equipo 2 - Adrian Alvarez

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EQUIPO 2
CADÁVER EXQUISITO.
El padre siempre estaba sentado en el sillón como si estuviera resignado con el presente. 
Daniel Frias: A diario lo veía sentado ahí por horas, pasando sus ratos libres y aparentemente pensando en todo y en nada a la vez
Eduardo Garro: Su cabeza solía viajar a todo aquello que ahora era distante a él, era parte de su mundo.
Daniel Téllez: Sin embargo, se preguntaba si se avecinaba un futuro ominoso que sacudiera por completo su existencia.
Cynthia Peruyero: Era difícil borrar los años de infortunios que destruyeron aquellos lazos preciados para él.
Diego: Aunque, nada que una botella de alcohol no pudiera remediar. 
Cynthia: Tomó la botella que se encontraba en la mesa junto al sillón, y decidido a olvidar sus tormentosos pensamientos comenzó a beber.
Eduardo: “Mezcal para olvidar”, se dijo él mismo, pero en ese momento no sabía qué sería más fuerte: el alcohol o sus demonios internos.
Daniel Frias: En el momento que tomó el primer trago sintió un alivio, como si por cada chorrito de mezcal alguno de sus demonios muriera embriagado
Daniel Téllez: Así, intoxicado con el dolor apabullante de su lamento, vislumbró la salida en la ventana a su costado.
 
Diego: ¿Saltar sería acaso el remedio a sus dolores?, ¿O es que sería mejor sólo admirar el paisaje?
Eduardo: Siempre supo dentro de él, que su verdadera adicción era eso, esa dulce atracción al final de su vida… los vicios solo eran un camino más corto para llegar ahí.
Cynthia: De pronto, cuando estaba casi decidido a dar el gran salto, se encontró con una fotografía. Al mirarla fijamente se dio cuenta de algo que había pasado inadvertido durante mucho tiempo.
Daniel Frias: Ahí, en esa fotografía se hallaba uno de sus más felices momentos, compartiendo con sus amigos, familia y su viejo primer amor, pero solo era eso “un recuerdo” no había más nada en el ahora más que seguir lamentándose o saltar y acabar con todo...
Cynthia: Se levantó, caminó hacia la ventana y mirando a través de ella, observando la naturaleza, sintió una tranquilidad que parecía nueva para él. El padre encontraba por fin una luz que le daba esperanza. 
Daniel Téllez: Vaya sentimiento más vago-comentaban los curiosos que se arremolinaban junto al bulto que yacía en la calle- y pensar que al final ni el recuerdo de sus hijos pudo confortarle.
l
Eduardo: Al final de la tarde, el ocaso, al igual que la vida, solo se apaga, el engrane del corazón con la tristeza y el dolor, solo suele detenerse.
somos un equipazo!!!
Yeeeiiiii jajaja
quedó bien
cuando publicamos el libro?
del titulo no supe que onda
jajajaja
Pero lo sacaste, tú muy bien
Eres crack Eduardo :)
somos los mejores equipo!!!
los numero 1
Nos rifamos, equipo. Hay que celebrar con unos mezcales, ¿no? jaja
jalo!!!!
x2
vaaa
me falla el internet, no sé si ya nos tocó exponer o aun no pasamos
ya pasamos
oigan hay que mandar esto?
Dijo la profesora que no era necesario
va