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Ensayo del libro El montaje

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Laurel Mayer
Ensayo sobre El Montaje
Al leer el libro “El Montaje”, me percaté desde el principio que es muy importante ver por uno mismo las películas con las que se va ejemplificando poco a poco. A pesar de que ya había visto algunas de lo que se podría llamar cine primitivo, me quedé con muchas ganas de ver el resto de las mencionadas. También pienso que me hubiera gustado leer los primeros capítulos del libro antes de haber visto las películas, para poder concretar mejor lo que aprendí, y observar los ejemplos comentados en el libro.
De lo primero que se habla en “El Montaje” es sobre la diferencia de planificación y montaje, lo cual me parece muy acertado, ya que si no lo especifican desde el principio uno puede llegar a confundir ambos términos. Lo más fácil de distinguir es que la planificación se realiza antes de filmar y el montaje después, pero los dos son de igual importancia.
Es muy curioso como al principio la cámara se usaba como un espectador más, tanto de la vida cotidiana como de alguna persona viendo una obra de teatro. La cámara solamente miraba hacia un escenario registrando el espectáculo como una cuarta pared, los cambios de planos eran solamente accidentales y si había diferentes cuadros eran siempre autónomos.
Con el tiempo varios autores comenzaron a experimentar, por ejemplo, Méliès intentó articular cuadros, Porter hizo uso del plano corto, Griffith usó el plano americano. Surgieron ideas de ritmo, dirección y espacio, así como los retoños de lo que hoy en día podría ser el montaje.
En Rusia fue muy importante la corriente futurista y la revolución. Autores, como Eisenstein, Potemkin y Pudovkin, comenzaron a experimentar con la teoría del montaje. A la cámara se le dio un nuevo enfoque jamás antes visto, el cual influyó notablemente en la creación de películas Hollywoodenses. 
Aún así, Hollywood también fijo sus propias reglas, los actores tomaron más importancia que los realizadores, se impuso una división del trabajo para hacer películas, el montaje era solamente un instrumento narrativo. Mientras tanto en Francia nacían nuevas nociones de planificación y montaje.
Todo dio un gran giro cuando apareció el cine sonoro. El diálogo se convirtió en el vértice de la planificación, se creó el ambiente sonoro, cambiaron los equipos para hacer el montaje, los montadores tenían que tener más conocimientos.
Pocos estaban en desacuerdo con la regla de la transparencia del montaje, dos personajes notables fueron Orson Welles y Alfred Hitchcock. Se regresó al uso de montajes discontinuos, de choque y jump cuts para causar más tensión en los espectadores. Alain Rsnais, inspirado por estos personajes, creo el collage de imágenes documentales con una historia de amor.
Uno piensa que el montaje es cualquier cosa, pero si se analiza a fondo es muy laborioso. Es una verdadera fortuna vivir en una época en donde el montaje ya es virtual. Aún así todas esas reglas que se fueron utilizando poco a poco son hoy en día esenciales para cualquier montaje, por eso es importante conocerlas, así como entender todos los pasos que se deben de llevar para hacer un buen montaje. 
El final del libro incluye varios documentos interesantes para ejemplificar todas estas reglas y algunos datos interesantes para complementar la lectura. La mayoría habla sobre películas que tienen algo en especial, ya sea el efecto de algún estímulo, el intento de hacer coincidir cuadros, provocación de emociones, procedimientos de creación y montajes en diferentes épocas, entre otras cosas. 
Pienso que los textos del final son muy útiles como tips para montar, planificar y filmar. Es interesante saber lo que se puede hacer o no hacer y por qué, todo explicado mediante textos con imágenes, esquemas y reseñas de ciertas secuencias en algunas películas. Además hay mucho contexto histórico para así poder entender mejor lo que se hace y la razón de esto. 
Cuando uno ve una película hoy en día apenas percibe el montaje, tal vez porque no vivimos todos los cambios que se dieron con el tiempo, o porque estamos acostumbrados a la sutileza del montaje actual, pero después de haber leído este libro uno se fija más en esos pequeños detalles, como en la dirección de la mirada, el tiempo que dura un plano, el ritmo que lleva la película, los cambios entre corte y corte; hay tantos detalles en los que no nos fijamos que llegamos a creer que el montaje es sencillo e innecesario, pero si no fuera por el montaje ya no entenderíamos lo que el autor de la película pretende transmitir.

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