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TEMA 32 - América Latina y el Desafío del tercer milenio Inés Aguerrondo RESUMEN DEL ANTERIOR clase del 7-9 - María Luz Asprella (1)

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América Latina y el Desafío del
Tercer Milenio
Educación de Mejor Calidad con
Menores Costos
ENERO 1998.-
El Marco General
Las transformaciones globales del orden internacional y el avance del reordenamiento de las economías mundiales en torno al valor de la tecnología han puesto en el centro de las agendas sociales a los sistemas educativos.
• La nueva ciudadanía
Hoy la vieja confrontación bipolar se ha superado, pero no por esto hemos llegado al “fin de la historia”. El problema actual es cómo se construye una opción superadora. En términos más específicos, cómo se construye la nueva democracia. 
• La sociedad del conocimiento
Una “sociedad del conocimiento” se perfila, entonces, como una forma social superadora de las actuales, a condición de que el conocimiento - que es la base - sea un bien que está disponible para todos. Esta es la nueva sociedad. Mucho conocimiento al alcance de todos, distribuido de tal manera que garantice igualdad de oportunidades. ¿Cómo se logra?
A través de un sistema escolar que sea el encargado de garantizarlo, al cual toda la sociedad le dé no sólo el mandato de hacerlo, sino también los recursos para lograrlo.
• La ética de la solidaridad
Por mucho que nos pese y reconociendo factores positivos al capitalismo, una de sus consecuencias más negativas ha sido el individualismo a ultranza y la competencia (leal y desleal) en la que se ha basado. Por esto “una sociedad ética es una sociedad regida por la solidaridad. Se realiza haciendo que todos los seres humanos participen del conjunto de los bienes disponibles, in acaparar unos a costa de otros, sin excluir a nadie del reparto”.
Históricamente, el instrumento pacífico más potente para lograr esto ha sido la educación, que rompe el círculo vicioso de la pobreza y es el determinante fundamental de la “empleabilidad” y, desde allí, del acceso a todos los bienes materiales y culturales que la sociedad ofrece.
• La nueva educación
Dos condiciones básicas parecen importantes frente al futuro: conocimiento y valores.
Ambos se distribuyen desde el sistema educativo, desde las escuelas. Esta realidad, que marca la demanda que hoy se hace a la educación, contrasta con otra realidad bastante conocida: hoy, tal como están, los sistemas educativos no pueden salir airosos frente a este desafío.
2. Necesidad de un Cambio de Paradigma
Diferentes tipos de estrategias y abundante financiamiento no han sido elementos suficientes para que la performance global de un sistema educativo mostrara mejoramientos sistemáticos. Mi opinión es que esto es la resultante de que las respuestas que se han dado en el marco de estas reformas educativas han sido elaboradas a partir de miradas retrospectivas y no de visiones prospectivas, como parte de un modelo cultural que define el futuro como la reproducción de las tendencias del pasado. Lo que se ha hecho habitualmente, y se está haciendo, es tratar de llevar a su máximo rendimiento el modelo de educación conocido en occidente a partir de los comienzos de la era moderna, sin tratar de encontrar una propuesta superadora.
Creo que es necesario situarse fuera de esta óptica, para plantearse un nuevo sistema educativo. Es necesario un cambio de paradigma.
• Las bases del nuevo paradigma 
Un nuevo paradigma educativo sólo será posible si tomamos conciencia, rediscutimos y redefinimos los ejes básicos que subyacen al actual modelo de educación.
La tesis que vamos a defender es que actualmente está en crisis el paradigma clásico de la educación o sea los acuerdos sociales básicos aceptados en la (sociedad en relación con las definiciones implicadas en estos niveles.
• El nivel político ideológico
Este primer nivel de análisis hace referencia a cuáles son las definiciones exógenas al propio sistema educativo que expresan los requerimientos que le hacen los otros diferentes subsistemas de la sociedad a la educación. 
Normalmente se expresan como fines y objetivos de la educación.
La nueva sociedad requiere, por un lado, un replanteo de la formación de la identidad del individuo y de las naciones; pero, por el otro, ciudadanos con capacidad para enfrentar la incertidumbre. En algunos contextos, estas demandas suponen formación para la participación, conocimiento para poder optar, actitudes solidarias y tolerantes, pero en otros contextos se incrementan justamente las contrarias de intolerancia, rigidez o discriminación.
Hay, además, demandas del subsistema productivo que parecen estar centradas en la necesidad de desarrollar competencias para la resolución de problemas, la capacidad de protagonismo, de ser creativo, de trabajar en equipo. Ha variado también el concepto de “inteligente”, que hoy incluye las tradicionales capacidades cognitivas, pero también otras como emociones, creatividad, intuiciones, imaginación.
 El nivel técnico pedagógico
Los sistemas educativos actuales, nacidos como consecuencia de la industrialización, se encuentran organizados sobre la base de las definiciones de ciencia (conocimiento), de aprendizaje y de contenidos vigentes en el momento en que se generaron.
Un sistema educativo orientado hacia las necesidades del siglo XXI debe incorporar:
• una definición de ciencia (conocimiento) que la entienda con el enfoque de Investigación y Desarrollo, o sea como la actividad humana que explica los diferentes campos de la realidad y genera teoría, tratando de producir cambios en ellos.
• una definición de aprendizaje como el resultado de la construcción activa del sujeto sobre el objeto de aprendizaje. 
• una definición de contenido que suponga enseñar, por supuesto, todos los elementos conceptuales que el avance de la ciencia determine pero, y con igual nivel de compromiso, los procedimientos mentales que permitan actualizar los conceptos y aplicarlos a la realidad, y las actitudes y valores que entran en juego cuando dicha aplicación tiene lugar.
• El nivel organizativo
Es el tercer nivel de análisis. Implica que la forma externa concreta de un sistema educativo - el funcionamiento del aula, la organización de la escuela, los modelos de supervisión - deberán ser diferentes si se varían las definiciones técnico - pedagógicas.
• Supuestos demográficos y territoriales.
Además de los supuestos anteriores, los sistemas escolares arrastran también en lo organizativo la consecuencia de haber nacido en un momento histórico dado, en sociedades con características concretas. Como surgieron con el desarrollo de la sociedad industrial, en la Europa anglosajona, las características de su organización fueron construidas a partir de las realidades de ese entorno:
Una particular expresión de las variables demográficas en un proceso de acelerada concentración de población. Territorios no demasiado extendidos. Economías dinámicas cuyo crecimiento permitió sostener e incrementar las inversiones en infraestructura, personal, equipamiento y gastos operativos.
3. Hacia una Propuesta Alternativa
Una mirada diferente y más amplia es difícil debido a que el paradigma educativo clásico sigue vigente y, como consecuencia de esto, el actual modelo de organización es tan monolítico que se reproduce en todos los niveles.
La hipótesis de trabajo es que la tecnología central o básica de producción pedagógica puede reformularse a la luz de las redefiniciones de los supuestos anteriores, y que una nueva tecnología central más costo - eficiente puede diseñarse si se ponen en cuestionamiento los ejes desde donde se organiza actualmente el aparato escolar: tiempo/espacio/agrupamientos / presencialidad.
• Las condiciones básicas institucionales
Las Condiciones Básicas Institucionales (CBI) constituyen un conjunto de propuestas para la configuración de nuevos modelos institucionales. Tienen que ver con las decisiones que se toman en relación con qué, cómo, cuándo, dónde enseñar. Sólo un escuela abierta y transformada, sin pretensiones de monopolio del saber, que interactúa con un alumno activo y protagónico,
y que desarrolle una gestión descentralizada pero no fragmentada que permita variadas propuestasde organización del trabajo grupal en distintas instancias, podrá constituirse en la escuela de las competencias que hoy se requiere para garantizar la calidad y la equidad educativa. Para ello es necesario generar las condiciones básicas institucionales pertinentes.
• El uso del espacio
No hay una única forma de organizar el espacio. La estructuración del espacio institucional en función de lo pedagógico supone mantener la coherencia ante el tipo de actividad que se va a desarrollar y los aprendizajes que se quieren propiciar, entendiendo como prioritarias las competencias, es decir, el saber hacer, y como “contenidos” los conceptos, procedimientos y valores.
Dos principios orientan la estructuración de los espacios escolares: el espacio institucional flexible en función de las necesidades del aprendizaje, y la institución como un centro de recursos para el aprendizaje. Tengamos en cuenta, además, que en el nuevo sistema educativo cuando se habla de aprendizaje no se hace referencia sólo al de los alumnos, sino que deben seguir aprendiendo permanentemente los docentes, los directivos, y todos los demás actores.
• La distribución del tiempo
No existe una manera única ni óptima de distribuir el tiempo escolar, porque esta decisión se encuentra íntimamente ligada con los objetivos pedagógicos. Por esto, la nueva organización escolar debe suponer:
• Una organización de la enseñanza basada en secuencias de enseñanza móviles, con unidades variables de tiempo didáctico. Convertir el tiempo estanco y dividido con parámetros fijos en tiempo acentuado y tiempo atenuado. Esto permite intensificar el ritmo de aprendizaje en alguna disciplina y disminuir en otras y variar estas intensidades en los distintos períodos o según las necesidades de los alumnos.
• Distribuir el tiempo escolar considerando dos perspectivas: tiempo de aula y tiempo institucional, entendiendo este último, en el caso del alumno, como el espacio propio para el desarrollo de proyectos, la generación de las competencias prácticas, al orientación escolar y vocacional. El tiempo institucional del docente permite desarrollar instancias de capacitación en servicio, de planificación conjunta por área o por ciclo, clases compartidas, etc. 
• Los agrupamientos de alumnos y profesores Modificar la estructura de los agrupamientos didácticos tiene consecuencias importantes en la organización del trabajo escolar en general
y del trabajo de los docentes en particular. De esta manera, cambiar la forma en que se agrupan los alumnos implica introducir modificaciones en la forma en que se agrupan los docentes.
La flexibilización y variación de los agrupamientos de docentes y alumnos se hacen necesarios porque los contenidos a trabajar son heterogéneos y por qué las actividades a realizar son variables y poseen especificidad. Pero, además, la flexibilidad de los agrupamientos posibilita la generación de una nueva competencia muy demandada por el mundo de hoy, el trabajo en grupo y la interacción con otros para el logro de la construcción intersubjetiva de resultados, es decir, el trabajo en equipo.• Presencialidad real o actual 
La condición para avanzar hacia una presencialidad más relativa es la inclusión en el nuevo esquema organizativo de las nuevas tecnologías comunicacionales (NTC).
Incorporar nuevas tecnologías de comunicación para superar las restricciones de un sistema educativo basado exclusivamente en la presencialidad no supone sólo poner computadoras en la vieja escuela. Se trata, más bien, de decidir específicamente en qué forma se debe imbricar la no presencialidad en un sistema pensado originalmente como presencial.
Apoyándose crecientemente en las NTC se podrá ofrecer un continuo de ofertas que vayan de las fundamentalmente presenciales a las fundamentalmente no presenciales, cada una de ellas diseñadas para sectores específicos de población, o para actividades o áreas concretas.
 Una Mirada Final al Efecto Costos -
Calidad
Otro modo de organizar la educación debería partir de plantear una nueva organización del nudo del tema, o sea, una nueva organización del triángulo alumno - docente – conocimiento del que se desprenda la necesidad correspondiente de reordenar los aspectos organizativos del resto de las instancias que arman el sistema educativo.
• Una alternativa de menor costo y mejor calidad
Un nuevo pensamiento en este sentido requiere poder asumir que los tabúes de hoy pueden ser violados.
Dos temas centrales surgen necesariamente a considerar: cuál es el monto de inversión per cápita (o cuál es la disponibilidad de inversión per cápita) con que se cuenta; y cuáles son las condiciones demo-territoriales que deben atenderse. Obviamente, no se trata de resignar el presupuesto existente y que los sistemas educativos no deban seguir peleando una mayor asignación de recursos, pero un incremento del presupuesto es un proceso paulatino de difícil resolución en el corto plazo, que es cuando los problemas son acuciantes.
• Ahorros posibles: la cuestión de la escala
Si hay un tema tabú por excelencia tanto entre los docentes como entre los padres, es la cuestión del tamaño del grupo escolar.
Sería bueno poder replantear si puede incrementarse la cantidad de alumnos por docente en un modelo de enseñanza, ya que se sabe que una variable poderosa para bajar costos es alterar la relación docente - alumno. 
Para poder hacerlo el primer paso es caer en la cuenta de que estos “números mágicos” no siempre fueron así.
Pensar que este modelo se ha mantenido por dos siglos no significa que no haya otra forma de hacerlo, ni nada que sostenga que la que conocemos en la actualidad es la única manera posible de hacerlo ni la mejor.
Una lógica de aprendizaje interactivo, donde no sólo enseña el profesor sino que también se enseñan los alumnos entre sí, y donde cada uno es protagonista de su propio aprendizaje, tiene todas las potencialidades como para superar las restricciones que el paradigma clásico levantó en este sentido. 
• Más inversión en la gente: la remuneración de los docentes
Cabe entonces la pregunta sobre cuál es la racionalidad económica de largo plazo de
utilizar el salario docente como variable de ajuste sobre todo cuando esto ha sido acompañado por la ampliación de prebendas tales como aumento de licencias, autorización de mayores asuetos, disminución de los días de clases, disminución de las exigencias, prácticas que han desfavorecido claramente la oportunidad de aprendizaje de los niños, y por lo tanto el quantum de conocimientos de la sociedad.
Quizás sería más racional organiza el gasto de otra manera, generando condiciones laborales que faciliten mejores resultados del trabajo docente, pero con la contrapartida de un salario que permita un ejercicio profesional. Y con una lógica de retribución profesional, que tenga que ver con la calidad del servicio que se presta y con la calidad de los resultados que se obtienen.

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