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KARL MARX Estructura y Superestructura_-1

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KARL MARX: ESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA 
BASE (ESTRUCTURA) 
El modo de producción, es decir, las fuerzas productivas y sus correspondientes relaciones de 
producción, forman la base (la estructura) económica de la sociedad sobre la que se levanta el 
sistema de superestructuras: el régimen y las instituciones políticas, así como las formas de la 
conciencia social: moral, ciencia, religión, filosofía, &c. “Según sean las condiciones de 
existencia de la sociedad, las condiciones en que se desenvuelve su vida material, así son sus 
ideas, sus teorías, sus concepciones e instituciones políticas” (Stalin). Las superestructuras 
están vinculadas con la base ya directamente (por ejemplo, las superestructuras políticas), o 
por una serie de eslabones intermedios (como las superestructuras ideológicas: la moral, la 
ciencia, la religión, &c.). Por surgir de una determinada base económica, las superestructuras 
adquieren con relación a ella una relativa autonomía. Así, por ejemplo, cada sabio, escritor, 
artista, al crear sus obras, refleja en ellas las condiciones de su época. Pero toma como punto 
de partida el material ideológico acumulado por sus predecesores y continúa desarrollándolo, 
en virtud de lo cual se crea también la sucesión en el desarrollo de la ciencia, del arte, de la 
filosofía, &c. Con el cambio de la base económica se transforman también, más o menos 
rápidamente, todas las superestructuras. En la lucha política e ideológica se reflejan las 
condiciones económicas de la vida social. Pero las superestructuras, determinadas directa o 
indirectamente por la base económica, no son, como piensan los economistas vulgares, un 
resultado pasivo de la economía, ni ésta constituye, ni mucho menos, la única fuerza activa en 
la evolución de la sociedad. Las superestructuras ejercen una influencia sobre la base, 
aceleran o frenan el desarrollo de la sociedad. Así, la burguesía emplea su Estado para la 
lucha contra la revolución proletaria, retardando el desarrollo revolucionario de la sociedad. 
Por consiguiente, la superestructura política desempeña en este caso un papel reaccionario 
activo. Al conquistar el Poder político, el proletariado suprime la propiedad privada burguesa 
–que impide el desarrollo de las fuerzas productivas– y encamina las pequeñas economías 
campesinas por la senda de la economía colectiva, socialista. En lugar de la propiedad 
privada, se establece la propiedad colectiva sobre los medios de producción. El Estado 
proletario crea de esta manera una posibilidad ilimitada para el desenvolvimiento de las 
fuerzas productivas, dando un claro ejemplo del papel revolucionario activo que la 
superestructura política está desempeñando en el desarrollo de la sociedad, de su economía y 
de sus fuerzas productivas. La consolidación del Estado socialista de los obreros y 
campesinos, la posesión de la teoría marxista leninista y la educación comunista de los 
trabajadores, constituyen en la Unión Soviética las condiciones más importantes para el éxito 
del tránsito paulatino ya iniciado hacia la fase superior del comunismo. 
Diccionario filosófico marxista · 1946:24-25 
La base es el conjunto de las relaciones de producción que corresponden a un estadio 
determinado del desarrollo de las fuerzas productivas. La superestructura está constituida por 
las instituciones políticas y jurídicas y por determinadas formas de la conciencia social, que 
corresponden a la base dada. 
La ciencia marxista de la sociedad concede una gran importancia al problema de la base y de 
la superestructura. Cuando se tiene una noción justa de la base y de la superestructura, de sus 
relaciones recíprocas y de los vínculos que las unen a la producción y a las fuerzas 
productivas, es posible descubrir las leyes objetivas del desarrollo social y superar el 
subjetivismo en el estudio de la historia de la sociedad. 
http://www.filosofia.org/enc/ros/stalin.htm
http://www.filosofia.org/urss/dfm1946.htm
El marxismo entiende por base el conjunto de las relaciones de producción cuyo carácter está 
determinado por la forma de la propiedad. Las relaciones de producción indican en qué 
manos se encuentran los medios de producción (ver), los cuales pertenecen a la sociedad 
entera, o bien a individuos aislados, a grupos o clases que se sirven de ellos para explotar a 
otros individuos, grupos o clases. En su prólogo a la Contribución a la crítica de la Economía 
Política, Marx dice: “El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura 
económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y 
política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social” (Marx/Engels, 
Obras escogidas, t. I, pp. 332 y 333. Ed. esp., Moscú, 1951). 
La base no debe ser identificada con la producción, ni tampoco debe ser separada de ella. Si 
se confunde la base con la producción, se corre el riesgo de llegar a la conclusión errónea de 
que la producción determina la superestructura directamente, cuando en realidad, sólo la 
determina en forma indirecta, por intermedio de la base económica. A su vez, si la base se 
separa de la producción, se cae en el idealismo, se comete el error de creer en la 
independencia de las relaciones de producción con respecto a las fuerzas productivas 
La base no constituye algo inmutable, sino que se modifica en el curso de la historia, y 
representa la estructura económica de la sociedad en una etapa determinada de su desarrollo. 
Así, la base de la sociedad socialista difiere fundamentalmente de la base capitalista. La 
primera se caracteriza por la propiedad colectiva de los medios de producción y la ausencia 
de explotación del hombre por el hombre. La segunda implica la propiedad privada de los 
medios de producción y la explotación del trabajo asalariado. 
La base tiene carácter económico, mientras que la superestructura pone al servicio de la 
sociedad ideas políticas, jurídicas, estéticas y demás, y crea las instituciones 
correspondientes. La base está directamente determinada por las fuerzas productivas de la 
sociedad; la superestructura sólo se liga a la producción, a las fuerzas productivas, de una 
manera indirecta, por intermedio de la economía, por intermedio de la base, y en eso reside 
una de sus particularidades. La superestructura refleja los cambios acaecidos en el nivel de 
desarrollo de las fuerzas productivas no de una manera inmediata, sino a continuación de los 
cambios de la base, y por medio de esos cambios. Esta tesis del marxismo es de una gran 
importancia para la lucha contra toda clase de vulgarizadores que deducen las ideas jurídicas, 
estéticas y demás, directamente de la producción, desnaturalizando así las leyes reales del 
nacimiento y desarrollo de la superestructura, su papel y su alcance en la vida social. 
Cuando la base económica se modifica, la superestructura, que depende estrechamente de 
aquélla, se modifica a su vez. La historia de la sociedad ofrece numerosos ejemplos de esta 
correlación que permite comprender por qué las ideas políticas, jurídicas, estéticas y demás, 
difieren según las épocas históricas. La superestructura es el producto de la época en la que 
funciona una base económica determinada, razón por la cual, no dura relativamente mucho 
tiempo. Por estar vinculada a una base determinada, la superestructura desaparece con 
aquélla. 
Aunque engendrada por una base económica determinada, la superestructura está lejos de ser 
pasiva como lo pretenden numerosos vulgarizadores; la base está lejos de ser la única fuerza 
activa del desarrollo social. Entre esos vulgarizadores que negaban el papel activo de la 
superestructura, se alineaban los “economistas” y los mencheviques con su “teoría de la 
espontaneidad”, su negación de la necesidad de la dictadura del proletariado para la 
edificación del socialismo. Con pleno conocimiento de causa los dirigentes socialistas de 
http://www.filosofia.org/enc/ros/marx.htmderecha actuales recurren a la misma idea del papel pasivo de la superestructura para predicar 
la teoría antimarxista de la integración del socialismo en el capitalismo sin lucha 
revolucionaria, sin derrocamiento del poder de la burguesía. El marxismo-leninismo ha 
derrotado esas “teorías” oportunistas, contrarrevolucionarias, que tienden a perpetuar el 
régimen reaccionario que toca a su fin. Es preciso tener en cuenta el papel considerable de la 
superestructura –el Estado, el derecho, las ideas políticas, filosóficas y demás– en el 
desarrollo y reforzamiento de la base correspondiente. Y no puede ser de otra manera: si la 
base produce su superestructura, es para afirmarse y robustecerse más. En una sociedad 
dividida en clases, la superestructura reviste un carácter de clase: no puede ser indiferente con 
relación a su base, o tener la misma actitud hacia todas las clases, sin dejar de ser una 
superestructura. Por la influencia que ella ejerce sobre la base, acelera o, al contrario, modera 
el desarrollo social. Así, la burguesía contemporánea moviliza su Estado en la lucha contra la 
revolución proletaria, para cerrar el camino al progreso social. Pone en juego todos los 
medios de presión política e ideológica del Estado burgués para adormecer la conciencia 
política de las masas, para hacer de éstas un instrumento dócil de las clases dominantes. La 
superestructura política desempeña aquí, pues, un papel reaccionario activo. Después de la 
conquista del poder, y apoyándose en la ley objetiva de correspondencia necesaria entre las 
relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas, el proletariado decreta la 
abolición de la propiedad privada que traba el desarrollo de las fuerzas productivas, y crea las 
condiciones que permiten a las pequeñas explotaciones campesinas pasar a la gran agricultura 
socialista; la propiedad privada es reemplazada por la propiedad colectiva, socialista, de los 
medios de producción. La superestructura política desempeña entonces un papel 
revolucionario activo en el desarrollo de la sociedad, de la economía y de las fuerzas 
productivas de la sociedad. 
Bajo el socialismo, el papel de la superestructura se convierte en algo particularmente 
importante: contrariamente a la sociedad capitalista donde la economía se desarrolla 
espontáneamente, en la sociedad socialista soviética la economía nacional se desarrolla de 
acuerdo a planes establecidos científicamente que reflejan las leyes económicas objetivas del 
socialismo y están en armonía con ellas. Jamás en la historia de la humanidad, el Estado ha 
llenado una función económica, cultural y educativa en una escala tan vasta como el Estado 
de los Soviets. La inmensa acción que ejerce la política del Partido Comunista y del Estado 
Soviético sobre el desarrollo de la base económica, se debe al hecho de que esa política está 
de acuerdo con las leyes económicas objetivas del socialismo, que responde a las necesidades 
históricas. Pertrechado con el conocimiento de las leyes del desarrollo social, el Partido 
Comunista prevé los procesos fundamentales de la evolución económica y, conforme a esas 
leyes, traza el programa de actividad del Estado, moviliza a las masas populares para ponerlo 
en marcha. Así pues, al mismo tiempo que reconoce la dependencia de la superestructura con 
relación a la base, el marxismo subraya con fuerza el inmenso papel activo de la 
superestructura en el desarrollo de la base económica. En la hora presente, el pueblo 
soviético, guiado por el Partido Comunista, realiza tareas grandiosas con vistas a culminar la 
construcción del socialismo y pasar gradualmente al comunismo. El reforzamiento del Estado 
Soviético, la educación de las masas en el espíritu del comunismo y del patriotismo soviético, 
el trabajo ideológico y la lucha contra la supervivencia del capitalismo en la conciencia de los 
hombres, constituyen una condición importante en la marcha hacia adelante. 
La doctrina marxista-leninista de la base y de la superestructura constituye una eficaz guía de 
acción en la lucha para pasar del capitalismo al comunismo. El Estado burgués, el derecho 
burgués, ayudan activamente al mantenimiento de la base económica del capitalismo, a 
conservar intacto el régimen económico de explotación y de opresión; y es imposible liberar a 
la clase obrera y a los trabajadores y, por lo tanto, construir el socialismo, sin haber abolido 
antes el poder de la burguesía. Sólo la revolución socialista, que establece la dictadura del 
proletariado, asegura el pasaje del capitalismo al socialismo, crea las condiciones para 
instaurar la sociedad socialista, y más tarde, la sociedad comunista: tal es la conclusión que 
fluye de la doctrina marxista-leninista de la base y de la superestructura. 
SUPERESTRUCTURA 
El modo de producción, es decir, las fuerzas productivas y las relaciones de producción 
constituyen la base económica (el fundamento) de la sociedad, sobre la cual elévase un 
sistema de superestructuras: el régimen político y las instituciones, como también las formas 
de la conciencia social: moral, ciencia, religión, filosofía y otras. Con los cambios de la base 
cambian, más o menos rápidamente, todas las superestructuras. En la lucha política e 
ideológica se reflejan las condiciones económicas de la vida social. Pero las superestructuras, 
directa o indirectamente determinadas por la base económica, no son, como lo piensan los 
economistas vulgares, pasiva consecuencia de la economía; ni la economía, de modo alguno, 
representa la única fuerza activa en el desarrollo de la sociedad. Las superestructuras ejercen 
su influencia sobre la base y, a su vez, aceleran o retardan el desarrollo de la sociedad. Así, la 
burguesía emplea su Estado en la lucha con la revolución proletaria, retardando de tal manera 
el desarrollo revolucionario de la sociedad. La superestructura política, de consiguiente, juega 
aquí un activo papel reaccionario. El proletariado, habiendo conquistado el poder político, 
suprime la propiedad privada burguesa, que traba el desarrollo de las fuerzas productivas, y 
dirige la pequeña economía socialista colectiva. En cambio de la propiedad privada, se 
establece la propiedad social socialista sobre los medios de producción. Con ello, el Estado 
proletario proporciona posibilidades ilimitadas para el desarrollo de las fuerzas productivas. 
Esto es un claro ejemplo del activo papel revolucionario de la superestructura política, en el 
desarrollo de la sociedad, de su economía y de sus fuerzas productivas. 
La teoría de la base y de la superestructura pone de manifiesto el nexo que existe entre las 
relaciones económicas de una sociedad y todas las demás relaciones de la misma. Se da el 
nombre de base al conjunto de las relaciones de producción que constituyen la estructura 
económica de la sociedad. Los conceptos de «base» y de «relaciones de producción» son 
equivalentes, pero no idénticos. El concepto de «relaciones de producción» está ligado al de 
«fuerzas productivas». El concepto de «base», en cambio, está ligado al de «superestructura». 
Forman parte de ésta las ideas, organizaciones e instituciones. Entran en las ideas de la 
superestructura las concepciones políticas, jurídicas, morales, estéticas, religiosas y 
filosóficas, también denominadas formas de la conciencia social. Todas las formas de la 
conciencia social reflejan de uno u otro modo las relaciones económicas, la estructura 
económica de la sociedad: unas, de manera inmediata, como por ejemplo las formas de la 
conciencia política y jurídica; otras, de manera mediata, como por ejemplo el arte y la 
filosofía. Estas últimas se hallan vinculadas a la base económica a través de eslabones como 
la política, &c. Las relaciones de superestructura incluyen en sí mismas las relaciones 
ideológicas (Ideología). A diferencia de las relaciones de producción, que se forman 
independientemente de la concienciade las personas, las relaciones ideológicas pasan por la 
conciencia antes de constituirse como tales. Los fenómenos de la superestructura 
determinados por la base, poseen una relativa independencia en su desarrollo. Cada forma de 
conciencia social lleva consigo determinadas organizaciones e instituciones: con las ideas 
políticas se hallan relacionados los partidos políticos; con las ideas políticas y jurídicas, las 
instituciones estatales; con las ideas religiosas, la Iglesia y las organizaciones eclesiásticas, 
&c. Cada formación económico-social tiene una base determinada y su correspondiente 
http://www.filosofia.org/enc/ros/forma6.htm#v3
http://www.filosofia.org/enc/ros/forma3.htm#v3
superestructura. Históricamente, se diferencian las bases y superestructuras de las sociedades 
esclavista, feudal, capitalista y comunista. Los cambios de base y superestructura se producen 
como resultado del cambio de una formación político-social por otra. La superestructura 
experimenta también cierta evolución dentro de la formación dada. Por ejemplo, al pasar al 
imperialismo, el cambio de la superestructura se caracteriza por un robustecimiento de la 
reacción. En el régimen socialista, la superestructura política desarrolla formas cada vez más 
democráticas de organización. De ello puede servir de ejemplo la transformación del Estado 
de la dictadura del proletariado en Estado de todo el pueblo durante el periodo de la amplia 
edificación del comunismo. La superestructura, que es fruto y reflejo de la base económica, 
no se reduce a constituir algo pasivo e inoperante, sino que desempeña un activo papel en el 
proceso histórico e influye en todos los aspectos del mismo, incluso sobre la economía que la 
engendra. En la sociedad basada en la propiedad privada, la base y la superestructura poseen 
una estructura antagónica. En la sociedad capitalista, por ejemplo, se sostiene una 
encarnizada lucha ideológica entre la burguesía y el proletariado, entre las concepciones 
políticas, morales, filosóficas &c., de estas dos clases enemigas entre sí. La naturaleza 
antagónica de la superestructura en la sociedad dividida en clases, condiciona asimismo el 
papel contradictorio que desempeñan las ideologías de las distintas clases en su relación con 
la base económica. Mientras que, en la sociedad capitalista, la superestructura. política 
burguesa con ideas burguesas sobre la libertad, la igualdad, &c., se halla orientada al servicio 
activo de la base económica del capitalismo, la ideología y organizaciones proletarias se 
hallan dirigidas hacia el derrocamiento revolucionario del capitalismo y hacia la liquidación 
de sus bases económicas. Únicamente en la sociedad socialista, donde las relaciones de 
producción están libres de antagonismos, la superestructura se va haciendo cada vez más 
homogénea en el sentido social y se encuentra al servicio de un fin común: el 
perfeccionamiento progresivo y el desarrollo de la base económica del socialismo. 
Categorías del materialismo histórico, elaboradas para caracterizar los principales elementos 
estructurales de cada formación socio-económica. Con ayuda de estas categorías se especifica 
el problema fundamental de la filosofía aplicado a la sociedad. El marxismo-leninismo 
demuestra que el fundamento de las ideas, instituciones y organizaciones dominantes en toda 
sociedad es la base, es decir, el conjunto de las relaciones de producción, que se forma 
necesariamente en correspondencia con un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas 
productivas. La superestructura es un sistema interconectado de fenómenos sociales que son 
engendrados por la base económica e influyen activamente sobre la misma. Forman parte de 
la superestructura: a) el conjunto de formaciones espirituales (pensamientos, sentimientos, 
estados de ánimo, ideas, teorías, doctrinas), que, al analizarlas posteriormente, se dividen en 
políticas, jurídicas, morales, religiosas, estéticas y filosófico-conceptuales; b) el conjunto de 
relaciones entre los individuos, que, a diferencia de las relaciones de base, de producción 
material, se forman independientemente de la voluntad y la conciencia de los hombres y se 
denominan ideológicas, pues se crean en consonancia con las mencionadas formas de la 
conciencia ideológica, interviniendo como relaciones sociales políticas, jurídicas, morales, 
&c.; e) el conjunto de instituciones y organizaciones políticas (el Estado, los partidos), 
jurídicas (los tribunales), religiosas (la Iglesia), &c. La base y la superestructura son 
conceptos correlativos. La base determina la especificidad cualitativa de una formación 
concreta, delimitándola de esta manera de las demás, mientras que la superestructura, 
engendrada por la base, caracteriza la originalidad de la vida social y espiritual de cada 
formación. Tomadas fuera del nexo con el concepto de formación, la base y la 
superestructura se convierten en algo muerto, al igual que los órganos separados del 
organismo. La base y la superestructura son características obligatorias para todas las 
formaciones y específicas para cada una de ellas. Viviendo en una sociedad y sometiéndose a 
las exigencias de las leyes objetivas, los hombres se ven obligados a establecer relaciones 
materiales, las cuales forman la base de toda su vida social. Al mismo tiempo, los hombres, 
como seres conscientes, realizan las demandas de las leyes, pues estas demandas se reflejan 
de una u otra manera en su conciencia, estimulando su actividad. Por eso, sobre la base de las 
relaciones materiales, surgen necesariamente una determinada ideología y las relaciones, 
instituciones y organizaciones que corresponden a ella, las cuales constituyen la 
superestructura de una formación concreta y sirven a la defensa y al fortalecimiento de su 
base. Al surgir la sociedad de clases, el Estado pasa a ser una institución de la 
superestructura, que asegura a la clase económicamente dominante la dominación en todo el 
sistema de la superestructura. En el curso del desarrollo de una formación dada y de la 
agudización de sus contradicciones, las clases interesadas en su supresión crean nuevas ideas, 
instituciones y organizaciones. Estos elementos superestructurales no forman parte de la 
superestructura dominante, que trata de aplastarlos o, por lo menos, de limitar la esfera de su 
influencia. En las sociedades antagónicas, la superestructura, con todas sus ideas, relaciones 
ideológicas, instituciones y organizaciones, constituye un producto, un resultado y un 
instrumento de la lucha de clases. Los fenómenos superestructurales poseen una relativa 
independencia, que les asegura la posibilidad de ejercer una influencia activa sobre todos los 
aspectos de la vida social, comprendida la base. La transición revolucionaria de una 
formación a otra está enlazada, ante todo, con la sustitución de una base por otra, conforme a 
lo cual transcurre con una rapidez mayor o menor la transformación de toda la 
superestructura. La base y la superestructura evolucionan también de determinada manera en 
el marco de una formación, por ejemplo, en el curso de la entrada de la sociedad socialista en 
la fase del socialismo maduro, &c. El desarrollo del capitalismo conduce al reforzamiento del 
papel reaccionario de la superestructura. Únicamente en la sociedad socialista, en la que la 
base económica carece de antagonismos, la superestructura se hace cada vez más homogénea 
en el sentido social, sirviendo al desarrollo progresivo de la sociedad y de su base. 
Fuente: Diccionario Filosófico, en línea: http://www.filosofia.org/enc/ros/bases.htm 
 
 
http://www.filosofia.org/enc/ros/bases.htm

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