Logo Studenta

Adoptar en Chile Un largo camino para convertirnos en familia Guia para padres SENAMA 2010

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

ADOPTAR EN CHILE: 
UN LARGO CAMINO PARA CONVERTIRNOS EN FAMILIA:
GUÍA PARA PADRES
DEPARTAMENTO DE ADOPCIÓN
SERVICIO NACIONAL DE MENORES
Abril 2010
 2 
INTRODUCCIÓN 
 
El Servicio Nacional de Menores (Sename), en su interés por contribuir de manera 
permanente al perfeccionamiento de la gestión del Programa de Adopción que 
debe desarrollar por mandato de la Ley Nº 19.620, ha elaborado esta guía 
dirigida a aquellas personas que ya han aceptado asumir el desafío de ejercer la 
paternidad/maternidad adoptiva de niños mayores de 3 años de edad, quienes 
por la complejidad del proceso que vivirán con ellos, requieren de elementos 
orientadores. 
 
En esta línea, la idea es mejorar los resultados del desempeño del rol que deben 
ejercer los padres y madres desde el inicio de la adopción y durante todo el 
período que dure la adaptación e integración del niño(a) a su nuevo medio 
familiar, con el fin de garantizar el éxito de las adopciones. 
 
Desde un enfoque realista y experiencial, este documento pretende contribuir a 
que los padres adoptivos vivan el proceso que inician contando con la 
información necesaria sobre las conductas que los niños presentan generalmente 
de una manera sencilla y con ejemplos ilustrativos extraídos de la práctica 
cotidiana en este ámbito. 
 
Asimismo, intenta ser un aporte facilitador para la comprensión de las conductas 
y comportamientos de los niños y sus causas, de modo que, a partir de dicho 
conocimiento, cuenten con las estrategias de manejo para actuar oportuna y 
eficazmente en la compleja y hermosa tarea de ser padres y madres adoptivos. 
 
Esta guía, aplicable tanto a la adopción nacional como a la internacional, fue 
elaborada por la asistente social Marisol Venegas Monares, sobre la base de la 
experiencia adquirida en la Unidad de Adopción Metropolitana del Sename. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INDICE PÁGINAS
La evaluación 4
Antes del enlace 5 – 6
El enlace 7 – 8
Cosas importantes para tener en cuenta en el enlace 9 – 11
Aspectos prácticos post enlace 12
Los miedos y temores de los futuros padres 13
Los miedos y temores de los futuros hijos(as) 14
Comportamiento de los niños adoptados en Chile
1. Niños con apetito voraz 15 – 16
2. Niños que no quieren salir a la calle 17 – 18
3. Niños regresivos 19 – 20
4. Niños que se acercan sólo a uno de sus padres 20 – 22
5. Niños que evitan el contacto físico 22 – 25
6. Niños que hacen pataletas 25 – 27
7. Niños que esconden la comida 28 – 29
8. Niños que ponen a prueba los límites 29 – 31
9. Niños con dificultades en el apego 32 – 34
11. Niños que no quieren irse del hogar o que piden volver 34 - 35
12. Niños que siempre buscan complacer al adulto 36 – 37
13. Niños que temen un nuevo abandono 37 – 38
14. Niños que mienten 39 – 40
15. Niños que recuerdan su vida pasada 41
16. Niños hiperactivos 42 – 43
17. Niños perfeccionistas 44 – 46
Otras consideraciones importantes
Rutina, rutina, rutina 47
Evita la palabra abandono 48
Revelación: una tarea necesaria 48 - 49
La depresión post adoptiva 49 – 50
Enfrentar la depresión post adopción de los padres adoptivos 50 - 51
Adoptar un hermano 51 – 52
Celos y rivalidad entre hermanos 52 - 53
Es la edad o es la adopción 53 - 54
Anexos 55 – 60
 4 
LA EVALUACIÓN 
 
“Hemos pasado por muchas evaluaciones, entrevistas, recopilar papeles, 
participar en cursos y talleres. Hemos cumplido con todo lo que se nos ha 
pedido. No sólo queremos demostrar que seremos buenos padres, sino que 
también que haremos lo que sea necesario para lograrlo. Ahora que por fin 
entregamos nuestra carpeta, esperamos que nuestra espera sea muy corta”. 
 
El periodo de evaluación de idoneidad está centrado en determinar las 
características de los futuros padres y descartar a aquellos postulantes que, por 
diversas razones, no podrían ejercer de manera competente la paternidad 
adoptiva. A su vez la adopción está orientada a dar respuesta a la necesidad de 
los niños(as) que se encuentran institucionalizados y/o en situación de abandono 
con el fin de restituir su derecho vulnerado a vivir en familia. Esto a veces 
resulta difícil de asumir por los postulantes a la adopción, quienes naturalmente 
están concentrados en satisfacer su necesidad de ser padres. 
 
No obstante el estrés que significa para los postulantes transitar por el camino 
de la evaluación, por la incertidumbre de ser o no aptos, es gratificante para 
ellos comenzar con el proceso propiamente tal, dado que sienten que están 
“haciendo algo” para obtener los resultados esperados. 
 
Luego de la entrega de la documentación, les cuesta enormemente asumir un rol 
pasivo y suelen vivir la etapa de espera como “una montaña rusa de emociones”, 
con estados de ánimo que van desde la euforia a la calma, pasando por la rabia, 
impotencia, frustración y decepción por todo lo que implica una demora 
imposible de precisar y que, en algunos casos, suele durar varios años. Es común 
que la pareja se cuestione si eligió bien el organismo de adopción o el país, 
surgen sospechas hacia los profesionales que están a cargo de “su caso”, del 
procedimiento y del sistema en general. Estas se acrecientan por la gran 
cantidad de información que intercambian con otras parejas respecto de que la 
espera fue más corta con otros organismos o sistemas y/o que en tal o cual país 
de residencia es más fácil adoptar. Todo esto, inevitablemente les genera una 
mayor angustia. 
 
Dicha etapa es además muy desgastante, ya que dentro de las fantasías de 
quienes postulan suele estar presente que después de todo lo que han esperado 
por ser padres ahora “les cambiará la suerte y con seguridad tendrán resultados 
muy pronto”. Cuando esto no ocurre, vuelven a gatillarse las dudas surgidas 
durante la búsqueda del hijo biológico, la pregunta de si lo lograrán algún día y 
la sensación de que no hubiesen avanzado nada, llegando incluso a concluir 
“seguimos tan solos como antes”. 
 
Para enfrentar esta etapa que “transcurre tan lento”, cada pareja desarrolla sus 
propias estrategias con el objetivo de hacerla lo más llevadera posible. Algunos 
se dedican a viajar, continuar estudios, profundizar en el ámbito espiritual o a 
 5 
realizar cualquier otra actividad que evite que la vida gire en torno a la 
adopción. 
 
 
SUGERENCIAS ANTES DEL ENLACE 
 
� Invierta tiempo y energía en su relación de pareja y acérquese más a su 
familia. Es un buen momento para reafirmar su relación de pareja y disfrutar 
del tiempo que comparten juntos. Se debe tener presente que el convertirse 
en familia conlleva un importante cambio en la dinámica de la relación de 
pareja, por lo que mientras más sólida sea ésta, más fácil será para ambos 
enfrentar esta etapa y sus exigencias. 
 
Comparta con su familia extensa y con sus amigos, apóyese en ellos en los 
momentos de espera y prepárelos poco a poco para la llegada del niño(a), ya 
que ellos serán sus referentes y principales fuentes de ayuda. No siempre los 
amigos apoyan el proyecto de adopción, dado que en muchas personas y en la 
sociedad en general todavía existen miedos y prejuicios sobre ella. En este 
caso, trate de tomar distancia de los comentarios negativos y tenga confianza 
en su proyecto. No hay mejor forma de derribar los mitos que vivir esta 
experiencia. Con la llegada de su hijo(a) verá como los prejuicios se 
derrumban y gradualmente hasta el más reticente empezará a quererlo y 
aceptarlo como parte de la familia. Si ya tiene hijos, dedíquele una gran dosis 
de tiempo y afecto. Prepárelos(as) para la llegada de un nuevo hermano y 
evalúe como enfrentar los posibles celos. 
 
� Manténgase sano, aliméntese bien, haga ejercicios, y procure estar en buenas 
condiciones físicas y emocionales. No deje que la angustia y la incertidumbre 
de la espera se apoderen de usted, pues si bien son sentimientos propios de la 
espera, agotan emocionalmente. Cuando su hijo(a) llegue, va a necesitar 
estar preparado y en forma, especialmente teniendo en cuenta que ser padre 
o madre también requierede un gran esfuerzo físico (tomar en brazos a un 
niño de varios kilos, agacharse muchas veces al día, correr para alcanzarlo, 
jugar por largo rato a la pelota o correr en el parque, etc.). Ahora está a 
tiempo para hacer deporte o ingresar al gimnasio como una forma sana de 
bajar la ansiedad y dejar pasar el tiempo. 
 
� Infórmese sobre los temas que puedan ser de ayuda en su paternidad y 
maternidad, por cuanto es una muy buena forma de prepararse. Busque 
información en libros o en internet sobre temas que puedan ayudarle en su 
desempeño como papá y mamá, tales como el apego, las etapas que viven las 
familias adoptivas, las etapas del desarrollo de los niños, manejo conductual, 
datos sobre el país de residencia del niño(a) que adoptará, entre otros. La 
información que encuentre no sólo le ayudará a conocer la 
paternidad/maternidad desde la teoría, sino también a ponerse en situaciones 
hipotéticas y a aumentar su confianza personal. 
 6 
 
� Ocupe su tiempo en cumplir con sus obligaciones, ya que cuando su hijo(a) 
llegue le faltará tiempo para hacer muchas cosas que importantes, como 
realizar se chequeos médicos, ir al oftalmólogo, al dentista, al ginecólogo, 
etc. Si puede, adelante trabajo, acumule vacaciones o tramite algunos 
permisos especiales. Arregle su casa para la llegada del niño(a), organice el 
espacio físico donde él o ella dormirá, ordene los armarios, haga una lista de 
pendientes o cosas por realizar; así el tiempo de espera pasará más rápido. 
 
� Dese tiempo para realizar con tranquilidad sus pasatiempos favoritos como 
leer un buen libro, ir al cine o al teatro, tomarse un café, salir a bailar con los 
amigos. Disfrute de lo agradable que es levantarse tarde, salir a comer 
afuera, viajar. Con la llegada de su hijo(a) todo su tiempo estará dedicado a 
él o ella y sus necesidades, por lo que ya no podrá disfrutar de estos pequeños 
placeres. 
 
� Aprenda de las experiencias de los demás. Si está esperando a su primer 
hijo(a), pase algún fin de semana con sus sobrinos o con amigos que tengan 
niños. Esto le servirá para hacerse una idea más clara de lo que significa 
convivir con ellos, aprender algunos secretos y desarrollar destrezas y 
habilidades. Participe de cursos sobre adopción y contáctese con familias 
adoptivas, así podrá compartir experiencias y estrategias de enfrentamiento. 
 
� No se obsesione y mantenga la calma. Darle mil vueltas al tema, 
impacientarte y sufrir por la espera no hará que su hijo(a) llegue más rápido. 
Tenga paciencia, fe y confianza en que su hijo(a) llegará en el momento 
apropiado y que, al tenerlo en sus brazos, olvidará los malos momentos y se 
dará cuenta que la demora valió la pena. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 7 
EL ENLACE: 
 
“Hemos esperado tanto para este encuentro. Atrás quedan todos los tristes 
momentos vividos, los dolorosos y desgastantes procedimientos médicos 
para ser padres biológicos de un niño que nunca llegó. Estos momentos nos 
ocasionaron distanciamientos en la relación de pareja, pena, frustración, 
rabia y desesperanza cada mes que la “cigüeña” no llegaba a nuestra casa. 
Pasado el tiempo debemos reconocer que también este camino fue un 
aprendizaje, un viaje lleno de enriquecimiento personal y familiar que nos 
enseñó a enfrentar la vida y la paternidad de una manera distinta, y nos 
abrió el corazón para albergar a un niño no engendrado, pero igualmente 
amado y esperado. 
 
Después de mucho papeleo, evaluaciones, terapias y espera, por fin estamos 
listos para seguir avanzando en el camino por convertirnos en familia. Un 
buen día nos avisaron que seriamos papás de un niño nacido en Chile, un 
país del que poco conocíamos y el que ahora moriríamos por conocer. Un 
país que amaremos por toda la vida y que ya es parte de nuestra historia. 
 
Hemos preparado las maletas y estamos ansiosos. Esperamos no haber 
olvidado nada. Queremos llegar pronto a abrazar a nuestro hijo y entregarle 
todo el amor que hemos guardado para él durante tantos años. 
 
¿Cómo será al verlo en persona?.. ¿Qué se sentirá abrazarlo?.. Le 
gustaremos?.. Nos gustará?” 
 
 
Es natural y esperable el crear en nuestra imaginación imágenes de cómo será el 
momento en que conoceremos a quien puede convertirse en ese hijo tan 
esperado. Estas expectativas sobre el momento del enlace o encuentro con el 
niño(a) pueden ser poco realistas. Tal vez un día será recordado como el más 
feliz de sus vidas, o un momento frustrante y decepcionante. 
 
Mientras ustedes han destinado mucho tiempo en prepararse para este momento 
y ya sienten a ese niño como suyo, el niño ha tenido una preparación sólo de 
meses, la que no es suficiente para incorporar en él el concepto de familia, a 
pesar de que ya los pueda identificar y nombrar como papá y mamá. Como es un 
niño grande (probablemente de más de 5 años de edad) tiene memoria y 
recuerdos de su pasado biológico, así como la conciencia de su abandono e 
institucionalización. Su visión de familia, sin duda está teñida por estas 
experiencias previas y la confianza hacia el mundo de los adultos puede estar 
quebrada. 
 
 
 
 
 8 
Es fundamental establecer poco a poco una relación basada en la confianza para 
que el niño pueda “adoptarlos como padres”. Es importante no perder de vista 
que como toda relación, la relación entre padres e hijos adoptivos es una 
construcción de amor que se genera a través del compartir experiencias y en el 
día a día. 
 
Durante el enlace, entonces, podemos encontrarnos con un niño que reaccione 
muy afectuosamente y que sólo quiera irse del hogar a vivir con ustedes, pero 
también podemos encontrarnos con un niño que los rechace abiertamente, que 
llore o que tenga expresiones de mucha angustia en el momento. El cómo actúe 
el niño frente a su presencia no es señal de cómo será la relación que mantenga 
con ustedes a lo largo del tiempo. Si su hijo(a) reacciona de una manera que 
usted no esperaba, no lo tome como un rechazo hacia su persona. Él o ella debe 
aprender a confiar en ustedes para entregarles su afecto. 
 
Desde esta lógica, es bueno tener en cuenta que no podemos exigirle al niño 
muestras de cariño o cercanía física. Debemos respetar la distancia que él nos 
imponga y generar las estrategias necesarias para que interactúe con nosotros, 
respetando sus tiempos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 9 
ASPECTOS IMPORTANTES QUE SE DEBEN TENER EN CUENTA EN EL MOMENTO 
DEL ENLACE 
 
 
Debemos llevar un juguete al niño(a) 
 
En el momento del enlace siempre es positivo llevar algún juguete, lo más simple 
posible, que pueda canalizar la angustia del momento y servir de puente entre 
ustedes y el niño(a), facilitando la interacción. 
 
Una familia española, en el momento del enlace le llevó a su hijo algunos 
juguetes musicales, peluches y una pequeña pelota. El niño reaccionó muy 
tímidamente, incluso no quiso que la tía del hogar donde se encontraba lo dejara 
solo con los papás y no le prestó mayor atención a los novedosos juguetes que le 
habían traído. La pareja entonces se sentó en el suelo y entre ellos comenzaron a 
jugar y a lanzarse la pelotita a ras de piso. Cuando el niño estaba concentrado en 
el juego de ambos, le lanzaron al niño la pelota y lo animaron a devolverla. Este 
simple juego permitió que el niño y los papás se relajaran. Al poco rato el niño 
comenzó a sentirse más cómodo y terminó riendo a carcajadas. 
 
 
Debemos decirle al niño(a) en español algunas frases simples 
 
Si no habla español, aprenda ciertas frases cortas en este idioma para que su 
hijo(a) se relaje y entienda su deseo de comunicarse con él. Frases como “Hola. 
Nosotros somos tus papás”, “Te esperamos mucho tiempo”, “Vamos a pasarlo 
muy bien juntos” facilitan un buen comienzo. 
 
Sin embargo, es importante que estas frases sean previamente sancionadas con 
el representante del organismo acreditado que los representa, con el traductor o 
con algún profesional del Sename, ya que algunas palabras no son de uso 
cotidianoen Chile. Entre las frases aprendidas por una pareja de Noruega para 
decirle a su hijo estaba “eres un niño fantástico”, lo que el niño no pudo 
entender cabalmente por no estar familiarizado con la palabra “fantástico”. 
 
 
Debemos mantener el control de nuestras emociones 
 
En el momento del enlace, los adultos deben mantener el control en todo 
momento puesto que los desbordes emocionales por muy legítimos y entendibles 
que sean, no son bien traducidos por los niños. Por la edad en la que se 
encuentran y por sus experiencias vitales, los niños asocian el llanto con la pena 
y no con la emoción. Mostrarse enteros, fuertes, seguros y alegres le brinda 
seguridad a su hijo, no debiendo olvidar que en ese momento probablemente él 
tenga miedo, angustia, rabia y sentimientos encontrados por dejar el hogar o a la 
 10 
familia guardadora, que más allá de los afectos que pueda sentir hacia éstos, son 
su único referente conocido. 
 
 
Debemos ser empáticos 
 
La empatía es fundamental para ser un buen padre y una buena madre. A través 
de ella podemos entender al niño poniéndonos en su lugar y será más fácil ser 
tolerantes frente a las reacciones adversas que éste pueda presentar. Para hacer 
del enlace una buena experiencia, más allá de cualquier resultado preliminar, la 
pareja deberá tener además la suficiente madurez emocional y apoyarse 
mutuamente, procurando asimismo mantener en todo momento una actitud 
positiva, con la premisa de que pase lo que pase “voy a lograr que mi hijo(a) me 
acepte” 
 
Una vez hubo un enlace en que nada resultó bien: el niño mostró abierto rechazo 
a sus padres, no quiso alejarse ni un centímetro de la guardadora y no generó 
ningún contacto físico con sus nuevos padres. Cuando llegó el momento en que el 
niño debía decidir si se iba con sus papás o no, se puso a llorar 
desconsoladamente. La madre adoptiva se descolocó con esta reacción y, al no 
poder contenerlo, se puso a llorar con él. El padre decidido, lo tomó en brazos y 
dijo a todos: “Yo me voy con mi hijo”, mientras el niño pataleaba y se agarraba 
con fuerza a la reja del hogar. El papá, la mamá y el niño que gritaba se subieron 
al taxi que habían contratado y el pequeño dejó de llorar sólo cuando el vehículo 
se alejó de la institución. Después de eso todo mejoró y el niño nunca más tuvo 
una reacción similar. Este caso nos enseña lo importante que es para el niño que 
los padres estén seguros de la decisión de adoptar y que le demuestren con 
hechos su compromiso incondicional. No se trata de desestimar el dolor que 
pueda estar sintiendo el niño y no se le debe exponer a una angustia innecesaria, 
sin embargo, este caso nos enseña que los padres deben también hacerle caso a 
su intuición a la hora de ejercer su paternidad y tomar sus propias decisiones. 
 
 
Debemos respetar la distancia física y emocional que el niño(a) nos imponga 
 
A modo de ejemplo, podemos contar que en la adopción de un matrimonio 
italiano, en el momento del enlace el niño fue presentado a sus padres, quienes 
lo recibieron muy cálidamente. El niño nunca los miró de frente, a pesar de que 
respondía a sus preguntas, y se dejaba abrazar y besar. Sin poner ninguna 
resistencia y mostrándose muy contento de irse con sus papás, el niño quiso 
mostrarles su dormitorio. En ese momento los padres que estaban muy ansiosos 
de abrazarlo y besarlo, no respetaron el límite físico que el niño les había 
impuesto. Se sintió sofocado y sobrepasado con estas muestras de cariño y 
comenzó a llorar. En una actitud abiertamente regresiva, se tiró al suelo y 
comenzó a gatear; luego se refugió en un pequeño rincón al lado de una estufa 
sin decir nada, rechazando todo contacto. Los profesionales de la institución 
 11 
contuvieron al niño por espacio de 3 horas. Los padres sólo lloraban. Se les 
explicó que esta reacción en muy normal para un niño que ha sido criado 
prácticamente toda su vida en una institución. Se les habló de su temor al 
cambio y lo positivo que era que tuviera arraigo y un vínculo sano hacia su 
entorno, porque eso hablaba muy bien de su capacidad de apego. Sin embargo, la 
lectura desde ellos era de una profunda tristeza y decepción. Cuando el niño 
estuvo más tranquilo salieron junto al psicólogo de la institución a un restorán, 
lugar donde interactuaron con mayor fluidez. Los padres ganaron su confianza y 
decidió irse con ellos al hotel. En la primera visita de seguimiento, el niño se 
mostraba seguro, afectuoso y cercano a sus padres, y lo más importante de todo, 
ya no miraba al suelo, miraba de frente, seguro de si mismo. 
 
 
Debemos mantener una conducta comunicativa 
 
Es muy importante mirar al niño(a) a los ojos, hablarle tranquila y 
pausadamente, sonreírle, escucharle y darle a conocer que nos interesa mucho lo 
que está pensando y sintiendo. 
 
 
Debemos llevar un listado con nuestras dudas básicas 
 
Hay muchas dudas que les pueden surgir respecto a las características y 
conductas del niño(a) que están adoptando. Querrán conocer cuál es su comida 
favorita, qué talla de ropa tiene, si es alérgico a algún medicamento, si le gustan 
los animales, entre otras importantes cosas. Lo mejor es llevar las preguntas 
debidamente escritas en una libreta para no olvidar algo importante. Antes de 
conocer al niño(a) personalmente, deberán sostener una reunión con los 
profesionales de la institución en la que se encuentre él o ella, momento en que 
deberán formular todas las preguntas. Es importante tener en cuenta que este no 
es el único momento para resolver sus dudas, dado que los profesionales del 
Sename y de la institución en que esté el niño(a) siempre estarán dispuestos a 
responder todas las interrogantes, no obstante que la información social, médica, 
psicológica y legal de éste haya sido previamente enviada al país de origen del 
matrimonio adoptante. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 12 
ASPECTOS PRÁCTICOS POST ENLACE 
 
� Deben llevar siempre consigo una libreta con números importantes, 
especialmente los del representante de la entidad acreditada, de los 
profesionales del Sename y de la institución en la que se encontraba el 
niño(a). 
 
� Deben llevar siempre consigo una copia notarial del cuidado personal y/o 
adopción del niño(a). 
 
� Deben procurar tener un celular durante su estadía en Chile. 
 
� Deben dejar el pasaporte en la bóveda del hotel o en algún lugar seguro si 
permanecen en una casa o departamento. Una copia certificada ante 
notario servirá para su identificación, en caso de necesitarlo. 
 
� Deben mantener poco dinero efectivo en la billetera, cuidar sus efectos 
personales y no ostentar elementos como dinero, joyas, cámaras 
fotográficas o de videos, entre otros. 
 
� Deben mantener siempre contacto con el representante en Chile del 
organismo acreditado en su país. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 13 
LOS MIEDOS DE LOS FUTUROS PADRES 
 
El mayor miedo de los padres se relaciona con los sentimientos, los propios y los 
del niño(a) que adoptarán. En la adopción internacional, esos miedos se 
acrecientan por lo mucho que está en juego. Por un lado, se trata de 
matrimonios que como todas las parejas infértiles han transitado por largos 
procedimientos médicos y que con mucho esfuerzo han logrado pasar por los 
rigurosos procesos de evaluación para demostrar su idoneidad, invirtiendo tiempo 
y dinero en un proyecto muy ansiado. Que la adopción fracase, sin lugar a dudas 
es una gran pérdida emocional para la pareja, por cuanto reactiva el proceso de 
duelo por la infertilidad ya vivida. 
 
La decisión de ser padres es trascendental y debe ser genuina, responsable, 
madura y fiel reflejo de lo que honestamente sienten. Las dudas que se producen 
al realizar la adopción son muy normales. No se está seguro si el niño(a) a 
adoptar es el correcto(a), pues aún no lo conocen y, en estricto rigor, aún no se 
le quiere. Además, el asumir el rol de padres puede ser muy distinto a lo que 
imaginaban, posiblemente más intenso, con un mayor desgastefísico y emocional 
y más conciencia que a partir de la adopción sus vidas y su relación de pareja 
cambiarán completamente. 
 
Muchas veces los primeros días tras asumir la paternidad adoptiva, les provoca 
sentimientos encontrados. Por un lado van a cumplir el rol tan deseado, pero por 
otro deben asumir que su hijo biológico ya no llegó. Esto puede ser muy 
perturbador si el duelo por la infertilidad no fue debidamente resuelto. Darse un 
tiempo para conocer al nuevo integrante y tener la confianza de que en el futuro 
podemos generar hacia él o ella una relación de afecto, es también parte del 
proceso. En todo caso, las dudas debieran ser mínimas. Si realmente no se 
sienten conectados con las características, historia o aspecto físico del niño(a) 
que tienen en frente, es mejor asumir esos sentimientos y darlos a conocer a los 
profesionales del Sename y al representante del organismo internacional que los 
represente antes de realizar la adopción legal. Deben tener confianza en sus 
fortalezas individuales y de pareja para enfrentar esta nueva crisis. Como dice el 
refrán, a veces es mejor “perder para ganar” 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 14 
LOS MIEDOS QUE TIENEN LOS FUTUROS HIJOS O HIJAS 
 
Los niños y niñas adoptados tienen sólo un miedo: ser nuevamente abandonados. 
Este temor intrínseco se alberga en lo más profundo del inconsciente infantil. Un 
niño(a) que ha sido abandonado, institucionalizado, gravemente maltratado o 
abusado sexualmente, ha conocido el mundo a través del dolor. Los mensajes 
que ha recibido (incluso desde el vientre) han sido de tristeza, rabia, miedo y de 
profundo rechazo, lo que de alguna manera les hace asumir la premisa “No soy lo 
suficientemente bueno para ser querido. Fui rechazado y abandonado y lo seré 
nuevamente”. Los adultos suelen no entender por qué un niño(a) que tiene la 
oportunidad de contar con una familia adoptiva que lo quiera, se comporta de 
mala manera. Muchas veces rechazan el afecto que se les ofrece, llegando 
incluso a ser groseros o agresivos con sus padres adoptivos. 
 
Cuesta entender que a pesar de ser niños(as) muy pequeños tienen la certeza de 
que estos nuevos adultos que dicen querer ser sus padres no son confiables y 
que, tal como lo hicieran otros adultos que violaron su confianza, también lo 
abandonarán y herirán. Es así como el niño utiliza como mecanismo de defensa y 
de manera inconciente, anticiparse a este rechazo abandonandoy dañando él 
primero. Esta hipótesis del niño(a) es la que se debe resolver durante el proceso 
de puesta a prueba. Mientras antes viva esta etapa es mejor, ya que involucra 
una clara señal de que ya adquirió la confianza suficiente hacia sus padres 
adoptivos, los que no deben olvidar, por desgastante que sea, que esta es sólo 
una etapa y que, como tal, tiene un inicio y un final. 
 
Se suele decir que el ciclo de adaptación que vive un niño(a) adoptado consta de 
tres etapas, la luna de miel, la puesta a prueba y la integración. Éstas se 
presentan en forma continua y, en la práctica, son más bien cíclicas y suelen 
repetirse con distinta intensidad a lo largo de la vida del niño. El apoyo y amor 
incondicional vuelven a ser la clave para resolverlas de manera exitosa. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 15 
COMPORTAMIENTO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS ADOPTADOS EN CHILE 
 
 
1. NIÑOS CON APETITO VORAZ 
 
 
Durante los primeros días de convivencia, muchos niños que son entregados en 
adopción tienen un apetito insaciable, lo que puede estar asociado a dos razones 
distintas. En primer lugar, puede deberse a un estado natural de ansiedad en el 
que se encuentran, ya que pese a ser muy pequeños, entienden que lo que están 
viviendo es algo que cambiará radicalmente sus vidas. No podemos olvidar que en 
pocos días han cambiado el lugar físico que conocían y percibían como estable y 
seguro, y la rutina del hogar donde vivían, dejando de frecuentar lugares y 
personas que normalizaban su vida como el colegio, los amigos y los otros niños 
del hogar, para trasladarse a una realidad distinta. Ahora viven con quienes dicen 
ser sus padres adoptivos, pero son adultos a los que no conocen y en muchos 
casos son físicamente diferentes a ellos, hablan otro idioma y tienen costumbres 
muy distintas, incluso en cuanto a hábitos alimenticios. Además, en términos del 
espacio físico, deben vivir transitoriamente en un departamento, casa u hotel y 
entorno muy distinto a la realidad que los rodeó hasta entonces, con edificios, 
tiendas y ruido a los que no está acostumbrado. Si nos ponemos en su lugar, es 
una situación que podría estresar a cualquier adulto, mucho más a un niño que 
no es capaz de entender o expresar lo que está sintiendo. Sumado a esto, sienten 
la “presión” de convertirse en “niños adoptables y queribles” para evitar ser 
nuevamente abandonados, lo que les genera una enorme cuota de incertidumbre 
respecto a su futuro. 
 
 16 
Otra situación que influye en esta conducta de comer sin control es la 
oportunidad. En las instituciones los niños tienen una alimentación completa y 
balanceada, pero no muy variada y también es probable que las cantidades de 
alimentos a las que tuvo acceso en alguna época de su vida fuera limitadas o 
escasas. Por eso existen muchos alimentos que no conocen, sobre todo aquellos 
que tienen un precio elevado o que pueden ser considerados suntuarios para 
niños de ingresos bajos, los que resultan muy atractivos para ellos, sobre todo si 
tienen libre disponibilidad y acceso a ellos. 
 
Por lo anterior, los niños requerirán de algún tiempo previo para acostumbrarse a 
los nuevos sabores y hábitos. 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
- A pesar de que el niño(a) que están adoptando finalmente se adecuará 
a sus propios horarios, rutinas y gustos alimentarios, siempre es 
positivo conocer su antiguo horario de comidas, de manera de saber 
sus reales necesidades en ese sentido. Además, como parte de la 
información que los futuros padres reciben, tendrán todos los 
antecedentes respecto de su condición de salud y sus necesidades 
nutricionales, como por ejemplo si está con bajo peso o con sobre 
peso y si presenta rechazo a algún alimento. Si se trata de un niño con 
sobrepeso o con algún tipo de alergia a ciertos alimentos, se debe 
estar necesariamente más alerta a su alimentación y tener acceso a 
sus gustos, dentro de ciertos márgenes. 
 
- Teniendo en consideración el horario habitual del niño(a), más su 
estado nutricional y de salud, en los primeros días de convivencia se 
debe ser flexible y tolerante con sus demandas. Es recomendable ir 
con él al supermercado, permitirle abrir el refrigerador para comer y 
probar lo que desee. También es conveniente cuidar sus propios 
hábitos alimenticios y practicar con el ejemplo, evitando comprar y 
consumir comidas fritas o de alto contenido calórico, procurar 
adquirir sólo las golosinas suficientes para un solo día (galletas, 
dulces, helados, etc.) y optar por llenar el refrigerador y la despensa 
con productos sanos, como frutas, verduras y agua mineral, en vez de 
bebidas o jugos. Como adulto evite ingerir bebidas alcohólicas. 
 
- Es importante que la comida no sea un tema relevante para ustedes, ni 
una fuente de tensión con el niño(a) durante los primeros días de 
convivencia. 
 
 
 
 
 
 17 
2. NIÑOS QUE NO QUIEREN SALIR A LA CALLE 
 
 
 
 
En los niños chilenos es usual que durante las primeras semanas de 
convivencia con sus padres adoptivos no quieran salir del hotel, departamento 
o casa que los padres han arrendado durante su estadía en Chile y prefieran 
ver televisión, jugar en el computador o play station, lo que puede ser muy 
desconcertante y a veces molesto para la familia adoptiva. 
 
Muchas veces esta negativa a salir de casa se contrapone con el deseo de los 
padres adoptivos, quienes generalmente quieren aprovechar su viaje a Chile 
para conocer algún lugar turístico del país y, de paso, llevar recuerdos como 
fotografías y filmaciones que le permitan al niño(a) tener presenteel paisaje 
de su propio país, su cultura e idiosincrasia. Esta situación se vuelve aún más 
compleja cuando la pareja viaja con otro u otros hijo(s), ya que éstos suelen 
aburrirse por un encierro no deseado y no entienden lo que motiva a su nuevo 
hermano(a) a comportarse así. 
 
Sin embargo, para los niños existe el temor inminente de perder lo que han 
logrado después de tanto tiempo, como es tener una familia. El enfrentarlos a 
un lugar desconocido los hace sentir inseguros y hace que aflore el miedo a 
perderse o perder a su nueva familia. Por otro lado, existe también en ellos la 
necesidad de vivir al máximo cada momento junto a sus padres adoptivos y 
tener la experiencia del significado de vivir en familia. No necesitan conocer 
el mundo, quieren conocer el mundo a través de sus padres adoptivos y sólo 
les basta tenerlos lo más cerca posible. Además, el mundo que ahora ustedes 
les muestran puede ser o parecerle muy vertiginoso, bullicioso y estresante al 
 18 
verse enfrentados repentinamente al tráfico de la calle y a lugares muy 
concurridos, como un centro comercial u otro lugar público con gran 
presencia de gente. 
 
 
� ¿ Qué debemos hacer? 
 
- Primero que todo, deben ponerse en el lugar de su hijo(a), para 
entender la angustia que puede estar viviendo y su necesidad de ser 
segurizado y compensado por las etapas que no vivió junto a ustedes. 
 
- Es importante reforzarle la idea de que ustedes serán su familia 
definitiva y que nada hará que eso cambie. También es necesario 
enseñarle que siempre que estén en un lugar no conocido debe estar 
junto a ustedes y en todo momento caminar de la mano de papá o 
mamá. 
 
- Es bueno, además, instruirlo de que en caso de que se pierda debe 
dirigirse a un carabinero (policía) para que lo lleve de vuelta a casa. 
También se sugiere que cada día puedan salir a pasear al mismo 
lugar; tal vez caminar cerca de casa o salir a jugar a una plaza o 
parque cercano y, poco a poco, exponerlo a nuevos lugares. Es 
importante que los paseos se realicen siempre a la misma hora y que 
se vuelva cada día a casa un poco más tarde, procurando prolongar el 
período en que se está fuera. 
 
- Por último, aprovechen el tiempo junto a su hijo(a) para realizar 
actividades dentro de casa y evitar que vea televisión o juegue 
videojuegos a toda hora, manteniendo un horario para esas 
actividades. Incentiven a su hijo(a) para que realice actividades que 
favorezcan su creatividad y le permitan ir familiarizándose con el 
idioma: Traten de comprar juegos de mesa, puzzles, juegos para 
armar, libros para colorear, materiales para hacer manualidades, 
libros para enseñarle palabras básicas en su idioma. Se les sugiere que 
sean creativos y lúdicos, proponiéndoles a su hijo(a) actividades 
entretenidas en que puedan divertirse, reír y estar físicamente cerca. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 19 
3. NIÑOS REGRESIVOS 
 
 
 
 
Algunos niños que son adoptados pueden presentar diversas conductas de 
carácter regresivo. Entre las más habituales está chuparse el dedo, orinarse en la 
cama, gatear, balbucear como bebé o incluso pedir ser amamantado por alguno 
de sus padres. Es oportuno señalar que el niño(a) puede dirigir esta solicitud 
indistintamente al padre o a la madre. Para ilustrar esta situación, conocimos el 
caso de un niño de 8 años que buscaba ser amamantado por el padre, quien por 
sus características resultó ser más cercano y afectivo que la madre. 
 
La necesidad de amamantamiento puede resultar chocante para algunos padres e 
incluso confundirse con una actitud sexualizada o como un indicador de abuso 
sexual. Sin embargo, si ello no está asociado a otras conductas y/o actitudes que 
nos orienten en tal sentido, no debe ser motivo de preocupación. Por lo mismo, 
los padres adoptivos deben conocer y aceptar de manera honesta la historia vital 
del niño(a) que adoptarán, con sus pro y sus contras, ya que si nos enfrentamos a 
un niño(a) con antecedentes de abuso, sería esperable que estas actitudes 
aparezcan en algún momento. No obstante, todos los niños con experiencias 
traumáticas de abuso y/o maltrato son debidamente reparados 
terapéuticamente. 
 
En general, las actitudes regresivas suelen ser bien aceptadas por los padres 
adoptivos, ya que les permite también a ellos experimentar etapas que no fueron 
vividas con los niños, dado que la adopción internacional se da mayoritariamente 
con niños mayores. 
 
� ¿ Qué debemos hacer? 
 
 20 
- Debemos asumir en todo momento una actitud de aceptación y 
tolerancia y no olvidar que las conductas regresivas de los niños(as) 
responden a su necesidad de compensar y revivir etapas pasadas en 
que debieron ser acunados, protegidos y queridos. Sin embargo, por su 
historia de abandono e institucionalización, dichas necesidades de 
afecto no fueron debidamente satisfechas. 
 
- En segundo lugar, es importante asumir estas conductas como una 
oportunidad para desarrollar nuestra capacidad de maternaje a 
cabalidad. Es una excelente manera para recuperar el tiempo no 
vivido con su hijo(a) y permitir que recobre la confianza básica en si 
mismo y en los demás, luego de que los adultos que debieron 
segurizarlo no fueron capaces de hacerlo y siendo éste el momento de 
componer ese lazo roto. Entonces, sea tolerante, mantenga una 
actitud positiva, aproveche y disfrute estos momentos tan íntimos y 
cercanos con su hijo(a). 
 
 
 
4. NIÑOS QUE SE ACERCAN SOLAMENTE A UNO DE SUS PADRES 
 
 
 
 
 
 
Es muy habitual que durante el enlace, e incluso algunas semanas o meses 
después, el niño(a) adoptado(a) sienta mayor cercanía afectiva o afinidad con 
uno de sus padres. Muchas veces esto puede generar la sensación de ineficacia y 
frustración en el padre o madre “no preferido”. La explicación a ello se centra 
en la carencia específica que tenga el niño. Es así que, por sus particulares 
historias, los niños necesitan compensar la mayor falta en sus vidas de alguna de 
las figuras parentales, la que para algunos puede estar centrada en la figura 
 21 
paterna y para otros en la figura materna. Esta necesidad de aproximación se 
puede presentar en algunos niños de manera ansiosa, exigiendo la presencia 
constante y permanente de este padre o madre y recurriendo a él o ella ante 
todo evento. 
 
Una vez que el niño(a) resuelve y satisface su necesidad, es capaz de establecer 
un vínculo seguro respecto de ambos padres, manteniendo las diferencias en la 
relación con papá y mamá que la misma familia le quiera dar como sello propio. 
 
En las familias latinas, por su idiosincrasia, usualmente los padres establecen 
patrones de crianza diferenciados por sexo. Así por ejemplo, el padre como 
figura de autoridad es el encargado de establecer las reglas y normas en el 
interior de la familia, y de la realización de las actividades lúdicas con los hijos. 
La madre en cambio cumple un rol predominantemente afectivo, sin embargo, 
centra las actividades en el cumplimiento de tales normas y obligaciones. 
 
Es necesario que sepan que los niños(as) adoptados(as) no conocen los códigos 
que se manejan al vivir en familia, por lo que deben aprender a comportarse 
como hijos y aprender de ustedes cómo se comportan y qué roles cumplen un 
papá y una mamá, y cómo deben relacionarse ellos(as) con cada uno. 
 
Puede resultar confuso que el niño tenga mayor necesidad de una imagen, ya sea 
ésta materna o paterna, si en rigor careció de la presencia de ambas figuras. Esto 
se debe a que durante el período de internación y/o abandono tuvo la 
oportunidad de compensar la imagen de padre o madre con otra figura 
significativa para él o ella. Muchas veces, el rol emocional de madre lo cumplió 
una tía o guardadora del hogar a la que el niño(a) consideró lo suficientemente 
nutricia como para generar un vínculo reparador o más cercano. En otros casos, 
el director de la institución, el psicólogo, el marido de la guardadora o un 
profesor pudo significar y representar en el imaginario del niño(a) el rol de 
padre.Otra diferencia frente a las necesidades afectivas en los niños se debe a 
la capacidad de resiliencia y la sensibilidad que cada uno tiene, por lo que es 
importante tener claridad sobre sus características y necesidades emocionales y, 
desde ahí, acercarse a su visión del mundo. 
 
 
� ¿ Qué debemos hacer? 
 
- Debemos darle al niño el espacio emocional para que exprese 
libremente sus sentimientos y esperar pacientemente a que satisfaga 
sus necesidades de “papá o mamá”. Hay que asumir con una actitud 
madura esta etapa y no entrar en competencia con la pareja por el 
afecto y predilección de su hijo(a). 
 
- Es un gran error intentar comprar, chantajear o seducir al niño(a); 
hay que tener en cuenta que este signo de debilidad puede ser un 
 22 
arma que en el futuro el niño puede utilizar como forma de manipular 
situaciones a su favor y obtener beneficios personales. 
 
- Nunca es bueno que los niños perciban debilidades e inseguridades en 
sus padres, porque los inseguriza a ellos también y el padre o madre 
pierde autoridad, pudiendo llegar a manipular en el futuro la 
debilidad observada. 
 
- Deben tener en cuenta que el papá o la mamá “más demandado” por 
el niño tendrá un cansancio y estrés mayor, por lo que se les sugiere 
coordinarse en el cumplimiento de algunos roles para que ambos 
tengan igualdad de protagonismo y puedan compartir más 
equitativamente las demandas. 
 
- Tengan paciencia y perseverancia y no pierdan de vista que esta 
etapa pasará y luego será una divertida anécdota que podrán contar a 
su hijo(a) cuando sea más grande. 
 
 
 
5. NIÑOS QUE EVITAN EL CONTACTO FISICO 
 
 
 
 
Es posible que algunos niños y niñas rechacen el contacto físico con sus padres 
adoptivos. Las caricias y la cercanía de los otros pueden resultarles 
incómodas, tanto que a veces los paraliza y su cuerpo se vuelve rígido, 
pudiendo transpirar o agitar su respiración como señal de la angustia que les 
produce la proximidad. Otros niños son más expresivos en este rechazo y 
 23 
manifiestan abiertamente su desagrado ante las caricias a través de frases 
como “Déjame solo, no me toques”. La rabia asociada a este rechazo puede 
ser hostil, haciéndose más evidente al intentar consolarlo cuando está 
llorando luego de una pataleta. Incluso puede volverse violento, lanzando 
manotazos o patadas en una clara señal de “no te acerques”. 
 
Para interpretar esta conducta, hay que distinguir entre aquel niño o niña que 
evita o inhibe las conductas de proximidad y de expresión de afecto hacia sus 
figuras paternas y que se descoloca al recibirlas, de aquel niño que expresa su 
rabia a través del rechazo hacia los otros. 
 
Algunos niños son bruscos y violentos a la hora de expresar el afecto. A veces, 
como muestra de este afecto, se tiran sobre los padres repentinamente sin 
medir las consecuencias y sin importarles que puedan lastimar a otros o a sí 
mismos, o abrazan y besan de manera ansiosa. Por las experiencias de 
abandono e institucionalización, los niños tienen un patrón relacional en el 
cual, como mecanismo de defensa, aprenden a negar o sobrecontrolar su 
afecto. Esa inhabilidad sensorial para demostrar el afecto físico los hace 
torpes y toscos a la hora de acariciar. 
 
 
� ¿ Qué debemos hacer? 
 
- No debemos exigirle al niño o niña muestras de cariño ni retarlo por 
no dejarse acariciar. Se debe respetar la distancia física que impone, 
aunque sea muy doloroso para ustedes. En esta situación es necesario 
cultivar primero la sensación de afecto incondicional, para luego 
cosechar y recibir la recompensa del amor de su hijo(a) 
 
- Si es un niño que se deja acariciar, pero que en su trato con ustedes es 
brusco, se le debe enseñar cómo se acaricia, tomándole su mano y 
enseñándole a regular su umbral táctil. Como ejercicio es muy útil, 
por ejemplo, acariciar su pelo a la hora de peinarlo o de dormir, o a 
la hora de bañarlo (hidroterapia), darle masajes. 
 
- Respecto al masaje, es recomendable buscar el momento apropiado, 
que puede ser antes de dormir, a la hora del baño o en cualquier 
momento en que ambos estén relajados. Primero pregúntele si desea 
recibir un masaje. Como se trata de un acto íntimo y voluntario, el 
que da el masaje y el que lo recibe deben estar en buena disposición y 
sintonía para la actividad. Ponga música de relajación de fondo, 
música clásica, de sonidos de la naturaleza o cualquier música suave. 
Si es posible, encienda algunas velas, ponga incienso o un difusor de 
aceites de aromaterapia. Disponga de un aceite para masajes o 
cualquier crema. No necesita ser un masajista profesional, sólo debe 
proponérselo y tomar la iniciativa. 
 24 
 
- Tal vez el niño(a) lo rechace, no olvidemos que es algo desconocido 
para él y las cosas intimas no le agradan del todo. Inténtelo tantas 
veces como sea necesario, evitando sentirte dolido(a) por el rechazo. 
 
Tenga en cuenta que el masaje tiene muchas propiedades para el niño o 
niña: 
 
� Ayuda a estimular el sistema nervioso y libera sustancias 
bioquímicas que estimulan el apetito. 
� Puede estimular y fortalecer su sistema inmunológico, con lo que 
ayuda que el niño(a) crezca sano. 
� Contribuye a tonificar y fortalecer los músculos, contribuyendo al 
desarrollo psicomotriz. 
� Puede ayudar a que el niño(a) que ha nacido prematuro aumente su 
peso y consiga un desarrollo normal. En los niños hospitalizados 
ayuda a reducir su tiempo de estadía. 
� Ayuda a mejorar la capacidad de adaptación del niño(a) e 
incentiva su inteligencia. 
� Relaja y ayuda a descansar mejor, combate el insomnio, las 
pesadillas (favorece el sistema endocrino reduciendo la hormona 
causante del estrés) y facilita un sueño más largo y de mejor 
calidad. 
� Ayuda al sistema digestivo. Ayuda a calmar los cólicos en los niños 
pequeños y mejora la digestión. 
� Puede contribuir a desarrollar el sistema respiratorio, 
� Ayuda a equilibrar los niveles de oxígeno. Favorece el sistema 
circulatorio. 
� Potencia el desarrollo del sistema neurológico. Facilita el proceso 
de mielinización. 
� Les ayuda a conocer su propio cuerpo. Facilita la integración del 
esquema corporal. 
� Contribuye a aumentar su autoestima. 
� Proporciona seguridad. 
� Estrecha los vínculos positivos. 
� Fomenta la comunicación con el exterior. 
� Le ayuda a liberar las tensiones, tanto físicas como emocionales. 
� Facilita la expresión de sus sentimientos, ofreciéndole soporte y 
contención. 
� En niños con necesidades especiales produce importantes avances 
físicos. 
� Ayuda a superar la depresión post-parto o post adopción, 
mejorando la relación con el hijo(a). 
� Estimula favorablemente la comunicación. 
 25 
� Unifica y afianza los lazos del niño o niña con los padres y con el 
entorno familiar. 
En la sección Anexos encontrarán una buena técnica para realizar masajes, 
llamada Masaje Shantala, la que fue descubierta en la India y sirve para 
cualquier niño o niña, independientemente de su edad. Por sus experiencias 
tempranas, tu hijo o hija necesita mucho afecto, el que se expresa de mejor 
manera a través del contacto físico, así es que inténtalo y buena suerte. 
 
 
 
6. NIÑOS QUE HACEN PATALETAS 
 
 
 
 
 
 
Una de las maneras más eficaces que tienen los niños y niñas para expresar la 
rabia es hacer pataletas. Una pataleta es una reacción escandalosa del niño(a) en 
la que llora, grita, se tira al suelo y patea o se amurra, es decir se inhibe, se 
vuelve introvertido, frunce el seño y agacha la cabeza, siendo imposible 
convencerlo de que cambie de actitud. De esta manera, el niño expresa su 
descontento frente a la frustración. Un niño “pataletero” es aquel que no sabe 
cómo expresar lo que siente de manera adecuada y, por lo mismo, sus emociones 
lo desbordan. 
 
Usualmente las pataletas desaparecen cuando el niño crece y aprende a 
manifestar su descontento de manera más adecuada y constructiva. En el caso de 
los niños(as) adoptados, las rabietas son independientes de la edad, pudiendo 
presentarsetanto en la infancia temprana como en la adolescencia. 
 
 26 
Es muy frecuente que los niños y niñas adoptados sean poco tolerantes a la 
frustración. Por tal razón, pueden hacer muchas rabietas, las que no sólo están 
destinadas a expresar sus emociones, sino también a llamar la atención o 
expresar el dolor que han guardado por mucho tiempo. Esta es la primera señal 
de que su hijo(a) se está adaptando y está confiando en ustedes. Resulta 
paradójico, pero lo cierto es que mientras peor se porte su hijo o hija, mejor va 
el proceso de adaptación, pues por fin se siente en libertad de expresar sus 
emociones, sin temor a ser rechazado o ser devuelto al hogar. Esta es una buena 
oportunidad para ustedes, para calmarlo, reconfortarlo y ayudarlo a manejar sus 
emociones. 
 
Esta conducta del niño(a) implica un importante desgaste emocional en los 
padres, quienes deben ser los injustos receptores de su rabia contenida. Por eso 
probablemente les desconcierte la desproporcionada furia o la actitud desafiante 
con la que reacciona ante un estimulo sin importancia, como puede ser el que no 
lo dejen salir a jugar, lo regañen por algo que hizo o como respuesta a la 
negativa de comprarle un juguete. 
 
A veces estas crisis están relacionadas con algún cambio en la vida del niño, 
como el mudarse de casa o de colegio. También pueden activarse con una 
separación o pérdida significativa, como una mascota, pelear con un amigo o 
enfrentar un desafío que no se siente capaz de asumir con éxito. 
 
La literatura indica que este tipo de reacciones en niños, niñas y adolescentes 
pueden ser explicadas mediante el llamado Síndrome de estrés post-traumático. 
Este es un trastorno emocional que se describe para las personas que son 
víctimas de maltratos, violaciones o veteranos de guerra que, ante una situación 
que les recuerda una experiencia traumática, sienten que nuevamente su vida 
corre peligro. La angustia que esto les provoca les hace perder el sentido de la 
realidad. Como el nivel de estrés es alto, el hemisferio derecho (donde están 
almacenados los recuerdos y las situaciones dolorosas que quedaron sin elaborar) 
toma el control de la persona. 
 
Cuando las emociones controlan la razón del niño(a) o adolescente, su capacidad 
para pensar racionalmente se desconecta, reviviendo momentos de su vida en los 
que se sintió inseguro y desprotegido. Es una especie de flashback, en que el 
niño trae al presente hechos del pasado y los revive como si ocurrieran en la 
actualidad. La hostilidad representada en la pataleta o el retraimiento expresado 
en el amurramiento, pueden ser interpretados como mecanismos de defensa ante 
un nivel de angustia que no pueden controlar ni entender. 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
- Ante una pataleta o amurramiento no debemos regañar, castigar o 
razonar con el niño o niño, sino tener paciencia, mantener la calma y 
 27 
recordar que los adultos son ustedes y que no pueden ni deben caer en 
la provocación, aún cuando les agreda física o verbalmente. La rabia 
y ofensas del niño(a) son muestras de un dolor antiguo, de una 
angustia que no eligió y que no puede controlar. Deben hacerle sentir 
que está protegido y que estarán siempre a su lado, en las buenas y en 
las malas. 
 
- Tal vez muchos de sus amigos o parientes, les recomendarán que lo 
dejen solo, que llore hasta que se canse, que lo ignoren, porque se le 
pasará. Para un niño cualquiera, ésta puede ser una buena estrategia, 
pero para un niño adoptado no. Su inseguridad afectiva es mayor a la 
de cualquier otro niño, por lo que procuren mantenerse a su lado, 
demostrándole su incondicionalidad. 
 
- Cuando esté tranquilo, conversen abiertamente con él para decirle 
que sus agresiones y ofensas les duelen y que también es bueno que él 
tenga empatía hacia las demás personas y no sólo que lo absorban sus 
propias emociones. Enséñenle a expresar de otras formas su rabia o 
molestia. Es importante que no se enojen con él, ni lo castiguen, ya 
que esto sólo aumentará su sensación de sufrimiento y soledad. 
 
- El niño(a) necesita sentirse comprendido, apoyado, querido y saber 
que puede descargar su rabia y miedo en ustedes sin temor a que 
dejen de quererlo. 
 
- Estos episodios se enmarcan dentro de la etapa denominada “puesta a 
prueba” y deben tener claro que, como toda etapa, pasará. Las 
rabietas serán cada vez menores en duración y frecuencia. 
 
- Piensen en esta etapa como una especie de terapia, en la que su hijo 
se reconcilia con su pasado, derriba sus miedos y sana su espíritu. 
 
- Para ello, es muy bueno enseñarle algunas técnicas básicas de 
relajación, como respirar profundamente, pensar en un paisaje bonito 
o cuando sienta que no puede controlar la rabia que cuenta hasta 
diez. Pueden, además, ponerlo en situaciones hipotéticas y planificar 
cómo podrían actuar. 
 
- Si nada diera resultado, y sienten que no pueden enfrentar solos la 
situación, no duden en pedir ayuda, ya sea a los profesionales del 
Sename, de la institución en la que estuvo el niño(a) o del organismo 
acreditado. Tengan confianza en su capacidad para afrontar las 
pataletas de su hijo(a) y verán que poco a poco encontrarán las 
estrategias para tranquilizarlo y calmarlo, perseverando en las 
actitudes y expresiones afectivas. 
 
 28 
 
7. NIÑOS QUE ESCONDEN LA COMIDA 
 
 
 
 
Para los niños y niñas recientemente adoptados, tener el refrigerador lleno de 
comida a libre disposición es algo novedoso y llamativo y una realidad a la que 
les cuesta adecuarse. Muchas veces sienten tal ansiedad ante la comida que, 
según se señaló anteriormente, devoran todo alimento que esté a su alcance o 
manifiestan una clara tendencia a guardar o esconder restos de comida en los 
lugares más insólitos. 
 
Si su hijo(a) pasó hambre, va a necesitar tiempo para entender y asimilar que tal 
situación no volverá a ocurrir. Para ello va a necesitar oír muchas veces la frase 
“no tienes para que guardar la comida, porque de aquí en adelante no te faltará” 
o “en el refrigerador siempre va a haber comida para ti”. Además, tendrá que 
cerciorarse en la práctica y por sí mismo que tales afirmaciones son una realidad. 
 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
- Sírvale a su hijo(a) una porción generosa, pero razonable de comida. 
Cuando vea que a pesar de que ha comido abundantemente le sigue 
exigiendo más comida, pídale que escuche a su estómago para ver si 
está satisfecho. Probablemente, en un primer momento no comprenda 
el mensaje, pero con el tiempo aprenderá a reconocer la sensación de 
saciedad. 
 
 29 
- Si la comida es algo que obsesiona al niño(a), es mejor ponerla a su 
alcance. En este caso, es muy útil tener a la mano un tiesto con 
frutas, frutos secos o algún otro alimento saludable para ayudarlo a 
relajarse. Si aún cuando ha comido se levanta en la noche diciendo 
que tiene hambre, es bueno dejarle en su velador un vaso de leche o 
una barra de cereales. 
 
- Si lo sorprenden escondiendo la comida, no lo reprendan o reten, 
porque su obsesión tiene que con una estrategia de sobrevivencia 
producto de sus experiencias tempranas. Repítanle constantemente 
que se van a ocupar de que no le falte nunca la comida. Pueden 
preocuparse también de que siempre tenga en su mochila o bolsillo 
algo para comer cuando tenga hambre. 
 
- A través de la fijación oral, como la obsesión por la comida, chuparse 
el dedo o comerse las uñas, los niños(as) intentan compensar sus 
necesidades afectivas. Estas conductas cesarán cuando se sienta 
seguro, querido y aceptado, por lo que deben tener paciencia y 
comprensión. 
 
 
 
8. NIÑOS QUE PONEN A PRUEBA LOS LÌMITES 
 
 
 
 
A veces resulta difícil comprender por qué los niños adoptados siempre ponen a 
prueba los límites que los adultos establecen hacia ellos. Sin embargo, si lo 
analizamos en profundidad, todo niño necesita en algún momento poner al límite 
la autoridad de sus padres. Esta rebeldía es la base de su diferenciación del 
 30 
mundo adulto y de la construcciónde su identidad como ser único y diferente. 
Por la edad en la que los niños(as) son adoptados, esta transgresión a las normas 
y límites es más explícita y ocurre con demasiada rapidez a los ojos de los padres 
adoptivos. 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
- Debemos aplicar estrategias básicas de manejo conductual (Ver 
Anexos). 
 
- Los padres deben generar estrategias de manejo conductual hacia sus 
hijo e hijas. Como papás primerizos, los padres adoptivos suelen tener 
dudas y ambivalencias sobre cuándo y cómo poner límites a los 
niños(as). No olvidemos que ellos provienen de hogares e instituciones 
donde existe un ambiente normado y reglado, por lo que los límites 
son parte de su realidad cotidiana. Contrariamente a lo que los 
padres creen, las normas y límites le dan seguridad y estabilidad a los 
niños, pues los hace comprender que existe alguien que se preocupa 
de ellos y que está interesado por corregir sus comportamientos 
inadecuados o negativos de modo que nada malo les suceda. En este 
sentido, es importante decirle al niño qué es lo que se espera de él y 
por qué motivo se le aplican medidas correctivas, como “no te 
permito que juegues en el balcón porque te puedes caer, yo me 
preocupo por ti y no quiero que te pase nada malo”. Así, el niño 
entenderá que detrás de la norma hay un deseo de protegerlo, porque 
se lo ama e importa todo lo que suceda con él y con su vida. 
 
 
Las razones por las cuales un niño o niña se vuelve rebelde y/o desobediente 
son variadas y pueden resumirse en las siguientes situaciones: 
- Cuando sienten que necesitan más cariño. 
 A veces, desobedecer es un llamado de atención hacia los padres. Esto 
no quiere decir que no le estén brindando la suficiente atención a su hijo, 
sino que necesita más afecto y atención que otros niños(as) o que el 
resto de sus hermanos. Todos tenemos un umbral del dolor y también 
tenemos un umbral que define nuestra necesidad de afecto. Por eso hay 
niños(as) y personas más dependientes que otras, por lo que su deber 
será reconocer cuál es el umbral de afecto de su hijo y satisfacer su 
necesidad. Ello va a implicar tiempo y dedicación, entregadas de una 
manera adecuada y en el momento oportuno, con tiempos que coincidan 
en calidad y cantidad. Es decir, no basta con dedicarle mucho tiempo a la 
relación con su hijo(a) si ésta se limita a mirarlo mientras anda en 
bicicleta en el parque, sino que deben interactuar con él y estar 
 31 
pendiente de esta actividad en todo momento, de modo que sienta que él 
es el centro de todo. 
- Cuando los padres adoptivos tienen más hijos, muchas veces no logran 
entender por qué uno de ellos necesita más cariño que los otros, en 
circunstancias que han sido tratados y criados de la misma manera. 
 
 Tal como se explicó anteriormente, las necesidades afectivas son 
individuales y difieren de un niño a otrom, y de una persona a otra. 
 
- Evalúen cómo ejercen su autoridad como padre o madre, ya que cuando 
los padres son muy autoritarios o “laissez faire” los niños tienden a 
rebelarse. 
 
Siempre los extremos son negativos, y unos padres permisivos o 
demasiado autoritarios provocan emociones negativas en los niños(as) 
por lo que éstos los ponen a prueba. Por ello, es necesario que exista 
coherencia entre lo que los padres hacen y lo que le exigen a sus hijos, 
dado que el mal ejemplo o la falta de coherencia les hace perder su 
autoridad. Los padres deben ponerse de acuerdo a la hora de aplicar 
premios y castigos, de manera que el niño(a) vea unidad y concordancia 
en sus padres, ya que de la figura paterna o materna más débil, siempre 
tratará de obtener algún beneficio a su favor. Establezcan como pareja 
qué conductas serán motivo de sanciones o beneficios, procurando que el 
premio o castigo sea consecuente con la conducta del niño(a). 
 
 
- Cuando los padres pierden la paciencia. 
 
Al darle una orden al niño, como por ejemplo “ordena tu pieza”, éste 
suele no obedecer de forma inmediata y se toman -por así decirlo- su 
tiempo. Ante este hecho, los padres muchas veces se impacientan y 
terminan haciendo ellos mismos lo que habían ordenado. 
 
Esta conducta da una señal a los hijos en cuanto a que hay cosas que 
no es necesario completar, porque finalmente la concluirán los padres. 
El niño entonces se cuestiona para qué obedecer. Una vez más es 
importante ser coherentes y mantener las sanciones, ya que de eso 
depende que nuestros hijos o hijas asuman una actitud responsable 
hacia sí mismos y hacia los demás. 
 
- Cuando los padres tienen expectativas irreales o desproporcionadas 
respecto a sus hijos o hijas. 
 
 A veces les exigimos demasiado a los niños, pidiéndoles que asuman 
roles o funciones no acordes con su edad, entendimiento o grado de 
 32 
madurez. En tales casos, el niño(a) desobedece por su incapacidad y 
no por irreverencia y, por lo tanto, debemos asignar tareas y 
obligaciones adecuadas a su edad y darles órdenes que sean capaces 
de cumplir y entender. 
 
Debemos dejar en claro, que para que el niño obedezca no hay recetas 
infalibles ya que cada uno de ellos tiene su propia personalidad e historia 
que lo hacen diferente a otro y por ende, en sus manos está el reconocer 
qué estrategias pueden dar mejores resultados con su hijo/a. 
 
 
9. NIÑOS CON DIFICULTADES EN EL APEGO 
 
 
 
 
Muchas veces los padres adoptivos sienten que entregan mucho amor a su 
hijo(a), pero que éste no se los retribuye de la misma manera ni en la misma 
medida. A los padres les cuesta entender por qué el niño le dice papá o mamá 
a un desconocido o a veces utiliza la palabra tía o tío para referirse a ellos. 
En otros momentos parece ser tan sociable, que puede estar en los brazos de 
cualquier persona, sin extrañar a sus padres, y entregarle a un extraño las 
mismas demostraciones de afecto que a ellos. 
 
Para entender este comportamiento de afecto indiscriminado debemos 
remontarnos a su primer año de la vida. Es en esta etapa donde el bebé 
experimenta sus primeras experiencias tempranas de apego. El apego es 
definido como el lazo emocional que el niño desarrolla con sus padres o 
cuidadores y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para el 
desarrollo de sus habilidades psicológicas y sociales. Muchos estudios indican 
que el apego y las relaciones tempranas con la familia, especialmente con los 
padres, influyen de manera decisiva en la personalidad. Este aprendizaje 
condicionará cómo el niño(a) se relacionará con otros y si podrá o no 
establecer en el futuro relaciones interpersonales emocionalmente sanas. 
 33 
 
El apego se relaciona con la forma en que el adulto a cargo del niño o niña 
satisface o no satisface sus necesidades básicas. Por ejemplo, cuando el bebé 
tiene hambre, llora reclamando ser alimentado. Sus padres o cuidadores, al 
escuchar su llanto, acuden a él, lo acunan y le dan la mamadera satisfaciendo 
así su hambre. De esta manera el bebé se tranquiliza. Si este ciclo de 
demanda y respuesta, se repite lo suficiente, el bebé aprende que el mundo 
es un lugar predecible y seguro. El adulto entonces es para el niño la base 
para obtener la seguridad que necesita y que le servirá para atreverse a 
explorar el mundo en el futuro. De otra manera, podemos decir que aprender 
a confiar requiere de una repetición constante en el tiempo. Para algunos 
niños y niñas nunca existió una respuesta a sus demandas. Es decir, si tenían 
hambre y lloraban, sus padres o cuidadores nunca acudieron a él y no 
respondieron a sus necesidades. Al poco tiempo se resignan a no llorar, 
estableciendo la hipótesis de “para qué voy a llorar si nadie acudirá a 
atenderme”, generando lo que se conoce como un apego inseguro. 
 
Pensar que los niños que han pasado por experiencias de abandono, maltrato 
o institucionalización lo único que necesitan es amor es correcto sólo en 
parte. Evidentemente, para superar sus heridas requerirán del amor 
incondicional de sus padres adoptivos, pero también de tiempo para cambiar 
lo queaprendieron a través de sus anteriores experiencias, hasta ser capaces 
de recuperar y ver al mundo con confianza. 
 
Este aprendizaje es imprescindible para el niño, ya que condicionará cómo se 
relacionará con otros y determinará si en el futuro podrá o no establecer 
relaciones interpersonales emocionalmente sanas. 
 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
Implemente algunas ideas útiles para fomentar un apego sano con su hijo o 
hija, independientemente de su edad: 
 
- Dedíquele su atención de manera exclusiva. Aquí nuevamente la calidad y 
la cantidad son importantes. Los momentos que pasan con su hijo(a) en un 
ambiente de intimidad son la base de una relación fundamentada en el 
amor. Disfruten el tiempo que pasan con él o ella, rían, jueguen, bailen 
cada vez que estén juntos. Que el niño(a) vea y sienta su felicidad por 
estar juntos. 
- Tóquenlo, háganle mucho cariño. Es probable que al principio no se 
sienta cómodo con sus abrazos y las señales físicas de afecto. Si se resiste, 
no lo obliguen, sino que busquen ocasiones breves, pero frecuentes de 
contacto físico que le resulten agradables. 
 34 
- Mírenlo a los ojos cuando le hablen, traten de mantener el contacto 
visual en todo momento, ya sea cuando jueguen, coman o conversen, por 
cuanto es también una forma de establecer cercanía y proximidad. 
- Atiéndalo cuando llore o se haga daño. Lo más probable es que su hijo(a) 
esté acostumbrado a “arreglárselas sólo(a)”. Durante su vida en el hogar 
nadie le prestaba atención especial, por eso no deben extrañarse si no 
reclama cuando algo le incomoda o le duele. Enséñenle que ahora tiene 
padres que lo cuidan y se preocupan de él, porque eso reforzará su 
seguridad. 
 
 
10. NIÑOS NO QUIEREN IRSE DEL HOGAR O QUE PIDEN VOLVER A Él 
 
 
 
 
 
No obstante son pocos los casos de niños(as) que no quieren irse del hogar o 
de la casa de la familia guardadora, se trata de una conducta esperable por 
haber vivido un largo período de institucionalización. Si bien un hogar o 
familia guardadora no es el lugar más propicio para que un niño crezca, para 
él es lo único conocido, que siente propio y le da seguridad. Es natural que 
dejar el ambiente en el que se ha desarrollado le genera temor y angustia de 
perder su estabilidad a cambio de la posibilidad incierta de vivir en familia. 
 
Como adultos, los padres probablemente están felices y seguros de su 
decisión de adoptar a este niño(a) que les acaban de presentar, por algo han 
recorrido casi la mitad del mundo sólo para conocerle. Sin embargo, para él 
no es una decisión ni una situación fácil. No deben olvidar que su confianza 
está quebrada, por lo que tiene muchas dificultades para fiarse de los 
 35 
adultos. Ya lo hirieron antes, por lo tanto ¿cómo puede estar seguro de que 
ustedes no harán también lo mismo? Su sentido común y su experiencia le 
dicen a su hijo(a) que debe actuar con cautela y no entregarse a la primera 
ocasión. 
 
El niño(a) debe resolver la disyuntiva de dejar lo conocido por algo incierto y 
que no conoce. Podríamos representarlo como el tirarse a una piscina sin 
saber nadar. Hay miedo, desconcierto, “¿a dónde me llevan?, “resultará?, ¿y si 
no resulta que voy a hacer?”. Los niños y niñas necesitan ser muy valientes 
para dejar su seguridad y lanzarse a la aventura de irse a vivir con ustedes. 
No pierdan esto de vista y valoren su audacia. Piensen en la fortaleza que 
debe tener para enfrentarse a esta situación y conmuévanse con la gran 
necesidad que él tiene de vivir en una familia, que lo hace capaz de 
enfrentarse a todo por lograrlo. 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
- Ante la angustia que se produce en los niños y niñas por tener que 
irse del hogar, especialmente durante el momento del enlace, los 
padres deben ser muy comprensivos y procurar conquistar su 
confianza. 
 
- Es conveniente no forzar la salida inmediata del niño de la 
institución y ojalá visitarlo por algunos días, tratando de 
compartir su rutina y dinámica diaria. 
 
- Al verlos realmente interesados en lograr su confianza, seguros y 
comprometidos con su futuro, poco a poco irá bajando sus defensas 
y estará dispuesto a conocer lo desconocido de la mano de ambos. 
 
- Pónganse en su lugar, imagínense ustedes siendo él, sintiendo lo 
que él siente. Así, reconocerán el gran esfuerzo que aún siendo tan 
pequeño hace y aprenderán a valorarlo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 36 
11. NIÑOS QUE SIEMPRE BUSCAN COMPLACER AL ADULTO 
 
 
 
 
 
Muchas veces la necesidad del niño(a) por convertirse en el hijo(a) soñado es 
una etapa que dura muy poco y se enmarca en la denominada “Luna de miel”. 
Este comportamiento responde a su temor de no ser querido, a ser rechazado 
y nuevamente abandonado. El mensaje que probablemente ha recibido desde 
su vida intrauterina está lleno de rechazo, hostilidad y rabia, lo que 
indudablemente ha afectado su autoestima y entregado la falsa idea de ser 
alguien que no merece cariño y que, tarde o temprano, será nuevamente 
abandonado. Estas ideas preconcebidas son de carácter inconscientes y surgen 
como forma de evitar el abandono. Para enfrentar la posibilidad del rechazo 
el niño puede usar dos estrategias: abandonar primero, en el caso de los niños 
agresivos, demandantes, rebeldes, o por el contrario, tratar de ser siempre 
sumisos, complacientes, procurar portarse bien y seguir las normas para ser 
“queridos”. 
 
Cuando los niños(as) serviciales comienzan a portarse mal es cuando 
realmente han adquirido una confianza básica con sus padres adoptivos y han 
establecido las bases de un apego seguro. 
 
La señal de “cuando todo empeora es cuando mejor estamos” es una 
contradicción en sí misma, pero la experiencia nos ha enseñado que es la 
señal de confianza que los niños le regalan a sus padres. Es el momento en 
que descansan de la presión de agradar y ponen en manos de sus padres 
adoptivos las emociones negativas que su historia ha provocado en ellos. 
 
Algunos autores señalan que los niños y niñas adoptados “traen una mochila”, 
la cual representa los dolores emocionales que el pasado ha dejado en ellos. 
Esta expresión es muy acertada y simboliza la necesidad que tienen de 
compartir esta carga emocional con un otro. Por el amor incondicional que 
 37 
ustedes le tienen, serán las personas más adecuadas para sacar lo malo de 
esta mochila y conservar lo bueno que hay en ella. 
 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
- Esperar a que el niño o niña real se presente y, cuando ello ocurra, 
aceptarlo(a) en toda su dimensión, retribuyendo con amor a sus 
emociones negativas. 
 
 
18. NIÑOS QUE TEMEN A UN NUEVO ABANDONO 
 
 
 
 
En algún momento de sus vidas, la mayoría de los niños y niñas adoptados se han 
sentido solos y abandonados por aquellos en quienes confiaban. La historia de su 
adopción se inicia siempre con la pérdida de sus padres biológicos y de otras 
personas que fueron importantes para ellos. Incluso en los casos de quienes 
fueron adoptados a los pocos días de nacer, en algún momento de sus vidas van a 
entender que, para ser adoptados, tuvieron que haber primero unos padres que 
no se hicieron cargo de ellos, y es ahí donde surge el dolor por el abandono. 
 
Como son tan pequeños para comprender las circunstancias que rodearon su 
adopción, es lógico que piensen que la historia puede repetirse. Por eso, muchos 
niños adoptivos le temen al rechazo y fantasean con un nuevo abandono. Este 
temor, más que una idea fija, es una sensación difusa que los hace hipersensibles 
al rechazo y los lleva a pensar que sus padres adoptivos también los 
abandonarán. Dudan que el amor de sus nuevos padres sea incondicional y pueda 
durar para siempre. 
 
 38 
Respecto a esto, es importante que los padres adoptivos sean capaces de 
transmitir una y otra vez al niño que, pase lo que pase y haga lo que haga, no 
dejarán de amarlo. Aunque para todos los que le rodean es obvio que su familia 
es permanente, para él no está tan claro dado que la vida les ha enseñado que 
quien hoy lo cuida,mañana puede desaparecer. 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
Las siguientes ideas pueden ser útiles para combatir el miedo de su hijo o 
hija a sentirse abandonado(a) de nuevo: 
 
- Reafírmenle con sus palabras y sus acciones que siempre estarán a su lado. 
 
- Jamás utilicen el cariño como moneda de cambio con afirmaciones el tipo 
"Si lo haces bien, mamá te querrá mucho". Eso significa también que, si no lo 
hace, puede dejar de quererle. 
 
- Cuando fantasee con vivir con "otra mamá" o con "la mamá biológica", no 
se sienta herida ni ofendida. Esta fantasía les da la oportunidad de 
reafirmarle el hecho de que, haga lo que haga y aunque a veces se enojen 
con él, siempre será su hijo(a). Si tiene edad suficiente, muéstrenle la 
sentencia de adopción, explicándole que una vez que el juez ha firmado, ni 
los padres biológicos ni los adoptantes pueden deshacerla. 
 
- Ser firme con las normas no puede estar reñido con confirmarle siempre y 
en todo momento que el amor que le tienen es para siempre. Es muy posible 
que haya temporadas en que su hijo(a) necesite poner la relación a prueba, 
provocando enfrentamientos que lleguen al límite. Sin embargo, ustedes 
saben que, por muy malos que sean sus resultados escolares o por muy difícil 
que sea la fase que está viviendo, no dejarán de ser su madre o padre ni 
tampoco de quererlo. Háganle saber esta realidad, poniéndola en palabras. 
 
- Tras cada crisis, no escatimen las muestras físicas de cariño. Si se 
muestran distantes o enojados, aumentarán su angustia y temores. En 
cambio, los momentos de alegría compartida y las manifestaciones de cariño 
van a actuar como un bálsamo emocional para el niño y ustedes lo que 
fortalecerá la relación y aliviará sus heridas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 39 
12. NIÑOS QUE MIENTEN 
 
 
 
 
Aunque hay una etapa en el desarrollo del niño o niña en la que decir mentiras es 
algo habitual, suele ser la manifestación de algo que le está afectando tanto en 
su mundo interno como externo. Los niños y niñas mienten con una razón y un 
objetivo, por lo tanto, los padres deben estar atentos al tipo de mentira y al 
propósito que hay detrás de ella, a su frecuencia y al contexto en que ocurren. 
 
Los niños(as) mienten por distintas razones, puede ser por miedo y temor a las 
consecuencias de sus actos, siendo entonces una forma de ocultar una mala 
acción. En este caso, se les debe enseñar a afrontar las consecuencias de sus 
actos y los padres, por su parte, deben evaluar el nivel de confianza que han 
alcanzado con su hijo(a) como para descubrir cuán presionado se ha sentido para 
llegar a ocultar sus errores y desaciertos. En otras ocasiones, la mentira surge 
como una forma de probar los límites de los padres, ya sea porque estos son muy 
estrictos o muy permisivos y no existen normas claras en el interior de la familia. 
Otra razón por la que el niño puede llegar a mentir es para buscar aprobación u 
obtener algún beneficio. En tal caso es importante explicarle que mentir no es 
una buena forma para lograr el cariño o respeto de los demás, si no por el 
contrario, dígale que valora en él su valentía para afrontar las consecuencias de 
sus acciones y que lo quiere tal como es. La mentira también puede surgir para 
proteger a otro, por la presión del grupo, por estrés, por imitación al ver a otros 
mentir o para llamar la atención. 
 
El obedecer y no decir mentiras son valores y comportamientos que se deben 
enseñar y reforzar permanentemente a través del tiempo. Los padres no pueden 
esperar que los niños(as) asuman esta conducta de forma espontánea, sino que 
deben tener paciencia y ser consistentes con sus mensajes y ejemplos. 
 
 40 
El curso que siga la tendencia a mentir en el niño(a) dependerá en gran medida 
de la actitud de los padres y del entorno. El no darle importancia o ser 
demasiados rigurosos o moralistas puede favorecer su repetición. 
 
Si las mentiras continúan, llegando al punto de generar conflictos en el niño, los 
padres deben buscar ayuda profesional. 
 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
- Mantener la calma, tratando el problema a través del diálogo. El análisis 
de la conducta debe estar dirigido a la causa que motivó al niño(a) a mentir 
y no a la mentira en sí. Con serenidad, refuercen la idea del valor que tiene 
la honestidad y el decir siempre la verdad. 
 
- Den a su hijo o hija el beneficio de la duda, pensando siempre que puede 
estar diciendo la verdad. 
 
- Háblenle a su hijo(a) sobre las consecuencias de mentir y los problemas que 
ello puede ocasionar. La reflexión, junto con su desaprobación, le ayudará a 
evitar las mentiras en el futuro. 
 
- No lo califiquen como “mentiroso” ya que puede adoptar ese rol. 
 
- Si es necesario, apliquen castigos que no sean físicos, como por ejemplo, 
privarlo de la televisión, o de su pasatiempo o actividad favorita. 
 
- Ayuden al niño(a) a pedir disculpas y reparar las consecuencias de la 
mentira cuando sea posible. 
 
- Refuercen la importancia de decir la verdad sirviendo de ejemplo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 41 
 
13. NIÑOS QUE RECUERDAN SU VIDA PASADA 
 
 
 
 
Una vez que son adoptados algunos niños y niñas hablan de su historia pasada, 
dando detalles de su vida en el hogar, de los amigos y compañeros, de las tías 
que lo cuidaban o de los pocos recuerdos que guardan de su familia biológica. A 
veces sus relatos pueden corresponder a recuerdos felices o divertidos, en 
cambio otros, pueden conmover por su crudeza, al dimensionar lo que el niño(a) 
pudo haber sufrido en su vida pasada. Frente al pasado no podemos hacer 
mucho, salvo enseñarle a aprender de esas experiencias, recordándole que esos 
momentos ya pasaron y que nunca más se repetirán, porque ahora tiene una 
familia que está para protegerlo(a). 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
- Escuchar al niño(a) con una actitud abierta y desprejuiciada. 
 
- Permitirle contar lo que desee y prestarle la atención necesaria. 
Intencionar sus preguntas para obtener detalles de lo que dice y 
evaluar el nivel de daño que esa historia pudo ocasionar. 
 
- Tratar de no demostrar emociones negativas como pena, angustia 
o sorpresa. Si es necesario, pedir ayuda profesional. 
 
 
 
 
 
 
 42 
14. NIÑOS HIPERACTIVOS 
 
 
 
 
Muchos niños(as) son definidos como hiperkinéticos o hiperactivos, calificación 
que en Chile parece estar está sobre diagnosticada y sobredimensionada. Es 
común que los niños y niñas chilenos(as) sean medicamentados para mejorar sus 
niveles de concentración. Si su hijo(a) está recibiendo medicamentos es 
aconsejable al llegar a su país chequear el diagnóstico y los remedios que 
consume con algún neurólogo de su confianza. 
 
La mayoría de los niños(as) sientan las bases de su autocontrol a partir de los tres 
años, luego de atravesar la etapa típica de las pataletas. Aquéllos que no 
contaron en su momento con la ayuda necesaria para hacerlo o que han vivido 
algún tipo de trauma, no consiguen calmarse por sí solos cuando sus niveles de 
estrés se disparan. Si consideramos que la falta de control en el niño es una 
prueba de que se siente angustiados y no sabe cómo calmarse, estaremos en 
mejor disposición para ayudarlos. 
 
 
� ¿Qué debemos hacer? 
 
- Como medida conductual de fácil aplicación resulta conveniente 
disminuir los niveles de estimulación a los que está expuesto el niño(a) 
y ayudarlo a calmarse. 
 
- Cuando un niño tiene un comportamiento hiperactivo, no sirve tratar 
de razonar con él. Traten de disminuir el ruido a su alrededor y 
bríndenle un ambiente tranquilo y relajado. Traten de no ir a lugares 
 43 
ruidosos, eviten la música a alto volumen y las actividades que lo 
descontrolen. 
 
- Bajar los niveles de estímulos es el primer paso para lograr que la 
seguridad en los niños(as) aumente y se puedan relajar. No debemos 
perder de vista que aquellos largamente institucionalizados no están 
acostumbrados a salir a la calle y el ruido del tráfico los puede 
asustar. Visitar un centro comercial o estar en lugares muy 
concurridos

Continuar navegando