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Fetichismo- - Adriana Santillán

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Fetichismo
Dentro de las escenas de la película, Robert coloca un velo para desmentir mediante el fetiche de la piel, “Una nueva piel creada por él”, esto le sirve como una protección ante la ausencia. “El fetiche es el sustituto del falo de la mujer (de la madre), en el varoncito a creído y al que no quiere renunciar- sabemos por qué-” (Freud, 1927, p. 148). Se podría decir, que Robert a través de su esposa intenta cubrir la falta, es decir un rechazo a la castración. Al enterarse de que su esposa había sufrido un accidente en la cual ella queda carbonizada por las quemaduras, él intenta mantenerla con vida, persistiendo en la creencia que aunque su piel y su rostro este totalmente irreconocible, existe algo ahí que le impide reconocer la falta, por esta razón la somete a diversas cirugías. Sin embargo, su esposa muere, tras verse confrontada con su apariencia, ella se suicida.
Robert con el paso de los años continúa con este patrón, esto se puede corroborar cuando Marilia hace una observación de sus operaciones, él contesta “Todas las pacientes que he operado dices que se parecen”, en donde Marilia afirma la cara es igual, haciendo referencia a su esposa fallecida. Incluso recurre a experimentar con transgénesis, para crear esta piel perfecta resistente a todo, dando una conferencia al iniciar la película acerca de los trasplantes de rostro. Entonces comienza a crear a una mujer con las mismas características y el rostro parecido a su esposa fallecida.
En la perversión, el sujeto evade al amor y también el resto del cuerpo del otro, por esta razón, selecciona una parte del cuerpo, para poner algo en la nada y llenar esta nada con complitud y regenar de la falta. La relación que Robert, establece con Vera, es la de habitar una piel perfecta, en la cual Vera la debe proteger, él le entrego un body para que de esta manera lo use con ese fin. Le daba una vital importancia al rostro y la piel de Vera, ya que cuando ella se cortó parte de sus cuerpo, el curo sus heridas con mucho cuidado y paciencia hasta que ya se haya recuperado completamente.
Además, del fetichismo se puede observar el voyeurismo, dentro de las escenas de la película, se observa a Robert mirando a través de las cámaras que tenía para vigilar a Vera, observándola con el body que traía puesto y luego le hace un acercamiento a su rostro, él la podía ver cada vez que él quería, ya que hay varias escenas en las cuales Robert observaba a Vera, en la que hay una persistencia en la pulsión escópica, en la que pasa la ley y lo quiere ver todo.
Lacan menciona que, para encontrar las distintas posiciones perversas, hay que tomar en cuenta las condiciones que el objeto sea representado por un fetiche y la imposición de la voluntad de goce. A la variación de estas distintas presentaciones, las encontrará en los distintos recorridos fantasmáticos. Lacan plantea que el perverso pretende fundar la relación sexual que no hay con la ayuda de su fantasma, que utiliza para captar el goce de su compañero sexual, y así verduguea al Otro, lo somete, se exhibe, etc. El tipo de perversión será el modo en el que busca hacerse instrumento del goce del compañero sexual (Marchesini, 2014)
El perverso es quien hace sentir a su partenaire la falta, causando angustia en el Otro. La paradoja del perverso analizante es que en un cierto nivel tiene una respuesta segura, pero trabaja para el Otro todo el tiempo. El perverso lo hace todo por el Otro, trabaja para que el Otro goce. Pero no es cierto que el goce en juego sea el suyo. En sus seminarios Lacan denomino a este acto, hacerse instrumento del goce del Otro, poniendo al perverso con un valor de instrumento y situándose en una posición de objeto. (Marchesini, 2014, pág., 4) 
En cuanto a la modalidad que se visualiza en la película, es la sádica. El sádico intenta completar al Otro quitándole la palabra e imponiéndole su voz y tanto más cuando ese Otro tiene menos autoridad. En cuanto a Robert intenta quitarle la voz a Vicente e imponerle la propia. Un ejemplo de esto es cuando en la escena en la que Robert tiene a Vicente en el quirófano después de haberle hecho la operación, Vicente le pregunta: “¿Que me has hecho?” a lo que Robert le responde: “La vaginoplastia”. Este acontecimiento causa en el paciente una gran angustia debido a que ni siquiera sabia porque esta allí, porque lo estaban sometiendo a una operación que ni siquiera había pedido, que había hecho para caer en ese lugar. Y es precisamente lo que Lacan rescata, en su seminario, sosteniendo que no es tanto el sufrimiento del Otro lo que se busca el sádico, sino la angustia que se refleja en el Otro. 
En cuanto al Otro no quiere, pero obedece, y esto si se ha logrado rescatar durante toda la película. Vicente no quiere cambiar de sexo, no quiere cambiar de piel, no quiere ser mujer, no quiere ser Vera. Posterior a la operación y después de haber preguntado a Robert, porqué le había hecho eso, y de haber comprendido el motivo que empujo de cierta forma a cometer semejante acto, Vicente le pregunta: ¿Ya me puedo ir a mi casa? A lo que Robert le responde: “Pero si apenas estamos empezando”. En este momento vemos como este Otro acepta lo que se le está imponiendo, acepta que le cambiaron el sexo, acepta el nuevo nombre que le está otorgando Robert, colocándose en una posición de Otro sin autoridad y obedeciendo todas las imposiciones que le otorgan. 
Conocemos que, el mecanismo psíquico que va a defender al perverso de la castración es la renegación o denegación. El perverso va a renegar de la ley, va a desmentirla; la única ley es la de sí mismo. Relacionamos este punto con una escena en particular, donde se da cuenta de esta desmentida por parte de Roberth. Se ubica en la escena donde después de que este haya dado la conferencia sobre la forma de hacer más resistente la piel, se encuentra conversando con un miembro de la comunidad científica acerca de cómo logró aquello, respondiéndole que con transgénesis; posterior a este ocurre el siguiente diálogo:
-M.C.C: Está loco, usted sabe que la aplicación de la terapia transgénica está totalmente 	prohibida en seres humanos está prohibida
- Roberth: Sí, lo sé, y me parece con perdón, el colmo de la paradoja. Intervenimos en 	todo lo que nos rodea, la carne, la ropa, los vegetales, en todo, por qué no aprovechar 	los avances de la ciencia para mejorar nuestra especie. Ha pensado la cantidad de 	enfermedades que podríamos curar con la transgénesis o las malformaciones genéticas 	que se podrían evitar
- M.C.C: No siga, conozco la lista de memoria y no hay día que no piense en ello. Pero 	eso no me impide prohibirle que siga investigando sobre la piel o me veré obligado 	denunciarlo ante la comunidad científica, más allá de lo que pensemos usted o yo, la 	bioética es absolutamente clara en este respecto.
Se puede afirmar que Robert da cuenta de esta estructura perversa por su relación con la ley. Él violó sistemática y conscientemente las leyes científicas y jurídicas. Robert hizo justicia con sus propias manos, frente a ese hecho doloroso de su hija, él no recurre a la policía, él se encarna como la Ley. Él en cualquier ámbito sigue actuando como cree, no hay un límite ético que lo separe de su invento que es Vera. Además, el secreto va a funcionar como un motor fascinante para transgredir la prohibición y es el hecho de ser secreto, lo que aumenta su goce. Luego de aquella escena donde Vera intentó suicidarse, Robert le ordenó a la ama de casa que despida a todos los empleados y no permita entrar a nadie más a la casa; manteniendo así en secreto a Vera, para seguir experimentando con ella.
En la relación del perverso con la madre suele haber un lazo de complicidad y seducción mutua. En el caso de Robert, tiene un vínculo especial con la ama de casa, que lo crió desde que nació y cumplió la función materna, aunque en escenas posteriores, refieren que esta es su madre real. Marilia se convierte en su mayor cómplice durante la experimentación transgénica que hace con Vera, avalando y sosteniendo en todo momentoaquel plan, haciendo todo lo que este le pide que haga con respecto a Vera e incluso Marilia le aconseja que lo mejor es que ya la mate. 
En un inicio se logra observar las diferentes posturas que toma su madre en relación a los dos hijos que ella tiene. Por un lado, esta Robert, a quien le hicieron creer que su madre era otra y creció en una familia acomodada. Por el contrario, Zeca creció en la calle, y no recibía los mismos cuidados que Robert recibía de parte de su madre. En un dialogo de Zaca con Marilia, ella le dice “Tú no eres mi hijo, yo solo te parí”. Si bien, este análisis no se trata de Zeca, se puede evidenciar como Marilia ha sido indiferente con él, mientras que su otro hijo, Robert pasa a ubicarse como fetiche de ella (aunque él no sepa que ella es su madre real). 
Joel Dor lo expresa de la siguiente manera “la madre del perverso no es una madre «fuera de la Ley»; es una madre fálica” (p.71); es fálica en tanto ubica a su hijo como el objeto que le falta. Por esta razón se podría decir que para Marilia, Robert se mantuvo fetichizado y no paso por la metáfora paterna. Asimismo, Dor explica que la imagen de esa madre fálica “va a predeterminar la relación que el perverso mantendrá posteriormente con las otras mujeres” (p.71), esa imagen de la mujer es a la que el perverso no renunciará y tratará de encontrar en otras personas, incluso en hombre. En relación a Robert, él busco la imagen de su esposa fallecida en el cuerpo de un hombre, manteniendo así la imagen de mujer idealizada. 
 Como se mencionó en párrafos previos, la madre del perverso es a su vez su cómplice. La omnipotencia de esta madre idealizada le garantiza al perverso que no habrá mediación paterna del deseo de la madre y, por lo tanto, la madre consentirá sus actos. Marilia se mostró desde un inicio complaciente con Robert, y no hubo un solo momento en donde ella se opusiera a las decisiones de Robert respecto a Vera. 
A la madre idealizada, indemne a todo pecado carnal, imagen de una femineidad falicizada sin duda, pero postulada como fuera de todo alcance del deseo, pura mirada o pura escucha, situada en el límite exterior del campo en que el sujeto juega su drama, mirada cómplice u oído protector que vienen a asegurarle la legitimidad de su actuar y a garantizarle la impunidad. (Castoriadis- Aulagnier, 1978, p. 35)
En la vida de Robert, Marilia, quien él piensa que solo es su cuidadora y quien lo crío desde pequeño, es esa mujer protectora, madre idealizada que es cómplice de sus experimentos. Es alguien en quien puede confiar porque sabe que ella no lo demandará por hacer transgénesis. Tanto Robert como ella, no están atravesados por la ley, él la burla y ella garantiza la impunidad. Las normas éticas no son tomadas en cuentas por ninguno de los dos, pues por un lado se encuentra Robert transgrediéndolas y por otro lado esta Marilia protegiéndolo. 
Bibliografía
Castoriadis - Aulagnier, P. (1978). El deseo y la perversión. En Estudio de las perversiones sexuales a partir del fetichismo. Buenos aires: Sudamericana 
Dor, J. (2006). Estructuras clínicas y psicoanálisis. Buenos Aires: Amorrortu
Marchesini, A. (2014). La estructura perversa. Recuperado de 	http://www.revistavirtualia.com/storage/articulos/pdf/LnuKNmvEoJ8oYlTvrjfIHeOe	Zyz6IBEHoEdyarl0.pdf
Freud, S. (1927). Fetichismo, Tomo XXI. Obras Completas de Sigmund Freud. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

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