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Nutrición para la persona durante su tratamiento contra el cáncer: una guía para los pacientes y sus familias La nutrición es una parte importante del tratamiento contra el cáncer. Comer los tipos indicados de alimentos antes, durante y después de su tratamiento puede ayudarle a sentirse mejor y mantenerse más fuerte. La nutrición es un proceso de tres partes que le da al cuerpo los nutrientes que necesita (compuestos químicos como agua, proteína, grasa, carbohidratos, vitaminas y minerales que componen los alimentos): • Usted come o bebe alimentos. • El cuerpo descompone los alimentos y los reduce a nutrientes. • Los nutrientes viajan por el torrente sanguíneo a diferentes partes del cuerpo donde se utilizan como combustible, elementos para el crecimiento y para muchos otros propósitos. Para darle a su cuerpo una nutrición apropiada, usted tiene que comer y beber suficientes alimentos que contengan los nutrientes clave. Las calorías conforman una forma de medir la energía que obtiene de los alimentos. Su cuerpo necesita calorías como el combustible para llevar a cabo todas sus funciones, como respirar, la circulación de la sangre y la actividad física. Cuando enferma, su cuerpo puede que requiera calorías adicionales para ciertas acciones como el combatir las infecciones, elevar la temperatura del cuerpo y reparar tejidos dañados. La Sociedad Americana del Cáncer ha preparado esta guía para ayudarle a usted y a sus seres queridos sobre cómo cumplir con sus necesidades de nutrición y cómo a lidiar con los efectos secundarios que puedan afectar su manera de comer. La información en esta guía no debe utilizarse en sustitución de la consulta con su médico. Si tiene alguna pregunta o inquietud, deberá hablar con su médico, enfermera o nutricionista sobre sus necesidades alimentarias. Un dietista acreditado puede ser una de sus mejores fuentes de información sobre su dieta. Éste es un profesional en la salud que cuenta con formación especializada en alimentos, nutrición, bioquímica y fisiología. El dietista utiliza su conocimiento para promover la salud y prevenir enfermedades a través de asesoría y educación al paciente. Si va a consulta con un dietista, asegúrese de escribir cualquier pregunta antes de su consulta para que no olvide preguntar nada. Asegúrese de preguntar cualquier cosa y pedir que le repita o explique si hay algo que no le haya quedado claro. También si tienen una pregunta sobre algo en esta guía, su dietista puede brindarle una explicación más detallada. Para obtener más información o para localizar a un dietista acreditado, póngase en contacto con la American Dietetic Association (vea la sección de "Recursos Adicionales" al final de este documento). Beneficios de una buena alimentación La buena alimentación o nutrición es especialmente importante en caso de que padezca de cáncer debido a que tanto la enfermedad como su tratamiento pueden afectar su apetito. El cáncer y los tratamientos contra el cáncer también pueden afectar la capacidad de su cuerpo para tolerar ciertos alimentos y usar los nutrientes. Las necesidades de nutrientes de la gente con cáncer varían para cada persona. Su doctor, enfermera y dietista certificado pueden ayudarle a identificar sus metas de nutrición y planear algunas formas para ayudarle a conseguirlas. Comer bien mientras se encuentra en tratamiento contra el cáncer puede ayudarle a: • Sentirse mejor. • Mantener altos su fuerza y nivel de energía. • Mantener su peso y permitir que su cuerpo almacene nutrientes. • Aumentar su capacidad para tolerar los efectos secundarios relacionados con el tratamiento. • Reducir su riesgo de infecciones. • Sanar y recuperarse más rápidamente. Alimentarse bien significa comer una variedad de alimentos que le dará los nutrientes que usted necesita para mantener su salud mientras lucha contra el cáncer. Estos nutrientes incluyen proteínas, carbohidratos, grasa, agua, vitaminas y minerales. Nutrientes Proteínas Las proteínas son uno de los tres principales nutrientes que suple calorías al cuerpo (los otros dos son grasas y carbohidratos). La proteína que obtenemos al comer puede dividirse en unidades más pequeñas que pueden ser utilizadas para el desarrollo o reparación de músculos, huesos, piel y sangre. La energía producida por proteína consiste de 4 calorías por gramo. (un gramo es una cantidad muy pequeña al requerirse alrededor de 28 de ellos para conformar una onza). Las proteínas son necesarias para el crecimiento y la reparación del tejido corporal, así como para mantener sano nuestro sistema inmunitario. Cuando el cuerpo no recibe suficientes proteínas, toma más tiempo poder recuperarse de las enfermedades, al igual que se tiene menos resistencia contra las infecciones. Las personas con cáncer a menudo necesitan más proteína de lo común. Después de la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia, normalmente se necesita proteína adicional para sanar los tejidos y ayudar a combatir las infecciones. Entres las fuentes buenas de proteína se incluyen la carne magra, pescado, aves, productos derivados de la leche, nueces, frijoles, guisantes y lentejas secas, y alimentos de soya. Grasas Las grasas es otro de los tres nutrientes que suple calorías al cuerpo (los otros dos son proteínas y carbohidratos). La energía producida por grasa consiste de 9 calorías por gramo. Las grasas tienen un papel importante en la nutrición. Las grasas y aceites se componen de ácidos liposos que sirven como una fuente rica de energía para el cuerpo. El cuerpo separa las grasas y las usa para almacenar energía, aislar los tejidos del cuerpo y trasportar algunos tipos de vitaminas a través de la sangre. Las grasas también tienen una participación importante en la preparación de alimentos al mejorar el sabor de la comida, hacer que los productos horneados queden más blandos y al conducir el calor durante la cocción. Puede que haya escuchado que algunas grasas son mejores que otras. Escoja las grasas no saturadas (monoinsaturadas y poliinsaturadas) por consideración de los efectos de las grasas sobre su corazón y su nivel de colesterol: • Las grasas monoinsaturadas se encuentran principalmente en aceites vegetales como los aceites de canola, de oliva y de maní (cacahuate). Estas grasas son líquidas a temperatura ambiente. • Las grasas poliinsaturadas se encuentran principalmente en aceites vegetales como los aceites de cártamo, semilla de lino y de canola. Las grasas poliinsaturadas también son las principales grasas que se encuentran en los mariscos. Estas grasas son líquidas o suaves a temperatura ambiente. • Ciertos ácidos grasos poliinsaturados, como el ácido linoleico y el ácido alfalinoleico, también son llamados ácidos grasos esenciales debido a que el cuerpo no puede producirlos. Los ácidos grasos esenciales deben provenir de los alimentos que escogemos y son necesarios para el desarrollo de las células y la producción de hormonas. • Las grasas saturadas (o ácidos grasos saturados) se encuentran principalmente en productos de origen animal como carnes rojas, aves, leche entera o baja en grasa y mantequilla. Algunos aceites vegetales como los aceites de coco, de corazón de palma y de palma son saturados. Las grasas saturadas normalmente son sólidas a temperatura ambiente. • Los ácidos grasos trans se forman cuando los aceites vegetales son procesados en una margarina o manteca. Las fuentes de grasas trans se encuentran en los bocadillos y productos horneados con aceite vegetal parcialmente hidrogenado o manteca vegetal. Las grasas trans también son naturales en algunos productos de origen animal como los productos lácteos. Carbohidratos Los carbohidratos son el último de los tres nutrientes que suministra calorías al cuerpo (los otros dos son grasas y proteínas). Éstos son la principal fuente de energía para cuerpo y un gramo de carbohidratos produce 4 calorías. Los carbohidratosofrecen al cuerpo el combustible que requiere para la actividad física y para el funcionamiento adecuado de los órganos. Las mejores fuentes de carbohidratos (frutas, verduras y granos enteros) proporcionan vitaminas y minerales esenciales, al igual que fibra y fitonutrientes a las células del cuerpo. • Los alimentos integrales o hechos con granos enteros contienen todas las partes esenciales y nutrientes que se dan de forma natural de la semilla de grano entero. Si el grano ha sido procesado (es decir, si se ha resquebrajado, molido, enrollado, extrusionado, levemente barnizado y/o cocinado), el producto alimenticio podría ofrecer aproximadamente el mismo equilibrio rico de nutrientes que se encuentra en la semilla del grano original. Los tipos de granos enteros incluyen trigo, avena, maíz y centeno entre otros tipos menos conocidas como cebada, espelta, avena molida, trigo de mora, mijo y semilla de lino. Los granos enteros se pueden encontrar en los cereales, panes, harinas y galletas saladas, y algunos granos enteros pueden usarse como guarniciones que complementen a un platillo principal. Identifique los granos enteros al revisar la etiqueta nutricional buscando la palabra "entero" o "integral". Frases como “trigo lapidado”, “trigo resquebrajado” y “harina de trigo” no garantiza la presencia de granos enteros. • La fibra es la parte de los alimentos vegetales que el cuerpo no puede digerir. La fibra ayuda a mover los deshechos de alimentos fuera del cuerpo con mayor rapidez. • Los fitonutrientes son compuestos vegetales como carotenoides, limonoides y fitosteroles que se piensa que tienen propiedades que protegen la salud. Otras fuentes de carbohidratos incluyen pan, patatas (papas), arroz, pastas, cereales, habichuelas deshidratadas, maíz, guisantes (arvejas o chícharos) y frijoles entre otros. Los dulces (postres, caramelos y bebidas con azúcar) pueden suministrar carbohidratos, pero ofrecen muy pocas vitaminas, minerales o fitonutrientes. Suman mucho contenido calórico sin proporcionar muchos de los otros nutrientes. Agua El agua y los líquidos o fluidos son vitales para nuestra salud. Todas las células del cuerpo necesitan agua para funcionar. Si no consume suficiente líquido o si usted está perdiendo líquido por vómito o diarrea, se puede deshidratar. Los líquidos y minerales que ayudan a mantener el buen funcionamiento del cuerpo pueden llegar a niveles peligrosos por descompensación (desequilibrio por escasez). Usted obtiene cierta cantidad de líquidos de los alimentos que consume, pero una persona debe beber alrededor de ocho vasos de 235 ml (8 oz) en líquidos cada día para asegurar que las células del cuerpo reciban la cantidad necesaria de fluidos. Vitaminas y minerales Las vitaminas son nutrientes clave, tales como la vitamina A, C y E, que el cuerpo necesita en cantidades pequeñas para crecer y mantenerse fuerte. La mayoría puede encontrarse de forma natural en los alimentos. También hay complementos (suplementos) que se venden en forma de bebidas nutricionales o pastillas. Los minerales son nutrientes que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para ayudarlo a funcionar adecuadamente y a mantenerse fuerte. Ejemplos de ellos son el hierro, calcio, potasio y sodio. Las vitaminas y los minerales son necesarias para el crecimiento y desarrollo adecuado. Además permiten que su cuerpo utilice la energía (calorías) proporcionada por los alimentos. Una persona cuya alimentación está equilibrada con suficientes calorías y proteínas generalmente obtiene suficientes vitaminas y minerales. Pero puede ser difícil comer una dieta balanceada al estar recibiendo un tratamiento contra el cáncer, especialmente si los efectos secundarios que surgen perduran por periodos prolongados. En este caso, su médico o dietista le podría sugerir un multivitamínico o un suplemento (o complemento) mineral diariamente. Si está considerando tomar alguna vitamina o suplemento, asegúrese de hablarlo con su doctor primero. Algunas personas con cáncer toman grandes cantidades de vitaminas, minerales y otros complementos nutritivos en busca de estimular su sistema inmunitario, o incluso para destruir las células cancerosas. Pero algunas de estas sustancias pueden ser perjudiciales, especialmente cuando se toman en grandes dosis. De hecho, algunas vitaminas y minerales en grandes dosis puede que hagan que la quimioterapia y radioterapia sean menos efectivas. Durante el tratamiento, puede que sea mejor escoger uno que no contenga más del suministro diario de todos los nutrientes, y que no tenga hierro, salvo que su doctor considere que necesite hierro. Una vez más, hable de esto con su doctor primero. Antioxidantes Los antioxidantes incluyen sustancias como la vitamina A, C y E, selenio y algunas enzimas que absorben y se adhieren a los radicales libres para evitar que ataquen a las células normales (los radicales libres son compuestos libres de oxígeno altamente reactivos creados por las sustancias derivados producidas por las funciones corporales. Pueden dañar células de proteínas y enzimas importantes y hasta pueden causar daños al ADN, lo cual puede generar cáncer). Si usted quiere tomar más antioxidantes, los expertos en salud recomiendan comer una variedad de frutas y verduras que contengan una buena fuente de antioxidantes. Por lo general, no se recomienda tomar grandes dosis de complementos antioxidantes mientras se está recibiendo quimioterapia o radioterapia. Hable con su médico para determinar el mejor momento para tomar complementos antioxidantes. Hierbas Las hierbas se han usado para tratar enfermedades desde cientos de años, con resultados diversos. Actualmente, las hierbas se pueden encontrar en una gran variedad de productos como pastillas, extractos líquidos, tés y ungüentos. Muchos de estos productos son inofensivos y seguros de consumir, pero otros pueden causar efectos secundarios graves y dañinos. Puede que unos hasta interfieran con las tratamientos demostradas contra el cáncer, incluyendo la quimioterapia y radioterapia, así como con la recuperación tras una cirugía. De nuevo, si usted tiene interés en tomar o usar cualquier producto de hierbas, consúltelo primero con su médico o enfermera. Medidas de seguridad: Muchas personas piensan que si alguna pastilla o complemento vitamínico (o suplemento) está disponible en las tiendas, su consumo entonces es seguro y funcional. La Dirección de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. (FDA) publicó en 2007 las nuevas normas para ayudar a asegurar que los complementos contengan lo que indican sus etiquetas, aunque la seguridad de estos productos y sus efectos en el cuerpo no están regulados por la FDA. La FDA no requiere que los fabricantes de estos productos impriman los posibles efectos secundarios en sus etiquetas. Y la FDA no puede sacar del mercado un suplemento nutritivo o un producto de hierbas a menos que pueda probar que el producto no es seguro. Informe a su equipo de atención médica sobre los productos y complementos de hierbas que esté usando o que está pensando usar. Lleve el frasco del complemento vitamínico a su médico para que hablen sobre la dosis y se aseguren de que los ingredientes no interfieran con su salud, ni con su tratamiento contra el cáncer. Algunos otros consejos prácticos: • Pida información confiable sobre los complementos nutritivos a su médico o enfermera. • Lea en las etiquetas de los productos las cantidades y concentraciones de los ingredientes activos que contiene cada uno. • Si usted comienza a tener efectos secundarios como dificultad para respirar, picazón en la piel (comezón), adormecimiento o cosquilleo en las extremidades, suspenda el uso del producto inmediatamente y repórtelo a su médico. Si desea más información sobre alguna hierba o suplemento, puede ponerse en contacto con nosotros llamando al 1-800-227-2345 o a través de nuestro sitio Web www.cancer.org. El cáncery su tratamiento afecta la nutrición Cuando usted está saludable, consumir suficientes alimentos para obtener los nutrientes y calorías que necesita no es por lo general un problema. De hecho, la mayoría de las guías nutricionales resaltan la importancia de un alto consumo de verduras, frutas y productos de granos enteros (integrales); de igual forma, se indica limitar la cantidad de carnes rojas que come, especialmente las procesadas o que son altas en grasa, reducir el consumo de grasa, azúcar, alcohol y sal, así como mantener un peso saludable. Pero al estar recibiendo tratamiento contra el cáncer, puede que esto sea difícil de logar, especialmente si hay efectos secundarios o simplemente no se siente bien. Por esta razón, puede que sea necesario cambiar su dieta para que ayude a fortalecerse y soportar los efectos del cáncer y su tratamiento. Cuando usted fue diagnosticado inicialmente con cáncer, su médico habló con usted sobre su plan de tratamiento que podría incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal, terapia biológica (inmunoterapia) o alguna combinación de tratamientos. Todos estos tratamientos matan las células del cáncer, pero en el proceso se dañan también algunas células saludables. Esto es lo que causa los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer. Los efectos secundarios que pueden afectar su capacidad para alimentarse incluyen: • Pérdida del apetito (anorexia). • Cambios en el peso (ya sea disminuir o aumentar de peso). • Dolor en la boca o garganta. • Sequedad bucal. • Problemas dentales y de las encías. • Cambios en los sentidos del gusto o el olfato. • Náusea • Vómitos • Diarrea • Estreñimiento • Sentirse cansado todo el tiempo. • Depresión Puede que usted tenga alguno de estos efectos secundarios o que no tenga ninguno. Muchos factores determinan si usted tendrá algunos efectos secundarios y qué tan fuerte puedan ser. Estos factores incluyen el tipo de cáncer que tenga, la parte del cuerpo afectada, así como el tipo, duración y dosis de su tratamiento. Muchos de los efectos secundarios se pueden controlar y también desaparecen una vez finalizado el tratamiento. Hable más detalladamente con su médico o enfermera acerca de sus probabilidades de tener efectos secundarios y qué puede hacerse para ayudar a controlarlos. Después de que inicia el tratamiento, informe a su equipo de atención contra el cáncer sobre cualquier efecto secundario que no tenga bajo control. Dígales si los medicamentos que le han dado para controlarlos no están funcionando, para que se intente con otros medicamentos. Métodos para obtener los nutrientes que usted necesita Si padece de cáncer, usted necesita obtener suficientes nutrientes para cumplir con los siguientes objetivos de nutrición: • Prevenir o revertir las deficiencias de nutrición. • Disminuir los efectos secundarios del cáncer y sus tratamientos. • Maximizar su calidad de vida. Su equipo de atención médica cuenta con distintas formas de ayudarle obtener los nutrientes que necesita. Las formas más comunes son: Alimentación por la boca Siempre que sea posible, intente satisfacer sus necesidades de nutrición al consumir alimentos y bebidas nutritivas. Usted podría obtener suficientes nutrientes consumiendo comidas con alto contenido calórico y alto contenido proteínico que se complementan con bocadillos, bebidas nutritivas enlatadas, bebidas caseras y batidos (licuados). Si esto es muy difícil o si sus necesidades calóricas y nutritivas han aumentado en gran medida, usted podría necesitar la alimentación por sonda. Alimentación por sonda La alimentación por sonda se utiliza con mayor frecuencia para mantener una buena nutrición o para aumentar el peso en personas con poco apetito; de ser necesaria, los familiares, cuidadores y amigos pueden administrar la alimentación por sonda en el hogar. Una vez comience la alimentación por sonda, por lo general se sentirá mejor, puesto que sus necesidades de nutrición se estarán satisfaciendo. Para la alimentación por sonda, se introduce una sonda muy delgada y flexible por la nariz, la cual se desplaza hasta el estómago. Cuando la sonda está en su lugar, pueden administrarse compuestos líquidos nutritivos directamente al estómago. Si es necesario, estos compuestos pueden satisfacer todas sus necesidades de calorías, proteínas, vitaminas y minerales. La gente que hace uso de la alimentación por sonda por lo general puede comer por la boca también, debido a que el tubo es pequeño y no impide que la persona pueda tragar los alimentos. Si usted necesita una sonda para alimentarse, se hará cualquier esfuerzo para permitirle que coma por la boca también. Por ejemplo, podría alimentarse mediante sonda en la noche mientras duerme para que pueda comer durante el día. La mayoría de las personas se adaptan favorablemente a la alimentación por sonda en pocos días. Algunas personas podrían necesitar más tiempo para adaptarse. A menudo resulta útil hablar con alguien que ya haya experimentado la alimentación por sonda. Se puede colocar un tipo de sonda permanente a través del abdomen directamente al estómago (gastrostomía o tubo-G) o a los intestinos (yeyunostomía o tubo-J). La cirugía para esto puede por lo general hacerse de forma ambulatoria. Alimentación a través de las venas (nutrición parenteral total) La alimentación por sonda podría no siempre proveer todos los nutrientes y líquidos necesarios a las personas con problemas digestivos graves. En estos casos, las soluciones nutritivas pueden administrarse directamente por las venas. Este tipo de terapia se conoce como hiperalimentación intravenosa o nutrición parenteral total (TPN, por sus siglas en inglés). Este tipo de alimentación se usa más comúnmente cuando una persona tiene: • Cirugía del sistema digestivo. • Intestinos completamente bloqueados. • Vómito o diarrea grave. • Complicaciones con el cáncer o su tratamiento que evita que puedan comer o usar una sonda de alimentación. Este tipo de terapia nutricional también puede administrarse en el hogar. Preparación para el tratamiento contra el cáncer Hasta que su tratamiento realmente comience, usted no sabrá cuáles efectos secundarios tendrá exactamente, ni cómo se sentirá, o si padecerá de éstos. Una manera de prepararse es pensar en su tratamiento como un tiempo para enfocarse en usted y en su mejoría. Algunas otras formas de prepararse incluyen las siguientes: Haga planes ya Usted puede reducir su ansiedad sobre los efectos secundarios del tratamiento si toma medidas desde ya: exprese sus sentimientos e inquietudes e infórmese tanto como le sea posible sobre su cáncer y su tratamiento. Planear cómo sobrellevará los posibles efectos secundarios puede hacerle sentir más en control y preparado para confrontar los cambios que puedan surgir. Muchas personas tienen pocos o ningún efecto secundario que le impida comer. Incluso si tiene efectos secundarios, puede que estos sean leves y que pueda controlarlos con medicamento o al tomar ciertas medidas. La mayoría de los efectos secundarios desaparecen al finalizar el tratamiento contra el cáncer. Para más información sobre cómo sobrellevar todo esto, consulte la sección de "Recursos adicionales" y/o llame a la Sociedad Americana del Cáncer al 1-800-227-2345. ¡No se olvide de la actividad física! La actividad física ofrece muchos beneficios. Ayuda a mantener la masa muscular, la fuerza, la energía y la resistencia de los huesos. Puede ayudar a disminuir la depresión, el estrés y el estreñimiento. Por lo tanto, si no está ya haciendo ejercicio, hable con su doctor sobre incluir al menos 30 minutos o más de actividad moderada, como caminar por cinco o más días a la semana según sea permitido. Si su médico lo autoriza, inicie a su ritmo (tal vez de 5 a 10 minutos cada día) y continúe hasta el objetivo de 30 minutos, conforme le sea posible. Alimentarse bien Su cuerpo necesita consumiruna dieta saludable para su función óptima. Esto es incluso más crucial si usted padece de cáncer. Con una sana alimentación, entrará al tratamiento con reservas que le ayudarán a preservar fuerzas, evitar que el tejido del cuerpo se rompa, reconstruir tejido y mantener sus defensas contra las infecciones. Las personas que se alimentan bien pueden tolerar mejor los efectos secundarios del tratamiento. Además, usted hasta podría soportar altas dosis de ciertos tratamientos. De hecho, sabemos que algunos tratamientos contra el cáncer realmente funcionan mejor si el paciente está bien nutrido y consume suficientes calorías y proteínas. • No tenga miedo de probar alimentos nuevos. Puede ser que, durante su tratamiento, algunas comidas que antes no le gustaban le sepan bien. • Escoja a alimentos vegetales de distintos tipos. Procure comer habas deshidratadas y guisantes (chícharos, arvejas) en lugar de carne durante algunas comidas de la semana. • Trate de consumir por lo menos cinco porciones al día del grupo colorido: frutas y verduras, incluyendo frutas cítricas y vegetales verde oscuro y amarillo intenso. Este grupo del tipo vegetal contiene sustancias llamadas fitoquímicos que fomentan la salud. • Limite los alimentos altos en grasas, especialmente los de origen animal. Elija la leche y productos lácteos que contengan menos grasa. Reduzca la cantidad de grasa en sus alimentos al escoger métodos de cocción en los que se use menos grasa, como hornear o asar a la parrilla. • Limite el número de alimentos que sean muy salados, ahumados y en escabeche. • Si toma bebidas con alcohol, limite su consumo a una cantidad moderada. • Procure mantenerse un peso saludable, así como acostumbrarse a hacer alguna actividad física. • Si no puede hacer nada de lo anterior por el momento, no se preocupe. Hay ayuda disponible si lo requiere o cuando lo requiera. Consulte a su médico o enfermera sobre cualquier problema que llegue a tener. Planee con antelación • Abastezca la alacena y el congelador con sus alimentos favoritos para que no tenga que ir de compras con tanta frecuencia. Incluya comidas que sepa que puede comer aunque esté enfermo(a). • Cocine con antelación y congele la comida en porciones individuales. • Hable con amigos o familiares para ver las maneras en que le puedan ayudar a comprar y cocinar, o pídale a un amigo o familiar que se encargue de ver esto por usted. • Hable con su médico, enfermera o dietista certificado sobre cualquier inquietud que tenga sobre una buena alimentación. Éste puede darle ideas y ayudarle a planear sus comidas, y crear una lista de compras que incluya comidas que puedan ayudarle con los posibles efectos secundarios, tales como estreñimiento o diarrea. Incluya bocadillos nutritivos Durante el tratamiento contra el cáncer, a menudo su cuerpo necesita calorías y proteínas adicionales que ayudan a que éste se recupere y sane lo más pronto posible, así como para mantener un peso estable. Los bocadillos nutritivos pueden ayudarle a satisfacer esas necesidades al mantener alto su nivel de fuerza y energía, y ayudarle a que se sienta mejor. Para facilitar la adición de bocadillos a su rutina diaria, intente lo siguiente: • Coma bocadillos pequeños y nutritivos a lo largo del día. • Tenga una variedad de bocadillos nutritivos a su alcance que sean fáciles de preparar y de comer. Por ejemplo: yogur, cereal y leche, medio emparedado, un plato de sopa sustanciosa, queso y galletas. • Evite los bocacillos que puedan empeorar cualquier efecto secundario relacionado con el tratamiento. Por ejemplo, si padece de diarrea, evite las palomitas o rosetas de maíz, así como las frutas y verduras crudas; Si padece de dolor de garganta, no coma bocadillos secos y ásperos, ni alimentos ácidos. • Si puede comer con normalidad y mantener su peso sin necesidad de los bocadillos, entonces no los incluya. Ejemplos de bocadillos nutritivos panqué esponjoso gelatina palomitas o rosetas de maíz, pretzels pan granola natillas o flanes, budines Consejos prácticos para incrementar la cantidad de calorías y proteínas • Consuma alimentos y bocadillos en menor cantidad pero durante sesiones frecuentes para comer, en lugar de tener tres comidas grandes. • Coma sus alimentos favoritos a cualquier hora del día. Por ejemplo, si tiene deseos de comer alimentos propios del desayuno a la hora de la cena, hágalo. • Coma frecuentemente, cada pocas horas. No espere a que sienta hambre. • Haga su comida más grande a la hora del día cuando tenga más apetito. Por ejemplo, si usted tiene más hambre en la mañana, haga del desayuno su comida más grande. • Trate de ingerir comidas altas en calorías y cargadas de proteínas en cada comida y bocadillo. • Ejercítese ligeramente o haga una caminata antes de comer para aumentar su apetito. • Tome bebidas nutritivas altas en calorías, como leche-malteadas y bebidas enlatadas de complementos nutricionales. A muchas personas se les facilita tomar las bebidas frías. • Beba la mayor parte de su consumo de líquidos entre comidas en vez de con las comidas. Beber líquidos junto con las comidas le llenará demasiado. • Procure las barras nutritivas y budines hechos en casa o disponibles en el supermercado. cereal – frío o caliente licuados o batidos de leche y bebidas hechos en casa emparedados (sándwich) queso helado o nieve de leche helado o nieve de agua galletas dulces jugos sopas – sustanciosas o caldos galletas saladas leche bebidas deportivas salsas hechas con queso, frijoles (habas o habichuelas) y yogur bizcochuelos mezcla de semillas y nueces ponche de huevo pasteurizado (rompope, flip, sabajón) nueces verduras -- crudas, cocidas, jugos frutas – frescas, enlatadas, deshidratadas mantequilla de maní (crema de cacahuate) yogur – helado o congelado Alimentos ricos en proteínas* Productos lácteos: coma pan tostado o galletas con queso. Añada queso rallado a las papas asadas, verduras, sopas, fideos, carnes y frutas. Use leche en lugar de agua para los cereales y las sopas. Incluya salsas cremosas en sus vegetales y pasta. Añada leche en polvo a las sopas cremosas, al puré de papas, al budín y a los guisos. Añada yogur o requesón a sus frutas favoritas, licuados (batidos) y malteadas. Huevos: tenga disponibles en el refrigerador huevos duros cocinados. Píquelos y añádalos a las ensaladas, guisos, sopas y verduras. Prepare una ensalada rápida de huevo. Todos los huevos deben estar bien cocidos para evitar el riesgo de bacterias peligrosas. Carnes, aves y pescado: añada las sobras de carne a sopas, guisos, ensaladas y tortillas de huevo. Mezcle la carne picada en cubos y deshebrada con crema agria y especias para preparar aderezos. Frijoles (habas, habichuelas), legumbres, nueces y semillas: espolvoree semillas en los postres como frutas, helados, budines y natillas o flanes. También sírvalas sobre vegetales, ensaladas y pasta. Unte mantequilla de maní (crema de cacahuate) en el pan tostado y frutas o incorpórela a una leche malteada. Alimentos altos en calorías* Mantequilla y margarina: derrita sobre las papas, arroz, pasta y vegetales cocidos. Incorpore mantequilla o margarina derretida a las sopas y guisos, y úntesela al pan antes de añadir otros ingredientes a su emparedado. Productos lácteos: añada crema batida a los postres, crepas, waffles o buñuelos, frutas y chocolate caliente e incorpórela en las sopas y guisos. Añada crema agria a las papas asadas y verduras. Aderezos para ensaladas: use mayonesa y aderezo normales (y no los que son bajos en grasa), para las ensaladas y en sus emparedados, así como las salsas con frutas y verduras. Dulces: añada jalea y miel al pan y galletas. Add jam to fruit, and use ice cream as a topping on cake. *Adaptado de Eldridge B, and Hamilton KK, Editors, Management of Nutrition Impact Symptoms in Cancer and Educational Handouts.Chicago, IL: American Dietetic Association; 2004. Recetas para batidos (licuados) y bebidas altas en calorías y proteínas Si requiere consumir más calorías o tiene problemas de deglución (tragar), podría intentar las siguientes recetas, pero tome en cuenta qué éstas podrían no ser adecuadas para todos. Si desea aumentar las calorías pero no la grasa, procure usar los productos lácteos bajos en grasa. Para las recetas a continuación, siga las siguientes instrucciones básicas: • Coloque todos los ingredientes en una licuadora o prepárelos en un envase grande con una batidora de mano. • Cubra y licue a alta velocidad hasta que esté bien mezclado. • Enfríe las bebidas antes de servirlas. • Guarde en el refrigerador o congelador las bebidas que no utilice. • Para aumentar la proteína, añada una o dos cucharadas de leche en polvo a cada receta. Nota: si usted no puede tolerar la leche o sus derivados, o tiene diabetes, pida a su médico que le sugiera algunas ideas de recetas apropiadas. Leche fortificada Beba o use para cocinar para aumentar el contenido de proteína. 1 litro de leche entera o baja en grasa y 1 taza de leche descremada en polvo. Mezcle en la licuadora y refrigere durante al menos seis horas. También puede hacerse con el suero de la leche, ya sea líquido o en polvo. (211 calorías y 14 gramos de proteína por taza) Batido de helado de agua (sorbete) Un batido refrescante 1 taza de helado de agua (sorbete) ½ tasa de leche entera o baja en grasa ½ cdta. de extracto de vainilla (422 calorías y 6 gramos de proteína por porción) Batido de requesón Una bebida espesa y cargada de proteínas ⅓ taza de requesón (queso cottage) ½ taza de helado de vainilla ¼ taza de gelatina preparada de sabor fruta (310 calorías y 11 gramos de proteína por porción) Clásica malteada al instante para el desayuno Un favorito cargado de proteínas ½ taza de leche entera� 1 sobre de polvo sabor vainilla de desayuno al instante ("instant breakfast")� 1 taza de helado de vainilla (para variedad, añada saborizantes o use helado de un sabor distinto) (474 calorías y 20 gramos de proteína por porción) Frapé de yogur de durazno (melocotón) Una bebida helada y de gran sabor 1 sobre de polvo sabor vainilla de desayuno al instante ("instant breakfast")� 1 taza de leche entera �½ taza de yogur de durazno �Entre 6 y 10 cubos de hielo picado (400 calorías y 19 gramos de proteína por porción) Bebida de chocolate Una bebida de chocolate refrescante y cremosa 1¼ tazas de helado de vainilla �½ taza de leche entera� 1 sobre de polvo para bebida de chocolate caliente� 2 cdtas. de azúcar (600 calorías y 24 gramos de proteína por porción) Recetas para sopas caseras Sopa invernal 2 cucharadas de aceite de canola 1 cebolla tamaño mediano, picada 2 latas de 430 ml (14½-oz) de caldo de pollo sin grasa o similar preparado en casa ¾ taza de salsa (puré) de tomate ½ taza de macarrones, sin cocer 1 taza de 450 ml (15-oz) de frijoles blancos (habas, alubias, habichuelas Cannelloni o Great Northern), escurridos Pimienta al gusto En una olla para sopa, caliente el aceite a fuego mediano. Añada las cebollas y cocine durante 3 minutos. Añada el caldo y la salsa o puré de tomate, hierva, luego añada los macarrones y revuelva. Reduzca el fuego, cúbralo y cocine a fuego lento durante 10 minutos. Añada pimienta al gusto, luego incluya los frijoles blancos (alubias, habichuelas). Caliente bien la mezcla. Sirva en platos para sopa y acompáñela con crutones (cubitos de pan tostado para ensalada), pan de maíz o galletas saladas o queso parmesano. Rinde de 4 a 6 porciones. Nutrientes aproximados por porción: 295 calorías, 8 gramos de grasa Sopa de pavo con verduras 1 cucharada de aceite de canola ½ kg (1 lb) de carne 93% magra de pavo 1 taza de cebolla, picada 1 diente de ajo grande, picado 2 tazas de agua 1½ tazas de papas, peladas y rebanadas ½ taza de zanahorias, peladas y picadas 2 latas de 450 ml (15-oz) de tomates (sin sal) 1 paquete de 285 gr (10-oz) de verduras mixtas congeladas� 1 cdta. de polvo de pimiento rojo ("chili") ½ cdta. de orégano ½ cdta. de mejorana En una cacerola grande, a fuego bajo, sofría en aceite el pavo, la cebolla y el ajo. Escurra la grasa. Añada el agua y las papas y hierva. Cocine durante 10 minutos. Incorpore las zanahorias y los tomates y cocine durante 10 minutos más. Añada las verduras mixtas y especias, cubra y cocine a fuego lento durante 15 minutos. Rinde 8 porciones de 1 ½ tazas c/u. Nutrientes aproximados por porción: 190 calorías, 21 gramos de proteína Gazpacho 2 latas de sopa de tomate 2 latas de agua 1 cucharada de aceite de oliva 1 cdta. de sal 1 pizca de salsa picante 1 pizca de polvo de ajo 1 cebolla pequeña, picada 1 pepino pelado, sin semilla y picado 1 pimiento verde sin semilla y picado 1 lata grande de tomates enlatados o 2 tomates pelados, sin semilla y picados Combine los primeros 6 ingredientes, luego añada los 4 restantes. Enfríe y sirva con nachos o galletas saladas. Licue la mezcla o hágala puré en un procesador de comida si lo desea. Rinde ocho tazas. Nutrientes aproximados por porción: 90 calorías, 2 gramos de proteína, 3 gramos de fibra Sopa de crema de brócoli 3 tazas de brócoli con sus tallos pelados, picado en trozos finos 1½ tazas de agua 1 cucharada de aceite de canola u oliva ½ taza de cebolla picada 1 cdta. de harina de uso común 3 tazas de leche con contenido de grasa de 1% ½ cdta. de sal (opcional) ½ cdta. de pimienta ¼ cdta. de páprika ¼ cdta. de semillas de apio ⅛ cdta. de pimiento de cayena. Combine el brócoli y el agua en una cacerola de 3 cuartos y hierva. Baje el fuego, cubra y cocine a fuego lento durante 10 minutos. Escurra y guarde el líquido. Ponga aceite en una cacerola grande a fuego lento, añada la cebolla y sofría hasta que ablande. Añada la harina y continúe cocinando durante varios segundos, revolviendo constantemente. Incorpore el líquido que guardó y cocine hasta que espese. Añada la leche, brócoli, sal, pimienta negra, páprika, semillas de apio y pimienta cayena, mezclándolo todo bien. Caliente a fuego lento hasta alcanzar la temperatura deseada para servir. Rinde 6 porciones. Nutrientes aproximados por porción: 101 calorías, 3 gramos de grasa Sopa de papa 3 papas medianas, peladas y cortadas en cubitos 2 tazas de consomé de pollo bajo en sodio 2 tallos de apio, picados ½ cebolla pequeña, pelada 1 cucharada de aceite de oliva 1 cucharada de harina 2 tazas de leche 2 huevos cocidos, pelados y picados Sal y pimienta al gusto Cocine las papas en el caldo de pollo con el apio y la cebolla hasta que las papas estén tiernas. Combine la mezcla en una licuadora o procesador de alimentos. En una cacerola grande a fuego lento, añada harina al aceite y mezcle para formar una pasta. Lentamente añada la leche, mezclando o batiendo continuamente hasta que se mezcle totalmente con los demás ingredientes y se caliente la mezcla. Pique los huevos y páselos por un cernidor o pasapurés. Añada la mezcla de puré de papas y los huevos. Mézclelo bien y sazone con sal y pimienta según lo desee. Sirva caliente o frío (esta sopa se hace espesa cuando se enfría y pudiese ser necesario licuarla con un poco de caldo de pollo o leche). Rinde 4 porciones. Nutrientes aproximados por porción: 240 calorías, 12 gramos de proteína al prepararse con leche baja en grasa. Control de problemas de la alimentación causados por ciertos tratamientos Cada uno de los tratamientos contra el cáncer puede causar distintos problemas que pueden dificultar el acto de comer o beber. A continuación presentamos algunos consejos prácticos sobre cómo controlar los problemas de la alimentación dependiendo del tipo de tratamiento recibido. Cirugía La cirugía se lleva a cabo para extraer las células del cáncer y del tejido alrededor. A menudo se lleva a cabo junto con la radioterapia y la quimioterapia.Después de la cirugía, el cuerpo necesita calorías y proteínas adicionales para sanar la herida y para la recuperación. En este momento es cuando muchos personas sienten dolor y cansancio, y además puede que no puedan alimentarse normalmente debido a los efectos secundarios relacionados con la cirugía. La capacidad del cuerpo de usar los nutrientes pudiera ser alterada también por la cirugía que se lleva a cabo para extirpar alguna parte de la boca, el esófago, estómago, intestino delgado, colon o recto. Consejos prácticos de nutrición para las personas que se están recuperando de una cirugía en su tratamiento contra el cáncer Si usted se ha sometido a una cirugía, recuerde que la mayoría de los efectos secundarios experimentados son temporales y desaparecen dentro de pocos días. Ciertos medicamentos, prácticas de autocuidado y cambios en la alimentación pueden ayudar a aminorar los efectos secundarios que pudiera experimentar. Si estos efectos continúan, asegúrese de informarlo a su doctor, enfermera y dietista u otro miembro del grupo de profesionales que le atiende. El comer una dieta sana mientras se recupera de una cirugía le puede ayudar a: • Sentirse mejor. • Mantener altos su fuerza y nivel de energía. • Mantener su peso y permitir que su cuerpo almacene nutrientes. • Aumentar su capacidad para tolerar los efectos secundarios relacionados con el tratamiento. • Disminuir sus probabilidades de infección. • Sanar y recuperarse más rápidamente. Aproveche los días en que se siente bien y tiene buen apetito, y trate de comer lo mejor que pueda. Procure tener comidas completas y bocacillos de manera frecuente y habitual, pero no se exija demasiado si está experimentando algunos efectos secundarios relacionados con el tratamiento y si le es difícil comer. Trate de comer pequeñas porciones de alimentos y refrigerios con mayor frecuencia. No tema pedir a sus familiares y amigos que le ayuden a comprar sus alimentos y a preparar las comidas. Tenga presente que las comidas y bebidas bajas en grasa son fáciles de digerir y se toleran con mayor facilidad que aquellas comidas altas en grasa, fritas en manteca o grasosas. A medida que se recupera, asegúrese de tomar suficientes líquidos: al menos ocho vasos de agua de 250 ml (8 onzas) cada día, salvo que su doctor indique otra cosa, para evitar la deshidratación (la deshidratación es una condición peligrosa que surge cuando el cuerpo no cuenta con suficiente agua para su buen funcionamiento). Procure sorber agua, jugos y otros líquidos claros a lo largo del día. Hable con su equipo de atención médica sobre qué tan pronto puede regresar a sus actividades cotidianas. Gradualmente continúe hacia una rutina de ejercicio más vigorosa bajo la autorización de su doctor. Con frecuencia, se requiere que los individuos no coman ni beban nada el día o la noche anterior a la operación. Luego de realizada la cirugía, podría tomar varias horas o incluso uno o dos días hasta que se pueda volver a comer normalmente. Si usted no ha comido por más de un día o dos, puede que su médico le permita consumir alimentos y bebidas fáciles de digerir en un comienzo. A continuación se muestra un ejemplo de cómo una persona puede que comience a comer de nuevo tras la cirugía, viendo la forma de lograr cada etapa antes de avanzar a la siguiente. Etapa 1: líquidos claros gelatina simple bebidas claras, carbonatadas bebidas deportivas té diluido jugos caldo claro, sin grasa jugos cítricos colados caldo raspados (piraguas) consomé paletas de hielo caldo colado de verduras limonada colada agua Etapa 2: alimentos fáciles de digerir (agregar a los líquidos claros en el paso 1) galletas saladas simples panecillos blancos cereal caliente "instantáneo" arroz blanco, fideos y papas pastel esponjoso néctares de frutas todos los jugos flan horneado o natilla frutas y verduras peladas y enlatadas budines simples carne magra, pescado, pollo o pavo sin piel batidos (malteadas) simples de leche sopas coladas, licuadas que sean a base de caldo o crema helado suave cereales refinados yogur helado o congelado todo tipo de leche leche helada ponche de huevo (rompope, flip, sabajón) Efectos secundarios de la cirugía contra el cáncer que pueden afectar la alimentación Después de la cirugía, el tipo de efectos secundarios que podría tener y cuánto tiempo podrían durar depende del tipo de cirugía y de su estado general de salud. La siguiente es una lista de los efectos secundarios comunes tras la cirugía contra el cáncer de diferentes partes del cuerpo. Lengua • Dificultad para masticar y tragar. • Cambios en el gusto. • Sequedad bucal. • Dolor bucal. • Pérdida del apetito. • Cansancio Mandíbula o encías • Problemas de deglución (tragar alimento) • Cambios en el gusto. • Pérdida del apetito. • Cansancio • Sequedad bucal. • Dolor bucal. Esófago • Acidez (reflujo). • Indigestión. • Sensación de llenura al comer (saciedad temprana). Etapa 3: dieta habitual Todos los alimentos que normalmente come por lo general son aceptados, aunque puede que ciertos alimentos sean problemáticos. Tenga cuidado de los alimentos que causen gases, como los frijoles, melones, hortalizas crucíferas (brócoli, coliflor y repollo), leche y productos lácteos. Puede que no pueda tolerar bien los alimentos grasosos ni fritos en aceite, ni los que tienen un alto contenido en grasa. Procure comer porciones más pequeñas con mayor frecuencia • Problemas o dolores en la deglución (tragar alimento) • Pérdida del apetito. • Cansancio Estómago • Sensación de llenura al comer (saciedad temprana). • Acidez estomacal (reflujo gástrico). • Intolerancia a la grasa. • Intolerancia a la leche. • Diarrea intensa. • Pérdida del apetito. • Cansancio Resección del intestino delgado (extirpación de una parte del intestino delgado) • Disminución de la absorción de los nutrientes de los alimentos . • Intolerancia a la grasa. • Intolerancia a la leche. • Diarrea • Deshidratación. • Flatulencia • Cólicos. • Estreñimiento • Pérdida del apetito. • Cansancio Resección del colon (extirpación de una parte del intestino grueso) • El alimento pasa a través de su sistema de forma más rápida. • Diarrea • Deshidratación. • hinchazón. • Flatulencia • Cólicos. • Disminución de la absorción de los nutrientes de los alimentos. • Estreñimiento • Pérdida del apetito. • Cansancio Resección del recto (extirpación de una parte del recto) • Aumento de la presión del recto • Estreñimiento • Estreñimiento. Ardor rectal. • Pérdida del apetito. • Cansancio Páncreas • Pérdida del apetito. • Cansancio • Intolerancia a la grasa. • Estreñimiento • hinchazón. • Flatulencia • Azúcar sanguínea elevada. Pulmón • Dificultad para respirar. • Pérdida del apetito. • Cansancio • Sensación de llenura al comer (saciedad temprana). Seno (mama) • Cansancio • Pérdida del apetito. • Hinchazón del brazo o mano. • Movimiento limitado del hombro y brazo. Próstata • Cambios en los hábitos de la micción (dificultades para orinar; orinar con más frecuencia) • Cansancio • Pérdida del apetito. Cerebro • Cambios en el apetito y cambios del sueño (si está bajo medicamentos esteroides). • Pérdida del apetito. • Náusea • Cansancio Órganos reproductores femeninos (ovario, útero, cuello uterino) • Cansancio • Pérdida del apetito. • Sensación de llenura al comer (saciedad temprana). • hinchazón. • Flatulencia Radioterapia En la radioterapia, la radiación es dirigida al tumor de manera que las células cancerosas no puedan crecer y reproducirse. Si bien tanto las células normales (sanas) como las células anormales (cancerosas) serán afectadas por la radiación, la mayoría de las células normales generalmente puede recuperarse con el tiempo. Las personas con cáncer a menudo reciben radioterapia cinco días a la semana durante dosa nueve semanas. El tipo de los efectos secundarios causados por la radioterapia dependerá del área del cuerpo en la que se reciba la radiación, el tamaño del área que se esté tratando, la dosis total de radiación y la cantidad de tratamientos. La siguiente tabla muestra los posibles efectos secundarios relacionados con la nutrición de acuerdo con el área del cuerpo a ser tratada. Algunos de estos efectos secundarios pueden ocurrir durante el tratamiento, mientras puede que otros no ocurran hasta un tiempo después del tratamiento. Área del cuerpo a tratarse Efectos secundarios relacionados con la alimentación que pueden que ocurran durante el tratamiento Efectos secundarios relacionados con la alimentación que podría ser que ocurrieran después de 90 días del tratamiento Cerebro, espina dorsal Náuseas, vómitos Dolor de cabeza, cansancio Cabeza o cuello: lengua, cuerdas vocales, amígdalas, glándulas salivares, cavidad nasal, faringe Dolor bucal, dificultad o dolor al tragar, cambio en el gusto o pérdida del gusto, dolor de garganta, boca reseca, saliva espesa Resequedad en la boca, deterioro de la mandíbula, tétano, cambios en el gusto y el olfato Tórax: pulmones, esófago, seno Dificultad para tragar, agruras, cansancio, pérdida del apetito Estrechez del esófago, dolor de pecho por esfuerzo excesivo, corazón agrandado, inflamación de pericardio (la membrana alrededor del corazón), cicatrización o inflamación pulmonar Abdomen (región del estómago): intestino grueso Pérdida de apetito, náusea, vómitos, diarrea, gases, Diarrea, sangre en la orina o irritación de la vejiga Los efectos secundarios comienzan normalmente alrededor de la segunda o tercera semana de tratamiento y son más intensos al cabo de dos terceras partes de la duración del tratamiento. Después de la radioterapia, la mayoría de los efectos secundarios dura de dos a tres semanas adicionales, pero algunos pueden durar más tiempo. Si usted experimenta efectos secundarios, pregunte a su médico, enfermera u algún otro miembro del equipo de su atención médica si los medicamentos, algún cambio en la dieta u otras sugerencias pueden ayudarle a controlarlos mejor. Alimentarse de forma nutritiva mientras recibe radioterapia puede ayudarle a: • Sentirse mejor. • Mantener altos su fuerza y nivel de energía. • Mantener su peso y permitir que su cuerpo almacene nutrientes. • Aumentar su capacidad para tolerar los efectos secundarios relacionados con el tratamiento. • Disminuir sus probabilidades de infección. • Sanar y recuperarse más rápidamente. Consejos prácticos de nutrición para las personas que están recibiendo radioterapia Alimentarse bien mientras se recibe radiación puede ser difícil si el tratamiento está siendo administrado en un centro alejado de su hogar. Si el centro de tratamiento cuenta con instalaciones de cocina, no tendrá dificultad en almacenar las comidas congeladas, sopas o porciones sencillas de frutas, budines, gelatina, helado o cereales. Si no hay instalaciones de cocina donde usted se está quedando, mantenga a mano algunos artículos comestibles que no necesiten refrigeración, como porciones individuales de un plato de frutas, gelatina, budines, queso o crema de cacahuate (mantequilla de maní) con galletas saladas, barras de granola o cereal. También tenga en cuenta los siguientes consejos prácticos: • Trate de comer por lo menos una hora antes de la hora de su tratamiento en vez de ir con el estómago vacío. • Lleve consigo bocadillos o complementos nutritivos que pueda comer o beber en el trayecto hacia y desde el tratamiento, si está viajando una gran distancia. • Coma porciones pequeñas y con mayor frecuencia, si la comida no le sabe bien, si le duele al tragar o si le causa diarrea. o delgado, próstata, cuello uterino, útero, recto, páncreas hinchazón, dificultad para tolerar los productos lácteos, cambios en la micción (orina), cansancio • Asegúrese de beber suficiente agua y otros líquidos. • Reclute a sus amigos y familiares para que le ayuden a comprar los alimentos y le ayuden a preparar las comidas. • No espere tener los mismos efectos secundarios que un paciente que recibe tratamiento contra el cáncer en otra área del cuerpo. Aun los pacientes exactamente bajo el mismo tratamiento pueden tener distintos grados de efectos secundarios. • Pruebe con comidas pequeñas y refrigerios con mayor frecuencia en lugar de tres comidas grandes. Si tiene más apetito durante ciertas horas del día, planee hacer su comida más grande a esa hora. Tal vez también le recomendaron añadir calorías adicionales y proteína a las comidas. Si es así, refiérase a la sección en este documento "Consejos prácticos para incrementar la cantidad de calorías y proteínas". • Puede que los complementos nutricionales, como los suplementos líquidos de la comida sean útiles en este momento. Su médico, enfermera y dietista pueden tener muestras para que usted pruebe. Algunas veces las compañías de seguro pagarán por los complementos de nutrición si su médico así lo receta. Una gran fuente de información y apoyo puede encontrarse con otros pacientes. Conozca y converse con otros pacientes sobre las experiencias que han tenido o únase a algún grupo de apoyo. Si desea más información sobre los programas de apoyo, llame a su oficina local de la Sociedad Americana del Cáncer al 1-800-227-2345. Si está teniendo problemas con el apetito, náusea, vómito, diarrea, irritación de boca o garganta, resequedad en la boca, saliva espesa, dificultad para tragar o cambios en el gusto u olfato con los alimentos, por favor consulte las secciones correspondientes en esta guía para información sobre cómo controlar estos efectos secundarios. Si está teniendo dificultades para comer y ha estado siguiendo un plan de dieta especial para la diabetes o alguna otra condición crónica de salud, algunos de estos consejos prácticos puede que no sean adecuados para usted. Hable con su médico, enfermera o dietista sobre cómo cambiar de mejor forma sus hábitos de la alimentación mientras esté bajo radioterapia. Reporte a su doctor o enfermera sobre cualquier efecto secundario que pueda tener para que puedan recetarle algún medicamento para combatirlo. Por ejemplo, existen medicinas para controlar la náusea y el vómito, así como para tratar la diarrea. Para más información sobre cómo controlar los efectos secundarios de la radioterapia, solicite una copia del documento Radioterapia: una guía para pacientes y sus familias de la Sociedad Americana del Cáncer. Quimioterapia La quimioterapia a menudo se le conoce como "quimio" y consiste de emplear fuertes medicamentos para destruir las células cancerosas. Por lo general los medicamentos se toman por la boca (administración oral) o a través del torrente sanguíneo (vía intravenosa, inyecciones). Los medicamentos quimioterapéuticos pueden afectar tanto a las células saludables como a las células cancerosas. Las células del cuerpo más propensas a dañarse son las que se encuentran en la médula ósea, el cabello y el recubrimiento del tracto digestivo (el tracto digestivo consiste de todas las partes del cuerpo involucradas al comer, digerir y excretar los alimentos; incluye la boca, el esófago, el estómago, los intestinos, el recto y el ano). Los efectos secundarios que usted pudiera experimentar varían de acuerdo con el tipo de medicamentos y el método de administración. Los efectos secundarios comunes con la quimioterapia que pueden causar dificultades para comer son: • Pérdida del apetito. • Cambios en el gusto y olfato • Sensibilidad bucal o aftas. • Náusea • Vómitos • Cambios en los hábitos normales de evacuación. • Cansancio • Bajo recuento en el nivel de células blancas lo cual incrementa el riesgo de infecciones. Puede que no tenga todos estos efectos secundarios, pero en caso de que sí, asegúrese de informarlo a su doctor o enfermera. Ellosle podrían recomendar el uso de medicamentos, prácticas diarias de autocuidado y cambios en la dieta para ayudarle a aminorar los efectos secundarios relacionados con la alimentación. Alimentarse bien mientras está recibiendo quimioterapia puede ayudarle a: • Sentirse mejor. • Mantener altos su fuerza y nivel de energía. • Mantener su peso y permitir que su cuerpo almacene nutrientes. • Aumentar su capacidad para tolerar los efectos secundarios relacionados con el tratamiento. • Disminuir sus probabilidades de infección. • Sanar y recuperarse más rápidamente. Consejos prácticos sobre nutrición para personas bajo tratamiento de quimioterapia La mayoría de las personas reciben quimioterapia de manera ambulatoria en algún centro de tratamiento. La administración de la quimioterapia puede tomar desde unos cuantos minutos hasta varias horas. Planifique con antelación y lleve consigo una comida ligera o bocadillos en una bolsa con aislante o en una neverita. Averigüe si hay algún refrigerador y horno de microondas que usted pueda usar. Asegúrese de comer algo antes de recibir el tratamiento. La mayoría de las personas ven que comer una comida ligera o un bocadillo alrededor de una hora antes funciona mejor. Puede que sienta cansancio mientras se encuentre bajo el tratamiento, y a menudo durante algún tiempo después de haber terminado la quimioterapia. El cansancio (fatiga o falta de energía) es muy común. A menos que se le indique lo contrario, mantenga una dieta balanceada que incluya proteína (carne, leche, huevos, habas, lentejas y otras legumbres) para ayudar a estimular su energía. Otros consejos prácticos para reducir el cansancio son darle prioridad a sus actividades, hacer lo más importante cuando tiene más energía, y balancear el descanso y la actividad de tal forma que no interfieran con sus horas de sueño por la noche. No se exija demasiado si los efectos secundarios no le permiten comer. Trate de consumir mini-comidas o bocadillos con mayor frecuencia. Procure limitar su consumo de comidas con alto contenido de grasa, la cual puede ser difícil de digerir. Aproveche al máximo los días en que se sienta bien y tenga buen apetito y trate de consumir comidas y refrigerios de manera habitual. Asegúrese de beber suficiente agua o líquidos, ocho vasos de 250 ml (8 onzas) cada día. No tenga miedo de pedirle a familiares y amigos que le ayuden con sus compras y a preparar y cocinar alimentos. Si no tiene a alguien que le ayude, piense en la posibilidad de contratar un servicio de entrega de comidas a domicilio o coma en un centro comunitario o para personas mayores. Para más detalles sobre el servicio de entrega de comidas y otros servicios, llámenos al 1-800-227-2345 o haga clic en el botón "Contáctenos" en nuestra página en Internet (www.cancer.org) para obtener información sobre los recursos en su región. También podría investigar sobre programas en organizaciones con grupos de apoyo, iglesias y servicios sociales de su comunidad. Algunos de los efectos secundarios desaparecen dentro de horas después de que reciba la quimioterapia. Si los síntomas persisten, asegúrese de avisarle a su equipo de atención médica. La atención oportuna para el control de los efectos secundarios relacionados con la nutrición ayuda a mantener su peso y energía, y a que se sienta mejor. Si está teniendo problemas con el apetito, náusea, vómito, diarrea, irritación de boca o garganta, resequedad en la boca, dificultad para tragar o cambios en el gusto u olfato con los alimentos, consulte las secciones correspondientes en esta guía para información sobre cómo controlar estos efectos secundarios. Si tiene dificultades para comer y está siguiendo una dieta restrictiva como la que se recomienda para la diabetes o las enfermedades crónicas del corazón, hable con su médico, enfermera o dietista sobre cualquier cambio en su dieta mientras recibe quimioterapia. Asegúrese de que su doctor o enfermera sepa sobre sus efectos secundarios para que puedan recetarle cualquier medicamento que sea necesario. Por ejemplo, existen medicinas para controlar la náusea y el vómito, así como para tratar la diarrea. Para más información sobre cómo controlar los efectos secundarios de la radioterapia, solicite una copia de Quimioterapia: una guía para los pacientes y sus familias o consúltelo en nuestro sitio Web. Para personas con sistemas inmunitarios debilitados El cáncer y su tratamiento debilitan el sistema inmunitario del cuerpo al interferir con las células sanguíneas que protegen contra las enfermedades y bacterias. En consecuencia, el cuerpo no puede luchar contra la infección, sustancias extrañas ni enfermedades, como lo haría el cuerpo de una persona saludable. Durante el tratamiento contra el cáncer, habrá veces en que su cuerpo no podrá protegerse a sí mismo tan eficazmente. Es posible que le indiquen evitar la situaciones en que quede expuesto(a) a organismos causantes de posibles infecciones mientras su sistema inmunitario se recupera. Por ejemplo, quizá deba evitar algunos alimentos que puede que contengan niveles altos de bacteria. Consejos prácticos de nutrición para las personas con sistemas inmunitarios debilitados Las siguientes recomendaciones alimentarias hechas por el centro de investigación oncológica Fred Hutchinson en Seattle, Washington, fueron desarrolladas para pacientes con una disminución de la función inmunológica causada por la quimioterapia o radioterapia. Estos consejos fueron más comúnmente usados por pacientes que tuvieron trasplante de médula ósea y cuyos sistemas inmunitarios estaban bastante debilitados. El propósito de estas consejos prácticos es ayudarle a evitar ciertos alimentos que son propensos a contener organismos causantes de infecciones, pero sin dejar de consumir alimentos sanos. Puede que no necesite seguir esta dieta durante su tratamiento contra el cáncer, o tal vez seguirla sólo durante ciertos periodos. Hable con su doctor o enfermera sobre estas sugerencias, así como cuándo debe seguir esta dieta si es que así se indica. Alimentos a ser evitados • Carnes crudas o que no están suficientemente cocidas, pescado (incluyendo mariscos recién pescados), aves, tofu, huevos y sustitutos del huevo. • Pescado frío ahumado y curado (salmón); pescado en escabeche. • Cortes de carnes y carnes frías de delicatessen. • Salami curado en sal en envoltura natural. • Leche y productos lácteos crudos y sin pasteurizar incluyendo queso y yogur. • Quesos con hongos como el queso azul, roquefort, gorgonzola y stilton. • Quesos que contengan pimentón u otras verduras no cocidas. • Queso amarillo fuerte, bríe, camembert, feta y quesos de rancho. • Aderezos frescos para ensaladas (los que suelen refrigerarse) que contengan queso añejo (como queso azul o roquefort) o huevo. • Verduras y frutas crudas sin lavar, y aquellas en las que se pueda apreciar moho. • Todos los germinados de semilla de vegetales crudos como la alfalfa y los frijoles mung. • Jugos comerciales de frutas y vegetales sin pasteurizar. • Miel virgen o sin tratamiento térmico, así como la miel en panal. • Todos los productos de miso, tempeh y el mate (té). • Todos los productos comestibles enmohecidos y expirados. • Cerveza sin pasteurizar. • Levadura de cerveza cruda, sin cocinar. • Agua de pozo, a menos que se haya sometido a pruebas anuales y se confirme que es segura. • Preparaciones de hierbas y complementos nutritivos. • Nueces sin tostar, o que fueron tostadas en su cáscara. • Ensaladas de delicatessen. • Ensaladas comerciales en contenedores refrigerados. • Alimentos con productos de granos crudos. • Té fríamente colado preparado en agua tibia o fría. • Productos de repostería no refrigerados con relleno de crema (que no sean no- perecederos*) * "No-perecederos" se refiere a productos comestibles enlatados, embotellados o empaquetados que pueden almacenarse a temperaturaambiente antes de que sean abiertos pero que requieren refrigerarse después de haberse abierto. Durante el tiempo en que la función de su sistema inmunológico se encuentra disminuida, debe tener especial cuidado al comprar alimentos, preparar comidas y comer fuera. Seguir las guías de seguridad de los alimentos reduce su riesgo por bacterias que podrían introducirse, multiplicarse y causar posibles infecciones graves cuando su sistema inmunológico está debilitado. Consejos para el manejo de alimentos • Lávese las manos con agua tibia y jabón durante 20 segundos antes y después de preparar los alimentos y antes de comer. • Mantenga los alimentos a temperaturas por debajo de 5°C (40°F). • Mantenga las alimentos calientes a temperaturas calientes [por encima de los 60°C (140°F)] y los alimentos fríos a temperaturas frías [por debajo de los 5°C (40°F)]. • Descongele la carne, pescado o aves en el refrigerador o microondas en un plato para recoger el líquido. Evite la descongelación dejando los productos a temperatura ambiente. • Use los alimentos descongelados inmediatamente; no los vuelva a congelar. • Guarde los alimentos perecederos en el refrigerador dentro de dos horas tras su compra o preparación. Los platos hechos con huevo y crema - y las comidas que contengan mayonesa - no deben dejarse sin refrigerar por más de una hora. • Lave las frutas y verduras bajo agua potable antes de pelar o cortar. No use jabones, detergentes, soluciones con cloro ni productos comerciales para enjuagar productos agrícolas. Con un tallador limpio para verduras, talle los productos agrícolas de cáscara gruesa (como melones, papas, etc.) o cualquier producto agrícola en el que se pueda apreciar tierra. • Enjuague las hojas o verduras verdes una a una bajo agua saliendo del grifo. • Las ensaladas empaquetadas, ensaladas de col picada y otros productos agrícolas preparados, incluso los marcados como "pre-lavados", deben enjuagarse de nuevo en agua saliendo del grifo; se puede usar un colador para facilitar esto. • No ingiera germinados crudos de semillas vegetales. • Deseche cualquier fruta o verdura que presente alguna viscosidad u hongo. • No compre productos agrícolas que han sido previamente cortados en el supermercado (como melones o repollos cortados a la mitad). • Lave las latas de alimentos con agua y jabón antes de abrirlas. • Use diferentes utensilios para desalojar y probar los alimentos mientras los cocina. No pruebe (ni deje que otros prueben) alimentos con cualquier utensilio que será colocado de nuevo en los alimentos. • Cocine los huevos hasta que las claras estén completamente duras y las yemas comiencen a espesar. Aunque la yema no debe estar líquida, no necesita estar dura. • Elimine los huevos con cáscaras agrietadas. • Hierva el tofu, en cubos de un centímetro (media pulgada), durante cinco a diez minutos antes de usarlo. • Deshágase de los alimentos que luzcan o huelan extraño. ¡Nunca los pruebe! Separe los alimentos: no los contamine entre sí • Use un cuchillo limpio (e independiente) al cortar alimentos distintos. • En el refrigerador, almacene las carnes crudas por separado de los alimentos listos para comer. • Mantenga los alimentos separados sobre la superficie de la mesa de preparación. Utilice una tablón de corte por separado para las carnes crudas (consulte la sección "Superficies de trabajo y equipo de cocina"). • Limpie las mesas de preparación y los tablones de corte con agua caliente y enjabonada, o puede utilizar una solución de agua a temperatura fresca preparada con 1 parte de blanqueador por 10 de agua. Puede que se usen toallitas desinfectantes si es que son aptas para ser utilizadas alrededor de los alimentos. • Al asar, siempre use un plato limpio para la comida que ya esté cocida. Preparar los alimentos bien cocidos • Inserte un termómetro en la parte más gruesa de la carne para determinar su cocción. Verifique la precisión del termómetro al ponerlo en agua hirviendo: la temperatura deberá ser de 100°C (212°F). • Cocine la carne hasta que su color deje de ser rosado y que los jugos que suelte sean claros. La única forma de saber con seguridad que la carne ha sido cocinada a la temperatura apropiada es mediante un termómetro para alimentos. Las carnes deberán cocinarse a 70°C (160°F) y las aves a 82°C (180°F). • Aunque sean ya cocidas, caliente todas las salchichas de los perros calientes (hot dogs), así como las carnes y cortes fríos, y las carnes de tipo delicatessen a fondo hasta llegar a vapor (74°C o 165°F) antes de comer. • No coma huevos crudos, ligeramente cocidos ni pasados por agua. • No coma alimentos sin cocinar que contengan huevos crudos o que no estén completamente cocidos, tales como masilla cruda para galletas, batido para pasteles o aderezos para ensaladas que tengan huevo crudo o cocidos a fuego lento. Puede que se usen huevos pasteurizados o productos a base de ellos en recetas que hagan uso de huevos crudos como uno de los ingredientes en su preparación. Cocinar en horno de microondas • Si el microondas no tiene plato giratorio, rote el plato un cuarto de giro una o dos veces durante el tiempo de cocción, esto evita dejar áreas frías en la comida en las que las bacterias podrían sobrevivir. • Use una tapa o envoltura plástica ventilada para calentar a fondo los alimentos sobrantes. Remueva con frecuencia durante el recalentamiento. Seguridad con el agua • El agua del grifo de su casa es segura si ésta proviene de un suministro municipal de agua para una ciudad que surte a una región de gran densidad demográfica. • El agua de pozo no es segura para beber cuando su sistema inmunológico está debilitado, salvo que esté sometiéndose a prueba diariamente y no se encuentren organismos coliformes ni criptosporidio (bacteria). • Si el agua a la que tiene acceso en el grifo no proviene de una fuente municipal, hiérvala y destílela, o use agua embotellada para beberla, hacer hielo y lavarse los dientes (al hervir, deje que el agua del grifo esté en ebullición por un minuto). La mayoría de filtros para el agua no harán que el agua sea segura si el suministro no ha sido tratado con blanqueador. De compras al supermercado • Revise las fechas de "vender antes de" ("Sell by") y "consumir antes de" ("Use by"). Seleccione únicamente los productos más frescos. • Revise la fecha de empaque de las carnes, aves y mariscos frescos. No compre ningún producto que haya caducado. • Rechace las latas dañadas, infladas, mohosas o profundamente abolladas. Verifique que los alimentos empacados y en caja estén sellados adecuadamente. • Seleccione frutas y verduras que no presenten manchas. • Evite las comidas de delicatessen. En la panadería, evite los postres y pastelillos que contengan crema y natilla que no estén refrigerados. • Evite los alimentos de autoservicio (cocina rápida) o en envases de grandes cantidades. • Evite los helados y el yogur congelado suave servido a través de una máquina. • Evite comer muestras de alimentos que se ofrezcan. • Rechace los huevos agrietados o que no estén refrigerados. • Cuando vaya al supermercado, incluya en su carrito de compras los alimentos congelados y refrigerados hasta el final, justo antes de dirigirse a pagar, especialmente durante los meses de verano. • Refrigere los comestibles tan pronto sea posible, y nunca deje comida dentro de un automóvil caliente. Comer en restaurantes • Coma temprano para evitar comer junto con una multitud de gente. • Pida que le preparen su comida fresca al momento en los establecimientos de comida rápida. • Solicite paquetes individuales de condimentos; evite los envases de autoservicio que contienen grandes cantidades de condimentos. • Evite las fuentes de alimentos de alto riesgo incluyendo barras de ensalada, comidas de delicatessen, comidas de buffet, comidas en la que cada quien aporta un plato y vendedores de comida enla calle. • Evite las verduras y frutas crudas al salir a comer. • Pregunte si los jugos de frutas están pasteurizados. • Asegúrese de que los utensilios estén sobre paños o servilletas y no directamente sobre la mesa. • Si desea llevarse la comida restante, solicite usted mismo colocar la comida en un contenedor en vez de que el mesero lleve la comida para que lo hagan en la cocina. Qué comer cuando su nivel de glóbulos blancos es bajo* Recomendados Alimentos que pueden causar problemas Altos en proteína Tocino bien cocido, carne de res, pescado, jamón, salchichas, cordero, cerdo, ternera; pescado enlatado; huevos o natilla de huevos pasteurizados; crema; requesón o quesos procesados; yogur pasteurizado; sopas hechas en casa, enlatadas, deshidratadas, congeladas Ensaladas de carne o pescado con vegetales crudos; pescado y mariscos crudos, tales como el sushi y las ostras; carnes crudas o poco asadas, tales como la carne tártara; huevos crudos o no del todo cocidos, (incluyendo huevos pasados por agua, escalfados, fritos y estrellados, así como ensalada césar, ponche de huevo hecho en casa con huevos crudos, y masa cruda para galletas); sopas frías sin cocer Panes, cereales, arroces y pasta Todos los panes, rosquillas (donas), panecillos y dulces, cereales sin frutas secas, nueces ni semillas; galletas, torrijas (tostadas francesas), fideos, crepas, pasta, papas y arroz Ensalada de macarrones o pasta o ensalada de papa hecha con vegetales crudos; panes o cereales con frutas secas, nueces o semillas Frutas y verduras Frutas de cáscara gruesa peladas, sin manchas (bananos, frutas cítricas, melones), manzanas peladas, frutas enlatadas, frutas secas cocidas; vegetales bien cocidos, congelados o enlatados Todas las demás frutas frescas o secas; vegetales crudos Bebidas, postres y otros alimentos Jugo de fruta procesada, leche pasteurizada, polvo de malteada como desayuno instantáneo, malteadas de leche caseras, leche en polvo no lácteo, soda, café, té, bebidas de complementos nutricionales Jugo de fruta recién exprimida, jugo de fruta sin pasteurizar, cerveza y vino sin pasteurizar; Tortas de fruta; pasteles y galletas sin nueces; gelatina con sabor; helado comercial, helado de agua, paletas de helado de agua, pretzels; papitas Helado hecho en casa (no comprado) y paletas de helado hechos en casa, palomitas de maíz. Mantequilla, margarina, salsas preparadas, mayonesa, aderezo de ensalada, aceites vegetales Mantequilla de maní (crema de cacahuate) simple Nueces crudas o sin tostar Sal, pimienta, condimentos de hierbas, especias o miel (pueden añadirse sólo durante el proceso de Sal, pimienta, condimentos en especias o miel que se ponen en los alimentos después de que fueron cocinados *Adaptado de Eldridge B, and Hamilton KK, Editors, Management of Nutrition Impact Symptoms in Cancer and Educational Handouts. Chicago, IL: American Dietetic Association; 2004. Guía sobre limpieza en el hogar Higiene personal Lave sus manos con agua potable tibia (saliendo del grifo) y jabón, durante 20 segundos, antes y después de cada paso de la preparación de alimentos. Lave sus manos antes de comer, después de usar el baño, de manejar la basura y de tocar las mascotas. Seque sus manos con toallas de papel, o use una toalla que sea reemplazada diariamente. Si usa una toalla de mano, asegúrese de que ésta se utilizad solo para secar manos recién lavadas. Superficies de trabajo y equipo de cocina Al cortar carnes rojas o aves, deben usarse superficies de plástico o vidrio. Los tablones de madera para corte son seguros si son exclusivamente usados para carnes crudas y aves. Use un tablón de corte distinto para otros alimentos como productos agrícolas, queso y pan. Lave las tablas de picar después de cada uso en agua caliente con jabón o en la lavadora de platos. Desinfecte tanto los tablones de madera como los de plástico con una solución que sea 1 parte de blanqueador por 10 de agua. Esto debe hacerse cada vez que se use el tablón para el corte en crudo de carnes rojas, pescado o aves. Desinfecte semanalmente los tableros usados para otros propósitos. Permita que la solución clorada permanezca en los tablones por al menos 2 minutos, y luego enjuague y seque al aire o con toallas nuevas de papel. Reemplace los tablones de corte con grietas o ranuras. Mantenga los enseres libres de partículas de alimentos. Revise el horno microondas, tostador, abrelatas y las cuchillas de la licuadora. Quite las cuchillas de la licuadora y la parte inferior cuando lave la jarra. Prepare y use una solución de 1 parte de un blanqueador doméstico por cada 10 de agua para lavar estos artículos. Mantenga las superficies de la cocina libres de partículas de alimentos. Limpie de forma periódica con una solución con 1 parte de blanqueador por cada 10 de agua. Área del fregadero Tenga jabón al alcance para el lavado de sus manos y use toallas de papel para secarlas. Use toallas de trapo que estén frescas y limpias cada día para los platos. Si utiliza esponjas o paños para lavar, lávelos diariamente (como si indica más adelante) y cocción). Azúcar, mermelada, jalea, conservas, jarabes, melaza, mostaza, salsa de tomate (catsup o ketchup), caramelos, chocolate, pepinillos, aceitunas, adobes cámbielos al menos una vez por semana. Algunos expertos sugieren evitar el uso de esponjas del todo debido a que pueden alojar y propagar las bacterias. Sumerja los paños, trapos y esponjas diariamente en una solución con 1 parte de blanqueador por cada 10 partes de agua (para desinfectar). O puede que quiera poner las esponjas mojadas en el horno de microondas en su máxima intensidad por 2 minutos (se calentarán mucho), o someterlas a la lavadora de platos. No almacene alimentos debajo del fregadero. No almacene químicos y soluciones de limpieza cerca de donde almacena alimentos. Use un jabón líquido para trastes y agua muy caliente al lavar los trastes y utensilios. Puede dejarlos secar al aire libre en lugar de secarlos con toalla. Refrigerador / congelador Mantenga el refrigerador aseado: limpie los derrames inmediatamente, corrobore que no haya trozos de comida y mantenga limpias las repisas y puertas. Una vez a la semana, use un trapo con una solución de 1 parte de blanqueador por cada 10 partes de agua para limpiar el refrigerador. Mantenga la temperatura del refrigerador entre 1 y 5° C (de 34 a 40° F) y la del congelador por debajo de los -15° C (5° F). Adquiera termómetros para el refrigerador y congelador para asegurarse de que sus alimentos están conservados a temperaturas adecuadas. Después de que se enfríe la comida, almacénela en envases con tapadera. Primero, deje enfriar las comidas calientes, sin taparlas, en el refrigerador; luego cubra los envases de almacenamiento después de que se enfríe la comida. Congele lo que no planifica usar dentro de los próximos 2-3 días. Elimine todas las comidas preparadas después de 72 horas (3 días). Elimine los huevos con cáscaras agrietadas. Elimine los alimentos cuyas fechas de caducidad "utilícese antes de (Use by)" se hayan cumplido. Elimine los paquetes o envases completos de alimentos en los cuales haya cualquier señal de moho u hongo presente, incluyendo yogur, queso, requesón, frutas, verduras, jalea y productos de pan y de repostería. Elimine alimentos quemados por el frío. Gabinetes / alacena Asegúrese de que las áreas de almacenamiento de alimentos permanezcan limpias y de que no haya indicios de contaminación de insectos o roedores. Elimine cualquier lata que muestre cualquier señal de que se ha echado a perder: que esté inflada, con fugas de líquido o con abolladuras profundas en el área del punto de unión. No pruebe su contenido. Rote los alimentos almacenados, de manera que los artículos más viejos se utilicen primero. No use alimentos que hayan sobrepasado su fecha de caducidad. Use los
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