Historia de ciencia ficcion-Gramatica - Daniel Cuellar (1)

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"El Portal Temporal"
Había una vez un estudiante universitario llamado Alex, quien vivía en un futuro distante donde los avances tecnológicos habían revolucionado la sociedad. Alex estaba en su último año de física cuántica en la Universidad de Avanzadas Ciencias Temporales. Como parte de su proyecto final, se le asignó investigar y desarrollar un dispositivo que permitiera viajar en el tiempo.
Alex estaba emocionado por la oportunidad de hacer historia. Pasó horas interminables en el laboratorio, estudiando teorías y experimentando con partículas subatómicas. Finalmente, después de meses de arduo trabajo, creó un dispositivo llamado "El Portal Temporal".
Una tarde, cuando todos los demás estudiantes habían abandonado el laboratorio, Alex decidió realizar una prueba. Se puso el traje de protección y se acercó al portal brillante. Con el corazón latiendo rápidamente, ingresó al portal y, en un abrir y cerrar de ojos, se encontró en una sala completamente diferente.
Alex estaba en un lugar que parecía una versión futurista de su universidad. Los pasillos estaban iluminados con luces fluorescentes y había hologramas que mostraban anuncios y mensajes en todas partes. Caminó cautelosamente por el pasillo y se encontró con otros estudiantes que llevaban trajes espaciales y dispositivos futuristas.
A medida que exploraba, Alex descubrió que había viajado varias décadas en el futuro. La sociedad había avanzado enormemente, y ahora las ciudades flotaban en el aire y los coches se desplazaban sin ruedas. La tecnología había transformado la forma en que la gente vivía, comunicaba y se transportaba.
Sin embargo, Alex también notó un cambio preocupante. La naturaleza parecía haber sido reemplazada por estructuras artificiales y las personas estaban cada vez más desconectadas de su entorno. A pesar de los avances tecnológicos, la sociedad parecía haber perdido su conexión con la tierra.
Lleno de nostalgia, Alex decidió regresar al pasado y compartir su experiencia con sus compañeros y profesores. Utilizando el dispositivo de viaje temporal que había creado, volvió al laboratorio en su propia época.
Emocionado por lo que había presenciado, Alex se dio cuenta de que la tecnología era una herramienta poderosa, pero también debía haber un equilibrio con la naturaleza y la conexión humana. Compartió sus ideas con sus compañeros y juntos decidieron promover un enfoque más sostenible y consciente en la investigación y el desarrollo tecnológico.
A medida que pasaron los años, la universidad se convirtió en un centro líder en el estudio de tecnologías sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Gracias a los esfuerzos de Alex y sus compañeros, la sociedad del futuro aprendió a utilizar la tecnología de manera responsable, preservando la belleza y la importancia de la naturaleza.
La historia de Alex se convirtió en un legado duradero, enseñando a las generaciones futuras la importancia de mantener el equilibrio entre la tecnología y el entorno natural.