsovia invadieron el país para poner fin a lo 
que se llamó la Primavera de Praga, se encontraba en París negociando la 
producción de su primera película americana. El estudio checo para el que 
trabajaba le despidió, alegando que estaba fuera del país ilegalmente. Así las 
cosas, se trasladó a Nueva York, donde se convirtió en profesor de cine en 
la Universidad de Columbia y codirector (junto a Frantisek Franek) de la división 
de cine de Columbia. Uno de sus protegidos fue el futuro director James Mangold. 
A pesar de las dificultades iníciales empezó a dirigir en su nuevo país y alcanzó 
notable éxito en 1975 con la adaptación de la novela de Ken Kesey One Flew 
Over the Cuckoo's Nest, que ganó 5 Premios de la academia, incluyendo el de 
mejor dirección. En 1977, se convirtió en ciudadano de los Estados Unidos. Otro 
éxito notable fue la película Amadeus, que ganó 8 Premios de la academia. 
 
En 1997 recibió el Globo de Cristal por su destacada contribución artística al 
mundo del cine en el Festival de Karlovy Vary. 
 
 
5 http://psicopatologiaycine.blogspot.mx/2010/04/analisis-atrapado-sin-salida-la.html 
 
16 
Filmografía del director 
 
Año Película 
1963 Audition 
1964 Pedro el negro 
1965 Los amores de una rubia 
1967 The Firemen's Ball 
1971 Taking off 
1971 I Miss Sonia Henie 
1973 Visions of Eight 
1975 Alguien voló sobre el nido del cuco 
1979 Hair 
1981 Ragtime 
1984 Amadeus 
1989 Valmont 
1996 El escándalo de Larry Flynt 
1999 Man on the Moon 
2006 Los fantasmas de Goya 
2009 Un paseo bien pagado 
 
Premios 
 
Premios Óscar 
 
Año Categoría Película Resultado 
1965 Mejor película de habla no inglesa Los amores de una rubia Candidato 
1968 Mejor película de habla no inglesa ¡Al fuego, bomberos! Candidato 
1975 Mejor director Alguien voló sobre el nido del cuco Ganador 
1984 Mejor director Amadeus Ganador 
1996 Mejor director El escándalo de Larry Flint Candidato 
 
 
 
 
 
17 
Premios Globo de Oro 
 
Año Categoría Película Resultado 
1975 Mejor director Alguien voló sobre el nido del cuco Ganador 
1981 Mejor director Ragtime Candidato 
1984 Mejor director Amadeus Ganador 
1996 Mejor director El escándalo de Larry Flint Ganador6 
 
Fuentes de consulta 
 
http://es.wikipedia.org/wiki/One_Flew_Over_the_Cuckoo's_Nest 
http://psicopatologiaycine.blogspot.mx/2010/04/analisis-atrapado-sin-salida-la.html 
http://cinefilosycinefilas.wordpress.com/atrapado-sin-salida/ 
http://es.wikipedia.org/wiki/Milo%C5%A1_Forman 
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/31/adolfovasquezrocca.pdf 
http://es.wikipedia.org/wiki/Antipsiquiatr%C3%ADahttp://www.cuft.tec.ve/publicaciones/barquisimeto/umbral/revistas/rev13/docII13.pdf 
 
6 http://es.wikipedia.org/wiki/Milo%C5%A1_Forman

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