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Módulo 6: Control y apoyo fisiológico al entrenamiento Tema 1: Organización y planificación del entrenamiento Introducción En este tema analizaremos distintos métodos de control del entrenamiento según criterios bioquímicos, hormonales y autonómicos, con el propósito de evaluar la carga de entrenamiento y detectar posibles situaciones de sobreentrenamiento. Para ello, haremos un breve recorrido por pruebas de control fisiológico tales como aquellas que sirven para determinar el consumo de oxígeno y la frecuencia cardiaca; veremos pruebas hematológicas relacionadas con los cambios del volumen total de sangre y los del plasma sanguíneo; pruebas químicas y, por último, nos referiremos a las pruebas de análisis de deposiciones, como otro método de evaluación. Control fisiológico del entrenamiento Actualmente contamos con distintos tipos de métodos para el control y seguimiento del entrenamiento. Se trata de parámetros de tipo fisiológico, clínicos, químicos, entre otros. A continuación, se presentarán algunas de las pruebas para controlar y hacer seguimiento al entrenamiento. Pruebas de control fisiológico Entre las pruebas de control fisiológico están la evaluación del consumo de energía y la medición de la frecuencia cardiaca. VO2máx → En cuanto al consumo de oxígeno, la prueba más conocida es la VO2máx, se trata del consumo máximo de oxígeno o el volumen máximo de oxígeno que puede ser utilizado en un minuto durante el ejercicio máximo o exhaustivo. Se mide en mililitros de oxígeno utilizados en un minuto por kilogramo de peso corporal (Quinn, 2014). Frecuencia cardiaca → Podemos recurrir al test clínico llamado test de esfuerzo acompañado del ECG (electrocardiograma) y otro conjunto de pruebas, se generó un consenso entre la ACSM(American College Sport Medicine) y la AHA (American Heart Association) de aplicar a personas con patologías: • Cardiovasculares: Cardiaco, enfermedad arterial periférica e infarto cerebrovascular • Pulmonares: COPD o EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), Fibrosis quística, Asma e enfermedad pulmonar intersticial • Metabólicas :Diabetes I y II, desordenes de la tiroides, enfermedades del Hígado y Riñón. Por su parte, la AHA (American Heart Association) dado sus altos costos y poca evidencia en la aplicación en personas sin patologías asociadas no se recomienda el uso de este test (Lauer 2015). Figura 1. Herófilo de Calcedonia fue el primero en medir el ritmo cardiaco usando un reloj de agua. Constató la sincronía del pulso con los latidos del corazón. Fuente: http://journal.frontiersin.org/article/10.3389/fphys.2011.00086/full Recuerda que para visualizar este recurso debes tener conexión a Internet Control fisiológico del entrenamiento Pruebas hematológicas La adaptación a la actividad muscular está relacionada con los cambios del volumen total de sangre y los del plasma sanguíneo. En algunos casos, estos cambios son esenciales para mejorar el rendimiento y, al mismo tiempo, los cambios del volumen plasmático influyen en las concentraciones de los componentes sanguíneos, modificando los resultados de la determinación de metabolitos, sustratos y hormonas en sangre (Manso, 2001). Las pruebas más utilizadas son las siguientes: Hemograma → Nos proporciona información sobre las células sanguíneas, glóbulos blancos y rojos. Hemoglobina → Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, proteína que capta el oxígeno libre de la sangre. La relación directa de esta prueba con el consumo de oxigeno le da una gran importancia como diagnóstico: pronostica el rendimiento deportivo. Hematocrito → En esta prueba se mide la cantidad de eritrocitos de la sangre en porcentaje respecto del total o, lo que es lo mismo, el porcentaje de células que transportan oxígeno frente al volumen total de sangre (si existen variados factores que influyen en los resultados). Volumen corpuscular medio (VMC) → Es un criterio de adaptación a la altura relacionado con el volumen plasmático, que nos refleja el tamaño de los glóbulos rojos. Hemoglobina corpuscular media (HCM) → Promedia el peso de la hemoglobina del eritrocito; indicación directa de la eritropoyesis independiente del volumen plasmático y sanguíneo. Pronostica el estado del transporte de oxígeno. http://www.hippokratia.gr/images/PDF/17-2/Hippokratia_2_2013_136.pdf Concentración de hemoglobina corpuscular media (CMHC) → Es la cantidad de hemoglobina por volumen de células independiente del tamaño celular, puede ser un indicador indirecto. Reticulocitos → La simple aparición de estas células y su incremento es un criterio de adaptación a las cargas de trabajo de predominio aeróbico. Volumen plasmático. Volumen sanguíneo → Es el indicador ideal del estado hídrico del deportista; nos permite cuantificar las pérdidas hídricas con exactitud y, por lo tanto, prevenir variaciones perjudiciales del rendimiento manteniendo la homocinética. Plaquetas → También llamadas megalocitos. Tiene relación con la coagulación de la sangre. Un aumento puede ocasionar trastornos en la circulación sanguínea por su gran tamaño. Control fisiológico del entrenamiento Pruebas químicas Estas pruebas nos informan sobre los distintos solutos que están siendo transportados en la sangre. Pueden ser de química rutinaria o química hormonal especial y en plasma o en suero. Las pruebas de química más utilizadas en el control del entrenamiento deportivo son: Química rutinaria Glucosa → Refleja el metabolismo de los hidratos de carbono; valores altos pueden indicarnos diabetes, entidad en la cual el ejercicio cambia la manera en que el cuerpo reacciona a la insulina. Hacer ejercicios en forma regular aumenta la sensibilidad del cuerpo a la insulina, y su nivel de azúcar en la sangre puede alcanzar un nivel demasiado bajo —hipoglicemia— después del ejercicio. Urea → Principal producto del catabolismo proteico. Nos permite realizar un adecuado control del entrenamiento al fijar valores que indican la carga o la sumatoria de cargas que ha realizado recientemente un atleta y cuantificar objetivamente su intensidad, con lo cual se puede equilibrar su respuesta controlando las cargas posteriores y evitando un daño tisular. De acuerdo a su medición, el entrenador puede aumentar el volumen o la intensidad del entrenamiento o, en caso contrario, disminuir el entrenamiento. Su valor a las 24 h evalúa recuperación. Lo ideal es una medición seriada durante 3 a 5 días seguidos. Existen protocolos predeterminados para el control del entrenamiento con la urea. Creatin Kinasa (CK) → Nos brinda información valiosa del estado muscular. En la mayoría de los deportistas este incremento refleja un importante grado de destrucción de muchas fibras musculares. Perfil lipídico → • Colesterol total: es importante evitar tenerlo alto. • HDL: también conocido como colesterol bueno. Aumenta con entrenamientos aeróbicos largos, protector ante enfermedades cardiovasculares. • Colesterol LDL: conocido como colesterol malo. • Triglicéridos: transportan ácidos grasos. Tenerlos elevados es perjudicial, sobre todo para el deportista de fondo, puesto que al elevarse aumenta la viscosidad de la sangre. Lactato → Es un producto secundario del ejercicio, también es un combustible para ello. Se encuentra en los músculos, la sangre y varios órganos. Su cuantificación nos permite diagnosticar los diversos niveles de condición física, determinar umbrales aeróbicos-anaeróbicos y, mediante estos, planificar el entrenamiento y calcular y/o ajustar las cargas de trabajo. Es un parámetro fundamental e indispensable en el manejo del deportista de alto rendimiento. Ácido úrico → Sus valores se relacionancon la intensidad de la carga suministrada al deportista; niveles altos pueden ser indicadores de algún problema con nuestro deportista. Nitrógeno ureico (BUN) → El nitrógeno ureico es lo que se forma cuando las proteínas se descomponen. Es un parámetro que indica el estado de la función renal del deportista. Creatinina → La creatinina es el resultado de la degradación de la creatina. Proteínas totales, Albúmina, Globulina → Las proteínas constituyen la mayor porción de solutos en el plasma. Las proteínas del suero se dividen en dos fracciones albúmina y globulina. La determinación de las proteínas totales en deportistas de alto rendimiento es útil en la detección de hiperproteinemia e hipoproteinemia. Transaminasas (GOT/GPT) → Relacionadas con la transaminación, metabolismo proteico. En el síndrome de sobrentrenamiento, las transaminasas se encuentran en la relación GOT>GPT. Hierro sérico → Componente fundamental de los glóbulos rojos; juegan un papel importante en el transporte de oxígeno a las células. La falta de hierro puede indicar un déficit de hemoglobina y mioglobina. Iones o electrolitos → La determinación de iones se realiza con el objeto de conocer las modificaciones del equilibrio hidroelectrolítico producidas por el ejercicio. Se ha evidenciado que, tanto la actividad física recreativa como el deporte de alto rendimiento, en condiciones de estrés calórico ambiental, puede ser responsable de numerosas respuestas patológicas. Sodio → Algunos autores reportan que el ejercicio físico se acompaña de un aumento de la concentración plasmática de sodio de 3 a 5 % respecto al valor de reposo. Este aumento representa el efecto de la hemoconcentración inducida por el ejercicio. El sudor representa la vía más importante de dispersión del sodio durante el ejercicio; es relevante, asimismo, mantener el control sobre estos parámetros, sin olvidar reponer constantemente los niveles de sodio a fin de evitar una hiponatremia inducida por el ejercicio. Potasio → Este ion resulta necesario en muchas reacciones metabólicas. La pérdida de potasio ocasiona debilidad, trastornos del ciclo y repolarización cardiaca; en casos extremos, lesiones cardiovasculares, musculares y renales irreversibles. Magnesio → Este ion es importante en ejercicios físicos por su participación en las reacciones de fosforilación y óxido reducción. Es un cofactor para varias enzimas esenciales en el metabolismo energético. Calcio → Ion de gran importancia para la contracción muscular por su participación en el acoplamiento del complejo actina-miosina, además de otras funciones como cofactor enzimático, coagulación, etc. Química hormonal Los estudios hormonales proporcionan información sobre la adaptación a determinados niveles de intensidad y duración del ejercicio, así como sobre las alteraciones de esa adaptación, incluido el agotamiento de la capacidad adaptativa del organismo y el fenómeno del sobre entrenamiento. Las valoraciones hormonales pueden ser utilizadas para la valoración del efecto entrenarte de la sesión de ejercicios y para el control del periodo de recuperación: Testosterona libre → Puede ser un buen marcador a largo plazo debido a un mayor poder anabólico. Niveles bajos pueden conducirnos a mediano plazo a un estado de sobreentrenamiento. Esta hormona nos da medios de control del volumen de la carga y del sobreentrenamiento. Generalmente, los velocistas ostentan niveles de testosterona libre mayores que los fondistas. Cortisol → Hormona catabólica producida en las glándulas suprarrenales. Niveles altos parecen indicar que el entrenamiento no está siendo bien asimilado por parte del deportista. Ferritina → Es un parámetro muy importante y fiable a la hora de valorar los procesos anémicos. Pruebas de análisis de deposiciones Grupo integrado por todas aquellas pruebas bioquímicas en las cuales la evaluación del estado metabólico del deportista suele llevarse a cabo mediante la valoración de los metabolitos y sustratos presentes en la orina y en la materia fecal. Las pruebas en fresco más utilizadas en el control bioquímico del entrenamiento deportivo son: Parcial de orina → Prueba bioquímica que, como su nombre lo indica, es un análisis que se realiza a la orina del deportista, con el objeto principal de determinar la presencia de mioglobinuria o hemoglobinuria para diagnóstico de daño celular. Sangre oculta en heces → Otra forma de pérdida de sangre durante el ejercicio es la hemorragia gastrointestinal; esta debe ser diagnosticada precozmente para su adecuado tratamiento y para la prevención de la anemia del deportista y el deterioro de su condición física. Para finalizar, cabe señalar que existe una amplia gama de procesos evaluativos; lo más importante es ser muy rigurosos y prestar mucha atención a los pequeños detalles que podamos observar. Referencias • Castillo, L. M., Lapieza, G., Nuviola, R.J. (1996). Minerales y micronutrientes en la dieta de las mujeres deportistas. Arch Med Dep; XIII (53): 195-205. • Galvis, J. C. (2000). Importancia del laboratorio en la evaluación del deportista. Laboratorio Actual (pp.9-11). • García, M. (2001). Alto rendimiento. La adaptación y la excelencia deportiva. Madrid: Editorial Gymnos. • López, A. V.; Nicot Balons, G. & Hernández, M. (1988). Comportamiento del sodio y del potasio en líquidos corporales de corredores de larga distancia. Estudio preliminar. Congreso Internacional de Medicina Deportiva y Ciencias Aplicadas, La Habana. • Mishchenko, V. S. & Monogarov, V. D. (1995). Fisiología del deportista: bases científicas de la preparación, fatiga y recuperación de los sistemas funcionales del organismo de los deportistas de alto nivel. Barcelona: Editorial Paidotribo. • Lauer, M., Sivarajan Froelicher, E., Williams, M., & Kligfield, P. (2005). Exercise testing in asymptomatic adults. Circulation, 112, 771-776 Fuente imágenes: • http://journal.frontiersin.org/article/10.3389/fphys.2011.00086/full • http://www.flaticon.com • https://pixabay.com • www.iconarchive.com http://journal.frontiersin.org/article/10.3389/fphys.2011.00086/full http://www.flaticon.com/ http://www.iconarchive.com/
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