que te recuerdas

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¿Que te recuerdas?
Había una habitación muy tranquila. En una casa abandonada acerca de un lugar lleno de árboles. El viernes indicaba que era un día para relajarse, pero bueno... Fui caminando, daba pasos largos. Corría, corría y no llegaba al lugar. Mi vida empezó a cambiar por ahí. Caí en un hoyo abajo a un árbol. Allá estaba frío. No me recuerdo lo que hizo para llegar allí. Mis pies se rellenaron de arena. La arena era fría. Tenía vermes. Me sentí Alice, porque aparentemente aquél lugar era una maravilla, pero bueno... Intenté a escalar el hoyo. Pero no llegaba a la superficie. Algo era más alto que imaginaba. 
Llegó una sombra. Miró en mis ojos y contestando dijo: 
-Qué estás haciendo? 
Mi piel se sentía sensible. Hacía temblar. No veía a nadie. Pero miraba su silueta. Parecía estar vestida con un vestido de cetim que flotaba cuando el viento iba en dirección al paño leve. 
La voz susurró extendiendo la mano: Venga... Venga! 
Mi percepción comienzó a cambiar. ¿Estaba soñando? 
Despacio tomé coraje para segurar la mano de voz susurrante a la medida que ella charlaba conmigo diciendo: No tengas miedo, venga...
Agarré su mano y hizo fuerza en mis pies. Tenía que salir. 
Cuando salí, la voz susurrante desapareció. Ya era noche. 
Empecé a quedarme mareada. Caí al suelo. 
Cuando me desperté, estaba en una sala rara. Ví muchas luces. Todo era blanco. 
Apareció un hombre con vestimentas largas y blancas, asemejándose a un médico. 
-¿Que te recuerdas, niña? -el hombre pregunta.
-No lo sé. Quizás tendré que hablar como fui parar aqui. -Contesté. 
-¿Hoy és tu cumpleaños? 
-Si, pero...
Cuando iba llevantarme él dijo: Siéntate! No hay prisa. 
Él cogió a mi brazo y contestó: Por qué siempre estás atrasada? ¿Que no te recuerdas?
-Sobre como exatamente estoy aquí... 
-Pero no te recuerdas como fué?
-No... Pero... ¿Qué te pasa por contestarme?
-Para estar aquí es necesario saber lo que te recuerda...
-Pero no sé... 
-Por supuesto llegaste aquí sin dolor. Pero no pasa nada, aquí es la tierra de los muertos. Toda dolor física es solamente en vida. La muerte causa el olvidar que es el dolor más profunda. Entonces, ¿Qué te recuerdas?