Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Segunda edición Teresa I. Fortoul van der Goes Coordinadora de Ciencias Básicas Profesora de Carrera Titular C Departamento de Biología Celular y Tisular, Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Médica Cirujana (UNAM) Especialista en Neumología Clínica (UNAM) Maestra en Ciencias Médicas (UNAM) y en Comunicación y Tecnología Educativa (ILCE) Doctora en Ciencias (UNAM) Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas (SUA), Facultad de Filosofía y Letras (UNAM) MÉXICO • BOGOTÁ • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA MADRID • NUEVA YORK • SAN JUAN • SANTIAGO • SÃO PAULO AUCKLAND • LONDRES • MILÁN • MONTREAL • NUEVA DELHI SAN FRANCISCO • SIDNEY • SINGAPUR • ST. LOUIS • TORONTO Director editorial: Javier de León Fraga Editor sponsor: Emilio Salas Castillo Editor de desarrollo: Manuel Bernal Pérez Supervisora de producción: Ángela Salas Cañada HISTOLOGÍA Y BIOLOGÍA CELULAR Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin autorización escrita del editor. DERECHOS RESERVADOS © 2013, 2010 respecto a la segunda edición por, McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S.A. de C. V. A subsidiary of Th e McGraw-Hill Companies, Inc. Prolongación Paseo de la Reforma 1015, Torre A, Piso 17, Col. Desarrollo Santa Fe, Delegación Álvaro Obregón C. P. 01376, México, D. F. Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana Reg. núm. 736 ISBN: 978-607-15-0861-4 1234567890 1245678903 Impreso en México Printed in Mexico NOTA La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán cambios de la tera- péutica. El (los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosifi cación medicamentosa sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medici- na, ni los editores ni cualquier otra persona que haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa, tampoco son responsables de errores u omisiones, ni de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la hoja informativa que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a los laboratorios para recabar información sobre los valores normales. Colaboradores M. en C. Sandra Acevedo Nava Técnica Académica Asociada C Profesora de la asignatura de Biología Celular y Tisular Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Bióloga, Facultad de Ciencias (UNAM) Maestra en Ciencias (UNAM) MC Patricia Alonso Viveros Profesora de Carrera Titular C Médica adscrita al Servicio de Anatomía Patológica en el Hospital General de México Profesora de Anatomía Patológica, Profesora del Curso de Alta Especialidad en Citopatología Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Médica cirujana (UNAM), Especialista en Anatomía Patológica y subespecialidad en Citopatología Dra. María del Carmen Ávila Casado Doctora en Ciencias Profesora de la Universidad de Toronto, Canadá Directora Médica del Laboratorio de Microscopía Electrónica y Patólogo Renal Toronto General Hospital, University Health Network (UHN) M. en C. Patricia Bizarro Nevares Profesora de la asignatura de Biología Celular y Tisular Técnica Académica Titular C Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Médica Veterinaria y Zootecnista Facultad de Medicina Veterinaria (UNAM) Maestra en Ciencias (UNAM) Dr. Antonio Campos Muñoz Profesor del Departamento de Histología Universidad de Granada, España MC Berenice Cano Gutiérrez Médica Cirujana por la Universidad Popular Autónoma de Puebla Médica adscrita a la Unidad de Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social, Tlaxcala. Residente de la especialidad de Urgencias Médicas Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Dr. Gumaro Cano Gutiérrez Médico Cirujano por la Universidad Popular Autónoma de Puebla Departamentos de Informática Biomédica e Integración de Ciencias Médicas, Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Maestro en Ciencias (UNAM), Doctor en Ciencias (UNAM) Dr. Paul Carrillo Mora Investigador en Ciencias Médicas C Servicio de Rehabilitación Neurológica Instituto Nacional de Rehabilitación, SSa, México Médico Cirujano, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con especialidad en Neurología (UNAM) Doctor en Ciencias (Facultad de Medicina, UNAM) Profesor de asignatura, Departamento de Integración de Ciencias Médicas de Facultad de Medicina, UNAM Dr. Andrés E. Castell Rodríguez Jefe del Departamento de Biología Celular y Tisular Profesor de Carrera Titular B Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Médico cirujano (UNAM), Maestro en Ciencias Morfológicas (UNAM) y Doctor en Ciencias (UNAM) Cirujano Dentista Genny Míriam Castro Alvarado Especialista en Ortodoncia, Facultad de Odontología Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) Dra. Laura Colín Barenque Profesora de Carrera titular A Laboratorio de Neuromorfología FES Iztacala, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Bióloga, FES Iztacala (UNAM), Maestra en Ciencias (UNAM) y Doctora en Ciencias (UNAM) M.C. Diana Guadalupe Esperón Cortés Médica Cirujana por la UNAM Especialista en Cirugía General Profesora del Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina, UNAM Docente de Escuela Superior de Medicina, Instituto Politécnico Nacional (IPN) Dra. Isabel García Peláez Profesora de Carrera Asociada C Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Bióloga, Universidad Autónoma de Madrid Doctora, Universidad Autónoma de Madrid MC Tania Garibay Huarte Especialista en Neuropatología Profesora del Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) v vi Colaboradores Biól. Elena Sherezada González Rendón Profesora de asignatura, Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Candidata a Doctora en Ciencias Dra. Adriana González Villalva Técnica Académica Asociada A Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Médica Cirujana (UNAM), Maestra en Ciencias (UNAM) Doctora en Ciencias, Facultad de Medicina, UNAM M. en C. Miguel A. Herrera Enríquez Profesor de Carrera Asociado C Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Biólogo, Facultad de Ciencias (UNAM), Maestro en Ciencias (UNAM) y candidato a Doctor (UNAM) M. en C. Rubén Jiménez Martínez Profesor de asignatura del Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina (UNAM) MC Leticia Llamas Ceras Médica Patóloga, alumna del Curso de Alta Especialidad en Citopatología Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Servicio de Anatomía Patológica, Hospital General de México Biól. Nelly López Valdez Estudiante de la Maestría en Ciencias Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Profesora de la asignatura de Biología Celular y Tisular Departamento de Biología Celular y Tisular Bióloga, Facultad de Ciencias, UNAM MC Bernardo Moguel González Médico Internista especialista en Nefrología Hospital Español e Instituto Nacional de Cardiología“Ignacio Chávez”, Ssa, México Dr. Luis F. Montaño Estrada Profesor de Carrera Titular B Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Médico cirujano (UNAM), Especialista en Gastroenterología y Medicina Interna (UNAM) Maestría en la Universidad de Londres, Doctor en Ciencias (UNAM). Dra. María Argelia Akemi Nakagoshi Cepeda Maestría en Educación Odontológica, Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) Doctorado en Investigación Universidad de Granada, España Jefa del Departamento de Histología Facultad de Odontología (UANL) Profesora de Histología Dr. Sergio Eduardo Nakagoshi Cepeda Maestría en Educación Odontológica Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) Doctorado en Investigación Universidad de Granada, España Subdirector de Estudios de Posgrado Facultad de Odontología (UANL) Profesor de Histología, Departamento de Histología Facultad de Odontología (UANL) M. en C. Vianey Rodríguez Lara Profesora de Carrera Asociado C Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Bióloga, Facultad de Ciencias (UNAM), Maestra en Ciencias (UNAM), Candidata a Doctora en Ciencias (Facultad de Medicina, UNAM) Histotecnóloga Verónica Rodríguez Mata Técnica Académica Titular B Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México Histotecnóloga por el Instituto Nacional de Pediatría SSa, México M. en C. Marcela Rojas Lemus Candidata a Doctora en Ciencias Profesora de asignatura del Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) M. en C. Liliana Salazar Monsalve Profesora asociada Área Histología, Departamento de Morfología Universidad del Valle, Cali, Colombia Maestra en Morfología Especialista en Docencia Universitaria Dra. Rosa Isela Sánchez Nájera Maestría en Educación Odontológica Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) Maestría en Odontología Avanzada (UANL) Doctorado en Investigación por la Universidad de Granada, España Colaboradores vii Subdirectora General de la Facultad de Odontología (UANL), Profesora de Histología y de Análisis de Casos Clínicos Departamento de Histología, Facultad de Odontología (UANL) Dr. Juan Manuel Solís Soto Doctorado en Ciencias Jefe del Departamento de Fisiología Profesor de Histología y de Fisiología Facultad de Odontología Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) Dra. Martha Ustarroz Cano Profesora de la asignatura de Biología Celular y Tisular Técnica Académica Titular C Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Bióloga, Facultad de Ciencias (UNAM) Maestra en Ciencias (UNAM) M. en C. Margarita E. Varela Ruiz Jefa del Departamento de Investigación en Educación Médica Secretaría de Educación Médica Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México Psicóloga Tania Vives Varela Responsable del Programa de Apoyo Psicopedagógico Unidad de Desarrollo Académico Secretaría de Educación Médica Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Biól. Armando Zepeda Rodríguez Técnico Académico Titular B Departamento de Biología Celular y Tisular Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Biólogo, Facultad de Ciencias (UNAM) Contenido Prólogo a la segunda edición ............................................. xi Prefacio a la primera edición ........................................... xii Prólogo a la primera edición ............................................ xiii Introducción. Aprendiendo ciencias básicas ......... 1 Margarita Varela Ruiz, Tania Vives Varela Capítulo 1. Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular .............................. 3 Armando Zepeda Rodríguez Capítulo 2. Técnica histológica y sus aplicaciones ............................................................. 15 Verónica Rodríguez-Mata Vianey Rodríguez Lara Teresa I. Fortoul van der Goes Capítulo 3. La citología como una herramienta para el médico general ................................................... 25 Patricia Alonso Viveros M. Leticia Llamas Ceras Capítulo 4. La célula: su estructura y función .... 47 Vianey Rodríguez Lara Luis F. Montaño Estrada Teresa I. Fortoul van der Goes Capítulo 5. Tejidos ...................................................... 75 Epitelios Vianey Rodríguez Lara Liliana Salazar Monsalve Conjuntivo Vianey Rodríguez Lara Adriana E. González Villalva Teresa I. Fortoul van der Goes Adiposo Vianey Rodríguez Lara Teresa I. Fortoul van der Goes Cartílago y hueso Vianey Rodríguez Lara Diana Guadalupe Esperón Cortés Teresa I. Fortoul van der Goes Hueso y su formación Teresa I. Fortoul van der Goes Vianey Rodríguez Lara Adriana E. González Villalva Músculo Nelly López Valdez Teresa I. Fortoul van der Goes Nervioso Laura Colín Barenque Paul Carrillo Mora Capítulo 6. Sangre ......................................................153 Adriana E. González Villalva Capítulo 7. Hematopoyesis ......................................161 Adriana E. González Villalva Paul Carrillo Mora Capítulo 8. Tejido y órganos linfoides .................167 Andrés E. Castell Rodríguez Miguel Herrera-Enríquez Martha Ustarroz Cano Capítulo 9. Sistema cardiovascular .......................185 Isabel García Peláez Capítulo 10. Sistema respiratorio ..........................195 Teresa I. Fortoul van der Goes Vianey Rodríguez Lara Nelly López Valdez Capítulo 11. Piel y anexos ........................................207 Andrés E. Castell Rodríguez Miguel Herrera Enríquez Antonio Campos Muñoz Capítulo 12. Aparato digestivo ...............................223 Gumaro Cano Gutiérrez Elena Sherezada González Rendón Berenice Cano Gutiérrez María Argelia Akemi Nakagoshi Cepeda Rosa Isela Sánchez Nájera Juan Manuel Solís Soto Sergio Eduardo Nakagoshi Cepeda Genny Míriam Castro Alvarado Capítulo 13. Aparato urinario ................................253 María del Carmen Ávila Casado Bernardo Moguel González Capítulo 14. Aparato reproductor femenino .....267 Nelly López Valdez Teresa I. Fortoul van der Goes Capítulo 15. Aparato reproductor masculino ...279 Patricia Bizarro Nevares Sandra Acevedo Nava ix x Contenido Capítulo 16. Sistema endocrino .............................295 Isabel García Peláez Capítulo 17. Oído (órgano vestíbulo coclear) ...............................................................................303 Marcela Rojas Lemus Rubén Salvador Jiménez Martínez Capítulo 18. Ojo y sus anexos .................................315 Vianey Rodríguez Lara Isabel García Peláez Martha Ustarroz Cano Tania Garibay Huarte Teresa I. Fortoul van der Goes Anexo. Actividades prácticas .......................................... 323 Índice alfabético ................................................................ 349 Prólogo a la segunda edición A la célula se le considera como el verdadero átomo de la biología George Henry Lewes La fi siología de la vida común, 1860 El proceso de la enseñanza de la medicina y ciencias de la salud está lleno de retos conceptuales, logísticos, admi- nistrativos, políticos y educativos. Para nadie es un secre- to que el estudiar medicina es una de las tareas más exi- gentes que puede elegir un ser humano para su desarro- llo personal y profesional, los estudiantes de medicina “se queman las pestañas” y sacrifi can parcialmente su vida personal, consumiendo, digiriendo y asimilando un cau- dal de conocimientos que se hace más grande cada día. El plan de estudios más actualizado de cualquier escuela de medicina, se enfrenta a la compleja situación de pre- ver todos los conocimientos, tecnologías y aplicaciones de las mismas, que ocurrirán en el transcurso de la duración de un ciclo de la carrera. Es imposible anticipar todos los avances científi cos que ocurrirán en nuestroentorno, que tendrán infl uencia en lo que debe saber y saber hacer un médico competente, por lo que los instrumentos de infor- mación que nutren el conocimiento de las nuevas genera- ciones deben elaborarse con especial cuidado y atención al detalle. Una de las disciplinas de las llamadas “ciencias bási- cas” o “ciencias biomédicas” de los planes de estudio de la carrera de medicina, que tiene más tradición en la forma- ción de profesionales de la salud, es la Histología y Biología celular. La cita con que inicio este Prólogo refl eja la tre- menda importancia de esta área de las ciencias en la com- prensión de la vida, y de los elementos que constituyen al ser humano desde uno de sus niveles más básicos. La célu- la y sus procesos vitales conforman la estructura de la maravilla que es el cuerpo humano. Es fascinante cómo las células se especializan en diferentes tejidos para componer los órganos, y se comunican entre ellas por múltiples mecanismos para integrar el sistema adaptativo complejo que es el organismo vivo. Las estrategias que utiliza el organismo para interactuar con otros organismos y el medio ambiente, y a fi n de cuentas contribuir a la produc- ción del entorno en que se escenifi ca el drama (en el buen sentido de la palabra) de la vida humana, son un ejemplo palpable de las ciencias de la complejidad en acción. La doctora Teresa Fortoul van der Goes y un selecto grupo de académicos se dieron a la nada sencilla tarea de realizar la segunda edición de una obra importante en el escenario educativo de nuestro país y Latinoamérica. No es tarea menor el retomar un producto acabado y con un alto nivel de excelencia, revisarlo, reescribirlo, actualizarlo y hacerlo todavía mejor. El editar y escribir un libro es una tarea de amor, de cariño hacia el conocimiento y hacia los estudiantes y profesores que serán los consumidores de esta obra, que entraña la enorme responsabilidad de vali- dar la exactitud, precisión, vigencia y pertinencia de todos y cada uno de los conocimientos vertidos en ella. Cada página, cada párrafo, cada línea y cada palabra (con las abundantes ilustraciones que las acompañan), surgen como producto del esfuerzo y refl exión de cada uno de los autores, y de la supervisión y revisión del grupo coordina- dor del libro que Usted tiene ahora en sus manos. En el contexto del siglo xxi la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha lle- vado a cabo una reforma curricular de su Plan de Estudios de la Licenciatura de Médico Cirujano. En este currículo se han incluido varias asignaturas nuevas, que deben inte- grarse con las tradicionales, para promover el conoci- miento de las diversas disciplinas y mejorar la formación de los profesionales de la salud que salen de sus aulas (www.facmed.unam.mx). Durante el proceso de imple- mentación del nuevo Plan de Estudios ha sido patente la necesidad de libros de texto y referencias en el idioma español, sobre cada una de las áreas que contribuyen a la formación del médico. Es a la población de estudiantes de medicina y de otras profesiones de la salud, a quienes está dirigido el presente libro. En él se han escrito de manera breve, concisa y objetiva los capítulos necesarios para pro- veer al profesional de la salud en formación, así como al médico general o especialista que requiera revisar estos conceptos, un panorama general actualizado de la Histo- logía y Biología celular, que cubre los principales aspectos de esta temática. El presente texto es un documento integrado con el efi caz trabajo de muchos expertos en el área, unidos por un objetivo común: hacer efectiva y agradable la tarea de enseñar y aprender la Histología y Biología celular. Estoy seguro que los estudiantes y profesores que lo utilicen para su formación y desarrollo profesional lo disfrutarán inten- samente. Dr. Melchor Sánchez Mendiola Secretario de Educación Médica Profesor Titular A de Tiempo Completo Defi nitivo División de Estudios de Posgrado Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México México, D.F., Octubre de 2012. xi La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Au- tónoma de México (UNAM) recién terminó, para fi nales del 2009, la revisión de su Plan de Estudios. Esa autoeva- luación nos llevó, como Institución, a retomar las tenden- cias más actuales para la enseñanza, mismas que incluyen a las competencias como una de sus guías. Otro punto relevante es el interés de los docentes sobre la integración de las ciencias básicas y de la clínica, lo cual es un comentario reiterado de los estudiantes en sus primeros años de licenciatura. A fi n de atender a esta necesidad, Histología y biología celular integra ambos conocimientos, pues no sólo comenta diferentes alteracio- nes clínicas, sino la aplicación de los conocimientos adqui- ridos por el estudiante en la Biología celular, la Histología y la Citología. Esta obra es singular en tanto que incluye con sumo detalle las aplicaciones y técnicas que se requieren para obtener una muestra adecuada que resulte útil en el estu- dio citológico, área de enorme relevancia, ya que su imple- mentación —como herramienta de detección temprana en patologías como el cáncer cervicouterino—, ha salvado muchas vidas. Los autores, en su mayoría, son profesores de la Facul- tad de Medicina o egresados de la UNAM que se distin- guen por su amor a la institución y a la materia del libro que, además, ayuda al estudiante a organizar su conoci- miento al ir de lo general a lo particular, a detectar “el árbol“ en el bosque, ya que al observar los detalles en el apoyo práctico de la asignatura, se ejercita en la identi- fi cación de patrones, actividad reiterada en la Medicina. Dra. Teresa I. Fortoul van der Goes Prefacio a la primera edición xii Una de las grandes fortalezas de la Facultad de Medicina de la UNAM está fi ncada en sus académicos. En el caso de las ciencias básicas, los expertos en cada una de las mate- rias se agrupan en los llamados Departamentos. En ellos, la vida colegiada, la comunión de intereses académicos y las líneas de investigación que se realizan, conjuntan inte- reses que retroalimentan a sus integrantes, los enriquecen y propician la generación de conocimientos. Tal es el caso del Departamento de Biología celular y tisular. Este departamento tiene, como encargo docente, la impartición de la asignatura de Histología y Biología celu- lar. No es una encomienda sencilla pues trata de brindar el conocimiento de estructuras celulares observables sólo mediante estrategias y herramientas específi cas para las diferentes células y tejidos que conforman el cuerpo humano. De la observación celular nace el conocimiento de la función, de ahí que la Histología se transforme en Biología celular y tisular. Esta es, en consecuencia, una materia integradora, pues sólo entendiendo la constitución y fun- ción de la célula es posible comprender la diferenciación de tejidos y su función biológica de los organismos vivien- tes. Por ello, la Histología y la Biología celular y tisular for- man parte esencial del cuerpo de conocimientos básicos que todo médico debe tener y que es necesario en el enten- dimiento de los procesos íntimos que suceden en la célula y que son campo de estudio de la Bioquímica y la Biología molecular. Un numeroso grupo de académicos del Departamen- to, encabezados por la Dra. Teresa Fortoul, se dio a la tarea de elaborar este libro. En él se procuró la integración del conocimiento básico clínico al unir los conceptos esencia- les de la Histología y Biología celular con las otras mate- rias básicas que comprenden el Plan de Estudios y, así, se correlaciona Biología celular con la Fisiología y la Bioquí- mica; y la génesis embriológica con la diferenciación celu- lar y su distribución anatómica. Se buscó, asimismo, contrastar lanormalidad con lo patológico y, cuando se consideró necesario, se incluyeron las manifestaciones clí- nicas para darle signifi cado y aplicación al conocimiento de la materia. Para lograrlo no se escatimaron esfuerzos. La Dra. Fortoul y el cuerpo de profesores del Departamento, con- vidaron a participar en esta edición a expertos del Hospi- tal General de México y de los Institutos Nacionales de Salud; de otras Facultades de Medicina de nuestra Univer- sidad y del país, así como a expertos de otras naciones de habla hispana. Con acierto, en un número reducido, se invitó a escri- bir o a colaborar en parte de sus capítulos a ayudantes de profesor y alumnos avanzados del posgrado. Estos últi- mos, sin duda, están más cerca de los potenciales lectores y, en consecuencia, su forma de abordar los problemas puede, en ocasiones, ser más comprensible para los fi nes que el texto persigue. A pesar de la diversidad de autores, el libro tiene una gran unidad. Unidad que se logra gracias a un objetivo común: la enseñanza de la Histología y Biología celular para estudiantes de medicina. Para el efecto, se fue pródi- go en microfotografías con excelente calidad de impre- sión, las más de las veces acompañadas de esquemas y fi guras que hacen agradable y sencilla su interpretación. De la misma manera, cuando se consideró pedagógico hacerlo, se incluyeron cuadros sinópticos de fácil lectura y memorización. Con alguna frecuencia, y bajo el título de ¿Sabías que...?, se subrayan conceptos o se vinculan cono- cimientos. Como texto, es un libro actual, con una edición muy cuidada, de aspecto moderno y agradable a la vista. Repre- senta un gran esfuerzo académico de los autores y una satisfacción de la vocación editorial de la Facultad de Medicina de la UNAM. Espero que lo disfruten, como estoy seguro, disfruta- ron los autores al escribirlo. Dr. Enrique Graue Wiechers Director de la Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México Prólogo a la primera edición xiii De la autora Teresa I. Fortoul van der Goes es médica cirujana, especia- lista en Neumología, Maestra y Doctora en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y, además, Maestra en Comunicación y Tecnología Educa- tiva por el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE) y recientemente Licenciada en Letras y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Aunque su intención era dedicarse a la Pato- logía —porque desde la licenciatura encontró fascinantes tanto la Histología como la Patología—, en su camino se cruzó la opción de realizar la especialidad de Neumolo- gía en el Hospital General de México. Ahí descubrió la excelente mancuerna que existe entre las ciencias básicas y la aplicación de éstas con la clínica, ya que el pulmón es un órgano que requiere del estudio morfológico en varias patologías para llegar al diagnóstico acertado. Por este camino terminó en el Departamento de Biología Ce- lular y Tisular (antes identifi cado como Departamento de Histología) en el que recibió la encomienda de impartir la asignatura del mismo nombre. Tras alcanzar la jefatura del mencionado departamento, retomó una idea que había es- cuchado en aquellos que la habían precedido: “Es impor- tante hacer un libro del departamento”. El primer intento fue un manual, mismo que se trans- formó en manual-libro y que ahora cristaliza en esta obra, el libro de Histología del departamento. Al igual que en sus trabajos previos, Histología y biología celular cuenta con la participación de varios profesores del departamen- to y de otros que, aunque no lo son, comparten su condi- ción de citohistófi los (a saber, neologismo que resume el “amor por la citología y la histología” que todos ellos tie- nen en común). xiv Agradecimientos Para Alejandra y Teresa, mis hijas, en todo tiempo presen- tes. A la técnica Raquel Guerrero Alquicira del Departa- mento de Biología Celular y Tisular, por su apoyo en el proceso de material histológico para el libro. Al M. en C. Carlos Falcón Rodríguez por haber reali- zado algunas de las ilustraciones de los capítulos 5 y 14. De igual manera, extiendo mi gratitud al Departa- mento de Biología Celular y Tisular por prestar sus colec- ciones histológicas para ilustrar esta obra. Por último, un agradecimiento especial al Dr. Julián Abad Camacho, Coordinador de la Academia de Histolo- gía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; Aurora García García, Responsable del Área Académica del Programa Educativo en Médico Cirujano, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Tlaxcala; y Claver Demnis Solís Ramírez, Catedrático de tiempo completo de la Facultad de Medicina en la Universidad Regional del Sureste, Oaxaca, por el tiempo dedicado a la revisión de esta segunda edición. xv Introducción. Aprendiendo ciencias básicas Margarita Varela Ruiz • Tania Vives Varela 1 La gran mayoría de los lectores de este texto tienen el pro- pósito de aprender, ya sea como estudiantes que se intro- ducen al campo de la Medicina, como profesores que desean actualizarse o como personas interesadas en el tema. Por ello, en esta Introducción daremos un panora- ma de los elementos que intervienen para un aprendizaje efi caz. Para hacer nuestro un conocimiento que forme parte de nuestras estructuras internas cognitivas, intervienen diversos elementos, entre ellos los siguientes: • Importancia del conocimiento en el plan de estudios. • Manera en que el profesor expone el tema. • Complejidad de la información. • Forma en que los contenidos se presentan en el texto (atractiva, clara, en secuencia lógica y coherente, esquemas adecuados, claridad de imágenes, etc.). • Interés y deseo de aprender el material. • Contexto familiar del estudiante (con apoyo y estímu- lo, confl ictos, crisis familiar). • Conocimientos previos que se tienen. A lo largo de sus años de formación, el estudiante no siempre logra desarrollar estrategias de aprendizaje ade- cuadas que le permitan un aprendizaje profundo o signifi - cativo. Con frecuencia se ha acostumbrado a realizar una memorización mecánica o repetitiva para obtener una ca - lifi cación y acreditar los cursos. Más bien, el estudiante necesita reconducir su motivación para buscar una gratifi - cación en el hecho de aprender y disfrutar el proceso de construir conocimientos. Requiere desprenderse de la idea del profesor como principal responsable de su aprendizaje, quien transmite todos los conocimientos y también reco- nocer que los apuntes de clase no son sufi cientes para com- prender de manera signifi cativa y acreditar los exámenes. Se invita al lector a apropiarse de un rol activo duran- te la lectura de este texto, autorregular la manera en que está aprendiendo; hacerse preguntas, releer los conceptos que parecen difíciles o complejos, buscar en las diversas fuentes de información para aclarar dudas o profundizar. En la actualidad, las habilidades en el uso de la tecnología de la información y comunicación son esenciales para enriquecer la formación. La disposición para el uso de los sitios Web de redes sociales y la habilidad para buscar información por Internet es un potencial y un recurso muy valioso para el aprendizaje. Algunos elementos clave para el aprendizaje que el estudiante debe desarrollar: • Actitud positiva • Amplia participación • Trabajo colaborativo • Esfuerzo cognitivo • Dedicación • Estudiar de manera independiente El último responsable y quien se ve más afectado por alcanzar o fracasar en el aprendizaje es, sin embargo, el mismo estu- diante. El estudiante que ingresa a la universidad emprende un nuevo curso en la vida. Se encuentra en el inicio de la juventud, etapa que se caracteriza por comenzar a lograr una autonomía en la toma de decisiones y desprenderse de cierta dependencia yaprobación de los familiares cerca- nos. La relación con los profesores se modifi ca, ahora son una guía y el estudiante debe desarrollar un aprendizaje autorregulado o independiente, en donde él mismo pla- nea, lleva a cabo de manera autocontrolada actividades de aprendizaje y es capaz de evaluar de manera crítica los resultados que alcanza. 2 Histología y biología celular Por otro lado, la literatura en educación médica ha reportado que los estudiantes de Medicina están someti- dos a diversas fuentes de estrés; las nuevas exigencias aca- démicas, las demandas de su momento del ciclo vital, la cantidad y complejidad de información que deben mane- jar y la naturaleza de una práctica que enfrenta a la enfer- medad, al dolor y a la muerte. Estas situaciones exponen al estudiante a nuevas presiones que repercuten en su rendi- miento, en su salud física y bienestar psicosocial. En cuanto a anticipar y prepararse previamente para combatir el estrés académico, es importante que el estu- diante tenga ciertos conocimientos previos acerca de lo que enfrentará en cada asignatura o área de estudio. Así, antes de iniciar el análisis de este texto, conviene que el lector tenga en mente los siguientes puntos: a) Preparación: ¿de qué trata lo que voy a leer? Para ello es necesario revisar títulos, subtítulos, esquemas, dibujos, imágenes y hacerse preguntas sobre el tema. b) Selección: ¿cuáles son las ideas o puntos esencia- les? Hacer una lectura cuidadosa subrayando o destacan- do lo más importante y contestando las preguntas previamente elaboradas. c) Organización: ¿cómo se relacionan los conceptos, principios o ideas? Se recomienda elaborar mapas mentales o concep- tuales, esquemas, súper-notas, resúmenes, diagra- mas, cuadros comparativos o sinópticos. d) Repaso: ¿qué aprendí?, ¿qué dudas tengo? Realizar un interrogatorio, explicar y preguntar a otros compañeros, repetir la información ya com- prendida y buscar todavía más información para acla- rar dudas. El aprendizaje de una disciplina es una travesía donde el rumbo y las condiciones del camino en gran parte son determinados por las decisiones que toman los estudian- tes. Caminar la senda con motivación, curiosidad, dedica- ción y cooperación con otros andariegos hará la marcha más agradable y productiva. Buen camino para aquellos que emprenden este reco- rrido. La principal fuente de estrés académico durante el primer año de estudios de la carrera de Medicina está asociada a la organi- zación del tiempo, al manejo de la excesiva información y a la acreditación de los exámenes. El primer paso para combatir el estrés académico es identifi car aquello que está generando molestia, ansiedad o desconcierto a través de la autoobservación y dilucidar los diversos caminos para solucionarlo. Lo que para algu- nos estudiantes constituye un problema menor que fácil- mente se puede resolver, es percibido por otros como un gran obstáculo difícil de sobrellevar. Esto quiere decir que cada persona es un ser único que interpreta la realidad con un matiz personal, el cual está relacionado con la propia historia de vida. Los deseos, intereses, miedos, experien- cias en la infancia, en la familia y en la escuela son únicos, están almacenados en nuestra memoria y son el marco con que le damos sentido a todo lo que nos rodea. Por tanto, tampoco hay soluciones únicas, sin embargo, sí hay recomendaciones que pueden ayudar a descargar el estrés asociado a las actividades académicas, como las mencio- nadas en el recuadro siguiente: 1. Anticipar y prepararse previamente para las clases. 2. Llevar una dieta sana. 3. Hacer ejercicio regularmente. 4. Pensar de manera positiva. 5. Utilizar técnicas de relajación y concentración. Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular Capítulo 1 Armando Zepeda Rodríguez 3 Microscopía fotónica Introducción Una gran variedad de actividades humanas son afectadas por la tecnología que de alguna forma usa energía lumino- sa. Los fotones forman parte de nuestras actividades coti- dianas tanto en el hogar como en la industria, al igual que en los laboratorios clínicos y de investigación; sin los foto- nes, gran parte de nuestras comodidades estarían limita- das. Los diagnósticos clínicos y tratamientos quirúrgicos tendrían poco éxito sin un microscopio que los module para amplifi car la efi ciencia del sentido de la vista. El ojo humano es el órgano capaz de percibir la luz del entorno, es como una cámara oscura en la que entra la luz a un sistema de lentes que la conducen hasta la retina; en ésta se transforma la energía luminosa en estímulos nerviosos. La retina está compuesta de conos, bastones y fi bras ner- viosas que se comunican con el nervio óptico; su sensibili- dad depende del color, la dirección de la luz incidente y del tiempo que permanezca el estímulo luminoso. El microscopio La construcción del primer microscopio se atribuye a los hermanos Hans y Zacharias Jansen en 1590, quienes incor- poraron tubos de telescopios y lentes convergentes, con lo que obtuvieron imágenes aumentadas hasta 150 veces, aunque con grandes aberraciones. Los primeros estudios sobre la historia del microscopio fueron realizados por el fi lósofo Francis Bacon von Verulam (1561-1630), quien le asignó el nombre de “microscopium”. Verulam pertenecía a la “Academia del lince”, de la que también era miembro Galileo Galilei. Para otros autores, el término microscopio fue acuñado por Anastasius Kircher (1602-1680) quien en su libro Ars Magna Lucis et Umbrae realiza la primera cla- sifi cación de microscopios conocidos en el siglo xvii. Sin embargo, los primeros microscopios que se utilizaron para observar el mundo microscópico de manera sistemática fueron fabricados por Anton van Leeuwenhoek (1632- 1723). La necesidad de mejorar sus descripciones lo llevó a perfeccionar sus microscopios y a optimizar las lentes que fabricaba, con lo cual logró magnifi car sus objetos de estu- dio hasta 266 veces (fi gura 1-1). Su precario instrumento cambió la historia de las incipientes ciencias naturales y morfológicas. Con sus microscopios observó gran cantidad de células y organis- mos microscópicos como fi bras musculares teñidas con azafrán; elementos celulares de la circulación sanguínea de animales y del ser humano, lo que le permitió confi r- mar la teoría de Malpighi sobre la conformación de las redes capilares. Dedicó mucho de su tiempo a estudiar espermatozoides de distintas especies, y a la reproducción de aves y anfi bios. Estudió la morfología y anatomía de insectos, de algas microscópicas, y anatomía e histología vegetal. Los protozoarios no escaparon a su curiosidad y sagacidad; a todos estos organismos que él puso bajo sus lentes los llamó pequeños Animalcula. Por su habilidad, tenacidad, constancia y perseverancia en las observacio- nes obtuvo importantes distinciones en su época, como —y quizá la más importante— el ser nombrado miembro de la Royal Society of London, así como recibir el nombra- miento histórico de “Padre de la Embriología, Protozoolo- gía, Bacteriología y por supuesto Padre de la Microscopía”. Pasaron más de 200 años desde el descubrimiento de la célula, hasta que en 1872, Ernst Abbe (1840-1905) esta- bleció las bases y la teoría matemática para fabricar de manera científi ca lentes para los microscopios; desde entonces la microscopía se convirtió en una herramienta fundamental para el estudio de células y tejidos; su perfec- cionamiento ha llevado tres siglos. En la actualidad se conoce una docena de sistemas ópticos. Abbe aportó con- tribuciones muy importantes a la óptica, como el cálculo del Límite de Resolución que está determinado por la lon- gitud de onda de la luz (λ) y por la apertura numérica y el condensador que llevan su nombre (fi gura 1-2). 4 Histología y biología celularLos descubrimientos realizados con el microscopio comenzaron en 1665 cuando Robert Hooke descubre y se acuña el concepto de “célula”; en 1833, Brown escribe sus observaciones sobre el núcleo celular; en 1838, Mathias Schleiden y Th eodor Schwann proponen la “teoría celu- lar”; Kolliker en 1857 observó por primera vez mitocon- drias. Los descubrimientos estaban a la orden del día, en 1879, Fleming describió cromosomas en mitosis, 20 años más tarde, Camilo Golgi describía lo que hoy se conoce como “aparato de Golgi”. En la primera mitad del siglo xx el microscopio fotónico se acercaba a su límite de magni- fi cación que, a su vez, era el límite de resolución. Iluminación de Köhler El procedimiento se desglosa en los siguientes pasos: 1. Subir por completo el condensador con la lente fron- tal introducida. 2. Enfocar la preparación con los objetivos 10. 3. Observar y cerrar el diafragma de campo. 4. Bajar el condensador hasta obtener máxima nitidez de la imagen del diafragma. 5. Centrar el diafragma de campo al campo visual, con los tornillos de centrado del condensador. 6. Abrir el diafragma de campo, casi hasta el borde, y centrarlo de nuevo, abrirlo hasta que desaparezca detrás del borde del campo visual. 7. Regular el contraste de la imagen con ayuda del dia- fragma del condensador. 8. Insertar el fi ltro azul para compensar a la temperatura de color generada por la fuente luminosa. 9. Ajustar el enfoque a cada cambio de objetivo. 10. Para objetivos de campo amplio y bajo aumento, aba- tir la lente frontal del condensador sin alterar la altura del condensador. Realizar la iluminación de Köhler en el Sistema Ópti- co de Campo Claro (CC) antes de analizar cortes histoló- gicos brinda varios benefi cios, como tener un campo visual iluminado de manera uniforme y neutro, apreciar imágenes brillantes y nítidas, además de realizar la obser- vación de manera placentera. Cuidados del microscopio Una de las maneras más sencillas de conservar limpio un microscopio es mantenerlo cubierto con una funda pro- tectora. Existen dos maneras de mantenimiento para un microscopio, uno es el mantenimiento preventivo y el otro es correctivo; el primero debe realizarlo el usuario, pero el segundo sólo el personal capacitado. El sitio de instalación de un microscopio debe ser en un lugar libre de polvo, en un clima templado y estable, en un cuarto que sea posible oscurecer en forma parcial y sobre una mesa libre de vibra- ciones. Cuando debido a su uso sea indispensable limpiar alguna pieza, es necesario contar con aplicadores de made- ra, algodón, agua destilada, brocha de pelo natural, pinceles fi nos y bulbos de goma. Lo primero que debe eliminarse, es el polvo de la superfi cie de las lentes, primero debe inten- tarse sólo con aire, si éste no se elimina hay que hacerlo con un algodón sobre un aplicador humedecido con agua destilada, y secarlo con otro aplicador seco. Una observa- ción importante es que aunque tenga polvo nunca debe frotarse la lente con lienzos secos. Si sobre las lentes hay manchas muy adheridas que no se limpiaron como ya se indicó, es preciso limpiar con un algodón humedecido con una solución de cuatro partes de bencina de petróleo, cua- tro partes de etanol absoluto y dos partes de éter. Es preci- so nunca utilizar xilol, tolueno o benceno. Las partes mecánicas se limpian con un trapo de algo- dón humedecido con agua destilada, si requiere detergen- te éste debe ser neutro y en bajas concentraciones. La lubricación de las guías y cremalleras debe ser efectuada por un experto. Sistema óptico de campo claro El microscopio compuesto en su forma más elemental está formado por un par de juegos de lentes; el primer juego más cercano al espécimen es el objetivo, que forma una imagen real, aumentada e invertida del objeto; el segundo juego está próximo al ojo, es el ocular, éste amplifi ca la imagen formada por el objetivo; la distancia entre el foco posterior al objetivo y el foco anterior al ocular se llama longitud del tubo, que generalmente es de 16 cm (fi gura 1-3). Figura 1-2. Ecuación de Abbe, que describe la resolución en fun- ción de la longitud de onda y de la apertura numérica. Figura 1-1. Microscopio fabricado por Anton van Leeuwenhoek, dimensiones reales, referencia a una mano de tamaño regular. Capítulo 1 ■ Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular 5 Con todo su arsenal de sistemas ópticos, una variedad que incluyen campo claro (CC), luz polarizada (LP), con- traste de fases (CF), contraste diferencial de interferencia (CDI [conocido también como sistema de Nomarsky]) y la fl uorescencia, entre otros, la Biomedicina ha explorado el maravilloso mundo de la estructura y la fi siología celular in vitro e in vivo. El sistema óptico de CC se llama así debi- do a que la luz que debe llegar hasta los oculares debe ser totalmente neutra, por lo que el campo debe ser blanco. Cuando en la trayectoria de esta luz blanca se colocan cor- tes histológicos con tinciones, la estructura histológica que ha incorporado alguno de los colorantes debe saltar a la vista, contrastándose contra el fondo que es totalmente uniforme y neutro. Este sistema óptico utiliza una lámpara de halógeno de bajo voltaje (6 a 12 V), la temperatura de color de dicha lámpara alcanza unos 5 000 Kelvin, comparable con la temperatura de color de la luz de día (5 500 K); si no alcan- za esas condiciones se utilizan fi ltros azul o magenta para compensar la temperatura de color. En la salida de la lám- para se encuentra el diafragma de campo que dirige la luz al condensador. Es un conjunto de lentes que tienen la función de agrupar los rayos de luz provenientes de la lámpara y enfocarlos en el plano de la preparación. El con- densador más utilizado es el de CC, es el condensador de Abbe, el cual incluye un diafragma de iris y una lente fron- tal abatible (fi gura 1-4). Los objetivos cuentan con una serie de datos inscritos en el exterior del mismo. Con letras impresas se lee el tipo de objetivo, el valor del aumento está inscrito por un número seguido de ×, el siguiente dato está colocado des- pués de una línea diagonal y corresponde al valor de la apertura numérica, más abajo se localizan dos datos sepa- rados por una línea diagonal; el primero indica la distancia de trabajo de ese objetivo y puede leerse un símbolo de infi nito o bien un número (160); el siguiente dato corres- ponde al espesor del cubreobjeto, o bien, puede tener una línea que indica que ese objetivo podría trabajar sin cubre- objeto en la preparación; a continuación se marca un ani- llo superior de color específi co para cada aumento. El anillo proximal es una banda visible de color situada casi al borde de la camisa principal; con este distintivo se recono- ce el factor de aumento de cada objetivo (fi gura 1-5). El anillo inferior de los objetivos está colocado en el borde de la lente y corresponde a un código de colores y de líquido de inmersión. En los oculares se inscriben características importan- tes como la magnifi cación y el campo visual, así como las correcciones. La magnifi cación se identifi ca con un ×, des- pués de la diagonal se puede leer la cifra de campo (fi gura Figura 1-4. Condensador de campo claro con lente abatible y diafragma de iris. Figura 1-3. Representación esquemática de un microscopio for- mado por dos lentes convergentes que representan el trabajo óptico de las lentes, la magnifi cación y la función de la longitud del tubo (λ). OBJETIVO OCULAR df oc dt obj L 6 Histología y biología celular 1-6). Este valor es muy útil para calcular el diámetro total del campo visual; por ejemplo, para calcular el valor del campo visual de un ocular con valor de 10×/20 con un objetivo de 100×, se divide el valor de la cifra de campo (20) entre el valor de amplifi cación del objetivo(100), es decir 20/100 el resultado es 0.2 mm, lo que signifi ca que el diámetro del campo observado es la cuarta parte de un milímetro, por tanto, el campo total de observación en estas condiciones es de 200 micrómetros. Sistema óptico de luz polarizada Existen cuatro tipos de polarización: absorción, refl exión, dispersión y por birrefringencia (doble refracción). El sis- tema óptico de LP utiliza como base al de CC. Cuando en forma consecutiva a lo largo de un mismo eje óptico se colocan dos polarizadores, al primero se le denomina polarizador mientras que al segundo analizador. Si los ejes de polarización están cruzados (90º entre ambos) la luz no logrará salir del analizador, según la ley de Malus (MOS- CA). El polarizador se coloca entre la fuente de ilumina- ción y la base del condensador, el analizador se coloca en el eje óptico entre el objetivo y el ocular. El campo forma- do entre el polarizador y el analizador se conoce como “campo de luz polarizada”, de tal modo que el analizador bloquea las longitudes de onda orientadas conforme al polarizador, por lo que es imposible registrar algún rayo de luz por la salida del ocular. Cuando en la platina se coloca una preparación con actividad óptica al campo de luz polarizada, ésta cambiará su patrón de vibración por birrefringencia. Este sistema es ideal para analizar la pre- sencia de cristales como el almidón, oxalatos, urea, o polí- meros incluidos en tejidos con o sin tinción y aun en forma aislada. Estos materiales aparecen en el campo de obser- vación con algún patrón de formas y colores característi- cos, contrastados contra el resto del campo que es negro por la ausencia de luz. La óptica utilizada en este sistema debe ser destensada para evitar la inducción de birrefrin- gencia. Los condensadores y objetivos son identifi cados con la leyenda “Pol” en color rojo. Sistema óptico de contraste de fases Fritz Zernike revolucionó la investigación en la Biología celular con la innovación del sistema óptico de contraste de fases (CF), mediante el cual fue posible observar espe- címenes biológicos como células en cultivo y organismos vivos sin teñir; esto le valió el Premio Nobel en Física en 1953. El sistema óptico (SO) de CF revela las diferencias entre los índices de refracción de los diferentes compo- nentes celulares y el citoplasma, contrastándolos y eviden- ciándolos por su grosor y densidad como diferencias de intensidad luminosa. Estas pequeñas diferencias de con- traste se producen por la naturaleza de la muestra y se intensifi can por el diseño del sistema óptico. El sistema se construye a partir de un sistema óptico de CC al que se incorporan un par de anillos de fase (Ph) que trabajan de manera complementaria, el primero es un anillo claro por el cual pasa la luz y está inscrito en una placa que blo- quea el resto de la luz desde el condensador. El segundo anillo es el inverso del primero, es oscuro y sólo él bloquea la luz que ha dejado pasar el anillo del condensador, es decir, que tanto el centro como la periferia del objetivo dejan pasar la luz. La combinación de este conjunto de ani- llos logra desfasar hasta en 1/4 algunas longitudes de onda. Tanto el objetivo como el condensador tienen una leyenda Figura 1-5. Revólver con objetivos que poseen inscripción de las características sobre la funda. Figura 1-6. Ocular con datos inscritos en el anillo frontal, Kpl: plan acromático, W: campo amplio. 10×: magnifi cación. /20: diáme- tro de campo de observación. Capítulo 1 ■ Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular 7 Ph seguida por un número que va de 1 a 3 (p. ej., Ph2), que al utilizar este SO deberán ser superpuestos y alineados entre sí (fi gura 1-7). La efi ciencia de este SO se alcanza con luz verde monocromática; observando organismos y célu- las in vivo muy delgados y en solución acuosa, el núcleo y los organelos aparecen más oscuros que el citoplasma, mientras que los contornos celulares se aprecian como halos brillantes. Microscopía de fl uorescencia El británico sir George G. Stokes acuñó el término “fl uo- rescencia” después de observar el mineral fl uorspar cuan- do lo iluminaba con energía ultravioleta. La microscopía de fl uorescencia fue en un inicio estudiada por August Köhler y Carl Reichert, después hubo un largo periodo en que quedó casi en desuso; en fechas recientes se ha conso- lidado como una técnica indispensable en la medicina y la biología celular. Muchos especímenes, como minerales, cristales, resinas, fármacos, mantequilla, clorofi la, ceru- men y vitaminas muestran autofl uorescencia cuando son radiados con energía ultravioleta. En el decenio de 1930- 1939, el austriaco Max Haitinger desarrolló la técnica de fl uorescencia secundaria empleando fl uorocromos para marcar componentes celulares, de bacterias y de otros microorganismos sin autofl uorescencia (fi gura 1-8). En 1950, Albert Coons y Nathan Kaplan demostraron la loca- lización de antígenos en tejidos tratados con un anticuer- po marcado con fl uoresceína. Dicha técnica ha resuelto interrogantes sobre la estructura y función de órganos, tejidos y células, además de ser fundamental en estudios de inmunolocalización de proteínas y macromoléculas participantes en vías de señalización. El fenómeno de la fl uorescencia se basa en la luminis- cencia, defi nida como la capacidad de un cuerpo para emitir energía ultravioleta (UV), infrarrojo (IR) o luz visi- ble durante el paso de un estado de excitación a su estado de reposo (el estado básico). La luminiscencia tiene dos fenómenos, el primero —la fosforescencia— en la que un cuerpo emite energía continua por un tiempo prolongado. El segundo fenómeno es la fl uorescencia, la capacidad de algunas sustancias químicas conocidas como fl uorocro- mos para absorber longitudes de onda, almacenarla y libe- rarla después como luz visible de mayor longitud de onda. Se conocen dos tipos del sistema óptico de fl uorescencia, el primero por transiluminación y el segundo por epifl uo- rescencia. La fuente de iluminación es una lámpara a base de vapor de mercurio que emite un espectro en azul y en ultravioleta. Esta energía es fi ltrada en forma selectiva por un juego de fi ltros de excitación antes de llegar al espéci- men, que luego de ser radiado emite longitudes de onda de la luz visible. Después de pasar por el objetivo y antes del ocular pasa por un juego de fi ltros barrera que bloquean el exceso de energía ultravioleta y sólo dejan pasar la longi- tud de onda seccionada; revelando sólo la fl uorescencia. El campo visual es un campo oscuro en el que resaltan los colores de la autofl uorescencia o bien de los fl uorocromos. El condensador y los objetivos utilizados en este sistema deben ser corregidos y destensados. Una de las técnicas más comunes es el DAPI (4´,6-dia- midino-2-fenilindol), un fl uorocromo que marca el ácido desoxirribonucleico (DNA), el cual tiene alta afi nidad por las bases adenosina-timidina (A-T) regiones de pares de bases en el DNA, es excitada por ultravioleta con rangos de absorción de 355 nm. A B C Figura 1-7. Representación esquemática de: A) Sistema óptico de campo claro; B) Sistema óptico de luz polarizada. C) Sistema ópti- co de contraste de fases. UV 365 nm invisible E 565 nm visible Figura 1-8. Representación del principio de fl uorescencia. Ener- gía ultravioleta (UV) no visible, es dirigida puntualmente al espéci- men, el cual emite una longitud de onda más larga que la que recibió, al salir del sistema de fl uorescencia es visible al observador. 8 Histología y biología celular Microscopio de barrido láser confocal La microscopía fotónica ha sido objeto de muchos cam- bios en las últimas dos décadas, el mejor ejemplo es la microscopía de barrido láser confocal, que constituye un sistema especializado, en el que uno o variosrayos láser barren distintos planos focales de un mismo espécimen y forma imágenes seriadas, que son almacenadas a través de un software como archivo digital. Este sistema ha revolu- cionado la biología celular, proporciona ventajas extraor- dinarias, debido a su magnífi ca nitidez y capacidad de información en 1.5 veces más que la microscopía fotónica, también constituye una poderosa herramienta para anali- zar la estructura de células y tejidos vivos así como frag- mentos histológicos sin que éstos sufran daño tanto por transmisión como por refl exión. La extensión de la magni- fi cación permite hacer reconstrucciones tridimensionales con gran precisión y reduce de manera notable el blan- queo de la fl uorescencia por exposición innecesaria y —tal vez lo más importante— elimina el efecto de desenfoque. Estas ventajas han hecho de la microscopía una disciplina de gran popularidad gracias a su opción de generar imáge- nes limpias y bien defi nidas, incluso de especímenes vivos en tercera dimensión con amplia profundidad de campo. El rayo láser es la piedra angular en este sistema, su nom- bre es un acrónimo de su nombre en inglés: light amplifi - cation by stimulated emission of radiation; se trata de un dispositivo que crea y amplifi ca un fi no haz de luz, inten- sifi cándolo y haciéndolo coherente. Fue inventado por Arthur L. Schawlow y Charles H. Towens y publicado en la revista Physical Review en 1958. La estimulación de la radiación es producida por un cristal de rubí o por la pre- sencia de gases como el argón. Este láser barre en x, mien- tras que la muestra es movida en eje z —al fi nal de su trayectoria el detector y su fotomultiplicador con apertura especial—, un objetivo de gran apertura numérica y un espejo dicroico. El rayo láser incide sobre la muestra por una pequeña apertura y es enfocado sobre el plano de la imagen del objetivo, así la luz refl ejada regresa al mismo punto pero reenfocada y transmitida por una apertura muy pequeña sin pérdida de señal, de manera que la luz colateral a los ejes principales dispersa es bloqueada por la apertura principal y la imagen es de gran defi nición. Tanto la aper- tura de iluminación como la de retorno tienen un foco común (fi gura 1-9). Las aplicaciones del microscopio confocal láser son muy diversas en la biología celular, pues permiten analizar microtúbulos, mitocondrias, DNA, actina, retículo endo- plásmico, membrana celular, marcadores inmunológicos, cultivos celulares, biopsias, etc. Todas las ventajas que la microscopía confocal ofrece son respaldadas por sofi stica- dos equipos de cómputo y software capaces de integrar imágenes y presentarlas en tercera dimensión en forma dinámica, así como almacenarlas y procesarlas con exce- lente resolución. Algunas de las técnicas más utilizadas por los investigadores son: marcaje múltiple, barrido en línea, cortes aislados, reconstrucción tridimensional (3-D) y estéreo de imágenes. Las imágenes obtenidas con este sistema pueden ser editadas desde la pantalla y almacena- das o impresas. Las unidades de memoria sirven para almacenar muchas imágenes en unidades de disco extraí- bles. Recientemente el sistema de “deconvolución digital” capta imágenes desde un microscopio convencional de fl uorescencia y de manera digital elimina el desenfoque. Divisor Objeto Láser Barrido Espécimen Control en z Z XY Apertura Fotomultiplicador XY Figura 1-9. Representación esquemática de un microscopio de barrido láser confocal. Después de la muerte de Carl Zeiss, su entrañable amigo Ernst Abbe estableció en 1889 la fundación Carl Zeiss y dos años más tarde cedió los derechos que su amigo le había heredado de las industrias Zeiss junto con los talleres óptico y de vidrio Schott a los trabajadores, dejándolos como únicos propieta- rios desde 1891 y hasta la fecha. Microscopía electrónica Introducción Desde su aparición, el microscopio electrónico ha contri- buido de manera sustancial al conocimiento de la ultra- estructura celular y tisular, ha permitido describir la orga- nización celular y los organelos, así como su relación entre ellos, tanto en vegetales como en animales. También ha contribuido de manera signifi cativa a encontrar respues- Capítulo 1 ■ Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular 9 tas a interrogantes fundamentales relacionadas con la estructura celular normal y patológica. En 1924, Prince Pierre Raymond Louis-Victor de Bro- glie (1892-1987) propuso que cuando los electrones eran sometidos a campos magnéticos, éstos modifi caban su trayectoria. En 1926, H. Busch descubrió que los electro- nes liberados de un átomo pueden describir trayectorias al igual que el comportamiento ondulatorio de la luz, con la condición de hacerlos viajar en un ambiente sometido al vacío; de esta manera alcanzan una longitud de onda de 0.004 nm, reduciendo en unas 100 000 veces el valor de la longitud de onda de los fotones. En 1931, Ernst Ruska y Max Knoll plasmaron todos esos conocimientos y cons- truyeron el primer microscopio electrónico de transmi- sión (fi gura 1-10). Con este desarrollo tecnológico se abrió la puerta a un mundo inaccesible hasta entonces; así, se inició una nueva era en el conocimiento. Los detalles de la Naturaleza a nivel de estructuras subcelulares serían vis- tos y cuestionados por cientos de investigadores en todo el mundo, muchos biólogos celulares hasta entonces supo- nían que la célula era una bolsa llena de enzimas con un protoplasma desprovisto de estructura interna. En la segunda mitad del siglo xix se innovaron y desarrollaron técnicas de preparación de muestras para ser analizadas con el instrumento recién comercializado. Investigadores de distintas áreas aplicativas contribuyeron con muchas y diferentes técnicas, entre ellos están los nombres de Albert Claude, Don Fawcett, Earnes Fullam, Andrey Glauert, Hugh Huxley, Bob Horne, Charles Leblon, John Luft, George Palade, Daniel Pease y Fritjof Sjöstrand. En 1974, Palade y Claude recibieron el Premio Nobel de Medicina por sus contribuciones con microscopía electrónica a la Biología celular. En 1986, Ruska recibió el Premio Nobel de Física en reconocimiento a su importante contribu- ción. Algunas ciencias que se han visto benefi ciadas con las aplicaciones del microscopio electrónico son Anatomía, Bioquímica, Microbiología, Patología, Fisiología, Toxico- logía, Virología, Biología estructural y Biología celular, entre otras. En particular, los anatomistas, los biólogos celulares y los patólogos son los investigadores más ligados al uso del microscopio electrónico. El constante perfeccio- namiento de este instrumento lo ha llevado a resoluciones nanométricas, con amplifi caciones hasta de un millón de veces. En un inicio se desarrollaron dos tipos básicos de microscopios electrónicos: microscopio electrónico de transmisión (TEM) y microscopio electrónico de barrido (SEM), con grandes variantes y múltiples aplicaciones en un mismo equipo (fi gura 1-11). En cuanto al primer SEM Figura 1-10. Esquema del prototipo de columna electrón-óptica para la formación de imagen en el microscopio electrónico realiza- do por Ernst Ruska en marzo de 1931. Fuente: Ruska (1986). Figura 1-11. Fotomontaje de las primeras electronmicrografías. Es un fi broblasto de embrión de pollo en un cultivo de tejidos, tomada por Albert Claude, George Palade y Ernest F. Fullam en 1945, con un microscopio de transmisión RCA modelo EMB a 50 kV. 10 Histología y biología celular fue construido por von Ardenne en Alemania, y el primero fabricado de manera comercial data de 1963. Microscopio electrónico de transmisión (TEM) El TEM está conformado por sistemas básicos para su funcionamiento. La columna electrónica es el elemento principal, en ella se aloja el cilindro de Wehnelt (CW) o cañón de electrones, lenteselectromagnéticas, lentes correctoras de astigmatismo, aperturas y una platina (fi gura 1-12). Además de un sistema de enfriamiento de las lentes. En lo más alto de la columna está el CW, en su interior se localiza el fi lamento (por lo general de tungste- no) que es alimentado por un voltaje de baja intensidad para calentarlo; de forma independiente, el CW recibe una corriente negativa de alta tensión, lo que establece una diferencia de potencial eléctrico entre éste y el ánodo, proyectados al vacío por el voltaje de aceleración desde el fi lamento, alcanzando unos 150 000 km/s a 80 kW. La con- ducta de los electrones por efecto del voltaje de acelera- ción y de su carga hacen que este sistema funcione como una lente electrostática, formándose un primer foco o crossover en las inmediaciones del ánodo. Hay tres tipos de lentes electromagnéticas y, según su función, se clasifi - can en condensadoras, objetivas y proyectoras, además de algunas bobinas correctoras de astigmatismo. Entre la última lente condensadora y la proyectora está la platina encargada de dar movimiento a la rejilla en la que se colo- ca la muestra; otro elemento importante son las aperturas colocadas en diferentes regiones de la columna y que se encargan de optimizar el haz de electrones y de incremen- tar el contraste. La efi ciencia del sistema de vacío determina de mane- ra importante la calidad de las imágenes. La presencia de cualquier molécula gas en la trayectoria de los electrones les impediría llegar al espécimen e interaccionar con éste, bloqueando la posibilidad de generar imágenes, por lo que la columna del microscopio electrónico debe estar some- tida a presión negativa por un efi ciente sistema de vacío. Este sistema se activa en dos etapas, la primera es el preva- cío y la segunda es el alto vacío. En el primer caso, una o dos bombas mecánicas evacuan grandes volúmenes de gas y sirven de apoyo permanente a las bombas de la segunda etapa, que son bombas de alta efi ciencia y actúan evacuando gases a nivel molecular. Microscopio electrónico de barrido (SEM) El SEM o scanning posee dos grandes ventajas sobre otros sistemas ópticos, su gran profundidad de campo y el efec- to de tercera dimensión (fi gura 1-13). Es ampliamente uti- lizado en el estudio de la morfología, la topografía, en análisis elemental y en la cristalografía. El microscopio de barrido cuenta con una columna electrónica más pequeña que la del TEM, el sistema de lentes crea y modula el haz de electrones y, a diferencia del TEM, carece de lente proyectora; otra diferencia esencial es la presencia de una cámara para el espécimen que, como su nombre lo indica, lo aloja además de los detecto- res. Se trata de un sistema de lentes colimadoras que gobiernan la rapidez del barrido y su desplazamiento sobre la muestra. La superfi cie es rastreada en forma lineal por el spot del haz desde un sitio en la esquina superior izquierda y hasta el fi nal de esa misma línea; este ciclo se repite en la línea inmediata inferior y así en lo sucesivo hasta cubrir toda el área observada. El recorrido completo puede durar desde fracciones de segundo hasta varios segundos, lo cual signifi ca que el haz se desplaza sobre la muestra durante la observación, recorriendo punto a pun- to la superfi cie y recolectando información en un sistema de coordenadas (x, y) y además en posición z. Toda la información es integrada y mostrada en la pantalla del equipo como una imagen. La aceleración de voltaje en el SEM va desde unos 500 eV hasta 30 kV. La naturaleza del espécimen determi- nará la elección de la diferencia de potencial utilizada para su análisis. La materia orgánica está compuesta de ele- mentos ligeros, por lo que es muy lábil cuando se expone al haz de electrones sin el tratamiento adecuado. Figura 1-12. Microscopio electrónico de transmisión, marca Zeiss, modelo EM10C a 100 kV. Instalado en el Departamento de Biología celular y tisular. Facultad de Medicina, Universidad Nacio- nal Autónoma de México. Capítulo 1 ■ Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular 11 Cuando el haz de electrones se impacta en la prepara- ción, causa una zona de múltiples colisiones conocida como “volumen de interacción” y se disipa la energía ciné- tica adquirida en su trayectoria, con lo que se producen diferentes señales potencialmente detectables. Las princi- pales son tres tipos de electrones: Auger, electrones secun- darios (SE) y electrones retrodispersos (BSE); además de energía en forma de rayos X (fi gura 1-14). Con estas seña- les es posible recuperar varios tipos de información en el SEM: topograf ía, textura, composición química y estruc- tura cristalina. Los SE generan imágenes de gran defi ni- ción con un juego de contraste y brillo en tercera dimensión. Aplicaciones especiales en la microscopía electrónica Microanálisis Las técnicas de localización como la autorradiografía, citoquímica e inmunocitoquímica fueron utilizadas en el Figura 1-13. Esquema de un microscopio electrónico de barrido (SEM). Representación esquemática de la trayectoria del haz de elec- trones en la columna del SEM. Figura 1-14. Esquema de la interacción del haz de electrones con el espécimen. SE, BSE y Auger son electrones producidos por la interacción con el espécimen. R-X son rayos X. pasado para revelar la arquitectura celular y aclarar meca- nismos y procesos fi siológicos como la síntesis de proteí- nas, reconocimiento de sitios antigénicos por anticuerpos, así como la estructura macromolecular. El microscopio electrónico también puede ser un ins- trumento analítico cuando se usa para identifi car o carac- terizar la naturaleza química de los componentes nativos o agregados a tejidos en sitios específi cos de la estructura celular. Cuando una muestra biológica es bombardeada por el haz de electrones, se generan dos tipos de señales, una for- mada por electrones y otra por energía producida por la interacción con la muestra. Esta energía puede ser utiliza- da tanto en modo TEM (fi gura 1-15, A), SEM (fi gura 1-15, B) o de barrido en transcripción. Cuando el haz de electrones impacta un espécimen se genera la emisión de rayos X (fi gura 1-16), la cantidad de emisión depende de la composición de la muestra; para determinar la composición química del material expuesto, los termoelectrones altamente energizados emiten un patrón de rayos X, con dos variantes, como rayos X carac- terísticos o bien como catodoluminiscencia (CL). Ambas formas de rayos X pueden ser detectadas por sondas espe- ciales, las cuales pueden ser de dos tipos: espectroscopía por difracción de rayos X (EDS) y por longitud de onda (WDS); éste es el principio del microanálisis. Ambos tipos de detectores se usan como un impor- tante recurso en la investigación biomédica y de materiales. Su mérito reside en que usan fragmentos muy pequeños de muestra que bien podrían provenir de pequeños volú- menes de biopsias. Los rayos X son emitidos desde la región más profunda de la zona de interacción, en donde se lleva a cabo la mayor cantidad de colisiones elásticas e inelásticas. Se generan cuando el espacio dejado por un electrón en su orbital es ocupado por otro electrón de un orbital más externo y de mayor energía y se libera el exce- so de energía, que es emitida en forma de ondas electro- Espécimen OBJ AP C 2 C 1 Cátodo Ánodo Haz de electronesElectrones Auger Rayos X (R-X) Electrones secundarios (SE) Electrones retrodispersos (BSE) Espécimen 12 Histología y biología celular magnéticas. Los datos generados con los detectores de EDS y WDS son analizados por el software de la compu- tadora que traduce en datos presentados de dos formas, como “análisis puntual” de un sitio de interés o bien como un “mapeo”; en ambos casos se revelan cuáles son los ele- mentos químicos analizados. Estatécnica es conocida como microanálisis, mismo que puede ser cualitativo o cuantitativo. Espectroscopía por energía dispersiva de rayos X (EDS). Espectroscopía por difracción de rayos X (EDS) Este tipo de detectores por lo común se utiliza en estudios biológicos. El sensor es un semiconductor en forma de disco, fabricado a base de sílice y litio. En el pasado, todos los semiconductores para microanálisis debían ser enfria- dos por nitrógeno líquido a fi n de mejorar su resolución y disminuir el ruido. Hoy en día este tipo de detectores han caído en desuso y han sido sustituidos por una nueva generación de detectores que no requieren ser enfriados y tienen una gran resolución, lo cual permite realizar análi- sis cualitativos en periodos cortos. La señal que capta el detector es transmitida a un amplifi cador y luego a un analizador, el cual genera una gráfi ca en un monitor, que muestra picos a diferentes alturas, los cuales indican la presencia relativa de los elementos en mayor abundancia (fi gura 1-17). Figura 1-15. A) Electromicrografía de transmisión que muestra la ultraestructura de miocardio, sarcómeras, miofi brillas, mitocondrias, glucógeno; barra = 1 μm. B) Micrografía electrónica de barrido, obtenida por electrones secundarios (SE). Se observa el núcleo, miofi brillas y sus sarcómeras y mitocondrias cerca del núcleo. Barra = 2 μm. A B Electrones Rayos X E2 E1 Figura 1-16. Electrones energéticamente cargados dislocan electrones de orbitales de baja energía E 1 . Subsecuentemente, un electrón de un nivel energético mayor llena el locus vacante, perdiendo energía en este proceso. Capítulo 1 ■ Aplicaciones de la microscopía en la histología y la biología celular 13 Espectroscopía dispersiva por longitud de onda (WDS) En este sistema de microanálisis el detector capta la ener- gía de rayos X, los cuales son emitidos desde el espécimen que son dispersados por un cristal que los difracta y envía al detector; este último, a su vez, recibe longitudes de onda y las separa por el principio de la ley de Bragg, por lo que cada elemento es identifi cado de manera individual, ya que tiene una longitud de onda específi ca. La WDS se uti- liza con baja frecuencia en estudios biológicos ya que la exposición del espécimen a este estudio requiere de perio- dos de exposición más largos que lo pueden dañar, aunque tiene mayor sensibilidad que la EDS. Espectroscopía por pérdida de energía de electrones (EELS) Tanto las EDS como las WDS analizan el espectro de ener- gía de electrones para determinar la composición elemen- tal de un espécimen. La técnica de espectroscopía por pérdida de energía de electrones (EELS) es utilizada para detectar, por transmisión, diferencias de energía entre electrones que han sido transmitidos a través de un corte; tales diferencias son determinadas por un espectrómetro electromagnético. Este mismo principio puede ser utiliza- do como fi ltro de energía para incrementar el contraste y mejorar la resolución en imágenes de material biológico. Los átomos de metales pesados ligados a tejidos o células en condiciones experimentales o patológicas pueden ser revelados por esta técnica. Mediante EELS es factible determinar y cuantifi car la presencia de elementos ligeros, V = 8 192 H = 10 KEV 3:3 Q AQ = 10 KEV 3 Q AL S K CA < 0.00 KEV XES 10.24 KEV> Figura 1-17. Gráfi ca de un análisis elemental por EDS de rayos X característicos, los picos muestran la proporción de elementos pre- sentes en el espécimen analizado. además de producir imágenes contrastadas en los modos TEM y STEM, aunque no es tan común como EDS y WDS. Criotécnicas Desde los inicios de la microscopía electrónica, uno de los objetivos más importantes ha sido preservar en tejidos y células la estructura de todos sus componentes en su esta- do nativo. El acelerado desarrollo de la digitalización y de la tecnología ha promovido el interés por los métodos de criopreservación; la incorporación de platinas frías e inclinables ha hecho posible la reconstrucción tomográfi - ca de muestras biológicas muy delgadas con resolución superior a los 3 nm. La criofi jación aporta dos ventajas sustanciales, la alta velocidad de fi jación y la estabilización simultánea de componentes celulares. Cabe realizar a baja temperatura por medio de “freeze sustitution” una fi jación química y a continuación la deshidratación para evitar daño en los componentes celulares y así llevar el proceso hasta su inclusión a baja temperatura para estudios de inmunolo- calización. Los especímenes deben alcanzar un estado de vitrifi - cación para inhibir la formación de cristales que dañen el tejido. El nitrógeno y el etano en fase líquida son excelen- tes criofi jadores. Los métodos más comunes de criofi ja- ción son: plunge-freezing (congelamiento por inmersión), propane jet freezing (congelamiento con propano a cho- rro), cold metal block freezing (congelamiento en bloque en metal frío) y high pressure freezing (congelamiento a alta presión). Este último es el más efi ciente, ahí la veloci- dad de fi jación es del orden de 10 000°C/s en un ambiente de presión de 2 100 bar. En estas condiciones los pocos cristales de hielo que se forman miden entre 10 y 20 nm, ya que los crioprotectores inhiben su formación. Crioelectronmicroscopía La crioelectrónica alude al proceso en el cual los especí- menes para microscopía electrónica son procesados de principio a fi n a muy bajas temperaturas, incluso durante la observación. Los microscopios electrónicos tienen incorporados sistemas de enfriamiento como platinas frías que conservan al espécimen congelado durante su estudio. La criofi jación, la criosustitución, la crioultrami- crotomía, la técnica de crioSEM y la fractura en congela- ción son los principales procedimientos involucrados en la crioelectrónica. CrioTEM La crioultramicrotomía es una técnica de corte a bajas temperaturas en un crioultramicrótomo. La inmunoquí- mica, la inmunohistoquímica, el análisis elemental, la morfología y la microscopía inmunoelectrónica son algu- nas de las técnicas más benefi ciadas por los cortes prove- 14 Histología y biología celular nientes de la crioultramicrotomía. La técnica de Tokuyasu es la más utilizada; en ella los cortes se realizan con una navaja de diamante, en tanto que se conserva la tempera- tura entre los –80 y –100°C. El ultramicrótomo es acondi- cionado con un sistema de control de baja temperatura a base de nitrógeno líquido. CrioSEM Los especímenes biológicos contienen en su estructura hasta 98% de agua, lo cual representa un especial proble- ma para analizarlos por medio del SEM. Considerando que los especímenes han sido estabilizados por la criofi ja- ción y deshidratados por la criosustitución —con la ayuda de platinas frías al vacío—, las muestras se transfi eren a la platina fría, donde han de ser sombreadas con carbón y ionizadas con oro. Por último, se les incorpora al interior del microscopio electrónico de barrido para ser analiza- das. Son varios los equipos en donde se pueden analizar estas muestras, tanto en “alta presión”, como en LV, VP y en ESEM. Las ciencias en donde es factible aplicar esta técnica son múltiples (Botánica, Micología, Zoología, Bio- tecnología, Biomedicina y Agricultura, entre otras). Criofractura La criofractura es una técnica de preparación de tejidos para microscopía electrónica congelados a muy baja tem- peratura, a alta velocidad y a alta presión. Russell Steere introdujo el método de criofractura (freeze-fracture) a la microscopía electrónica en 1957. Al principio congelaban muestras biológicas combinando los diferentes métodos conocidos; la propuesta original estuvo bien encaminada a resolver incógnitas de la estructura de las membranas celulares; después siguieron los trabajos de Moore en 1961 y de Mühlethaler en 1963, y en 1966, Branton
Compartir