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GÉNERO LISTERIA Agente infeccioso Las bacterias del género Listeria son bacilos Gram positivos cortos, regulares, no esporulados, no ramificados, con entre 1 y 5 flagelos peritricos, suelen estar como células individuales o cadenas cortas, y forman colonias pequeñas y lisas. Son anaerobias facultativas, catalasa positivas y oxidasa negativas (Otero y Alós, 2016). Listeria monocytogenes es la única especie del género patógena para el ser humano. Tiene un tamaño de 0,5-2 x 0,5 micras, es un parásito intracelular facultativo que invade el sistema reticuloendotelial en condiciones de temperatura de 20 a 25ºC. No presenta formas de resistencia, y se han determinado 13 serotipos, de los cuales tres (1/2a, 1/2b y 4b) son patógenos en humanos y animales (INSST, 2016). Esta bacteria se encuentra en todo el mundo en suelos, estiércol, hojarasca, lodo, agua, alimentos, seres humanos y animales como vacas, cabras, ovejas, aves, peces y crustáceos. Y se transmite principalmente por medio de la ingesta de alimentos contaminados crudos, sin pasteurizar o poco cocinados, aunque también puede transmitirse por contacto directo o indirecto (con excremento de animales infectados, materiales contaminados y bioaerosoles), por medio de vectores y mediante transmisión vertical (INSST, 2016). Patogénesis La Listeria monocytogenes se adquiere por vía digestiva, dado que los alimentos son la principal ruta de adquisición del patógeno y por lo tanto, el tracto gastrointestinal es el primer sitio de contacto y entrada de este microorganismo. La bacteria se absorbe desde el lumen intestinal atravesando las células epiteliales, cruzando de esta forma la barrera intestinal y si el sistema inmune no es capaz de controlar la infección, la bacteria se multiplicará en la lámina propia del intestino delgado para luego diseminarse a través del torrente sanguíneo y los ganglios linfáticos alcanzando el hígado y el bazo, en donde puede replicarse en el interior de macrófagos o células epiteliales. (Vera et al, 2013; Torres et al, 2005) Si la replicación de L. monocytogenes no es controlada por una efectiva respuesta inmune innata, la bacteria escapa y continúa replicándose, e inclusive puede alcanzar el cerebro y la placenta dando origen a manifestaciones potencialmente letales, esto es posible en virtud de que la L. monocytogenes tiene la capacidad de atravesar las tres barreras fisiológicas, la barrera intestinal, la barrera hematoencefálica y la barrera placentaria, siendo estas dos últimas normalmente estériles. (Torres et al, 2005; Radoshevich y Cossart, 2018) Se ha visto que la susceptibilidad del hospedero juega un papel importante en la presentación de la enfermedad luego de la exposición a L. monocytogenes; dado que la mayoría de pacientes experimentan un defecto fisiológico o patológico que afecta la inmunidad mediada por células T, lo que justifica la clasificación de L. monocytogenes como un patógeno oportunista. (Vera et al, 2013; Torres et al, 2005) Factores de virulencia Estudios realizados en biología celular junto con la biología molecular y la genética a finales de los años 80 identificaron los factores de virulencia implicados en la adhesión celular, invasión celular, sobrevivencia dentro de la vacuola fagocítica, multiplicación y propagación célula-célula. (Radoshevich y Cossart, 2018) La adhesión a las células del hospedero es una etapa fundamental en la patogenicidad bacteriana. Para la L. monocytogenes se ha descrito la participación de varios factores que permiten establecer un contacto íntimo con las células del hospedero, destacándose las proteínas Lap y LabB, estas adhesinas son necesaria para la adhesión y el ingreso en líneas celulares de mamíferos y para la virulencia en roedores infectados vía intravenosa u oral. Además, se ha informado que la proteína LabB está ausente en especies no patógenas de Listeria. (Vera et al, 2013; Radoshevich y Cossart, 2018) En la fase de invasión celular participan dos proteínas que hacen parte de la superfamilia de las internalinas denominadas InlA e InlB, las cuales se unen a proteínas de la superficie de la célula hospedera permitiendo la adherencia de las bacterias a la célula eucariota y por ende la invasión. La InlA se une al receptor E-cadherina, una glicoproteína transmembrana localizada en la superficie basolateral de varios tipos de células, incluyendo el enterocito, por lo que la interacción InlA/E-cadherina es crítica para la invasión del epitelio intestinal. Por su parte, la InlB tiene varios potenciales receptores, siendo el más característico el receptor para el factor de crecimiento de hepatocito. (Vera et al, 2013; Rodríguez, 2018) Una vez en el interior de la célula huésped la bacterias es fagocitada y rápidamente esta vacuola fagocítica es lizada por las toxinas citolíticas listeriolisina O, fosfatidilinositol fosfolipasa C y fosfatidilcolina fosfolipasa C, las cuales se liberan en condiciones propias de los fagolisosomas como el pH bajo y las bajas concentraciones de hierro y cuya función es destruir las membranas de los fagolisomas al fijarse a las moléculas de colesterol. Esto le permite que escape al citosol y allí la L. monocytogenes expresa los genes correspondientes para adquirir los nutrientes necesarios para la multiplicación intracelular, siendo estos los principales factores que favorecen su supervivencia intracelular. (Vera et al, 2013; Rodríguez, 2018) El factor regulador positivo A y la proteína inductora de ensamblaje de actina también son imprescindibles tanto para el desarrollo de otros factores de virulencia como en la movilidad intracelular, las Internalinas C y J aportan un papel importante en los procesos de invasión celular, actúan como señales moleculares para la inter activación de factores, y pueden ayudar a interrumpir procesos inmunológicos de las células macrofágicas, ayudando de esta forma en la invasión celular como proteínas de adherencia. Epidemiología La Listeria monocytogenes es un patógeno asociado en el 99% de los casos con brotes secundarios por contaminación de alimentos y bebidas; puede causar infecciones severas en población de riesgo, que incluye personas con diabetes mellitus, inmunosuprimidas, embarazadas y en edades extremas de la vida, tal como los neonatos. Según la CDC (Centro de control y prevención de enfermedades de los Estados Unidos) la incidencia de casos de listeriosis confirmados por laboratorio varía entre 0,3 y 0,6 casos por 100.000 personas (Aunque esta puede variar debido a que muchos casos presentan síntomas leves y no son reportados). En adultos mayores de 65 años, la incidencia es de alrededor de 1,3 casos por 100.000 habitantes, y en las embarazadas es de 3,0 casos por 100.000 habitantes. (Instituto Nacional De Salud, 2010) Según los informes de laboratorio, se calcula que se producen anualmente entre 1500 y 3000 casos de listeriosis, con tasas de mortalidad que oscilan entre el 10 %y el 15% para las personas no embarazadas y hasta el 20% para las muertes neonatales o la pérdida fetal. En un estudio de enfermedades transmitidas por alimentos en los Estados Unidos, Listeria tuvo la tercera tasa de mortalidad más alta (16% en promedio) solo quedando atrás por la Vibrio vulnificus y el Clostridium botulinum; y representó aproximadamente el 19% de todas las muertes por infecciones transmitidas por alimentos. Sin embargo, tanto la incidencia como la mortalidad no perinatal asociada a la listeriosis han disminuído en los últimos años. En Colombia, según lo reportado en la base de datos de SIVIGILA y según el boletín más reciente (2019) se han presentado los siguientes brotes: en el 2017, 2 (1 en Nariño por queso fresco), en el 2018, 4 brotes de los cuales en uno estuvo implicado el queso fresco, en el 2019, 3 (uno por queso en Antioquia, uno en arroz chino en Nariño y uno por mortadela en Medellín).(Instituto Nacional De Salud,2019) Diagnóstico etiológico La Listeria monocytogenes produce meningitis, meningoencefalitis y bacteriemia en pacientes inmunosuprimidos o inmunocomprometidos (la L. ivanovii y L. gray también se vuelven relevantes en estos pacientes), es decir personas que se encuentran en los extremos de edad (niños y ancianos) y mujeres embarazadas. También puede causar gastroenteritis febril autolimitada. A la hora de realizar el diagnóstico etiológico se vuelve importante definir la presentación y el paciente, de esta manera expondremos los métodos para identificar el agente etiológico. Pacientes no embarazadas: o Gastroenteritis: Para la gastroenteritis el periodo de incubación es de 24 h, en pacientes inmunodeprimidos la gastroenteritis listeral puede evolucionar a una infección invasiva. Para el diagnóstico sospecharemos de Listeria según previa exposición y presencia se signos y síntomas asociados a este: mialgia, dolor abdominal o de espalda, náuseas, vómitos o diarrea, con o sin fiebre. Se hacen estudios de heces de rutina y para detección de Clostridium difficile, pero estos test tienen baja sensibilidad para detectar Listeria por lo que no son efectivos, se realizan diagnósticos presuntivos basados en la manifestación clínica y la exposición a la bacteria. (Gelfand et al, 2021) o Infección sistema nervioso central: La infección al sistema nervioso central se manifiesta como meningoencefalitis (generalizado o local), si se sospecha se realiza una punción lumbar con análisis de LCR, cultivo y PCR, además también se realizan hemocultivos. Si el LCR o la PCR son positivos para Listeria ya se tiene el diagnóstico definitivo, sin embargo, si el LCR y la PCR son negativos, pero el hemocultivo es positivo y se tiene el perfil clínico también se diagnostica Listeriosis del SNC. Ya a la hora de ver las lesiones por Listeria encontramos que la resonancia magnética con contraste es más sensible que la tomografía computarizada. (Gelfand et al, 2021) o Enfermedad invasiva: La Bacteriemia listerial tiene un periodo de incubación de aproximadamente 11 días, la mayoría de los casos son personas inmunodeprimidas o ancianas. Pueden presentar fiebre y escalofríos, puede también diseminarse al cerebro causando meningoencefalitis. El diagnóstico se realiza mediante hemocultivos, no hay diferenciación en cuanto a las manifestaciones clínicas de otros agentes patógenos que tienen un comportamiento similar. Para eliminar sospecha de afectación al SNC se realiza resonancia magnética con contraste. (Gelfand et al, 2021) La listeriosis invasiva se evidencia con tecnologías de diagnóstico independientes del cultivo (como el panel de PCR multiplex para la meningitis / encefalitis). Un ensayo de PCR en tiempo real para el gen hly , que codifica la listeriolisina O, se puede utilizar en el LCR para detectar Listeria y parece ser específico y más sensible que el cultivo. (Gelfand et al, 2021) o Infección focal: Se diagnostica por cultivos en el sitio de infección. (Gelfand et al, 2021) Pacientes embarazadas: Se sospecha según previa exposición a Listeria y presencia de signos y síntomas asociados a esta, algunos de los síntomas más frecuentes son mialgia, dolor abdominal o de espalda, náuseas, vómitos o diarrea, con o sin fiebre. En estos casos se debe obtener hemocultivos e iniciar un tratamiento antibiótico parenteral empírico, también se deben realizar estudios de heces completo. (Gelfand et al, 2021) Cuadros clínicos asociados En individuos inmunocompetentes la infección generada por Listeria monocytogenes no es grave y ocasiona un cuadro clínico similar a una gastroenteritis febril dónde los síntomas durarán de dos a tres días y la recuperación es completa, no necesita de tratamiento y muchas veces es asintomático, caso distinto es el de las embarazadas, personas inmunocomprometidas, neonatos y ancianos quienes adquieren una forma invasora, donde se puede aislar Listeria monocytogenes en sangre, LCR o cualquier otro líquido estéril, produciendo así un cuadro clínico grave, durante el cual en el caso de embarazadas las infecciones son clínicamente leves o asintomáticas, pero al cursar con una bacteriemia pueden presentar fiebre, escalofríos, dolor lumbar o tener un cuadro tipo gripal, presentan poco compromiso del SNC, mientras que en el caso de la infección fetal y neonatal es grave, con una mortalidad del 20 al 30%, con resultados perinatales como abortos, partos prematuros o recién nacidos infectados que desarollan listeriosis neonatal precoz o tardía, que se caracterizan por manifestarse como una sepsis grave en el caso de la precoz y por tener un gran compromiso del SNC en la tardía, pues la meningoecefalitis ocurre especialmente en neonatos infectados de más de tres días de vida, lo que se conoce como listeriosis neonatal tardía. (Olivares, 2009) En personas inmunocomprometidas, la manifestación más frecuente es una bacteriemia sin foco, con fiebre, mialgia, prodomo con diarrea y náuseas. En cuanto a las infecciones del sistema nervioso central, son manifestadas con mayor frecuencia como meningoencefalitis, cerebritis, abscesos cerebrales y romboencefalitis, que aunque es poco común es muy característico de Listeria, puede haber signos focales como compromiso de pares craneales, ataxia, temblor, hemiplejia, convulsiones y sordera debido al compromiso encefálico, la romboencefalitis o encefalitis del tronco cerebral presenta un curso bifásico con cefalea, fiebre, náuseas y vómitos seguidos por parálisis de nervios craneales, ataxia, temblor, signos cerebelosos, compromiso de conciencia y convulsiones. (Olivares, 2009) Tratamiento La efectividad de los antibióticos empleados contra la Listeria monocytogenes ha permanecido relativamente estable en el transcurso de los años, los tratamientos contra este microorganismo contemplan una amplia gama de antibióticos entre los que se encuentran la ampicilina, penicilina, gentamicina, eritromicina, tetraciclinas, rifampicina, cotrimoxazol y vancomicina. Sin embargo los fármacos del grupo de las fluoroquinolonas actuales y cefalosporina, especialmente las de tercera y cuarta generación (cefotaxima y cefepima) presentan baja efectividad en todas las cepas de este microorganismo (Otero y Alós, 2016). La listeriosis al ser una enfermedad relativamente rara, no han habido estudios que establezcan el mejor tratamiento antibiótico. Actualmente se considera que las mejores opciones de tratamiento son la penicilina o la ampicilina, solas o combinadas con gentamicina, las dosis y tiempos de administración de estos medicamentos deben ser altas, sin embargo varían de persona a persona (Brooks et. al, 2014). Para manifestaciones clínicas graves de la enfermedad como la cerebritis o la granulomatosis infantiséptica, el inicio del tratamiento debe ser lo más rápido posible para poder controlar la infección. Para los casos de granulomatosis infantiséptica o sepsis neonatal se puede combinar el tratamiento base de penicilina o ampicilina con aminoglucósidos para mayor efectividad. En algunos pacientes con meningoencefalitis también puede combinarse el tratamiento con aminoglucósidos sin embargo estos se administran por vía intratecal (Otero y Alós, 2016) (Brooks et. al, 2014). En pacientes alérgicos a las penicilinas las combinaciones de trimetoprim y sulfametoxazol son la terapia alternativa de excelencia para este evento. A pesar de que la duración del tratamiento es poco clara, generalmente un tratamiento de 2 semanas parece ser suficiente para controlar las bacteriemias y en caso de pacientes inmunosuprimidos o con meningitis debida al microorganismo se suele prolongar la terapia de 3 a 6 meses (Otero y Alós, 2016). Preguntas 1. Existen 17 especies pertenecientes al género Listeria, de las cuales la gran mayoría no son patógenas en pacientes inmunocompetentes. Seleccione la principal especie considerada patógenadel género Listeria: a) Listeria seeligeri b) Listeria grayi c) Listeria monocytogenes d) Listeria welshimeri RTA: Listeria monocytogenes. (INSST, 2016) 2. Una de las poblaciones más vulnerables a que se desarrollen complicaciones por listeriosis son los neonatos. El porcentaje de muertes neonatales o de pérdidas fetales alcanzados a causa de listeriosis es a) 60% b) 20% c) 70% d) 5% RTA: 20% (Gelfand et al, 2021) 3. El cuadro clínico de listeriosis es variado y demanda un diagnóstico oportuno para evitar complicaciones mayores. Entre las manifestaciones de infección por Listeria monocytogenes se puede producir: a) Oorquitis b) Endometriosis c) Dermatitis d) Meningitis RTA: Meningitis (Gelfand et al, 2021) 4. La terapia con antimicrobianos, y su esquema terapéutico, son aspectos vitales en el manejo farmacológico del paciente con listeriosis. La efectividad de los antibióticos empleados para combatir la listeriosis ha: a) permanecido relativamente estable a lo largo de los años b) cambiado drásticamente en la última década c) mejorado significativamente a lo largo del tiempo d) disminuido considerablemente RTA: Permanecido relativamente estable a lo largo de los años. (Otero y Alós, 2016). 5. El periodo subclínico de las infecciones por microorganismos es variable según el agente etiológico. La bacteriemia listerial tiene un periodo de incubación de aproximadamente: a) 3 días b) 25 días c) 11 días d) 5 días RTA: 11 días. (Gelfand et al, 2021) 6. Las características metabólicas y la expresión de enzimas específicas constituyen criterios que permiten hacer una correcta identificación de microorganismos. Las bacterias del género Listeria son: a) anaerobias facultativas b) catalasa positivas c) oxidasa positivas d) a y b son correctas e) b y c son correctas RTA: D. a y b son correctas. (Otero y Alós, 2016). 7. Uno de los sistemas que muestra mayor compromiso en la listeriosis, es el sistema nervioso. La infección del sistema nervioso central se manifiesta como: a) Meningoencefalitis b) Afasia motor c) Calcificación de ganglios basales d) Edema cerebral generalizado RTA: Meningoencefalitis. (Gelfand et al, 2021) 8. La respuesta alérgica contra antimicrobianos representa una limitante importante a la hora del manejo de infecciones bacterianas. En pacientes alérgicos a las penicilinas las combinaciones de __________ y __________ son la terapia alternativa de excelencia para este evento a. ampicilina y aminoglucósidos b. trimetoprim y sulfametoxazol c. ampicilina y gentamicina d. rifampicina y vancomicina RTA b. trimetoprim y sulfametoxazol. (Otero y Alós, 2016). Caso clínico Paciente de sexo masculino de 65 años de edad consulta al servicio de urgencias por alteraciones del estado de consciencia precedidas por un cuadro febril de 4 días de evolución, acompañado por dolor de cabeza y fatiga. Como antecedentes se encuentra que tiene Diabetes Mellitus tipo 2 e hipertensión arterial. Sin antecedentes quirúrgicos, alérgicos o traumáticos de importancia, aparte del consumo de metformina y losartán. Es acompañado por su hija la cual refiere que hace 2 semanas asistieron a una reunión familiar en la que hubo ingesta de quesos frescos; tanto ella como su padre experimentaron diarrea que resolvió espontáneamente al día siguiente. Al examen físico se encuentra febril, PA: 140/80. FC: 100 bpm. FR: 18 rpm. Se encuentra rigidez en el cuello; el examen cardiopulmonar resulta normal. El abdomen se encuentra globoso, depresible e indoloro El hemograma da como resultado una leucocitosis de 30.000/microlitro y neutrofilia. Las pruebas de coagulación, electrolitos plasmáticos y función renal son normales. Se instaura tratamiento empírico con ampicilina y t-sulfametoxazol. Se obtienen muestras para hemocultivo y se indica una punción lumbar. Se encuentra líquido cefalorraquídeo con aspecto ligeramente turbio, con un conteo leucocitario de 1.100/mm3, proteínas de 60 mg/dL y glucosa de 10 mg/dL. De ambos cultivos es aislada Listeria monocytogenes. Las pruebas de susceptibilidad evidencian sensibilidad a la ampicilina y gentamicina pero resistencia al trimetoprim-sulfametoxazol. Se retira el t-sulfametoxazol y se da tratamiento únicamente con ampicilina. Después de 24 horas el paciente mejora su estado de consciencia y la fiebre es controlada. Se hacen cultivos de control, los cuales resultan negativos a las 72 horas. El paciente es dado de alta después de 10 días de hospitalización con tratamiento intravenoso, con la indicación de ampicilina por vía oral durante una semana más. En el control el paciente se encontró con una evolución clínica favorable, laboratorios normales y cultivos negativos.
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