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LLOOSS MMAAPPAASS DDEE SSUUEELLOO YY SSUU IINNTTEERRPPRREETTAACCIIÓÓNN CATEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS CONSERVACIÓN Y PLANIFICACIÓN DEL USO DE LA TIERRA Carlos R. O. Miaczynski 1980 Actualización Mauricio J. Niborski 2017 LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 2 LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CONTENIDO RELACIONES SUELO - PAISAJE Niveles de análisis de las relaciones suelo paisaje Relaciones suelo-paisaje en regiones húmedas Relaciones suelo-paisaje en regiones áridas Relaciones suelo-paisaje en regiones semiáridas LA INTERPRETACIÓN DEL MAPA BASICO SE SUELO La clasificación de las Tierras por su Capacidad de Uso La Clasificación de pastizales para el Planeamiento de su Conservación LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 3 LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN LAS RELACIONES SUELO-PAISAJE Trataremos de desarrollar este tema de la forma más simple posible para facilitar las tareas de elaboración de un Mapa Básico de Suelos (MBS), que no siempre está en manos de especialistas y es sumamente complejo pues participan de su análisis, varias ramas de las ciencias naturales, como la Geomorfología, Edafología, Hidrología y Climatología. La importancia de los conocimientos relativos a los principios que rigen las relaciones suelo-paisaje reside en la necesidad de determinar en el terreno y en el MBS la distribución espacial de cada clase de suelos, que por definición son cuerpos tridimensionales y por lo tanto ocupan una cierta superficie en el área a ser relevada. Niveles de análisis de las relaciones suelo paisaje El paisaje que ofrece la superficie terrestre está influenciado principalmente por una determinada combinación de materiales originarios, relieve y clima. Cuando cambia uno o más de estos factores, cambian también las características del paisaje. La clasificación de los paisajes, al igual que en el caso de los suelos, puede realizarse a distintos niveles de generalización. Así, por ejemplo, el ITC (International Institute for Aerial Survey and Earth Sciences) de Enschede, Holanda, ha establecido las siguientes categorías de generalización, que de mayor a menor son: UNIDAD DE PAISAJE ESCALA 1- Provincias fisiográficas (1) 2- Grandes paisajes 1:1.000.000 3- Paisajes 1:250.000 4- Sub-paisajes 1:50.000 5. Elementos del paisaje 1:20.000 (1) Como criterio complementario se han establecido las provincias climáticas Las relaciones existentes entre tipos de paisaje y tipos de suelos son obvias, pues en ambos casos se recurre a los mismos criterios: los factores de formación de los suelos, (clima, materiales originarios, relieve, vegetación y edad) también se utilizan para diferenciar tipos de paisajes. Los sensores remotos, como las fotografías aéreas o convencionales y las imágenes satelitales representan tipos de paisajes, cada uno de los cuales, es una misma asociación de suelos. Pero estos LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 4 deben ser determinados durante los trabajos de campo. Ejemplos de estas categorías, aplicadas a nuestro país pueden presentarse como sigue: Provincias fisiográficas (con sus provincias climáticas) Región pampeana Región chaqueña Región patagónica Altiplano Escudo brasileño Grandes paisajes 1: 1.000.000 Pampa ondulada Pampa deprimida Pampa arenosa Sierras pampeanas Paisajes 1:250.000 Planos aluviales Interfluvios Mesetas Pedemontes Subpaisajes 1:50.000 Cauce Albardón Plano de inundación Terrazas Conos aluviales Elementos del paisaje 1:25.000 Pendientes Microdepresiones Médanos Afloramientos de roca o tosca Las categorías superiores, principalmente la categoría Paisajes, se utilizan para cartografía en pequeña escala, y las categorías inferiores, como Subpaisajes y Elementos del paisaje, para la cartografía en escala grande o de gran detalle. Al establecer las relaciones suelo-paisaje, las unidades cartográficas de suelos para mapas en escala pequeña (<1:100.000) corresponden a Asociaciones de Grandes Grupos o Subgrupos de suelos con sus Fases, y para los mapas en escala grande (>1:100.000), las unidades cartográficas de suelos son las Consociaciones, las Asociaciones de Series de suelos y los Complejos de suelos con sus Fases. Las unidades de paisaje así separadas presentan un determinado grado de homogeneidad en uno o varios aspectos y tienen algún carácter diferencial LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 5 respecto a las demás unidades, homogeneidad que se acentúa a medida que se pasa de las categorías superiores a las inferiores. El clima, indudablemente, es uno de los principales factores que determina las relaciones suelo-paisaje. Por lo tanto, al desarrollar este tema, presentaremos por separado las situaciones dominantes en regiones húmedas, áridas y semiáridas. Relaciones suelo-paisaje en regiones húmedas Aproximadamente el 35% de nuestro territorio continental –casi un millón de km2– tiene un clima húmedo a subhúmedo con más de 750 mm de precipitación anual media. Comprende toda nuestra Mesopotamia, el sector este de la región chaqueña y pampeana, la región tucumano-oranense y la franja ocupada por los bosques subantárticos de la Patagonia. Las abundantes lluvias provocan la lixiviación de los suelos, como así también escurrimientos superficiales o subsuperficiales desde las áreas de relieve positivo del paisaje hacia las áreas de relieve negativo. La abundancia y la frecuencia de estos procesos, intensidad de la lixiviación y/o de los escurrimientos, constituyen la diferencia fundamental entre los paisajes de regiones húmedas y los de regiones semiáridas y áridas. Si los materiales originarios de las respectivas cuencas contienen sustancias solubles, estas serán disueltas y arrastradas por las aguas de escurrimiento, concentrándose en los planos aluviales para formar allí suelos salinos y/o alcalinos, con horizontes cálcicos o petrocálcicos a escasa profundidad. Esta situación es muy frecuente en la región chaqueña y pampeana, por la abundancia de sedimentos marinos presentes en los estratos profundos de las grandes cuencas, y los procesos de meteorización de la gran cantidad de minerales primarios contenidos en los sedimentos continentales superficiales, tanto fluvio-lacustres como eólicos. No ocurre lo mismo en la región mesopotámica, debido a la profunda alteración, lavado y acidificación de los materiales originarios que abundan en la misma. En consecuencia, allí predominan en los planos aluviales y planicies anegables (como el área de los malezales), suelos hidromórficos ácidos, no alcalinos ni salinos, excepción hecha de la llanura inundable del sur entrerriano, donde nuevamente encontramos sedimentos marinos a poca profundidad. Entonces, en las áreas de relieve positivo de las regiones húmedas se encuentran suelos climatogénicos que se caracterizan generalmente por presentar: LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 6 Condiciones favorables de drenaje Un horizonte A bien desarrollado y bien provisto de materia orgánica, algo insaturado y mediana a fuertemente ácido Un horizonte B argílico Un horizonte C con, por lo general, elevado contenido de calcio intercambiable Estas condiciones se dan donde existe estabilidad geomórfica y materiales juveniles de textura media. En los suelos derivados del Basalto de la Mesopotamia no hay horizonte Bt ni Ck. En el sector húmedo de la pampa arenosa no hay horizonte Bt (o es incipiente) y en la pampa deprimida hay muy pocos suelos climatogénicos o zonales. Al clasificarlos suelos aplicando Soil Taxonomy, para la región pampeana y chaqueña, debemos destacar los Argiudoles típicos y vérticos. Donde predominan sedimentos juveniles (Pampa arenosa) hay Hapludoles típicos y énticos, acompañados por algunos Psamentes (formaciones medanosas). Excepción a lo expuesto, lo constituyen los Natrudoles típicos que ocupan algunas lomas conspicuas de la Pampa Deprimida, donde si bien el régimen de humedad del suelo es údico, presentan en el subsuelo un horizonte B de características nátricas. A lo largo del río Corrientes de la provincia homónima abundan los Quartzipsmnments. En el Chaco, en las tierras de albardón, ocupados por los bosques en galería, puede haber Hapludoles, Fluventes u Ortentes. En las tierras rojas de Misiones y NE de Corrientes, tenemos Rodudalfes y Rodudultes. En Entre Ríos y sur de Corrientes, los suelos anteriormente designados como Grumosoles ahora se incluyen en los Hapludertes. Los bosques subantárticos de la Patagonia de hallan asentados sobre Andisoles (ceniza volcánica). La gran heterogeneidad de suelos en la región tucumano-oranense no permite señalar el predominio de determinados Grandes Grupos de suelos y solo indicaremos que en las áreas más accidentadas abundan los Entisoles e Inceptisoles, mientras que en los sectores más llanos, los Molisoles. La mención de todas estas unidades taxonómicas solo tiene valor orientativo. Los ambientes de relieve negativo del paisaje de la región húmeda, sujetos a anegamiento e inundación periódicos, ocupa en nuestras grandes llanuras una superficie importantísima, quizás un 40% (solo pueden presentarse estimaciones porque nunca han sido medidas en su conjunto). Hasta la fecha no se ha realizado una investigación sistemática para conocer LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 7 la morfología de sus suelos, su régimen hidrológico y posibilidades de mejoramiento de su capacidad productiva, limitándose generalmente su uso a la cría extensiva de ganado vacuno. Como ya fuera señalado en párrafos anteriores, debemos diferenciar en primer lugar las áreas anegables ocupadas por suelos hidro-halomórficos de aquellas ocupadas por suelos hidromórficos no alcalinos ni salinos. La mayor abundancia de suelos hidro-halomórficos en regiones húmedas la encontramos en las grandes cuencas exorreicas que nacen en la cordillera de Los Andes y sierras subandinas, como las de los ríos Pilcomayo, Bermejo, Salado y Dulce donde se cargan sus aguas con sales y las depositan en los extensos planos aluviales de la cuenca inferior. En algunos casos, donde la capa de agua se halla a relativa profundidad (más de un metro) y donde ya no llegan las aguas de las crecientes, las lluvias lavaron las sales de las capas superficiales, evolucionando los suelos salinos a suelos sódicos. En caso contrario, los suelos mantienen su elevado tenor salino en todo su perfil. Las cuencas que nacen en las sierras pampeanas son en su mayor parte de carácter endorreico, y sus aguas se insumen generalmente en grandes áreas de derrames antes de alcanzar la región húmeda. La alcalinidad, y ocasionalmente la salinidad de los suelos de las gran depresión del Salado, debe vincularse con los sedimentos depositados por las sucesivas ingresiones marinas, sepultados actualmente por sedimentos continentales de escasa potencia. Tampoco debe descartarse la posibilidad de la influencia de antiguas conexiones con grandes cuencas, como la del rio Quinto durante períodos húmedos del Cuaternario, aportando su carga de sedimentos y sales a la cuenca del Salado. La mayor difusión de suelos hidromórficos no salinos ni alcalinos ocurre en la región mesopotámica. Las grandes cuencas de los ríos Paraná y Uruguay no atraviesan sedimentos marinos, ni regiones áridas donde pudiera haber materiales inalterados. Los materiales residuales del proceso de meteorización del Basalto, roca madre de casi todos los sedimentos que aportan dichos ríos, son los sesquióxidos y la sílice, dando origen a dos clases de suelos ácidos, los arcillosos ricos en hierro y las arenas cuarzosas (estas últimas pueden luego cementarse para formar cuarcita). En sus condiciones naturales, la principal limitación de uso de los suelos de las grandes áreas de relieve negativo de regiones húmedas reside en sus deficientes condiciones de drenaje, la cual se manifiesta por la presencia periódica de capas de agua que afecta su profundidad útil en la zona de mayor actividad biológica (los primeros 50 cm del perfil). Los suelos hidromórficos no sódicos generalmente no tienen un horizonte Bt genético, aunque pueden presentar discontinuidades sedimentológicas con materiales finos a escasa profundidad que actúan de LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 8 hidroapoyo y agravan los problemas de anegamiento. La ausencia de un Bt favorece las posibilidades de su mejoramiento, dependiendo estas de la factibilidad de limitar el ingreso de agua al área deprimida y las condiciones topográficas del terreno para el adecuado funcionamiento de los canales de drenaje o desagüe. Los suelos hidromórficos ácidos también tienen problemas de fertilidad. Los suelos hidromórficos sódicos casi invariablemente presentan un horizonte nátrico arcilloso a escasa profundidad (muchas veces a menos de los 10 cm), el cual afecta seriamente sus posibilidades de mejoramiento. Excepción hecha de los Aridisoles e Histosoles, todos los demás ordenes de Soil Taxonomy presentan un Suborden “Acuico", que permite ubicar adecuadamente nuestros suelos hidromórficos no sódicos en este sistema de clasificación (Acuentes, Acueptes, Acuoles, Acualfes, Acuultes, Acuertes y Aquoxes). Los suelos con horizonte E se ubican en los Alboles o Albacualfes. Unos pocos pertenecen al orden de los Histosoles, como las tierras del pajonal del delta del Paraná. No ocurre lo mismo con la gran variedad de suelos hidromórficos sódicos que ofrece nuestro país, pues Soil Taxonomy solo ofrece la posibilidad de incluirlos en dos Subgrupos, los Natracuoles típicos y los Natracualfes típicos, además de formar algunos extragrados (como Aérico, Cumúlico o Tapto). Esto implica una seria limitación para aplicar Soil Taxonomy en nuestro país. Finalmente queremos señalar que por la forma convexo-cóncava de la mayoría de las pendientes de nuestras grandes llanuras (paisaje fluvial), existe una amplia franja de transición entre las áreas de relieve positivo y negativo. En dichas zonas de transición generalmente aparecen asociaciones de suelos climatogénicos con suelos hidromórficos o suelos climatogénicos con un leve síntoma de hidromorfismo, que en Soil Taxonomy está previsto a nivel de Subgrupo. En cuanto a los principales problemas relacionados con el uso y manejo de los suelos de regiones húmedas, no podemos dejar de mencionar el proceso de la erosión hídrica en áreas de relieve "normal". Dicho fenómeno se produce por la gran energía cinética que las lluvias ejercen sobre la superficie del suelo. Por otra parte, la intensidad máxima de las lluvias supera ampliamente, en la mayoría de los casos, la capacidad de infiltración de los suelos, originando importantes volúmenes de escurrimiento superficial a lo largo de las pendientes y en consecuencia, la erosión hídrica acelerada en tierras con escasa o ninguna protección vegetal y débil grado de estructuración. Las consecuencias de la erosión sobre la capacidad productiva de las tierras son especialmente graves en suelos con una marcada diferencia de horizontes o escasa profundidad efectiva (roca o tosca). No menos graves pueden ser las consecuencias de la sedimentación de los materiales erosionados, tanto sobre los suelos como sobre obras civiles LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS9 (caminos, puentes, edificios, presas hidroeléctricas, navegación, etc.). Relaciones suelo-paisaje en regiones áridas Aproximadamente el 50% de nuestro territorio continental está afectado por clima árido con menos de 400 mm de precipitación anual y en consecuencia no existen posibilidades de practicar la agricultura de secano. Sus tierras se destinan preferentemente a la explotación de sus pastizales naturales con ganado bovino, ovino y caprino, como así también al riego de alrededor de 1.000.000 de has para la producción de frutales, hortalizas y forrajeras de alto valor económico. La escasez de humedad en los suelos inhibe los procesos de meteorización física y química de los materiales originarios, como así también la acumulación de materia orgánica, la lixiviación de compuestos solubles y la translocación de coloides minerales. Solo en áreas de gran estabilidad geomórfica, como son las mesetas, un paleoclima más húmedo puede haber originado un horizonte Bt bien evidente aunque de escaso espesor (Suborden de los Argides). Si bien el clima es árido, las escasas lluvias pueden alcanzar elevada intensidad y provocar graves procesos de erosión hídrica en áreas de relieve pronunciado, favorecidos por la débil cohesión de los materiales superficiales del suelo y la escasa protección vegetal. En la Patagonia, en primavera, los deshielos pueden ocasionar importantes escurrimientos con arrastre de abundante material. La erosión comienza en las vaguadas de cuencas elementales o a lo largo de senderos de la hacienda y caminos interiores de los predios. Igual o mayor gravedad puede alcanzar la erosión eólica, donde las condiciones ambientales, principalmente la intensidad de los vientos, favorecen dicho proceso. En consecuencia, la difusión de suelos truncados y sepultados es muy grande, debiendo atribuirse el principal problema del equilibrio de los frágiles ecosistemas a la sobreexplotación de los recursos naturales ejercida por el hombre en el transcurso de menos de un siglo. Para ilustrar las relaciones suelo-paisaje bajo estas condiciones de aridez, podemos tomar como ejemplo cualquiera de las numerosas cuencas endorreicas o temporalmente exorreicas que se extienden a lo largo de la cordillera, desde el extremo norte del país hasta Neuquén, las cuales nacen en las altas cumbres nevadas y mueren en las áridas llanuras arenosas que se extienden al pie de dicho sistema orográfico. En las cabeceras de dichas cuencas, en los ambientes de montaña, dominan los afloramientos de roca y suelos esqueléticos formando estos últimos los conos aluviales y coluviales inestables que convergen en los estrechos valles intermontanos. A medida que la gran masa de roca fragmentada va desplazándose hacia las áreas pedemontanas, se produce el progresivo LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 10 desmenuzamiento del material. La elevada energía cinética de las aguas de escurrimiento en estos sectores de la cuenca, solo permite la sedimentación de materiales gruesos, sin valor agrícola, excepción hecha de algunos pequeños valles de relieve menos pronunciado, pero casi siempre amenazados de una reactivación de nuevas etapas de erosión o sedimentación. Donde se han podido formar verdaderos suelos, por su estado juvenil pertenecen al orden de los Entisoles, como Acuentes, Psamentes, Fluventes u Ortentes, destinados principalmente al uso pastoril. Las buenas a excesivas condiciones de drenaje hacen que no sea frecuente la acumulación de sales en estos suelos incipientes, aunque esta puede ocurrir si las aguas de escurrimiento de lluvias y deshielos atraviesan sedimentos de origen marino. La transición de la alta cuenca, caracterizada por los fuertes declives, con la cuenca media, constituida por una amplia llanura aluvial, suele ser bastante abrupta, lo cual implica una marcada disminución de la capacidad de transporte del gran volumen de sedimentos que acarrean los torrentes de montaña. Esto lo evidencia los numerosos cauces abandonados y la gran estratificación de los suelos que caracteriza este sector de la cuenca. Los valles en el sector medio de las cuencas suelen alcanzar un ancho considerable y generalmente presentan suelos profundos de textura muy variable, con predominio de la franco arenosa. En situaciones con problemas de drenaje hay acumulaciones de sales y CO3Ca. La mayoría pertenecen al Gran Grupo de los Torriortentes, o sea Ortentes de clima cálido y árido, actualmente no sujetos a inundación. Otros suelos pertenecen al Gran Grupo de los Torrifluventes. Estos suelos de los valles de la cuenca media son los que en mayor proporción tienen aptitud para una explotación agrícola de regadío y constituyen la principal fuente de riqueza de las provincias del Noroeste, Centro oeste, Río Negro y Neuquén de nuestro país. Los más productivos reúnen las siguientes cualidades: Buenas, condiciones de drenaje, con una capa de agua a más de 1,50 metros de profundidad textura homogénea, franco arenosa fina a franca hasta 1,50 metros de profundidad permeables, pero con una buena capacidad de retención de humedad escaso contenido de sales, carbonatos y piedras relieve suave clima favorable (período libre de heladas, vientos, granizo) En los tramos finales de las cuencas endorreicas o semi-endorreicas, encontramos un predominio de suelos de textura fina, fuertemente estratificados, salinos a salino alcalinos, a veces calcáreos, sujetos a inundaciones y capas de agua a menos de 1 metro de profundidad. No tienen aptitud agrícola y su LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 11 corrección es casi imposible. En la clasificación americana de 1949 recibían el nombre de Solonchank y en Soil Taxonomy, Haplosalides y Acuisalides. Fuera del ambiente de los valles de las regiones áridas, el relieve es muy variable, siendo muy frecuentes los suelos erosionados someros, con horizontes cálcicos, petrocálcicos o sílicos, o un duripan a escasa profundidad, abundante pedregosidad, como así también sedimentos medanosos de diversa magnitud. En los sectores más planos, como por ejemplo en las mesetas, que han resistido a la acción geomórfica, aparece con frecuencia en superficie un pavimento de desierto, o sea un pavimento de piedras, y/o un delgado horizonte Bt a escasa profundidad. Los médanos provienen de los cauces secos de los torrentes que acarrean abundante material arenoso, el cual, luego es deflacionado por los fuertes vientos y dispersado por toda el área, aunque con preferencia en las proximidades de dichos cauces. También son muy arenosos los suelos inclinados que vinculan los diferentes niveles de terrazas glaciales que conforman la meseta patagónica. Los suelos de estos ambientes desérticos generalmente no reúnen condiciones de aptitud para una agricultura de regadío por presentar una o varias de las siguientes limitaciones: pedregosidad, escasa profundidad efectiva, escasa capacidad de retención de humedad, salinidad y erosión. Además, por su posición elevada, no pueden recibir el agua de los canales con bocatoma en los ríos, debiendo recurrirse entonces al riego por bombeo, de elevado costo. En cuanto a su ubicación el Soil Taxonomy, pueden pertenecer al orden de los Aridisoles o Entisoles. Si del análisis de la relación suelo-paisaje deducimos que el perfil analizado es un Aridisol, podremos diferenciar con facilidad si se trata de un Argid, según la presencia o ausencia de un Bt. Los Argides ocupan antiguas superficies estables de relieve suave, pudiendo ser Haplargides, Durargides, Natrargides, o Paleargids. Coexisten con éstos, asociados en oportunidades a paisajes de algo menor estabilidad geomórfica, Calcides, Durides y Cambides. Algunas depresiones marcadas suelen presentar Salides. En cambio los Entisolesocupan superficies inestables, generalmente de deposición de material erosionado, y según su textura más fina o más gruesa corresponderá incluirlos en los Ortentes o Psamentes, respectivamente. Relaciones suelo-paisaje en regiones semiáridas Desde el punto de vista climático, esta región se diferencia de la árida porque en suelos de cualidades apropiadas aun es rentable la agricultura de secano, pero los riegos de fracaso de cosechas por falta de suficiente humedad en el suelo son mayores y la elección de cultivos es considerablemente menor que en la región húmeda. Las tierras semiáridas ocupan aproximadamente el 15% de nuestro territorio continental y se hallan encerradas entre las LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 12 isohietas de los 750 y 350 a 400 mm de precipitación anual media. No debe asignarse a estos guarismos un valor absoluto, pues la condición de semiaridez además depende de otros factores climáticos y edáficos. Desde el punto de vista de las relaciones suelo-paisaje, nuevamente debemos diferenciar los ambientes plano convexos de los ambientes plano cóncavos, es decir, suelos bien drenados de aquellos con problemas permanentes o periódicos en este sentido. Si bien no se han realizado mediciones precisas de la proporción que le corresponde a cada uno de estos dos ambientes, dentro de la región semiárida, estimamos que el porcentaje de suelos con problemas de drenaje es muy elevado, probablemente casi un 50%. La razón de la prevalencia de tantos suelos con problemas de hidromorfismo se debe a que el agua de muchos cauces actuales y extinguidos se insumen en los sedimentos arenosos de esta región y forman capas de agua subterránea salinas a escasa profundidad, las cuales pueden aflorar en depresiones más pronunciadas para constituir lagunas aisladas o encadenadas en épocas de abundantes lluvias y salitrales durante períodos de sequía. Los suelos bien drenados de los ambientes plano convexos presentan perfiles simples, con un horizonte A poco desarrollado y sin Bt. Los suelos mal drenados de los ambientes plano cóncavos tienen perfiles complejos, no por procesos pedogenéticos que en regiones semiáridas siempre son débiles, sino por la sedimentación hídrica, apareciendo en sus perfiles una sucesión de capas de textura y espesor variable, muchas veces salinizados y/o alcalinizados por las fluctuaciones de una capa de agua fuertemente mineralizada. La proporción de arena silicatada en los materiales originarios de la región semiárida suele ser elevada. En consecuencia el grado de estructuración de sus suelos es débil, y son sensibles a la erosión hídrica y eólica si las condiciones ambientales y la actividad del hombre las favorece. Por la misma razón se hallan expuestos a la degradación física, por compactación del horizonte Ap y la formación de pisos de arado, si se trata de tierras agrícolas. El desmonte y el sobrepastoreo de tierras pastoriles aceleran la mineralización de la escasa materia orgánica por mayor calentamiento del suelo superficial, con la consiguiente degradación biológica. La erosión hídrica es particularmente grave en las áreas pedemontanas de las sierras pampeanas, con pendientes largas y pronunciadas. En cambio la salinización se concentra en el área de influencia de los grandes ríos de llanura, como el Pilcomayo, Bermejo, Salado, Dulce y Quinto, que atraviesan o ingresan en la región semiárida. No menos importante que lo precedente es, para las tierras agrícolas, la erosión eólica, un tanto olvidada actualmente por el período húmedo que LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 13 estamos atravesando. Afecta en mayor grado el sector central y sur de nuestra región semiárida, en particular el sur de Córdoba y San Luis y se extiende hasta el litoral atlántico a la altura de Patagones, donde se dan las condiciones más propicias para su manifestación (texturas arenosas, relieves planos y fuertes vientos). Desde el punto de vista de la taxonomía de suelos, la gran mayoría de suelos bien drenados de la región semiárida presentan un epipedón mólico y su régimen de húmedad es ústico a arídico. Pertenecen por lo tanto al suborden de los Ustoles. La ausencia generalizada de un horizonte argílico o cámbico los ubica en el Subgrupo de los Haplustoles énticos. No se conoce el grado de difusión de los Haplustoles típicos (con un horizonte cámbico) ni de los Argiustoles típicos, los cuales solo aparecen en antiguas superficies que resistieron a los agentes geomórficos. Los suelos de los ambientes plano cóncavos, si tienen un epipedón mólico, se ubican en los Argiacuoles o Natraquoles, según la presencia de un horizonte argílico o nátrico, y si estos estuviesen ausentes, serán Haplacuoles. Muchos suelos de estos ambientes, expuestos a prolongados períodos de inundación, presentan un epipedón ócrico, constituyendo Natracualfes típicos. Depósitos fluviales recientes formarán Haplaquentes o Psamacuentes. Los suelos de los ambientes plano cóncavos, por sus problemas de anegamiento, salinidad y/o alcalinidad se destinan comúnmente al pastoreo extensivo. Intentos de someterlos a un uso más intensivo generalmente han fracasado y creado serios problemas de degradación. Finalmente debe mencionarse la amplia difusión de médanos activos y estabilizados en nuestra región semiárida, los cuales generalmente constituyen Ustipsamentes. Su origen, al igual que en la región árida, debe relacionarse con los abundantes sedimentos arenosos acarreados por los cursos de agua actuales y extinguidos y dispersados luego por acción del viento. La actividad ganadera afecta su estabilización. LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 14 LAS INTERPRETACIONES DEL MAPA BÁSICO DE SUELOS EI mapa básico de suelos con sus unidades taxonómicas y cartográficas no llega a ser plenamente interpretado por productores y técnicos que no tuvieran previamente entrenamiento en las distintas ramas de la ciencia del suelo, principalmente en morfología de suelos y relaciones suelo-planta. Los términos técnicos utilizados en la descripción del paisaje y del perfil del suelo escapan de su comprensión. Esta tarea de la interpretación del mapa básico de suelos queda entonces reservada a profesionales con un nivel mínimo de especialización en el tema, generalmente el mismo profesional que elaboro el mapa básico de suelos. Las interpretaciones más completas se realizan a nivel de unidad taxonómica con su Fase. Pero en muchos casos el reconocedor interpreta directamente unidades cartográficas compuestas como asociaciones de suelos y Complejos de suelos, teniendo en cuenta la interacción de las aptitudes de los suelos presentes. Las interpretaciones se basan en las relaciones suelo-clima y suelo- relieve, considerando los requerimientos de las plantas, los riesgos de degradación del suelo y las exigencias de la maquinaria agrícola. Cada suelo satisface estas condiciones en distinto grado, según sus cualidades y las características del medio ambiente. El grado de precisión de las interpretaciones depende de la categoría de la unidad taxonómica. Grandes Grupos de suelos solo permiten interpretaciones generales y dependen en buena medida de la Fase para determinar si son tierra agrícolas a no agrícolas, o si son tierras muy aptas, medianamente aptas a marginalmente aptas para uso forestal o pastoril. EI uso agrícola requiere las interpretaciones más precisas por estar sujetas a una intervención constante e intensiva de la maquinaria agrícola y a la aparición de procesos de degradación. El uso forestal, frutícola o pastoril no necesita por lo general interpretaciones tan detalladas. Las interpretaciones no deben quedar libradas al criterio subjetivo de cada reconocedor: Debenrealizarse de acuerdo a las normas establecidas por un sistema de interpretación para hacerlas más objetivas, comprensibles y comparables. Aquí analizaremos dos clasificaciones interpretativas desarrolladas por el Servicio de Conservación de EE.UU. y aplicadas en numerosos países: una es para tierras agrícolas y la otra para tierras de pastizal. La clasificación de las Tierras por su Capacidad de Uso (Memo. 136 y AH210 del SCS – USDA – EEUU) Aquí solo presentaremos una breve síntesis de este importante documento, LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 15 publicado en 1958 y traducido por el autor de estas líneas en 1961. El texto completo de esta traducción ha sido publicado por INTA y el Centro de Estudiantes de la Facultad de Agronomía, UBA (CEABA). Ha sido elaborado principalmente para tierras en las cuales se puede realizar agricultura de secano o de riego. Cuando interesa conocer la aptitud de las tierras para otros usos, como la pastoril, forestal, ingeniería, urbanización o recreación, debe recurrirse a otros sistemas de clasificación técnica. En su primera parte contiene 14 Presuposiciones, que tienen por finalidad uniformar criterios y hacer más objetiva la aplicación del sistema. A título de ejemplo, presentaremos cuatro de ellas: 1) Se trata de una clasificación ecológica, pues toma en cuenta la interacción entre clima y caracteres permanentes de los suelos, como pendiente, textura, profundidad efectiva, efectos de una erosión anterior, etc. Esta interacción se manifiesta en riesgo de ocasionar un daño al suelo, riesgos de cosecha, limitaciones de usa por aridez, anegamiento, pedregosidad, etc. o necesidades de manejo. 2) Para ubicar tierras en Clase de Capacidad de Uso se toma en cuenta un nivel de manejo ajustado a la situación socioeconómica de la mayoría de los productores de la zona. 3) No se toman en cuenta las limitaciones corregibles como aridez, anegamiento, salinidad, pedregosidad, etc. si resultara factible, económica y técnicamente eliminar a las mismas. 4) No se toman en cuenta factores como distancia a los mercados, tenencia de la tierra o calidad de los caminos, pues no tienen carácter permanente. El sistema considera 3 categorías: la Clase, la Subclase y la Unidad de Capacidad de uso. La Clase de Capacidad de uso es la categoría más amplia y determina el grado de limitación de una tierra para su uso agrícola. Se reconocen 8 Clases, identificadas por números romanos (I a VIII). Las primeras 4 clases (I a IV) tienen aptitud agrícola, pero con limitaciones de uso o riesgos de cosecha cada vez mayores. Las clases V a VII solo son capaces de tener un uso rentable si se destinan a producir algún tipo de vegetación perenne. La clase VIII agrupa tierras sin posibilidades de uso agropecuario o forestal rentables. La clase de Capacidad de uso es una categoría de difícil determinación, precisando un análisis cuidadoso de las interacciones entre los caracteres morfológicos del perfil del suelo con situaciones meteorológicas extremas, el relieve y condiciones hidrológicas del terreno. Cuando fuera posible, deberán considerarse además los resultados de la investigación y experimentación, como así también la experiencia de los LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 16 productores. Un claro concepto de lo que son tierras de Clase I resulta fundamental, pues las demás clases se determinan por comparación con los atributos y cualidades de aquella: clima favorable relieve casi llano profundas (más de 90 cm) bien drenadas buenas cualidades de laboreo buena capacidad de retención de agua, fértiles no deben anegarse no deben ser salinas ni alcalinas no deben contener abundantes piedras en el horizonte Ap. Las tierras de clase I también reúnen óptimas condiciones para producir pastizales, pasturas implantadas, forestales, frutales, ornamentales, como así también para fines de recreación y urbanización. A nivel de la categoría de Subclase se establece el o los tipos de limitaciones de uso, de los cuales se reconocen 4: Limitante Símbolo Erosión e Exceso de agua w Limitaciones en la zona de actividad de las raíces s Limitaciones climáticas c Estas limitaciones se reconocen generalmente con facilidad. El factor c se utiliza cuando no existen los demás o es el más importante. Cada una de estas Subclases abarca las siguientes situaciones: e: erosión hídrica o eólica, actual o potencial; w: lenta percolación del agua de lluvia, escurrimientos desde áreas más elevadas; napa; inundación; filtración de canales; s: pedregosidad; escasa retención de humedad; baja fertilidad; salinidad o sodicidad; escasa profundidad efectiva; c: aridez y corto período libre de heladas. LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 17 La Unidad de capacidad de uso agrupa suelos que, teniendo el mismo grado y tipo de limitación, se adaptan a los mismos cultivos de cosecha o vegetación perenne y requieren similares sistemas de manejo. Los rendimientos medios de las tierras de una misma Unidad de Capacidad de uso no deben variar en más de un 25%. Estos rendimientos son el promedio de 10 años para regiones húmedas y 20 años para regiones semiáridas. Los símbolos de la Unidad de Capacidad de uso, por ejemplo son: IIIw-1 y IIIw-2 y su interpretación requiere toda una descripción de los tratamientos aconsejados. Los tratamientos propuestos no deben ocasionar la degradación de las tierras durante períodos prolongados. En la segunda parte del texto de los Memo 136 y AH210 se especifican los criterios para ubicar tierras en su Clase de Capacidad de uso. Estos criterios se basan en las limitaciones climáticas y edáficas que inciden sobre 1- las posibilidades de uso, 2- los rendimientos 3- las necesidades de manejo. Las Clases de Capacidad de Uso dependen tanto del grado como del número de limitaciones de uso en relación con los riesgos de dañar el suelo, necesidades de manejo y riesgos de fracasos de cosecha. Esta información se obtiene de los resultados de la investigación, de los ensayos a campo y de la experiencia de los agricultores; además es necesario disponer de los registros meteorológicos de períodos prolongados a fin de conocer el grado de variabilidad climática. Si no se dispone de esta información, se debe realizar un análisis minucioso de atributos y cualidades de los suelos, como ser: - contenido de materia orgánica - nutrientes disponibles - capacidad de intercambio catiónico - % de saturación de bases - tipo de material originario - retención de humedad - textura, estructura y consistencia hasta los 90 cm - gradientes de las pendientes - dinámica del agua - profundidad efectiva LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 18 - sales toxicas - obstáculos físicos para la maquinaria agrícola - clima. Para ubicar tierras con limitaciones de uso corregibles en Clases de Capacidad de uso, como ser con problemas de aridez, pedregosidad, anegamiento o salinidad, se aplicara el siguiente criterio: Si la limitación no hubiera sido corregida, se la clasifica como si la misma hubiera sido eliminada; si la limitación hubiera sido corregida, se la clasifica de acuerdo a las limitaciones no corregibles subsiguientes; si la limitación no fuera corregible, se la clasifica de acuerdo a la misma. Para ubicar tierras con limitaciones no corregibles, se aplicaran estos otros criterios: Climáticos: Se toman en cuenta las temperaturas mínimas absolutas y el período libre de heladas; o si el problema fuese aridez, según se trate de regiones subhúmedas, semiáridas o áridas. Ambas situaciones limitan la elecciónde cultivos y aumentan los riesgos de pérdida de cosecha. La limitación por aridez debe relacionarse con la capacidad de retención de humedad del suelo. Pendiente y riesgo de erosión: La gravedad de esta limitación se halla relacionada con la naturaleza del sustrato: suelos con perfiles A-AC-C < A-Bt-C < A-R. Debe analizarse además el régimen de lluvias. Profundidad efectiva: se mide hasta una limitación absoluta: tosca, roca, grava, etc. Clase I > 90 cm; Clase II 50-90 cm; Clase III 25-50 cm; Clase IV < 25 cm. Erosión anterior: depende de la capacidad del subsuelo o sustrato profundo que hubiera quedado expuesto a la superficie o próximo a ella. Retención de humedad: para agricultura de secano se toman en cuenta las lluvias durante el período de crecimiento de los cultivos y depende de la longitud de los períodos anuales normales de sequía. Para zonas de regadío: Clase I: > 12,5 mm de agua útil cada 10 cm de suelo Clase II: 8-12,5 mm de agua útil cada 10 cm de suelo Clase III: 6-8 mm de agua útil cada 10 cm de suelo Clase IV: < 6 mm de agua útil cada 10 cm de suelo LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 19 La Clasificación de pastizales para el Planeamiento de su Conservación (Memo. Range N° 67 del SCS de E.E.UU) 1 Se trata de un sistema de ordenamiento y evaluación de los recursos forrajeros espontáneos disponibles en aquellas áreas donde el uso agrícola no resulta rentable o posible por el predominio de limitaciones absolutas como aridez, anegamiento o pedregosidad. Esta clasificación ha alcanzado hasta ahora poca difusión en nuestro territorio nacional, a pesar de que más del 60% del país se halla ocupado por tierras con pastizales, único recurso natural renovable disponible. La importancia de una amplia difusión de este sistema consiste en que permite determinar el grado de conservación de nuestros recursos forrajeros y corregir el sistema de manejo actual si se detectaran procesos de degradación. Principalmente en las' regiones semiáridas y áridas de nuestro país, ocupada frecuentemente por ecosistemas sumamente frágiles, la aplicación de este sistema resultaría muy útil para recuperar otrora valiosas tierras de pastizal hoy degradadas y hasta desertizadas. En EEUU. se aplica sistemáticamente esta clasificación desde hace mucho tiempo, para lo cual dispone de profesionales con una sólida formación edafológica y botánica. Profesionales con una formación similar resultarían sumamente útiles en organismos nacionales y provinciales ocupados en la conservación de nuestros recursos naturales, aplicando este sistema, con algunos ajustes si las condiciones locales los requiriesen. Veamos pues, en breve síntesis, los principales conceptos del sistema norteamericano: Tierra de pastizal: es la tierra donde la vegetación climax (potencial natural de producción de biomasa está compuesta principalmente por gramíneas y otras especies herbáceas, como así también vegetación leñosa apta para la alimentación del ganado y en cantidad suficiente para justificar su uso como tal. Incluye tierras con pastos naturales, sabanas y tierras anegadizas. Su uso es primariamente el pastoreo, pero también pueden destinarse a la conservación de la vida silvestre y a la recreación. A veces se siembran especies mejoradas. Sitio de pastizal: es una clase de tierra diferente de otra en cuanto a su potencial para producir plantas espontaneas o indígenas. Sostiene una comunidad vegetal -diferente a la de otros sitios- que se caracteriza por sus especies, proporción de especies y/o su productividad total anual (expresada en Tn/ha/año). Estos tres factores son también factores de formación de suelos, de lo cual se desprende que los límites de las unidades cartográficas de los mapas de suelos también son límites de sitios de pastizal. Pero siendo el concepto de sitio de pastizal sumamente amplio en cuanto al rango de variación admitido, un mismo sitio abarca a varias unidades cartográficas de mapas detallados o 1 Traducido parcialmente por el Sr. Profesor Amado A. Bozzo en 1972, y publicado por el CEABA (Centro de estudiantes de la Facultad de Agronomía. UBA) LOS MAPAS DE SUELO Y SU INTERPRETACIÓN CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 20 semidetallados. Cada sitio de pastizal recibe un nombre que hace referencia a algún atributo del paisaje determinante de su composición y productividad, como ser: arenas profundas, tierras altas arcillosas, pradera húmeda, sabana arenosa o llanura arenosa, zona de precipitación 350 mm versus llanura arenosa, zona de precipitación 200 mm. Para la descripción de un sitio de pastizal se busca un lugar donde la vegetación clímax se halla mantenido inalterada por la acción del hombre o el ganado, y comprende: Nombre del sitio; clima; localización geográfica, relieve; lista de unidades taxonómicas que lo componen; descripción de la vegetación clímax; y rendimiento anual aproximado. Condición del pastizal: es el estado presente de la vegetación de un sitio de pastizal en relación con la comunidad, clímax. La variación generalmente es consecuencia de una excesiva presión de pastoreo (sobrepastoreo). Las especies que componen un sitio de pastizal se dividen en decrecientes, crecientes o invasoras. Las decrecientes disminuyen en cantidad ante una excesiva presión de pastoreo por ser las más palatales para el ganado. En cambio, las crecientes aumentan en cantidad bajo las mismas condiciones por tratarse de pastos duros o poco apetecidos. Las invasoras son especies no presentes en la vegetación clímax y se introducen en el sitio por el espacio dejado por las decrecientes como consecuencia del sobrepastoreo. Se reconocen 4 condiciones de pastizal según el grado de alteración (expresado en %) de la composición presente de un sitio de pastizal en relación con la situación clímax. Ellos son: Excelente 76-100 % de la vegetación clímax presente Buena 51-75 % de la vegetación clímax presente Regular 26-50 % de la vegetación clímax presente Pobre 0-25 % de la vegetación clímax presente Para calcular la condición de un sitio de pastizal se adopta el siguiente criterio: a) se toma el % de decrecientes presente b) se toma el % de crecientes presente, pero nunca un valor superior al de la vegetación clímax c) no se computan las invasoras. Para mejorar la condición de un pastizal hay que reducir la carga animal y adecuar el manejo de la hacienda a través del pastoreo diferido, subdivisión de grandes potreros, aumentar las aguadas, etc.
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