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Fenómenos elementales - Adriana Santillán

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FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
CARRERA: Psicología Clínica
ASIGNATURA: Teoría y clínica de la Psicosis
TEMA DE ENSAYO:
Fenómenos elementales
AUTOR (A):
Adriana Santillán
DOCENTE: Rodolfo Rojas
PARALELO: A
2018
Hacer análisis no es lo complicado, diagnosticar la estructura clínica del sujeto lo es. Se conoce de las tres estructuras clínicas: Neurosis, psicosis y perversión; el analista debe ser capaz de identificar a qué estructura pertenece una persona, para ello, existen ciertos elementos que permiten hacerlo. Pero, ¿por qué se dice que es complicado?, porque así mismo hay ciertos elementos de una estructura que se parecen a la otra, lo que hace que no se pueda tener la certeza de concluir la estructura clínica de una persona. Como es el caso de un prepsicótico, puede ser que luego de varias entrevistas, debido a ciertos rasgos parecidos con la neurosis, el analista de por sentado que un paciente es neurótico y trate a este como tal, provocando así el desencadenamiento de la psicosis.
Identificar la estructura psicótica en una persona es difícil, como ya se dio el ejemplo, puede ser que la psicosis esté ahí, pero no desencadenada y cabe mencionar que cualquier acto indebido en análisis puede desencadenarla. Por ello, es fundamental que el analista deba tener un extenso conocimiento teórico sobre la psicosis, para así cuando haya la duda de una posible estructura psicótica, pueda reconocerlo de manera segura a través de los fenómenos elementales. En el presente ensayo se explicará brevemente qué son y cuáles son los fenómenos elementales que permiten identificar la estructura clínica psicótica y en qué se parece a la neurosis y a la perversión que hace complicado la identificación de esta; basándose en el texto Introducción al método psicoanalítico de Jacques Miller y en el seminario teórico Clínica estructural de las psicosis: el significante en lo real de Xavier Esqué.
Miller (2006) indica que los fenómenos elementales son fenómenos psicóticos que pueden estar antes de que la persona sea psicótica, antes del delirio; cuando el analista logra tener la certeza de estos, constituye lo que Miller llama una firma clínica. Es decir, puede ser que la persona no presente actualmente estos fenómenos, pero que estos sí se hayan manifestado al menos una vez en su niñez o adolescencia y hayan quedado ocultos. Por ello, es importante que, si existe la sospecha de psicosis, se indague en el pasado del sujeto y se recurra a identificar los fenómenos elementales; incluso si se trata de casos de personas que ya han estado en análisis, hay que indagar si el anterior analista recurrió a la búsqueda de estos.
Los fenómenos elementales son los siguientes: Fenómenos de automatismo mental, que en sí es la irrupción de voces; fenómenos que conciernen al cuerpo, que es la extrañeza al propio cuerpo y la distorsión de la percepción temporal-espacial; y fenómenos que conciernen al sentido y a la verdad, que es cuando el sujeto no puede explicar algo, pero tiene la certeza de que se trata sobre él (Miller, 2006). A simple vista, estos fenómenos tienen parecido a la neurosis histérica, neurosis obsesiva y la perversión.
En la neurosis, por un lado, los fenómenos que conciernen al cuerpo, se parecen a los síntomas que presenta una persona histérica; como el caso de Ana O, que sentía una separación con su propio cuerpo y presentaba alucinaciones, pero cabe aclarar que esta última no tiene nada que ver con las alucinaciones de un psicótico, por ello es necesario reconocerlas. Además, el tercer tipo de identificación del que Freud señala es propio de las histéricas, la identificación con el síntoma de otros; entonces puede ser que en la familia o entre sus amigos existan psicóticos y esta tome sus síntomas, haciendo confundir sobre su estructura clínica.
Por otro lado, los fenómenos de automatismo mental se parecen a los síntomas que presenta una persona neurótica obsesiva, como el caso del hombre de las ratas cuando P le comenta a Freud sobre la deuda que tenía con el teniente, parecía un delirio. Y como Esqué (2005) menciona acerca del automatismo, “surge como algo que se impone al sujeto, algo que lo habita y que no se comprende, que es enigmático y que deja al sujeto en la mayor perplejidad” (p.2); para que el neurótico obsesivo entre en análisis es necesario que se encuentre en un estado de urgencia y de mucha confusión, esto puede provocar que se equivoquen al momento de concluir su estructurada, dado a que su presentación se parece al fenómeno de automatismo mental.
En el caso de la estructura perversa, se debe tener cuidado con confundir una conducta perversa con la estructura perversa. Para que sea más claro, una persona con un goce perverso, va a ir a análisis con el fin de estar más tranquilo con su perversión y esto puede dar a entender que es un perverso por pedir eso en lugar de la cura; he ahí la importancia de saber identificar a un verdadero perverso. Es extraño que una persona con estructura perversa vaya a análisis, porque este ya sabe todo sobre gozar, pero cuando van lo hacen con el fin de pedir información analítica sobre el goce de los demás y así satisfacer su pulsión de saber más sobre el goce.
En definitiva, a veces no es suficiente un número de entrevista para concluir con la estructura clínica de un paciente. La certeza en el análisis nunca está. Siempre se debe estar aumentando el conocimiento clínico para así poder identificar los fenómenos elementales de una manera más metódica y segura y no desencadenar una psicosis.
Referencias Bibliográficas
 
Esqué, I. (2005). Las clases 9,10 y 11 del Seminario III de Lacan, Las Psicosis. L'aperiódic
	virtual de la Secció Clínica de Barcelona. Recuperado de http://www.scb
	icf.net/nodus/contingut/arxiupdf.php?idarticle=204&rev=28
Miller, J. (2006). Introducción al método psicoanalítico. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

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