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Educación Parvularia 1º y 2º NT
Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
Núcleo de aprendizajes 
Convivencia
Unidad de Educación Parvularia
División de Educación General
Ministerio de Educación
www.mineduc.cl
 
Cuadernillos de Orientaciones Pedagógicas
Educación Parvularia – 1º NT y 2º NT 
Núcleo de aprendizajes
Convivencia
Agradecemos la colaboración de la 
Unidad de Transversavilidad
Ministerio de Educación
 
Diseño
Atria y Asociados Ltda.
www.atriayasociados.cl
 
Ilustraciones: Vivian Naranjo
 
Nº ISBN: 978-956-292-313-2
Registro de propiedad intelectual: 956-292
Ministerio de Educación
Alameda 1371, Santiago
Primera edición: Agosto 2011
Segunda edición: Octubre 2014
 
Núcleo de aprendizajes 
Convivencia
Educación Parvularia 1º y 2º NT
Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
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Núcleo de aprendizajes Convivencia
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Índice
1. Ámbito de experiencias para el aprendizaje Formación personal y social .................. 9
2. Núcleo de aprendizajes Convivencia ................................................................................................................... 13
2.1 Contextualización......................................................................................................................................................... 13
2.2 La comunidad escuela como fuente de aprendizajes de convivencia ........................... 16
2.3 La educadora/or de párvulos como agente facilitador y modelo 
de convivencia ................................................................................................................................................................ 17
2.4 El ingreso a la escuela .............................................................................................................................................. 21
3. Ejes de aprendizaje ................................................................................................................................................................. 23
• Interacción social ......................................................................................................................................................... 25
• Formación valórica ...................................................................................................................................................... 25
4. Estrategias de aprendizaje para favorecer el Núcleo Convivencia ...................................... 29
4.1 Ejes orientadores ......................................................................................................................................................... 29
4.2 Estrategias para favorecer Núcleo de aprendizajes Convivencia ....................................... 31
4.2.1 “Tejer vínculos” en la escuela ............................................................................................................... 31
4.2.2 Establecer consensos y negociaciones ....................................................................................... 40
4.2.3 Ofrecer instancias de intercambios ................................................................................................ 43
4.2.4 Desarrollar juego colaborativo ........................................................................................................... 44
4.2.5 Lectura y/o narración de cuentos: 
 “Había una vez”: otra manera de aprender a con-vivir. .................................................. 46
5. Ejemplos de experiencias de aprendizaje del Núcleo Convivencia .................................... 49
5.1 Experiencia de aprendizaje 1º NT
 “Consensuando normas de convivencia”..................................................................................................50
5.2 Experiencia de aprendizaje 1º NT
 “Negociando con otras/os”...................................................................................................................................52
5.3 Experiencia de aprendizaje 1º NT
 “Conversando”. ................................................................................................................................................................54
5.4 Experiencia de aprendizaje 1º NT 
 “Encuentro de cursos”. .............................................................................................................................................56
5.5 Experiencia de aprendizaje 1º NT
 “Recordemos celebraciones familiares”. ..................................................................................................58
5.6 Experiencia de aprendizaje 2º NT
 “Colaborando entre todas/os”. ..........................................................................................................................60
Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
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5.7 Experiencia de aprendizaje 2º NT
 “Lo que me gusta de mi compañera/o”. ....................................................................................................62
5.8 Experiencia de aprendizaje 2º NT
 “Construyendo con otras/os”. .............................................................................................................................64
5.9 Experiencia de aprendizaje 2º NT
 “Comamos un curanto” ............................................................................................................................................66
5.10 Experiencia de aprendizaje 2º NT
 “Respetando los turnos”. ........................................................................................................................................68
6. Referencias ...................................................................................................................................................................................... 71
 
Formación personal y 
social
Educación Parvularia 1º y 2º NT
Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
Ámbito de experiencias
para el aprendizaje 
Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
8
Núcleo de aprendizajes Convivencia
9
1. Ámbito de experiencias para el aprendizaje 
Formación personal y social
En relación a la formación personal y social de las niñas y niños, las Bases Curriculares para 
la Educación Parvularia señalan que “es un proceso permanente y continuo en la vida de las 
personas, que involucra diversas dimensiones interdependientes. Estas comprenden aspectos 
tan importantes como el desarrollo y valoración de sí mismo, la autonomía, la identidad, 
la convivencia con otros, la pertenencia a una comunidad y a una cultura, y la formación 
valórica”.1
De tal modo, este proceso de desarrollo humano “se construye sobre la seguridad y confianza 
básicas que comienzan a consolidarse desde el nacimiento, y que dependen en gran medida 
del tipo y calidad de los vínculos afectivos que se establecen con los padres, madres, la familia 
y otros adultos que son significativos.”2
Por tanto, este ámbito de experiencias para el aprendizaje es fundamental de propiciar en 
la Educación Parvularia, como primer nivel educativo, más en complementariedad con los 
primeros educadores, es decir, la familia, como la base del vínculo del apego de los párvulos. 
A medida que este vínculo se fortalece, y en la medida en que los párvulos van creciendo, 
se establecen vínculos con otras personas significativas que interactúan en su entorno, por 
ejemplo, la educadora/or de párvulos y las demás niñas y niños del curso.
Por ello, en los niveles de transición, el rol que desempeña la educadora/or es fundamental, 
ya que actúa como mediador de los aprendizajes, apoyando a las niñas y niños en su 
autodefinición y en la resolución de problemas de forma autónoma; incentivándoles a 
aprender confiadamente en forma activa; orientando las relaciones de las niñas y niños entre 
sí, cuando es necesario; ofreciendo oportunidades para elegir, expresar sus ideas y manifestar 
sus inquietudes y preferencias, en el marco de una valoración permanente por una educación 
queconsidera lo lúdico como un sello metodológico. 
Al respecto, está ampliamente reconocido que el juego, entre los cuatro y seis años, es 
marcadamente colectivo, más estructurado y de mayor duración que en edades anteriores. 
Las niñas y niños se encuentran más integrados socialmente, crean sus propios juegos, se dan 
y respetan reglas, observan e imitan, como una manera de aprender quiénes son y quiénes 
son los otros. Es, por tanto, la instancia en que la comprensión y aceptación de todos los 
jugadores es un requerimiento fundamental, de manera de regularse a través del diálogo y la 
comprensión recíproca.
1 Mineduc. (2001). “Bases Curriculares de la Educación Parvularia”. Pág. 36.
2 Ídem. Pág. 36.
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Además de basarse en el juego, una pedagogía para la formación personal y social supone 
una didáctica que se hace cargo de buscar distintas formas de expresar en la práctica, los 
principios y valores que son parte del proyecto educativo, y, por tanto, supone definiciones 
curriculares posibles de planificar, organizar, llevar a cabo y evaluar, en espacios reales, con 
personas y tiempos precisos para aprender.
Entonces, una escuela en que se promueve “un clima de interacciones positivas...el respeto y 
la comunicación, la aceptación de las diferencias, la solución creativa de problemas, y en el 
que se crean vínculos sólidos, se presenta como un escenario favorable para el aprendizaje 
de las niñas y niños”3, pues valorando y promoviendo estas características de interrelación, al 
mismo tiempo se promoverá la autoconfianza, la solución creativa individual y colectiva de 
problemas, la comunicación fluida y la expresión de sentimientos.
Otro aspecto esencial a considerar es reconocer que “cada uno de los actores de la comunidad 
educativa es sujeto de derecho, con potencialidades y experiencias propias que lo hacen único 
y perfectible. Lo anterior “implica reconocer sus derechos individuales y también sus deberes. 
Los derechos son inherentes al ser humano y le permiten vivir como tal. Se fundamentan en 
la dignidad humana, esto es, reconocer y respetar las máximas posibilidades de desarrollo 
dentro de un sistema social orientado al bien común”4.
Asimismo, como modelo de vinculación con otros, es necesario que la escuela cree instancias 
y espacios de encuentro con la familia, que promuevan la información y consistencia entre 
ambas institucionalidades, favoreciendo de esta manera que la educación para la formación 
personal y social sea una temática relevante, tanto para las niñas y niños, como para sus 
educadoras/es y sus familias, como parte de una comunidad educativa que converge en el 
maravilloso desafío de formar personas.
3 Mineduc. Unidad de Educación Parvularia. (2002). “La Reforma Curricular de la Educación Parvularia; aportes para mejorar la calidad de 
los contextos de aprendizaje”. Pág. 7.
4 Mineduc. (2010). “Conviviendo mejor en la escuela y en el liceo. Manual sobre Convivencia Escolar dirigido a todas y todos los 
integrantes de la Comunidad Educativa”. Pág. 18.
 
Núcleo de aprendizajes
Convivencia
Educación Parvularia 1º y 2º NT
Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
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Núcleo de aprendizajes Convivencia
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2. Núcleo de aprendizajes Convivencia
2.1 Contextualización
La Ley General de Educación, en su artículo 2, explicita: 
“La educación es el proceso de aprendizaje permanente, que abarca las distintas 
etapas de la vida de las personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo 
espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante la transmisión 
y el cultivo de valores, conocimientos y destrezas. Se enmarca en el respeto y 
valoración de los derechos humanos, y de las libertades fundamentales, de la 
diversidad multicultural y de la paz, y de nuestra identidad nacional capacitando 
a las personas para conducir su vida en forma plena, para convivir y participar en 
forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y para 
trabajar y contribuir al desarrollo del país”5. 
De tal modo, una práctica pedagógica, en cualquier nivel educativo, requiere considerar 
aprendizajes relacionados con este núcleo, de manera de ofrecer las oportunidades necesarias 
y pertinentes para enfrentarse a un entorno social lleno de desafíos que exigen convivir con 
otros, en el marco de una interrelación positiva.
En este sentido, el Ministerio de Educación concibe a la convivencia como “la potencialidad 
que tienen las personas para vivir con otras en un marco de respeto mutuo y de solidaridad 
recíproca”6. Ello implica considerar principios fundamentales, como el respeto a las ideas, 
tolerancia, aceptación y valoración de la diversidad, solidaridad, entre otros.
Para responder a este gran propósito, las escuelas cuentan con documentos e instrumentos 
curriculares para todos los niveles educativos, que en el caso de los niveles de transición están 
constituidos por las Bases Curriculares de la Educación Parvularia, los Programas Pedagógicos 
para Primer Nivel de Transición (1º NT) y Segundo Nivel de Transición (2º NT) y los mapas de 
progreso del aprendizaje, en que se presentan los Aprendizajes esperados para este núcleo, 
organizados en torno a dos ejes: Interacción social y Formación valórica. 
5 Diario Oficial de la República de Chile. (2009). En http://productos.diariooficial.cl/diariooficial/lpext.dLL/DO/CL_DONGR/CL_
DONGR2009.
6 Mineduc. (2010). “Conviviendo mejor en la escuela y en el liceo. Manual sobre Convivencia Escolar dirigido a todas y todos los 
integrantes de la Comunidad Educativa”. Pág. 14. 
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Las Bases Curriculares de la Educación Parvularia y los Programas Pedagógicos para los niveles 
de transición, definen la convivencia como el establecimiento de “relaciones interpersonales 
y formas de participación y contribución con las distintas personas con las que el niño y la niña 
comparte, desde las más próximas y habituales, que forman su sentido de pertenencia, hasta 
aquellas más ocasionales, regulándose por normas y valores socialmente compartidos”7.
La convivencia se constituye por tanto, en un aprendizaje esencial en esta etapa de la 
vida, pues “aprender a convivir es un proceso interactivo en el que confluyen un conjunto 
de elementos y factores que se relacionan fundamentalmente con el conocer, disfrutar y 
estimar a los otros, en un contexto de respeto y mutua colaboración”8.
En este sentido, la comunidad educativa se transforma en un espacio de formación que ha de 
favorecer el aprender a vivir con otras personas, por tanto, la convivencia se aprende y prepara a 
las niñas y niños para el diálogo social, cultural y político indispensable para desenvolverse en 
el mundo actual; al mismo tiempo es un espacio donde se aprende la convivencia ciudadana.
Es en la escuela donde se pueden crear instancias para que las niñas y niños puedan vivir y 
aprender a convivir en forma democrática, entendida como “una oportunidad para construir 
nuevas formas de relación inspiradas en los valores de autonomía, diálogo, respeto y solidaridad. 
Es decir, si pensamos en una escuela que brinda a sus alumnos y alumnas, a sus docentes y 
apoderados, oportunidades para expresarse, participar, decidir y ejercer responsablemente 
su libertad, dispondremos de una plataforma de formación de extraordinaria potencialidad, 
que estará apoyando a los estudiantes en su búsqueda de identidad e integración social, en la 
definición de sus proyectos de vida, en el logro creciente de su autonomía y en el desarrollo 
de actitudes democráticas, a través del ejercicio de la ciudadanía”9.
Para favorecer este Núcleo de aprendizajes (Convivencia) desde la Educación Parvularia, se 
han de consideraralgunas características que son propias del ser párvulo, que pueden influir 
en su desarrollo y aprendizaje. Por ejemplo:
El interés innato por explorar el entorno y las personas que lo componen, 
aprehendiéndolo y desafiándolo en forma creativa y dinámica. 
La sociabilidad manifiesta desde que nacen. 
El uso de distintos lenguajes para comunicarse con los demás. 
7 Mineduc, UCE (2001). “Bases Curriculares de la Educación Parvularia”. Pág. 51.
8 Cordua, Adela. (2009). Transcripción de entrevista en el programa “Una belleza nueva”. TVN.
9 Mineduc (s.f), Pág. 29, extraído desde http://www.mineduc.cl/biblio/documento/Politica_Convivencia.pdf
Núcleo de aprendizajes Convivencia
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De tal modo, toda educadora/or requiere recordar que “la convivencia se traduce en un proceso 
...multidireccional que dura toda la vida,... y que es necesario aprender desde el momento del 
nacimiento”10, tanto en el seno familiar como en la escuela, y que, por tanto, la institución 
educativa pasa a constituirse en un contexto amplio, complejo y diverso, que propicia nuevas 
formas de relacionarse y que exige normas que pueden ser muy desconocidas para la niña y 
el niño.
Por último, el aprendizaje de la convivencia implica vivir y aprender a vivir las prácticas y 
valores del ser ciudadano, es decir, aprender a comportarse como una persona comprometida 
con los valores del respeto, la tolerancia, la no discriminación, la igualdad y la democracia, 
ya que “el sistema escolar tiene la responsabilidad de promover aprendizajes para una 
convivencia armoniosa y democrática”11. En este sentido, es importante connotar que las 
niñas y niños son ciudadanos desde el nacimiento, la participación de la infancia es un medio 
imprescindible y necesario para ejercer la ciudadanía. Esta participación implica dos aspectos 
esenciales: contribuye a empoderar a las niñas y niños para tomar conciencia de cuáles son 
sus necesidades y, por otro lado, promueve una nueva visión sobre la ciudadanía, es decir, no 
solo se es partícipe en la etapa adulta sino también en la infancia.
Al respecto, el año 2006 el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación 
aseveraba: 
“La educación nos prepara para vivir y compartir con otros; nos ayuda a respetar y 
valorar a los integrantes de los diversos grupos sociales y culturales que confluyen 
en la escuela; permite cultivar las virtudes que hacen posible el diálogo y la 
cooperación; y, así, transforma nuestras diferencias en riqueza compartida”12. 
10 Mineduc/Unicef. (2002). “Cuadernillos de Reflexión Pedagógica: Convivencia”. Pág. 5.
11 Mineduc. (2007). “Planificación en el Nivel de Transición de Educación Parvularia”. Pág. 119.
12 Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educació.n (2006). Extraído desde http://www.consejoeducacion.cl/articulos/
Informefinal.pdf. Pág. 49.
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PARA REFLEXIONAR
De acuerdo a la experiencia profesional como educadoras/es de párvulos:
¿Cómo definirían y describirían la convivencia que viven a diario las niñas y 
niños de los cursos de transición, en la escuela? 
¿Cuáles son los criterios que las educadoras/es aplican para determinar que 
están en presencia de una situación que altera la convivencia en su grupo 
curso?
¿Cómo se enfrenta, y qué acuerdos previos se han establecido, para prevenir y 
ayudar a solucionar estas problemáticas que se presentan? 
2.2 La comunidad escuela, como fuente de aprendizajes de convivencia
La escuela comúnmente planifica celebraciones, aniversarios, competencias, exposiciones, 
entre otros, todas situaciones muy favorables para la puesta en práctica de principios y valores 
como el respeto, solidaridad, bienestar y cooperación, por lo que podríamos considerarla 
como una institución privilegiada para que las niñas y niños aprendan a convivir y convivan 
para aprender. Pero sabemos que estas situaciones no son suficientes y no son parte del diario 
vivir de todas las escuelas; se dan en tiempos determinados; son generalmente planificadas 
por los adultos y muchas veces pensadas por los adultos (autoridades, padres, madres y 
apoderados, sostenedores, etc.).
Es necesario considerar, entonces, que una pedagogía favorecedora de la convivencia se basa 
en principios y valores que asume la comunidad educativa en pleno, en forma autónoma, 
permanente y con distintas expresiones en la práctica. A su vez, necesita definiciones 
curriculares ante el desafío de planificar, organizar e implementar experiencias pedagógicas, 
cuidando especialmente de favorecer los ambientes humanos apropiados, así como también 
los modos posibles de evaluar a partir de la reflexión.
Sin embargo, el trabajo pedagógico a desarrollar en la escuela no se restringe a esta 
formulación de objetivos, métodos o tiempos determinados, conformándose en un conjunto 
de experiencias y prácticas que operan como un sistema, en todo momento y diversos 
contextos, ya sea dentro o fuera de la escuela, en pro de favorecer el bienestar de todos los 
miembros de su comunidad. 
Núcleo de aprendizajes Convivencia
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Por tanto, muchos de estos aprendizajes se ejercitan en la convivencia del día a día, en 
situaciones que “emergen” y al ser detectadas la educadora/or las puede planificar, enseñar 
y aprender. La enseñanza de la convivencia pasa por la práctica de interacciones de calidad 
distintas, más fáciles y más difíciles, más simples y más complejas, que deben estar instaladas 
en las educadoras/es y en todos los agentes de las escuelas, como habilidades y actitudes 
que fluyen adecuadamente cuándo y cómo corresponde.
Por último, el trabajo conjunto y agradable en la escuela, es una de las estrategias más 
potentes que transmite la importancia de la cooperación, del hacer juntos y de la solidaridad, 
en un entorno cada vez más amplio para las niñas y niños. La forma en que los miembros 
de la comunidad escolar se interrelacionan, comparten, expresan las diferencias de opinión, 
cooperan y resuelven sus diferencias, es percibida y recibida por las niñas y niños de manera 
directa y muchas veces tiene más fuerza que las palabras. Al observar constantemente estas 
actitudes en personas que los guían, que están ahí para orientarlos, aparecen la admiración y 
el cariño, aprenden valores, actitudes y pautas sociales, como modelos a imitar. 
2.3 La educadora/or de párvulos como agente facilitador y modelo de 
convivencia
Como parte de una comunidad escuela, las educadoras/es se constituyen en mediadores 
sociales y culturales para una convivencia sana.
Por ello, tanto al diseñar como al desarrollar experiencias de aprendizaje, las educadoras/
es de párvulos deben considerar los Principios Pedagógicos de las Bases Curriculares de la 
Educación Parvularia, los que se traducen en que las experiencias pedagógicas planificadas, 
al menos:
Favorezcan los vínculos afectivos sanos, fuertes, estables, basados en valores, 
de la educadora/or con cada niña y niño, de las pequeñas/os entre sí y con los 
adultos que participan de la experiencia. (Principio de bienestar)
Propicien una comunicación de calidad entre las niñas y niños y la educadora/
or, en términos integrales, es decir, que incluya el pensar, y actuar, considerando 
especialmente el emocionar que se está facilitando, en especial respecto de 
resolver conflictos. (Principio de integralidad)
Incluyan actividades con sentido lúdico, propio de las niñas y niños pequeños, 
de manera de que se experiencien en un ejercicio gozoso y libre de establecer 
acuerdos con otros. (Principio del juego)
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Esto significa, en la práctica, que complementariamente a la intencionalidad que la educadora/
or le dé a una experiencia de aprendizaje, durante la experiencia debería también modelar 
y favorecer que las interacciones entre todos se caractericen por vínculos afectivos libres 
de amenazas,recriminaciones, críticas veladas, anticipaciones negativas o descalificaciones, 
partiendo por su propio ejemplo, pues “Nadie puede enseñar lo que no ha aprehendido como 
valores para su propia vida”13.
En este marco, existen algunas consideraciones para que la educadora/or favorezca una 
pedagogía para la convivencia, en que se releve la participación, respeto y valoración por las 
opiniones de todos: adultos y las niñas y niños:
Las normas de convivencia consensuadas se practican todos los días, en todo 
momento y en todo lugar. 
Las normas, límites y exigencias tienen valor formativo y educativo positivo 
cuando se dan en un contexto de afecto, respeto y claridad, y cuando se basan 
en principios y valores compartidos.
El participar activamente en la generación de normas que regulen las 
actuaciones, contribuye a que cada niña o niño aprenda a actuar reflexivamente, 
según normas y derechos que todos y todas comprenden, comparten y les 
hacen sentido.
Promover entre niñas y niños la organización de juegos de carácter simbólico, a 
través de expresiones y de experiencias concretas, puede favorecer de manera 
importante el ejercicio de interacciones positivas y el progresivo manejo de 
resolución de conflictos. 
Las situaciones con clara intencionalidad pedagógica en que las niñas y niños 
evalúan sus acciones, opinan y aprecian resultados, son favorecedoras del 
respeto, aprecio hacia las compañeras/os y la empatía.
La convivencia comprende un conjunto de aprendizajes transversales e 
integradores, que se manifiestan y fortalecen en distintas situaciones de la 
vida diaria y en distintos entornos sociales y culturales. 
Las niñas y niños de nivel transición tienen suficientes condiciones lingüísticas, emocionales, 
cognitivas, sociales y culturales, para avanzar en los aprendizajes que se requieren para convivir 
sanamente (pueden responsabilizarse de sus actuaciones, adoptar y respetar acuerdos, 
participar con respeto en grupos de juego y de trabajo, entre otros) y estas condiciones se 
verán potenciadas en la medida en que sean guiados y acompañados por una educadora/or y 
demás adultos que consideren los puntos anteriormente expuestos.
13 Urbano, Cristina. (2010). “La enseñanza en valores. Un saber que se transmite en la escuela infantil”. Extraído desde www.infanciaenred.
com. Dilemas. OMEP.
Núcleo de aprendizajes Convivencia
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Por otra parte, aprender a construir acuerdos es un aprendizaje relevante para la vida en la 
sociedad democrática de hoy; llegar a acuerdos no es tan difícil de aprender si el ambiente 
emocional y la metodología utilizada por la educadora/or es apropiada. Desde el punto de 
vista educativo, no basta con declarar buenas intenciones, establecer adecuadas normas y 
hábitos sociales, sino que es necesario instalarlas como aprendizajes habituales y cotidianos, 
de modo que se manifiesten tanto en la escuela como fuera de ella. 
En general, la principal tarea de las educadoras/es para la educación emocional y la formación 
personal de las niñas y niños, es sostener un ambiente afectivo-social de acogida, estabilidad, 
seguridad, cariño y confianza, que facilite sus procesos de identificación y de pertenencia. Es 
importante que considere también que los conflictos son parte del desarrollo del ser humano 
y están siempre presentes en el ciclo vital. Además, se debe recordar que en la infancia surgen 
los sentimientos y emociones que nos van a acompañar durante toda la vida y que dan origen 
a conflictos subjetivos e interpersonales que deberemos aprender a manejar, para alcanzar 
armonía y una buena calidad de vida.
Crear las condiciones para que las niñas y niños puedan resolver adecuadamente sus conflictos 
significa, en primer lugar, tomar conciencia de que cada uno posee una manera particular de 
procesar sus experiencias y su mundo interno.
En este proceso, nada de fácil para la educadora/or, es esencial que las familias conozcan 
la forma en que se tratan los problemas grupales en la escuela, informando, compartiendo, 
testimoniando y discutiéndolas en las reuniones de padres, madres y apoderados.
Especial atención merecen las situaciones que presentan los padres o madres que expresan 
que sus hijas e hijos no son tomados en cuenta o que son castigados o agredidos en la 
escuela. Siempre corresponde acogerlos y agradecer la información que ellas/os entregan, e 
informarles que la situación planteada será conversada con las niñas y niños buscando, si es 
necesario, apoyo complementario de otros profesionales del establecimiento. Los familiares 
son más colaboradores cuando saben que los conflictos que tienen sus hijas e hijos en la 
escuela son tomados en cuenta, cuando saben que se los escucha sinceramente y cuando 
sienten que cada niña y niño es importante para la educadora/or y para todo el grupo. 
Ayudar a enfrentar los conflictos personales como una manera de crecer y desarrollarse es 
la tarea de una educadora/or. Estar dispuesta/o a acompañar a las niñas y niños en su vida 
cotidiana en la escuela, observar sus manifestaciones y desarrollar la capacidad necesaria 
para intervenir acertada y oportunamente, es clave. 
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Esto implica a la educadora/or mantener una actitud de atención constante y disponibilidad 
para acompañar a cada niña o niño en su largo recorrido, ofreciéndole oportunidades para que 
se exprese libremente, en una atmósfera de seguridad y confianza, y ofreciendo un tiempo y 
un espacio donde se sientan escuchados, respetados y comprendidos, aunque no siempre se 
puedan descubrir las causas invisibles que generan sus tensiones y sus angustias.
En el medio escolar, la interrelación constante constituye una gran parte del universo social 
de la niña o niño y es donde se manifiestan sus dificultades. Es en ese mundo relacional donde 
la educadora/or cumple y ejerce su rol en el sentido más amplio y profundo de la palabra. La 
mirada de la educadora/or, su comprensión y su intuición son claves para encontrar el modo 
de actuar y convertir cada vivencia, cada dificultad, en una oportunidad para hacer avanzar a 
la niña o al niño hacia actuaciones cada vez más conforme a los valores que impone la vida 
en relación.
Por ello, las oportunidades que la educadora/or de párvulos planifique y desarrolle para 
propiciar la sana convivencia de las niñas y niños, debiesen manifestarse después en 
comportamientos adecuados y lograr que las mismas niñas y niños sean quienes expresen sus 
conflictos no resueltos. Para ello, es necesario que promueva el encuentro entre los mismos 
niños/as y, entre ellas/os y sus educadores14. Esto puede concretarse a través del compartir 
materiales, experiencias, decisiones, lugares, proyectos, y “grupos de trabajo y juego para 
lograr un propósito común”15.
Por último, y como la prevención, es parte de la formación, es importante que las niñas y niños, 
con el apoyo de un adulto, aprendan a reflexionar y a asumir una actitud crítica frente a sus 
propios comportamientos, lo que a largo plazo puede traducirse en cambios duraderos que 
favorecerán un desarrollo personal y social armónico y estable. 
PARA REFLEXIONAR 
¿De qué manera las Bases Curriculares y los Programas Pedagógicos de 1º 
NT y 2º NT, aportan a las educadoras/es orientaciones para definir criterios que 
les permitan crear un buen clima para los Aprendizajes esperados del Núcleo 
Convivencia? 
¿Cómo influirían los demás Principios Pedagógicos de las Bases Curriculares 
(además de los tres ya expuestos) en las prácticas pedagógicas favorecedoras 
de una sana convivencia?
14 Se consideran educadoras/es a: Educadora/or de Párvulos, Técnico en Educación Parvularia, monitores u otros agentes educativos de 
la escuela.
15 Mineduc, UCE. (2008). Programa Pedagógico 2º NT, Tramo IV. Pág. 51.
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¿Qué otros referentes tiene disponible el Mineduc para que las educadoras/es 
de párvulos se orienten enel diseño y desarrollo de estrategias pedagógicas 
favorecedoras de aprendizajes para la buena convivencia? 
Acorde al contexto sociocultural de las niñas y niños que asisten al curso 
actualmente, ¿qué Aprendizajes esperados sería necesario enfatizar para 
favorecer una mejor convivencia? 
2.4 El ingreso a la escuela
La entrada por primera vez a la escuela es para las familias una experiencia nueva y, para 
algunas, inquietante. Son muchas y variadas las emociones y sentimientos que las madres, 
padres y familiares más cercanos experimentan en este sentido. 
Desde la mirada de la convivencia, este proceso de transición entre el hogar y la escuela o el 
jardín infantil y la escuela, no puede ser entendido como un proceso en que un grupo humano 
impone a otro someterse a las nuevas circunstancias. La escuela, como espacio abierto y 
favorecedor de la convivencia, debiera promover un proceso de transición que se oriente a la 
integración humana, en que las pautas y normas preestablecidas necesitan un tiempo para su 
comprensión y aceptación. 
Por ello, la comunidad de la escuela debe preparase para este proceso de “adaptación”, de 
modo que se transforme en una instancia de apertura hacia las niñas y niños pero también hacia 
sus familias, de manera que éstas mantengan su responsabilidad como primeras educadoras 
y puedan establecer vínculos estables y de confianza con educadoras/es, directivos, y demás 
apoderados. 
Es importante recordar que para los adultos, familiares y educadoras/es que ya forman parte 
de la comunidad escolar es también un proceso de cambio y ajuste, un periodo especialmente 
importante para determinar y sumarse a los cambios y comprender las nuevas condiciones, 
cautelando por sobre todo el bienestar de toda la comunidad y especialmente de cada uno 
de las niñas y niños.
PARA REFLEXIONAR
¿De qué manera la transición entre el hogar o el jardín infantil y la escuela 
puede ser un proceso favorecedor de aprendizajes de convencía sana entre 
las niñas y niños?
¿De qué manera la transición que viven las familias al llegar a la escuela puede 
ser un proceso favorecedor de espacios de convivencia sana entre ellas? 
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3. Ejes de Aprendizaje
En el Núcleo Convivencia se presentan, como énfasis, dos Ejes de aprendizaje:
Interacción social
“Se refiere a la capacidad de interactuar y establecer relaciones de confianza 
y afecto con adultos y pares, compartiendo, participando y colaborando en 
actividades grupales”16.
Formación valórica
“Se refiere a la capacidad de apreciar y adquirir gradualmente valores y 
normas socialmente compartidos que contribuyen a la sana convivencia entre 
las personas. Implica reconocer y apropiarse de normas sociales que regulan 
el funcionamiento de juegos y actividades cotidianas e incorporar valores 
esenciales como la solidaridad, la verdad, la paz y la justicia, en un marco de 
respeto por la diversidad y por la resolución pacífica de conflictos”17.
16 Minedu, UCE. (2008). “Programa Pedagógico 2º NT”. Pág. 49.
17 Ídem. Pág. 49.
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4. Estrategias de aprendizaje para favorecer el Núcleo 
Convivencia
4.1 Ejes orientadores de las estrategias
Se hace necesario establecer ideas centrales a considerar en cualquier propuesta educativa 
referida a este Núcleo de aprendizajes: 
La escucha, o el valor de reconocer al otro. 
La empatía.
La relación del emocionar, el razonar y el hacer en la cotidianidad de la escuela. 
La educación en valores.
La escucha: hace posible que las niñas y niños se “vean” y sean reconocidos; cuando son 
escuchados, especialmente por los adultos y por sus pares, se sienten “pertenecientes a”(…); 
van descubriendo y aceptando su identidad, y fortalecen su autoestima positiva. De tal modo, 
las niñas y niños aprenden a comprender, compartir y darles sentido a las normas, valores, 
deberes y derechos, en cualquier contexto social y cultural donde se encuentren.
Este encadenamiento sistemático de prácticas en el convivir va provocando que cada uno, y 
todos, vayan escuchando a los demás y solicitando que le escuchen, valorando actitudes de 
colaboración y empatía.
La empatía: es la capacidad que todas las personas necesitamos desarrollar para entender el 
mundo desde el punto de vista de otras personas y tener la motivación de tratar a los demás 
amablemente, entendiendo sus emociones y sentimientos. Es una actitud fundamental 
que hace posibles la negociación, la co-construcción del mundo social y la democracia. La 
empatía está a la base de valores como la tolerancia, el respeto y aceptación de la diversidad.
El desarrollo de la empatía que surge espontáneamente en las niñas y niños pequeños, puede 
verse favorecido en la medida que tengan variadas oportunidades para descubrir las propias 
emociones y sentimientos y, a la vez, descubrir las emociones y sentimientos de los demás.
Las niñas y niños expuestos constantemente a muchas emociones, a estrés, a situaciones 
difíciles, o cuando están en situaciones de vulnerabilidad, necesitan especial cuidado y 
atención, ya que tienen dificultades para descubrir sus emociones, pueden llegar a ignorar 
sus sentimientos y aminorar su capacidad de empatizar.
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Lo mismo ocurre a las niñas y niños que solo han sido educados para ser exitosos, a quienes se 
les enfatiza el competir y ser socialmente destacados en desmedro de los otros.
Por demás, la empatía requiere de práctica y de un estado de ánimo afectuoso, donde la 
competencia consigo mismo es más importante que la competencia con los otros; de lo 
contario, la empatía se debilita. 
Por último, la empatía significa: 
“Escuchar las emociones” de los demás.
Intentar entender cómo se sienten los otros. 
Comunicar que interesa saber cómo se sienten. 
Explicar lo que uno mismo siente.
La relación entre el emocionar, el razonar y el hacer: El doctor Humberto Maturana 
(1995) sostiene que las niñas y niños se forman según la experiencia que hayan vivido en la 
convivencia; que aprenden a vivir en convivencia fundamentalmente con sus madres, padres, 
familiares; Luego o al mismo tiempo, con las educadoras/es, personas cercanas y significativas; 
aprenden a pensar, a reaccionar, a mirar lo que viven, configurando su espacio psíquico y, a 
veces, rechazando lo que algunas personas adultas quieren que aprendan.
Si las niñas y niños conviven con una educadora/or y con sus compañeras/os, que disfrutan 
(emocionalmente) durante el tiempo en que se encuentran juntos, viviendo el respeto y la 
colaboración, cada uno incorporará en su propio vivir estas experiencias, a través de las cuales 
se irán formando como personas socialmente integradas, con confianza en sí mismas, sin 
miedo a cometer errores, dispuestos a rectificar, sin perder su conciencia social y ética.
Educar en valores: La educación en valores es parte del currículo y atraviesa todas las 
actuaciones de las personas que comparten en la escuela cada jornada de trabajo.
Las actitudes y valores están presentes en el diario convivir; las niñas y niños los aprenden 
principalmente de las prácticas y actuaciones de las personas que les son significativas; por 
ejemplo al trabajar en el huerto, al apreciar y disfrutar producciones artísticas conjuntas; 
al comunicarse con otros, en las conversaciones decada día; al ponerse en el lugar de las 
compañeras/os cuando necesitan ayuda, cuando hay que compartir un juguete, cuando ocurre 
un problema familiar, cuando una compañera/o se enferma, entre otros.
Núcleo de aprendizajes Convivencia
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La educación en valores requiere mucha paciencia, escucha y tolerancia de parte de las 
educadoras/es ya que las actitudes no se forman ni construyen rápidamente, necesitan de 
mucho “·ejercicio” y puesta “a prueba” en distintas circunstancias y, por sobre todo, que se 
respeten los tiempos individuales para obtener logros. En un contexto mayor, se requiere de 
una Comunidad Educativa que haya compartido y construido con cada uno de los actores los 
valores que en definitiva guiarán la convivencia al interior del establecimiento.
En la medida que las educadoras/es acojan las expresiones infantiles y las de las familias 
de estos párvulos, contarán con los elementos necesarios para tomar decisiones de cómo 
abordar esta enseñanza, mejorar la calidad de los vínculos y llevar, al respecto, una tarea 
conjunta con las familias.
PARA REFLEXIONAR 
Tomando como referencia los ejes antes propuestos:
¿Qué relaciones se pueden establecer entre estos ejes orientadores y los 
Aprendizajes esperados del Núcleo Convivencia, propuestos en los Programas 
Pedagógicos de 1º NT y 2º NT? 
Considerando estos criterios ¿cómo describiría la calidad de la convivencia 
que viven a diario las niñas y niños que asisten al curso?
De acuerdo a la experiencia profesional: ¿cómo se da o expresa la empatía 
entre las niñas y niños de transición?, ¿hay diferencias entre los grados en que 
manifiesta?, ¿de qué cree usted que pueden depender estas diferencias?
¿Cómo se expresa la empatía en las relaciones familiares de las niñas y niños? 
4.2 Estrategias de aprendizaje para favorecer el Núcleo Convivencia
4.2.1 “Tejer vínculos” en la escuela
A comienzos del año escolar, cuando los párvulos ingresan a la escuela, es fundamental 
crear un proceso para “tejer vínculos”. Este es un periodo en que el cuerpo directivo y las 
educadoras/es de los cursos de transición de la escuela promueven prácticas pedagógicas 
orientadas a la integración, que han sido planeadas en conjunto y que pueden ser parte, por 
tanto, del proyecto educativo institucional.
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Es, además, un periodo que podría incluir al barrio y vecinos de la escuela, para realizar 
actividades en conjunto con estudiantes, madres, padres y apoderados, que integren y hagan 
de la escuela un lugar inclusivo, colaborativo y participativo, donde se desarrollan actividades 
interesantes, divertidas y alegres, porque la llegada de nuevos miembros a la comunidad 
escolar es un motivo de fiesta.
De acuerdo a la experiencia, es recomendable que las niñas y niños de transición que 
ingresan por primera vez a la escuela, lo hagan dos o tres días antes que los cursos mayores, 
especialmente cuando la escuela es grande y tiene muchos estudiantes. Esto posibilitaría 
que las niñas y niños tengan las posibilidades de observar bien los espacios, ubicarse en ellos, 
identificar a las personas a las que pueden acudir y que los acogerán cuando lo necesiten, 
etc. Para esto se necesita un cierto ambiente “ordenado” y “organizado”, donde hay muchos 
adultos atentos y acogedores que facilitan a las niñas y niños sentirse ubicados, acogidos e 
integrados por toda una comunidad y en todo el espacio escolar, y no sólo por su educadora/
or o su aula. 
Otro elemento importante a considerar en este periodo es que el cambio que experimentan 
las niñas y niños en sus rutinas, relaciones, espacios, objetos y actividades, en este nuevo 
proceso de integrarse a un mundo tan distinto, significa pérdidas y nuevas oportunidades 
a la vez. Es responsabilidad de la educadora/or, por tanto, que las niñas y niños vivan esas 
“pérdidas”, con apoyo, por ejemplo, a través de objetos que les dan confianza y soporte 
afectivo al ser objetos propios y de gran significado para ellas/os, ya que los vinculan con 
personas, objetos espacios y/o situaciones gratificantes y aseguradoras. 
Permitir a las niñas y niños llevar esos objetos a la escuela es de gran apoyo para facilitarles 
su integración confiada en la escuela, los que deberán ser respetados y cuidados por todos. 
Luego, y acorde al ritmo del proceso de adaptación propio de cada niña o niño, progresivamente 
esos apoyos puedes ser obviados. 
4.2.2 Establecer consensos y negociaciones 
Cuando la escuela se propone orientar y enseñar a sus niñas y niños por qué, para qué y cómo 
convivir sanamente en la escuela y en la sociedad, una herramienta posible de utilizar, entre 
otras tantas, es elaborar un reglamento coherente con el proyecto educativo institucional, en 
el que participen también las familias y las niñas y niños.
Desde el punto de vista educativo, pensando en las niñas y niños que asisten a nivel transición, 
el proceso de elaboración de un reglamento del curso es más importante que el producto 
mismo.
Núcleo de aprendizajes Convivencia
41
En la medida que este proceso sea vivido por cada niña o niño, podrá comprender y aceptar 
mucho mejor las normas que se establezcan en conjunto, además de favorecer que vaya 
aprendiendo y asumiendo, progresivamente, las normas sociales a las que adscribimos. Si, por 
ejemplo, las niñas y niños están de acuerdo en que las basuras se botan en un artefacto especial 
que está en la sala y en los distintos espacios de la escuela, estarán mejor dispuestos a no 
botar basuras en la vereda, en la plaza o en la calle, y buscarán donde hacerlo correctamente. 
Algunas claves metodológicas para facilitar que las normas sean asumidas autónomamente 
son: 
Crear un clima de trabajo placentero y creativo, para establecer el consenso. 
Escribir las reglas y dibujarlas, si es necesario, en un panel o afiche.
Ubicar el panel o afiche, en acuerdo con las niñas y niños, a la vista de todas y 
todos.
Hacer alusión al panel o afiche cada vez que sea necesario.
Establecer, en el mismo momento del acuerdo, que las normas se pueden 
cambiar cuando sea necesario. 
Determinar pocas normas, que sean generales, flexibles y aplicables a variadas 
situaciones.
Recordar que cada vez que alguna niña o niño trasgrede una norma, es preciso 
recordarla y no “calificar” y “enjuiciar” a la niña o niño que la trasgredió. Por 
ejemplo, en vez de decir “Bernardita, eres desobediente porque no te quedas 
callada”, es mejor decir “Bernardita recuerda que hemos acordado trabajar en 
silencio”. 
Las niñas y niños que evaden sistemáticamente las reglas. 
Es habitual tener en el curso una o varias niñas y/o niños que no se incorporan o no participan 
rápidamente de los acuerdos grupales. Muchas veces se “separan” del resto de las niñas y 
niños y obstaculizan el funcionamiento del grupo. 
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Para la sana convivencia, es importante que estas niñas o niños sean vistos y comprendidos 
por la educadora/or y sus familias, desde los conflictos internos que probablemente no han 
sabido resolver. Como se ha dicho antes, generalmente a la base de estos conflictos hay 
historias personales y familiares que ellas/os no saben expresar adecuadamente y que están 
manifestando necesidades o deseos de sentirse reconocidos como integrantes del grupo, 
considerados y queridos. Cuando la educadora/or así lo entiende y trata el tema grupalmente, 
con prudencia y sin identificar a las niñas y niños, muchas veces entre ellas/os mismos se 
colaboran para que todos sean incluidos en juegos, trabajos y proyectos. 
Al respecto, el tratar de que se interesen por la tarea y ponerles límites claros, firmes, a su 
alcance, y que dicen relación con las normas establecidas (que no rigen sólo o especialmente 
para ellas/osda buenos resultados a largo plazo, a pesar de que al inicio no se observan 
grandes cambios. Tal como se asevera en el texto “Convivencia Escolar”, elaborado por el 
Ministerio de Educación (2004), también es efectivo realizar una “negociación”, en la que “las 
personas dialogan cara a cara y llegan a un acuerdo; de tal modo, que cada una expone su 
punto de vista, escucha a la otra parte y llega a acuerdo cediendo en algunos puntos18. 
En esta situación, la educadora/or está a solas con la niña o el niño, o con quienes están en 
conflicto, les demuestra afecto, el deseo sincero de comunicarse, de establecer un vínculo 
personal con ella/él o ellas/os. Con la conversación debe quedar muy en claro para todos 
cuál es la emoción que está a la base del conflicto y el hecho de no cumplir con las pautas 
de convivencia establecidas entre todos. De esta manera pueden surgir una variedad de 
soluciones para llegar a acuerdos. Raramente los acuerdos tomados a través de la negociación 
son desconocidos u olvidados y siempre aportan al cambio más permanente, ya que entregan 
otras alternativas de comportamientos, que pueden no practicarse en el ámbito familiar, 
social y cultural más cercano o de referencia.
Para ello, la educadora/or, en algunas condiciones, debe detener lo programado y conversar 
tranquila y sinceramente acerca de lo que está pasando con los involucrados, dándoles espacio 
para buscar soluciones entre todos en forma inmediata: “¿qué nos está sucediendo?”, “¿qué 
podríamos hacer?”, “¿qué es necesario que hagamos?”, son preguntas claves a responder por 
las niñas y niños, para iniciar la resolución de un conflicto a través de la negociación. 
Esta opción sin duda implica la atención completa de la educadora/or, por lo que es necesario 
preveer u organizar que las demás niñas y niños continúen con el desarrollo de la experiencia 
en que se encontraban, si es pertinente. Si existe un equipo pedagógico a cargo del curso, 
compuesto también por una/un técnico en educación parvularia, esta labor se facilita.
18 Mineduc. (2004). “Convivencia escolar. Metodologías de trabajo para escuelas y liceos comprometidos por la calidad de la educación. 
Material de apoyo”. Pág. 118. Extraído desde http://www.mineduc.cl/biblio/documento/934_CONVIVENCIA.pdf. 
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43
En otras ocasiones, y de acuerdo a un diagnóstico preciso, la educadora/or de párvulos puede 
optar por detener el conflicto y propiciar que sean las mismas niñas y niños quienes resuelvan 
el conflicto, sin mediación de un adulto.
Esto es posible cuando las niñas y niños participan efectiva y permanentemente en la revisión 
de sus comportamientos y en la re-elaboración de las reglas de convivencia, pues van 
evolucionando en su capacidad para reflexionar acerca de sus acciones; comprendiendo que 
a veces se puede dañar a otros, y comprendiendo progresivamente que modificar 
comportamientos implica la posibilidad de lograr relaciones más armoniosas con todos.
PARA REFLEXIONAR
De acuerdo a su experiencia en relación con el establecer las normas de convivencia para 
el curso, reflexionar respecto las siguientes aseveraciones:
 Las normas de convivencia y su aplicación deben ayudar a que las niñas y niños 
se sientan respetados. 
 Tener procedimientos claros y conocidos por todos, ayuda a eliminar la 
arbitrariedad y una mejor resolución de conflictos. 
 Las normas y procedimientos de convivencia orientan los aprendizajes, en la 
medida que responden a necesidades de la comunidad escolar y a valores 
compartidos por todos. 
 La negociación con los párvulos es una estrategia que aporta a una convivencia 
positiva.
4.2.3 Ofrecer instancias de intercambios
Son instancias de conversación para la puesta de acuerdo, para celebraciones especiales 
del curso o del nivel, para planificar en conjunto, compartir los logros o proyectos entre las 
compañeras/os, para recibir una visita, etc. 
Estas instancias requieren ser planificadas con anterioridad, explicitando sus objetivos, 
duración aproximada y estrategias a utilizar, tanto en períodos variables como estables.
Si las niñas y niños cuentan con estas instancias, y con una mediación efectiva por parte de 
las educadoras/es del curso, tendrán oportunidades para ejercitar el cómo se respeta al otro, 
cómo se escucha a los demás, cómo es posible ponerse de acuerdo, etc., y de esta manera 
aprender habilidades de convivencia aún no conocidas. 
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Los intercambios son para las educadoras/es una oportunidad para escuchar a las niñas y 
niños y practicar con ellas/os a escucharse (empatía), a respetar y acoger distintas opiniones 
(democracia), a expresar y reflexionar sobre las propias emociones y las de los demás, etc.; 
es un espacio para que todos se sientan con derecho a defender su opinión (autónomos), sin 
que esto derive en agresiones (resolución de conflictos), entendiendo que lo que el otro dice 
puede ayudar a entender algo nuevo, a cambiar lo que se creía o a reforzar lo que se pensaba.
La conversación inicial o final de la jornada: estos momentos pueden incluir una instancia 
en que se comparten las inquietudes, descubrimientos o comentarios que las niñas y niños 
deseen comunicar a los demás; una puesta en común con el curso respecto de lo que se 
realizará durante la jornada, o una apreciación de lo más relevante acaecido durante el día. 
El intercambio de ideas, experiencias y expectativas, apoya el crecimiento del sentido de 
pertenencia a un grupo y, por tanto, el compromiso con quienes lo integran.
La colación: es otra oportunidad para que las niñas y niños aprendan a compartir y a solidarizar. 
Por diversas razones (entre ellas el individualismo), las niñas y niños comparten cada vez 
menos sus colaciones con sus compañeras/os. Este es un tema crucial a reflexionar con las 
familias y al interior de la escuela, ya que el periodo de la colación puede ser recuperado 
como un espacio educativo, donde se aprende a compartir, a distribuir entre todos lo que hay 
y a entender la cooperación como un “operar con…”. 
Trabajo en grupos: cuando se trabaja en grupos, ya sea pintando un cuadro gigante, 
preparando una obra de títeres, cocinando, construyendo, etc., se ponen en juego el respeto, 
la discusión de ideas y la necesidad de llegar a acuerdos.
La educación en valores se puede favorecer durante toda la jornada diaria y es deseable 
que, con la participación de las familias, se continúe trabajando en los hogares, en la calle, 
el almacén, el supermercado, la plaza y, en general, en todos los contextos donde las niñas y 
niños se desenvuelven. Por ello, se hace esencial primero informar y luego coordinar con las 
familias los objetivos que se perseguirán en función de las opciones valóricas del curso, los 
adultos que son parte de este contexto, las familias y la comunidad del establecimiento en 
general.
4.2.4 Desarrollar juego colaborativo
Muchos afirman que jugar es la manera como las niñas y niños se abren al mundo, es su forma 
de pensar, de elaborar conceptos y de sentir, es su forma de vivir. 
Por eso es tan importante que las educadoras/es aprendan a compartir el lenguaje infantil 
que se expresa en el juego y sepan acompañar a las niñas y niños en la tarea de solucionar los 
conflictos de desarrollo y de aprendizaje, a través de éste.
Núcleo de aprendizajes Convivencia
45
En el juego libre y con otros (juego que el espacio escolar puede facilitar) se exige a los 
jugadores colaboración, empatía, superar la frustración que puede provocar el perder, respetar 
las normas libremente asumidas, aprender a expresar en forma apropiada la rabia o el miedo, 
aprender a discutir, a negociar y llegar a acuerdos, y aprender también a resolver problemas 
de convivencia, por lo que es importante favorecer su desarrollo en forma sistemática.
De tal modo, la escuela asegura instancias dejuego a las niñas y niños, como una 
manera de facilitar aprendizajes emocionales y valóricos, pues:
El juego cooperativo representa el nivel más elevado de madurez social. 
El juego cooperativo y el juego en equipo permiten descubrir la importancia 
de los acuerdos, de las relaciones, de ser tenidos en cuenta y valorados.
Las niñas y niños, cuando toman parte de un juego con otros, aprenden a tener 
un objetivo común.
A mayor edad y madurez social, puede aumentar el número de participantes 
del juego.
Por ello, la educadora/or de párvulos, en la escuela:
Propicia y modela el juego libre. 
Facilita la organización del juego, sugiriendo y/o comentando.
En ocasiones, participa en el juego para encauzar y movilizar roles e incluir 
aspectos de la realidad que no están presentes.
Puede cooperar marcando los tiempos del juego y/o recordando las reglas 
convenidas y establecidas por el grupo.
Si es pertinente, ofrece nuevos objetos o instrucciones de juego. 
Evita hacer preguntas o dar órdenes e indicar cómo jugar, favoreciendo que las 
mismas niñas y niños dirijan su juego. 
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PARA REFLEXIONAR
¿En qué medida las experiencias de juego observadas en el último tiempo 
les han sido útiles para la “escucha atenta” de las necesidades, conflictos, 
intereses, conocimientos, fortalezas, etc. de las niñas y niños del curso? 
¿Cuáles son las mayores dificultades que se enfrentan al momento de facilitar 
el trabajo colaborativo entre las niñas y niños del curso?, ¿cómo se podría 
mejorar esta mediación?
4.2.5 Lectura y/o narración de cuentos: “Había una vez”: otra manera de aprender a 
convivir 19
El cuento, como oportunidad para la enseñanza de la convivencia en la escuela, puede ser una 
invitación a mirar de una manera distinta lo que tradicionalmente y habitualmente hacemos, 
con el tratamiento pedagógico de la literatura infantil. 
Tal como lo afirma Zaina (2008), los textos literarios, entre los cuales se encuentra el cuento, son 
obras donde el lenguaje posibilita y compromete el pensamiento, la reflexión, las emociones, 
las sensaciones, la imaginación20 de todas las personas involucradas en la interacción. 
“El cuento contribuye al aprendizaje de la vida y al desarrollo de la comprensión de asuntos 
grandes y pequeños”21. 
De ahí la importancia de que la educadora/or seleccione muy bien la literatura que le va a 
ofrecer a las niñas y niños. Desde esta perspectiva, se propone que seleccione aquello que 
provoque una rica interacción, una intensa búsqueda conjunta, un viaje de placer individual y 
compartido a la vez; que les permita descubrir que la literatura nos une a todos -a grandes 
y chicos, ricos y pobres, hombres y mujeres, madre, hijas e hijos, educadora/or, estudiante-, a 
través de experiencias, sueños y visiones que nos ayudan a saber más de nosotros mismos y 
de los demás, y que nos posibilitan recorrer el camino del crecimiento22.
19 Para obtener precisiones respecto de la estrategia de lectura y/o narración de cuentos, remitirse al texto: “Plan nacional de fomento 
de la lectura: Guía para la Educadora de Párvulos del los niveles de transición,” Mineduc; División de Educación General; Octubre, 2010. 
20 Zaina, Alicia. Compiladora. (2008). “Por una didáctica de la literatura en el nivel inicial”. En Malajovich, Ana, “Recorridos didácticos en la 
Educación Inicial”. 
21 Pinkola Estés, Clarissa. (2001). “La medicina de los cuentos”. Prólogo de “Cuentos de los Hermanos Grimm”. Ediciones B. España. Extraído 
desde http://es.scribd.com/doc/50258176/La-medicina-de-los-cuentos
22 Ídem. s/p
Núcleo de aprendizajes Convivencia
47
En los cuentos aparecen la bondad y toda una serie de cualidades humanas, como la compasión, 
la empatía, la justicia, la prudencia, la moderación, el respeto, la solidaridad, el valor ante 
situaciones límite, la amistad, que se manifiestan de una u otra forma, y, a la vez, aún en los 
más hermosos relatos en sus personajes aparecen las debilidades (humanas), que hacen sufrir 
dolores o pérdidas tanto a si mismos como a otros; el cuento hace que esas debilidades se 
transformen en fortalezas, con trabajo, esfuerzo y creatividad, y también muestran el lado 
maravilloso de la relación con otros, de la convivencia entre las personas y de cómo ésta 
mejora con la reflexión permanente del hacer y, luego, la puesta en práctica, para la mejora 
de la relación.
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Ejemplos de 
experiencias de 
aprendizaje
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50
Relacionarse con niñas y niños, 
manifestando disposición para 
respetar algunas prácticas 
democráticas que contribuyan 
al desarrollo de proyectos 
comunes (Nº 4)23
Relacionarse con niñas 
y niños, escuchando y 
proponiendo ideas para 
establecer las normas de 
convivencia del curso
Recursos pedagógicos: pliego 
de papel, plumón/es, fotocopias 
para apoderados.
Retome, explicando 
que consensuar las 
normas de convivencia, 
implica ponerse de acuerdo en 
los comportamientos que favorecen una 
buena convivencia y cuáles no. 
Pida que las niñas y niños comenten 
qué situaciones de la vida cotidiana les 
desagradan y qué consecuencias creen 
que pueden tener, mientras anota cada 
respuesta en el pizarrón o un rotafolio; 
luego, haga una síntesis, destacando las 
ideas que se repiten. Si es necesario, 
ocupe ejemplos observados en el 
quehacer diario: compartir la colación, 
botar la basura en el basurero, entre 
otros.
23 Numeración del Aprendizaje esperado en el Programa Pedagógico correspondiente.
Formación 
personal y 
social 
Convivencia Interacción social 
Invite a niñas y niños a sentarse en 
semicírculo, para escuchar a un títere 
que les relata sobre un curso que no ha 
acordado normas de convivencia. Por 
ejemplo, las niñas y niños no recogen 
los delantales que se han caído al suelo 
desde el perchero, porque “no es el suyo”, 
y un día no encuentran ningún delantal, y 
cuando los encuentran están todos sucios, 
porque fueron pisados por todos, y ahora 
no pueden utilizar témperas, ni jugar con 
tierra, etc., pues se ensuciarían el uniforme.
Durante o después del relato, deles la 
palabra para que opinen qué se podría 
hacer, cómo se podrían poner de acuerdo 
en lo que es mejor hacer y cómo podrían 
recordarlo permanentemente, sin 
decírselo un adulto. 
Escuche y recoja el máximo de opiniones, 
haga preguntas o comentarios, hasta que 
entre todos acuerden consensuar normas 
de convivencia.
Experiencia
de aprendizaje 1NT
“Consensuando
normas de
convivencia”
Inicio
Desarrollo
Ámbito de 
experiencia para 
el aprendizaje
Aprendizaje esperado 
Programa Pedagógico 
1NT
Aprendizaje esperado 
específico
Núcleo de 
aprendizajes
Eje de 
aprendizaje
Núcleo de aprendizajes Convivencia
51
Puede dar “pistas” respecto al comportamiento y al compromiso que implica, para 
que las niñas y niños lo reconozcan y lo dicten entre todos.
Registre de una manera muy clara y precisa, en un pliego de papel de color, los 
comportamientos que se han consensuado (en positivo), por ejemplo: “solicitar a 
los demás, diciendo por favor”, “dar las gracias”, “pedir permiso para salir de la sala”, 
“decir al otro que no se está de acuerdo”, “recordar a las compañeras/os las reglas 
de los juegos”, entre otros. 
Una vez terminado esto, lea en voz alta cada una de las frases escritas, destacando 
los acuerdos tomados, y luego invite a que cada niña y niño “firme” los compromisos.
Para finalizar, invite a las niñas y niños a buscar el lugar más adecuado para exponer 
estas normas en la sala.
Si lo estima necesario, haga preguntas tales como ¿qué corresponde hacer cuándo…?, ¿qué 
podemos hacer si...?, etc. Al finalizar,lea los comportamientos positivos y haga una ronda de 
votación, para ver si todos o sólo algunos están de acuerdo con practicarlos. 
Si hay algunas niñas o niños que no están de acuerdo, inicie un diálogo en que propicie que las 
mismas niñas y niños conversen con aquellos que no deseen adherirse a las normas de convivencia.
Una vez que han realizado este ejercicio, se vuelve a votar. Cuente y registre el número de niñas 
y niños que votaron estar de acuerdo.
Para finalizar, invite a escribir en el afiche las normas de convivencia del curso.
Evaluación de la experiencia
•	 La historia relatada en la 
introducción, ¿fue útil como 
incentivo para acordar el 
consensuar las normas?
•	 La forma en que se relató la 
historia, ¿fue incentivadora 
para las niñas y niños?
•	Con la mediación del adulto, 
¿se logró incentivar a 
las niñas y niños que se 
mostraban reticentes o no 
participaban en la adhesión 
a las normas, en una primera 
instancia?
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Trabajo con la familia:
se expone, en un espacio visible para las 
familias, una copia del afiche de normas 
de convivencia, elaborado con las niñas y 
niños, enviando, además, una carta a cada 
familia con el listado de comportamientos 
a respetar.
En la próxima reunión de apoderados se 
comentará la experiencia realizada; por qué, 
para qué y cómo se elaboró este acuerdo.
Luego, en otra reunión, se comentan los 
progresos que ha tenido la experiencia para 
el desarrollo de una buena convivencia en 
el curso (cómo se ponen de acuerdo entre 
ellos, en las reglas de los juegos, qué pasa 
cuando alguien no respeta las reglas, etc.).
Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
52
Aplicar estrategias 
pacificas frente a 
conflictos cotidianos 
con otras niñas y niños 
(Nº7)
Aplicar la negociación 
con compañeras/os 
de curso, en conflictos 
cotidianos de la escuela
Recursos pedagógicos: noticia del 
diario. Sala de computación o pc en 
aula, pizarrón, formato para el dibujo.
Formación 
personal y 
social 
Convivencia Formación valórica
Pida a las niñas y niños que se 
organicen en semicírculo para 
conversar.
Luego, lea una noticia del diario, en 
que aparezca relevada la negociación 
como fuente de resolución de 
conflictos, por ejemplo: un problema 
en que había más de una exigencia de 
parte de alguno de los involucrados, 
y que luego de una negociación se 
solucionó, pero habiendo acogido 
algunas de las exigencias, no todas. 
La noticia debe seleccionarse 
con prudencia y considerando la 
pertinencia necesaria, tanto a la edad 
y nivel de aprendizaje de las niñas y 
niños como a su contexto.
Acto seguido, invite a las niñas y niños 
a imaginarse qué hubiese pasado si 
no hubieran negociado la solución, 
anotando las ideas en el pizarrón.
Durante la conversación, recalque 
el valor de la negociación como 
estrategia de resolución de conflictos 
y la generosidad necesaria para 
aceptar que no todo puede ser como 
uno quisiera.
Experiencia
de aprendizaje 1º NT
“Negociando
con otras/os” Inicio
Aprendizaje esperado 
Programa Pedagógico 
1º NT
Aprendizaje esperado 
específico
Eje de 
aprendizaje
Núcleo de 
aprendizajes
Ámbito de 
experiencia para 
el aprendizaje
Trabajo con la familia:
solicite a las familias que 
escriban en el cuaderno, 
libreta o agenda, una 
situación de negociación que 
hayan vivido, para que su hija 
o hijo la comente a su curso.
Núcleo de aprendizajes Convivencia
53
Para ello, invite a las niñas y niños a dibujar un antes y 
un después de la negociación, en una hoja con formato 
para ello (dividida en dos, con espacio para que la niña o 
el niño anote nombre y fecha). En la mitad izquierda del 
formato, se dibujará la situación de conflicto y luego, los 
resultados de la negociación.
Cada niña o niño colocará su dibujo en el laboratorio 
de computación, al lado del computador de la sala o el 
panel de exposición del curso, y a continuación, solicite 
a un par de ellas/os que comenten a los demás su dibujo. 
Puede mediar con preguntas tales como: ¿cuál era 
el conflicto que se enfrentó?, ¿cómo se resolvió este 
conflicto?, entre otras.
Cierre
Invite a niñas y niños a trabajar en el computador de la sala o en el laboratorio 
de computación, en parejas (dos párvulos por pc). La negociación será 
entonces, respecto de quién(es) ocupa el mouse cada vez.
Consulte por ideas, velando por dar la palabra a diferentes niñas y niños, 
anotándolas en el pizarrón. Puede mediar a través de preguntas; por ejemplo: 
¿cómo podríamos negociar este conflicto?, ¿qué idea aportan para negociar con los demás 
compañeras/os?, ¿cuál?, ¿cómo nos podríamos organizar para que todos queden conformes con 
la negociación?
Luego entre todos, se votan las ideas más adecuadas. 
Se organiza la salida y asisten al laboratorio, recordándoles que es necesario poner en práctica 
los acuerdos alcanzados en la negociación.
Una vez que han trabajado en el pc, invíteles a recordar el proceso de negociación y a elaborar un 
dibujo para recordarlo en otra ocasión.
Evaluación de la experiencia
•	 La noticia escogida, ¿fue 
pertinente?
•	 Las preguntas de mediación, 
¿cumplieron con su objetivo? 
•	 El formato utilizado para el 
momento de cierre, ¿era el que 
se requería?
Desarrollo
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Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
54
Aplicar estrategias 
pacificas frente a 
conflictos cotidianos 
con otras niñas y niños 
(Nº7)
Manifestar disposición por 
aceptar y respetar algunas 
normas de convivencia en 
diferentes situaciones 
Recursos pedagógicos: espacio apropiado, 
cd con música de relajación, repertorio de 
canciones, adivinanzas, juegos corporales 
musicales, adivinanzas, etc., colación, 
dependiendo de la conversación.
Formación 
personal y 
social 
Convivencia Formación valórica
Invite a niñas y niños a desarrollar 
al final de la jornada y en forma 
diaria, una instancia de conversación 
que sirva de soporte para avanzar 
en la aceptación de las normas de 
convivencia. 
Puede iniciarla con un recuerdo 
de lo que ha sucedido durante la 
jornada de trabajo, con voz muy clara 
y calmada, indicando que en este 
espacio todas y todos pueden decir lo 
que piensan, sienten o quieren y que 
la idea es hacerlo en orden, sin gritar, 
escuchando lo que dicen los demás, 
etc. Algunos días se pueden comenzar 
con un momento de contacto con la 
interioridad, muy tranquilo y personal, 
y otros incorporando, además, la 
expresión de los recuerdos en voz 
alta, mientras la educadora/or anota 
en el pizarrón lo que las niñas y niños 
dicen.
Experiencia
de aprendizaje 1º NT
“Conversando” Inicio
Ámbito de 
experiencia para 
el aprendizaje
Núcleo de 
aprendizajes
Eje de 
aprendizaje
Aprendizaje esperado 
específico
Aprendizaje esperado 
Programa Pedagógico 
1º NT
Núcleo de aprendizajes Convivencia
55
La conversación puede terminar comiendo o bebiendo algo juntos; con una canción, 
aplauso, baile, juego, adivinanzas, chistes, etc., dependiendo de lo que se haya 
conversado. 
Junto con ello, es importante mantener un registro de algunos hitos importantes de la 
conversación, por ejemplo: el logro de una niña o niño que antes no había participado, 
que dos párvulos se volvieran a poner de acuerdo, etc., lo cual se escribe y queda a la 
vista de todos en el panel: “Qué bueno que sucedió” 
Este momento se organiza para un tiempo breve de aproximadamente 
10 minutos, en que se comparten situaciones que evidencian avances y 
dificultades en la convivencia del curso.
Para ello, cree un clima especial, con música, olor y luz precisa, e invite a las 
niñas y niños a comentar entre todos las problemáticas que se desarrollaron, qué 
sucedió, cómo se resolvió, etc. 
Junto con poner atención a lo que las niñas y niños expresan, preste especial atención, y registre si 
es posible,a la emotividad de las expresiones. Oriente la conversación dando la palabra, pidiendo 
a las/los más participativos que escuchen lo que dicen los demás, destacando ideas importantes, 
complementando opiniones, haciendo preguntas si es necesario. 
Al inicio del año esta instancia puede ser más breve e irse prolongando durante los meses siguientes. 
Algunos días se podrá lograr que un grupo de niñas y niños se reconcilien entre ellos, se comuniquen 
lo que no han expresado antes y/o se expresen cariño.
Para ello, destaque las acciones comunicativas apropiadas: que durante este momento fue posible 
opinar, decir lo que pensaban, sentían o querían, y que se escucharon, conociendo lo que los otros 
pensaban, etc. 
Evaluación de la experiencia
•	 El recuerdo que se realiza sobre la 
jornada, ¿provoca comentarios 
por parte de las niñas y niños?
•	Mientras hacen sus comentarios, 
¿se logra un clima de escucha a 
los demás? 
•	 La mediación de la educadora/
or, ¿provoca en la mayoría 
de las niñas y niños interés 
manifiesto (levantando la mano, 
expresándolo verbalmente o 
con gestos y ademanes) por 
comentar las dificultades y 
logros en la convivencia?
Desarrollo
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Trabajo con la familia:
la educadora/or informa a la familia 
de esta instancia y de su objetivo. 
En alguna ocasión puede grabar 
las conversaciones para que las 
escuchen en reunión, las comenten, 
den sugerencias y practiquen en sus 
casas. Podría ser interesante hacerles 
escuchar una primera conversación y 
otras grabadas ya más avanzado el año, 
y comentar entre todos los avances.
Invite para que en lo posible, en alguna 
ocasión, algún familiar participe de 
este momento. 
Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
56
Interactuar con otras 
personas fuera de su 
entorno familiar para 
ampliar sus prácticas 
de convivencia social, 
en contextos protegidos 
(Nº2)
Interactuar con niñas 
y niños de otros cursos 
de la escuela
Recursos pedagógicos: materiales 
para elaborar las invitaciones y 
distintivos, material didáctico y 
juguetes para el juego libre, pizarrón, 
plumón.
Formación 
personal y 
social 
Convivencia Interacción social
Presente en el teatro de sombras o 
un rotafolio una historia acerca de 
la llegada de una nueva familia al 
pueblo. Comente que provienen de 
otra cultura y que no necesariamente 
practican las mismas normas de 
convivencia, por ejemplo: no usan 
zapatos y se cuentan los sueños 
mientras desayunan juntos.
Invite a niñas y niños a imaginar si a 
los habitantes del pueblo les gustará 
que sean diferentes, si adoptarán 
algunas de sus costumbres, etc., 
recalcando lo interesante que es 
conocer a gente diferente y que con 
ellas se pueden aprender nuevas 
formas de convivencia sana.
Luego, y previamente en acuerdo con 
el otro/a docente, propóngales invitar 
a otro curso a la sala (por ejemplo, 2º 
NT o primero de EGB), y preparar el 
encuentro.
Experiencia
de aprendizaje 1º NT
“Encuentro
de cursos” Inicio
Ámbito de 
experiencia para 
el aprendizaje
Núcleo de 
aprendizajes
Eje de 
aprendizaje
Aprendizaje esperado 
específico
Aprendizaje esperado 
Programa Pedagógico 
1º NT
Trabajo con la familia:
se envía información a 
las familias respecto del 
encuentro que se realizará. 
Se les solicita que comenten 
a la niña o el niño una 
experiencia en que alguno de 
sus miembros haya conocido 
a alguien y le haya reportado 
satisfacción, para que la niña o 
el niño la comente al curso. 
Núcleo de aprendizajes Convivencia
57
 24 Llamaremos juego libre a aquel en que el adulto ofrece espacios, implementos y/o juguetes, entre los cuales las niñas y niños eligen, 
desarrollando el juego sin dirección del adulto y sin programarlo a través de una planificación anticipada.
Para finalizar, 5 o 6 párvulos pre-
sentan a una compañera/o del otro 
curso y comentan las actividades 
que realizaron juntos y lo que les 
gustó de esta experiencia
Medie, haciendo preguntas tales 
como: ¿Cómo se llama la niña o 
el niño que estuvo contigo?, ¿qué 
juegos realizaron juntos?, ¿qué fue 
lo que más te gustó de conocer a 
esta niña o niño?, ¿qué experiencias 
te gustaría realizar nuevamente con 
esta niña o niño?
Invite a realizar un juego corporal 
musical y a despedir juntos a las 
compañeras/os del otro curso.
Entre todos, dictan ideas para invitar, cómo recibir y qué actividades realizar 
con las otras niñas y niños.
Escriba en el pizarrón, repita las ideas que escriba en voz alta y, luego, oriente 
con preguntas tales como: ¿Creen que les gustará una tarjeta de invitación?, 
¿por qué?, ¿será importante saber cómo se llaman?, ¿qué juego creen ustedes 
que les puede entusiasmar?
Una vez que se ha votado por cada una de estas opciones, se elaboran las tarjetas y los distintivos 
con diferentes materiales (reciclables, fungibles, etc), con los nombres de las otras niñas y niños, 
y se acuerda entre todos una lista de juegos para dar a elegir.
Medie dando algunas sugerencias para el juego libre24: jugar al alto con la pelota; jugar canicas, 
bolitas o “polcas”; desarrollar algún juego simbólico (a las muñecas, peluquería, minería, chofer 
de micro, trasvasijar arena, entre otros).
Se organiza la bienvenida y se recibe al grupo. La idea es que cada niña y niño o grupo del otro 
curso tenga una compañera/o o grupo con el que jugará todo el periodo de encuentro.
Se desarrolla el momento de juego libre entre todos, para lo cual modele o sugiera actividades 
a realizar en conjunto.
Los adultos o alguna niña o niño encargado pueden sacar fotografías del encuentro, las que luego 
se expondrán para que las vean los familiares de ambos cursos. 
Evaluación de la experiencia
•	 La mediación de la educadora/or, ¿provoca 
participación de las niñas y niños 
(proponer actividades, cómo realizar las 
invitaciones, cómo recibir al curso)? 
•	 Los materiales para el juego libre, ¿fueron 
suficientes?
•	 Todos los materiales ofrecidos para el juego 
libre, ¿fueron ocupados por alguna pareja 
de niñas y niños?
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Cuadernillo de Orientaciones Pedagógicas
58
Identificar algunas 
prácticas de 
convivencia social de su 
entorno familiar (Nº 3)
Identificar diferentes 
tipos de celebraciones 
como práctica de 
convivencia social 
familiar
Formación 
personal y 
social 
Convivencia Interacción social
Acorde al diagnóstico realizado al 
inicio del año, las familias del curso, 
en general celebran durante el año 
diferentes eventos (cumpleaños, 
aniversarios, día del padre, de la 
madre, de la niña o el niño, alumno/a), 
por tanto invite a las niñas y niños a 
conversar en sus casas sobre alguna 
de estas celebraciones: quién o 
quiénes están de cumpleaños y/o 
aniversario, en qué mes, cómo lo 
celebran, qué importancia tiene para 
la familia esta celebración, entre 
otras.
Para ello, envíe una nota a las familias 
explicando esto y solicitándoles que 
elaboren, en conjunto con la niña o 
niño, un afiche con un breve relato al 
respecto. Se deben incluir también 
preguntas orientadoras para la 
conversación en familia.
Para introducir, muestre a las niñas 
o niños, fotos, un afiche o un power 
point respecto de su propia familia 
y el tema. Solicite a las demás niñas 
o niños que planteen consultas al 
respecto y que comenten entre todos 
el valor de la convivencia familiar.
Experiencia
de aprendizaje 1º NT
“Recordemos 
celebraciones
familiares”
Inicio
Recursos pedagógicos: power point 
o fotos, afiches. 
Ámbito de 
experiencia para 
el aprendizaje
Núcleo de 
aprendizajes
Eje de 
aprendizaje
Aprendizaje esperado 
específico
Aprendizaje esperado 
Programa Pedagógico 
1º NT
Trabajo con la familia:
solicite a los apoderados 
que comenten con las 
niñas y niños diferentes 
celebraciones que 
acostumbren realizar en 
familia y

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