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PUCP
LIT 103 2020-1 / Fundamentos de lingüística
Mario Montalbetti
Clase 17
I
Los lingüistas hacen tres tipos de “cortes” cuando analizan una oración. Entiendo “corte” como un término quirúrgico, como una intervención en el cuerpo de la oración. Tomemos el siguiente ejemplo:
	(1)	Juan pintó la silla el sábado.
Un primer corte es el que identifica las partes de la oración de acuerdo a la categoría gramatical a las que pertenecen. Así, en (1),
	(1)	Juan pintó la silla el sábado
		 N V D N D N
donde N = Nombre (Sustantivo), V = Verbo, D = Determinante (Artículo).
Este corte se denomina un corte categorial, porque está interesado en definir las categorías gramaticales y en asociarlas entre sí. La asociación de categorías gramaticales entre sí es lo que denominamos sintaxis.
Este corte puede hacerse más complejo, agrupando D + N para formar una FN (Frase Nominal) y eventualmente, agrupando el V con las dos FNs para formar una FV (Frase verbal); y finalmente agrupando la FN (Juan) con la FV para formar una O (Oración). El resultado es el famoso “arbolito” de los lingüistas:
						O
						
 FN 			 FV
 V		 FN
 N		 V	 FN D	 N
							 D		N
					
			 Juan		 pintó la silla el	 sábado
No se preocupen si no saben leer muy bien el arbolito por ahora. Pero, lo interesante de estos objetos, de estos arbolitos, es que definen el espacio sobre el cual se despliega una oración. Y ese espacio está determinado, en buena parte, por el corte categorial.
[Piensen en el “espacio sintáctico” como en lo que es el tablero para el ajedrez: el espacio en el que se desarrolla toda la acción/oración. Fuera de ese tablero/espacio, los términos (las palabras, las piezas) no tienen sentido. Conclusión importante: un diccionario no es un lenguaje.]
Un segundo corte identifica la funciones de la oración. Así, en (1),
	(1)	Juan pintó la silla el sábado
	 S OD	 A
donde S = Sujeto, OD = Objeto Directo y A = Adjunto (lo que en el colegio denominan “Complemento Circunstancial”). Igualmente, “pintó la silla el sábado” es un P (Predicado), de tal forma que arribamos a que toda la O, es una combinación de un Sujeto + un Predicado.
A este corte se le denomina corte funcional, porque está interesado en definir las funciones gramaticales. Muchas veces, en el colegio, se define una Oración como Sujeto + Predicado. Observen que esa es una definición funcional, no categorial, de Oración. [La definición categorial sería: O = FN + FV.]
Es importante darse cuenta, entonces, que el corte categorial y el funcional son cortes distintos. Ser Nombre no es lo mismo que ser Sujeto. Hay nombres que no son Sujetos (por ejemplo, silla en (1)) y hay Sujetos que no son Nombres (por ejemplo, en “Fumar es dañino para la salud”, el Sujeto aparentemente es un V).
Hay un tercer corte que podemos realizar—y éste es el corte que vamos a examinar en lo que sigue. Este corte es distinto de los otros dos y se denomina un corte temático.
Si aplicamos un corte de este tipo a (1) obtenemos:
	(1)	Juan pintó la silla el sábado
		 A P T TEMP
donde A = Agente (el que realiza la acción), P = Predicado (la acción misma), T = Tema (el objeto sobre el que recae la acción) y TEMP = Temporal (el tiempo en el que se realiza la acción). 
NOTA: A veces, cuando el objeto sobre el que recae la acción es animado, se le denomina Paciente (Pa). Por ejemplo,
	(2)	Juan besó a María
En (2), María es un Paciente. Pura terminología, pero es bueno que la conozcan.
Comprenderán la importancia de este corte si comparamos (2) con su versión pasiva:
	(3)	María fue besada por Juan
¿Qué ha ocurrido aquí? Noten, primero, que, en términos funcionales, Juan ya no es el Sujeto y que María ya no es el Objeto Directo. Tal vez recuerden cómo se le llamaba en el colegio a María en (3): Sujeto PACIENTE. Y esto porque María, siendo el Sujeto de la oración, no es el Agente. De hecho, noten que si bien ha existido un cambio funcional en la oración, no ha ocurrido un cambio temático. Juan sigue siendo el Agente y María sigue siendo el Paciente. De esa manera, (2) y (3) significan lo mismo—aunque se hayan alterado las funciones de Juan y María.
En lo que siguen vamos a analizar el corte temático, su importancia y sus consecuencias.
II
Comenzaré con una pregunta radicalmente estúpida, pero estas preguntas muchas veces resultan ser fundamentales. Supongamos que escribo,
	Ana comió								manzanas
La pregunta estúpida es la siguiente: ¿cómo sé que manzanas es parte de la oración? Puesto de otra manera: ¿cómo sé que manzanas es parte de la oración Ana comió manzanas y no que manzanas es parte de otra oración?
Bueno, alguien podría decir que NO es parte de la oración porque está “muy lejos” del resto. Es como si yo dijera Ana comió y luego de dos minutos digo manzanas. ¿Es manzanas parte de la oración?
O, alguien podría decir que si manzanas no es parte de la oración entonces a Ana comió le falta algo. (Comer es un verbo transitivo y los verbos transitivos necesitan un objeto directo y si manzanas no es el objeto directo, entonces la oración es agramatical.)
La cuestión de fondo es ¿qué une a las partes de una oración? ¿Cuál es la “goma” que mantiene unidas a las partes de una oración? Esta es la cuestión que el corte temático quiere solucionar.
OJO: el problema reaparece cuando nos enfrentamos a un poema. ¿Qué hace que las partes sean partes de un todo? ¿Solamente porque están bajo un título en una misma hoja de papel? 
III
Una forma de explicar esta “goma” que mantiene unidas a las partes de una oración es pensar que el lenguaje está constituido (solamente) por dos tipos de elementos: Predicados y Argumentos. 
Un Predicado típico es un verbo. ¿Qué quiere decir esto?
Pensemos en lo siguiente: supongamos que el verbo indica el nombre de una obra de teatro. Por ejemplo, el verbo “pintar” indica que se va a representar una obra de ese nombre. Ahora bien, ¿qué necesitamos para representar la obra pintar? Necesitamos dos actores: uno que pinta y otro que es el objeto pintado. Así, el dramatis personae de la obra se vería de la siguiente forma:
			OBRA: pintar
 
 Personajes 
 AGENTE …… el que pinta 
 TEMA ……… el objeto pintado
Entonces, se abre el telón y un Actor (el AGENTE) pinta un objeto ( el TEMA).
En términos del lenguaje, la obra pintar se representa de la siguiente manera:
	(4)	Juan pintó la silla
		 A P T
Esto es exactamente lo que hace el corte temático: despliega el nombre de la obra y sus personajes. El nombre de la obra es el Predicado y los personajes son los Argumentos. La representación que usamos es la siguiente:
		
pintar ( ___ , ___ )
			 | |
			 A T
Es decir, pintar es un predicado que necesita dos actores para poder representarse, uno que realiza la acción (A = Agente) y otro que recibe la acción (T = Tema). A estas anotaciones (Agente, Tema,…) se les denomina roles temáticos. 
¿Qué es un Predicado, entonces? Es un elemento que necesita actores para ser representado. Y ¿qué es un Argumento? Es un elemento que satisface uno de los roles necesitados por el Predicado. En nuestro ejemplo (4), pintar es un Predicado y Juan y la silla son Argumentos.
Ahora es inicialmente claro en qué consiste la “goma” que mantiene unidas a todas las partes de una oración: los predicados necesitan argumentos y los argumentos, predicados. Nada puede quedar suelto.
Pondré otro ejemplo para que se entienda mejor. ¿Cuál es la diferencia entre las obras de teatro matar y morir? La siguiente:
		matar ( ___ , ___ )
			 | |
			 A Pa
		morir ( ___ )
			 |
			 E
Un par de observaciones:
a) la diferenciaentre matar y morir es que matar necesita dos Argumentos mientras que morir necesita sólo uno.
b) he marcado como E al único argumento de morir. E = Experimentador. Esto porque, el actor de morir no es un Agente, no realiza él/ella intencionalmente la acción (ej. Juan murió de un infarto).
Una buena pregunta es cuál es la lista de roles posibles en las oraciones: Agente, Tema (Paciente), Temporal, Experimentador,… ¿Qué más? Veremos esto pronto. 
Noten que los Argumentos necesitados por un Predicado son obligatorios; no pueden faltar. Es agramatical decir Juan mató. La falta el Paciente. Tampoco le podemos añadir Argumentos libremente. Es agramatical decir Juan murió a María. Le sobra un Argumento.
Podemos decir, por lo tanto, que los Predicados tienen valencias (tal como los elementos químicos). Así, matar tiene una valencia de 2 (= necesita dos Argumentos) y morir tienen una valencia de 1 (= sólo necesita uno). Esto lo representamos de la siguiente forma:
		matar2
		morir1
En términos generales, un Predicado P tiene un número n de valencias: Pn. 
Una buena pregunta es cuál es el rango de n. Hemos visto que hay Predicados de 1 y de 2 valencias. ¿Hay de 3? Sí, por ejemplo verbos como persuadir o convencer. Uno persuade a alguien de algo. Curiosamente, no hay verbos con valencia 4.
[Es posible que existan verbos con más de una valencia. El propio verbo comer puede ser usado con valencia de 1 como en Juan ya comió. En ese caso la valencia de comer sería: comer 1,2. Este es el caso de los llamados verbos de-transitivizados. Por ahora nos circunscribiremos a valencias simples para no complicar mucho.]
¿Hay verbos con valencia 0? Hay un grupo de verbos denominados verbos “meteorológicos” que tienen valencia 0. Por ejemplo, llover.
Si ustedes quieren representar la obra de teatro llover, no necesitan ningún actor. Se abre el telón y llueve—y ya está. No decimos Juan llueve. Es más, aún en sociedades que creen que el dios Chuku (o quien sea) es el dios de la lluvia, en el lenguaje de dicha sociedad no se puede decir Chuku llueve. Deben decir Chuku hace llover—pero esa es otra obra de teatro.
Entonces, todo Predicado P (de cualquier lenguaje natural) es de la forma
		Pn, donde (0 ≤ n ≤ 3)
He dicho que todos los Argumentos son obligatorios para determinado Predicado. Pero, hay Argumentos opcionales—como si dijéramos que hay actores que son “extras” en una obra. Por ejemplo,
	(5)	Magdalena leyó un libro en la cocina.
En (5), Magdalena (A) y un libro (T) son Argumentos obligatorios; en la cocina es un Argumento opcional, un LOCATIVO (LOC). Cuando digo que es opcional quiero decir que no afecta la gramaticalidad de la oración.
Es suficiente material por ahora. Regresaré sobre lo mismo la próxima clase.

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