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La crisis económica de 1995 en México

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MACROECONOMÍA
	 
Actividad de Aprendizaje 3. La crisis económica de 1995 en México.
Madrigal
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Introducción.
En este trabajo hablaremos sobre la crisis económica en 1995 en mixicoEl objetivo de este trabajo es realizar una investigación sobre la crisis económica que afectó a México durante los años 1994-1995 y subsiguientes. Esto con el fin de analizar cuáles fueron las principales causas que ocasionaron esta crisis, las posibles alternativas que pudieron haberse adoptado para evitarla o minimizarla, las acciones que finalmente tomó el gobierno de turno y las implicaciones de estos hechos tanto a nivel de México como del resto de Latinoamérica.
El trabajo está estructurado de la siguiente manera:
· Origen de la Crisis: En este apartado se analiza la situación económica y política que estaba viviendo México en los años anteriores a la crisis y el comportamiento de los principales indicadores económicos.
· Análisis de Alternativas de Política Económica: En este apartado se presentarán algunas posibles medidas que pudieron haberse adoptado para evitar, o al menos minimizar, la crisis.
· Desarrollo de la Crisis: Se señalan los principales acontecimientos ocurridos durante el periodo en que se presentó la crisis económica y se analizan las principales consecuencias de la misma.
· Después de la Crisis: En este apartado se presentan las principales acciones tomadas por el gobierno mexicano para enfrentar la crisis y el impacto que tuvo a nivel de otros países.
· Lecciones de la Crisis: Se señalan las principales lecciones aprendidas en torno a esta crisis de la economía mexicana.
1.1 Justificación del tema
Se seleccionó como tema de investigación la crisis de México 94-95 por las siguientes razones:
· Por tratarse de una situación relativamente reciente.
· Porque fue una situación que tuvo implicaciones no sólo localmente sino en el resto de Latinoamérica (efecto “tequila”).
· Porque existe una relación comercial entre México y Costa Rica que es muy importante para el país.
· Y porque fue una situación que se dio justo después de que México estableciera el TLC con Estados Unidos, situación que en este momento se está viviendo en Centroamérica.
1.2 Objetivos de la investigación
Los objetivos de la investigación son:
· Establecer la situación económica mexicana de principios de la década de los 90´s.
· Analizar cuáles fueron las principales causas que ocasionaron esta crisis.
· Definir las posibles alternativas que pudieron haberse adoptado para evitarla o minimizarla.
· Establecer las acciones que finalmente tomó el gobierno de turno y las implicaciones de las mismas.
2. Origen de la crisis
Desde finales de la década de los setenta, cuando se dio una abrupta devaluación del peso mexicano quedó claramente establecido el agotamiento del modelo proteccionista que había venido utilizando este gobierno. Posteriormente, los gobiernos de José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, todos pertenecientes al mismo partido político PRI, que estuvo en el poder desde 1929, dirigieron a México hacia una apertura comercial de alguna manera indiscriminada, que llevó al país a caer en varias crisis económicas, las principales presentadas en 1976, 1982 y 1994.
De acuerdo con Millán (1999), “Los colapsos económico-financieros de 1976 y de 1988 demostraron de forma palmaria que el modelo de desarrollo iniciado en los años cuarenta había alcanzado límites que sólo podían ser franqueados a costa de propiciar crisis más frecuentes y más severas.” De esta manera, México se vio enfrentado a procesos alternos de auge y depresión; a tal nivel que, según indica Medina (1996) “Ni siquiera los grandes yacimientos petrolíferos descubiertos en los años 70, ni los cuantiosos recursos líquidos de los préstamos internacionales (alrededor de 60.000 millones de dólares entre 1976 y 1982) ni los recursos provenientes de más de mil empresas estatales vendidas a empresarios privados han podido ser útiles para construir una estrategia que garantice el desarrollo y una mejor distribución de la riqueza social”. La última crisis que ha enfrentado México en los últimos años se desencadenó en diciembre de 1994.
En 1988 asume el poder de la República en México Carlos Salinas de Gortari, cuyo gobierno abiertamente neoliberal dio especial atención a la atracción de inversión extranjera; asimismo, durante esta administración se privatizó la banca nacional, la cual había sido nacionalizada hacia apenas doce años atrás por el presidente José López Portilla. La política de este gobierno, según Medina (1996), se basó en una apertura comercial indiscriminada, una atracción de capital extranjero especulativo y sobre todo en una contención de los salarios de la población que, en quince años, habían perdido ya alrededor de 70% de su poder adquisitivo.
Por otra parte, el gobierno del presidente Salinas impulsó una lucha contra la inflación, la cual era un obstáculo para que la estrategia exportadora del gobierno se pudiera completar. Ya en diciembre de 1987, el gobierno había anunciado “una política de ingresos con disciplinas en el orden fiscal monetario. El objetivo explícito era reducir la inflación, mediante la eliminación de su componente inercial, sin afectar el crecimiento económico” (Millán, 1999).
Para ello, la política de control de la inflación se basó en esquemas de concertación entre los principales empresarios, sindicatos y organizaciones campesinas, con el fin de controlar las demandas salariales y las solicitudes de mayores precios de garantías de los agricultores. La estrategia de control de la inflación fue sumamente exitosa, al punto que la inflación descendió de 160 por ciento en 1987, a 7 por ciento en 1994 (Gráfico.No.1); y durante ese periodo, el producto interno bruto (PIB) mostró tasas de crecimiento positivas (Grafico No.2). Sin embargo, a pesar de que la inflación descendía, el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos crecía desmedidamente. Según Del Villar (1997) “En 1994, el déficit en cuenta corriente alcanza los 28.8 mil millones de dólares, financiado en parte con flujos de capital de corto plazo”.
Este comportamiento de la balanza de pagos fue el que, al final, condujo a la crisis debido al abuso del manejo del tipo de cambio y de la política comercial para reducir la inflación. El tipo de cambio se mantuvo bajo estricto control del gobierno hasta el punto que el peso mexicano se encontraba sobrevaluado.
En cuanto a la política comercial, el gobierno neoliberal mexicano provocó una acelerada apertura al comercio internacional en detrimento de la producción nacional, tal y como lo señala Aspe (1993, citado por Millán, 1999), el arancel máximo descendió de 40 a 20 por ciento, mientras la gama de tasas por este rubro se redujo a cinco; el arancel promedio, que en 1985 era de 22.6 por ciento, para 1988 había alcanzado un porcentaje de 13.1; y la cobertura de los permisos previos pasó de 21.2 a 9.1, de 1988 a 1991.
Sin embargo, a pesar del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos (ver Gráfico No.3), el nivel de las reservas internacionales de México había estado en crecimiento desde 1988. Este comportamiento, según Aspe (1993, citado por Millán, 1999), se debía a “una acelerada expansión de la inversión –financiada en forma directa con la repatriación de capitales, los flujos de inversión de compañías extranjeras y préstamos voluntarios del sector privado. Consecuentemente, a pesar de la magnitud del déficit, se acumularon reservas que en noviembre de 1991 fueron aproximadamente 16 mil millones de dólares, el nivel más alto alcanzado en México”.
Por otra parte, a partir de la renegociación de la deuda externa en 1990, hay una creciente entrada de capitales, que llegó a 33,308 millones de dólares en 1993 (4,389 millones en inversión extranjera directa, 10,717 millones en renta variable y 18,203 millones en renta fija), debido a las expectativas favorables sobre la economía. (Del Villar 1997).
Así, el saldo positivo delas reservas provenían de entradas masivas de capital, la economía mexicana empezó a depender fuertemente de los flujos de capital colocados en activos financieros, que pasaron a representar la principal inversión extranjera en el país. De acuerdo con Millán (1999), el riesgo comenzó cuando esos recursos se fueron trasladando del mercado de capitales hacia, por ejemplo, títulos de gobierno que ofrecen perfiles de vencimiento más cortos. Entonces, la estabilidad del tipo de cambio y de las condiciones macroeconómicas dependía de la permanencia de esos capitales de índole especulativa.
De acuerdo con Thurow, citado por Oddone (2004), una de las principales causas de la crisis de México fue la recesión económica que enfrentó Estado Unidos a inicios de la década de los 90 “Debido a las bajas tasas de interés bancario destinadas a combatir la recesión 1990-91, cientos de millones de dólares pasaron de las cuentas de ahorro norteamericanas a los fondos mutuales de más alto rendimiento. Pero para obtener mayor rendimiento, los gerentes de los fondos mutuales tenían que obtener más altas ganancias y con esa finalidad enviaban su dinero a México. Cuando las tasas de interés de los EEUU volvieron a subir, los mismos gerentes comenzaron a repatriar el dinero. Con el dinero que salía en grandes cantidades y déficit en la cuenta corriente, era sólo una cuestión de tiempo hasta que México agotara sus reservas de divisas”.
Ya para inicios de 1994 era claro que la economía mexicana estaba al borde de una crisis, debido a la situación de la balanza de pagos y una inestable situación política, según Oddone (2004) “la rebelión en el estado de Chiapas y los asesinatos políticos. El levantamiento zapatista sucedido el 1 de enero de 1994, fecha en la cual entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, conocido por sus siglas en inglés NAFTA (en castellano: TLCAN). El asesinato el 23 de marzo de Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI. El vacilante comienzo de Ernesto Zedillo, y el peso de la figura de su hermano y finalmente el asesinato del ex secretario general del PRI, Francisco Ruiz Massieu, en medio de un acto partidista, conspiraron contra la estabilidad política y económica de México y disminuyeron la confianza internacional de los inversores”.
A pesar de toda esta situación, el gobierno de Salinas no tomó ninguna medida preventiva, por lo que esta política económica emprendida por el gobierno mexicano, desembocó en una nueva crisis de balanza de pagos, en una abrupta devaluación del peso y en una caída del producto interno bruto nacional. En un momento en que los mexicanos estaban confiados en que la política del presidente Salinas y de sus antecesores habían colocado a México en un puesto de preferencia a nivel latinoamericano y mundial.
Sin embargo, la situación real que se vivía era muy diferente, de acuerdo con Del Villar (1997) “para evitar un ajuste cambiario, el gobierno aumenta la emisión de títulos denominados en dólares (Tesobonos). Para finales de 1994, el 74% del total de valores gubernamentales en poder del público era en Tesobonos (en 1993 era de sólo el 4%), por lo que las internacionales reservas netas de Tesobonos eran negativas”.
Como lo señala Kozikowski (2000), “en el ambiente político que prevalecía en la primavera de 1994, la devaluación parecía poco atractiva como opción de política económica. Por otro lado estaba el compromiso, plasmado en los pactos de solidaridad renovados cada diciembre de mantener el tipo de cambio dentro de la banda de flotación. La devaluación habría significado romper el pacto por parte del gobierno. Por otro lado, la proximidad de las elecciones federales en agosto de 1994 no permitía al gobierno adoptar medidas impopulares”.
Es importante señalar que no existe evidencia de que el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (TLCAN), que había entrado en vigor en enero de 1994, haya tenido algún margen importante de incidencia en la crisis de México del 94.
	
3. Análisis de Alternativas de Política Económica
De acuerdo con Kozikowski (2000), “lo mejor hubiera sido devaluar el peso en marzo de 1994, cuando todavía las reservas monetarias eran bastante cuantiosas. Una devaluación de 20%, acompañadas de políticas fiscal y monetaria restrictivas, probablemente hubiera sido suficiente para restablecer el equilibrio de la balanza de pagos y la confianza de los mercados financieros. La devaluación aunada a las políticas restrictivas habría desacelerado el crecimiento económico, que ya de por sí era bastante anémico, y reducido el nivel de vida de la población, pero habría permito evitar el desastre de 1995.”
De acuerdo con este autor, las únicas opciones políticas viables eran:
i. Devaluar el peso y luego defender el tipo de cambio con las reservas y con políticas fiscal y monetaria restrictivas.
ii. Declarar la libre flotación del peso y dejar que el mercado estableciese la nueva paridad.
iii. Defender el tipo de cambio pero sin esterilización. Esto habría provocado una severa recesión justo antes de las elecciones, pero habría acabado la catástrofe.
Otras consideraciones que el gobierno puedo haber valorado, antes de realizar una devaluación agresiva que generó el caos entre los inversionistas son:
i. Realizar un proceso de devaluación lento pero constante del peso mexicano que corrigiera el problema de la sobrevaloración del mismo pero de una manera paulatina y no abrupta.
ii. Sustituir las inversiones financieras de corto plazo por inversiones de largo plazo que fortalecieran el crecimiento económico del país.
iii. Reducir al máximo el gasto público.
iv. Promover la producción nacional y desestimar las importaciones para reducir el déficit de la balanza de pagos.
v. Mantener a la población informada de la situación económica del país, pero con una visión de que la misma estaba bajo control.
Como lo señala Millán (1999), “una devaluación a tiempo habría impedido proseguir con el programa contra la inflación, pero hubiera evitado la crisis de 1994, por una sencilla razón: el nivel de reservas internacionales. Cuando la modificación abrupta del tipo de cambio obedece al agotamiento de estos activos, las políticas fiscales y monetarias tienen que emprender un camino muy restrictivo, con la finalidad de restituir lo más pronto posible un nivel adecuado de reservas.”
4. Desarrollo de la Crisis
De acuerdo con Kozikowski (2000), “el déficit de la cuenta corriente, financiado con un superávit en la cuenta de capital, aumenta la deuda externa y el servicio de la misma, lo que deteriora la cuenta corriente en el futuro”. Dado que para 1994, el déficit de la cuenta corriente superaba el superávit de la cuenta de capital, se produjo una reducción en las reservas monetarias internacionales mexicanas.
En febrero de 1994, las reservas de México eran de 29,000 millones de dólares, pero para diciembre de ese mismo año se redujeron a 6,000 millones de dólares y al momento de tomarse la decisión de devaluar (20 de diciembre de 1994) ascendían a solo 3,500 millones de dólares. A esto se debe sumar el déficit en la cuenta corriente que en 1994 alcanzó, aproximadamente, 25,500 millones de dólares que equivalen al 8 % del PBI mexicano.
En diciembre de 1994 llega a la presidencia de México Ernesto Zedillo, también proveniente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), encontrando una situación económica y política muy complicada, lo cual estaba generando un proceso especulativo entre los inversionistas nacionales y extranjeros que preveían que el peso se devaluaría inevitablemente. Como lo indica Kozikowski (2000) “a partir de ese año, una serie de acontecimientos de naturaleza política y criminal deterioraron la imagen del país y pusieron en dudas las perspectivas del mismo. Al actuar los factores no monetarios en contra de México, el tipo de cambio real subió, por lo menos en la percepción de los mercados… Si el tipo de cambio real sube y el tipo de cambio nominal se mantiene constante, se produce un desequilibrio.Los agentes económicos empiezan a comprar dólares porque están convencidos de que su precio subirá pronto”.
Una vez en el poder Ernesto Zedillo, y ante la situación económica del país, el gobierno mexicano decidió realizar una devaluación abrupta del peso. Zedillo decidió establecer un sistema de libre flotación del peso el cual pasó, en el término de una semana, de 3.4 pesos por dólar a 7.2 pesos por dólar o sea una devaluación del 110%. Una vez que el gobierno dejó de controlar el tipo de cambio, el peso perdió la mitad de su valor, lo cual generó dificultades para atender las deudas en dólares. Esta fuerte devaluación, más el hecho de haber anunciado a los inversionistas que la misma se iba a llevar a cabo, fue declarado por el expresidente Salinas como el “error de diciembre”, en parte como una estrategia para tratar de echarle la culpa del problema al presidente Zedillo.
De acuerdo con Millán (1999), las principales medidas adoptadas por el gobierno fueron: “el alza en las tasas de interés, mediante una política monetaria restrictiva que redujo el nivel de la economía; el incremento de tasas impositivas que gravaban el gasto (Impuesto al Valor Agregado); y la reducción del gasto público, en términos reales. Con tales acciones se buscó reducir el gasto en consumo y en la inversión para aumentar los niveles de ahorro privado, por un lado; y por el otro, convertir en superávit, el déficit público: es decir, aumentar el ahorro interno de tal forma que se reflejara en una disminución del externo, representado por el saldo negativo en la cuenta corriente de la balanza de pagos.”
Esta situación aunada a la caída de las reservas internacionales y el creciente déficit en cuenta corriente, generaron la especulación de los inversionistas y la fuga de capitales. Asimismo, se incrementaron los índices de desempleo y los niveles de ingreso de la población disminuyeron aceleradamente.
Las principales consecuencias de la crisis fueron:
· El Producto Interno Bruto cayó en un 6% durante 1995.
· El dólar se cotiza en mayo de 1996 en 7.5 pesos, 3 puntos más que en 1994.
· Hay cerca de cinco millones de personas en desempleo abierto dentro de una Población Económicamente Activa (PEA) de 33 millones de mexicanos o sea el 15%.
· El déficit comercial de México hacia el exterior había llegado de 1991 a 1994 a 50,860 millones de dólares.
· La deuda externa se había elevado significativamente a la cantidad de 173,400 millones de dólares.
· El salario mínimo se encuentra en un promedio de tres dólares por ocho horas de trabajo mientras que, por ejemplo, en Estados Unidos cada hora de trabajo tiene un salario mínimo de cuatro dólares.
Ante esta situación, uno de los sectores más afectados fue el sector financiero, ya que después de la privatización de la banca estatal, las instituciones financieras habían otorgado indiscriminadamente créditos, especialmente para la adquisición de bienes inmuebles. Como es lógico, ante la crisis que experimentaba la económica mexicana y la abrupta devaluación de peso, muchos deudores se vieron ante la imposibilidad de hacerle frente a estas deudas, con los consiguientes problemas de morosidad para las entidades financieras. Por otra parte, con el fin de evitar más fuga de capitales, se incrementaron a tal punto las tasas de interés que la tasa pasiva pasó de 18 a 49 por ciento de 1994 a 1995. Esta situación llevó a una crisis del sistema financiero mexicano.
5. Después de la Crisis
La crisis se concretó en 1995 a raíz de una devaluación abrupta como medida inevitable ante la imposibilidad de mantener los niveles deseados de tipo de cambio y a una profunda caída del nivel de reservas internacionales; lo anterior, aunado a un repunte de la inflación provocado por la devaluación.
Ante esta situación, la ayuda de Estados Unidos, de los Organismos Internacionales y de otros países no se hizo esperar otorgándole a México, de acuerdo con Oddone (2004), “20.000 millones de créditos norteamericanos de urgencia del fondo de estabilidad cambiaria federal. Más de 10.000 millones del FMI, 7.800 millones del BPI, 3.000 millones del Banco Mundial y del Banco Interamericano, 1.000 millones de otros países latinoamericanos”.
Adicionalmente, el gobierno mexicano tomó importantes medidas para propiciar la salida de la crisis (Del Villar, 1997):
· El Acuerdo de Unidad para Superar la Emergencia Económica (AUSEE) de enero de 1995 otorgó un aumento a los salarios mínimos de 7% e impuso un tope de 12 mil millones de pesos al crédito del Banco Central para 1995.
· En marzo de 1995 se adoptó el Programa de Acción para Reforzar el AUSEE (PARAUSEE), que aumenta el IVA de 10% a 15%, reduce el gasto en 10%, reduce el límite al crédito del Banco Central a 10 mil millones de pesos para 1995, y otorga un nuevo aumento a los salarios mínimos del 12%. Sin embargo, el anuncio a finales de agosto de una cifra de crecimiento del PIB menor a la esperada y las presiones cambiarias de septiembre de 1995 hicieron necesario reforzar las medidas antes mencionadas.
· En octubre de 1995 se anuncia la Alianza para la Recuperación Económica (ARE), en la que se planea un incremento gradual de las tarifas de la gasolina, de otros energéticos y de bienes públicos.
· Además, se planea una reducción del gasto público y un aumento del 10% adicional para los salarios mínimos.
A partir de estás medidas el dólar se estabilizó a 6 pesos y por los siguientes dos años se mantuvo entre 7 y 7.7 pesos por dólar.
Por otra parte, como se indicó anteriormente, la crisis económica desató también una crisis financiera, provocada por la morosidad en carteras de créditos vencidos que los deudores no estuvieron en capacidad de honrar. Para recuperar el sistema financiero, el gobierno se vio en la necesidad de establecer una estrategia de apoyo al sistema bancario con medidas como:
· Establecimiento de una Ventanilla de Liquidez en dólares (préstamos) como apoyo al sistema bancario.
· Establecimiento del programa de Capitalización Temporal (PROCAPTE) que permitía a los bancos acceder a fuentes alternas de capital en un ambiente más favorable.
· Se realizan reformas legales para permitir una mayor participación extranjera en los bancos nacionales.
· Se implementó un esquema de reestructuración de cartera por medio de Unidades de Inversión (UDI).
· Se estableció un programa de capitalización y de compra de cartera por parte del gobierno.
· Se estableció un programa de apoyo a deudores y otro para créditos corporativos.
Esto generó perdidas al gobierno mexicano ya que gran parte de esta deuda no pudo ser recuperada.
El impacto de la crisis en la sociedad mexicana ha sido grande a pesar de que la economía se pudo recuperar en un periodo relativamente corto, como lo señala Medina (1996) “el modelo económico mexicano ha seguido produciendo riqueza pero acumulada en unos pocos, de manera escandalosa, mientras que la mayoría de las pequeñas y medianas empresas y los trabajadores en general han tenido que reducir de manera drástica su producción y el poder adquisitivo del salario”.
En resumen, la reactivación económica de México después de la crisis de 1994 no se hizo esperar, apoyada por la ayuda internacional; sin embargo, el efecto social de la misma se prolongó por mucho más tiempo afectando a una gran parte de la población que vio, de la noche a la mañana, que sus ingresos se redujeron drásticamente y se encontró en la imposibilidad de afrontar sus compromisos financieros.
Por otra parte, por sus dimensiones y por la importancia que tiene México a nivel de la económica latinoamericana, esta crisis tuvo también implicaciones a nivel de otros países de la región, entre ellos Argentina y Brasil, de ahí que se acuñara el término “efecto tequila” para referirse a la misma. De acuerdo con Oddone (2004), “El primer efecto que la devaluación produjo fue un agravamiento de la generalizada desconfianza ya existente en la economía mexicana, que rápidamente se extendió a la gran mayoría de los mercados emergentes. Los bancos internacionales cortaron el flujo de nuevos préstamos;lo que, a su vez, implicó un fuerte retiro de depósitos y una contracción en los pasivos monetarios”.
Por ejemplo, en el caso Argentino, señala este mismo autor, “La crisis financiera precipitada por la devaluación mexicana tuvo un fuerte impacto en la economía argentina. Si bien ello no resultó en una crisis en el sentido de una devaluación cambiaria como vislumbraron muchos, la economía registró una caída del PBI del 5% y una disminución de la inversión del orden del 16%.”
6. Lecciones de la Crisis
De acuerdo con Kozikowski (2000), el gobierno mexicano sacó dos conclusiones principales de esta crisis:
1. No es recomendable depender demasiado del capital extranjero. Se considera que la dependencia es excesiva si la inversión extranjera total rebasa 3% del PIB.
2. El déficit en la cuenta corriente debe ser financiado en su totalidad por la inversión extranjera directa.
Otras de las lecciones que se derivan de este caso es que la crisis económica impacta fuertemente el sistema financiero generando un riesgo sistémico. En México la crisis bancaria fue propiciada porque los nuevos dueños de los bancos, que surgieron del proceso de privatización, llevaron a cabo operaciones altamente riesgosas e inclusive fraudulentas. La inexperiencia de los nuevos banqueros y la inexistencia de información crediticia sobre los agentes propiciaron que los bancos tomaran decisiones equivocadas sobre el otorgamiento de créditos. Mucho de lo cual se debió a la falta y las deficiencias de la regulación existente en ese momento.
Por otra parte, la falta de información y los conflictos políticos agravaron la situación económica del país y, además, en gran medida, las decisiones fueron tomadas con base en criterios políticos y no económicos.
Esta crisis tuvo implicaciones no sólo a nivel local sino también internacional, de acuerdo con análisis realizados por el Banco Mundial (Oddone, 2004), la crisis “puso de manifiesto a los líderes de la región que la reforma es un proceso continuo que nunca se detiene y que ellos deben estar en permanente alerta a los cambios en el entorno en el cual operan. Ratificó la urgencia de comenzar la segunda fase de reformas y de clarificar su agenda. La reconstrucción del Estado y la reducción de la pobreza y las desigualdades son aspectos críticos para la consolidación de las reformas que ya se han implantado así como también para lograr un mayor crecimiento económico hacia el futuro”.
Según este mismo autor, a partir de la crisis mexicana, “el informe anual del Banco Mundial 1995, así como el vicepresidente Sharid Javed Burki, miembros de la institución como Sebastián Edwards o académicos como Jeffrey Frenkel (Universidad de California) han cambiado su posición y admiten ahora la importancia de efectuar “algún” tipo de control a los movimientos de capitales de corto plazo al mismo tiempo que han asignado un poder mayor que el aceptado hasta ahora a las políticas de estabilización monetaria por su efecto en modificar expectativas” .
La crisis económica de México de 1994 también tuvo sus efectos en el Consenso de Washington, el cual fue reformado como se muestra en la siguiente tabla:
Tabla No.1 Modificaciones al Consenso de Washington
Fuente: Oddone (2004).
De acuerdo con Gil-Díaz (1996), las principales lecciones aprendidas de la crisis de México son:
“- The need to reduce vulnerability to short term capital movements.
- The advisability of issuing a larger proportion of long term government debt.
- The need to reinforce the regulation of commercial banks.
- The role of political changes during the Salinas' administration and of 1994's political shocks in bringing about the crisis.”
Por último, es muy importante que los gobiernos entiendan que deben tomarse acciones cuando se empiezan a detectar las primeras fallas, en el caso de México 94 las decisiones se tomaron demasiado tarde, y que debe existir independencia entre las decisiones económicas y las políticas, de manera que se evite “disfrazar” una situación económica desfavorable para no perder el apoyo político.
La crisis de diciembre de 1994 irrumpió en México y el mundo como un evento sorpresivo, que derrumbó en pocas horas una de las economías mas aparentemente exitosas y seguras 1 del mundo en desarrollo, que gozaba del mas amplio respaldos del gobierno norteamericano y la organización financieras internacional. Lo inesperado de la crisis tuvo que ver con el secreto conque la cúpula gubernamental mexicana manejó el deterioro acelerado de las cuentas externas del país a lo largo de 1994. Pero también, con la complejidad y novedad de la propia crisis, como colapso económico de nuevo tipo de naturaleza de mecánica poco estudiadas. 3.1 Novedad y naturaleza de la crisis. La crisis de 1994-1995 constituyó una ruptura del proceso de reproducción normal de la economía mexicana, determinada originariamente por la imposibilidad de responder a compromisos internacionales. En ese sentido, tuvo características comunes a anteriores crisis económicas y, en particular, a la de los ochentas. Pero se distinguió de ellas por responder a una nueva mecánica de gestación y 1 Esta esa la opinión de la revista Euromoney en diciembre de 1993. A fines de este año, las agencias calificadoras norteamericanas como Standard and Poor´s y Moody consideraban la posibilidad de otorgar a México, como país, el grado de inversión (Vargas Mendoza, El reendeudamiento externo de Méxicoen Dabat A. “ México y la Globalización” UNAM-CRIM 1995). 2 2 2 desencadenamiento en condiciones internacionales y nacionales igualmente originales. Como vimos en el capítulo primero, las condiciones internacionales de la nueva década fueron muy diferentes de las que determinaron la crisis de los ochentas, cuando existía una clara delimitación entre los mercados financieros internacional y nacionales, el financiamiento internacional adoptaba la forma de crédito bancario sindicado a largo plazo a Estados nacionales y la economía mundial entraba en una coyuntura de encarecimiento muy grande del dinero a partir de otra de tasas de interés negativas. La nueva crisis fue hija de la globalización, la apertura de los mercados financieros nacionales, la titularización y bursatilización del crédito, la primacía de inversión internacional de cartera, los fondos mutuales y los ataques especulativos masivos contra monedas nacionales vulnerables (generalmente sobrevaluadas), la carencia de instituciones multilaterales de auxilio a los países afectados y la conversión de México en el principal receptor de las nuevas y mas volátiles formas de inversión entre los países emergentes (tercera parte de la inversión de cartera dirigida a ese tipo de países)2 . La conjunción de esas condiciones internacionales con la nueva problemática interna de incorporación del país a la globalización y el TLCAN y de modernización económica excluyente sin modernización política y social, dio lugar a una combinación 2 64,00 millones de dólares reportados por el Banco de México (Balanza de pagos) contra algo menos de 190,000 millones en la totalidad de los países en desarrollo.. 3 3 3 específica de factores cambiarios, financieros, productivos, sociales y políticos, que incidieron de distinta manera en la gestación y desencadenamiento de la crisis. 3.1.1 Los factores especulativo-cambiarios. En términos de naturaleza inmediata (mecanismos de ruptura de los procesos normales de acumulación de capital e integración a la economía mundial), el colapso de diciembre de 1994 fue una crisis parecida a la europea de 1992 o a la que acaba de suceder (mediados de 1997) en Asia Oriental. Tuvo un carácter expeculativo-cambiario, resultante de la sobreexposición 3 de una economía nacional con moneda sobrevaluada a los movimientos especulativos de una enorme masa móvil de inversión externa de cartera. La salida masiva del país de este tipo de capitales, agotó las reservas internacionales de divisas, impuso una macrodevaluación descontrolada del peso traducida en un proceso inflacionario contenido por rígidas medidas de contracción monetariay fiscal, que desencadenó una crisis financiera, productiva y social. La sobreexposición de la economía mexicana a la inversión especulativa tuvo lugar a nivel del mercado cambiario y resultó de la gran desproporción entre el capital especulativo internacional localizado temporalmente en México y las reservas internacionales de divisas con que contaba el país para garantizar la convertiblidad y 3 Ver A. Dabat, “La crisis mexicana y el nuevo entorno internacional” en Revista Comercio Exterior, Vol 45, No. 11, Noviembre 1995. Se utiliza el concepto “sobreexposición” en el sentido de rebasamiento de la capacidad de la economía nacional para asimilar el mencionado tipo de inversión externa sin quedar expuesta a una extremada vulnerabilidad. En ese sentido puede formularse, a la inversa (desde el punto de vista de la inversión), como “sobreinversión” de capital de cartera (exceso de inversión en relación a la capacidad de absorción de la economía mexicana). 4 4 4 libre reflujo de esos capitales en un contexto de moneda nacional fuertemente sobrevalauada. Ello se dio en momentos en que la economía nacional era extremadamente vulnerable a ataques especulativos en gran escala por la conjunción de otros factores financieros y monetarios adicionales, como: a) una alta deuda externa privada; b) un sistema bancario interno extremadamente vulnerable (baja capitalización y alto endeudamiento externo, aparición de un problema de cartera vencida); c) un entorno monetario extremadamente líquido resultado de la sobreexpansión del crédito; y d) un régimen legal exepcionalmente liberal, determinado por la carecía de instrumentos específicos de regulación de entradas y salidas de capital 4 . La creciente desproporción entre capital especulativo externo y reservas de divisas fue el resultado de cuatro años de ascenso mucho mas rápido del primero que el segundo (Gráfica 3.1), como parte fundamental de un proceso de crecimiento explosivo del índice de precios de la Bolsa Mexicana de Valores y la capitalizzción bursatil (cerca del 100 % real entre 1990 y 1993), que en conjunción con la sobrevaluación del peso permitió una valorización en dólares del capital accinario extern del orden del 150 % en relación al monto originario de inversión. En lo que hace a las tenencias en títulos de deuda pública nominados en pesos, el 84 % de los mismos estaba formado por instrumentos a corto plazo (reporte de OECD), que eran básicamente Certificados de la Tesorería (Cetes) hasta 1993 y Bonos del Tesoro (Tesobonos) en 1994, cuando estos últimos emergieron como el principal instrumento 4 Países como Chile, Colombia, Brasil, Malasia, Tailandia, Indonesia o Filipinas contaban con disposiciones mas restrictivas que México. FMI, International Capital Markets, 1995, pags. 14-15. 5 5 5 utilizado por el gobierno para contener en abril de 1994 el primer estallido de la crisis especulativa-cambiaria. El Tesobono agregaría a la volatilidad del Cete el peligro adicional de su indexación al dólar, que contenía la posibilidad en caso de devaluación de una multiplicación muy grande de su valor de rescate en pesos, como efectvamente sucedería a fines de 1994. 0.0 10.0 20.0 30.0 40.0 50.0 60.0 70.0 80.0 1989 1990 1991 1992 1993 Títulos de deuda en m.n. Inversión en acciones Capitalización en dólares Reservas de México Fuentes: Banco de México y Embajada de los EE.UU. Gráfica 3.1 Inversión externa acumulada en valores mexicanosy reservas internacionales1988-1993 (milesde millonesde dólares) A comienzos de 1994, en vísperas del desencadenamiento del proceso especulativo que llevaría a la crisis, el capital externo acumulado en México en acciones y títulos de deuda en moneda nacional alcanzaba un monto mínimo de 83,000 mil millones de dólares que triplicaba en exceso a las reservas internacionales del Banco de México, como puede verse en el cuadro 3.1. 6 6 6 Cuadro 3.1 Inversion externa de cartera en pesos y reservas internacionales (enero de 1994) (Miles de millones de dólares y porcientos) Concepto Valores en el mercado (mmd u$s) Propiedad externa (mmd u$s) Propiedad externa (%) Acciones (capitalizadas en dólares) * 200.3 60.9 30.3 Títulos gubernamentales 38.7 21.9 56.5 Inversión total capitalizada 239.0 82.8 34.6 Reservas internacionales 28.0 ------- ------ * Valores de mercado, incluyendo capitalización bursatil y revaluación del peso. FUENTES: Banco de México y Embajada de Estados Unidos en México. Pasando de las condiciones inmediatas de la crisis al del contexto financiero mas amplio que amplificó su magnitud, cabe comenzar con el gran incremento del eudeudamiento externo privado. Entre 1989 y noviembre de 1994 el total del mismo se elevó de 13 mil a 51 mil millones de dólares (OECD, Estudio), correspondiendo la gran mayoría a emisiones de títulos de renta fija a largo plazo (promedio de vencimiento 7 7 7 cercano a los cinco años) nominados en dólares 5 . Esta deuda estuvo dividida en partes casi iguales entre el crédito directo concedido a unas sesenta grandes grupos y empresas privadas nacionales y el indirecto (canalizado a través de la mediación de la banca mexicana) que llegó por este medio a una nmauyor cantidad de empresas. Si bien este tipo de inversión de cartera careció de la volatilidad de las formas de inversión consideradas anteriormente (instrumentos en pesos a corto plazo en particular y acciones), actuó en el sentido de agravar considerablemente la vulnerabilidad global del núcleo mas concentrado y competitivo del sector empresarial mexicano. En lo que hace a la liquidez del sistema monetario interno, esta surgió, como se vio en el capítulo anterior, del elevado y creciente nivel de expansión del credito y sobreendeudamiento del conjunto de los sujetos económicos (empresas, familias y la propia banca), en una coyuntura cambiaria y fianciera que requería mas bien de medidas monetarias restrictivas para elevar el costo de salida del capital 6 . La relación entre el endeudamiento y el PIB había pasado entre 1993 y 1994 desde un nivel ya alto de 43.3% en el primer año (había sido de 20 % en 1989) al 55.3 % en el segundo, mientras comenzaban a aparecer los primeros síntomas de la crisis posterior de 5 Para una presentación amplia y adecuada del problema, veáse J. Vargas, El reendeudamiento externo de México 1988-1994, obra citada. 6 Para autores como Guillermo Calvo, esta habría sido la principal causa de la crisis. Se trata de un factor, que aunque incongruente con un manejo adecuado de la coyuntura cambiaria y financiera, se explica por necesidades políticas en un año de elección presidencial o la precaria situación del sector bancario situado ya en el umbral de la crisis de cartera vencida (que muy probablemente hubiera colapsado anticipadamente dentro de un medio monetario restrictivo). 8 8 8 cartera vencida 7 . Este, al elevar la volatilidad general del sistema financiero, favoreció la posibilidad de que el propio capital nacional abandonara rápidamente el país en diciembre sin mayores costos financieros. La situación cambiaria y financiera expuesta pudo ser mantenida bajo control mientras los inversores externos creyeron en la estabilidad del país y la rentabilidad a corto plazo de la inversión en el marco de euforia generalizada provocado por la entrada en vigor del TLACN en enero de 1994. Pero la situación comenzó a cambiar rápidamente a partir de marzo de ese año, como resultado de una rápida modificación en las expectativas de los inversionistas resultante de la conjunción de, por lo menos, cuatro tipo de eventos de diferente índole: el cambio en la coyuntura financiera internacional considerada en el capítulo uno, el crecimiento del desequilibrio comercial visto en el capítulo dos, el agravamiento de la crisis política y social (conjunción de los asesinados de Colosio y Ruiz Massieu con la rebelión armada zapatista) y la reducción de la rentabilidad en dólares de los títulos mexicanos poseídos por tenedores extranjeros 8 . Esto dio un giro a la situación, que se tradujo las grandes salidas de capital y drenaje incontenible dedivisas que condujeron a la macrodevaluación del peso 7 Antes de la crisis de diciembre, la cartera vencida de la banca comercial alcanzaba ya al 100 % del capital de la misma, y sus reservas para atender a eventuales pérdidas sobre préstamos cubría solo la mitad de estas últimas (Estudios económicos de la OECD, México, 1995) 8 Uno de los principales factores que redujo la rentabilidad de la inversión extranjera de corto plazo (medida en dólares) en 1994, fue la devaluación implícita de la moneda mexicana a partir de marzo de ese año, cuando el Banco de México dejó de sostener la cotización artificial del nuevo peso de 3.1 por dólar, y permitió que se acercara a la banda superior de flotación establecida por el régimen cambiario (3.37 en abril y 3.47 antes del 19 de diciembre). Esto implicó una devaluación de hecho del 12 % nominal y 8 % real (descontadas las tasas de inflación mexicana y norteamericana) que afectó en esa proporción a la inversión externa en valores de moneda nacional. 9 9 9 9 que tuvo lugar entre diciembre de 1994 y marzo de 1995, y el proceso inflacionario que le siguió. 3.1.2 Devaluación y tipo de crisis. La crisis especulativa-cambiaria se convirtió en crisis financiera como resultado de la macrodevaluación del peso y el proceso inflacionario resultante. La crisis financiera comenzó siendo inicialmente un problema externo (de amortización de Tesobonos y dificultades privadas y públicas para afrontar el servicio acrecentado de la deuda externa) para convertirse rápidamente en un evento interna como resultado del colapso del sistema bancario y la crisis de las finanzas públicas. Finalmente, ya en el contexto de la crisis financiera, devaluación e inflación interna se tradujeron en una recesión muy aguda del aparato productiva y en crisis social muy profunda y de proyección temporal mucho mas prolongada centrada, sobre todo, en una gran caída del salario real, la contracción brutal del crédito y un apreciable aumento del desempleo abierto. Esa sucesión de secuencias fue desencadenada principalmente por la devaluación, a partir de la drástica modificación de la relación de precios tanto entre la economía nacional y la internacional, como, internamente, de los precios de la fuerza de trabajo, del dinero (ver Cuadro 3.2) y de las demás magnitudes económicas fundamentales. Incluyendo el último mes de 1994, la caída del valor internacional del 9 Se utiliza el concepto “macrodevaluación” como sinónimo de sobredevaluación, en el sentido de nivel exagerada e innecesariamente alto de depreciación del peso mexicano, que podría haber sido reducido a términos mucho mas controlables por medio de un mejor manejo de las políticas internas y una llegada mas expedita del paquete internacional de rescate. 10 10 10 peso hasta fines de 1995 superó al 110 %, del cual la gran mayoría (90 %) tuvo lugar entre diciembre de 1994 y marzo de 1995. Como puede verse en el cuadro mencionado, los precios internos de bienes y servicios fueron contenidos por el ajuste monetaria y fiscal del primer trimestre de 1995 y se situaron bastante por debajo del nivel devaluatorio (52 %) aunque muy por encima del incremento nominal de salarios inferior al 20 %. En lo que hace al precio del uso del dinero, mientras la tasa interbancaria se alineó con la inflación, las tasas activas al público y la empresa se situaron inicialmente por encima del 100 %, para caer al nivel del 60-70 % a mediados de 1995 y promediar 69 % en el año. Los cambios en la relación internacional y nacional de precios aceleraron la quiebra del sistema bancario, provocaron un drástico traslado de valor desde el trabajo al capital, arruinaron temporalmente a la endeudada clase media, indujeron otra profunda restructuración de la empresa y el capital nacional y llevaron al drástico cambio en la dinámica comercial y financiera del sector externo de la economía mexicana. Cuadro 3.2 Cambios de la estructura mexicana de precios relativos 1994-1995 Concepto Precios relativos 1993 Precios relativos 1994 1 Devaluación del peso frente al dólar (Promedio anual) 100 189 2. Inflación interna ( anual de precios al consumidor) 100 152 11 11 11 3. Aumento salarial industrial medio (Promedio manufactura y construcción) 100 114 4a tasas de interés Interbancarias a (Promedio anual TTIP) 100 228 4b tasas de interés activas b (Promedio anual tarjeta de Crédito Bancomer) 100 298 FUENTE:: Linea 1 a 4ª: P.E.F., Tercer Informe de Gobierno 1997, Anexo Estadístico . Linea 4b: Cálculo propio. El papel central de la devaluación en el desencadenamiento de la crisis no implica considerarla como causa original de la misma, como afirmaron los que la atribuyeron al “error de diciembre” (versión salinista del colapso), confundiendo devaluación con crisis y consecuencia con causa. La idea de que pudo sortearse la crisis evitando la devaluación carece de sustento, como vimos. Lo que sí pudo hacerse fue desencadenar un tipo algo diferente de crisis, sustituyendo el expediente devaluatorio-contractivo-inflacionario por otro contractivo-no devaluatorio y deflacionario, sustentado en el elevamiento de la tasa real de interés a un nivel tan elevado como fuese necesario para desincentivar y frenar la salida de capital 10. Pero la crisis deflacionaria resultante no habría sido menos recesiva, habría favorecido mas a los sectores financieros que al sector exportador y hubiera dado lugar a una crisis social mas centrada en el desempleo abierto que en la caída del salario real. En las condiciones particulares del México ya situado en el umbral de la crisis, además, la 10 Este fue el sentido de la crítica a la devaluación mexicana formulada por economistas vinculados al Banco Mundial y el FMI como Jeffrey Sachs (ver The Financial Times, 30-01-95) o por Guillermo Calvo en varios trabajos. Para la posición original de Calvo antes de la crisis, véase comentario 12 12 12 alternativa deflacionaria hubiera demandado la imposición de tasas exorbitantemente altas de interés que por su propia magnitud podrían haber provocado consecuencias opuestas a las que pretendían lograr (mayor fuga de capital que hubiera terminado por imponer muy poco después una devaluación aún mayor y en condiciones todavía mas desfavorables) 11. Los efectos diferentes del tipo de recesiones alternativas señaladas, pueden encontrarse en experiencias históricas recientes, como fue el caso de la crisis europea de 1992 12 o de la generada en América del Sur por el “efecto tequila” en 1995, igualmente derivadas de crisis especulativo-cambiarias como la mexicana. Las experiencias señaladas, demuestran que los países que lograron evitar la devaluación utilizando expedientes contractivo-deflacionarios como fue el caso de Francia o Argentina 13, cayeron en procesos recesivos tan o mas perniciosos económica y crítico a Dornbusch y Werner ”México: Stabilization, Reform and No Grow th”, en Brokings Paper Economic Activity, 1994, Vol.1. 11 Según la teoría de la racionalización del crédito de Stiglitz y Weiss (“Credit ratonating in markets w ith imperfectec information”, los prestamistas tienden a eludir situaciones que ofrecen tasas de interés exorbitantes en la medida en que evidencian por si mismas la desesperación del prestatario. 12 La crisis especulativa-cambiaria eruropea de 1992 afectó a por lo menos ocho países, de los cuales siete devaluaron sus monedas nacionales, mientras Francia evitaba hacerlo recurriendo a una política contraccionista muy dura que no lo libró de la recesión. El caso contrario fue el Reino Unido, que devaluó en un 20 %, salió mas rapidamente de la crisis y pasó a ser el país de mas rapido crecimiento de Europa Occidental después de Irlanda, favorecido por el incremento de la competividad de sus exportaciones. (Para los datos macroeconómicos, FMI, Perspectivas de la economía mundial). 13 La crisis argentina fue el resultado de la difusión del efecto tequila en una economía latinoamericana que atravesaba por problemas similares a los mexicanos (sobrevaluación de la moneda nacional, sobreexposición a las modalidadesmas volátiles de la inversión de cartera, creciente déficit comercial, inexistencia de un régimen regulatorio adecuado etc). También fue desencadenada por el reflujo de la inversión de corto plazo. Pero su mecanismo de transmisión, no fue la devaluación, sino una brutal contracción monetaria y fiscal que provocó una recesión casi tan 13 13 13 socialmente, con el agravante de que no eliminaron los desequilibrios generados por el precio artificialmente alto de la moneda nacional. Lo expuesto anteriormente, plantea la necesidad de distinguir entre lo que debió ser el proceso devaluatorio ordenado, gradual y requerido desde bastante antes por las necesidades comerciales, productivas y de regulación de los flujos de capital externo, de la macrodevaluación tardía y exagerada que desencadenó la crisis. La primera resultaba de las necesidades de la economía mexicana de revertir ordenadamente la sobrevaluación del peso para reestablecer una relación cambiaria equilibrada con la economía internacional. La macrodevaluación de diciembre resultó, por el contrario, de las urgencias de una crisis declarada que había escapado completamente de las manos de los operadores gubernamentales, que se limitaron a sancionar formalmente lo inevitable. Tal tipo de devaluación torpe y exagerada solo podía generar una crisis productiva y social tan profunda y costosa como la que provocó. Pero a pesar de ello, el proceso devaluatorio operó en buena medida como un factor muy importante de recuperación de competitividad del aparato productivo. 3.1.3 El papel del endeudamiento externo. Otra cuestión muy importante en la mecánica de la crisis, fue la reaparición de problemas agudos de deuda externa, como los planteados por el reembolso de profunda como la mexicana y de mucho mayores efectos sobre el nivel de empleo, sin contar con las ventajas de la devaluación para el sector exportador y la mayor parte del aparato productivo. 14 14 14 Tesobonos en el primer trimestre de 1995, el incremento del servicio de la deuda pública y privada o los nuevos problemas planteados por el paquete de rescate. Pero la causa de la crisis no estuvo en estos o los anteriores problemas de la deuda externa, como tienden a plantear los que consideran a la caída de 1994-1995 como una crisis de deuda externa similar (o parecida) a la de los ochentas. En realidad, como sucedió con la devaluación, el reavivamiento de la problemática del endeudamiento externo también fue una consecuencia de la crisis, así como de su modalidad devaluatoria. El nuevo problema de deuda adquirió su verdadera importancia después de la devaluación, cuando ésta multiplicó el costo externo e interno de las obligaciones internacionales sin que el país contara con un mínimo de reservas de divisas para afrontarlos. Pero aún así, el problema mas agudo planteado por los Tesobonos fue principalmente cambiario, y fue menos de reembolso de los mismos (que era en pesos) que de insuficiencia de reservas de divisas para atender a la demanda de dólares de inversores externos que abandonaban el país tras liquidar los Tesobonos. En términos de su origen, tanto la emisión masiva de Tesobonos como la recepción del posterior paquete de rescate, no tuvieron lugar para afrontar el servicio normal de la deuda, como fue caso del recurrente endeudamiento de los ochentas, sino para sustituir un tipo de deuda por otra 14 o para recomponer divisas
Posteriormente se deberá de realizar un reporte de investigación en el que se desarrolle cada uno de los siguientes puntos:
a. Descripción del problema: la crisis económica de 1994-1995 y sus causas.
b. Exposición del proceso de solución.
c. Descripción las acciones del gobierno en materia de política fiscal.
d. Descripción la importancia de la autonomía del Banco Central, en las acciones de política monetaria emprendidas durante la crisis antes mencionada.
e. Conclusiones
f. Referencias bibliográficas consultadas en formato APA.
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	Madrigal
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