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3 EL MARKETING DEL NUEVO LUJO JUAN HERNÁNDEZ AGUIRÁN Valiosas lecciones que todas las empresas deberían conocer Título original: El Marketing del Nuevo Lujo Publicado por Juan Hernández Aguirán Sello: Primera Avenida Zaragoza, España. Todos los Derechos Reservados. Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita del titular del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público. Copyright © 2 0 1 1 por Juan Hernández Aguirán ISBN: 978-84-615-2918-6 Número de Registro: 11/81810 Correcciones: Javier Hernández Aguirán Impreso en Estados Unidos - Printed in USA 5 Para mis padres, mis hermanos, Marta y el resto de VIPs (Very Important People) en mi vida 7 JUAN HERNÁNDEZ AGUIRÁN (Zaragoza, 1983), emprendedor, investigador, profe- sor, escritor y conferenciante. Licenciado en Admi- nistración de Empresas y MBA por ESADE, ha tra- bajado como profesional del marketing en multina- cionales de distintos sectores. Colabora con publica- ciones nacionales e internacionales y desde el año 2009 mantiene su blog —Tengamos los Pies en el Cielo!!!— en el que comparte sus inquietudes, así co- mo inspiradoras historias de personas que marcan la diferencia. También es autor del libro El Genio se Hace. Información de contacto: Blog: www.hernandezaguiran.com Twitter: @jhaguiran 9 Querid@ amig@: En primer lugar quiero agradecer que inviertas unas horas de tu tiempo leyendo este libro al que he dedicado tanto esfuerzo e ilusión. He decidido ofrecer mi trabajo de forma libre para que pueda llegar a tus manos —independiente- mente de la parte del mundo en la que te encuen- tres— y tengas la oportunidad de compartirlo libre- mente con aquellas personas que consideres disfruta- rán de su lectura. Por lo tanto, leer este libro es gratis. Pero, si una vez terminado consideras que ha valido la pena, te invito a visitar mi blog hernandezaguiran.com y donar la cantidad que consideres justa como recono- cimiento a los meses de trabajo que me ha llevado realizarlo. Puedes donar uno, dos, cinco euros o nada si piensas que no lo merece. Esa es la forma en que entiendo debe distribuirse el trabajo en Internet y, por lo tanto, así lo hago. Confiando en que lo disfrutes te deseo un buen viaje a través de sus páginas. Juan Hernández Aguirán 11 ÍNDICE Introducción 13 I. Orígenes y evolución 19 II. El Lujo desde el punto de vista del emprendedor 27 III. Clases de Lujo 39 IV. Lujo como concepto sociológico 51 V. Los peligros de estar de moda 65 VI. Los consumidores en el Nuevo Lujo 73 VII. El Lujo y la crisis económica 85 VIII. Obligatorio respetar la historia 93 IX. Comunicando la grandeza de la marca 111 X. Soluciones que toda empresa debe adoptar 125 XI. Inspiración para el futuro 145 Referencias 149 13 INTRODUCCIÓN ―El lujo es todo lo superfluo para hacer feliz al hombre‖ Esta cita atribuida a Vicenzo Gioberti plasma a la perfección la imagen de materialismo, frivolidad, ostentación y derroche a la que, tradicionalmente ―muy probable, por resultarnos a la mayoría un mundo demasiado lejano―, aso- ciamos este concepto. Sin embargo, veremos a lo largo del libro cómo ―independientemente de nuestra percepción― la naturaleza del lujo está presente en todos nosotros de una forma que hasta ahora no nos habíamos parado a analizar. Te sorprenderá comprobar lo valioso que resultaría para las agobiadas empresas del Gran Consumo conocer el trasfondo sociológico que se oculta tras la adquisición de dichos productos de calidad y belleza superior al resto. Vamos a adentrarnos en un sector que esconde valiosísimas lecciones de marketing y estrategia. Para hacernos una idea basta con preguntarnos cómo puede ser que, con la de compañías que desaparecen cada año, las diez exclusivas marcas que lideran la lista ―realizada por la agencia Millward Browni― de las más valiosas del mundo (en esta categoría) lleven más de noventa desarro- llando exitosamente su actividad: 1- Louis Vuitton, fundada en 1854 2- The Hermés Group, 1837 3- Gucci, 1921 4- Chanel, 1910 5- Hennessy, 1765 6- Rolex, 1905 7- Moe t & Chandon, 1743 8- Cartier, 1847 9- Fendi, 1918 10- Tiffany & Co, 1837 ¿Cuántas firmas centenarias conoces? Las principales escuelas europeas se están dando cuenta de este hecho y han comenzado a organizar jornadas anuales e impartir programas de dirección estratégica dedicados exclu- sivamente a la gestión de estas marcas ―tomando como modelo al Institut Supérieur de Marketing du Luxe creado por Cartier en Francia, en 1990―, en los que se incluyen casos de estudio reales y la visita a prestigiosos locales y fábricas. Las universidades están sabiendo ver, además, el beneficio que 15 obtienen asociando su imagen a la de iconos como Chanel, Hermès, el Grupo Gucci y Tiffany & Co. También los países comienzan a ser conscientes del estratégico potencial económico de las empresas del Lujo: gene- ran puestos de trabajo cualificado, revalorizan las zonas en las que sus tiendas se instalan y atraen turismo de alto nivel adquisitivo; como ocurrió con la visita de la Primera Dama de Estados Unidos, Michelle Obama, a las playas de Marbella en agosto de 2010. En Francia, por ejemplo, se trata de un sector crítico tanto para el empleo como para la forma de vida de sus habitantes. No en vano, son ochenta mil los empleados que componen el grupo LVMH (Moët Hennessy Louis Vuitton), líder mundial del lujo exclusivo, que posee varias de las marcas más famosas en diferentes categorías de productos: vinos y spirits (Dom Pérignon, Moët & Chandon y Hennessy), perfu- mes (Christian Dior y Givenchy), moda (Christian Lacroix, Donna Karan, Kenzo y Louis Vuitton), joyería y relojes (TAG Heuer, Ebel, Chaumet y Fred). En España tenemos el reciente caso del grupo El Corte Inglés, que ha decidido aumentar la superficie de su tradicional Sección del Gourmet y llevarla más allá con un con- cepto nuevo ―Gourmet Experience― en el que se incluyen dife- rentes restaurantes y establecimientos exclusivos. Una medida que está resultando tan exitosa que ya está pasando a ser implementada en centros de toda España. Lo que demuestra que, a pesar de la crisis, la gente sigue ansiosa por disfrutar de experiencias exclusivas. Es curioso, también, el poderoso efecto psicológico que estas marcas tienen para el posicionamiento de los países, a pesar de representar una parte muy baja del PIB. No tenemos más que fijarnos en cómo asociamos la imagen de cada nación con la de sus firmas más representativas: ingeniería alemana, elegancia francesa, moda italiana, precisión suiza o cocina española, por nombrar solo algunas. 17 Te invito a seguir leyendo y a comprobar la particular habilidad que comparten las marcas de lujo para continuar innovando, adaptarse a las nuevas circunstancias y conseguir atraer fieles consumidores dispuestos a pagar precios clara- mente superiores. Una estratégica visión del marketing y la gestión que, en estos tiempos en los que la sociedad se ha vuelto mucho más precavida a la hora de realizar inversiones de cualquier tipo, tendrá un valor incalculable para las empresas y profesionales de todas las categorías. 19 CAPÍTULO I Orígenes y evolución ―La opulencia tiene que irse a unas muy necesarias vacaciones‖ii Jeff Weinstein, editor de Hotels Magazine El serhumano, desde sus inicios, se ha identificado con determinados objetos que le han ayudado a reafirmar su status e identidad. Por ello, para comprender las razones que llevan a los consumidores del Lujo a pagar precios superiores por disfru- tar de unos bienes y servicios que tienen un significado espe- cial para ellos, debemos alejarnos de estereotipos y enfocar nuestro análisis desde una visión antropológica: las tribus primitivas ya decoraban su cuerpo y lucían pieles, plumas y cualquier otro símbolo que sirviera para comunicar su catego- ría y poder. No se puede, por tanto, considerar al lujo un fenómeno actual ni tampoco acusar al materialismo ni a superficiales estilos de vida de ser los causantes de su existencia. Origen etimológico Si queremos conocer el origen de este concepto nos encontraremos con que existen diferentes versiones en lo que a su etimología se refiere: la primera defiende que deriva de la palabra ―lujuria‖; del latín luxuria (abundancia, extravagancia), la cual, a su vez, procede de luxus (dislocado). Por lo tanto, podría considerarse al lujo como una luxación; una excentrici- dad que busca satisfacer esa necesidad superior. Para la segunda versión su origen se encuentra en la palabra latina lux (luz); una teoría que interpreta al lujo como aquella luz o fuerza capaz de atraer a ciertas personas. El origen puede ser difuso, pero de lo que no hay ninguna duda es del interesantísimo concepto sociológico que constituye para todas las empresas; del que, independiente- mente de la categoría y del sector al que pertenezcan, pueden aprender valiosísimas lecciones de retail, branding, fidelización y estrategia. Un concepto en constante evolución El lujo no se refiere únicamente a vivir rodeado de oro y manjares ―como ocurría con los antiguos faraones egipcios y emperadores romanos―, se trata de un concepto maleable, adaptable a las circunstancias de cada uno y que incluso cambia en función de la geografía. Por ejemplo, una persona puede considerar como lujo irse a la cama más temprano, mientras que para alguien que esté en África, tener acceso a agua potable sería sinónimo de excelencia. Esta diferenciación 21 es fundamental para comenzar a entender que no tiene un significado único para toda la población. Si no somos capaces de interpretar el entorno y las circunstancias de cada consumidor, nos será imposible extraer las valiosas lecciones que este sector nos regala. La cultura japonesa nos ofrece un buen ejemplo de este proceso evolutivo: hace años los productos de lujo exclusivo ―en particular, los bolsos de Louis Vuitton― se habían con- vertido en un símbolo de status social y existía cierta obsesión entre la juventud femenina por ganar dinero para adquirir dichos artículos; incluso se denunciaron casos de jóvenes que llegaban al extremo de prostituirse. Sin embargo, hoy en día la situación ha cambiado: poseer lujo ha dejado de ser una aspiración social para las nuevas generaciones japonesas. Por lo que, estas marcas, a fin de volver a llamar su atención, deberán realizar un profundo análisis sociológico y ser capa- ces de adaptarse a las nuevas circunstancias o, de lo contrario, estarán despidiéndose de un mercado muy importante. En los destinos emergentes el lujo sigue siendo el signo por excelencia del éxito social. Es conocido el caso de Hassanal Bolkiah, el Sultan de Brunei: cuenta con un jet privado valorado en doscientos veinte millones de dólares; un majestuoso palacio con bóvedas de oro y una colección de alrededor de cinco mil coches exclusivos (Rolls-Royces, Ferraris, Jaguars, Porsches, Lamborghinis, etc.). Un nivel de derroche y ostentación que, sin duda, resultaría socialmente inaceptable en el caso de un monarca occidental. El Sultán de Brunei vive rodeado de oro La obsesión por lucir marcas, como signo de status y distinción, es propia de los países emergentes. La periodista rumana Sigina V. Pop destaca como, a diferencia de otros lu- gares en los que la sociedad no vive tan preocupada por transmitir a través de la imagen un continuo mensaje de éxito al resto, allí las mujeres llegan a solicitar préstamos al banco para realizarse cirugía estética o poder pagar artículos de Dolce & Gabbana, Dior o Cavalli. En occidente esta ostentación está, por lo general, evolucionado hacía un consumo más discreto. Precisamente porque la sociedad juzga y ve con malos ojos que, existiendo tantas desigualdades en el mundo, algunas personas malgasten 23 ingentes cantidades de dinero en coleccionar, por ejemplo, coches deportivos; que además resultan excesivamente contaminantes. Una ética y sensibilización social aplicada al proceso de compra que está directamente relacionada con el nivel cultural y educativo de los países: los mercados maduros, con econo- mías desarrolladas, han interiorizado lo suficiente esta con- ciencia como para castigar a aquellas marcas que no actúen de forma ética. Grandes multinacionales como Nike, Gap, BP y Nestlé, han recibido acusaciones ―en forma de mediáticas campañas― y sufrido importantes, y dañinos, boicots por par- te de los consumidores. Esto se extiende a las marcas de lujo; que no pueden permitirse ser vistas como firmas socialmente no responsables. Pa- ra vender en estos países no bastará con implementar fuertes campañas publicitarias ni con ofrecer productos de calidad, diseño e imagen superior: deberán ser capaces de probar y defender la responsabilidad y la ética con la que llevan a cabo su actividad. Porque, hoy en día, y, sobre todo, gracias a internet: ¡¡¡todo se sabe!!! Puede que en algunos lugares estas acusaciones todavía no afecten al consumo ―ya que esto es consecuencia de una evolución por la que han pasado, están pasando o pasarán la totalidad de países y culturas― pero antes o después terminarán por hacerlo. El lujo evoluciona de la ostentación a la experiencia y está directamente influenciado por la sociedad y la cultura del lugar en que se encuentra Del Viejo al Nuevo Lujo ―Si la gente tiene dinero, ¿por qué no se lo va a gastar en cosas bellas y únicas?‖iii Michael Ward, director general de Harrods Una cobra custodia unas valiosas sandalias en los almacenes Harrods Pertenecen al Viejo Lujo marcas como Rolls-Royce o los icónicos almacenes londinenses Harrods, lugar de culto para los millonarios de todo el mundo entre cuyas históricas extravagancias se encuentra la de alquilar una cobra para pro- teger unas exclusivísimas sandalias valoradas en noventa mil euros. Un lujo que se dirige a los más ricos de entre los ricos y que resulta financieramente inalcanzable para la mayoría de nosotros. Pero ¿qué es el Nuevo Lujo? “El Nuevo Lujo es BMW, que es más accesible que un Rolls Royce, pero no tan común como un Ford”iv Michael J. Silverstein y Neil Fiske Autores del libro Trading Up: Why Consumers Want New Luxury Goods and How Companies Create Them 25 Con el aumento de la capacidad adquisitiva de la clase media, la necesidad por disponer de artículos que aporten un significado superior ha crecido y ya no es algo exclusivo de la élite que, hasta hace unas décadas, monopolizaba el consumo del mercado de bienes y servicios premium. Si miramos a nuestro alrededor podremos comprobar cómo ha evolucionado de un consumo conspicuo ―en el que se adquirían bienes y servicios para satisfacer un deseo de status social en lugar de una necesidad real para el consumidor― a un consumo motivado por el deseo de satisfacer pasiones personales a través de experiencias. Veremos como muchas empresas (Ferrari, BMW, Apple, L’Orêal, Starbucks y Victoria’s Secret, entre otras) han sabido hacerse eco de esta nueva necesidad de la clase media: redefiniendo los conceptos tradicionales del lujo ―ofreciendo productos con claros beneficiostécnicos, fun- cionales y emocionales― están enfocándose a un mercado mucho más grande. El nuevo lujo se compone de aquellos productos que se perciben como de alta calidad y estilo, pero sin ser prohibitivamente carosv ―Amo el lujo. Y el lujo no reside en la riqueza ni en la ornamentación, sino en la ausencia de vulgaridad‖ Coco Chanel 27 CAPÍTULO II El Lujo desde el punto de vista del emprendedor ―¿Por qué necesito saber lo que está haciendo el mercado de los relojes? Yo trabajo en el negocio del lujo”vi Patrick Heiniger, CEO de Rolex El objetivo del lujo más exclusivo es el de desarrollar un producto de funcionalidad y belleza superior; lo que, por lo general, conlleva unos costes tan altos y una forma artesanal de producir tan poco eficiente ―desde el punto de vista económico― que obliga a comercializar a precios excesiva- mente elevados como para pretender dirigirse a un público masivo o incluso llegar a convertirse en un negocio rentable. Si, por ejemplo, decidiéramos fabricar un modelo de coche único en el mundo, la inversión a realizar sería tan fuerte ―los más sofisticados del mercado alcanzan un precio superior a los dos millones de dólares― que difícilmente con- seguiríamos encontrar un comprador (que no fuera el Sultán de Brunei) dispuesto a pagar tan astronómica cifra. Estos vehículos los crean apasionados del motor, cuyo único objeti- vo es desarrollar el mejor prototipo tecnológicamente posible. Caso parecido al de la alta costura y sus exclusivas y costosísi- mas creaciones que rara vez consiguen rentabilizarse. Si nos apasionara el vino y quisiéramos fundar una bodega con la que producir un caldo superior a los que actual- mente se comercializan, deberíamos tener prevista una inver- sión suficiente como para adquirir las viñas y mantener finan- cieramente el proyecto durante un mínimo de cinco años; a partir de los cuales y con un poco de suerte comenzaríamos a vender las primeras botellas. A lo mejor conseguimos tener éxito, pero debemos estar dispuestos a pasar estos primeros años sin ingresos. De llevarlo a cabo nuestra motivación segu- ro que no sería la de obtener beneficio; sino la de crear este ansiado producto superior. El Lujo es un mercado diferente, no está basado en estudios de mercado ni se sustenta sobre planes financieros. La pasión como motor del Lujo Nos encontramos ante un modelo de emprendedor cuyo perfil se asemeja más al de un artista que al del típico hombre de negocios. El creador debe estar apasionado por conseguir un producto superior. Esa pasión por lo que se hace, unida a la incansable búsqueda de la excelencia, por encima del retorno económico, son requisitos indispensables para que nazca el Lujo. 29 “Nuestro trabajo es buscar lo mejor y entonces lograr crear algo que sea todavía mejor”vii Peter Yee Design Director of Oakley Oakley ha conseguido prestigio internacional gracias a haber sido capaz de convertir unas gafas de sol corrientes en una auténtica experiencia de marca. La prestigiosa firma tiene en su sangre emplear nuevos materiales y diseños para sus productos. Y eso lo saben los consumidores, conscientes de la innovación y la inigualable calidad de sus creaciones. Oak- ley ha llegado a comercializar exclusivas ediciones limitadas de futuristas modelos de fibra de carbono al módico precio de cuatro mil euros el par. La compañía no espera vender gran- des cantidades a ese precio y sabe que el público objetivo es tremendamente selecto ―al que en muchos casos se las proporciona gratis― pero, como veremos, está siendo capaz de transmitir esa pasión, también, a la fabricación de sus modelos más masivos. Mantener está pasión resulta fundamental a fin de conservar un nivel de innovación diferencial que garantice la posición de privilegio de la que disfrutan las marcas que componen este exclusivo mundo. Cuando Luca di Monteze- molo, Presidente de la escudería Ferrari, oficializó ante la prensa su acuerdo de patrocinio con Emilio Botín, Presidente del Banco de Santander, sorprendió a los allí presentes ha- ciéndole entrega del siguiente regalo: la escultura de un mo- tor. Una perfecta muestra de la religiosa devoción por los coches que sienten todos los que allí trabajan y que forma parte del ADN de Ferrari. Louis Vuitton ―la firma más representativa del Lujo― puede precisar de mil fases, cuidadosamente planeadas, para la fabricación de un simple bolso. Esa obsesión por crear productos de tan meticulosa calidad y artesanía es la razón por la que comercializan a precios tan exclusivos. Los con- sumidores capaces de adquirir sus creaciones deben tener, no solo un nivel adquisitivo muy superior al de la mayoría, sino una gran afición y sensibilidad por los accesorios: una afición que les permita valorar estas obras de arte y disfrutar de ellas. La casa francesa se ha convertido en un referente al conseguir equilibrar su pasión por la excelencia con la capaci- dad para haber implementado, a nivel mundial, un modelo de negocio rentable y sostenible: en los últimos años se ha visto forzada ―para satisfacer la creciente demanda internacional― a incorporar tecnología moderna con la que aumentar su producción. Pero, eso sí, respetando la artesanía y continuan- do empleando el mejor cuero y los mejores materiales en cada una de las piezas de sus productos. La empresa relojera suiza Blancpain, fundada en 1735, fabrica algunos de los modelos tecnológicamente más com- plejos del mundo y lo continúa haciendo de forma artesanal, respetando escrupulosamente la tradición. Esto le lleva a precisar hasta de dieciocho meses para ensamblar todas las piezas de su reloj más exclusivo; del que solo se producen treinta unidades al año. 31 La bodega española Vega-Sicilia tiene la tradición de comprar todos los años un cuadro de un pintor español ―que pasa a decorar las paredes de su palacete― para reproducirlo en las etiquetas de sus Magnums. Esta pasión por el arte y la excelencia ha sido de gran ayuda para crear el aura y la mística que envuelve la marca y sus creaciones. Cuadro de Eugène Boudin reproducido en la etiqueta del Magnum Único de Vega Sicilia de la Cosecha 1985 Ferrán Adriá, un enamorado de la cocina y de la innovación, comunicó que cerrará El Bulli (elegido cuatro años consecutivos como el mejor restaurante del mundo) du- rante dos años porque le consumía tanto tiempo que no po- día experimentar con la tranquilidad necesaria; una devoción por alcanzar la perfección en lo que se hace que supera cualquier incentivo económico. Aquí se produce otro hecho a destacar del poder psicológico del Lujo: la imagen de Ferrán Adriá ha contribuido enormemente a que se dispare la cotización mundial del resto de cocineros españoles. La importancia de transmitir la filosofía El taller mallorquín de zapatería Lottusse surgió en 1877 del deseo del maestro Antoni Fluxà de crear el mejor calzado de Europa. Casi un siglo y medio después la fabricación de cada par de zapatos continúa precisando más de sesenta trabajadores y de cuatro días de elaboración. Las empresas que quieran vender lujo deberán ser capaces de proveer lujo en todos los pasos. Los consumidores no continuarán ligados emocionalmente a una marca si sus beneficios emocionales, funcionales y técnicos no les aportan los suficientes argumentos. Por lo que, para ofrecer ese producto de características superiores, todas las tiendas, empleados y colaboradores en el mundo deberán mantenerse fieles a la filosofía de la empresa y ser capaces de transmitir su pasión por la excelencia. La tienda de juguetes Imaginarium nació del deseo de su fundador, Félix Tena, de ofrecer los productos adecuados para desarrollar los conocimientos, la personalidad y las habilidades de los másjóvenes. Hoy en día ya no son una Imaginarium ha conseguido crear, a través de sus tiendas, una valiosa experiencia de compra 33 empresa familiar; se han convertido en una multinacional con presencia en veintiocho países. Pero esta mentalidad inicial si- gue presente en sus trescientas cincuenta tiendas. Una estrategia de Branding 360º en torno a una experiencia de compra totalmente cuidada que también está desarrollando con éxito Nespresso con sus establecimientos exclusivos y espaciosos en los que se comunica la mística de sus productos de forma efectiva y se ofrece un gran servicio gracias la buena presencia, educación y el trato impecable que su personal dispensa. Las personas son parte muy importante en la estrategia de posicionamiento de las marcas y la motivación por seguir aprendiendo, por innovar y por estar a la cabeza en calidad, prestigio y servicio no puede faltar en el trabajo diario. Esta forma de alinear la mentalidad del equipo con la imagen y el posicionamiento de la empresa se conoce con el nombre de endomarketing o marketing interno. El emprendedor en el Nuevo Lujo Al igual que ocurre con los consumidores, los empresarios están mejor preparados, tienen más recursos y suficiente tecnología como para poder estar en contacto con sus clientes y conocer más sobre ellos. Por lo que, en lugar de limitarse a ofrecer commodities (productos para los que mostrar una marca u otra no aporta valor añadido y el precio se convierte en la única variable de compra decisoria), buscan la forma de crear significado y experiencias en categorías ya existentes donde apenas se estaba aportando valor. La disposición a pagar precios superiores por aquellos productos y servicios que ofrezcan suficiente significado afecta ya a casi todos los sectores, este Nuevo Lujo está siendo aprovechado por inteligentes emprendedores que ya han conseguido cambiar el funcionamiento tradicional de muchos mercados; empresarios intrusos, que se entrometen y entran a competir con el convencimiento de ser capaces de aportar más valor: en lugar de limitarse a consultar las estadísticas, encuestas y conclusiones de focus groups, analizan los modelos de negocio desde el punto de vista y la experiencia personal. Y como en los casos del Circo del Sol, Starbucks, DVELAS o Apple; están consiguiendo un gran éxito, rentabilidad y crecimiento; incluso en categorías en declive. Estos líderes afirman que la inspiración para crear sus empresas proviene de sus experiencias personales: el presi- dente y fundador de Starbucks, Howard Schultz, se enamoró, en un viaje a Italia, de sus cafeterías y pensó que si se adaptaba ese concepto en Estados Unidos tendría una gran aceptación. 35 La joven Olaya García ―tras haber disfrutado toda su vida de la cosmética natural a partir de los tesoros de la colmena que vendía su familia― se sorprendió de no encon- trar productos similares, sin componentes químicos y libres de reacciones alérgicas, para el cuidado de la piel. Pensó que había un hueco que ella misma podía cubrir y, así, comenzó a gestar SeaSkin, una marca de cosmética natural de alta gama cuyos principios activos provienen de cultivos biológicos. “No comprendía cómo cuanto más exclusivo, más químico era el cosmético; decidí volver a los orígenes, apostar por lo que viví desde pequeña y por el mayor lujo que existe: la naturaleza en sí misma” Olaya García El logotipo de Virgin lo podemos encontrar en más de 300 categorías Richard Branson, fundador de Virgin ―uno de los mayores conglomerados empresariales del mundo― ha plas- mado su marca en productos que compiten en categorías tan diferentes como discos, trajes de novia o viajes espaciales. Cuando se le pregunta las razones por las que decidió crear, por ejemplo, su aerolínea comercial, afirma: ―tras las malas experiencias viajando pensé que sería capaz de crear una que funcionara mejor y proporcionara una experiencia y servicio superiores‖viii. Vivencias como esas son la inspiración de estos empresarios intrusos: Howard Schultz había sido comercial en Xerox antes de entrar en el negocio del café; Olaya García trabajaba en una empresa que se dedicaba a ofrecer servicios náuticos; y Richard Branson comenzó su aventura sin ni siquiera haber terminado el colegio. Esta visión de intruso permite ver las categorías sin estereotipos ni prejuicios Este es un gran ejemplo de motivación para crear artículos de lujo: el convencimiento de que se puede ofrecer un bien o servicio de calidad superior ―sin estar avalado por estudios de mercado o planes de negocio― simplemente por la satisfacción de proporcionarlo. Las empresas que entren a competir en un segmento existente deberán comprender sociológicamente a los consu- midores. Su objetivo será cambiar su forma de percibir lo que compran; llegando, en el mejor de los casos, a modelar sus estilos de vida a través de nuevos hábitos y necesidades. 37 Desarrollar marcas de lujo implica una fuerte inversión en tiempo, esfuerzo y dinero. Pero aquellos que sean capaces de esperar hasta que los resultados aparezcan, encontrarán nuevas, inesperadas e interesantes oportunidades de negocio. Starbucks y el Circo del Sol son conceptos nuevos que nada tienen que ver con el resto de cafeterías ni de circos tradicio- nales. Esto necesita una forma de pensar diferente que gene- ralmente falta en muchas de las compañías actuales; que simplemente buscan retornos rápidos. ―Un negocio tiene que ser envolvente, tiene que ser divertido y tiene que ejercitar tus instintos creativos‖ Richard Branson 39 CAPÍTULO III Clases de Lujo ―Lujo para mi es cualquier cosa que alguien compra cuando su apreciación por ello crece a lo largo del tiempo‖ix El Mercado de las marcas de lujo, tradicionalmente exclu- sivo de las clases más pudientes, ha experimentado una más que considerable expansión en estos últimos tiempos. Michael Silverstein, Socio Principal y Director General del Grupo Boston Consulting, explica en sus numerosos artículosx cómo ha influido en el consumo el aumento, en los países desarro- llados, de la capacidad adquisitiva de la clase media; así como de su educación, refinamiento y sofisticación. La frase que abre este capítulo fue pronunciada por Budd Margolis, experto en el retail, y transmite a la perfección cómo la percepción que la gente tiene del lujo es totalmente personal y está en constante evolución. Las marcas y los nuevos consumidores están redefiniendo completamente el modelo tradicional de productos y servicios de lujo. Por lo que éste se ha convertido en un concepto subjetivo, cuyo significado e interpretación varían radicalmente de una persona a otra. Hasta ahora, cuando pensábamos en marcas de este sector, se nos venían a la cabeza bolsos de Chanel, Lambor- ghinis o jet privados, sin embargo, estos productos tan exclu- sivos suponen una parte muy reducida del total de bienes y servicios que se podrían considerar como lujo. Hoy en día, la percepción del lujo no tiene porque ir asociada al valor y al precio, sino a las cualidades que la marca logra transmitir El rango de categorías que lo componen resulta amplísimo ―desde Lamborghini al Circo del Sol, pasando por Louis Vuitton, DVELAS, Apple o Uno de 50―, por lo que, si tuviéramos que encontrar un identificador común propio de todas ellas, éste sería que el ratio de utilidad funcional por precio resulte siempre más bajo que el de utilidad intangible por precio. ¿Qué significa esto? Pues, simplemente, que para la gente que adquiera un producto o servicio el retorno emocional que obten- ga compense con creces la inversión realizada. Siguiendo este criterio, podemos identificar diferentes niveles de lujo dirigidosa un público más general o, por el contrario, a otro más exclusivo; pero siempre cuidando aque- llos elementos simbólicos, emocionales y experimentales que les permiten ser percibidos como lujosos. 41 Clases de lujo Lujo Exclusivo ¿Qué te parecería alojarte una noche en el hotel de siete estrellas Burj Al Arab de Dubai por veintiocho mil dólares? Se trata, por si había quedado alguna duda, de uno de los hoteles más caros del mundo: las habitaciones tienen ascensor privado, en sus restaurantes cocinan algunos de los mejores chefs del mundo y, entre otros excesos, puedes solicitar servi- cio de transporte en Rolls-Royce. El Lujo Exclusivo de Burj Al Arab, Bugatti, Blancpain, Bang & Olufsen o Hermès, se ofrece a precios inaccesibles para la mayoría de los mortales, pero tiene el placer de disfru- tar de un grado de fidelidad por parte de sus clientes que no se ve afectado por las tendencias. Algunas de estas firmas se han convertido en auténticas instituciones. Un buen ejemplo es el del grupo francés de marcas de lujo LVMH, que confía en que el champagne Dom Perignon ―creado hace doscientos cincuenta años y que llega a venderse al mareante precio de cuatro mil euros el litro― continuará siendo una de las marcas más valoradas del merca- do otros cien años y más. Burj Al Arab, uno de los hoteles más caros del mundo El Lujo Exclusivo es el más pequeño de los tres, en lo que a tamaño de mercado se refiere. Pero, a pesar de poder satisfacer a un número muy reducido de clientes, constituye una poderosísima herramienta para comunicar la grandeza de tan intemporales marcas. Esto ocurre en Ferrari: empresa que se calcula obtiene el 80 por ciento de sus ingresos a través de la venta de merchandising y solo el 20 por ciento gracias a sus exclusivos coches; siendo, sin embargo, la historia y exclusivi- dad de dichos coches la que crea el significado y la mística de la marca. Hasta el punto de contar con auténticos fans, ansiosos por comunicar su identificación con los valores del Cavallino Rampante a través de artículos como ordenadores, zapatillas o guantes. 43 Polo, Gorra y Reloj oficial Ferrari Ferrari fabrica poco más de seis mil coches cada año. Los clientes deben, además, esperar ese mismo tiempo desde que lo compran hasta que lo reciben. Se trata de un modelo de negocio que, por el inalcanzable precio de sus productos y lo limitada que resulta su oferta, presenta más similitudes con el arte que con el mercado. Algo similar ocurre con Oakley y sus exclusivísimas colecciones a cuatro mil euros el par: un dato que deja de sorprender cuando, por ejemplo, explican que viajaron a Italia para investigar si podrían fabricar unas gafas empleando la misma fibra de carbono de los coches de Fórmula 1. Otros de sus modelos están creados a partir de material ignifugo... Oakley invierte en investigación, innovación y desarrollo con el objetivo estratégico de mejorar tecnológicamente y descu- brir nuevas formas de diseñar y fabricar productos únicos; esperando poder transmitir estos avances de ingeniería ―conseguidos con sus inaccesibles creaciones― a la fabricación diaria del resto de modelos que, realmente, constituyen el grueso de sus ventas. Lujo selecto Es un lujo intermedio entre el más ostentoso e inalcanzable y el más económico y accesible. Su precio no es tan elevado como el de los productos y servicios más exclusi- vos, pero sigue estando lejos del bolsillo del consumidor me- dio. Ese es su principal riesgo: quedarse a medio camino y perderse en el cada vez mayor número de marcas existentes. Las empresas que se encuentran en esta categoría son las que presentan un futuro más incierto: la competencia aumenta y la predisposición de compra de los clientes varía constantemente. Son, por tanto, más vulnerables a los cam- bios sociológicos y, de repente, pueden dejar de tener signifi- cado para sus usuarios tradicionales. Esto le pasó en 2010 a los prestigiosos almacenes Bloomingdale’s, Macy’s o Saks Fifth Avenue, que tuvieron que ofrecer descuentos de hasta el 70 por ciento para deshacerse del elevado stock que tenían acumulado como consecuencia de la caída de sus ventas. Al contrario que Harrods, que presentó un considerable incre- mento de sus beneficiosxi. Ciertas marcas de moda ―Hugo Boss, Giorgio Armani Polo Ralph Lauren o Tommy Hilfigher― aspiran a pertenecer al grupo de marcas de lujo y prestigio, pero, debido a la agre- siva competencia a la que se enfrentan, se están viendo obli- gadas a bajar sus precios y a presentar unas estrategias que recuerdan a las del Gran Consumo; como la de trasladar sus fábricas a China o Vietnam. Esta pérdida de valor y significado irá seguida de una bajada de precios, que se convertirá en el fin de la marca. 45 Las marcas que no sepan diferenciarse de la competencia con un mensaje claro de lo que hace especial a sus productos difícilmente conseguirán ofrecer un valor emocional superior al precio que solicitan Lujo accesible Es el más rentable de los tres y el motor económico de las empresas que compiten en el mercado del Lujo. Lo forman aquellos productos al alcance del consumidor medio, que transmiten el suficiente significado como para poder vender al precio máximo de su categoría (entre tres y cinco veces más elevado que los competidores). BMW Serie 3 Cabrio El secreto de este modelo de negocio reside tanto en los beneficios técnicos, funcionales y emocionales que ofre- cen, como en el hecho de que su precio no resulta prohibi- tivo. Incluso, en términos relativos, podrían considerarse bara- tos. Es el caso del sabor suave del Vodka Iceberg, que puede adquirirse a un precio de entre treinta y setenta dólares a pesar de emplear el proceso de fabricación más caro del mundo. Un importe claramente superior al de otros vodkas, pero que sigue siendo accesible para la mayoría de las personas. A este fenómeno se le ha llamado democratización: ciertos productos de consumo masivo a los que se les han añadido atributos del lujo; creándose una motivación aspiracional o inspiracional que les permite vender a un precio notoriamente superior al de sus competidores directos. El mercado ofrece una amplia variedad de este tipo de bienes y servicios adapta- dos al bolsillo del consumidor medio: automóviles, robots de cocina, muebles, moda, alimentos, vinos y cervezas premium, cosméticos, servicios para las mascotas, equipos deportivos y un larguísimo etcétera. Además de versiones más económicas de los productos exclusivos; como son algunas colecciones pret-à-porter de las firmas de alta costura. Se ha demostrado que existe una predisposición de la clase media a pagar precios superiores por determinados productos que tengan significado para ellos. Ese es, por ejemplo, el secreto de Starbucks ¿Cómo puede valer cinco euros una taza de café? Sabiendo que en cualquier otro esta- blecimiento puede conseguirse por menos de dos… Si nos hubieran preguntado hace unos años a todos nos habría parecido absolutamente ilógico que un modelo de negocio como Starbucks pudiera haber tenido éxito. Sin embargo, han conseguido crear una experiencia tan atrayente que ahora los consumidores quieren disfrutar de este nuevo, necesario y accesible lujo. 47 Los especialistas de marketing hablan ahora del nacimiento de un nuevo perfil de consumo, que bautizaron como "masstigio": productos y servicios masivos a precios altos, pero no prohibitivos. El resultado ha sido la creación de nuevas compañías, como Victoria’s Secret o Tous, que comercializan ―en un nuevo mercado entre mass y class―, productos (lencería y joyería) tradicionalmente ajenos al mercado masivo. Caso parecido ocurre con Nespresso y sus carísimas cápsulas ―si se compara el precio proporcionalmente al del café soluble―;Nespresso ha sido capaz de hacer del consumo en casa de un café de máxima calidad una valorada experien- cia que está demandándose incluso en este periodo de crisis. Nespresso ha conseguido crear una cultura alrededor del café Para las personas con un nivel adquisitivo medio marcas como BMW, Tous, Iceberg, Apple o Starbuks, pueden llegar a tener tanto significado como Blancpain, Rolls- Royce, Bang & Olufsen o Chanel. Todos son productos con gran valor emocional, funcional o técnico, que ayudan a obte- ner satisfacción individual. Como también ocurre con los he- lados americanos de calidad premium Ben & Jerrys; que solo emplean ingredientes naturales en su elaboración. Finalmente, encontramos los casos de empresas como Ferrari, Gucci o Hermès; que, con el objetivo de llegar a un mayor número de consumidores, incorporan sus conocidos logotipos a productos que, aun siendo accesibles, se comercia- lizan a un precio claramente superior al promedio de la cate- goría. Con ello permiten satisfacer a aquellos fans ―que no disponen de la capacidad adquisitiva para conseguir una de sus exclusivísimas creaciones― el deseo de poseer, al menos, un artículo de su marca favorita. Fragancia Eau d'Orange Verte de Hermès 49 Fighter Brands El aumento del nivel adquisitivo de la clase media no ha pasado desapercibido para los empresarios de las casas más exclusivas; que están empezando a crear nuevos conceptos dirigidos a los bolsillos de los que aspiran a imitar a los ricos. Son las denominadas fighter brands: segundas marcas más ase- quibles de las empresas del lujo. Estos bienes tienen una gran importancia estratégica ya que, a diferencia de los que confor- man el Lujo Exclusivo y Selecto, pueden generar, pese a sus precios relativamente altos, enormes volúmenes de venta. Tienda de Aristocrazy en la Calle Serrano de Madrid Este es el caso de Aristocrazy; nueva línea del presti- gioso grupo joyero español Suárez, que se lanzó en el año 2010 para competir en el mercado masivo con firmas como Tous. El lujo no lo marca el precio, sino el valor que el producto aporta al comprador: su percepción va asociada con elementos simbólicos, emocionales y experimentales.xii Al dirigirse a un público muy parecido, constituye una categoría en sí misma, en la que se incluyen todos aquellos bienes y servicios que podemos disfrutar de forma individual o en grupo: cosméticos, accesorios, vino, viajes, restaurantes, spas, centros de belleza, conciertos de música y un larguísimo etcétera. La particularidad de este sector radica en que el usuario recurre a él con la única finalidad de satisfacer una necesidad superior: puede haberse vuelto discreto o seguir siendo osten- toso, ser accesible o inalcanzable; lo único seguro es que evo- luciona y su significado es diferente para todo el mundo. Por lo que, si queremos comprenderlo, deberemos aprender a incorporar el análisis sociológico dentro de un plan de marke- ting muy particular; enfocado a crear significado, identifi- cación y sentimiento de pertenencia. 51 CAPÍTULO IV Lujo como concepto sociológico ―El individuo compra un estilo de vida‖xiii Randy Kabat, ex vicepresidenta de Prada Los consumidores actuales son sensibles al precio e inteligentes en su proceso de compra, sin embargo, tienen la necesidad de diferenciarse del resto y, para ello, están dispues- tos a invertir, según sus intereses, en aquellas categorías con las que sienten identificación y que les sirven para satisfacer diferentes aspiraciones personales: aparentar status, auto- recompensarse, celebrar una ocasión especial, etcétera. Para quien comercializa bienes y servicios de lujo, el éxito consiste en ser capaz de crear este aura de autenticidad, exclu- sividad, prestigio y deseo, por lo que nos encontramos en un sector que nace más de una filosofía que de un plan de negocio. Como dice el experto en gestión de marcas de lujo, Josep María Galí: “Para sobrevivir en el lujo los únicos estudios que se debe saber interpretar son los sociológicos” La tendencia a comprar productos de mayor precio es propia de una sociedad que ha evolucionado cultural y econó- micamente. A continuación veremos cómo este dinamismo obliga a las marcas ―independientemente de su categoría y especialidad― que quieran sobrevivir en este exclusivo merca- do a ser totalmente estratégicas en sus decisiones; así como a realizar un profundo trabajo de empatización con los consumi- dores, con el fin de comprender sus necesidades. No limitar el análisis a los estudios de mercado El marketing para atraer a los clientes en el Gran Consumo es el de las 4Ps: Precio; Producto; Distribución (Place) y Promoción. Son productos y servicios básicos de uso diario para los que el precio se convierte en una variable competitiva determinante. Sin embargo, en el Sector del Lujo, la situación es distinta, ya que la relación que une a consumi- dores y marcas es personal y está basada en la fidelidad y en la identificación. Gestionar dichas marcas tiene, por tanto, mucho más de arte que de ciencia: el plan de negocio pone su confianza en la visión artística del diseñador ―que tiende generalmente a identificar vacíos en el mercado creando, a continuación, nuevos productos para llenarlos― y confía que ésta sea lo suficientemente poderosa como para atraer a la clientela. 53 Produciéndose un comportamiento en los clientes de este tipo de firmas que se asemejará más al de un fan que al del consumidor tradicional. Apple puede presumir de contar con auténticos fans de sus productos La joven empresa riojana Vintae Luxury & Wines se propuso competir a través del diseño y la innovación en el maduro y estereotipado mercado del vino; respetando, eso sí, la tradición en la elaboración del producto. Uno de sus gerentes, Ricardo Arambarri, avisa que, hoy en día, nadie puede permitirse el privilegio de quedarse parado mirando a los competidores: ―estamos obligados a crear nuevos conceptos cada año, a ir un paso por delante del mercado‖. Recientemente han lanzado una polémica colección de blancos elaborada a base de variedades de uva con las que nunca antes se había trabajado en La Rioja: tierra en la que este tipo de vinos apenas tienen tradición. Ante las preguntas acerca de cómo habían apostado por una idea tan transgre- sora, en lugar de seguir lo que marca el mercado, Vintae se limita a contestar: "siempre defenderemos la innovación y el dinamismo frente a la autocomplacencia, el inmovilismo y la tiranía de lo políticamente correcto‖. Una ausencia de dogmas que está por encima de cualquier estudio de mercado y sobre la que están edificando una valiosa comunidad de fans (consumidores), amantes de sus creaciones. Dos de los nueve modelos de la colección Spanish White Guerrilla de Vintae 55 Motivadores inspiracionales y aspiracionales Según los psicólogos el deseo de consumir lujo se origina a partir de motivadores aspiracionales o inspiracionales. El Lujo Aspiracional bordea la banalización; se basa en aparentar, en la creencia de que poseer un cierto producto, una marca concreta, te otorga un status social superior. El Lujo Inspiracional, por el contrario, fomenta la cultura de “l’art du bon vivre”, en la que el deseo de poseer el producto o disfrutar un servicio nace de una satisfacción totalmente personal. La Asociación Andaluza de Egiptología constituye un buen ejemplo de motivación inspiracional: organiza para sus miembros viajes arqueológicos con expertos egiptólogos. Los componentes de dicha asociación se mueven por una pasión hacia la cultura del Antiguo Egipto, por el placer de satisfacer una inquietud personal, y no por la necesidad de ostentar. Asociación Andaluza de Egiptología (ASADE)El valor emocional es superior al precio del viaje Esa es la esencia del Lujo, que los propios consumidores sean capaces de justificar, ante ellos y los demás, que el dinero invertido vale la pena por la satisfacción funcional, técnica o emocional que les produce. Los objetos de lujo tienen un significado para quien los posee y ese significado no se valora siempre igual: las formas de vida y el comportamiento socio-cultural evolucionan. Algo que también sucede a lo largo de la existencia de una persona. La importancia de la sociología radica en saber distinguir cuando una firma está satisfaciendo un deseo aspiracional o inspiracional, ya que un mismo producto puede evolucionar de una categoría a otra en función de cada uno: disponer de un cuadro de Picasso puede deberse a ser un amante del cubismo (motivación inspiracional) o a querer dejar a tus visitas boquia- biertas (motivación aspiracional). Las marcas deberán comprender en todo momento el significado que para sus fans tiene el producto y como éste evoluciona. De lo contrario no serán más que una moda pasajera. 57 Maslow y la evolución de las necesidades El psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908- 1970) clasificó las necesidades de los seres humanos en función de su naturaleza y las ordenó en su famosa pirámide: colocó las más básicas en la base y las más sofisticadas en la cima. Según Maslow: ―Nuestras necesidades no son estáticas, sino que evolucionan. Responden a la influencia de variables externas (culturales, económicas, educacionales, etc.) y están jerarquizadas de forma tal que solo cuando quedan cubiertas las necesidades de un orden aparecen las del nivel superior.‖ Forma tradicional de presentar la Pirámide de Maslow El marketing busca satisfacer necesidades y deseos a un precio asequible para nuestro target y ofreciendo un valor diferencial y superior al de los competidores, por lo que en- tender este ciclo de vida será fundamental para asegurar el éxito de nuestras estrategias. Los consumidores no son uniformes en cuanto a sus preferencias sobre lujo en términos de satisfacción total: algunos buscan aquello con lo que realmente realizarse, otros simple- mente anhelan apariencia y status. Si queremos comprender las necesidades de nuestros clientes a través de la teoría de Maslow, tendremos que clasificar a nuestro público objetivo en diferentes segmentos en función de la altura de la pirámide en que se encuentren. Por lo que las acciones de publicidad, comunicación y ventas no pueden ser estandarizadas para todos ―como ocurre en el Gran Consumo―, sino persona- lizadas y adaptadas a los diferentes significados que transmite la marca dependiendo del nivel al que se dirija. Cada consumidor debe ser tratado de forma individualizada La Comunidad Como vemos en la pirámide, una de las necesidades intermedias ―y, por lo tanto, presentes en todos nosotros― es la de pertenencia: asociación con un grupo de individuos con quien, se presupone, tienes cosas en común. Las marcas de lujo exitosas son aquellas cuyos clientes constituyen una comunidad. Permitir interactuar a tus usuarios a modo de club es una poderosa herramienta de fidelización. Esto lo sabe Apple; para lo que dispone en algunas tiendas de su famosa Genius Bar: una larga barra en la que todo el mundo puede preguntar sus dudas a los empleados y, lo que es mejor, intercambiar experiencias con otros fans. 59 ¿Alguna duda técnica? ¡Acércate al Genius Bar de Apple! Conseguir crear una tribu de individuos que presenten unas características comunes, entre las que se encuentra la pasión por una firma concreta, requiere, como veremos en el siguiente capítulo, de un gran control por parte de las empresas para evitar que nuevos perfiles de usuarios, ajenos al grupo y sus valores, comiencen a hacer uso de la marca, desvirtuando su posicionamiento y, como consecuencia, el significado que transmite a los clientes tradicionales. Organizar viajes y actividades ―como catas de vino o torneos de golf― son algunas de las acciones que llevan a cabo las marcas de lujo para fortalecer el vínculo a través de este sentimiento de pertenencia a una comunidad Inventando mercados nuevos La afirmación ―con la que comienza el capítulo― de que el lujo no puede surgir de un estudio tiene una importancia crítica: estas herramientas pueden servir para detectar tendencias, pero son nulas previendo los cambios en las preferencias del consumidor medio. Ningún estudio de mercado habría indicado a Vintae que la sociedad quería vino blanco hecho en La Rioja, sin embargo, ellos decidieron apostar y están demostrando que, con el enfoque adecuado, las empresas pueden encontrar oportunidades en segmentos con motivaciones e inquietudes nunca antes identificadas. Otro caso interesante es el de los teléfonos móviles. En el año 2008 iban camino de convertirse en commodities: los modelos eran muy similares, las compañías telefónicas esta- ban empezando a regalarlos y, además, con lo pequeñas que eran las pantallas, navegar por internet en ellos era una expe- riencia bastante poco gratificante. Si en ese momento se hubiera hecho un estudio de los consumidores potenciales dispuestos a comprar un teléfono móvil al precio de quinientos euros, el resultado habría sido desalentador. Nadie en su sano juicio habría invertido en una idea radicalmente en contra de la tendencia que el mercado había tomado. Es decir, si en Apple hubieran escuchado al mercado, el iPhone ―uno de los productos más exitosos de la década― nunca habría existido. 61 Apple ha redibujado la curva de demanda en la industria tecnológica siendo capaz de ver el potencial que había ofreciendo productos de mayor funcionalidad a un precio considerablemente superior El reto está en conseguir crear demanda por algo que en un principio no parecería realmente necesario. Ahí entra la sociología y la empatía para comprender las necesidades y tratar de prever comportamientos futuros en escenarios nuevos. Como hizo Cirque du Soleil (El Circo del Sol): combinando teatro, música y circo, ha conseguido que las entradas de sus performances ―que se comercializan a un precio notablemente superior al del resto de espectáculos― se ago- ten con meses de antelación. Y eso en un sector en decaden- cia ―como era el circo―, en el que ningún empresario habría estado dispuesto a invertirxiv. Prever el comportamiento de los consumidores El peligro de acceder a un mercado nuevo siempre está en la incertidumbre acerca de la aceptación que se tendrá y si los estudios realizados y las estrategias escogidas habrán sido los adecuados. Este riesgo se acentúa en las empresas del Lujo: proporcionar bienes y servicios a un precio claramente supe- rior al de los competidores existentes resulta, cuanto menos, ambicioso. El grupo francés LVMH no duda en afirmar que los más ricos del mundo, independientemente del país al que pertenezcan, tienen estilos de vida, gustos y aspiraciones similares: ―quieren lo último y lo mejor‖. Sin embargo, en el año 2003, cuando Louis Vuitton abrió su primera tienda en Nueva Delhi, sabían que, a pesar de la fuerte demanda que preveían para sus productos premium, era necesario ganarse la credibilidad de los consumidores indios. Para lo cual dedica- ron el tiempo necesario hasta estar seguros de haber com- prendido su comportamiento y motivaciones. ¿Cómo lo hicie- ron? Sencillo: monitorizando a todos los clientes indios que compraban sus artículos en el extranjero. Apple, siempre prevé y se anticipa a los posibles frenos que puedan llevar a aquellos potenciales consumidores menos familiarizados con la tecnología a desistir en la idea de adqui- rir sus dispositivos; por ello enfocan toda su comunicación a enseñar cómo utilizarlos y a destacarlo sencillo e intuitivos que resultan. Presentación del iPhone por Steve Jobs en 2007 63 Todo el mundo quiere lujo, pero no a cualquier precio Los consumidores están cambiando determinados hábitos de compra; buscando formas más inteligentes y viables de disfrutar de sus experiencias favoritas. Por lo que se debe ser lo suficientemente flexible y dinámico como para poder ofrecerlas de forma adecuada a las nuevas demandas. Bajo este razonamiento, han surgido diferentes modelos de nego- cio dedicados a alquilar aquellos productos exclusivos cuyo alto precio de compra alejaba a potenciales clientes dispuestos a disfrutar de ellos, pero solo durante un momento determi- nado: bolsos, trajes, zapatos, etc. Caso interesante es el de la empresa GentlemenDrive club, perteneciente al Grupo Gevicar, que ha sabido comprender y adaptarse a la perfección al siguiente cambio sociológico: cada vez es menor el número de personas que adquieren vehículos deportivos de altas prestaciones ya que su precio y coste de mantenimiento resultan muy elevados y, además, como inversión, se devalúa rápidamente día tras día… …Sin embargo, mucha gente sigue soñando con conducir este tipo de coches Lo que GentlemenDrive ofrece, a cambio de pagar una cuota anual, es el derecho a disfrutar de una flota que se renueva anualmente con los mejores deportivos del mundo (Ferraris, Bentleys, Porsches y Lamborghinis, entre otros) y, tam- bién, a pertenecer a un club de élite donde compartir, con el resto de miembros, la pasión por los vehículos más exclusivos del momento. Cuadro comparativo de las ventajas de pertenecer a GDxv Formar parte de este círculo significa poder gozar de un automóvil de altas prestaciones, siempre en perfecto estado, sin tener que perder tiempo, ni dinero, con el mantenimiento o la puesta a punto del mismo. Un brillante ejemplo de cómo satisfacer una necesidad adaptándose al cambio de mentalidad de los usuarios. O como ellos dicen: “La forma más cómoda, flexible y sin inconvenientes de disfrutar del modelo perfecto para cada ocasión” Grupo Gevicar-GD, empresa líder nacional en alquiler de vehículos de prestigio 65 CAPÍTULO V Los peligros de estar de moda ¿Puede ser que el valor emocional de las cajas turquesas de Tiffany o el de las bolsas naranjas que proporciona Hermès a sus clientes, sea superior al elevadísimo precio de sus productos? Vale la pena preguntarnos cómo las marcas más exclusivas han conseguido alcanzar su intemporal status para no pasar de moda y mantener fielmente, desde hace más de cien años, a los clientes más exigentes y exclusivos. Las modas son un fenómeno social en continua evolución y los profesionales están obligados a ser flexibles, a fin de saber adaptar la comunicación y acciones estratégicas a los cambios sociales que se producen en la percepción de sus artículos. Estos cambios han tenido lugar ya en infinidad de categorías. Por ejemplo, las empresas que fabrican vehículos todoterrenos han encontrado un nicho muy rentable en aquellas mujeres, de un nivel adquisitivo elevado, que quieren llevar a sus hijos de la forma más segura posible. El producto es el mismo, pero aprovecha y se adapta a una necesidad social nueva. La centenaria empresa americana Harley Davidson ha conseguido convertirse en una marca intemporal; un símbolo para quienes presumen de conducirla y un exitoso modelo de marketing estratégico y sociológico, que el resto de nosotros debemos aspirar a imitar. Durante los años veinte dominaba el mercado de las motocicletas a nivel mundial, disfrutando de una gran reputación; sin embargo, su cómoda posición cam- bió radicalmente en los años sesenta al comenzar a percibirse como un producto demasiado caro y, lo que es peor, las películas de Hollywood le hicieron una horrible publicidad al asociar la marca con bandas violentas y a conductores con pocos modales. Afortunadamente, Harley Davidson fue capaz de reposicionarse y el perfil de sus consumidores ha vuelto a cambiar: siguen siendo amantes de las motos, pero con un nivel adquisitivo y educativo elevado. Lo que puede comprobarse observando el alto número de ejecutivos que, en todos los países, acuden a sus respectivas oficinas a lomos de una Harley. Mantiene su visión inicial: realización de sueños y experiencias extraordinarias. Pero lo hace adaptada a los estilos y formas de vida modernos. 67 El gurú del marketing, Philip Kotler, definió las modas como: ―la aceptación popular de un estilo en un campo determinado‖xvi. Utilizando como ejemplo a los jeans (pantalo- nes vaqueros), que están de moda en la forma de vestir actual; si cambiara la forma de vestir, las marcas deberían adaptar sus modelos a los nuevos estilos, valores y formas de vida sociales. El peligro que tienen es que existe una línea muy fina entre algo de moda y algo pasado de moda. De hecho, en la mayoría de los casos, terminan desapareciendo tan rápido como surgieron ―los ciclos de vida de los productos son cada vez más cortos; y debido a la globalización, internet, canales masivos de comunicación, etc., la evolución en el comporta- miento de las personas resulta cada vez más rápida y difícil de prever―, por ello, las modas pueden convertirse en un arma de doble filo si no se gestionan correctamente. Representación gráfica del ciclo de vida de los consumidores Para tratar de controlar el significado que transmite nuestra marca, conviene comprender que todos los productos siguen, a mayor o menor velocidad, el siguiente ciclo de vida: comienzan a ser adquiridos por aquellos consumidores catalo- gados como Innovadores y por los Primeros Usuarios, para des- pués, siendo ya más conocidos, pasar a ser utilizados por el resto (la Mayoría). Podríamos considerar a los Innovadores y Primeros Usua- rios la comunidad que emite, a través de la marca, señales sobre su pertenencia a un determinado grupo social: muchas veces encontramos en este grupo a las celebrities; quienes, por su influencia social, suelen convertirse en los perfectos embajadores de las empresas. A medida que se masifica el consumo y otros grupos se unen a la tendencia, el mensaje original tiende a diluirse; con lo que el producto o servicio deja de estar de moda. Por otro lado, la duración del ciclo de vida de la moda es difícil de predecir. Todo producto sigue las mismas fases: Introducción, Crecimiento, Madurez y Declive. Representación gráfica del Ciclo de Vida estándar Sin embargo, las modas recorren un ciclo de vida diferente, en el que el tiempo en cada una de las fases ―por el 69 exponencial crecimiento de sus ventas― se acorta y se puede correr el riesgo de entrar en la fase de declive mucho antes de lo que estratégicamente se desearía. Se ha comprobado que las modas pasan por cuatro etapas: Distinción, Imitación, Moda Masiva y Decadencia. La fase de Distinción es aquella en la que algunos consumidores se interesan por algo nuevo con lo que poder distinguirse de otros. Son productos que pueden estar hechos a medida o fabricados en pequeñas cantidades. En la fase de Imitación, se acercan nuevos consumidores por el deseo de imitar a los influyentes líderes; a su vez, comienzan a aparecer los primeros competidores, con lo que el producto se convierte en algo extremadamente popular y su consumo se masifica: el significado inicial empieza a diluirse y los consu- midores dirigen su mirada hacia otras modas que comienzan a llamar su atención. Para evitar que la marca se desvirtúe se recomienda desarrollar una estrategia con la que satisfacer a ambos grupos: los innovadores que marcan las primeras tendencias y el enorme mercado que les sigue. Al lograr que los clientes originales sigan a bordo, la marca mantiene sucaché; incluso aunque determinadas líneas de productos estén dirigidas al mercado masivo. Algo que están consiguiendo algunas firmas de Alta Costura con sus colecciones, más o menos accesibles, de Prêt-à-Porter. Empresas como Ferrari, BMW, Hermès, Converse, Oakley o Apple, son auténticos modelos a seguir en la aplicación de esta estrategia: están siendo capaces de asegurar el icónico significado que tienen para sus comunidades, a pesar de la masificación de sus ventas y de la entrada de nuevos perfiles de usuarios. Lo que, por el contrario, no han conse- guido algunos fabricantes de coches cuya imagen se está vien- do diluida debido a los conductores que pueden verse al volante de sus modelos más accesibles. Modelo DC Comics, de Converse Converse ―otra marca centenaria― se mantiene, desde los años cincuenta, como una de las favoritas de la juventud. Este icono pop promueve, desde la creatividad y sin renunciar a su filosofía, un espíritu joven y vanguardista adaptado a las tendencias de cada momento. Con su inimaginable variedad de colores y estampados han conse- guido que sea una marca fácilmente identificable: se ha convertido en un complemento indispensable que lucen estrellas de rock, del cine y del deporte, pero también mi- llones de personas corrientes, como tú o como yo. 71 Cuando crecer no interesa Hemos visto que resulta común perder interés por aquellos artículos y marcas cuando se vuelven demasiado populares. Por ello, en ocasiones, resulta conveniente ―para evitar que se masifique el consumo de un producto o servicio― frenar el crecimiento de sus ventas. Existen diferentes estrategias que pueden tomarse: limitar la distribución ―ofreciéndolo únicamente a establecimientos selecciona- dos―; limitar a través del precio ―comenzando siendo muy caros para abarcar únicamente al segmento top―; limitar la producción ―las ediciones limitadas proporcionan a los consumidores un claro mensaje de exclusividad―; limitar a través del conocimiento ―los productos complejos, que necesiten de una formación previa, resultan eficaces para filtrar a todo el que no sienta verdadera pasión por la marca―; o limitando la comunicación ―dirigiéndonos únicamente al público objetivo y, preferible- mente, a través de experiencias con las que crear significado y un fuerte vínculo. Es decir: se debe aumentar, en términos monetarios de tiempo, esfuerzo y conocimientos, el coste de adquirir el producto. El champagne Moët & Chandon (1743), el perfume Número 5 de Chanel (creado en los años 20), el bolso Kelly de Hermès (1937) o el modelo Daytona de Rolex (1963), se han convertido en intemporales iconos que podemos tomar como referencia a la hora de diseñar las estrategias con las que evitar ser presa de las modas y tendencias pasajeras. Conclusión: Las personas quieren parecerse a los miembros de su propio grupo pero, también, ser diferentes a los otros grupos sociales. La gente dice que las cosas dejan de estar de moda porque acaban siendo aburridas. Pero en opinión de Jonah Berger, profesor de Marketing de la Universidad de Wharton: “Se abandona las modas para evitar emitir señales de pertenencia a un grupo no deseado”xvii "La moda desaparece, el estilo es eterno" Coco Chanel 73 CAPÍTULO VI Los consumidores en el Nuevo Lujo El sector del Lujo ha disfrutado de una indestructible y a menudo ilógica fidelidad por parte de una selecta élite poco sensible al precio: los clientes más exclusivos del espectro de riqueza. Sin embargo, hoy en día, existe una clase media con suficiente poder adquisitivo, pero con unas prioridades y comportamientos de compra diferentes. De la misma forma que para vender lujo la empresa y sus trabajadores deben estar enamorados del producto, no se conseguirá atraer al público objetivo si no se transmite y despier- ta en ellos esa misma pasión. Los clientes y sus nuevas preocupaciones Las necesidades evolucionan ―tal y como exponía Maslow en su pirámide― y, para poder conectar con los consumidores, será imprescindible comprender sus hábitos, motivaciones y aspiraciones. Como veremos a continuación, el interés por el Nuevo Lujo puede producirse por más de una serie de emociones: la gente muestra preocupación por sí misma pero, también, por la sociedad y el mundo en el que viven. Nuestro estilo de vida se ha vuelto sedentario y el trabajo y las responsabilidades ocupan la mayor parte de nuestro día. Por lo que, la falta de tiempo libre provoca que muchos estén dispuestos a pagar extras ―desde una visión económica, el precio aumenta con la escasez― por bienes y servicios que les faciliten la vida diaria y en el hogar ―como robots de cocina, comidas preparadas o servicios de tinto- rería― y por aquellos centros, tratamientos y productos ―la preocupación por el cuidado y mantenimiento físico es cada vez mayor― que les garanticen un físico joven y saludable: gimnasios, dietistas, spas o centros de belleza. La empresa de biocosmética de lujo SeaSkin ofrece productos de belleza creados a partir de ingredientes 100 por cien orgánicos y cuidadosamente seleccionados. El gusto por las escapadas, la aventura y el desarrollo espiritual se ha convertido en otra de las prioridades de la sociedad en nuestros días. La gente está ansiosa por vivir experiencias que den sentido a su vida y determinados secto- 75 res ―turismo, automóviles, equipamiento deportivo, delicate- ssens, tecnología o vinos y cervezas premium― se están beneficiando de esto. También queremos enviar señales de identidad social y formar parte de grupos con los que tengamos cosas en común. A satisfacer esta necesidad de pertenencia a una comunidad y de desarrollar las relaciones personales se están enfocando restaurantes, clubs y agencias de viajes. Y, por último, el culto de un estilo individual: la necesidad de expresar una personalidad e identidad propias, que nos muestren como únicos respecto a todos los demás; una necesidad para las que la moda o la decoración se han convertido en categorías importantes. Pero hay que recordar que estos lujos no pueden proporcionarse a cualquier precio. El respeto por el medio ambiente y los derechos humanos se ha convertido en una exigencia de los consumidores, que ya han mostrado su predisposición a pagar un extra por algunas marcas que han hecho de la lucha por la igualdad su bandera, como es el caso de la cadena de productos de cosmética natural The Body Shop, fundada en 1976 por Anita Roddick. Toda la actividad de The Body Shop se ve impregnada por una filosofía especial de respeto medioambiental, defensa del comercio justo, salvaguarda de los derechos humanos y protección de los animales. Los nuevos clientes, sensibles y discretos Roxanne Paschall, Directora de Merchandising de la firma de lujo italiana Bottega Veneta, comentaba ―durante la Semana de la Moda de la Universidad de Pensilvania de 2010― cómo habían notado una evolución de las preferencias de sus consumidores hacia un consumo que buscaba alejarse de la ostentación: ―los clientes están pidiendo embalajes sim- ples, sin marca, sin cajas, o solicitan que se les envíe el producto al hotel‖xviii. Este cambio social ha sido rápidamente identificado por Chanel ―todo un referente de Lujo Exclusivo―, al atreverse a lanzar, para la colección de bolsos Primavera-Verano 2011, un modelo en el que no luce ningún elemento identi- ficador de su marca: ni sus icónicas cadenas ni sus doradas Cs cruzadas. Cartera de mano de Chanel sin logo Cabe destacar que el bolso acolchado 2.55 ―en el que se inspira esta creación― es uno de los emblemas de Chanel y su sofisticado proceso de fabricación precisa del trabajo ex- clusivo de quince artesanos. 77¿Cómo pueden arriesgarse a desarrollar una versión de un producto tan costoso sin ningún elemento identificativo reconocible? La respuesta es sencilla: Chanel está pensando únicamente en aquellas mujeres que de verdad aman la calidad, la artesanía y el diseño de los bolsos; aquellas apasio- nadas y expertas consumidoras que quieren disfrutar de esa experiencia de forma personal, sin importarles que el resto sepan lo que han comprando. Bolso de Chanel, modelo 2.55 El Lujo ya no está restringido a niveles de ingresos, es una experiencia que nos regalamos para cumplir nuestras pasiones o porque consideramos que nos merecemos. Por ello, la estrategia de lanzar artículos sin identificadores aspiracio- nales puede resultar muy efectiva para satisfacer el consumo inspiracional. La democratización del Lujo Desde hace años los consumidores tienen ingresos superiores y, por lo tanto, mayor capacidad adquisitiva. Ello se une a la aparición de establecimientos como Wal-Mart, Primark, Decathlon, Lidl o Mercadona, que ofrecen al consumidor de clase media productos de calidad al precio más bajo, con lo que se reduce su costo de vida y, en térmi- nos relativos, se vuelven más ricos. Bajo la estrategia competitiva de precios bajos todos los días, están desempeñando un papel importante en la expansión del Nuevo Lujo Los clientes habituales del Lujo son pocos; la mayoría son personas que adquieren en su día a día productos corrientes y que esporádicamente eligen ―por capricho o placer personal― bienes más exclusivos. Michael Silverstein afirma que cada persona tiene, de media, dos categorías de compra ―tecnología, moda, arte, bebidas alcohólicas, acceso- rios para el hogar, restaurantes, viajes, cosméticos, etc.― con las que siente tanta identificación que se han vuelto demasia- 79 do importantes como para escatimar en ellas. Mientras que el resto de categorías no tienen significado emocional alguno; por lo que, al considerarlas commodities, elegimos las opciones más baratas, sin importarnos la marca. Segmentar se ha convertido, por lo tanto, en una tarea realmente complicada para todas las empresas. Los profesio- nales de hoy en día deberán ser capaces de desarrollar unas acciones de Marketing Mix enfocadas a consumidores con un comportamiento de compra de lo más dispar: personas que, por ejemplo, conducen un Mercedes, pero hacen la compra en un supermercado barato. Al estarse polarizando el consumo, la sociedad, tal y como lo está haciendo ya, evitará aquellos productos de precio medio que no logren distinguirse funcional, técnica o emocionalmente. Por lo que, las empresas incapaces de igua- lar el precio de los artículos de bajo costo o de crear la atracción emocional de los productos de Nuevo Lujo se enfrentan a auténticos retos para su supervivencia. ¿Compra emocional o analítica? Las prioridades han cambiado y la mayoría de las personas no aspiran a tener una gran mansión ni lujosos coches; pero si a disponer de determinados bienes premium que expresen su individualidad. Ciertos consumidores disfrutan del Lujo simplemente por la forma en que les hace sentir. Se trata de gente que no encuentra sentido a trabajar duro y ganar un buen salario si no pueden invertir en ellos mismos. Estos usuarios mantienen una vinculación totalmente inspiracional. Por ello, las marcas tendrán que ser capaces de crear suficiente significado como para llenar su espacio emocional. Por otro lado, encontramos consumidores que exigen a los productos del Lujo una funcionalidad y calidad superior: personas que llevan a cabo extensas investigaciones previas a la compra. Aquí las marcas tendrán que ser capaces de comunicarles de forma clara, razonada y convincente, el por- qué compensa el extra en el precio de sus productos. Importancia estratégica de la mujer como consumidora En este nuevo proceso de compra más analítico tiene un papel protagonista la mujer. Marti Barletta, autora del libro Marketing to Womenxix, documentaba una estadística que invita a la reflexión: las mujeres influyen en el 95 por ciento de todas las decisiones de compra y controlan el 80 por ciento del gasto del hogar. La influencia de las mujeres en el proceso de compra no solo es importante, sino que en la mayoría de las ocasiones resulta determinante. Las mujeres siempre han tenido una particular habilidad para juzgar el valor de los objetos y un profundo entendimiento del complejo significado emocional y social que contienen. Por otro lado está la independencia económica de las mujeres, que pueden consumir lo que quieran para ellas sin tener que pensar en la economía familiar. Como consumi- doras expertas buscan experiencias que les hagan sentirse a gusto consigo mismas y olvidar sus preocupaciones y respon- sabilidades: spas y centros de belleza, restaurantes, moda, ali- 81 mentos gourmet o viajes, son algunas de las categorías que están aprovechando esta nueva tendencia. Las empresas actuales ―en las que la mayoría de puestos directivos continúan siendo ocupados por hombres deberán ser capaces― de desarrollar una estrategia de comunicación enfocada exclusivamente a las mujeres y a sus particulares motivaciones de compra. Las empresas salen del armario La homosexualidad ha dejado ya de ser un tabú en la mayoría de países y sociedades desarrolladas; y por la imagen ―estereotipada o no― con la que se les asocia (sofisticación; sensibilidad; tendencia a la exclusividad; alto nivel adquisitivo y educativo, etc.) se han convertido en un atractivo nicho de mercado que las principales marcas aspiran a conquistar: Dolce & Gabanna, Givenchy, Armani, Gucci, Versace, Chanel, Jean Paul Gaultier e Yves Saint Laurent ―entre muchas otras― han lanzado campañas enfocadas al colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. La importancia, influencia y poder de esta comunidad es cada vez mayor: cuentan con revistas, eventos y hoteles especializados; las agencias de viajes les ofrecen productos exclusivos y los barrios gays son ya una realidad en ciudades como Londres, Madrid o Nueva York. Por lo que comunicar a este público ―de forma directa― se ha vuelto más sencillo y empresas como Jaguar no han dudado en hacer uso de estos canales y desarrollar productos especialmente diseñados para ellos. Kenneth Cole hizo con este anuncio un claro guiño al mundo gay Pero esto no es exclusividad de las firmas del Lujo; otras más accesibles como Ikea, Coca-Cola, Pepsi o Benetton han lanzado masivas campañas enfocadas simpatizar con unos consumidores a los que los estudios adjudican mayores nive- les de fidelidad en el proceso de compra. 83 “Los consumidores siempre han tenido una relación romántica con los productos, pero en la actualidad tienen más dinero, un mayor deseo de examinar su lado emocional, una variedad más amplia de opciones en cuanto a bienes y servicios, y menos sentimiento de culpabi- lidad por gastar. Buscan artículos que emitan mensajes positivos acerca de quié- nes son y qué les gustaría ser, y que les ayuden a manejar las tensiones de la vida diaria.”xx Michael J. Silverstein y Neil Fiske Lujo para las masas. Harvard Business Review (2003, abril) 85 CAPÍTULO VII El Lujo y la crisis económica ―Una marca bien construida puede resistir cualquier crisis‖xxi Bernard Arnault, creador del grupo LVMH En mayo de 2010 ―en medio de una de las peores crisis que se recuerdan― Mohamed Al-Fayed, propietario de los prestigiosos almacenes londinenses Harrods, vendió su empresa por mil setecientos millones de euros a un grupo inversor del Estado de Qatar. ¿Cómo se puede pensar que el lujo más exclusivo sigue siendo una inversión rentable? La verdad es que sorprende, pero los números de Harrods al cierre de
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