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clase Psicología-Inhibicion - Diame Sosa

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Inhibición síntoma y angustia. Tomo XX Capítulo 1 “Inhibición”.
Una inhibición puede dar cuenta de un síntoma. La inhibición de una función del yo. Por lo general las inhibiciones conviven en la personalidad hasta que se transforman en síntoma. 
Resulta que la limitación funcional del yo, puede transformarse en un síntoma.
Tiene un nexo con la función, no necesariamente es algo patológico, sino que puede formar parte de la personalidad por ejemplo. 
Una inhibición puede ser un síntoma y es un indicio de un proceso patológico. Podría ser, pero no necesariamente. (ej. cuando Freud habla de la función sexual, no necesariamente es algo patológico, pero cuando es condición para algo, limitando el decurso por ejemplo del encuentro sexual, puede ser ya indicio de lo sintomático)
Inhibición cuando me freno para hacer algo.
Entre la descripción de fenómenos patológicos, se diferencia entre síntomas e inhibiciones. “Inhibición” tiene un nexo con la función, no necesariamente refiere a algo patológico, sino que puede dar cuenta de la limitación normal de la función. En cambio, “Síntoma” hace referencia a un proceso patológico.
Una inhibición, puede ser un síntoma. Se habla de inhibición, cuando hay una simple rebaja de la función, y de síntoma, cuando se trata de una desacostumbrada variación de ella o de una nueva operación.
Con ello se da cuenta de diversos procedimientos para perturbar la función: para delimitar si esa inhibición esta disminuida o en exceso. Funciones del yo (no se habla de lo inconsciente)
1. El extrañamiento de la libido, que parece producir una inhibición pura
2. El menoscabo en la ejecución de la función (ej. en la persona que corría naturalmente, corre con dificultad o menos “yo no puedo correr bien”).
3. Su obstaculización ante condiciones particulares, y su modificación por desvío hacia otras metas (en el caso de Elizabeth y su dificultad al caminar, podría pensarse como que hay una inhibición que se vuelve sintomática).
4. Prevención por medidas de aseguramiento 
5. Su interrupción mediante un desarrollo de angustia cuando no se pudo impedir su planteo
6. Una reacción posterior que protesta contra ella y quiere deshacer lo acontecido cuando la función se ejecutó a pesar de todo. (“volver sobre los propios pasos”, cuando se hizo algo que no se quería hacer, como si existiera de manera involuntaria, un arrepentimiento)
Dado que la inhibición se liga con la función, Freud indaga funciones del yo para averiguar como se exterioriza su perturbación a raíz de afecciones neuróticas:
a. Función sexual: sufre de diversas perturbaciones. La mayoría presentan el carácter de inhibiciones simples. Resumidas como impotencia psíquica. La perturbación puede intervenir en el logro de la operación sexual normal y su decurso.
· Estaciones principales de la inhibición en el varón: el extrañamiento de la libido en el inicio del proceso (displacer psíquico), falta de preparación física (ausencia de erección), abreviación del acto (eyaculación precoz), detención del acto antes del desenlace natural (falta de eyaculación), la no consumación del efecto psíquico (ausencia de sensación de placer del orgasmo).
Puede pasar que la persona exprese lo que le pasa, pero que no le genera angustia.
Hay una relacion entre inhibición y angustia. Muchas inhibiciones son una renuncia a cierta función porque a raíz de su ejercicio se desarrollaría angustia.
· En la mujer es frecuente una angustia directa frente a la función sexual (histeria y síntoma defensivo del asco como reacción frente al acto sexual pasivo). 
b. Función de la nutricia: la perturbación es el displacer frente al alimento (ej. trastornos de la alimentación) por quite de la libido. Tambien un incremento del placer al comer. Como defensa histérica al acto del comer, se encuentra el vómito. Hay un rehusamiento de la comida a consecuencia de la angustia (propio en estados psicóticos, delirio de envenenamiento).
c. Función de la locomoción: inhibida en muchos estados neuróticos que presentan displacer y florera en la marcha (molestia, como Elizabeth); hay una traba histérica, la paralización del aparato del movimiento o cancelación especializada de una sola función (abasia, pierna de Elizabeth). Los obstáculos puestos en la localización deben atravesar ciertas condiciones que de no ser cumplidas generan angustia (fobia); ej. “no quiero o no puedo hacer gimnasia porque me “hace mal” (una simple inhibición sin un necesario conflicto o angustia, si esto se transforma en un síntoma, es patológico ya que se forma la representación disfrazada de lo inconsciente reprimido-formación sustitutiva).
d. Función del trabajo profesional: la inhibición del trabajo, como síntoma aislado, muestra un placer disminuido, torpeza en la ejecución o manifestaciones reactivas como fatiga (vértigos, vómitos) cuando le es asignado seguir el trabajo (acciones en torno al trabajo, como pequeñas inhibiciones). La histeria, fuerza la interrupción del trabajo produciendo parálisis de órgano y funcionales. La neurosis obsesiva, lo perturba con una continua distracción y pérdida de tiempo (todas las reglas que el neurótico obsesivo debe hacer antes de realizar sus tareas, hace que se pueda volver en un ritual, perdiendo su tiempo).
La inhibición expresa una limitación funcional del yo, que puede tener diversas causas. La función yoica de un órgano se deteriora cuando aumenta su erogeneidad, su significación sexual; cualquier zona del cuerpo que tenga un exceso de erogeneidad, se transforma en una zona historígena. El yo renuncia a las funciones que le competen a fin de no verse precisado a emprender una nueva represión, a fin de evitar un conflicto con el ello (hablando en términos sintomáticos)
· Cuando la inhibición, se transforma en un representante disfrazado de algo reprimido, para evitar un conflicto con el ello, se puede hablar de síntoma.
Otras inhibiciones, se producen al servicio de la autopunición (autocastigo), como un recurso del yo, en donde el yo no tiene permitido hacer esas cosas porque le proporcionarían provecho y éxito, que el severo superyó ha denegado, por lo tanto, el yo renuncia a esas operaciones a fin de no entrar en conflicto con el superyó (actividades profesionales). En este caso no se habla de síntoma. 
· (Hablando de lo patológico) Es el superyó el que obliga al yo a tener culpa. Un superyó castigador, el superyó manda sobre el yo. El modo de cumplir las normas y a la vez inhibiéndose el yo, y a pesar de ello el Superyó domina al yo, algo está pasando con ese yo.
Las inhibiciones más generales del yo obedecen a que si el yo es requerido por una tarea psíquica particularmente gravosa (ej. un duelo), como una enorme sofocación de afectos o la necesidad de sofrenar fantasías sexuales que afloran de continuo, se empobrece su energía disponible y se ve obligado a limitar su gasto simultáneamente en muchos otros sitios. En este caso hay funciones que se justifican pero solo por estar transitando por ejemplo, el duelo. No por ello es patológico. Ya que luego de superarlo, ya no tenemos esas conductas.
Las inhibiciones son las limitaciones de las funciones yoicas, por precaución, o por consecuencia de un empobrecimiento de energía.

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