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Introducción a la Planificación para el Cambio Climático

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Esta sección aborda la importancia de integrar el cambio climático en la 
planificación, y señala algunas oportunidades y desafíos conexos. 
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Hay muchos tipos de planificación: ordenación del territorio, planificación económica, 
etc. La planificación para el cambio climático puede significar la integración de la 
adaptación y la mitigación en estos procesos existentes, o puede referirse a los 
procesos de planificación dedicados específicamente al cambio climático, como la 
formulación de una política nacional en materia de cambio climático. 
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Los efectos del cambio climático ya se dejan sentir en todo el mundo y los países 
necesitan planificar y llevar a cabo medidas de respuesta adecuadas. Muchos países 
ya han integrado el cambio climático en sus planes nacionales de desarrollo. Sin 
embargo, a menudo son las instituciones sectoriales y los gobiernos locales quienes 
implementan las respuestas en materia de mitigación y adaptación. Por tanto, todas la 
esferas del gobierno deben trabajar más de cerca para luchar contra el cambio 
climático. 
 
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Debido a la compleja naturaleza del cambio climático, un único departamento 
gubernamental no puede encargarse de implementar las medidas de respuesta. Las 
iniciativas en materia de cambio climático deben planificarse e integrarse a diversos 
niveles, del nacional al local. Además de la coordinación „vertical‟, la planificación 
para el cambio climático también debe coordinarse de forma “horizontal”, es decir, 
entre diferentes sectores. Por ejemplo, un Plan de Adaptación Nacional debe contar 
con la participación de diversos sectores, como la agricultura, la silvicultura, el sector 
del agua, la ordenación del territorio, la economía, la educación, etc. La coordinación 
intersectorial no es una labor sencilla, puesto que las responsabilidades pertinentes a 
menudo se encuentran repartidas entre distintos departamentos. 
 
Dependiendo del sistema político de un país, puede haber variaciones respecto de la 
división de las estructuras de autoridad o toma de decisiones, y de rendición de 
cuentas. Por tanto, es importante que los procesos de planificación para el cambio 
climático sean acordes con el sistema político específico de cada país. 
 
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La planificación para el cambio climático debería idealmente estar integrada en los 
procesos de planificación existentes. Mediante un proceso de planificación estratégica 
en todos los niveles gubernamentales, se pueden utilizar los puntos de entrada 
existentes para abordar el cambio climático. Se pueden utilizar numerosos marcos de 
política ―como políticas comerciales, políticas de empleo, políticas industriales, 
políticas de desarrollo de competencias, políticas de protección social, y políticas 
sectoriales― para implementar las medidas de respuesta al cambio climático. La 
evaluación de nuevos proyectos, por ejemplo nuevas infraestructuras, también se 
puede realizar desde una perspectiva climática. 
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Las partes interesadas se definen como “todos los organismos, organizaciones y 
personas que podrían verse afectados por las decisiones adoptadas”. Las partes 
interesadas en la política y las medidas de respuesta en materia de cambio climático 
van desde empresas y sindicatos, a instituciones académicas y grupos de la sociedad 
civil. Se prevé que la participación de las partes interesadas y pertinentes en el 
proceso de adopción de decisiones, mejore la calidad de las decisiones y aumente la 
adhesión a fin de garantizar una aplicación eficaz. La participación de todas las 
partes interesadas también puede contribuir a mejorar la coordinación y evitar la 
duplicación de esfuerzos. 
 
Departamento de Asuntos Ambientales, Sudáfrica (2011). Governance of Climate 
Changein South Africa, pág. 27 
 
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La participación de todas las partes interesadas en el proceso de adopción de 
decisiones es un elemento importante de la buena gobernanza. Además, hay siete 
principios que se reconocen como elementos de buena gobernanza. Estos principios 
garantizan que se minimice la corrupción, que los procesos de adopción de decisiones 
sean transparentes, y que las voces de aquellos más vulnerables en la sociedad se 
tengan en cuenta. Si faltan los elementos básicos de la buena gobernanza, es difícil 
implementar procesos de planificación eficaces para el cambio climático. 
 
UNESCAP (2014). What is Good Governance? 
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Existen diversos desafíos en la planificación para el cambio climático. Por ejemplo, la 
falta de coordinación entre los diferentes departamentos gubernamentales puede 
conducir a la duplicación de actividades o, lo que es aún peor, a actividades que se 
anulen entre sí. Los procesos de supervisión y evaluación para la planificación del 
cambio climático a menudo son imperfectos, puesto que conciernen a distintos sectores 
e instituciones. 
 
Además, el cambio climático es una cuestión científicamente compleja, y con frecuencia 
faltan datos precisos, en particular a nivel local. Por tanto, puede ser todo un reto 
convencer a los encargados de la adopción de decisiones de que es preciso tomar 
medidas y determinar qué iniciativas son las más adecuadas. 
 
Por ultimo, la política climática también puede resultar costosa a corto plazo y sus 
beneficios son difícilmente previsibles. En consecuencia, resulta difícil dar prioridad a 
este tema ante otras cuestiones más evidentes. 
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Las incertidumbres científicas (p. ej. sobre los efectos específicos del cambio climático 
en una región determinada) pueden utilizarse para justificar la inacción. Existen 
diferentes enfoques para abordar estas incertidumbres. 
 
Opciones útiles en todo caso: Son medidas que generan beneficios directos e 
indirectos. Por ejemplo, al reducir el consumo de energía en el sector industrial, se 
reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, disminuyen 
los costos de la electricidad para las empresas. Por tanto, las opciones útiles en todo 
caso son medidas que generan beneficios directos o indirectos lo suficientemente 
significativos como para contrarrestar los costos empleados en la aplicación de dichas 
medidas. 
 
El principio de precaución: Este principio respalda la adopción de medidas protectoras 
antes de contar con una prueba científica completa de un riesgo; es decir, no se debe 
posponer una medida por el simple hecho de que no se disponga de una información 
científica completa. 
 
OMC (2013). Módulo de capacitación sobre el Acuerdo MSF: Capítulo 8 
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Esta sección explica por qué es importante el cambio climático para la planificación 
nacional y sectorial, y presenta el papel de diferentes instituciones. 
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Las medidas en materia de cambio climático deben estar estrechamente 
interrelacionadas con los procesos de planificación nacional. Por ejemplo, si un país ha 
contraído una obligación internacional para reducir las emisiones de gases de efecto 
invernadero en un volumen determinado, este objetivo debe considerarse a los efectos 
de la planificación nacional. O, si en su plan de desarrollo un país ha identificado 
como prioritarios ciertos sectores económicos, las iniciativas para luchar contra el 
cambio climático también deberían prestar una atención particular a estos sectores. 
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Los gobiernos nacionales pueden influenciar y fortalecer las medidas de respuesta en 
materia climática estableciendo incentivos para las iniciativas de adaptación y 
mitigación, por ejemplo, fijando un precio sobre las emisiones de dióxido de carbono. 
Las instituciones nacionales también establecen un marco de política global en cuyo 
ámbito operan los niveles inferiores. Estas prioridades pueden reforzarse a través de 
asignaciones presupuestarias específicas destinadas a determinados sectores o 
actividades. 
 
Las instituciones nacionales son con frecuencia las más idóneas para facilitar la 
coordinación entre los diferentessectores y otras instituciones gubernamentales. Por 
ejemplo, si un país quiere introducir un impuesto sobre el carbono, es necesario que 
esta medida esté coordinada con todos los sectores pertinentes, incluidos, entre otros, 
los sectores de la energía, el transporte, la industria y la agricultura. 
 
Las relaciones internacionales también se gestionan a nivel nacional, y corresponde a 
los gobiernos nacionales velar por el cumplimiento de las obligaciones dimanantes de 
los tratados internacionales. Algunos ejemplos de acuerdos internacionales vinculados 
al cambio climático incluyen: la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el 
Cambio Climático, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la 
Desertificación, y el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica. 
 
OCDE (2009). Integración de la Adaptación en la Cooperación para el Desarrollo, pág. 
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A fin de planificar y aplicar medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, 
es necesaria la colaboración entre diversas partes interesadas a nivel nacional. Por 
ejemplo, si el Parlamento está considerando la posibilidad de introducir un programa 
de seguros contra inundaciones, incluidas subvenciones gubernamentales para 
asegurar edificios en zonas costeras propensas a las inundaciones, el Ministerio de 
Finanzas debe asignar recursos suficientes al programa en su presupuesto nacional. 
Antes de introducir el programa, los parlamentarios pueden consultar con miembros de 
la comunidad investigativa para comprender mejor los riesgos futuros de inundación 
en el contexto de un clima cambiante. Asimismo, pueden consultar con los grupos de la 
sociedad civil para recabar información sobre la perspectiva de las personas que 
viven en zonas propensas a las inundaciones, o con compañías de seguros privadas 
sobre la viabilidad del programa. 
 
OCDE (2009). Integración de la Adaptación en la Cooperación para el Desarrollo, pág. 
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En este vídeo del Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED), 
un representante de Kenya explica de qué modo el país planea integrar el cambio 
climático en la planificación nacional del desarrollo. En particular, aborda las 
necesidades y las oportunidades de financiación. 
 
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Los efectos del cambio climático son diferentes para cada sector. Por ejemplo, se 
prevé que el cambio climático tenga un impacto directo e importante en la 
agricultura y la silvicultura, debido a la variación de los patrones de las 
precipitaciones y al aumento de temperatura. Otros sectores resultan afectados 
principalmente de manera indirecta. Por ejemplo, el sector laboral puede resultar 
afectado a consecuencia de la migración de trabajadores desde las zonas rurales 
propensas a las sequías hacia las ciudades. 
 
De forma análoga, cada sector tiene un impacto diferente en el cambio climático. 
Por ejemplo, los sectores de la industria y del transporte tienen un impacto directo e 
importante sobre las emisiones de gases de efecto invernadero. El sector de la 
educación, por otro lado, tiene un impacto más indirecto en las emisiones, por 
ejemplo, a través de la introducción de prácticas respetuosas con el clima en los 
planes de estudio. 
 
En última instancia, el cambio climático puede repercutir en las prioridades 
nacionales, lo que puede significar que los sectores cuenten con un volumen mayor 
o menor de financiación. Esto debe tenerse en cuenta en la planificación sectorial. 
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Las instituciones sectoriales contribuyen a gestionar el cambio climático a través de 
enfoques de abajo arriba y de arriba abajo. Por ejemplo, si un país elabora un plan 
de adaptación nacional, a menudo toma en cuenta las prioridades y experiencias 
sectoriales existentes (enfoque de abajo arriba). Una vez que se ha adoptado el plan 
de adaptación nacional, es necesario implementarlo en todos los sectores pertinentes 
(enfoque de arriba abajo). 
 
OCDE (2009). Integración de la Adaptación en la Cooperación para el Desarrollo, págs. 
95 a 116 
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Las partes interesadas sectoriales incluyen los ministerios pertinentes, comisiones para 
sectores específicos, comités parlamentarios que se centran en cuestiones sectoriales, 
así como instituciones de investigación, organizaciones de la sociedad civil, 
asociaciones empresariales y sindicatos. Por ejemplo, en el caso de la adaptación al 
cambio climático en el sector del agua, el Ministerio del Agua desempeña un papel 
central, ya que se encarga de formular políticas y establecer normas en materia de 
irrigación, acceso equitativo, productividad, etc. Las comisiones del sector del agua 
pueden facilitar la cooperación y el intercambio de información entre diversas 
esferas, mientras que las juntas de planificación y gestión del agua aportan datos 
técnicos a los procesos de planificación. Las organizaciones de la sociedad civil 
pueden desempeñar un papel central en la defensa de los intereses de los 
consumidores de agua vulnerables. 
 
OCDE (2009). Integración de la Adaptación en la Cooperación para el Desarrollo, pág. 
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Esta sección explica por qué el cambio climático es importante para el nivel 
subnacional y examina el papel de las diferentes instituciones que intervienen en el 
proceso de planificación. En el contexto de este módulo, los gobiernos subnacionales 
se definen como instituciones provinciales, departamentales, locales y municipales. 
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El cambio climático a menudo está muy localizado. Zonas de una gran proximidad 
geográfica pueden hacer frente a desafíos muy diferentes en materia de adaptación 
y mitigación y, por tanto, requieren enfoques distintos específicamente concebidos en 
términos de localización y tiempo. Estas variaciones locales hacen que la acción de los 
gobiernos subnacionales sea idónea para abordar el cambio climático (en particular, 
la adaptación). 
 
 
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La planificación y reglamentación a nivel subnacional, en gran parte en forma de 
ordenanzas municipales, y zonificación y planificación del uso de la tierra (o 
estratégica). Por ejemplo, la reglamentación puede utilizarse para evitar que la gente 
se instale en zonas propensas a las inundaciones. 
 
Suministrar bienes y servicios de bajas emisiones y resilientes al clima, por ejemplo, 
mediante la construcción de infraestructuras resistentes al clima o al mantener unos 
bosques sanos. 
 
Los ingresos fiscales subnacionales, recaudados en forma de impuestos, tasas y cuotas, 
que pueden proporcionar incentivos o elementos disuasorios por el modo en que se 
gestionan (o están mal gestionadas) las cuestiones relativas al cambio climático. 
 
 
PNUD, FNUDC y PNUMA (2010). Local Governance and Climate Change 
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Diversas partes interesadas participan en la planificación para el cambio climático a 
nivel subnacional. Por ejemplo, los gobiernos locales y los concejos municipales tienen 
que tomar en consideración el cambio climático al formular planes para 
infraestructuras, vivienda y uso de la tierra. Los servicios públicos municipales tienen 
que ofrecer un suministro de servicios públicos (como agua y saneamiento) resistentes 
al cambio climático. Las organizaciones de la sociedad civil pueden documentar e 
intercambiar información sobre el cambio climático, y compartir experiencias y 
lecciones aprendidas de los proyectos piloto. Las alianzas de los sectores público y 
privado entre gobiernos subnacionales y empresas pueden mejorar la aplicación de 
los planes locales de mitigación y adaptación. 
 
OCDE (2009). Integración de la Adaptación en la Cooperación para el Desarrollo, págs. 
145 a 182 
 
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La Plataforma Regional de Conocimiento sobre la Adaptación al Cambio Climático 
(AKP, por sus siglas en inglés) ha tendido puentes entre el conocimiento existente sobre 
la adaptación al cambio climático y los gobiernos, los organismos y las comunidades 
que dependen de este conocimiento para informarsus decisiones y su política en 
materia de adaptación al cambio climático. Este estudio de caso del distrito Lao-oi, en 
Tailandia, ilustra un marco para integrar el cambio climático en los planes de 
desarrollo comunitarios. 
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Esta sección presenta una metodología de cinco etapas para elaborar estrategias de 
desarrollo bajas en carbono y resilientes al cambio climático (LECRDS, por sus siglas 
en inglés), que incluye a todas las instituciones gubernamentales en la formulación de 
una respuesta eficaz y coherente al cambio climático. 
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Se ha elaborado una serie de metodologías a fin de integrar el cambio climático en 
la planificación del desarrollo en diferentes puntos de entrada. Una buena estrategia 
para garantizar que la planificación del desarrollo está tomando en consideración el 
cambio climático consiste en formular una estrategia de desarrollo baja en carbono y 
resiliente al cambio climático (LECRDS). Una LECDRS permite a los países emplear 
diversas opciones de política de forma coordinada. La creación de una LECRDS 
también contribuye a atraer y dirigir la inversión púbica y privada. 
 
 
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Las siguientes diapositivas exponen las etapas clave en la preparación de estrategias 
de desarrollo bajas en carbono y resilientes al clima. Para algunas etapas 
determinadas se proporcionarán detalles adicionales. Las diapositivas están basadas 
en una guía del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 
 
PNUD (2011). Preparing Low-Emission Climate-Resilient Development Strategies 
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En primer lugar, es importante establecer un equipo sólido y competente que pueda 
dirigir la LECRDS. Después de examinar la información existente en materia climática, 
como planes, evaluaciones y políticas, el equipo comprenderá mejor la posición actual 
del país y las políticas que hay en vigor. Tras establecer un comité directivo, integrado 
por funcionarios de alto nivel, se pueden crear los grupos de trabajo técnicos y de 
política con representantes de los sectores nacionales, regionales y locales, así como 
del sector privado y el ámbito académico. Es preciso identificar las necesidades de 
capacidad técnica e impartir formación a los encargados de la adopción de 
decisiones antes de decidir elaborar una estrategia de comunicación y concienciación. 
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Una vez que se han integrado las partes interesadas clave en el proceso de 
planificación, se pueden preparar los perfiles para el cambio climático y los 
escenarios de vulnerabilidad. El primer paso consiste en establecer inventarios de 
emisiones de GEI en escenarios de status quo como una base de referencia desde la 
cual empezar a trabajar. A continuación, de deben elaborar proyecciones de 
emisiones futuras y evaluar las vulnerabilidades de los sistemas medioambientales, 
sociales y económicos. Con base en estos escenarios y evaluaciones se pueden 
elaborar mapas de vulnerabilidad actual y futura. 
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El siguiente paso es identificar las opciones estratégicas que conduzcan a trayectorias 
de desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima. Después de examinar los perfiles 
para el cambio climático y los escenarios de vulnerabilidad, es necesario determinar 
objetivos de reducción de las emisiones e identificar posibles opciones para lograr 
estos objetivos. Es esencial identificar los sectores principales que contribuyen a las 
emisiones de GEI y planificar diferentes escenarios de desarrollo bajo en emisiones y 
resiliente al clima que se pueden seguir. Se debe evaluar el impacto de los distintos 
escenarios en la vulnerabilidad prevista de una región determinada. Sobre la base 
de escenarios de emisiones futuras y vulnerabilidad, se pueden definir objetivos de 
desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima, y se pueden identificar opciones de 
mitigación y adaptación prioritarias pertinentes. 
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A fin de aplicar iniciativas prioritarias en materia de cambio climático, se deben 
identificar opciones de política y financiación. El primer paso es realizar un análisis 
técnico, social, de viabilidad y de rentabilidad de las opciones de adaptación y 
mitigación consideradas como prioritarias. Se deben analizar las barreras que 
pueden obstaculizar la aplicación. Al mismo tiempo, es necesario evaluar las políticas 
y oportunidades de financiación existentes, y también se deben identificar las 
corrientes de inversión y financiación que son necesarias para aplicar las iniciativas 
prioritarias. 
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Tras completar satisfactoriamente las etapas iniciales, y después de recopilar y 
sintetizar los resultados de todas las etapas anteriores, es importante preparar una 
hoja de ruta. Esta hoja de ruta tiene que ser examinada y aprobada por el comité 
directivo de la LECRDS. Los comités de coordinación en materia climática deberían 
examinar y validar el proyecto de hoja de ruta. La hoja de ruta finalizada debería 
distribuirse ampliamente y presentarse a los actores financieros clave de los sectores 
público y privado. 
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Daniela Stoycheva, de la Oficina Regional del PNUD para Europa y Asia Oriental, 
presenta un proyecto regional destinado a ayudar a los países en la formulación de 
LECRDS. Kazajstán es el primer país que ha participado en el proyecto del PNUD. 
 
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Esta sección presenta algunas iniciativas internacionales que apoyan la planificación 
del cambio climático. 
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En el ámbito de la mitigación, el Programa de Fomento de Capacidades en Desarrollo 
Bajo en Emisiones de la UE y el PNUD apoya las estrategias de desarrollo con bajas 
emisiones a nivel nacional y la mejora de sistemas para la medición, notificación y 
verificación. Hasta la fecha, 25 países participan en el programa. 
 
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Existen diferentes iniciativas internacionales que apoyan los planes nacionales de 
adaptación. Para más información, véase el Módulo 4. 
 
 
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ICLEI (Gobiernos Locales por la Sostenibilidad) es una asociación internacional de 
gobiernos locales y metropolitanos, comprometida con el desarrollo sostenible y que 
presta asistencia a las ciudades para que sean más sostenibles, resistentes al clima, 
eficientes en materia de recursos, y que tengan una mayor biodiversidad y generen 
menos emisiones de carbono, entre otras cosas. El programa GreenClimateCities 
(GCC) se basa en la Campaña de Ciudades para la Protección del Clima, otra 
iniciativa de ICLEI que fue la primera campaña mundial destinada a que los gobiernos 
locales abordaran el cambio climático. El GCC es un proceso formulado a medida de 
acuerdo con los requisitos de los gobiernos locales y su metodología comprende tres 
fases: “Analizar, Actuar y Acelerar”. Describe de qué manera se pueden identificar las 
alternativas de bajas emisiones e integrarlas en los procesos, planes y políticas 
urbanas de desarrollo. 
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El proyecto Desarrollo de la Capacidad para la Adaptación al Cambio Climático y la 
Mitigación de GEI en los Países no Incluidos en el Anexo I (C3D+) tiene por objeto 
aumentar la capacidad de las instituciones de investigación y formación en los países 
en desarrollo a fin de apoyar las iniciativas de mitigación y adaptación al cambio 
climático. El proyecto reúne a nueve asociados que, de forma colectiva, constituyen una 
red de conocimiento y desarrollo de la capacidad en la que cada uno de los centros 
contribuye con su experiencia especializada para desarrollar y aplicar herramientas 
y metodologías que apoyen el proceso de adopción de decisiones para la mitigación 
y adaptación al cambio climático. El proyecto está dirigido por el Instituto de las 
Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR). 
 
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