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Los mapas de suelos y su interpretacion - Actualización 2017

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CATEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
CONSERVACIÓN Y PLANIFICACIÓN DEL USO DE LA TIERRA 
 
 
Carlos R. O. Miaczynski 
 1980 
Actualización 
Mauricio J. Niborski 
 2017 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
2 
 
 
 
 
 
 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
 
 
 
 
CONTENIDO 
 
 
 
 
RELACIONES SUELO - PAISAJE 
Niveles de análisis de las relaciones suelo paisaje 
Relaciones suelo-paisaje en regiones húmedas 
Relaciones suelo-paisaje en regiones áridas 
Relaciones suelo-paisaje en regiones semiáridas 
 
LA INTERPRETACIÓN DEL MAPA BASICO SE SUELO 
La clasificación de las Tierras por su Capacidad de Uso 
La Clasificación de pastizales para el Planeamiento de su Conservación 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
3 
 
 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
 
 
LAS RELACIONES SUELO-PAISAJE 
 
 
Trataremos de desarrollar este tema de la forma más simple posible para 
facilitar las tareas de elaboración de un Mapa Básico de Suelos (MBS), que no 
siempre está en manos de especialistas y es sumamente complejo pues participan 
de su análisis, varias ramas de las ciencias naturales, como la Geomorfología, 
Edafología, Hidrología y Climatología. 
 
La importancia de los conocimientos relativos a los principios que rigen las 
relaciones suelo-paisaje reside en la necesidad de determinar en el terreno y en el 
MBS la distribución espacial de cada clase de suelos, que por definición son 
cuerpos tridimensionales y por lo tanto ocupan una cierta superficie en el área a 
ser relevada. 
 
 
Niveles de análisis de las relaciones suelo paisaje 
 
El paisaje que ofrece la superficie terrestre está influenciado principalmente 
por una determinada combinación de materiales originarios, relieve y clima. 
Cuando cambia uno o más de estos factores, cambian también las características 
del paisaje. La clasificación de los paisajes, al igual que en el caso de los suelos, 
puede realizarse a distintos niveles de generalización. Así, por ejemplo, el ITC 
(International Institute for Aerial Survey and Earth Sciences) de Enschede, 
Holanda, ha establecido las siguientes categorías de generalización, que de mayor 
a menor son: 
 
 
UNIDAD DE PAISAJE ESCALA 
1- Provincias fisiográficas (1) 
2- Grandes paisajes 1:1.000.000 
3- Paisajes 1:250.000 
4- Sub-paisajes 1:50.000 
5. Elementos del paisaje 1:20.000 
(1) Como criterio complementario se han establecido las provincias 
climáticas 
 
 
Las relaciones existentes entre tipos de paisaje y tipos de suelos son obvias, 
pues en ambos casos se recurre a los mismos criterios: los factores de formación de 
los suelos, (clima, materiales originarios, relieve, vegetación y edad) también se 
utilizan para diferenciar tipos de paisajes. Los sensores remotos, como las 
fotografías aéreas o convencionales y las imágenes satelitales representan tipos 
de paisajes, cada uno de los cuales, es una misma asociación de suelos. Pero estos 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
4 
 
deben ser determinados durante los trabajos de campo. 
 
Ejemplos de estas categorías, aplicadas a nuestro país pueden presentarse 
como sigue: 
 
 
Provincias fisiográficas (con sus 
provincias climáticas) 
Región pampeana 
Región chaqueña 
Región patagónica 
Altiplano 
Escudo brasileño 
Grandes paisajes 
1: 1.000.000 
Pampa ondulada 
Pampa deprimida 
Pampa arenosa 
Sierras pampeanas 
Paisajes 1:250.000 
Planos aluviales 
Interfluvios 
Mesetas 
Pedemontes 
Subpaisajes 1:50.000 
Cauce 
Albardón 
Plano de inundación 
Terrazas 
Conos aluviales 
Elementos del paisaje 1:25.000 
Pendientes 
Microdepresiones 
Médanos 
Afloramientos de roca o tosca 
 
 
Las categorías superiores, principalmente la categoría Paisajes, se utilizan 
para cartografía en pequeña escala, y las categorías inferiores, como Subpaisajes 
y Elementos del paisaje, para la cartografía en escala grande o de gran detalle. 
 
Al establecer las relaciones suelo-paisaje, las unidades cartográficas de 
suelos para mapas en escala pequeña (<1:100.000) corresponden a Asociaciones de 
Grandes Grupos o Subgrupos de suelos con sus Fases, y para los mapas en escala 
grande (>1:100.000), las unidades cartográficas de suelos son las Consociaciones, 
las Asociaciones de Series de suelos y los Complejos de suelos con sus Fases. 
 
Las unidades de paisaje así separadas presentan un determinado grado de 
homogeneidad en uno o varios aspectos y tienen algún carácter diferencial 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
5 
 
respecto a las demás unidades, homogeneidad que se acentúa a medida que se 
pasa de las categorías superiores a las inferiores. 
 
El clima, indudablemente, es uno de los principales factores que determina 
las relaciones suelo-paisaje. Por lo tanto, al desarrollar este tema, presentaremos 
por separado las situaciones dominantes en regiones húmedas, áridas y 
semiáridas. 
 
 
Relaciones suelo-paisaje en regiones húmedas 
 
Aproximadamente el 35% de nuestro territorio continental –casi un millón 
de km2– tiene un clima húmedo a subhúmedo con más de 750 mm de 
precipitación anual media. 
 
Comprende toda nuestra Mesopotamia, el sector este de la región chaqueña 
y pampeana, la región tucumano-oranense y la franja ocupada por los bosques 
subantárticos de la Patagonia. 
 
Las abundantes lluvias provocan la lixiviación de los suelos, como así 
también escurrimientos superficiales o subsuperficiales desde las áreas de relieve 
positivo del paisaje hacia las áreas de relieve negativo. La abundancia y la 
frecuencia de estos procesos, intensidad de la lixiviación y/o de los escurrimientos, 
constituyen la diferencia fundamental entre los paisajes de regiones húmedas y 
los de regiones semiáridas y áridas. 
 
Si los materiales originarios de las respectivas cuencas contienen 
sustancias solubles, estas serán disueltas y arrastradas por las aguas de 
escurrimiento, concentrándose en los planos aluviales para formar allí suelos 
salinos y/o alcalinos, con horizontes cálcicos o petrocálcicos a escasa 
profundidad. 
 
Esta situación es muy frecuente en la región chaqueña y pampeana, por 
la abundancia de sedimentos marinos presentes en los estratos profundos de 
las grandes cuencas, y los procesos de meteorización de la gran cantidad de 
minerales primarios contenidos en los sedimentos continentales superficiales, 
tanto fluvio-lacustres como eólicos. 
 
No ocurre lo mismo en la región mesopotámica, debido a la profunda 
alteración, lavado y acidificación de los materiales originarios que abundan en 
la misma. En consecuencia, allí predominan en los planos aluviales y planicies 
anegables (como el área de los malezales), suelos hidromórficos ácidos, no 
alcalinos ni salinos, excepción hecha de la llanura inundable del sur 
entrerriano, donde nuevamente encontramos sedimentos marinos a poca 
profundidad. 
 
Entonces, en las áreas de relieve positivo de las regiones húmedas se 
encuentran suelos climatogénicos que se caracterizan generalmente por 
presentar: 
 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
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 Condiciones favorables de drenaje 
 Un horizonte A bien desarrollado y bien provisto de materia orgánica, 
algo insaturado y mediana a fuertemente ácido 
 Un horizonte B argílico 
 Un horizonte C con, por lo general, elevado contenido de calcio 
intercambiable 
 
Estas condiciones se dan donde existe estabilidad geomórfica y 
materiales juveniles de textura media. En los suelos derivados del Basalto de 
la Mesopotamia no hay horizonte Bt ni Ck. En el sector húmedo de la pampa 
arenosa no hay horizonte Bt (o es incipiente) y en la pampa deprimida hay 
muy pocos suelos climatogénicos o zonales. 
 
Al clasificarlos suelos aplicando Soil Taxonomy, para la región 
pampeana y chaqueña, debemos destacar los Argiudoles típicos y vérticos. 
Donde predominan sedimentos juveniles (Pampa arenosa) hay Hapludoles 
típicos y énticos, acompañados por algunos Psamentes (formaciones 
medanosas). 
 
Excepción a lo expuesto, lo constituyen los Natrudoles típicos que ocupan 
algunas lomas conspicuas de la Pampa Deprimida, donde si bien el régimen 
de humedad del suelo es údico, presentan en el subsuelo un horizonte B de 
características nátricas. 
 
A lo largo del río Corrientes de la provincia homónima abundan los 
Quartzipsmnments. En el Chaco, en las tierras de albardón, ocupados por los 
bosques en galería, puede haber Hapludoles, Fluventes u Ortentes. 
 
En las tierras rojas de Misiones y NE de Corrientes, tenemos Rodudalfes 
y Rodudultes. 
 
En Entre Ríos y sur de Corrientes, los suelos anteriormente designados 
como Grumosoles ahora se incluyen en los Hapludertes. 
 
Los bosques subantárticos de la Patagonia de hallan asentados sobre 
Andisoles (ceniza volcánica). 
 
La gran heterogeneidad de suelos en la región tucumano-oranense no 
permite señalar el predominio de determinados Grandes Grupos de suelos y 
solo indicaremos que en las áreas más accidentadas abundan los Entisoles e 
Inceptisoles, mientras que en los sectores más llanos, los Molisoles. 
 
La mención de todas estas unidades taxonómicas solo tiene valor 
orientativo. 
 
Los ambientes de relieve negativo del paisaje de la región húmeda, 
sujetos a anegamiento e inundación periódicos, ocupa en nuestras grandes 
llanuras una superficie importantísima, quizás un 40% (solo pueden 
presentarse estimaciones porque nunca han sido medidas en su conjunto). 
Hasta la fecha no se ha realizado una investigación sistemática para conocer 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
7 
 
la morfología de sus suelos, su régimen hidrológico y posibilidades de 
mejoramiento de su capacidad productiva, limitándose generalmente su uso a 
la cría extensiva de ganado vacuno. 
 
Como ya fuera señalado en párrafos anteriores, debemos diferenciar en 
primer lugar las áreas anegables ocupadas por suelos hidro-halomórficos de 
aquellas ocupadas por suelos hidromórficos no alcalinos ni salinos. 
 
La mayor abundancia de suelos hidro-halomórficos en regiones 
húmedas la encontramos en las grandes cuencas exorreicas que nacen en la 
cordillera de Los Andes y sierras subandinas, como las de los ríos Pilcomayo, 
Bermejo, Salado y Dulce donde se cargan sus aguas con sales y las depositan 
en los extensos planos aluviales de la cuenca inferior. 
 
En algunos casos, donde la capa de agua se halla a relativa profundidad 
(más de un metro) y donde ya no llegan las aguas de las crecientes, las 
lluvias lavaron las sales de las capas superficiales, evolucionando los suelos 
salinos a suelos sódicos. En caso contrario, los suelos mantienen su elevado 
tenor salino en todo su perfil. 
 
Las cuencas que nacen en las sierras pampeanas son en su mayor parte 
de carácter endorreico, y sus aguas se insumen generalmente en grandes 
áreas de derrames antes de alcanzar la región húmeda. 
 
La alcalinidad, y ocasionalmente la salinidad de los suelos de las gran 
depresión del Salado, debe vincularse con los sedimentos depositados por las 
sucesivas ingresiones marinas, sepultados actualmente por sedimentos 
continentales de escasa potencia. Tampoco debe descartarse la posibilidad de 
la influencia de antiguas conexiones con grandes cuencas, como la del rio 
Quinto durante períodos húmedos del Cuaternario, aportando su carga de 
sedimentos y sales a la cuenca del Salado. 
 
La mayor difusión de suelos hidromórficos no salinos ni alcalinos ocurre 
en la región mesopotámica. Las grandes cuencas de los ríos Paraná y 
Uruguay no atraviesan sedimentos marinos, ni regiones áridas donde 
pudiera haber materiales inalterados. Los materiales residuales del proceso 
de meteorización del Basalto, roca madre de casi todos los sedimentos que 
aportan dichos ríos, son los sesquióxidos y la sílice, dando origen a dos clases 
de suelos ácidos, los arcillosos ricos en hierro y las arenas cuarzosas (estas 
últimas pueden luego cementarse para formar cuarcita). 
 
En sus condiciones naturales, la principal limitación de uso de los 
suelos de las grandes áreas de relieve negativo de regiones húmedas reside 
en sus deficientes condiciones de drenaje, la cual se manifiesta por la 
presencia periódica de capas de agua que afecta su profundidad útil en la 
zona de mayor actividad biológica (los primeros 50 cm del perfil). 
 
Los suelos hidromórficos no sódicos generalmente no tienen un 
horizonte Bt genético, aunque pueden presentar discontinuidades 
sedimentológicas con materiales finos a escasa profundidad que actúan de 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
8 
 
hidroapoyo y agravan los problemas de anegamiento. La ausencia de un Bt 
favorece las posibilidades de su mejoramiento, dependiendo estas de la 
factibilidad de limitar el ingreso de agua al área deprimida y las condiciones 
topográficas del terreno para el adecuado funcionamiento de los canales de 
drenaje o desagüe. 
 
Los suelos hidromórficos ácidos también tienen problemas de fertilidad. 
Los suelos hidromórficos sódicos casi invariablemente presentan un 
horizonte nátrico arcilloso a escasa profundidad (muchas veces a menos de 
los 10 cm), el cual afecta seriamente sus posibilidades de mejoramiento. 
 
Excepción hecha de los Aridisoles e Histosoles, todos los demás ordenes 
de Soil Taxonomy presentan un Suborden “Acuico", que permite ubicar 
adecuadamente nuestros suelos hidromórficos no sódicos en este sistema de 
clasificación (Acuentes, Acueptes, Acuoles, Acualfes, Acuultes, Acuertes y 
Aquoxes). Los suelos con horizonte E se ubican en los Alboles o Albacualfes. 
 
Unos pocos pertenecen al orden de los Histosoles, como las tierras del 
pajonal del delta del Paraná. No ocurre lo mismo con la gran variedad de suelos 
hidromórficos sódicos que ofrece nuestro país, pues Soil Taxonomy solo ofrece 
la posibilidad de incluirlos en dos Subgrupos, los Natracuoles típicos y los 
Natracualfes típicos, además de formar algunos extragrados (como Aérico, 
Cumúlico o Tapto). Esto implica una seria limitación para aplicar Soil 
Taxonomy en nuestro país. 
 
Finalmente queremos señalar que por la forma convexo-cóncava de la 
mayoría de las pendientes de nuestras grandes llanuras (paisaje fluvial), 
existe una amplia franja de transición entre las áreas de relieve positivo y 
negativo. En dichas zonas de transición generalmente aparecen asociaciones 
de suelos climatogénicos con suelos hidromórficos o suelos climatogénicos con 
un leve síntoma de hidromorfismo, que en Soil Taxonomy está previsto a nivel 
de Subgrupo. 
 
En cuanto a los principales problemas relacionados con el uso y manejo 
de los suelos de regiones húmedas, no podemos dejar de mencionar el proceso 
de la erosión hídrica en áreas de relieve "normal". Dicho fenómeno se produce 
por la gran energía cinética que las lluvias ejercen sobre la superficie del 
suelo. 
 
Por otra parte, la intensidad máxima de las lluvias supera ampliamente, 
en la mayoría de los casos, la capacidad de infiltración de los suelos, 
originando importantes volúmenes de escurrimiento superficial a lo largo de 
las pendientes y en consecuencia, la erosión hídrica acelerada en tierras con 
escasa o ninguna protección vegetal y débil grado de estructuración. Las 
consecuencias de la erosión sobre la capacidad productiva de las tierras son 
especialmente graves en suelos con una marcada diferencia de horizontes o 
escasa profundidad efectiva (roca o tosca). 
 
No menos graves pueden ser las consecuencias de la sedimentación de 
los materiales erosionados, tanto sobre los suelos como sobre obras civiles 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS9 
 
(caminos, puentes, edificios, presas hidroeléctricas, navegación, etc.). 
 
 
Relaciones suelo-paisaje en regiones áridas 
 
Aproximadamente el 50% de nuestro territorio continental está afectado 
por clima árido con menos de 400 mm de precipitación anual y en 
consecuencia no existen posibilidades de practicar la agricultura de secano. 
Sus tierras se destinan preferentemente a la explotación de sus pastizales 
naturales con ganado bovino, ovino y caprino, como así también al riego de 
alrededor de 1.000.000 de has para la producción de frutales, hortalizas y 
forrajeras de alto valor económico. 
 
La escasez de humedad en los suelos inhibe los procesos de 
meteorización física y química de los materiales originarios, como así también 
la acumulación de materia orgánica, la lixiviación de compuestos solubles y la 
translocación de coloides minerales. Solo en áreas de gran estabilidad 
geomórfica, como son las mesetas, un paleoclima más húmedo puede haber 
originado un horizonte Bt bien evidente aunque de escaso espesor (Suborden 
de los Argides). 
 
Si bien el clima es árido, las escasas lluvias pueden alcanzar elevada 
intensidad y provocar graves procesos de erosión hídrica en áreas de relieve 
pronunciado, favorecidos por la débil cohesión de los materiales superficiales 
del suelo y la escasa protección vegetal. 
 
En la Patagonia, en primavera, los deshielos pueden ocasionar 
importantes escurrimientos con arrastre de abundante material. La erosión 
comienza en las vaguadas de cuencas elementales o a lo largo de senderos de 
la hacienda y caminos interiores de los predios. 
 
Igual o mayor gravedad puede alcanzar la erosión eólica, donde las 
condiciones ambientales, principalmente la intensidad de los vientos, 
favorecen dicho proceso. En consecuencia, la difusión de suelos truncados y 
sepultados es muy grande, debiendo atribuirse el principal problema del 
equilibrio de los frágiles ecosistemas a la sobreexplotación de los recursos 
naturales ejercida por el hombre en el transcurso de menos de un siglo. 
 
Para ilustrar las relaciones suelo-paisaje bajo estas condiciones de aridez, 
podemos tomar como ejemplo cualquiera de las numerosas cuencas endorreicas o 
temporalmente exorreicas que se extienden a lo largo de la cordillera, desde el 
extremo norte del país hasta Neuquén, las cuales nacen en las altas cumbres 
nevadas y mueren en las áridas llanuras arenosas que se extienden al pie de 
dicho sistema orográfico. 
 
En las cabeceras de dichas cuencas, en los ambientes de montaña, dominan 
los afloramientos de roca y suelos esqueléticos formando estos últimos los conos 
aluviales y coluviales inestables que convergen en los estrechos valles 
intermontanos. A medida que la gran masa de roca fragmentada va 
desplazándose hacia las áreas pedemontanas, se produce el progresivo 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
10 
 
desmenuzamiento del material. 
 
La elevada energía cinética de las aguas de escurrimiento en estos sectores 
de la cuenca, solo permite la sedimentación de materiales gruesos, sin valor 
agrícola, excepción hecha de algunos pequeños valles de relieve menos 
pronunciado, pero casi siempre amenazados de una reactivación de nuevas etapas 
de erosión o sedimentación. 
 
Donde se han podido formar verdaderos suelos, por su estado juvenil 
pertenecen al orden de los Entisoles, como Acuentes, Psamentes, Fluventes u 
Ortentes, destinados principalmente al uso pastoril. Las buenas a excesivas 
condiciones de drenaje hacen que no sea frecuente la acumulación de sales en 
estos suelos incipientes, aunque esta puede ocurrir si las aguas de escurrimiento 
de lluvias y deshielos atraviesan sedimentos de origen marino. 
 
La transición de la alta cuenca, caracterizada por los fuertes declives, con la 
cuenca media, constituida por una amplia llanura aluvial, suele ser bastante 
abrupta, lo cual implica una marcada disminución de la capacidad de transporte 
del gran volumen de sedimentos que acarrean los torrentes de montaña. Esto lo 
evidencia los numerosos cauces abandonados y la gran estratificación de los 
suelos que caracteriza este sector de la cuenca. 
 
Los valles en el sector medio de las cuencas suelen alcanzar un ancho 
considerable y generalmente presentan suelos profundos de textura muy variable, 
con predominio de la franco arenosa. En situaciones con problemas de drenaje hay 
acumulaciones de sales y CO3Ca. La mayoría pertenecen al Gran Grupo de los 
Torriortentes, o sea Ortentes de clima cálido y árido, actualmente no sujetos a 
inundación. Otros suelos pertenecen al Gran Grupo de los Torrifluventes. 
 
Estos suelos de los valles de la cuenca media son los que en mayor 
proporción tienen aptitud para una explotación agrícola de regadío y constituyen 
la principal fuente de riqueza de las provincias del Noroeste, Centro oeste, Río 
Negro y Neuquén de nuestro país. Los más productivos reúnen las siguientes 
cualidades: 
 
 Buenas, condiciones de drenaje, con una capa de agua a más de 1,50 metros 
de profundidad 
 textura homogénea, franco arenosa fina a franca hasta 1,50 metros de 
profundidad permeables, pero con una buena capacidad de retención de 
humedad 
 escaso contenido de sales, carbonatos y piedras 
 relieve suave 
 clima favorable (período libre de heladas, vientos, granizo) 
 
En los tramos finales de las cuencas endorreicas o semi-endorreicas, 
encontramos un predominio de suelos de textura fina, fuertemente estratificados, 
salinos a salino alcalinos, a veces calcáreos, sujetos a inundaciones y capas de 
agua a menos de 1 metro de profundidad. No tienen aptitud agrícola y su 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
11 
 
corrección es casi imposible. En la clasificación americana de 1949 recibían el 
nombre de Solonchank y en Soil Taxonomy, Haplosalides y Acuisalides. 
 
Fuera del ambiente de los valles de las regiones áridas, el relieve es 
muy variable, siendo muy frecuentes los suelos erosionados someros, con 
horizontes cálcicos, petrocálcicos o sílicos, o un duripan a escasa profundidad, 
abundante pedregosidad, como así también sedimentos medanosos de diversa 
magnitud. 
 
En los sectores más planos, como por ejemplo en las mesetas, que han 
resistido a la acción geomórfica, aparece con frecuencia en superficie un 
pavimento de desierto, o sea un pavimento de piedras, y/o un delgado 
horizonte Bt a escasa profundidad. Los médanos provienen de los cauces 
secos de los torrentes que acarrean abundante material arenoso, el cual, 
luego es deflacionado por los fuertes vientos y dispersado por toda el área, 
aunque con preferencia en las proximidades de dichos cauces. También son 
muy arenosos los suelos inclinados que vinculan los diferentes niveles de 
terrazas glaciales que conforman la meseta patagónica. 
 
Los suelos de estos ambientes desérticos generalmente no reúnen 
condiciones de aptitud para una agricultura de regadío por presentar una o 
varias de las siguientes limitaciones: pedregosidad, escasa profundidad 
efectiva, escasa capacidad de retención de humedad, salinidad y erosión. 
Además, por su posición elevada, no pueden recibir el agua de los canales con 
bocatoma en los ríos, debiendo recurrirse entonces al riego por bombeo, de 
elevado costo. 
 
En cuanto a su ubicación el Soil Taxonomy, pueden pertenecer al orden 
de los Aridisoles o Entisoles. Si del análisis de la relación suelo-paisaje 
deducimos que el perfil analizado es un Aridisol, podremos diferenciar con 
facilidad si se trata de un Argid, según la presencia o ausencia de un Bt. Los 
Argides ocupan antiguas superficies estables de relieve suave, pudiendo ser 
Haplargides, Durargides, Natrargides, o Paleargids. Coexisten con éstos, 
asociados en oportunidades a paisajes de algo menor estabilidad geomórfica, 
Calcides, Durides y Cambides. Algunas depresiones marcadas suelen presentar 
Salides. 
 
En cambio los Entisolesocupan superficies inestables, generalmente de 
deposición de material erosionado, y según su textura más fina o más gruesa 
corresponderá incluirlos en los Ortentes o Psamentes, respectivamente. 
 
 
Relaciones suelo-paisaje en regiones semiáridas 
 
Desde el punto de vista climático, esta región se diferencia de la árida 
porque en suelos de cualidades apropiadas aun es rentable la agricultura de 
secano, pero los riegos de fracaso de cosechas por falta de suficiente humedad 
en el suelo son mayores y la elección de cultivos es considerablemente menor 
que en la región húmeda. Las tierras semiáridas ocupan aproximadamente el 
15% de nuestro territorio continental y se hallan encerradas entre las 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
12 
 
isohietas de los 750 y 350 a 400 mm de precipitación anual media. 
 
No debe asignarse a estos guarismos un valor absoluto, pues la 
condición de semiaridez además depende de otros factores climáticos y 
edáficos. 
 
Desde el punto de vista de las relaciones suelo-paisaje, nuevamente 
debemos diferenciar los ambientes plano convexos de los ambientes plano 
cóncavos, es decir, suelos bien drenados de aquellos con problemas 
permanentes o periódicos en este sentido. Si bien no se han realizado 
mediciones precisas de la proporción que le corresponde a cada uno de estos 
dos ambientes, dentro de la región semiárida, estimamos que el porcentaje de 
suelos con problemas de drenaje es muy elevado, probablemente casi un 50%. 
 
La razón de la prevalencia de tantos suelos con problemas de 
hidromorfismo se debe a que el agua de muchos cauces actuales y extinguidos 
se insumen en los sedimentos arenosos de esta región y forman capas de 
agua subterránea salinas a escasa profundidad, las cuales pueden aflorar en 
depresiones más pronunciadas para constituir lagunas aisladas o 
encadenadas en épocas de abundantes lluvias y salitrales durante períodos 
de sequía. 
 
Los suelos bien drenados de los ambientes plano convexos presentan 
perfiles simples, con un horizonte A poco desarrollado y sin Bt. Los suelos 
mal drenados de los ambientes plano cóncavos tienen perfiles complejos, no 
por procesos pedogenéticos que en regiones semiáridas siempre son débiles, 
sino por la sedimentación hídrica, apareciendo en sus perfiles una sucesión 
de capas de textura y espesor variable, muchas veces salinizados y/o 
alcalinizados por las fluctuaciones de una capa de agua fuertemente 
mineralizada. 
 
La proporción de arena silicatada en los materiales originarios de la 
región semiárida suele ser elevada. En consecuencia el grado de 
estructuración de sus suelos es débil, y son sensibles a la erosión hídrica y 
eólica si las condiciones ambientales y la actividad del hombre las favorece. 
Por la misma razón se hallan expuestos a la degradación física, por 
compactación del horizonte Ap y la formación de pisos de arado, si se trata de 
tierras agrícolas. El desmonte y el sobrepastoreo de tierras pastoriles 
aceleran la mineralización de la escasa materia orgánica por mayor 
calentamiento del suelo superficial, con la consiguiente degradación 
biológica. 
 
La erosión hídrica es particularmente grave en las áreas pedemontanas 
de las sierras pampeanas, con pendientes largas y pronunciadas. En cambio 
la salinización se concentra en el área de influencia de los grandes ríos de 
llanura, como el Pilcomayo, Bermejo, Salado, Dulce y Quinto, que atraviesan 
o ingresan en la región semiárida. 
 
No menos importante que lo precedente es, para las tierras agrícolas, la 
erosión eólica, un tanto olvidada actualmente por el período húmedo que 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
13 
 
estamos atravesando. Afecta en mayor grado el sector central y sur de 
nuestra región semiárida, en particular el sur de Córdoba y San Luis y se 
extiende hasta el litoral atlántico a la altura de Patagones, donde se dan las 
condiciones más propicias para su manifestación (texturas arenosas, relieves 
planos y fuertes vientos). 
 
Desde el punto de vista de la taxonomía de suelos, la gran mayoría de 
suelos bien drenados de la región semiárida presentan un epipedón mólico y 
su régimen de húmedad es ústico a arídico. Pertenecen por lo tanto al 
suborden de los Ustoles. La ausencia generalizada de un horizonte argílico o 
cámbico los ubica en el Subgrupo de los Haplustoles énticos. No se conoce el 
grado de difusión de los Haplustoles típicos (con un horizonte cámbico) ni de los 
Argiustoles típicos, los cuales solo aparecen en antiguas superficies que 
resistieron a los agentes geomórficos. 
 
Los suelos de los ambientes plano cóncavos, si tienen un epipedón 
mólico, se ubican en los Argiacuoles o Natraquoles, según la presencia de un 
horizonte argílico o nátrico, y si estos estuviesen ausentes, serán 
Haplacuoles. Muchos suelos de estos ambientes, expuestos a prolongados 
períodos de inundación, presentan un epipedón ócrico, constituyendo 
Natracualfes típicos. Depósitos fluviales recientes formarán Haplaquentes o 
Psamacuentes. 
 
Los suelos de los ambientes plano cóncavos, por sus problemas de 
anegamiento, salinidad y/o alcalinidad se destinan comúnmente al pastoreo 
extensivo. Intentos de someterlos a un uso más intensivo generalmente han 
fracasado y creado serios problemas de degradación. 
 
Finalmente debe mencionarse la amplia difusión de médanos activos y 
estabilizados en nuestra región semiárida, los cuales generalmente 
constituyen Ustipsamentes. Su origen, al igual que en la región árida, debe 
relacionarse con los abundantes sedimentos arenosos acarreados por los 
cursos de agua actuales y extinguidos y dispersados luego por acción del 
viento. La actividad ganadera afecta su estabilización. 
 
 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
14 
 
 
LAS INTERPRETACIONES DEL MAPA BÁSICO DE SUELOS 
 
EI mapa básico de suelos con sus unidades taxonómicas y cartográficas 
no llega a ser plenamente interpretado por productores y técnicos que no 
tuvieran previamente entrenamiento en las distintas ramas de la ciencia del 
suelo, principalmente en morfología de suelos y relaciones suelo-planta. Los 
términos técnicos utilizados en la descripción del paisaje y del perfil del suelo 
escapan de su comprensión. Esta tarea de la interpretación del mapa básico 
de suelos queda entonces reservada a profesionales con un nivel mínimo de 
especialización en el tema, generalmente el mismo profesional que elaboro el 
mapa básico de suelos. 
 
Las interpretaciones más completas se realizan a nivel de unidad 
taxonómica con su Fase. Pero en muchos casos el reconocedor interpreta 
directamente unidades cartográficas compuestas como asociaciones de suelos 
y Complejos de suelos, teniendo en cuenta la interacción de las aptitudes de 
los suelos presentes. 
 
Las interpretaciones se basan en las relaciones suelo-clima y suelo-
relieve, considerando los requerimientos de las plantas, los riesgos de 
degradación del suelo y las exigencias de la maquinaria agrícola. Cada suelo 
satisface estas condiciones en distinto grado, según sus cualidades y las 
características del medio ambiente. 
 
El grado de precisión de las interpretaciones depende de la categoría de 
la unidad taxonómica. Grandes Grupos de suelos solo permiten 
interpretaciones generales y dependen en buena medida de la Fase para 
determinar si son tierra agrícolas a no agrícolas, o si son tierras muy aptas, 
medianamente aptas a marginalmente aptas para uso forestal o pastoril. 
 
EI uso agrícola requiere las interpretaciones más precisas por estar 
sujetas a una intervención constante e intensiva de la maquinaria agrícola y a 
la aparición de procesos de degradación. El uso forestal, frutícola o pastoril no 
necesita por lo general interpretaciones tan detalladas. 
 
Las interpretaciones no deben quedar libradas al criterio subjetivo de 
cada reconocedor: Debenrealizarse de acuerdo a las normas establecidas por 
un sistema de interpretación para hacerlas más objetivas, comprensibles y 
comparables. 
 
Aquí analizaremos dos clasificaciones interpretativas desarrolladas por 
el Servicio de Conservación de EE.UU. y aplicadas en numerosos países: una 
es para tierras agrícolas y la otra para tierras de pastizal. 
 
 
La clasificación de las Tierras por su Capacidad de Uso 
(Memo. 136 y AH210 del SCS – USDA – EEUU) 
 
Aquí solo presentaremos una breve síntesis de este importante documento, 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
15 
 
publicado en 1958 y traducido por el autor de estas líneas en 1961. El texto 
completo de esta traducción ha sido publicado por INTA y el Centro de 
Estudiantes de la Facultad de Agronomía, UBA (CEABA). 
 
Ha sido elaborado principalmente para tierras en las cuales se puede 
realizar agricultura de secano o de riego. Cuando interesa conocer la aptitud 
de las tierras para otros usos, como la pastoril, forestal, ingeniería, 
urbanización o recreación, debe recurrirse a otros sistemas de clasificación 
técnica. 
 
En su primera parte contiene 14 Presuposiciones, que tienen por 
finalidad uniformar criterios y hacer más objetiva la aplicación del sistema. 
A título de ejemplo, presentaremos cuatro de ellas: 
 
1) Se trata de una clasificación ecológica, pues toma en cuenta la 
interacción entre clima y caracteres permanentes de los suelos, como 
pendiente, textura, profundidad efectiva, efectos de una erosión anterior, etc. 
Esta interacción se manifiesta en riesgo de ocasionar un daño al suelo, 
riesgos de cosecha, limitaciones de usa por aridez, anegamiento, 
pedregosidad, etc. o necesidades de manejo. 
 
2) Para ubicar tierras en Clase de Capacidad de Uso se toma en cuenta 
un nivel de manejo ajustado a la situación socioeconómica de la mayoría de 
los productores de la zona. 
 
3) No se toman en cuenta las limitaciones corregibles como aridez, 
anegamiento, salinidad, pedregosidad, etc. si resultara factible, económica y 
técnicamente eliminar a las mismas. 
 
4) No se toman en cuenta factores como distancia a los mercados, 
tenencia de la tierra o calidad de los caminos, pues no tienen carácter 
permanente. 
 
El sistema considera 3 categorías: la Clase, la Subclase y la Unidad de 
Capacidad de uso. 
 
La Clase de Capacidad de uso es la categoría más amplia y determina el 
grado de limitación de una tierra para su uso agrícola. Se reconocen 8 Clases, 
identificadas por números romanos (I a VIII). Las primeras 4 clases (I a IV) 
tienen aptitud agrícola, pero con limitaciones de uso o riesgos de cosecha cada vez 
mayores. Las clases V a VII solo son capaces de tener un uso rentable si se 
destinan a producir algún tipo de vegetación perenne. La clase VIII agrupa 
tierras sin posibilidades de uso agropecuario o forestal rentables. La clase de 
Capacidad de uso es una categoría de difícil determinación, precisando un 
análisis cuidadoso de las interacciones entre los caracteres morfológicos del perfil 
del suelo con situaciones meteorológicas extremas, el relieve y condiciones 
hidrológicas del terreno. 
 
Cuando fuera posible, deberán considerarse además los resultados de 
la investigación y experimentación, como así también la experiencia de los 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
16 
 
productores. 
 
Un claro concepto de lo que son tierras de Clase I resulta fundamental, 
pues las demás clases se determinan por comparación con los atributos y 
cualidades de aquella: 
 clima favorable 
 relieve casi llano 
 profundas (más de 90 cm) 
 bien drenadas 
 buenas cualidades de laboreo 
 buena capacidad de retención de agua, 
 fértiles 
 no deben anegarse 
 no deben ser salinas ni alcalinas 
 no deben contener abundantes piedras en el horizonte Ap. 
 
Las tierras de clase I también reúnen óptimas condiciones para producir 
pastizales, pasturas implantadas, forestales, frutales, ornamentales, como así 
también para fines de recreación y urbanización. 
 
A nivel de la categoría de Subclase se establece el o los tipos de limitaciones 
de uso, de los cuales se reconocen 4: 
 
Limitante Símbolo 
Erosión e 
Exceso de agua w 
Limitaciones en la zona de actividad 
de las raíces s 
Limitaciones climáticas c 
 
 
Estas limitaciones se reconocen generalmente con facilidad. El factor c se 
utiliza cuando no existen los demás o es el más importante. Cada una de estas 
Subclases abarca las siguientes situaciones: 
 
e: erosión hídrica o eólica, actual o potencial; 
w: lenta percolación del agua de lluvia, escurrimientos desde áreas más elevadas; 
napa; inundación; filtración de canales; 
s: pedregosidad; escasa retención de humedad; baja fertilidad; salinidad o 
sodicidad; escasa profundidad efectiva; 
c: aridez y corto período libre de heladas. 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
17 
 
 
La Unidad de capacidad de uso agrupa suelos que, teniendo el mismo grado 
y tipo de limitación, se adaptan a los mismos cultivos de cosecha o vegetación 
perenne y requieren similares sistemas de manejo. 
 
Los rendimientos medios de las tierras de una misma Unidad de Capacidad 
de uso no deben variar en más de un 25%. Estos rendimientos son el promedio de 
10 años para regiones húmedas y 20 años para regiones semiáridas. 
 
Los símbolos de la Unidad de Capacidad de uso, por ejemplo son: IIIw-1 y 
IIIw-2 y su interpretación requiere toda una descripción de los tratamientos 
aconsejados. Los tratamientos propuestos no deben ocasionar la degradación de 
las tierras durante períodos prolongados. 
 
En la segunda parte del texto de los Memo 136 y AH210 se especifican los 
criterios para ubicar tierras en su Clase de Capacidad de uso. 
 
Estos criterios se basan en las limitaciones climáticas y edáficas que inciden 
sobre 
 
1- las posibilidades de uso, 
2- los rendimientos 
3- las necesidades de manejo. 
 
Las Clases de Capacidad de Uso dependen tanto del grado como del 
número de limitaciones de uso en relación con los riesgos de dañar el suelo, 
necesidades de manejo y riesgos de fracasos de cosecha. Esta información se 
obtiene de los resultados de la investigación, de los ensayos a campo y de la 
experiencia de los agricultores; además es necesario disponer de los registros 
meteorológicos de períodos prolongados a fin de conocer el grado de variabilidad 
climática. 
 
Si no se dispone de esta información, se debe realizar un análisis minucioso 
de atributos y cualidades de los suelos, como ser: 
 
- contenido de materia orgánica 
- nutrientes disponibles 
- capacidad de intercambio catiónico 
- % de saturación de bases 
- tipo de material originario 
- retención de humedad 
- textura, estructura y consistencia hasta los 90 cm 
- gradientes de las pendientes 
- dinámica del agua 
- profundidad efectiva 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
18 
 
- sales toxicas 
- obstáculos físicos para la maquinaria agrícola 
- clima. 
 
Para ubicar tierras con limitaciones de uso corregibles en Clases de 
Capacidad de uso, como ser con problemas de aridez, pedregosidad, anegamiento 
o salinidad, se aplicara el siguiente criterio: 
 
Si la limitación no hubiera sido corregida, se la clasifica como si la misma 
hubiera sido eliminada; si la limitación hubiera sido corregida, se la clasifica de 
acuerdo a las limitaciones no corregibles subsiguientes; si la limitación no fuera 
corregible, se la clasifica de acuerdo a la misma. 
 
Para ubicar tierras con limitaciones no corregibles, se aplicaran estos otros 
criterios: 
 
 Climáticos: Se toman en cuenta las temperaturas mínimas absolutas y el 
período libre de heladas; o si el problema fuese aridez, según se trate de 
regiones subhúmedas, semiáridas o áridas. Ambas situaciones limitan 
la elecciónde cultivos y aumentan los riesgos de pérdida de cosecha. La 
limitación por aridez debe relacionarse con la capacidad de retención de 
humedad del suelo. 
 
 Pendiente y riesgo de erosión: La gravedad de esta limitación se halla 
relacionada con la naturaleza del sustrato: suelos con perfiles A-AC-C < 
A-Bt-C < A-R. Debe analizarse además el régimen de lluvias. 
 
 Profundidad efectiva: se mide hasta una limitación absoluta: tosca, roca, 
grava, etc. 
 
Clase I > 90 cm; 
Clase II 50-90 cm; 
Clase III 25-50 cm; 
Clase IV < 25 cm. 
 
 Erosión anterior: depende de la capacidad del subsuelo o sustrato 
profundo que hubiera quedado expuesto a la superficie o próximo a ella. 
 
 Retención de humedad: para agricultura de secano se toman en cuenta 
las lluvias durante el período de crecimiento de los cultivos y depende 
de la longitud de los períodos anuales normales de sequía. 
Para zonas de regadío: 
 
 Clase I: > 12,5 mm de agua útil cada 10 cm de suelo 
 Clase II: 8-12,5 mm de agua útil cada 10 cm de suelo 
 Clase III: 6-8 mm de agua útil cada 10 cm de suelo 
 Clase IV: < 6 mm de agua útil cada 10 cm de suelo 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
19 
 
La Clasificación de pastizales para el Planeamiento de su Conservación 
(Memo. Range N° 67 del SCS de E.E.UU) 1 
 
Se trata de un sistema de ordenamiento y evaluación de los recursos 
forrajeros espontáneos disponibles en aquellas áreas donde el uso agrícola no 
resulta rentable o posible por el predominio de limitaciones absolutas como 
aridez, anegamiento o pedregosidad. 
 
Esta clasificación ha alcanzado hasta ahora poca difusión en nuestro 
territorio nacional, a pesar de que más del 60% del país se halla ocupado por 
tierras con pastizales, único recurso natural renovable disponible. La importancia 
de una amplia difusión de este sistema consiste en que permite determinar el 
grado de conservación de nuestros recursos forrajeros y corregir el sistema de 
manejo actual si se detectaran procesos de degradación. Principalmente en las' 
regiones semiáridas y áridas de nuestro país, ocupada frecuentemente por 
ecosistemas sumamente frágiles, la aplicación de este sistema resultaría muy útil 
para recuperar otrora valiosas tierras de pastizal hoy degradadas y hasta 
desertizadas. 
 
En EEUU. se aplica sistemáticamente esta clasificación desde hace mucho 
tiempo, para lo cual dispone de profesionales con una sólida formación edafológica 
y botánica. Profesionales con una formación similar resultarían sumamente útiles 
en organismos nacionales y provinciales ocupados en la conservación de nuestros 
recursos naturales, aplicando este sistema, con algunos ajustes si las condiciones 
locales los requiriesen. 
 
Veamos pues, en breve síntesis, los principales conceptos del sistema 
norteamericano: 
 
Tierra de pastizal: es la tierra donde la vegetación climax (potencial natural 
de producción de biomasa está compuesta principalmente por gramíneas y otras 
especies herbáceas, como así también vegetación leñosa apta para la alimentación 
del ganado y en cantidad suficiente para justificar su uso como tal. Incluye tierras 
con pastos naturales, sabanas y tierras anegadizas. Su uso es primariamente el 
pastoreo, pero también pueden destinarse a la conservación de la vida silvestre y 
a la recreación. A veces se siembran especies mejoradas. 
 
Sitio de pastizal: es una clase de tierra diferente de otra en cuanto a su 
potencial para producir plantas espontaneas o indígenas. Sostiene una comunidad 
vegetal -diferente a la de otros sitios- que se caracteriza por sus especies, 
proporción de especies y/o su productividad total anual (expresada en Tn/ha/año). 
 
Estos tres factores son también factores de formación de suelos, de lo cual se 
desprende que los límites de las unidades cartográficas de los mapas de suelos 
también son límites de sitios de pastizal. Pero siendo el concepto de sitio de 
pastizal sumamente amplio en cuanto al rango de variación admitido, un mismo 
sitio abarca a varias unidades cartográficas de mapas detallados o 
 
1 Traducido parcialmente por el Sr. Profesor Amado A. Bozzo en 1972, y publicado por el CEABA (Centro 
de estudiantes de la Facultad de Agronomía. UBA) 
LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
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semidetallados. 
 
Cada sitio de pastizal recibe un nombre que hace referencia a algún atributo 
del paisaje determinante de su composición y productividad, como ser: arenas 
profundas, tierras altas arcillosas, pradera húmeda, sabana arenosa o llanura 
arenosa, zona de precipitación 350 mm versus llanura arenosa, zona de 
precipitación 200 mm. 
 
Para la descripción de un sitio de pastizal se busca un lugar donde la 
vegetación clímax se halla mantenido inalterada por la acción del hombre o el 
ganado, y comprende: 
Nombre del sitio; clima; localización geográfica, relieve; lista de unidades 
taxonómicas que lo componen; descripción de la vegetación clímax; y rendimiento 
anual aproximado. 
 
Condición del pastizal: es el estado presente de la vegetación de un sitio 
de pastizal en relación con la comunidad, clímax. La variación generalmente es 
consecuencia de una excesiva presión de pastoreo (sobrepastoreo). 
 
Las especies que componen un sitio de pastizal se dividen en decrecientes, 
crecientes o invasoras. Las decrecientes disminuyen en cantidad ante una 
excesiva presión de pastoreo por ser las más palatales para el ganado. En cambio, 
las crecientes aumentan en cantidad bajo las mismas condiciones por tratarse de 
pastos duros o poco apetecidos. Las invasoras son especies no presentes en la 
vegetación clímax y se introducen en el sitio por el espacio dejado por las 
decrecientes como consecuencia del sobrepastoreo. 
 
Se reconocen 4 condiciones de pastizal según el grado de alteración 
(expresado en %) de la composición presente de un sitio de pastizal en relación con 
la situación clímax. Ellos son: 
 
Excelente 76-100 % de la vegetación clímax presente 
Buena 51-75 % de la vegetación clímax presente 
Regular 26-50 % de la vegetación clímax presente 
Pobre 0-25 % de la vegetación clímax presente 
 
Para calcular la condición de un sitio de pastizal se adopta el siguiente 
criterio: 
 
a) se toma el % de decrecientes presente 
b) se toma el % de crecientes presente, pero nunca un valor superior al de la 
vegetación clímax 
c) no se computan las invasoras. 
 
Para mejorar la condición de un pastizal hay que reducir la carga animal y 
adecuar el manejo de la hacienda a través del pastoreo diferido, subdivisión de 
grandes potreros, aumentar las aguadas, etc.

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