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JUAN VERGEL
2. El mito visto desde la política
La política en Colombia viene cambiando dramáticamente durante los últimos años. Eso lo sabemos. Son varios los mitos que se están derrumbando. El primero es el de los partidos políticos. Liberales y conservadores ya no son lo que fueron por 150 años de historia: hoy mueven poca opinión pública y no encarnan ideales políticos fundamentales a ojos de la mayoría de los colombianos. Lo que existen son partidos golondrina y coaliciones de partidos que se forman siguiendo a los dirigentes del momento. El Partido de ‘la U’, de Uribe y Santos, Cambio Radical, de Vargas Lleras, o mucho antes, el Nuevo Liberalismo, de Luis Carlos Galán, o la Nueva Fuerza Democrática, de Andrés Pastrana, llegan y se van. Creo que los últimos dirigentes que representaron auténticos liderazgos de partido fueron Virgilio Barco y Álvaro Gómez. Desde entonces –en los últimos 20 años–, apareció y creció la gran masa de votantes denominada sin partido, que hoy domina la escena electoral colombiana. Son votantes díscolos. No venden el voto, no van a manifestaciones políticas, son ciudadanos urbanos y, lo más significativo, nos les gusta la política, la consideran corrupta o, en el mejor de los casos, aburrida. Eso dicen las encuestas. Y no son solamente jóvenes, son hombres y mujeres de todas las edades y condiciones que votan por personas, no por partidos. Son primos hermanos de los abstencionistas: si amanece lloviendo o están enguayabados, no salen a votar. Así de simple. El espacio de los partidos lo llenan dirigentes que enamoran a la audiencia, pero que al final muchos sucumben dentro de los vicios tradicionales de la política. No es que todos los dirigentes sean malos, no. Hay muchos, y buenos, lo que está fallando es el modelo.
2. The myth seen from politics
Politics in Colombia has been changing dramatically in recent years. We know that. There are several myths that are collapsing. The first is that of political parties. Liberals and conservatives are no longer what they were for 150 years of history: today they move little public opinion and do not embody fundamental political ideals in the eyes of the majority of Colombians. What exists are swallow parties and coalitions of parties that are formed following the leaders of the moment. The Party of 'la U', of Uribe and Santos, Radical Change, of Vargas Lleras, or much earlier, the New Liberalism, of Luis Carlos Galán, or the New Democratic Force, of Andrés Pastrana, come and go. I believe that the last leaders who represented authentic party leadership were Virgilio Barco and Álvaro Gómez. Since then –in the last 20 years–, the great mass of voters called without a party appeared and grew, which today dominates the Colombian electoral scene. They are wayward voters. They don't sell the vote, they don't go to political demonstrations, they are urban citizens and, most significantly, they don't like politics, they consider it corrupt or, in the best of cases, boring. That's what the polls say. And they are not only young people, they are men and women of all ages and conditions who vote for people, not for parties. They are first cousins ​​of the abstentionists: if it rains at dawn or they are all dressed up, they do not go out to vote. Simple as that. The space of the parties is filled by leaders who make the audience fall in love, but in the end many succumb to the traditional vices of politics. It is not that all leaders are bad, no. There are many, and good ones, what is failing is the model.
JUAN VERGEL
 
2. El mito visto desde la política
 
 
La política en Colombia viene cambiando dramáticamente durante los últimos años. Eso lo 
sabemos. Son varios los mitos que se están derrumbando. El primero es el de los partidos 
políticos. Liberales y conservadores ya no son lo que fueron por 150 años de historia: hoy 
mueven poca opinión pública y no encarnan ideales políticos fundamentales a 
ojos de la 
mayoría de los colombianos. Lo que existen son partidos golondrina y coaliciones de partidos 
que se forman siguiendo a los dirigentes del momento. El Partido de ‘la U’, de Uribe y 
Santos, Cambio Radical, de Vargas Lleras, o mucho antes, el Nuevo
 
Liberalismo, de Luis 
Carlos Galán, o la Nueva Fuerza Democrática, de Andrés Pastrana, llegan y se van. Creo que 
los últimos dirigentes que representaron auténticos liderazgos de partido fueron Virgilio 
Barco y Álvaro Gómez. Desde entonces 
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en los últimos 
20 años
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masa de votantes denominada sin partido, que hoy domina la escena electoral colombiana. 
Son votantes díscolos. No venden el voto, no van a manifestaciones políticas, son ciudadanos 
urbanos y, lo más significativo, nos le
s gusta la política, la consideran corrupta o, en el mejor 
de los casos, aburrida. Eso dicen las encuestas. Y no son solamente jóvenes, son hombres y 
mujeres de todas las edades y condiciones que votan por personas, no por partidos. Son 
primos hermanos de 
los abstencionistas: si amanece lloviendo o están enguayabados, no salen 
a votar.
 
Así de simple. El espacio de los partidos lo llenan dirigentes que enamoran a la 
audiencia, pero que al final muchos sucumben dentro de los vicios t
radicionales de la política. 
No es que todos los dirigentes sean malos, no. Hay muchos, y buenos, lo que está fallando es 
el modelo.
 
 
 
 
2. The myth seen from politics
 
 
Politics in Colombia has been changing dramatically in recent years. We know that. There are 
several myths that are collapsing. T
he first is that of political parties. Liberals and 
conservatives are no longer what they were for 150 years of history: today they move little 
public opinion and do not embody fundamental political ideals in the eyes of the majority of 
Colombians. What ex
ists are swallow parties and coalitions of parties that are formed 
following the leaders of the moment. The Party of 'la U', of Uribe and Santos, Radical 
JUAN VERGEL 
2. El mito visto desde la política 
 
La política en Colombia viene cambiando dramáticamente durante los últimos años. Eso lo 
sabemos. Son varios los mitos que se están derrumbando. El primero es el de los partidos 
políticos. Liberales y conservadores ya no son lo que fueron por 150 años de historia: hoy 
mueven poca opinión pública y no encarnan ideales políticos fundamentales a ojos de la 
mayoría de los colombianos. Lo que existen son partidos golondrina y coaliciones de partidos 
que se forman siguiendo a los dirigentes del momento. El Partido de ‘la U’, de Uribe y 
Santos, Cambio Radical, de Vargas Lleras, o mucho antes, el Nuevo Liberalismo, de Luis 
Carlos Galán, o la Nueva Fuerza Democrática, de Andrés Pastrana, llegan y se van. Creo que 
los últimos dirigentes que representaron auténticos liderazgos de partido fueron Virgilio 
Barco y Álvaro Gómez. Desde entonces –en los últimos 20 años–, apareció y creció la gran 
masa de votantes denominada sin partido, que hoy domina la escena electoral colombiana. 
Son votantes díscolos. No venden el voto, no van a manifestaciones políticas, son ciudadanos 
urbanos y, lo más significativo, nos les gusta la política, la consideran corrupta o, en el mejor 
de los casos, aburrida. Eso dicen las encuestas. Y no son solamente jóvenes, son hombres y 
mujeres de todas las edades y condiciones que votan por personas, no por partidos. Son 
primos hermanos de los abstencionistas: si amanece lloviendo o están enguayabados, no salen 
a votar. Así de simple. El espacio de los partidos lo llenan dirigentes que enamoran a la 
audiencia, pero que al final muchos sucumben dentro de los vicios tradicionales de la política. 
No es que todos los dirigentes sean malos, no. Hay muchos, y buenos, lo que está fallando es 
el modelo. 
 
 
 
2. The myth seen from politics 
 
Politics in Colombia has been changing dramatically in recent years. We know that. There are 
several myths that are collapsing. The first is that of political parties. Liberals and 
conservatives are no longerwhat they were for 150 years of history: today they move little 
public opinion and do not embody fundamental political ideals in the eyes of the majority of 
Colombians. What exists are swallow parties and coalitions of parties that are formed 
following the leaders of the moment. The Party of 'la U', of Uribe and Santos, Radical

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