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Ciencias del comportamiento I Unidad 1: Las ciencias del comportamiento y la conducta organizacional Néstor CAROLA, Adriana DEVALLE, Guía de estudio de la Asignatura Ciencias del Comportamiento I. Instituto Universitario Aeronáutico. IUA año 2000 Arreglos: Lic. Constanza Buteler, Lic. Carina Tofful 3.1. Supuestos racionales-económicos Este conjunto de supuestos datan ya de muy largo tiempo y quedaron más explicitados con el surgimiento de la Teoría Clásica a principios de este siglo1. Estamos refiriéndonos a un período que va aproximadamente de 1880 a 1925, aunque el sistema de ideas en juego podemos ya rastrearlo desde la primera Revolución Industrial. Durante este período se producen una serie de fenómenos sociales que constituyen el caldo de cultivo para las teorías de esta etapa (tales fenómenos fueron de carácter tecnológico, procesos de orden econónimo-estructural, el reinado del liberalismo económico influido por las teorías de Darwin, y el uso cada vez mayor de los conocimientos científicos aplicados a la industria). Así observamos cómo los supuestos de que la naturaleza humana es racional- económico hecha raíces en la denominada filosofía hedonista, (lo que implica que el hombre calcula las acciones que van a potenciar al máximo sus propios intereses), como también en las doctrinas económicas de A. Smith, que basándose en una concepción similar, planteaba que los factores del egoísmo (los intereses particulares), son capaces por sí solos de regular el mercado de manera adecuada. He aquí lo que ésta forma de pensar aportó en relación a los empleados y su comportamiento: a. A los empleados los motiva esencialmente el incentivo económico y por lo general hacen cualquier cosa que les asegure mayor ganancia de tipo económico. 1 F. Taylor y la Organización científica del trabajo, los teóricos de la organización formal (Fayol, Urwick, Mooney) y desde la sociología los teóricos de la estructura y la burocracia. b. Como los incentivos económicos están bajo el control de la organización, el empleado es esencialmente un agente pasivo a quien la organización debe manipular, motivar y controlar. c. Los sentimientos son, por definición, irracionales y por tanto, hay que evitar que estos interfieran con la tendencia calculadora irracional de la persona de trabajar por su propio beneficio. d. Las organizaciones pueden y deben diseñarse en tal forma que los sentimientos de la gente, y por consiguiente, sus características más imprevisibles, se pueden neutralizar y controlar. Junto a estos supuestos podemos citar a otros que los complementan, especificados por D. Mc Gregor como "Teoría X". Supuestos de la Teoría X a. La gente es perezosa por naturaleza y, por tanto, se le tiene que motivar con incentivos externos. b. Como los fines naturales que la gente persigue no son siempre los mismos de la organización, se tiene que controlar con fuerzas externas para asegurar que la gente trabaje hacia el logro de fines organizacionales. c. La gente es básicamente incapaz de ejercer autodisciplina y autocontrol en razón de sus sentimientos irracionales. d. Sin embargo, a la gente se la puede dividir en dos grupos -aquellos de quienes se puede decir que los supuestos que se acaban de mencionar son válidos y aquellos que pueden ejercer automotivación y autocontrol y que no se dejan dominar por sus sentimientos. Este último grupo es el que debe asumir la responsabilidad de manejo que los otros no asumen. En último término, estos supuestos caracterizan a los individuos en dos grandes grupos: el que no merece confianza, calculador y motivado exclusivamente por el dinero; y el otro grupo de personas dignas de crédito, con motivaciones más amplias, y formando una élite moral que tiene que organizar y dirigir a la masa. Estrategia directiva implícita Según esta concepción sobre las personas, desde la cual no es mucho lo que se puede esperar sobre las mismas, se concede la máxima importancia al rendimiento en el empleo y pasa a un segundo plano las necesidades, expectativas y sentimientos de la gente. Y la estrategia se plasma claramente en las siguientes funciones: "1. planeación; 2. organización; 3. integración; 4. dirección y 5. control"2. Las cargas de la organización y la total responsabilidad recaen sobre los hombros de los directivos. Así por ejemplo, si una organización opera movida por estos principios, ante un problema como una baja en la producción intentará caminos como los que siguen: revisar si las personas están correctamente asignadas en sus puestos, si los 2 SCHEIN, E. Ob. cit. Pág. 51. 8 SCHEIN, E. Ob. cit. pág. 51 puestos están correctamente definidos y diseñados o si es necesario una reestructuración. Si desde aquí no se detectan fallas se reexaminará el sistema de incentivos, siempre direccionado hacia las recompensas individuales, por último se reexaminará el sistema de información, (se identifica correctamente aquella parte/s de la organización que no cumple su cometido?) y el sistema de control ¿se castigan adecuadamente las conductas desviadas? Schein nos dice que "el peligro más grande que corre una organización que opera bajo estos supuestos es que estos tienden a convertirse en realidad"3. En otras palabras, si se espera que la gente sea hostil, contraria y/o indiferente a los objetivos organizacionales y sólo motivada por el dinero, las estrategias que use la dirección para tratar estos factores tenderán a convertir a la gente en aquello mismo que se esperaba. Evidencia de los supuestos racionales-económicos Sin lugar a dudas parte de la evidencia que respalda esta imagen de hombre racional-económico procede tanto de la experiencia cotidiana como de la historia de las organizaciones productivas. El dinero y los incentivos aplicados en forma individual han resultado ser un eficaz motivador del esfuerzo humano (...el miedo al hambre y el temor al desempleo no en pocas ocasiones han constituido poderosas fuerzas movilizadoras de la conducta), aún así, también se producían fracasos y dificultades al utilizar estrategias basadas en estos postulados. Los problemas se relacionaban con situaciones tales como las que siguen: a medida que ascendía el nivel de la calidad de vida en las sociedades, se modificaban las expectativas de los empleados en las dimensiones atinentes a salarios y sobre los derechos que creían corresponderles, también, en la medida en que crecían las propias organizaciones y se tornaban más complejas, y debían de funcionar en un medio externo más competitivo y en creciente cambio, tendían a esperar más de su gente en términos referidos a compromiso, lealtad, creatividad y responsabilidad orientada hacia las metas organizacionales. Progresivamente cada parte fue "esperando" algo más de la contraparte, (ya no el mero intercambio de dinero por servicios y obediencia). Paralelamente desde las ciencias sociales, psicólogos y sociólogos comenzaron a estudiar más acabadamente las pautas de conducta y las motivaciones de los individuos dentro de las organizaciones. Nuevos datos, producto de investigaciones empíricas y del desarrollo teórico, fueron resquebrajando el absolutismo de estos supuestos; parecía ser que existían otros elementos que influían en la cantidad y en ¿Funcionan estos "supuestos" en nuestras organizaciones"? ¿Las estrategias basadas en estos principios permiten resultados positivos para la organización? ¿ y para la gente? la calidad del trabajo y en la relación de los empleados con la organización, que no se habían tenido en cuenta hasta este momento. Estos estudios condujeron hacia lo que se denominan "supuestos sociales".
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