Logo Studenta

13 Romero Cap 3 - breve historia contemporánea de la argentina (1916 2010)

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Romero – breve historia contemporánea de la argentina (1916 – 2010) 
El 6 de septiembre de 1930, el general José Félix Uriburu asumió como presidente 
provisional y el 20 de febrero de 1932 transfirió el mando al general Agustín P. Justo, que 
había sido electo junto con Julio A. Roca en noviembre del año anterior. En el ínterin, el 
gobierno provisional había realizado una elección de gobernador de la provincia de 
Buenos Aires, el 5 de abril de 1931, en la que triunfó el candidato radical Honorario 
Pueyrredón, y que fue anulada. La incertidumbre era común a todos los sectores que 
habían concurrido a derribar el gobierno de Yrigoyen y a interrumpir la continuidad 
institucional. Ciertamente coincidían en este primer objetivo. El gobierno provisional se 
encontraba vacilante entre la “regeneración nacional” o la restauración constitucional. 
Sin embargo, en 1930 la movilización social era escasa. La contestación estaba paralizada 
por la Depresión y las direcciones sindicales, poco identificadas con la institucionalidad 
democrática, no hicieron mucho para defenderla. Para sus protagonistas la revolución se 
había hecho contra los vicios atribuidos a la democracia, pero una vez depuesto Yrigoyen, 
no había acuerdo sobre qué hacer, y las clases propietarias, así como el ejército, que de 
forma paulatina se iba constituyendo en un nuevo actor político, vacilaban entre diversas 
propuestas. La más hablada era la de los nacionalistas (los cuales se enorgullecían por su 
elitismo autoritario). Voz muy eficaz como máquina contra el radicalismo. También los 
fortalecía el suceso que en todo el mundo estaban teniendo este tipos de propuestas, que 
inspiraban tanto a regímenes autoritarios como a los muy tradicionales. Contaban con el 
apoyo del ministro del Interior de Uriburu (gabinete compuesto por conservadores del 
viejo estilo), pero alcanzaron cargos de menor importancia. Uriburu hizo todo por 
apoyarlos, pero su participación marginal los dañaba más de lo que los beneficiaba. Eran 
reaccionarios anticomunistas, antidemocráticos, anti liberales, su discurso apelaba al 
Ejército, eran buenos golpeando pero no construyendo. Reclamaban por una sociedad 
jerárquica, organizada por un Estado corporativo y cimentada por un catolicismo integral. 
Fracasada la alternativa (segundo intento de golpe) de Uriburu, su atención viró hacia el 
Ejército. Mientras los nacionalistas proponían un camino reaccionario pero novedoso, el 
grueso de la clase política optaba por la defensa de las instituciones constitucionales. Esta 
alternativa, que salvaba los principios del liberalismo, fue reclamada desde la sociedad, 
fue defendida vigorosamente por los principales órganos de opinión y fue asumida por 
los partidos políticos que habían constituido la oposición a Yrigoyen. Por otro lado, los 
socialistas y los demo progresistas pasaron de nuevo a la oposición. Las diferencias 
tácticas entre ellos mismos los dividieron profundamente: 
- La Federación Nacional Democrática. Definidamente liberal y enérgicamente 
opuesto a Uriburu. 
- Partido Conservador de la provincia de Buenos Aires. 
- Partido Demócrata Nacional. Era una coalición heterogénea de partidos 
provinciales. 
- Radicalismo antipersonalista. Dirigido por Alvear. 
- Partido socialista antipersonalista. 
Este conglomerado se unió tras la figura del general Justo, pero sin superar sus 
diferencias, al punto de que lo apoyaron con dos candidatos a vicepresidente distintos. 
Justo podía presentarse como un militar con vocación civil, pero sobre todo como quien 
contaba con el respaldo del ejército. Desde el 6 de septiembre libró una guerra sorda con 
Uriburu por el control de los mandos principales, y salió triunfante. La mayor dificultad 
estaba en los radicales, que habían resurgido con el retorno de Marcelo T. de Alvear, 
quien, con la bendición de Yrigoyen, reunificó el partido. Volvieron entonces a su antigua 
táctica de la abstención, sin abandonar los intentos de conspiración, y dejaron el campo 
libre a la candidatura de Justo. En julio de 1931 estalló una revolución en Corrientes que 
fue rápidamente sofocada permitiendo al gobierno detener a la plana mayor del partido. 
Decidieron abstenerse de las elecciones, y Justo se presentó como un término medio entre 
la dictadura de Uriburu y el extremismo subversivo de Alvear. En noviembre de 1931, la 
fórmula encabezada por Justo obtuvo un triunfo que tampoco fue aplastante y permitió 
que la oposición ganara el gobierno de una provincia y una respetable representación 
parlamentaria. 
En el congreso hubo un oficialismo y una oposición, que se desempeñó prolijamente y 
fue reconocida como tal, quizá porque unos y otros sabían que no competían realmente 
por el poder. Organizar el oficialismo no fue una tarea sencilla. Justo procuró equilibrar 
la participación de la distintas fuerzas en su gobierno, aunque fue notoria su reticencia 
hacia los partidos conservadores, que sin embargo constituían su base más sólida. Los 
partidos oficialistas ganaron las elecciones mediante el fraude, bloqueando el camino al 
partido de Alvear. Sin embargo en CABA ganó la oposición, y estas prácticas comenzaron 
a ser estigmatizadas por la sociedad, revelando la cultura democrática que se había 
empezado a arraigar en la sociedad. 
La eficacia del gobierno debía quedar demostrada, ante la sociedad en general y en 
particular ante la clases propietarias, por su capacidad para enfrentar la difícil situación 
económica. La depresión persistió hasta 1932, golpeando duramente a lo que era hasta 
entonces una economía abierta. Cesó el flujo de capitales, los precios internacionales de 
los productos agrícolas cayeron fuertemente. El déficit fiscal pasó a ser un grave problema 
y hubo que reducir las importaciones y los gastos estatales. Por otro lado, el dislocamiento 
de la economía internacional era cada vez mayor. Era un mundo distinto, que requería 
una política económica nueva e imaginativa. La política financiera de Argentina 
comenzará a tomar nuevos caminos. Van a haber dos nuevas tendencias que van a 
perdurar largamente: intervención del estado y el cierre progresivo de la economía. 
También otra, menos duradera, pero de mayor trascendencia en lo inmediato: el 
reforzamiento de la relación con Gran Bretaña. 
Las finanzas públicas dejaron de depender exclusivamente de los impuestos a las 
importaciones o de préstamos externos con el impuesto a los réditos establecido a fines 
de 1931. Esto junto a la reducción inicial de gastos, hacia 1933 el gobierno había logrado 
equilibrar su presupuesto. 
El estado fue asumiendo funciones mayores en la actividad económica, y pasó de la 
simple regulación de la crisis a la definición de reglas de juego cada vez más amplias, 
según el modelo de Keynes que empezaba a aplicarse en todo el mundo. A la vez, el 
conjunto de la economía fue cerrándose en forma progresiva a un mundo donde también 
se dibujaban, con nitidez creciente, áreas relativamente cerradas. La producción de la 
industria en el marco de la crisis comenzó a crecer. El cierre creciente de la economía, los 
aranceles y la escasez de divisas creaban condiciones adecuadas para sustituir los bienes 
importados por otros producidos localmente. La crisis las respuestas de índole coyuntural 
habían creado una serie de condiciones nuevas que hacían muy difícil el retorno a la 
situación previa. 
Gran Bretaña, presionada por el avance de EEUU y la crisis del 30, optó por 
reconcentrarse en su imperio y defender sus antiguos mercados. Redujo un tercio de las 
compras de carne congelada argentina. Fue un problema para Arg por la magnitud de 
intereses económicos constituidos en torno de la exportación de la carne. Argentina debía 
seguir pagando además su deuda con GB. Julio. A Roca en 1933 va a negociar a GB y 
firma el Pacto Roca-Runciman para asegurar la credibilidad del gobierno frente a los 
sectores ligados a la actividadganadera. Sin embargo no logró aumentar la participación 
de los productores locales en el control de las exportaciones. Términos del acuerdo: 
- 15% de la producción sería local, el resto con frigoríficos británicos 
- Libras generadas por este comercio destinadas al pago de la deuda e importación 
de productos británicos 
- “Tratamiento benévolo” a empresas británicas (ej: intentaron reducir la 
competencia con empresas locales en el ámbito de transporte, ferro estaba caro y 
en declive, fomentaron su monopolio) 
GB logró su objetivo: derrotar a EEUU en este mercado. 
Pese a que los beneficios no eran parejos para todos los involucrados, el tratado de 
Londres fue apoyado por los diversos grupos propietarios. Sin embargo, casi inmediato 
afloraron los conflictos entre los distintos intereses: los frigoríficos, los ganaderos 
invernadores, que suministraban la carne para el enfriado y habían conservado casi intacta 
su cuota en el mercado británico. En 1933 se sancionó la ley que establecía una Junta 
Nacional de Carnes, destinada a intervenir de manera limitada en la regulación del 
mercado, y se disputo intensamente por la composición de su directorio. 
Debate acalorado: senador Lisandro De la Torre denuncia que los frigoríficos, protegidos 
por las autoridades, no pagaban impuesto y ocultaban sus ganancias y daban trato 
preferencial a algunos ganaderos influyentes, como el ministro de Agricultura Luis 
Duhau. Debate termina con el asesinato de un compañero de bancada de De la Torre y el 
gobierno pierde bastante apoyo. Oposición esgrime argumentos en contra del 
imperialismo y la oligarquía. Reivindicación nacionalista de la figura de Rosas como 
antiguo representante de los intereses nacionales. 
Pese a sus éxitos económicos, el régimen de Justo fue visto como ilegítimo, fraudulento 
y corrupto. Se hizo creciente la movilización social y política. 1935-6-7 se efectuaron 
muchas huelgas por parte de diversos sindicatos. Elogio de los trabajadores a Marcelo T. 
de Alvear como un “obrero auténtico de la democracia nacional”. 
Adormecida en los años inmediatamente posteriores a la crisis, la actividad sindical 
resurgió hacia 1934 y creció mucho en los años siguientes hasta 1937, acompañando el 
ciclo económico. Los dirigentes sindicales de entonces mantuvieron la tendencia gestada 
en la década anterior de deslindar sus reclamos gremiales de los planteos políticos más 
generales, y esto valió incluso para muchos que pertenecían al Partido Socialista. 1936 
UCR triunfa en las elecciones de diputados en varios distritos, y alcanzó la mayoría en 
Diputados. El oficialismo justificó el “fraude patriótico” contra las “masas ciegas”. El 
gobierno se dirigió contra el sindicalismo combativo: la ley de residencia fue aplicada en 
1937 contra los principales dirigentes de construcción (comunistas). La reacción del 
gobierno se dirigió hacia el nuevo sindicalismo combativo. Justo abrió un poco el juego 
a los nacionalistas para estabilizar a las fuerzas que reclamaban por la democracia. Se 
reflejaron tensiones internacionales en la Argentina; comunistas vs. fascistas. Con el auge 
del fascismo en Europa y la segunda guerra, la polarización política argentina fue 
sustancial. La ideología de la Reforma Universitaria (antiimperialista y democrática) 
empezaba a penetrar en la política. 
Editoriales creadas por emigrados españoles promocionaba la actividad del mundo 
intelectual y artístico. Promovió la discusión de temas como: la educación, la cuestión 
agraria, la condición de la mujer. Espíritu reformista progresista y no revolucionario. 
CGT nace en 1930, uniendo a los socialistas y sindicalistas hasta entonces separados. 
Fueron difíciles sus primeros años, con mucha represión por parte del gobierno. La fuerte 
desocupación restaba capacidad de movilización; recién en 1942 se recuperaron los 
niveles de 1929. 
Desde 1933 la recuperación económica y reorientación industrial empezaron a notarse. 
La organización gremial más fuerte seguía siendo la rama de transporte y servicios. Poco 
a poco fueron creciendo los grupos de trabajadores de las nuevas industrias 
manufactureras, se dividieron por ramas de industria. Actividad sindical resurgió hacia 
1934. Nuevas concesiones a los trabajadores: 
- Jornada de trabajo se redujo progresivamente 
- Generalización paulatina del Sábado Inglés 
- En algunas actividades, sistemas de jubilación 
El Estado no ignoró los reclamos ni la importancia de este actor social. Ortiz, que sucede 
a Justo en 1938, mantuvo buen contacto con los ferroviarios. Departamento Nacional del 
Trabajo fue extendiendo la práctica del convenio colectivo y del arbitraje estatal. 
La UCR como pieza clave de la oposición, quién reclamaba por la democratización (no 
al fraude). A Ortiz le costó bastante mantener el equilibrio con los grupos conservadores 
de su partido, y con los nacionalistas, fuertes en la calle y en el Ejército, ya que apoyaba 
el proyecto radical. Cuando tuvo que renunciar en 1940 por cuestiones de salud, asumió 
Castillo y deshizo todo lo construido en pro de la democratización. Elecciones de fines 
de 1940 volvieron a ser fraudulentas con poca resistencia (en el frente internacional el 
fascismo acumulaba victorias). Sin embargo desde 1912 la democracia se había arraigado 
progresivamente en la sociedad (formación de ciudadanos y desarrolló de hábitos de 
participación). Mientras la política quedaba asociada al fraude, el Estado encaraba la 
negociación de las cuestiones de gobierno directamente con los distintos actores de la 
sociedad (sindicatos, FFAA, empresarios, Iglesia, etc.) 
Guerra mundial de 1939 cambió gradualmente el panorama político y reacomodó a los 
distintos grupos internos. Se redujeron las exportaciones agrícolas a Europa y aumentaron 
las ventas de carne a GB. Se empezaron a exportar a países limítrofes productos 
industriales. Los radicales bloquearon todas las propuestas por parte del oficialismo ya 
que tenían mayoría en el congreso, debido a su oposición al giro fraudulento del gobierno 
de Castillo. 
En política exterior, Castillo continuaba oponiéndose a una relación diplomática con 
Estados Unidos. Nos mantuvimos neutrales en la Segunda Guerra por nuestros socios 
comerciales, decepcionando y frustrando a EEUU. Inicio de actividades antinazis en el 
país. 
Castillo aumentó el poder militar, y se dio el desarrollo de una conciencia nacionalista 
dentro de las FFAA. Priorizó el orden y la paz social. Igualmente desde 1941 hubo 
militares que empezaron a conspirar contra él. Castillo continuó gobernando de manera 
autoritaria. Nueva ola de nacionalismo antiimperialista. Se creó una situación de 
incertidumbre política ya que para 1943, Ortiz, Justo, Alvear, habían fallecido. Todos 
especulaban un golpe militar ante el débil régimen constitucional. Finalmente el Grupo 
de Oficiales Unidos (GOU, unos coroneles y oficiales de menor graduación) depuso a 
Castillo el 4 de junio de 1943, e interrumpieron por segunda vez el orden constitucional, 
antes aún de haber definido el programa del golpe, y ni siquiera la figura misma que lo 
encabezaría.

Continuar navegando