Logo Studenta

Entrega 2_Ahumada, Claudia - Claudia Ahumada Parraguez

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Universidad de Santiago de Chile
Facultad de Humanidades
Escuela de Psicología
Seminario de Grado
Discurso político y aporofobia
Desde un enfoque de Derechos Humanos
Claudia Ahumada Parraguez
Profesora:
 Yasna Valenzuela
04/07/22
“Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos sin discriminación alguna”. (OIM y IPPDH, 2019, p. 17)
Introducción
Así como han aumentado los movimientos y las políticas antinmigración alrededor del mundo, también lo han hecho las actitudes negativas relacionadas a los fenómenos de migración, los discursos de odio y los ataques contra estos (Valdez et al., 2019). En este contexto, el papel de los medios de comunicación es fundamental para la difusión de ideas y pensamientos sobre las comunidades migrantes hacia la ciudadanía, cobrando especial relevancia las redes sociales, pues son plataformas que funcionan para hacer públicas este tipo de contenidos (Valdez et al., 2019). Asimismo, según Bartlett et al. (2014) en el último tiempo se ha registrado un alza en los registros de discursos de odio en las redes sociales, lo que también se ha relacionado de manera directa con el aumento de los crímenes de odio, pues al incrementarse los discursos racistas, de intolerancia, xenófobos, entre otros, crecen las posibilidades de que estos sean llevados a cabo (Valdez et al., 2019).
Según Cea D’Ancona (2009), tanto el racismo como la xenofobia y, por ende, otras formas de expresión de los discursos de odio, son difíciles de medir mediante técnicas tradicionales tales como la encuesta, pues estos muy probablemente estén influenciados por sesgos de deseabilidad social. Así, las redes sociales como Twitter se han convertido en una fuente de datos fundamental no solo para la investigación, sino que también para el análisis de la opinión publica (Valdez et al., 2019).
Por otro lado, las nuevas realidades sociales que se han desarrollado en diferentes países del mundo debido a las grandes movilizaciones humanas han producido alteraciones de nivel étnico-cultural, donde se han fusionado diferentes culturas y modos de vivir en sociedades que se habían mantenido tradicionalmente heterogéneas (Arabi, 2020). De este modo, en los últimos diez años, en especial a partir de la última crisis económica (2008) se ha observado el renacimiento de partidos que pregonan ideas de siglos pasados, basados en la pureza de la raza, y que son culturalmente inflexibles a las influencias extranjeras, lo que ha puesto en peligro el avance democrático y de derechos humanos que tanto tiempo ha costado construir (Arabi, 2020).
El fenómeno de la migración
En la actualidad, alrededor del 3,6% de la población mundial vive en un país diferente al de su origen, lo que equivaldría a aproximadamente 281 millones de personas (ACNUDH, s.f.), en donde, según datos del año 2021, 4,1 millones de personas se encontrarían en América del Sur, tanto en calidad de refugiados como de migrantes (Migration Data Portal, 2021).
Dentro de América del Sur, existe un alza en las migraciones intrarregionales, esto debido no solo a la existencia de acuerdos regionales que buscaban la integración y la promoción de los derechos de estas personas, sino que también por la presencia de problemáticas, dentro de las cuales destacan las condiciones políticas, económicas y laborales, así como también situaciones vinculadas al narcotráfico, y al pobre o limitado acceso a atención médica y alimentación (Migration Data Portal, 2021). Asimismo, la migración extrarregional también ha aumentado sus cifras considerablemente, sobre todo de población africana y asiática, lo que se explicaría debido a las medidas que han tomado tanto Estados Unidos como Europa en cuanto a sus políticas restrictivas (OIM, 2021, citado por Migration Data Portal, 2021).
En Chile, según Godoy (2021) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2020 la cifra que alcanzó la población extranjera es de 1.462.103 personas, lo que en comparación con el año 2018 y 2019 significa un alza del 12,4% y del 0,8% respectivamente. Es así como en la última década, el país ha alcanzado un porcentaje nunca antes visto durante su historia, donde sus habitantes de origen extranjero ascienden a un 7,8%. (INE/DEM, 2020, citado por Mardones, 2021)
Estos movimientos, sin embargo, no solo tienen como consecuencia el aumento de la población, sino que han propiciado la manifestación de diferentes tendencias, tanto racistas como xenofóficas (Reyes, 2018, citado por Paredes, 2021) y aporofóbicas, las cuales se han propagado mediante los medios de comunicación y redes sociales.
Mardones (2021) sostiene que en Chile existe un tratamiento aporofóbico hacia los migrantes -rechazo por ser pobres -, quienes generalmente entran al país de manera irregular y en situaciones de extrema vulnerabilidad, siendo conscientes ellos mismos de que no son bienvenidos.
En este contexto, según Valdez et al. (2019), tanto en Europa como en América, la política ha tomado un tinte más bien conservadurista y de antiinmigración, fomentando el control y militarización de fronteras, así como de estrategias que legitiman la inclusión de los discursos de odio hacia la población migrante, influyendo sobre la opinión pública.
Un claro ejemplo de lo anterior ha sido la elección del gobierno de Trump en Estados Unidos quien, como parte de su campaña, popularizó sus discursos abiertamente contrarios hacia las personas migrantes, incluyendo mensajes de odio y de nacionalismo estadounidense (Valdez et al., 2019), posicionando al extranjero como una potencial amenaza (Morgenfeld, 2016). Europa, por su parte, tampoco se ha visto excluida de este tipo de tendencias y discursos, pues se ha observado el incremento de extrema derecha en países como España, Francia, Hungría, Dinamarca, Suiza, entre otros (Valdez et al., 2019).
Definición de migrante
Según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (2022) no existe una convención en la definición jurídica de las personas migrantes, sin embargo, la ONU les define como “alguien que ha residido en un país extranjero durante más de un año independientemente de las causas de su traslado, voluntario o involuntario, o de los medios utilizados, legales u otros”. No obstante, Edwards (2016) ofrece una distinción entre migrantes y refugiados, pues describe que los primeros eligen movilizarse hacia un lugar diferente no por causas de amenaza directa de muerte, sino que lo han hecho con el objetivo de mejorar la calidad de sus vidas, lo que no significa, en ningún caso, que las circunstancias que influyeron en tal toma de decisión no hayan sido, de igual forma, críticas.
Derechos Humanos
La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue proclamada en 1948 después de que el mundo se enfrentara a dos guerras mundiales que tuvieron como consecuencia la muerte de millones de personas, siendo elaborada por representantes de diversos países y regiones del mundo. Esto, con el fin de proteger la integridad de las personas y prevenir que hechos como los antes mencionados volvieran a repetirse. (ONU, s.f.)
Según Cajigal (2018), aun con la declaración de los derechos humanos, los Estados presentan problemas para proteger a todas las personas de la discriminación, pues las medidas que han adoptado no han sido suficientes, pues la intolerancia y la hostilidad hacia ciertos grupos aún persiste. 
En este sentido, el Estado debe garantizar la regulación migratoria y evitar la criminalización de la misma siguiendo los acuerdos y estándares internacionales que devienen de los derechos humanos (Centro de Derechos Humanos de la UDP, 2018, citado por Correa, 2018). Dentro de este marco, los partidos políticos tienen un rol fundamental, pues contribuyen en el funcionamiento democrático del país, así como influencian la conducción del Estado con el objetivo de alcanzarel bien común y los intereses nacionales. Estos están compuestos por personas ideológica y políticamente similares, organizados de manera autónoma, voluntaria y democrática, teniendo personalidad jurídica (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile/BCN, 2016).
Discursos de Odio
Según Valdez et al. (2019), las posibles causas que generan el odio y el rechazo son el racismo y la xenofobia. Por su parte, Nicolás (2009) afirma que estos conceptos se relacionan estrechamente entre sí, e incluso se solapan. Además, estos suelen ser expresiones de clasismo o hasta de aporofobia, pues la persona migrante tiende a ser excluida por su calidad de extranjero, sobre todo si proviene de un país pobre y/o menospreciado, ya que significaría, normalmente, que pertenecen a clases bajas populares (Valdez et al., 2019).
Por otra parte, Valdez et al. (2019) también hace referencia a un nuevo tipo de racismo: el moderno o simbólico, el cual proviene de la base de la deseabilidad social, lo que, en otras palabras, significa que es un efecto relacionado a la no aceptación del racismo explícito, por lo que las personas negarían tener sentimientos de rechazo hacia los migrantes, pero sutilmente se sigue concibiendo a los extranjeros como algo negativo. Es por esta misma razón que actualmente se presentan dificultades para medir el racismo o la xenofobia a través de encuestas (Valdez et al., 2019).
Es aquí donde los discursos de odio aparecen en el escenario público, los cuales “(…) están integrados por expresiones que incitan a la violencia, la discriminación, el odio y la animadversión hacia una persona o grupos de personas debido a su religión, género, orientación sexual, discapacidad, nacionalidad, propiciando la intolerancia y la hostilidad” (Bustos et al., 2019, p. 26), no limitándose solo a espacios puramente virtuales, pero es común observarlos en redes sociales (Paredes, 2021). Así, el discurso de odio se entiende como “todo tipo de mensaje que aliente la discriminación, el rechazo, el menosprecio, la exclusión, la humillación, el acoso, el descrédito y la estigmatización de ciertos individuos o colectivos sociales” (Valdez et al., 2019, p. 369).
Aporofobia
Dentro de estos tipos de discurso, se encuentra la aporofobia; término definido por Cortina (s.f., citado por Frutos, 2017) para referir “el rechazo que sufren las personas pobres” (p. 312). Esta se diferencia de la xenofobia, ya que en palabras de Cortina (s.f., citado por Hernández, 2020): “no rechazamos a los extranjeros si son turistas, cantantes o deportistas de fama, los rechazamos si son pobres, si son inmigrantes, mendigos, indigentes, aunque sean los de la propia familia”.
Así, como plantea Squella (2021), la aporofobia se relaciona estrechamente con la xenofobia, pues se rechaza al extranjero cuando este llega en condiciones de necesidad y vulnerabilidad. Sin embargo, si este llegase en calidad de turista, o inversionista, las reacciones son completamente diferentes, pues el primero es visto como una amenaza en diferentes ámbitos, tales como laboral, social y cultural.
La situación en Chile
En Chile, según Ureta (2021, citado por Núñez y Ríos, 2021) la discriminación se generaría, entre muchas razones, por la configuración de una identidad basada en un imaginario blanco, donde la diversidad no existe, donde se ha tendido a invisibilizar históricamente a los pueblos originarios, lo que hoy, además, se concretaría en las personas migrantes. En otras palabras, esta discriminación se basaría en la idea poco realista de ascendencia puramente europea proveniente de la época colonial, ignorando la riqueza étnica y cultural que, a su vez, se produjo; dando cabida al mestizaje y el sincretismo. 
Sumado a lo anterior, Chile es un país que se ha cimentado sobre bases desiguales, y hoy, con la crisis sanitaria iniciada en 2020 – y que perdura hasta la actualidad –, la crisis económica resultante de esta y de los actuales conflictos bélicos, las personas reciben y se expresan con temor a las personas migrantes, pues se piensa que quitarán los trabajos (Ureta, 2021, citado por Núñez y Ríos, 2021), que no tienen nada que ofrecer (Vargas, s.f.), y por ende solo vendrían a quitar u ocupar un puesto que “debería ser de un chileno”. Es por esto que se instaura una visión negativa y amenazante hacia la población extranjera, pues la sensación de inseguridad, sobre todo social, preexistente a la actual ola migratoria, no hace más que acentuarse.
“Dejó de ser políticamente incorrecto referirse públicamente con declaraciones despectivas y llenas de prejuicio, respecto a grupos sociales que suelen llamarse minorías, dejando en el aire un clima de intolerancia e incertidumbre” (Vargas, s.f., p. 1), siendo las personas que provienen de países donde las crisis humanitarias han alcanzado niveles graves, con presencia de violencia, exclusión y pobreza. (Vargas, s.f.)
Por todo lo antes expuesto, considero relevante el estudio de la influencia de los discursos políticos en la aporofobia en redes sociales, en este caso Twitter, pues en un marco de Derechos Humanos, a los cuales Chile ha adscrito, y por tanto tiene como obligación garantizar el cumplimiento de estos, el fenómeno de la discriminación no debería tomar la fuerza que tiene en estos momentos.
Para esto, el presente trabajo se plantea hacer una exhaustiva revisión bibliográfica que permita dar una visión global del tema presentado.
Así, este texto propone responder a la siguiente pregunta: ¿Cuál es la influencia del discurso político en Twitter en relación a los discursos aporofóbicos?
Para esto, se plantea como objetivo principal, analizar la influencia de los discursos políticos en la difusión de mensajes aporofóbicos en Twitter y su consecuente transgresión a los derechos humanos. De este, se desprenden los siguientes objetivos específicos:
1. Conocer la relación entre los discursos políticos y los mensajes aporofóbicos.
2. Describir la influencia de los discursos políticos en los mensajes de aporofobia.
Discursos de odio en el discurso político
“En situaciones de crisis es muy fácil alentar lo que en psicoanálisis se llama el agresor externo o en sociología la teoría del chivo expiatorio. Es la lógica centrípeta, el cierre de filas frente a la amenaza exterior. Estamos regresando a uno de los discursos políticos simplificadores que siempre han funcionado con gran eficacia: la apelación al miedo. A falta de otro discurso y, sobre todo, en condiciones de dificultad como las crisis económicas, el miedo siempre funciona como instrumento de adhesión” (De Lucas, 2014).
Así, los discursos políticos toman especial relevancia en el desarrollo y difusión de ideologías aporofóbicas – y xenofóbicas –, pues tienden a utilizar instancias como atentados, robos u otras actividades que comprometan la seguridad de las personas, para “extender la sospecha y el rechazo a todo el colectivo de refugiados e inmigrantes que vienen a nuestras tierras en condiciones infrahumanas” (Cortina, s.f., citado por Frutos, 2017, p. 313), esto haciendo uso de los medios de comunicación y, por supuesto, de las redes sociales; siendo estos fundamentales para la difusión y propagación debido a su extensión.
Asimismo, Roca y Fullana (2017, citado por Bustos et al., 2019) complementan afirmando que las causas detrás de este tipo de discursos están relacionados a situaciones de gran inestabilidad, tales como crisis económicas, violencia y crisis migratorias. Todo esto sumado a la ausencia de medidas preventivas por parte de los Estados, quienes deberían promover el desarrollo de la resiliencia en las diferentes sociedades.
En esta misma línea, Arabi (2020) postula que los mensajes de los discursos de odio no poseen gran fuerza fuera de círculos específicos de la sociedad mientras que las economías de los países se mantengan estables. Sin embargo, cuando estos mismos se ven enfrentados a recesiones, las personas (o clases sociales) más perjudicadas por estas situaciones son especialmente sensibles a todo lo que pueda ser percibido como generadorde malestar, ya sea indirecta o directamente, por lo que los discursos políticos que antes se mantenían encerrados tienen la oportunidad de llegar con mayor facilidad a las masas.
Así, este tipo de ideología transmitido por los discursos políticos funcionan debido a que son capaces de “generar, en la sensibilidad de sus seguidores, una potente liberación de sus instintos primitivos, haciendo estallar las expresiones más violentas contra el otro” (Arabi, 2020, p. 168).
Por otro lado, Zúñiga (2021) plantea que este discurso de odio, además, se moviliza a través de discursos políticos que intentan racionalizarla, atendiendo a materias como la seguridad pública, desempleo, disciplina fiscal, entre otros; utilizándolo como armas para sus respectivos intereses, ya sean políticos y/o electorales. Esto, como postula Martini (s.f., citado por Carvajal, 2021), crea un ambiente propicio para dar un sentimiento de legitimidad a las personas simpatizantes con dichas ideas, lo que configura un espacio para la acción bajo el alero de creer que está permitido, pues la figura política se vería como una que ostenta poder, y que además comparte el mismo tipo de pensamiento y discurso.
De este modo, entendiendo que la realidad social se organiza y ordena de acuerdo a políticas determinadas y coherentes para conseguir los objetivos deseados, la sociedad es categorizada y jerarquizada en dos criterios relevantes -entre otros-: ciudadanos y extranjeros, propiciando nociones de pertenencia y alteridad, prefigurando los procesos de identificación (Sebastiani, 2018), con el fin de “consolidar las relaciones de poder existentes en la sociedad o deslegitimarlas” (Shore y Wright, 1997, citado por Sebastiani, 2018, p. 4), logrando así empoderar o silenciar comunidades o colectivos (Shore y Wright, 1997, citado por Sebastiani, 2018).
Discursos de odio en las redes sociales
La Unesco (2016, citado por Paredes, 2021) reporta que la existencia y el acceso a internet en América Latina y el Caribe ha aumentado, por lo que en la actualidad los mensajes, y por tanto, la difusión de ideas y discursos alcanza a más personas y en poco tiempo.
Lo anterior puede explicarse debido a que las redes sociales en un inicio se pensaban como un medio activista y de transformación social, debido a que estos carecían o estaban alejados del control económico y político. Sin embargo, es bajo esta misma lógica que se han vuelto una fuente casi ilimitada de difusión de discursos de odio (Bustos et al., 2019).
Por otro lado, Paredes (2021) afirma que las redes sociales generan una distancia emocional entre los individuos – emisor y receptor –, pues da la sensación de seguridad debido al anonimato y a la no existencia de represalias o castigos que se podrían dar en una dinámica presencial, y cara a cara.
Es por esta misma razón, además de la existencia de los sesgos por deseabilidad social, que el estudio de las redes sociales ha cobrado especial relevancia en cuanto a la difusión y propagación de los discursos de odio, pues es en este escenario donde los discursos políticos, en su mayoría, fluyen de manera espontánea y libres, siendo así, Twitter una de las plataformas virtuales que más se han utilizado por la academia con fines investigativos (Valdez et al., 2019).
Ahora, la importancia que reviste la influencia de los discursos políticos en las redes sociales, es que según Kopytowska et al. (2017, citado por Paredes, 2021), es que estas interacciones conforman “una imagen e influyen en las maneras de pensar de las personas, por lo que potencia la idea de “ellos” y “nosotros”.
De esta forma, Ávila (2020) indica que paulatinamente se han desarrollado sentimientos nacionalistas por parte de sectores políticos (generalmente ligados a las extremas derechas), utilizando discursos tendientes a la discriminación y el rechazo de migrantes, instrumentalizándolo de acuerdo a los fines que se persiguen (Palacios, 2017, citado por Ávila, 2020): 
“si necesito mano de obra barata para trabajos, por ejemplo, de servicio doméstico o de agricultura, abro fronteras, pero si me encuentro en crisis económica digo que los extranjeros me están quitando oportunidades laborales, así que cierro fronteras y limito las posibilidades de circulación” (p.14).
Asimismo, este nacionalismo en auge no solo influencia la aparición de discursos de odio, sino que posee, como consecuencia inherente la vulneración de los derechos básicos de las personas migrantes (Ávila, 2020), puesto que promueven pensamientos e ideas que atentan directamente contra los derechos humanos, la paz y la seguridad a través de la deshumanización de las personas (ONU, 2022).
Aporofobia en Twitter
Los discursos de odio hacia grupos vulnerables dentro de Twitter han ido aumentando durante los últimos años (Amores et al., 2021), donde la aporofobia ha mostrado poseer una mayor proyección en el sistema verbal del discurso en las redes sociales, pues está basada en el rechazo hacia personas que, por sus condiciones sexuales, étnicas o religiosas, no cuentan con los recursos para desenvolverse de manera óptima, lo que se ha amparado bajo el concepto de la libertad de expresión (Marta-Lazo et al., 2019).
En un estudio realizado por Santos (2021), se ha encontrado una tendencia -entre otras- de tratar favorablemente a las personas nacionales por sobre las extranjeras, desde donde se etiquetan a instituciones, personajes y/o medios para mejorar los alcances de difusión:
“@KateTrendyNow @Gestionpe La sinvergüenza Faccim sale a pedir dinero a nuestro gobierno y dice que no ayudamos a Venecos ya bastante hemos hecho recibiendo tanto Veneco ladrones asesinos mendigos drogadictos y toda la Lacra Veneca. Que le pida a Maduro o que se los lleve a su país, es una carga para Peru” (p. 173).
“@peru21noticias El gobierno da prioridad a sus ciudadanos peruanos. @ACNURamericas @embajadave_pe dan un bono a todo migrante. Y q @Minsa_Peru @Rosario_Sasieta hagan una campaña d uso de anticonceptivos ante la pandemia. Han visto la cantidad de venezolanas embarazadas y bebés pidiendo limosna” (p. 174).
Los mensajes anteriores son un claro ejemplo de aporofobia hacia migrantes venezolanos, pues en ambos se desprende la discriminación hacia la pobreza de la que serían característicos, pues se les tilda de carga y de personas que piden limosna para poder sobrevivir, desde donde podría desprenderse una cierta actitud de aprovechamiento desde la percepción de nacionales peruanos. Por otro lado, también se han encontrado mensajes con contenidos de problemas imaginarios, tales como el ingreso de nuevas enfermedades al país, prostitución, delincuencia, entre otros (Santos, 2021), de los cuales, si bien tienen un marcado contenido racista y xenofóbico, no se puede ignorar el hecho de que también tiene un trasfondo aporofóbico, pues el “ser pobre” no solo significa que puede no cubrir sus necesidades básica como la alimentación, tener acceso al trabajo, a bienes y servicios, sino que además, está “destinado” a enfermar más (Pernalete, 2015). 
Conclusión
De esta manera, la influencia de los discursos políticos en los mensajes de aporofobia es clara, pero debe cumplir con ciertos requisitos para que pueda lograr su objetivo y difundirse hacia las demás esferas sociales, esto es: la presencia de una crisis, sobre todo económica. Así, los grupos sociales, especialmente aquellos más vulnerables a los estados de recesión del país les hará más susceptibles a este tipo de ideologías, pues la población migrante (aquella vista como pobre) se convierte en un factor de amenaza hacia su propio bienestar.
En esta línea, se debe considerar la utilización del miedo como medio de control de masas, lo cual posibilita que los discursos de odio se propaguen de manera rápida, proliferando en sociedades aun con largas tradiciones democráticas, adscritas a los lineamientos de los derechos humanos, pues se considera que “el miedo puede paralizar y facilitar cambios drásticos en las creencias y en las conductas humanas” (Tena,2017, p. 13).
Es importante resaltar también la hegemonía del modelo económico liberal, pues este es el que guía a final de cuentas las carteras políticas (Arabi, 2019; Ávila, 2020), lo que termina alienando la sociedad, internalizando en sus estructuras cognitivas el individualismo y la competitividad basado en principios materialistas (Ávila, 2020).
Por último, cabe destacar el importante rol que los Estados tienen a la hora de prevenir y controlar los discursos de odio, donde las políticas públicas deben tomar el fenómeno de la migración de manera seria, para así gestionarla de la mejor manera posible, manteniendo siempre el respeto irrestricto a los derechos humanos y el sistema democrático, dejando la pasividad de lado, promoviendo el bienestar social y la resiliencia de las comunidades.
“El mundo entero debe darse cuenta de que su verdadera lucha no está contra nuestros semejantes, como predican los populistas de la extrema derecha que están de moda em muchos países del Primer Mundo. Los esfuerzos deben aunarse para no perder los derechos conseguidos con muchos sacrificios, y para reclamar más libertad y más democracia para todos. Las personas no deben ceder ante el chantaje de “seguridad a cambio de libertad”, porque si lo hacemos, terminamos viviendo en un mundo sin seguridad y sin libertad”. (Arabi, 2017, citado por Arabi, 2020, p. 168).
Referencias
Amores, J., Blanco, D., Sánchez, P., y Frías, M. (2021). Detectando el odio ideológico en Twitter. Desarrollo y evaluación de un detector de discurso de odio por ideología política en tuits en español. Cuadernos.info, (49), 98-124. https://doi.org/10.7764/cdi.49.27817
Arabi, H. (2020). El discurso xenófobo en el ámbito político y su impacto social. Entramado, 16(1), 166-175.
Ávila, A. (2020). Xenofobia y aporofobia. Análisis semiótico discursivo de la presencia venezolana en Colombia en memes que circulan en las redes sociales [Trabajo de Grado]. Universidad de Córdoba. https://repositorio.unicordoba.edu.co/bitstream/handle/ucordoba/2625/%c3%81vila%20Romero%20Amel%20Andr%c3%a9s.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Bartlett, R., Campbell, D., Hutchison, E., y Nicholson, X. (2014). Anti social media. Demos. https://www.demos.co.uk/files/DEMOS_Anti-social_Media.pdf
Biblioteca del Congreso Nacional de Chile [BCN]. (15 de abril de 2016). Guía legal sobre Partidos Políticos. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. https://www.bcn.cl/leyfacil/recurso/partidos-politicos
Bustos, L., De Santiago, P., Martínez, M. y Rengifo, M. (2019). Discursos de odio: una epidemia que se propaga en la red. Estado de la cuestión sobre el racismo y la xenofobia en las redes sociales. Mediaciones Sociales, 18, 25-42. https://revistas.ucm.es/index.php/MESO/article/view/64527/4564456551208
Cajigal, J. (2018). Los discursos de odio como límite a la libertad de expresión [Memoria de grado]. Universidad de Chile. https://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/159498/Los-discursos-de-odio-como-l%C3%ADmite-a-la-libertad-de-expresi%C3%B3n.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Carvajal, R. (1 de diciembre de 2021). El avance de la derecha conservadora en América Latina: “un peligro para las mujeres y disidencias sexuales”. El Mostrador. https://www.elmostrador.cl/braga/portada-braga/2021/12/01/el-avance-de-la-derecha-conservadora-en-america-latina-un-peligro-para-las-mujeres-y-disidencias-sexuales/
Cea D’Ancona, M. (2009). La compleja detección del racismo y la xenofobia a través de la encuesta. Un paso adelante en su medición. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, (125), 13-45.
Correa, S. (2018). El rol del Estado frente a la migración: un estudio sobre los discursos políticos. Cuaderno de Trabajo Social, (12). https://cuadernots.utem.cl/articulos/el-rol-del-estado-frente-a-la-migracion-un-estudio-sobre-los-discursos-politicos/
De Lucas,J. (2014). “Vivimos momentos de xenofobia institucional” / Entrevistado por Javier Rivas. El País. https://elpais.com/ccaa/2014/02/23/paisvasco/1393180914_320667.html 
Díez, J. (2009). Construcción de un índice de Xenofobia-Racismo. Revista del Ministerio de Trabajo e Inmigración, (80), 21-37.
Edwards, A. (2016). ¿’Refugiado’ o ‘Migrante? ¿Cuál es el término correcto? https://www.acnur.org/noticias/noticia/2016/7/5b9008e74/refugiado-o-migrante-cual-es-el-termino-correcto.html
Frutos, C. (2017). El desafío de la aporofobia. Posibles acciones para superarla. https://www.researchgate.net/publication/330384691_El_desafio_de_la_aporofobia_Posibles_acciones_para_superarla
Godoy, G. (2021). Población extranjera residente en Chile llegó a 1.462.103 personas en 2020, un 0,8% más que en 2019. https://www.ine.cl/prensa/2021/07/29/poblaci%C3%B3n-extranjera-residente-en-chile-lleg%C3%B3-a-1.462.103-personas-en-2020-un-0-8-m%C3%A1s-que-en-2019
Hernández, I. (30 de octubre de 2020). "No rechazamos a los extranjeros si son turistas, cantantes o deportistas de fama, los rechazamos si son pobres". BBC News. https://www.bbc.com/mundo/noticias-54710490
Mardones, P. (2021). “Mil disculpas, sabemos que estamos invadiendo”. Aporofobia hacia migrantes nor-sudamericanos y caribeños en la frontera entre Bolivia y Chile. En J. Ordoñez, P. García y V. Torres (Ed.), Crisis y migración. Flujos, fronteras, integración y futuros (pp. 52-56). Egregius Ediciones. https://www.researchgate.net/profile/Alexis-Gaona-2/publication/357970544_Crisis_y_Migracion_Flujos_fronteras_integracion_y_futuros/links/61e9842b9a753545e2e50bf8/Crisis-y-Migracion-Flujos-fronteras-integracion-y-futuros.pdf#page=52
Marta-Lazo, C., Osuna-Acedo, S., y Gil-Quintana, J. (2019). La producción del discurso escrito en redes sociales respecto a las desapariciones de personas y consiguientes juicios paralelos. Caso de Gabriel Cruz (España) en Twitter y Facebook. Revista Signos. Estudios de Lingüística, 53(103), 449-467.
Migration Data Portal. (2021). Datos migratorios en América del Sur. https://www.migrationdataportal.org/es/regional-data-overview/datos-migratorios-en-america-del-sur#:~:text=A%20julio%20de%202021%20se,455.500%20(R4V%2C%202021)
Morgenfeld, L. (2016). Estados Unidos: Trump y la reacción xenófoba contra la inmigración hispana. Revista Conflicto Social, 9(16), 15-33.
Núñez, C. y Ríos, J. (2021). “En Chile hay discriminación, xenofobia y aporofobia”. SJM Chile. https://sjmchile.org/2021/12/21/en-chile-hay-discriminacion-xenofobia-y-aporofobia/
OIM y IPPDH. (2019). Derechos humanos de personas migrantes.
ONU. (2022). Guterres: El discurso de odio “deshumaniza a las personas y a las comunidades”. https://news.un.org/es/story/2022/06/1510492
ONU. (s.f.). La Declaración Universal de Derechos Humanos. https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights
Paredes, M. (2021). El discurso de odio hacia la población venezolana en redes sociales. Un estudio comparativo en twitter entre Colombia, Perú y Chile [Tesis de Título]. Universidad de Lima. 
Pernalete, M. (2015). Una reflexión acerca de la pobreza y la salud. Salud de los Trabajadores, 23(1), 59-61
Santos, O. (2021). Xenofobia y racismo hacia (y por) inmigrantes venezolanos residentes en Perú a través de Twitter. Global Media Journal México, 18(34), 160-184. https://doi.org/10.29105/gmjmx18.34-8
Sebastiani, L. (2018). “Buen migrante” versus “mal migrante”: Construcción nacional, gobierno de lo social y retóricas meritocráticas en las políticas de integración italianas. Papeles del CEIC. International Journal on Collective Identity Research, 2(201), 1-27. http://dx.doi.org/10.1387/pceic.17766
Squella, A. (1 de mayo de 2021). Aporofobia. El Mostrador. https://www.elmostrador.cl/destacado/2021/05/01/aporofobia/
Tena, A. (2017). Miedo y control social: la imagen del terrorismo yihadista en el cine, en la prensa digital y en las redes sociales a partir del 11-S [Tesis Doctoral]. Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Valdez, M., Arcila, C., y Amores, J. (2019). El discurso de odio hacia migrantes y refugiados a través del tono y los marcos de los mensajes en Twitter. RAEIC, Revista de la Asociación Española de Investigaciónde la Comunicación, 6(12), 361-384.
Vargas, M. (s.f.). Los Indeseables. https://www.rimisp.org/wp-content/files_mf/148095435343.pdf
Zúñiga, Y. (28 de septiembre de 2021). Aporofobia. La Tercera. https://www.latercera.com/opinion/noticia/aporofobia/GBEOVU3CG5C77NRYN3RBGKU4XY/

Continuar navegando