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ENFERMEDADES PARASITARIAS LEISHMANIASIS VISCERAL M

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ENFERMEDADES PARASITARIAS: LEISHMANIASIS VISCERAL
La leishmaniasis visceral (LV) es una enfermedad infecciosa de desarrollo crónico causada por el protozoario Leishmania infantum, que afecta a humanos y perros, transmitido principalmente por picaduras. (1)
Los responsables son los portadores de Lutzomyia longipalpis y Lutzomyia evansi en partes de Colombia y Venezuela. El perro actúa como el principal reservorio domestico del parasito en todo el mundo, haciendo parte del ciclo epidemiológico de transmisión humana. Dada la importancia epidemiológica de los caninos en el control de la LV y la necesidad de determinar el impacto real de la infección en las zonas endémicas, es fundamental el empleo de pruebas diagnosticas fiables sin subestimar la incidencia o prevalencia de la enfermedad y sin subestimar la incidencia o prevalencia de la enfermedad. Reduzca los falsos positivos y las reacciones cruzadas con otros parásitos relacionados. (1)
La enfermedad se manifiesta clínicamente como invasión parasitaria y daño funcional en órganos vitales como la medula ósea, el hígado y el bazo. La LV está muy extendida en todo el mundo y afecta a 56 países de cuatro continentes. Cada año se diagnostican alrededor de 700 000 casos nuevos de LV, más del 90% de los cuales ocurren en siete países: Brasil, Etiopía, India, Kenia, Somalia, Sudán del Sur y Sudán. La LV es una afección grave que puede poner en peligro la vida si no se diagnostica y trata a tiempo. (3)
En países del subcontinente indio y África, donde la LV también se conoce como ‘’Kala-azar’’ (que significa ‘’fiebre negra’’), la población mas vulnerable son los adultos jóvenes, y al ser una enfermedad humana, las personas también actúan como reservorios. En las Américas, es una enfermedad contagiosa que se extiende desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina. El riesgo de urbanización está asociado con una mayor adaptación de las especies de vectores a las áreas suburbanas y urbanas. Uno de los factores de riesgo de LV causada por L. infantum, es la desnutrición (convirtiendo a los niños en el grupo más afectado) y la presencia de perros infectados en zonas endémicas. (3)
Taxonomía
Reino 				Protista
Phylum			Sarcomastigophora
Clase				Zoomastigophora
Orden				Kinetoplastida
Suborden			Trypanosomatina
Familia			Trypanosomatidae
Género			Leishmania 
Epidemiologia
Leishmania es un protozoo flagelado que pertenece a la familia Trypanosomatidae, el cual realiza parte de su ciclo en un hospedador invertebrado (flebótomo) y otra parte en un vertebrado (perro u hombre). Debido al aumento del numero de casos ocurridos en las dos últimas décadas en relación con la coinfección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) ha aumentado en las ultimas dos décadas, forma parte de una gran cantidad de microorganismos patógenos que causan las llamadas enfermedades emergentes. Causada por microorganismos a un rito significativamente mayor. El principal reservorio de enfermedades en la región mediterránea son los perros enfermos. La infección se transmite entre animales utilizando vectores adecuados o por ingestión de cadáveres. Se cree que varios tipos de flebótomos, especialmente las hembras chupadoras de sangre, transmiten la enfermedad. En España, los insectos vectores phlebotomus perniciosus, son los que prefieren picar al perro. También se ha demostrado que la transmisión de protozoos se produce mediante el uso de jeringas. En casos especiales, la enfermedad puede transmitirse por picaduras de garrapatas, transfusiones de sangre, de persona a persona o a través de la placenta durante el embarazo. (2)
Patogenia
Durante el ciclo de vida de estos protozoos, existen dos formas principales: 
a) Promastigotes
Forma extracelular, con flagelos, ubicados en el intestino del huésped.
b) Amastigotes
Forma intracelular sin flagelos, ubicados en las células del sistema fagocítico mononuclear del huésped.
Los flebótomos son los responsables de la transmisión de protozoos de perros infectados a perros sanos o humanos tras la diferenciación de la asignación de antígenos de membrana en su tracto digestivo, a través del cual el parasito adquiere su forma infecciosa. La forma flagelada (promastigotes) presente en el portador ingresa al cuerpo (en nuestro caso, un humano), se inserta en el sistema mononuclear fagocitario, donde se convierte en amastigotes, que se dividen por fisión binaria. En particular prolifera en los macrófagos del bazo, el hígado y la medula ósea e interfiere a este nivel. Las vellosidades del intestino delgado y el revestimiento de los vasos sanguíneos pequeños también se ven afectados. Se ha informado nefritis por inmunocomplejos. En la forma a largo plazo pueden aparecer lesiones cutáneas nodulares que no estaban presentes en los primeros años. (2)
Diagnostico
Debido a la variedad de síntomas clínicos presentes en la leishmaniasis visceral canina, el diagnóstico es muy difícil, he aquí porque se han desarrollado varios programas para facilitar esta tarea. Sin embargo, es esencial el conocimiento de las bases de cada prueba, sus limitaciones y su interpretación clínica. Así mismo, se recomienda el uso de más de una prueba diagnóstica. (1)
El diagnóstico definitivo algunas veces depende del aislamiento del parasito en medios de cultivo o por la detección del DNA parasitario por la técnica PCR a partir de biopsias de medula ósea o nódulos linfáticos. Sin embargo, sin estas técnicas son invasivas, costosas y requieren mucho tiempo para su desarrollo. (1)
La Leishmaniasis Visceral Canina presenta un extraordinario pleomorfismo de signos clínicos, que se caracteriza por formas latentes asintomáticas hasta formas patentes agudas, subagudas o crónicas regresivas, cuyas manifestaciones dependen de la fase de infección, del estado inmunológico del hospedero y de si se instauro o no un tratamiento específico previo. Las formas latentes son las más comunes y se asocian con una adecuada respuesta inmunológica de tipo celular por parte del canino infectado, lo contrario sucede en las formas agudas o crónicas donde ha disminuido la respuesta celular frente al parasito a pesar de existir una marcada respuesta inmune de tipo humoral. El periodo de incubación es variable, oscila entre los 30 días, hasta años, aun en los casos experimentales. Después del periodo de incubación, la infección se disemina e involucra progresivamente los tejidos subcutáneos, linfático, medula ósea y finalmente órganos internos como el hígado y el bazo. En los casos agudos se presenta únicamente fiebre y linfadenomegalia. Los signos clínicos encontrados más frecuentes son la linfadenomegalia, pérdida de peso, cambios dermatológicos y onicogrifosis. Sin embargo, es posible encontrar lesiones oculares que involucran principalmente la cámara anterior del ojo. En estados terminales, los caninos manifiestan deterioro marcado del estado general y por último caquexia. (1)
Tratamiento
Este articulo revisa la evidencia acumulada y la seguridad de la anfotericina B liposomal (AmB-L) en el tratamiento de leishmaniasis visceral (LV). En el subcontinente indio, una dosis única de 10mg/kg de Amb-L es eficaz contra L. donovani. Por el contrario, el tratamiento de la LV con la misma especie en África oriental requirió dosis mas altas de AmB-L de hasta 30 mg/kg. Para el tratamiento de la LV causada por la Leishmania infantum adquirida en Europa y América, la dosis habitual de AmB-L es de 20-21 mg/kg. Las dosis requeridas en pacientes infectados por el VIH suelen ser mas altas, hasta 60 mg/kg, y pueden reducir las recaídas cuando se usan de manera profiláctica después del tratamiento con LV. AmB-L ha mostrado sinergia con otros agentes antiparasitarios, como los observados en pacientes coinfectados por VIH en África oriental con paromomicina o miltefosina en el subcontinente indio. Debido a su eficacia y seguridad, AmB-L es la opción de tratamiento preferida para la LV. (3)
manera profiláctica después del tratamiento con LV. AmB-L ha mostrado sinergia con otros agentes antiparasitarios,como los observados en pacientes coinfectados por VIH en África oriental con paromomicina o miltefosina en el subcontinente indio. Debido a su eficacia y seguridad, AmB-L es la opción de tratamiento preferida para la LV. (3)
Biología del vector
Los insectos transmisores de Leishmania son miembros del orden Díptera Phycodidae (Phlebotominae), comúnmente conocidos como flebótomos. Son pequeños: miden de 2 a 4 mm. Son organismos holometábolos, su ciclo de vida se extiende alrededor de 11 semanas, se desarrolla en 4 etapas: huevo, larvas, pupas y adultos. Sus tres primeros estadios se desarrollan en suelos húmedos ricos en materia orgánica de la que usualmente se alimentan, en el estadio adulto, aéreo, se alimentan de líquidos vegetales. Las hembras solo ingieres sangre para el desarrollo de los huevos. En general los adultos son de actividad vespertina, aunque también presentan un pequeño pico de actividad durante el amanecer. (2)
Medidas de prevención
El riesgo se reduce en gran medida si se aplica un control y prevención adecuados. (4)
Para no contraer esta enfermedad, es importante hacer lo siguiente:
Medidas de protección personal:
· usar camisas de manga larga y pantalones largos, especialmente en las horas en las que el mosquito está activo. (4)
· usar repelente de insectos antes de acostarse. (4)
· utilizar toldos impregnados de insecticida con poros de 1 mm de diámetro. (4)
· Manipular adecuadamente los residuos orgánicos y no arrojarlos al medio ambiente. (4)
· Evitar fuentes de humedad cerca al sitio de vivienda (estancamiento de aguas, lluvias, ríos cercanos o pozos de agua). (4)
· Aspersión intradomiciliaria con insecticidas a base de piretroides para el control vectorial. (4)
· Control de reservorios domésticos. (4)
CONCLUSION
· La variabilidad de las manifestaciones clínicas y el hecho de que la respuesta terapéutica varie según la especie de Leishmania o la zona geográfica de adquisición dificultan el poder extrapolar resultados y aunar recomendaciones para poder tratar la enfermedad.
RECOMENDACIÓN
· Se recomienda el uso de AmB-L en combinación con miltefosina porque, además de su eficacia y seguridad, se lograron mejores resultados en pacientes infectados por Leishmaniasis y VIH.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Marlyn R, Jorge S. El diagnostico de la leishmaniasis visceral canina (Leishmania infantum). Colombia: vet. zootec; 2006 [actualizada el 18 de abril de 2007; acceso 29 de mayo de 2023]. Disponible en: SánchezJuan_2020_EcoepidemiologíaLeishmaniasisVisceralColombia.pdf (udea.edu.co)
2. Salomón, Oscar D, Andrea V. Leishmaniasis visceral: senderos que confluyen, se bifurcan. Argentina: SALUD COLECTIVA; 2012 [actualizado 14 de septiembre de 2012; acceso 31 de mayo de 2023]. Disponible en: https://www.scielosp.org/article/ssm/content/raw/?resource_ssm_path=/media/assets/scol/v8s1/v8s1a11.pdf
3. Begoña M, Rogelio L. Anfotericina B liposomal en el tratamiento de la leishmaniasis visceral. España: Asociación española de Micología; 2021 [actualizada el 12 de junio de 2021; acceso 31 de mayo de 2023]. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-revista-iberoamericana-micologia-290
4. Juan P, Julián C, Nelson B. Ecoepidemiologia de la leishmaniasis visceral en Colombia (1943 – 2019): revisión sistemática. Colombia: Escuela de Microbiología; 2020 [ actualizada el 20 de julio de 2020; acceso 31 de mayo de 2023]. Disponible en: https://bibliotecadigital.udea.edu.co/dspace/bitstream/10495/17953/1/S%C3%A1nchezJuan_2020_Ecoepidemiolog%C3%ADaLeishmaniasisVisceralColombia.pdf
ANEXO
Imagen 1: Ciclo biológico del Leishmania (4)
Imagen 2: perro mestizo con cambios dermatológicos, onicogrifosis y pérdida de peso característicos de la Leishmania. (1)
Imagen 3: Niño con leishmaniasis visceral en Coyaima, Tolima (Colombia). (4)

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