Logo Studenta

Lectura 2 - La Parábola del Emprendedor

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

La Parábola del Emprendedor 
Sixto Gómez 2 febrero 2015 Emprendimiento, Historias Para Reflexionar 
En cualquier lugar del mundo actual siempre hay personas deseosas de emprender, de lograr 
mejores condiciones de vida gracias a su esfuerzo y dedicación. Algunos podrían decir que 
tienen más probabilidades de triunfar quienes viven en países ricos, pues cuentan con más 
oportunidades y mejores recursos. Todo es relativo, como dijo Einstein. 
 
He aquí una parábola breve que bien podría ser el común denominador de cualquiera de ellos. 
 
 
Había una vez un emprendedor en ciernes, con inmensos anhelos de ver 
realizados sus sueños. Más un día descubrió que lo primero que tenía que hacer 
era tomar ACCIÓN. Así pues, puso todo su empeño en sacar adelante su primer 
proyecto. Invirtió todos sus ahorros en un negocio que según LE HABÍAN 
DICHO, le daría la oportunidad de llenarse de dinero RÁPIDAMENTE… 
De modo que nuestro amigo compró muebles, equipos y todo lo necesario para 
poner a punto su fabuloso negocio. Sin embargo, ocurrió lo impensable: con el 
http://www.emprendices.co/author/proexito/
http://www.emprendices.co/category/emprendimiento/
http://www.emprendices.co/category/historias-para-reflexionar/
http://www.emprendices.co/diez-lecciones-sobre-la-vida-que-nos-dejo-einstein/
apetito de un gallinazo tuerto en basurero, sus recursos económicos se 
esfumaron en compras innecesarias y perdió hasta la camisa, quedando incluso 
con numerosas deudas por pagar y acreedores inclementes cobrándole 
incesantemente. Fue como si hubiera dejado caer semillas a la orilla del camino 
y los pájaros las hubieran comido todas. 
Era su primera enseñanza. Hizo falta PLANEACIÓN y ESTUDIO DEL 
MERCADO. Pero él había visto casos de empresas, incluso grandes y 
conocidas, que habían fracasado pese a todas las previsiones habidas y por 
haber. Con todo, en estos casos, -como dice la canción- “es mejor que so-sobre y 
no que fa-falte”, ya que pueden ayudar a que despegue la idea o, al menos que el 
porrazo sea menos severo. 
Teniendo en cuenta lo aprendido, a fuerza de golpes (dicen que nadie aprende en 
pellejo ajeno) emprendió su siguiente lance, una vez repuesto de las 
tribulaciones financieras y emocionales, dado que sus expectativas y su orgullo 
(aunque no era argentino, de Buenos Aires) habían quedado hechos trizas. 
Como sus ahorros se habían evaporado, echó mano de sus CONTACTOS y 
aprovechando las destrezas aprendidas en RELACIONES PUBLICAS, 
nuevamente consiguió recursos frescos para su flamante proyecto. “Capital 
Semilla”, que llaman. Y aplicando lo aprendido de su anterior experiencia, esta 
vez tuvo más cuidado, al punto que el negocio, después de cierto tiempo, como a 
veces es normal en estos casos, comenzó a dar buenos resultados. Lleno de 
dicha, nuestro amigo creyó haber tocado el cielo con las manos y de repente, la 
empresa se fue a pique por una mal SERVICIO AL CLIENTE. Vaya lección, y él 
que creyó que ya lo había aprendido todo. Fue como si hubiera sembrado en 
pedregales. Al principio sus semillas germinaron y fueron creciendo, pero por 
mero descuido se secaron por carecer del fundamento adecuado. 
No obstante, lo positivo de esta nueva experiencia fue que logró saldar las 
deudas contraídas, lo cual le permitió seguir luchando por sus sueños. Con 
nuevos brios, decidió CONTINUAR pese a los FRACASOS anteriores, pensando 
que, en realidad habían sido sabias enseñanzas que le daba la vida. 
Su nuevo proyecto tenía como base el desarrollo de una idea que había gestado 
con el propósito de mejorar sustancialmente un producto ya existente en el 
mercado, y venderlo a menor precio, pues estaban dadas todas las condiciones 
para lograrlo. Pero sucedió, lo que muchas veces ocurre. “Amigos” y familiares 
“bien-intencionados” comenzaron a hablarle al oído para recomendarle 
abstenerse de seguir haciendo intentos infructuosos. Con el mismo fastidio que le 
produce al borrachito pueblerino que el anciano sacerdote resabiado lo 
despierte con fuertes martillazos a la banca de la entrada de la iglesia, cuando 
preciso estaba en procura de prevenir la resaca por sus excesos etílicos de la 
víspera, el bombardeo de INFLUENCIAS NEGATIVAS se intensificó y nuestro 
amigo, en vez de hacer caso omiso de ellas, permitió que lo afectaran y pensó si 
acaso sería mejor conseguir un trabajo por ahí y recibir puntualmente su 
chequecito, “poquito, pero seguro”, justito como el que recibían casi todos sus 
críticos de marras. Fue como si esta vez, sus semillas emprendedoras hubieran 
intentado crecer en un campo donde abundaba la mala yerba, que acabó 
asfixiándolas. 
Pero como nuestro amigo, pese a semejantes ensayos infortunados, todavía 
respiraba, pensó para sí “Vivo, luego emprendo”. 
Y con su mochila repleta de EXPERIENCIAS y sueños aún por realizar, sin 
importarle que sus cabellos ya peinaban canas, precísamente por lo mismo lo 
que hizo fue ponerle más GANAS. Nunca dejó de ESTUDIAR y APRENDER. 
Continuó su camino, con ánimo y PERSISTENCIA y abrió un nuevo negocio con 
ideas originales, brillantes y novedosas y su emprendimiento fue creciendo y 
creciendo, hasta convertirse, con sus RESULTADOS en una persona felíz, 
realizada y con recursos suficientes para vivir una buena vida junto con los 
suyos y, de paso AYUDAR A OTROS. Fue como si hubiera sembrado semillas 
buenas en tierra fértil que, en esta ocasión si que dieron abundantes frutos. 
El que tenga oídos, que oiga…

Continuar navegando