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tp final psicoanalitica - Nazarena Gardey

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Universidad Nacional de Mar del Plata	Facultad de psicología			
Resumen
En el presente trabajo, se procederá a realizar un análisis sobre la relación que une al Síntoma Psíquico con la Terapia Psicoanalítica desarrollada por Sigmund Freud.
A modo de organización de tal objetivo, se realizara un breve recorrido histórico acerca de la conformación de este particular tipo de terapia, así como por las distintas teorizaciones acerca del síntoma. Además, se expondrá el valor de la transferencia en el tratamiento psicoanalítico, como concepto propio del Psicoanálisis, entre el analista y el paciente.
Palabras Clave: 
Introducción
A fines del siglo XIX, Sigmund Freud empezó a trabajar, junto con Joseph Breuer, en casos de histeria y neurosis utilizando el método catártico con la meta de absorber completamente los síntomas de sus pacientes, quienes eran principalmente mujeres histéricas. 
Mediante la hipnosis, la paciente estaba invitada a verbalizar el recuerdo reprimido, enlazando, así, el recuerdo con el afecto a fin de que pudiera ser revivido, produciendo un efecto catártico. Parecía ser que al hablar con la paciente, e induciéndola a recordar el pasado, ésta conseguía eliminar sus efectos patógenos, reproduciendo y reviviendo los procesos psíquicos de la situación inicial traumática a los cuales estaban ligados. Los síntomas desaparecían cuando se les daba expresión verbal al afecto que había quedado estancado. 
Durante años, Freud practicó el tratamiento hipnótico, primero con sugestión prohibidora y luego combinándolo con el método de Breuer de exploración del paciente, hasta que finalmente, fue desechado por él mismo, una vez que advirtió sus limitaciones, a saber, que la hipnosis no podía ser aplicada a todos los pacientes y que el método le proporcionaba resultados parciales, ya que no le procuraba el origen del síntoma y por ende, no lograba eliminarlo por completo y en ocasiones, este volvía. 
Luego surgió la Asociación Libre que sustituyó definitiva y completamente al método catártico y se convirtió desde entonces para Freud y sus seguidores en la regla fundamental de la cura psicoanalítica: el medio privilegiado de investigación del inconsciente. 
Freud hace mención de estas diferencias entre tratamientos en la Conferencia 28.
La terapia hipnótica busca encubrir y tapar algo en la vida anímica; la analítica, sacar a luz y remover algo. La primera trabaja como una cosmética, la segunda como una cirugía. La primera utiliza la sugestión para prohibir los síntomas, refuerza las represiones, pero deja intactos todos los procesos que han llevado a la formación de síntomas. La terapia analítica hinca más hacia la raíz, llega hasta los conflictos de los que han nacido los síntomas y se sirve de la sugestión para modificar el desenlace de esos conflictos. La terapia hipnótica deja a los pacientes inactivos e inmodificados, y por eso, igualmente, sin capacidad de resistir cualquier nueva ocasión de enfermar. La cura analítica impone a médico y enfermo un difícil trabajo que es preciso realizar para cancelar unas resistencias internas. (Freud, p.410)
Al correr de los años y con el surgimiento de diversas orientaciones teóricas y escuelas psicoanalíticas, el deslinde entre lo que es clínica psicoanalítica y lo que no es, se fue haciendo muy difícil. Existe, sin embargo, cierto consenso académico y epistemológico en marcar esta frontera justamente en la aplicación de la asociación libre como regla fundamental de la técnica. 
Desarrollo
Para el psicoanálisis, el origen del trastorno que sufrimos, procede de las ansiedades infantiles reprimidas y de la secuencia progresiva de mecanismos defensivos y síntomas que surgieron para proteger a la persona contra la reaparición y repetición de estos sentimientos. En este sentido, la función del síntoma es mantener el equilibrio intrapsíquico. Tal como indica en la Conferencia 23: Los caminos de la formación de síntoma:
Los síntomas psíquicos son actos perjudiciales o, al menos, inútiles para la vida en su conjunto; a menudo la persona se queja de que los realiza contra su voluntad, y conllevan displacer o sentimientos para ella. Su principal perjuicio consiste en el gasto anímico que ellos mismos cuestan y, además, en el que se necesita para combatirlos. (Freud, p.326)
La tarea del psicoanálisis es traer a la conciencia estos restos del pasado para que puedan volver a ser valorados y ser asimilados adecuadamente.
La cura psicoanalítica es un trabajo de dos, entre el paciente y su analista. Aquí es preciso mencionar la importancia de la Transferencia en el proceso analítico. El paciente podrá adquirir conciencia de ciertos aspectos inconscientes de su funcionamiento y de sus dificultades psíquicas al poder re-experimentarlas y re-evaluarlas, no solo intelectualmente sino y principalmente emocionalmente, en la relación terapéutica con su analista. Esto es a lo que se llama “transferencia” en el Psicoanálisis.
La transferencia, es uno de los conceptos fundamentales elaborados por Freud a partir de su práctica. Freud construye el concepto de transferencia en el psicoanálisis, desde sus primeras experiencias y estudios sobre la histeria.
La transferencia es una reedición de impulsos, fantasías, temores, de odios y amores (transferencia positiva y negativa las denomina Freud) con personas anteriores, y que son transferidas a la persona del analista que no participó en su formación. Tal como expresa Freud en Más Allá del Placer: 
[…] Se hizo cada vez más claro que la meta propuesta, el devenir-conciente de lo inconciente, tampoco podía alcanzarse plenamente por este camino. El enfermo puede no recordar todo lo que hay en él de reprimido, «caso justamente lo esencial. Si tal sucede, no adquiere convencimiento ninguno sobre la justeza de la construcción que se le comunico. Más bien se ve forzado a repetir lo reprimido como vivencia préseme, en vez de recordarlo, como el médico preteriría, en calidad de fragmento del pasado. Esta reproducción, que emerge con tidelidad no deseada, tiene siempre por contenido un fragmento de la vida sexual infantil y, por tanto, del complejo de Edipo y sus ramificaciones; y regularmente se juega {se escenifica} en el terreno de la trasferencia, esto es, de la relación con el médico. (Freud, p.18)
Siguiendo con esta cuestión de la transferencia, podemos mencionar a la “Neurosis de Transferencia”. Freud llamó neurosis de transferencia a la neurosis que se producía, a modo de reproducción, en el interior de un análisis y que tomaba como objeto de esa neurosis al analista.
Otra de las neurosis que cabe mencionar aquí, es la “Neurosis Histérica”. Freud define a la histeria como esta neurosis que tiene origen en un incidente sexual, cuyo recuerdo no ha podido ser elaborado asociativamente, transformándose en patógeno y provocando un síntoma. Este incidente sexual se convierte en un recuerdo reprimido de una tentativa de seducción pero solo se vuelve traumático retroactivamente cuando acontece un segundo incidente que convoca al primero. En este momento es cuando el síntoma hace su aparición. Siguiendo esta idea, el síntoma señala un conflicto y tiene un sentido, está en intima vinculación con el vivenciar del paciente, tiene que ver con la forma en la que el “yo” orienta y guía la energía libidinal.
Los síntomas crean un sustituto para la satisfacción frustrada; lo hacen por medio de una regresión de la libido a épocas anteriores, a la que va indisolublemente ligado el retroceso a estadios anteriores del desarrollo en la elección de objeto o en la organización. […] El síntoma repite de algún modo aquella modalidad de satisfacción de su temprana infancia, desfigurada por la censura que nace del conflicto, por regla general volcada a una sensación de sufrimiento y mezclada con elementos que provienen de la ocasión que llevo a contraer la enfermedad. (Freud, p.333)
Tratar al síntoma y buscar sus causas, son la labor del psicoanálisis, más que su eliminación inmediata. La tarea del analista aquí, no es nada másni nada menos que, descubrir aquella situación del pasado en la que se justifica la idea y la acción responde a un fin.
Para finalmente lograr una definición en cuanto a cuál es la labor del psicoanálisis con respecto al síntoma, debieron ponerse a prueba varias hipótesis y teorias que Freud fue poco a poco contrastando en la práctica. Dentro de estas, podemos mencionar a las dos teorías del síntoma. 
La primera teoría psicoanalítica del síntoma aparece en 1895 cuando aun trabajaba con Breuer. En ese momento notaron que cuando sus pacientes histéricas llegaban a comprender el sentido del síntoma y su significado accedía a la conciencia de la paciente, el síntoma desaparecía. Este fue el primer método terapéutico ideado por Freud: hacer consciente lo inconsciente.
En esa época, pensaban que la génesis de los síntomas histéricos que estaban tratando era un proceso anímico cargado con intenso afecto al cual se le había impedido el acceso a la conciencia, y por lo tanto, había encontrado su desagote en una inervación corporal, es decir, en una conversión. 
Freud creía que cuando una nueva escena activaba el recuerdo de esas tempranas escenas de seducción, el síntoma aparecía como sustituto de ese recuerdo: en vez de recordar se producía un síntoma histérico. Por eso ellos utilizaban el método catártico y la abreacción como métodos terapéuticos para levantar los síntomas. Aún desconocían la etiología sexual de los síntomas, el concepto de represión y el de transferencia.
Con la segunda tópica, la de yo, superyó y ello, cuando el inconsciente se define como estructural o no coincide con lo reprimido sino que lo excede, y con el más allá del principio del placer, se abrirá en la teoría freudiana una nueva perspectiva del síntoma puesto que se separará de las formaciones del inconsciente y se pondrá en serie con la inhibición y la angustia. En este nuevo postulado, sostiene que lo reprimido inconsciente puede procurarse una descarga mediante rodeos porque conceptualiza el retorno de lo reprimido. Entonces el síntoma pasa a ser el resultado de una formación de compromiso entre el deseo y la defensa. La represión se produce porque la satisfacción de esa pulsión provocaría un displacer muy grande al Yo. El síntoma no es más que una satisfacción sustitutiva del deseo reprimido pero desfigurado y desviado de su meta por la resistencia del Yo. El síntoma es un sustituto de una satisfacción pulsional interceptada resultado de un proceso represivo.
Conclusión:
El síntoma, así como su formación, son muy individuales y personales y por ende, así de particular será también el tratamiento que se lleve a cabo.
La cura psicoanalítica puede ayudar tanto a personas que presentan algún sufrimiento psíquico, como también a aquellas que se sienten inhibidas en su desarrollo personal o que deseen adquirir una mayor libertad interior a través de una mejor comprensión de su mundo interno. Es importante subrayar que el proyecto psicoanalítico, en este sentido, no se limita a una meta estrictamente terapéutica, sino que busca también procurar un aumento de la calidad de vida y del gusto por vivir, trabajar y amar, en tanto mejor bienestar psíquico y menor padecimiento psíquico. Es mediante la superación de obstáculos inconscientes que el psicoanálisis contribuye a dar lugar a un aumento de libertad personal de actuar y de pensar en la persona que se involucra en un proceso analítico.
Como fue mencionado a lo largo del trabajo, para que la Terapia Psicoanalítica sea fructífera y de resultado, como por ejemplo en el tratamiento de un síntoma psíquico, es muy importante que pueda darse en la relación paciente-terapeuta una transferencia en términos psicoanalíticos.
Referencias Bibliográficas:
· Freud Sigmund (1984). «Conferencia 17: El sentido de los síntomas». Conferencias de introducción al psicoanálisis. Amorrortu editores. pp. 235/249. ISBN 950-518-591-X.
· Freud Sigmund (1984). «Conferencia 23: Los caminos de la formación de síntomas». Conferencias de introducción al psicoanálisis. Amorrortu editores. pp. 326/343. ISBN 950-518-591-X.
· Freud Sigmund (1916). «Conferencia 27: La Transferencia» Conferencias de Introduccion al Psicoanalisis. Amorrortu editores. pp. 392/408. ISBN 950-518-591-X.
· Freud Sigmund (1917). «Conferencia 28: La Terapia Psicoanalitica» Conferencias de Introduccion al Psicoanalisis. Amorrortu editores. pp 408/423. ISBN 950-518-591-X.
· Freud Sigmund (1985). «Inhibición, síntoma y angustia». Sigmund Freud Obras Completas, tomo XX. Amorrortu editores. pp. 71/164. ISBN 950-518-596-0.
· Freud Sigmund (1923-1925). Volumen XIX - El yo y el ello, y otras obras {ISBN 978-950-518-595-5}
· Freud Sigmund (1920-1922). Volumen XVIII - Más allá del principio de placer, Psicología de las masas y análisis del yo, y otras obras {ISBN 978-950-518-594-8}
· Freud Sigmund (1893-1895). Volumen II - Estudios sobre la histeria {ISBN 978-950-518-578-8}

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