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Informe de actividades de observación

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SUBSECRETARIA DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR Y SUPERIOR
DIRECCIÓN GENERAL DE FORMACIÓN Y SUPERACIÓN DOCENTE
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN NORMAL
ESCUELA NORMAL SUPERIOR PÚBLICA DEL ESTADO DE HIDALGO
CICLO ESCOLAR 2019 – 2020
HERRAMIENTAS PARA LA OBSERVACIÓN Y ANÁLISIS DE LA ESCUELA Y COMUNIDAD
LICENCIATURA EN ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS
SEMESTRE: PRIMERO
ASESOR: PROFESOR CIRO MEJIA ESCAMILLA
ALUMNOS: 
WENCESLAO RESÉNDIZ AGUILAR
JORDY ESCOBAR LÓPEZ
ABIGAIL MENDOZA CORONA
ITZEL ORDAS ISLAS
MIGUEL ÁNGEL SANTILLAN RÍOS
INFORME DE ACTIVIDADES DE OBSERVACIÓN 30-09-19 y 01-10-19
Observar conlleva a un esfuerzo por apreciar detalles que a simple vista no somos capaces de distinguir, de igual manera la paciencia y la reflexión son dos cualidades que complementan el ejercicio y que en su conjunto ofrecen un resultado digno de contemplar. Dicho esto, partiremos hacia la construcción de un escenario escolar junto con actores que se involucran de manera directa: el aula escolar, la escuela y la comunidad. A su vez se incluirán diferentes contextos que se viven de acuerdo a la perspectiva de los involucrados con el objetivo de conseguir un panorama amplio y variado.
El equipo de observadores se conformó por cinco personas que habitan en distintos puntos de la ciudad e inclusive fuera de la entidad, lo que supone en sí un reto, ya que debe existir una planeación previa para estar puntual a la hora y lugar acordado para empezar a observar. Se añade otro factor: la seguridad e integridad física que está implícita al viajar en transporte público, sobre todo en trayectos largos y horarios nocturnos, al ser repetitivos los actos de delincuencia contra autobuses y colectivos, pero casi obligatorio el utilizarlos a sabiendas de ser el único medio de transporte disponible para las masas. Sin embargo, no es un impedimento radical que imposibilite la práctica de observación en el escenario elegido. Para quien se encuentra dentro del municipio la acción de traslado es más rápida y segura, con una ventaja destacable: observar al estudiante fuera del entorno escolar, al momento de dirigirse a su institución educativa. Debemos aclarar que la observación del alumno fuera de la escuela no está incluida en las actividades, por ende, esta ventaja adquiere el valor de informal y complementaria para los resultados.
Situémonos geográficamente en la Secundaria Técnica No. 1, la cual fue asignada al equipo para las prácticas de observación, ubicada en el Boulevard Felipe Ángeles S/N, en la colonia ISSSTE del municipio de Pachuca de Soto. Del lado derecho de la secundaria se encuentra en construcción el Hospital de Especialidades del IMSS, obra con un avance significativo, a escasos cien metros en la misma dirección se localiza el CBTIS 222. Del lado izquierdo se puede observar el Museo Interactivo el Rehilete destinado para niños y jóvenes. Del otro lado de la avenida se sitúa el Hospital del ISSSTE (urgencias, especialidades, general) junto con algunos locales de comida, tienda de abarrotes, farmacias, así como el comercio informal generalmente de frituras y golosinas. De frente, a mitad del camellón se erige la parada del tuzobus (transporte público) llamada “Hospitales”, donde cada mañana transitan alumnos, obreros de la construcción, personal del hospital y demás trabajadores provenientes de diferentes colonias del municipio. De esta manera podemos entender de primera instancia el escenario inmediato que rodea a la Escuela Secundaria, lleno de actividad económica informal y un tránsito peatonal considerable producido por los pacientes que acuden diariamente al hospital y los propios alumnos, que en constantes ocasiones saturan la estación del tuzobus.
Empezamos la observación veinte minutos antes de que los alumnos entraran a clase con la finalidad de rescatar momentos importantes que se tienen lugar fuera de la institución y que pueden aportar datos relevantes para la práctica. Es sobresaliente que, del total de estudiantes por turno, aproximamos que más de la mitad viaja en transporte público (tuzobus) y solo una minoría arriba en transporte escolar, en auto particular o caminando acompañados de sus padres, quienes se quedan hasta el momento en que los jóvenes entran a la escuela, particularmente con los alumnos de primero y segundo grado a quienes también les dan muestran de afecto visibles, un beso y un abrazo, que nos lleva a deducir que es un estímulo importante para la formación del adolescente. Antes de entrar a la institución los prefectos piden que se hagan dos filas, una de mujeres y otra de hombres, con el objetivo de poder revisar el uniforme, la credencial escolar, el cabello y el maquillaje en el caso de las mujeres. Para quien no cumple con la normativa es acreedor a un reporte o en el peor de los casos se niega el acceso a la Escuela Secundaria. Surge aquí una cuestión de debate, ¿prohibir al alumno entrar a clases como medida disciplinaria contribuye de manera positiva al proceso de madurez? Por un lado, se objeta que debe existir la aplicación de seriedad y exigencia que induzca al adolescente a desarrollar un sentido de responsabilidad y que incluya sanciones de no llevarse a cabo, tal como se describe en las líneas anteriores, por otro se enlistan los peligros en que se puede ver inmiscuido el estudiante al no garantizarse el regreso a casa inmediatamente es rechazado en la institución, ya sea víctima de prácticas delictivas, abandonarse a la ociosidad en el horario en que se supone estaría en clase, verse atraído hacia grupos de personas con malas intenciones, entro otras actividades. 
Una vez que los alumnos están dentro de la Escuela Secundaria se cierran las rejas y procedemos a registrarnos en la bitácora que está a resguardo del portero. La indicación es clara, escribir nuestro nombre, el área que se visita, el motivo, la fecha y la hora de entrada, un control riguroso complementado con el resguardo de una identificación a cambio de un gafete que porta el título “Servicio Social”. La persona que vigila la entrada está al tanto de las visitas de los padres de familia, estudiantes practicantes, proveedores de la cafetería, funcionarios públicos, etc., que pasan por el mismo proceso. Hecho esto nos dirigimos a la oficina donde se encuentra el Director de la institución. Al llegar nos recibe la secretaria de manera amable, preguntándonos el área al que nos dirigimos, inmediatamente le expresamos que estamos en espera de que se nos asigne un grupo y se nos den instrucciones generales, por lo que nos pide esperar por un espacio de tiempo corto antes de ser organizados ya que será el área de prefectura quien se encargará de los arreglos. En este lapso pudimos apreciar el ambiente en el que se desenvuelven los administrativos de la institución, calificándola como organizada, seria y controlada, y de manera subjetiva, un tanto hostil. 
El tiempo de espera resulta largo, sobrepasan los treinta minutos, atribuido al total de practicantes que residen en la escuela y lo que la organización de ellos conlleva. Es así como las observaciones pasan de ser de forma grupal a individual y en diferentes aulas, grados y grupos, lo que se traduce en manera benéfica a la preocupación de abarcar todos los salones posibles en el mismo lapso. Somos asignados a grupos de tercer y primer año, donde las clases se componen de jóvenes de entre doce y catorce años. Nos dirigimos a los espacios correspondientes para presentarnos primeramente con el docente y pedirle de manera respetuosa nos permita estar presentes en su clase. Se percibe la incertidumbre de los alumnos al vernos llegar, pues en realidad somos ajenos a su rutina, aunque no lo suficiente para mantener en orden el salón de clases. De igual manera a algunos profesores los incomoda nuestra presencia, en cierto modo, no descalificamos la posibilidad de la falta de organización del docente que quedaría expuesta en la observación por parte de los normalistas. A pesar de que nuestras expectativas contemplaban el rechazo de varios profesores, tuvimos la gratasorpresa de encontrar negatividad en tan solo uno de ellos. En tanto finalizaron los módulos correspondientes y tuvimos la oportunidad de analizar las clases, incluidos alumnos y profesores, obtuvimos una serie de datos que caracterizan a los adolescentes y su comportamiento, así como a los docentes y la forma en que estructuran su enseñanza, datos que compartimos a continuación:
Existe un ambiente juvenil en el que reina una actitud desprovista de total responsabilidad hacia las labores educativas (tareas, trabajos, exposiciones, actividades en equipo).
Las inasistencias son comunes en ambos turnos sin apreciarse una preocupación por parte de los alumnos hacia las sanciones aplicadas por el docente (falta de calificación).
El uso del celular prepondera en el aula de forma evidente. No se aplican sanciones ni se aborda el tema como una problemática escolar.
A falta de un docente en el aula los estudiantes alteran el orden, comienza el bullicio, los empujones, las risas, los gritos, se abandona el salón en forma repetitiva.
En cada grupo existe un alumno que se destaca por iniciar el desorden, generalmente hombre.
El número de alumnos dentro de un grupo interviene en el control por parte del docente. A más estudiantes, menor control.
El docente tiene que reiteran las indicaciones a lo largo de la clase por la falta de atención de los alumnos.
Los docentes estructuran la sesión con pocos elementos didácticos, hacen uso de herramientas digitales que sustituyen los métodos tradicionales de interacción. 
Se mantiene una actitud positiva en los docentes desde el inicio al final de clase a pesar del escándalo provocado por los alumnos. No se inmutan ante la negatividad de participación en los estudiantes, buscan la manera de integrarlos y lograr su unidad.
Impera una preparación anticipada y progresiva del tema expuesto en clase, sea abordado en una o varias sesiones, con la búsqueda ininterrumpida de lograr que los alumnos participen y comprendan cada clase. 
El tiempo que pasan los estudiantes dentro de la escuela se resume en clases y un espacio de veinte minutos de receso, sumado el acto cívico del homenaje cada lunes. Pero primero abordemos el tiempo que se destina para el consumo de alimentos. Al sonar la chicharra los estudiantes salen de manera apresurada a la cafetería escolar, se amontonan y entre gritos piden sus alimentos, tienen acceso a un menú limitado, pues se ofertan solo pastes y tortas y una gran cantidad de comida chatarra, que es notablemente la más solicitada. El patio se llena de alumnos, que se toman fotos con poses tendenciosas, hay bullicio, pero no empujones ni peleas, hay risas en un ambiente de diversión. Por otro lado, algunos jóvenes, que resultan ser minoría, ingieren lo que traen de casa, un lonche modesto y, posiblemente, más limpio, ya que una cafetería escolar pudiera suscitar un riesgo sanitario considerable, a pesar de regirse bajos normas estrictas de higiene en la preparación de alimentos. Pero no se espera lo peor, sino se consume con la confianza de los administradores en que llevan a cabo buenas prácticas. 
El homenaje tiene lugar en una cancha techada, que resulta útil para los días con un clima que no favorece el acto cívico, sea soleado o lluvioso y que pueda imposibilitar el programa. Sin embargo, los honores a la bandera transcurren de forma normal, con todos los grupos escolares formados en el perímetro y vigilados por los prefectos y profesores que evitan el desorden a toda costa. La escolta hace su entrada con un recorrido preestablecido hasta situarse en el centro, de frente al grupo que anfitriona, se canta el himno nacional y se saluda como es correspondiente, se leen efemérides que aluden a la fecha y enseguida sale la escolta. Antes de finalizar el Director toma el micrófono y dirige la palabra hacia los alumnos, con recordatorios que llaman la atención: No introducir drogas, alcohol o cigarros a la institución, así como objetos punzocortantes, también recuerda la importancia de mantener el orden y la calma en los salones de clase evitando el bullying. Esto nos lleva a pensar que anteriormente ya se ha suscitado participación de los alumnos que ponen en riesgo la integridad escolar, casos posiblemente aislados pero reales. Con esto se formula una comparativa tomando como base el año 2009, diez años atrás, en dónde el tema de las drogas y/o bullying en los adolescentes de secundaria no era tan común como hoy en día, surgen así una serie de preguntas: ¿las autoridades escolares son suficientes para garantizar la seguridad dentro de la institución? ¿son los adolescentes los principales responsables de las problemáticas que se llegan a suscitar en la escuela, tales como el uso de drogas o alcohol? ¿Son suficientes las sanciones que se aplican para aquellos estudiantes que caen en las prohibiciones? ¿Qué papel juegan los padres de familia? Preguntas intencionales que nos invitan a la reflexión.
La Escuela Secundaria está provista de dieciocho salones de clase, talleres de taquimecanografía, soldadura, contabilidad, dibujo técnico, artes, entre otros. Existen dos laboratorios de cómputo y dos laboratorios para la materia de química, un aula de docentes, una cafetería, la oficina de Dirección, la prefectura, un auditorio, una cancha techada y los baños perfectamente identificados. Se puede comprobar que la calidad de la infraestructura es regular, algunas edificaciones tienen grietas visibles, pintura vieja y desperfectos en las ventanas y puertas y aunque son espaciosas no resultan del todo adecuadas al total de alumnos, ya que existe una desproporción entre los grupos matutinos y vespertinos, donde en el primer turno, el promedio por salón es de cincuenta alumnos y en el segundo turno un aproximando de veinticinco, además están maltratadas por el paso del tiempo y los mismos estudiantes. El mobiliario que se encuentra dentro es de calidad regular, algunas butacas se encuentran casi en el deterioro total, a un paso de ser desechadas. Para los docentes, administrativos y adolescentes que dedican parte de su tiempo a estar entre las aulas son detalles que pasan desapercibidos y nos atrevemos a decir que hasta normales, pero no para el observador, ajeno en cierto sentido, que analiza si la calidad de los materiales son los adecuados para la formación de los jóvenes o debería dedicarse un sentido de urgencia a mejorar las condiciones de la institución. Dicho de otra manera ¿existe un resultado positivo si se trabaja en las aulas con mejores condiciones que las actuales? y ¿cómo responsabilizar a los jóvenes en el cuidado del salón de clase?
Mencionado anteriormente, la Escuela Secundaria se encuentra localizada en la colonia ISSSTE sobre el Boulevard Felipe Ángeles. En entrevista con algunos habitantes de la colonia pudimos obtener su opinión sobre aspectos que influyen en la vida cotidiana. Por ejemplo, el servicio de seguridad es proporcionado por el municipio por medio de elementos policiacos, sin embargo, lo califican como ineficiente y corrupto, lo que hace que no se sientan seguros a ninguna hora del día. Obtuvimos también que el alumbrado público es deficiente y la alcaldía tarda en atender los llamados o quejas constantes por lo que se ha optado a aceptar que los servicios (agua, luz, seguridad, educación) proporcionados por el estado sean tardados e implícitos en una estricta burocracia. A manera de queja algunos pobladores expresaron que el comercio informal se ha acrecentado en los últimos años, a razón, del hospital de Issste que atrae a una gran cantidad de personas, lo que deriva en una queja constante en retirarlos u obligarlos a pagar los correspondientes impuestos, como los negocios locales, establecidos y registrados en la Secretaria de Hacienda. La colonia cuenta con un área verde muy pequeña en la que por la tarde se ve a jóvenes practicando algún deporte, sin embargo, al ser un espacio estrecho algunas personas optan por visitar un espacio recreativo más amplio, el más próximo se encuentra en la colonia vecina Juan C. Doria,un complejo deportivo provisto de diversas canchas y áreas infantiles. Otro dato importante es el cómo se percibe a la educación en la colonia, mencionando que es una oportunidad para otorgarle mejores oportunidades a los jóvenes y llevarlos por un camino correcto, también se expresó que la educación es un motor de la economía local, tanto que se sufre en periodos vacacionales.
La última actividad se lleva a cabo con la observación de la salida de los alumnos de la institución, quienes se amontonan metros antes de la reja, esperando que los prefectos den la instrucción de que pueden retirarse. Afuera se establecen vendedores ambulantes, con frituras y golosinas a la espera de lograr una venta significativa. Una vez abiertas las rejas los alumnos corren a prisa, con escándalo, llenos de alegría de concluir un día de estudio y deseosos de llegar a casa, posiblemente para hacer tarea o descansar, se dirigen en montones al transporte público (tuzobus), al transporte escolar, algunos se alejan caminando acompañados de sus padres y otros son recibidos en auto particular. Muy pocos alumnos compran fuera. En cuestión de veinte minutos la escuela queda vacía sin más que profesores y administrativos. 
Procedemos a reportar nuestra conclusión de actividades en la oficina de Dirección y agradecer el apoyo brindado a nuestro propósito. Posteriormente dejamos evidencia en la bitácora del portero nuestra hora de salida, entregamos el gafete y se nos devuelven las identificaciones. De igual manera nos despedimos del portero, quien, con amable sonrisa nos desea éxito. 
Conclusión
La observación de la práctica docente, el comportamiento estudiantil y la comunidad es la primera interacción con la realidad que se vive en una institución educativa. Es cierto que se tienen expectativas en cuanto a cómo será la experiencia dentro de la escuela, sobre todo desde el punto de vista docente y no como alumno. Todos los observadores nos llevamos una grata impresión y una idea más clara sobre lo que conlleva ser maestro, sobre todo en la responsabilidad social que se carga en los hombros, de guiar y crear a hombres y mujeres libres hacia un mejor porvenir. 
Concluimos así, con el reconocimiento y auto evaluación de nosotros mismos como estudiantes y futuros docentes y lo importante que es prepararse académicamente para cumplir con nuestra misión a cabalidad.

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