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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN FACULTAD DE ARTES VISUALES Reporte - Ensayo La cámara lucida por Roland Barthes temas 29-37 Nombre: Cristopher Gelacio Camacho Castaño. No.Matrícula: 1581755. Grupo: 103. En estos capítulos primero Barthes habla nuevamente sobre su madre y la foto del invernadero, el menciona a Nietzsche, que decía: “un hombre laberíntico jamás busca la verdad, sino únicamente su Ariadna y todas las fotografías del mundo forman, de una u otra manera, un laberinto”. Barthes busca incesantemente su Ariadna en la foto del invernadero y como se diferencia el referente de la fotografía de otros sistemas de representación. Comenta Barthes que, para él, la fotografía estaría más próxima al teatro que a la pintura gracias a lo que llama un “mediador singular”: la muerte. Este autor establece un interesante paralelismo entre el culto a los muertos y el teatro primitivo que traslada después a la pose fotográfica. También es muy interesante la reflexión que hace sobre el “aire” que “es esa cosa exorbitante que hace inducir el alma bajo el cuerpo” y su relación con la fotografía. En palabras del propio autor: “la fotografía, a veces, hace aparecer lo que jamás se percibe en un rostro real (o reflejado en un espejo): un rasgo genético, el pedazo de uno mismo o de un pariente que proviene de un ascendiente. La fotografía ofrece un poco de verdad, con la condición de trocear el cuerpo. Pero dicha verdad no es la del individuo, que sigue siendo irreductible; es la del linaje”. Más adelante, Barthes afirmará: “lo que revela es cierta persistencia de la especie”. Otra de las diferencias que marca Barthes es cuando habla de que la fotografía habría comenzado ya históricamente “como arte de la Persona: de su identidad, de su propiedad civil, de lo que podríamos llamar, en todos los sentidos de la expresión, la reserva del cuerpo”. Barthes dice que “el cine comienza a diferir de la Fotografía; pues el cine (ficcional) mezcla dos poses: el “esto-ha-sido” del actor y el del papel que desempeña”. Esto sería, de entrada, negar el valor ficcional de la propia fotografía. Por tanto, creo que en este caso Barthes está hablando de una contraposición entre ámbitos ya de por sí diferentes (más allá de la fotografía y el cine) como son el de la ficción y el de la no ficción, entre los que podrían encontrarse numerosas diferencias al margen del lenguaje o del medio con el que se pongan en práctica. El problema es que durante demasiado tiempo se ha dado por sentada con demasiada frecuencia la relación de la no ficción con la fotografía y la ficción con el cine. Más allá de esta afirmación, que presenta muchos problemas de fondo, Barthes afirma que el cine comparte con el “mundo real” la presunción de que la experiencia seguirá en el mismo “estilo constitutivo” y frente a esto marca que la fotografía rompe con él, produciendo de este modo asombro ya que no hay futuro en ella: de ahí, dice Barthes, su patetismo y melancolía. Estos Capítulos me parecieron algo pesados, el autor habla sobre la muerte, la diferencia de la fotografía y el cine muy a su estilo con algunas metáforas. LICENCIATURA EN LENGUAJE Y PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL FOTOGRAFIA 25 de marzo de 2019
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